La luna y sus cuatro cachorros

“¿Qué pasa, Jane, no puedes sentirme?” exige Ethan, golpeando su cuerpo contra el mío con tanta fuerza que estoy segura de que me dejará un moretón. “¿No te lo estoy dando lo suficientemente fuerte?” Aún así, no respondo. Todo lo que puedo hacer es imaginarlo con Eve, besándola y haciendo el amor con ella, dándole todas las cosas que solía darme a mí. Puedo ver sus cuerpos retorciéndose en mi mente, enredándose en las sábanas de la cama del Alfa. Me da náuseas saber que mi esposo estuvo con otra mujer hace apenas unas horas, ¿cómo es posible que tenga la energía para usarme de esta manera cuando Eve lo estuvo complaciendo toda la noche? *** Mi esposo no busca más que reclamarme de la manera más ruda y completa posible, y recordarme mi lugar adecuado. Esto es lo que me espera: una vida de dolor... a menos que finalmente haga lo que he estado planeando durante los últimos meses y le pida el divorcio a Ethan. Ni siquiera sabía que era posible que un omega dejara a un Alfa hasta hace poco. Legalmente, tenemos casi ningún derecho, pero podría solicitar un divorcio. Ahora es el momento. *** Ethan y Jane eran novios de la infancia. Sin embargo, él es alfa y ella es omega. Era casi imposible que fueran compañeros predestinados. Ethan no se rindió y eligió a Jane para ser su esposa y luna. Pero el destino sabe cómo manejar las cosas. Esta joven pareja arruinó su primer matrimonio por falta de confianza. Divorciarse es fácil. ¿Pero qué pasa si descubres que estabas embarazada después del divorcio? ¿Y si tuvieras cuatrillizos? ...