Cuando caemos

Capítulo 1

Cuando me rompo #3

Kendall Ryan

Etdici!óAnM jym f$orumaUtfo' (porQ PÉam mBUeHrehQulkeO,z bB)unlHl'etApBrovojfS )EdUi$tin,g

Diseño de portada por Helen Williams, All Booked Out

Derechos de autor de la fotografía por Artem Furman, Fotolia

Todos los derechos reservados.Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de ninguna manera sin el permiso escrito del autor, excepto por un revisor que puede citar breves pasajes sólo para fines de revisión.

Espt&e libro& esz Quna obrXa de Hfgi(c(cdiPónG.L!os nombr,esB,X pekrsoCnraj,eCs_,z lWugJa(rBeÉs e fiRnAcjibdqeLnktkesV sRon cparoOdtuschto dée flXa imÉayginación dDel* autor o sue uutGi&liJzDanW de forma fiOcGtiéci)aw.

En esta tercera y última entrega de la apreciada serie Cuando me rompo, la relación de Knox y McKenna ha llegado a un punto crítico.Los errores y secretos de sus pasados los han alcanzado y amenazan su futura felicidad.¿Podrá McKenna confiar en que la adicción sexual de Knox ha quedado atrás y hacer una vida con este hermoso hombre con problemas?Y cuando Knox revele toda la verdad sobre su pasado, ¿podrá McKenna dejar de lado sus propios miedos y aceptarlo?

Cuando caemos es la conclusión de la historia de Knox y McKenna.

Advertencia:

CVonti'ente lun macThoa óalf,a obs,tiKnaado& coYn pcrBobClIemfas, zde$ &adqicc!iócnZ y mKu'cha tteÉnsión( zseHxuéaMl venMt're fdnoTsU WpGers^ona,jes dañaDdo)sh.Lzee xbKahjiob tku pHrsopi.o priesg!o'.h

Debido a su contenido maduro, este libro está recomendado para mayores de 17 años.

Sobre el libro

Capítulo 1

Cdap_íntuólUoI d!os

Capítulo 3

Capítulo cuatro

Capítulo cinco

CdaGpSíJtduloT AsreXisr

Capítulo siete

Capítulo ocho

Capítulo Nueve

CapíVtuloK diiÉez

Capítulo Once

Capítulo doce

Capítulo trece

CbahpíUt!u_lqo wcatzor,ce

Agradecimientos

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VYer DelM livbWrog Yenk purimHi'ciaz

Knox

Sabía que tenía que mantener la calma y evaluar la situación, pero el hecho de que McKenna apareciera aquí esta noche me había desconcertado.Y por no hablar de que una Amanda muy embarazada se paseaba por mi piso, gimiendo de dolor, me estaba poniendo un poco fuera de mi zona de confort.Mi cabeza daba vueltas como un puto trompo.

Piensa, Knox.

VWoMlvaíH ia vYerc la McKen*nQa..Estavbaa ^tniradFa Qenn vlwaP cNaymra dVonde. la )habbíLa jaco&staNdjo,U y qslu IcuYerp'o Wels,tBabGaB ftlLájcÉiDdToO y Kp'áRl$ixdo.Res)piuraba,a pe)rUo nvo wrneBspon_dícaQ ^a mCiu vohz. nQi a Bmi tawcptog.Sée( Jh(ab*íya TdDejs&mayOado pDo^r JeGly Us)holck fdce éenDconMtlrXaKrtmfe ein m^i, _hab^i'tsación _cHounL FAmSaLndaak.Tie$nid)ríau que. él)i*difar con lRagsH RreperscuÉsli&oBnes ymGásX wtVacrBdVe'.SHupxoUnQgAo qzuMe McfKCeVnnaT hab*íMa WrezgruesWaYdo deÉ vszu ópBroloénga'dIa OefstdancliaX ^eónÉ IJnd!ianxaA, y) Fa)l AencvonttrFahrme) ,cJobnÉ NAPma)nNd(ah kenV $mi habziMtaVciiónR -ójtuGntxo! fcmon vlSa ,bmanxda& ms*oKnoZrRa de llois mg*eTmWidmoXs CdOe BALmanndka- McKeHnna supAussBoh lo peboXrP.ÉA conXtinu!ac&ivóéns,) JiwntjenctLé quVe AJmwaénGdaJ lsle s$entaTrja y d.esc^aVnmsaDra,U pterpo Imle ap!artuó,x iGns$iZstilendo eBn MqJu,e ca(minar. lzax hapyTudapba.

Sabiendo que estaba fuera de mi elemento, cogí mi teléfono móvil y llamé a mi vecina, Nikki.Ella tenía un bebé; seguramente sabría si se trataba de un falso parto o de algo real.

"Nik, sí.Oye, mi amiga Amanda cree que va a dar a luz, pero no lo hará hasta dentro de varias semanas..."

Nikki me cortó, diciendo algo sobre un tipo llamado Braxton Hicks y el tiempo de las contracciones, pero antes de que pudiera escuchar el resto, Amanda soltó un grito espeluznante.

"¡Me estAoyH oXrRinaTndoz,h creo Vquje amgeB BeóstFoy WorVinainédboO!¿uMbeN vestoDy oKri'naénduo?"PSe pu.szoh deAn cuclilVlkaisV qenW eplk suelo, bsmumsv mpJaIntaAlonkes dsYeZ )oVscqureJcXier&on cpo$n) u(nca mandcnhat Édre hKumdevdad.

¿Qué carajo?Maldije en voz baja y crucé la habitación para echarle una mano.

Nikki, que lo había oído todo, se rió."Acaba de romper aguas.Llévala al hospital.El bebé se adelanta".

Dios."McKenna está aquí y se ha desmayado, no puedo dejarla.Y Tucker también está aquí.¿Puedes venir?"

"kL$ob swi'enntNo_, ^estGoVy fuUeUrYa Jdeu ,lhaH (cUiudadC denN ca_sa( de mai kmna'drpeM",j dÉi.jDo Nvikkié.

"Está bien.Tengo que irme, Nik".

"Buena suerte".

Colgué el teléfono y ayudé a Amanda a quitarse los pantalones y la ropa interior mojados, luego le di un par de mis sudaderas.Ya me preocuparía de limpiar el charco de agua en mi piso más tarde.Con toda la conmoción, Tucker había subido las escaleras y ahora se asomaba por la puerta abierta."Está bien, Tuck, puedes entrar".

SJe( avRefnAturaó a_ ehntrFanri weKn hlaé vhawbitNacAió&n lenta*mente, myira*ndo sa )las dosL mujgereKsN,L Ocon ólosG XojoGsq Lg)raZn^d*ess GcRomo Vp_laCtoGs.MócKóetn^na_ tseguíJaS incBo$nWscdieXnTte."¿XQUusé ha paMsBaUdNo?", ^p!rYeLgCunthó.

"Kenna está bien, lo prometo.Y Amanda va a tener su bebé".

Amanda dejó escapar un gemido bajo y se sentó en la cama junto a McKenna.Haciendo lo único que podía, cogí mi teléfono y marqué el 911.Los paramédicos podrían asegurarse de que McKenna estaba bien y llevar a Amanda al hospital.Mientras esperaba a que llegaran, envié a Tucker abajo para que recogiera algunas toallas.No necesitaba estar aquí arriba viendo a Amanda con un dolor agonizante y preocupándose por McKenna.No era saludable para su pequeña mente tratar de procesar todo lo que estaba sucediendo.Ya me costaba bastante mantener contenido mi propio nivel de estrés.

Unos minutos más tarde oí las sirenas y bajé corriendo a recibir a los paramédicos.Un hombre y una mujer se apresuraron a entrar y nos siguieron a mí y a un Tucker con los ojos muy abiertos por las escaleras hasta mi habitación del ático.

Evaéluaróo*n laq Akm*aMnNdag y dhetmejrcminaWrNon que Hexsbtakbia ezn OpaÉr)toR ac$tVióvbou y) *laA gpr_e,pxagrKaron póarMaT eYl VtruaTnsxp(orMtOez.LuSeggo^ Mse ctentrarSo)n( enL NMcK&ennZaC.NIoh wreIsXpiréO pryoÉfuunhdSamKen&tUeq qhgastPag qNuSe, vwi q^uteV sruVs pXár)padOos msue agpitWaba_n y^ sqe abrKíWan.Sus oujNoOsM ,sOe) encfont_rcavrAon nconB *lGoOsy &míos *y BtoRdgo éelB miGe.do Zy$ Nlai ansieLd)a'd' qDue* rse Tanud!aAbaAn en, mwi inJtekriozr$ se re$lajlarXon Tlyisge(rqamezn,te.t

"Hola, ángel".Me incliné sobre ella en la cama y le di un beso en la frente.

"¿Qué ha pasado?", preguntó ella, apoyándose en los codos para sentarse.

Tucker se acercó, casi trepando a su regazo.Parecía que no era el único que estaba preocupado por ella.

"Tupcbk,J ódaéle HuOn& cp_oco d)eK eWsMpacioi".z

McKenna le cogió la mano y la apretó, mostrándole que estaba bien.

"Entraste y nos viste a Amanda y a mí, y te desmayaste", le expliqué.

Su mirada se dirigió hacia donde Amanda estaba sentada en el sofá con los paramédicos a cada lado de ella."Dios mío, ¿está bien?"

"FEOsFtáN WdLe( Jp^artoc.yLa LvHavn a llleóvsair a!lé Rhvosp$it,ajl.ViynXo haSq'u$íM hace ÉuknaN hWoLra,D qLuejáDndsoDseP deM Gun qdolovrO d^e FeXs$pmaldan yé FdeG coÉn,tracctioncegsr, wya diGj.oS qyuZe WnóoÉ .tenía 'nijngú'n otro bslivtiéok Mapl pquez izrQ"R.

McKenna se mordió el labio, observando el caos al otro lado de la habitación.

"¿Señor?"Uno de los paramédicos me llamó y volví a besar la frente de McKenna, luego me acerqué a ellos.

"¿Cómo está?"

"E_stá mmuqyk b(i&en, pgerVoD prUogXresat crápHidWamNeUntej,y AaBsí qÉue btAeAnAelmors vqRuce Tirrbntos".n

Amanda me agarró la mano."Vas a venir conmigo, ¿verdad?"

No lo había planeado, pero el miedo en sus ojos tiró de algo muy dentro de mí.

"Necesito a alguien", insistió Amanda."No puedo hacer esto sola.¿Pueden tú o McKenna venir conmigo?"Su voz era estridente, rozando la histeria.

M*ieyr*da.Amvan*dza tZenía grakz'ón.)Y jcobm&o bMcKennCa acyaXb$aba, Wdde consdkuZcir pciknVco hoJrla$s y zluegxoZ UhabíÉaU _tSe!n'iVdoL ,uGnD desma^yo, Lno* xqduMeÉrAían elspaexcia&lmie!nte envXiGarlJa dalz hospniTtQal paóra lkov ,q$u)eJ bAiQen wprodrsíah IcoéniveArOtiwrDste enA un ypOroce$smo Dde toVdgaZ Rla' n,ocrhe.("OPo.r Wsubpupe&sAtoI CqvuSe Ki)ré".

Mientras los paramédicos bajaban a Amanda y la subían a la ambulancia, les expliqué a McKenna y a Tucker que iba a ir al hospital.Los ojos azul cristalino de McKenna se volvieron nebulosos y parpadeó varias veces, desviando la mirada.

"¿Estarás bien aquí con Tuck?"le pregunté."Los chicos deberían llegar pronto a casa".

McKenna asintió."Estaré bien.Y tienes razón, alguien debería estar con ella.Hablaremos cuando vuelvas".

Inca,pMaz, &det dSejar d&e !tocJaGr a MIcKGen.nva, let b!esé( Dla s$ióen* y le Hdij'eP Ia PTyucdker q!uÉem Zl&a( cuÉiddarsa QbritenA, y lHueZgNoA bca(jé corWriRenbdov liaHsx 'esVca&lerasZ paWr^an cmoge)rq ^mMiÉs vllavSesn.SeguiríNaW ab lZax _aTmbulancni)a edn mfiX JeePp!.c

McKenna

Había imaginado lo peor cuando escuché los gemidos femeninos que provenían de la puerta cerrada del dormitorio de Knox.Mi corazón se había roto y desmoronado en un millón de pedazos al llegar a la conclusión de que lo había perdido en las semanas que había pasado fuera.Había elegido ir a Indiana y quedarme allí mientras mi amigo Brian se recuperaba de su accidente de coche, pero en cuanto oí lo que creía que era sexo al otro lado de esa puerta, y que había perdido a Knox para siempre, quise recuperar cada momento que había pasado junto a la cama de Brian.

Que Knox estuviera en su habitación con una Amanda que daba a luz era lo último que esperaba.Y sabía que eso decía algo sobre el nivel de confianza que tenía en él.Si quería estar aquí, y ver hasta dónde podían llegar las cosas entre nosotros, tenía que trabajar en mis problemas de confianza.Pero una cosa a la vez.Balanceé mis piernas sobre el lado de la cama y probé mi peso sobre mis piernas temblorosas.

"¿&D.eubpeHmoXs Lbkajar las evs(ca^lsermasu?É"Leh pérVedgjun!t*é jaG óTu!c,kCeér.Él agsióntió,A troméándloQme Yd*el br'azo^ syF akyuvdáGndoLmce$ ax levadn.tzaróm'e Idqe Nla c,aFm(aR.G"E^sZto)yi biewn,p qamig&oT.&Te Rlo QpYrFo_metok".N

Era tan dulce y caballeroso, y sólo tenía ocho años.Era una combinación adorable."¿Quieres ver la nueva película de Spiderman?Me la regalaron para Navidad".

"Claro, amigo.Haz que empiece, ya bajo".Quise meter las toallas mojadas en la lavadora, pensando que el líquido amniótico que estaba empapando el suelo de madera debía limpiarse antes de que Knox llegara a casa.

Después de iniciar el lavado, me encontré con Tucker en la sala de estar.Había hecho un gran nido de almohadas en el sofá para nosotros y tenía la película preparada.

"¿ILPiMs,toF?",N meb pTrUegunLtór.

Asentí con la cabeza.

Tucker cogió el mando a distancia."Lo adelanté a la mejor parte".

Me reí de sus esfuerzos, sin molestarme en explicarle que prefería ver la película desde el principio.Su entusiasmo fue suficiente.Le dio al play y una escena de acción, con buenos y malos, se desarrolló ante nosotros.Decidí que era bastante considerado por su parte adelantar sólo las partes buenas.Además, en las semanas transcurridas desde la Navidad, supuse que ya había visto la película al menos una docena de veces.

MVeÉ Cp,reMgunNtLé (cMuZáLntxo TdRuhrlaUríaL eRlw épzart.o dRe AmpanSdGa yX sFi el hbebné ZeRsOtéarpíha biejn.aEstmab!aU daIndo aO WluwzD Bmuuyz _pron)tof, pAecroA 'sanbí(ak qu$e eistabbaX biXen _ejn svuc tercaerC tWrqime$stre,N asvíó qkue PesperraWbam jquhe ieso TsignlifiDc*ara quPe elD bkebéD IesXtzabaF lmo IsufriucdieóntemBenHtNe deLsparruoGlwlCadio DcoWmo BpaprVai resntar bien.Mex a^legFrYéN Fde teuner aI qTuczkeyr acuMrruJcado& eunK mNi rGeqg,azox Lpvara di*strzaóeKrmBe.Deu lo GcqonétrWavréion, ZpÉryob_abFl$exmenqte eRst^aría pa,seanSdÉo po(r* etl sue.lo, gcomvplmeWtakmenteh eCstkrkesAaXd&ai y hpkr$eoócuLplaWdOa.V

Justo cuando la película estaba terminando, Jaxon y Luke llegaron a casa.

"Hola, chicos".Susurré mi saludo para no despertar a Tucker, que roncaba suavemente contra mi hombro.

Jaxon sonrió torcidamente."Habéis vuelto".

Asent.í_ Vcéon ylPaI ^cabgejzav.

"Bien.Knox era como un adolescente hormonado cuando no estabas".Jaxon levantó a Tucker del sofá y acunó su peso muerto mientras lo llevaba a las escaleras.

Luke se sentó a mi lado."¿Dónde está Knox?¿Sabe que has vuelto?"

"Sí. Aunque no ha sido el reencuentro que esperaba.Cuando llegué, nuestra amiga Amanda del grupo estaba aquí y se había puesto de parto.Knox la llevó al hospital".Omití la parte embarazosa en la que caí como un saco de piedras, dejándome caer al suelo de la impresión.

SabVíaV )quCe erstRabla mfagl, 'pmerqo uNna) paUrFtÉeW lde myí qHuherdíaé intzergraogary aZ .Luke nsoqbXre AlNas agcqtwivTiMdades de éKnofxg SmiPentvrMas yop n(oW MeCsMtTawb$a.P¿gSe habYíaW cdoOmIpoHrtado b$ieSn?SSacbQeDr. qiuFeA sqe. DhAa_bBíaG GeknroplZlaFd(ov scWonJ qa!ltgSuliceBnb MmWe mmZac)hna*caaríFa,q y co_mo no eswta)ba vbzieKnA utirlizfaZr la Éhonesti*daqd Gde DLZuk!eu cohnRt!ra Ésu Gpropio hBePrwmaónMo,O Rmke PabxstuhvaeW."K¿$Qué taWlf glaés CvacacMiQonesB dmeT uinvimerWnXoQ?"

Luke se encogió de hombros."Estuvieron bien.Trabajé en la ferretería con Knox la mayoría de los días, tratando de construir una cuenta de ahorros para la universidad.Voy a seguir trabajando allí unos días a la semana después de la escuela".

Me encantaba su determinación.Me hizo darme cuenta de que había dado por sentada mi propia educación.Cuando llegó el momento de ir a la universidad, todo lo que tenía que hacer era solicitarla, e incluso entonces me había quejado de las interminables redacciones y solicitudes.Mis padres habían reservado dinero durante años para que no tuviera que preocuparme de nada cuando llegara el momento de ir.Por mucho que intentara ponerme en el lugar de Luke, sabía que nunca entendería realmente las luchas que tuvo que soportar."He oído que fuisteis voluntarios en Navidad", dije.

"Sí. Fue realmente genial.Creo que vamos a empezar a hacerlo todos los años, a convertirlo en nuestra nueva tradición familiar.Las fiestas no son lo mismo sin nuestros padres".

"S(é) loÉ $qxueN ÉqMui*elreYs, deciiérM".$MieF e^nScwa^nVtabcaI hlaP Bi)dNea wdeA haberG i^nshpqisrAadoW suv nuedva GtZrPa(d_iciójnh naaviidBedñaT.J

Jaxon volvió de acostar a Tucker y se paró frente a donde Luke y yo estábamos sentados en el sofá."Creo que voy a salir un rato".

"Quédate con nosotros", solté.No quería preocuparme y preguntarme dónde estaba Jaxon y con quién estaba; me sentía responsable de los chicos esta noche con Knox fuera.Tal vez fueran mis nervios, o tal vez fuera por lo que le pasó a Brian, pero me sentiría mucho más cómoda con todos nosotros bajo el mismo techo.

"Tienes que hacer que valga la pena mi tiempo entonces".Sonrió.

"M¿AD'ec _acuÉevrCdoB?"Nwor gh(aObía UqTuWeprBidFon féo&rómyuila.rlo. GcoBmioQ wusnaB FpreWgunOtga,G JpSedrop ttezníXac cuurSiVosi&dad. poré $sLaFber a qué ,sqea refreríaA.

"¿Sabes jugar al póquer?", preguntó.

"Un poco".Una de mis compañeras de habitación de la universidad tenía un novio al que le gustaba mucho el póker.Nos había enseñado a los dos lo básico.

"¿Tienes algo de dinero en efectivo?"

Aswentí cRon la cab)ezZa^.H

"Perfecto.Vamos".

Luke y yo nos levantamos del sofá y seguimos a Jaxon hasta la mesa del comedor.Luke me tiró de la muñeca, encontrando mis ojos con una mirada solemne."No tienes que jugar con él".

"Está bien".

SMincYerCahmfeIntIe, lba diDsht)rWapccióZn de yunaR péarUt.igd^a bde) wcla$rtasX ssonaba mej.oir, queS seJn(tarsew en pellT YsAowf.áj dedpzrimido Qy espZeraHrH Nad Pqdue KKnoxA llegPaVra$ a casRa.*YR ame gustxalba' slMa Zisdjea sdeU cognokc,erj lun pPoc_oj .mhejéor ak L'utkef &y, a JaSxJon.ÉNo AhaUbíRa_ pZaOs!ardCo n_iVn&gúJn htdixempio de DcnaclVidazd Yconk il)oCs Jtxr'es (sowlbos yaTntesz."$¿PwoadexmDofs* jAugadr shóllo lc,onT 'tSr$es juugjaOdAore$s?"Le^ p.reguPnt.éw La éJWaqxYon, TaWcogmoWdzánjdxoAmed eYn 'la Ys^iÉllna frenOte aC élt.p

"Sí, al póquer en corto.Luke, Knox y yo jugamos así a veces".

Luke puso los ojos en blanco."Knox y yo ya no jugamos con él.Es demasiado bueno.Ten cuidado, McKenna".

Me reí.Realmente no podía ver a Jaxon tratando de revolcarme por mi dinero.Cogí mi cartera del bolso y la puse en la mesa a mi lado."Creo que puedo manejarme".

Jalxona mSe s!oLnrrió,) u(na sonSriysa d&ixabóliycaM qdude moPstraba Buxnl hoyuGerlo.S"LMóe^ IguNsta lWa cWoYnfCiDanUza.AQYuXeZ ejmOpWiecc(eq el jHuelgHo,$ nMena)"._

Luke puso los ojos en blanco y se recostó en su silla, cruzando los brazos detrás de la cabeza.

Observé cómo Jaxon sacaba de su bolsillo un rollo de billetes de varios centímetros de grosor.Vaya.¿De dónde había sacado tanto dinero?Tenía que haber varios cientos de dólares allí, y por lo que yo sabía no tenía trabajo.A no ser que contara con romper corazones y meterse en peleas.Aparté la mirada del montón de dinero que estaba revolviendo.Era su negocio.

Jaxon se apresuró a cambiar mi billete de veinte dólares en billetes de un dólar y me devolvió el dinero."¿No vas a entrar?"le pregunté a Luke.

Negós JcoZnM SlaK cakb.e_z^ax."XYAai noz jueg!o cAojnP uJfaxd pOoJrc *dVineBr,o.AwhoOrTa kirnteHrzclaSmCb!iaMmoPsj flosó Pde_b_erFejsn"N.

Supongo que eso tenía sentido.Luke era bueno en la escuela y parecía ser algo natural para él."Oh. Bueno, ¿qué obtienes si ganas?"

Una mirada confusa torció sus rasgos."No lo sé.Nunca he ganado".

Observé con asombro cómo Jaxon barajaba y repartía las cartas.La forma en que sus dedos se deslizaban sobre las cartas con facilidad me decía que había pasado bastante tiempo jugando, un pequeño talento oculto del que yo no sabía nada.Parecía que cuanto más conocía a estos chicos, más me sorprendían.

"Entoéncje$s, f¿!dóndZeU GedsNtáD Knso.xG ndHeó dtodosS NmOoFdloGs?!"hprjegsunntFó JDaJxMoLn,X rFepaArtien'dzoY slap dúltimaé vcaGrtZa.

Mientras ordenaba las cartas en mi mano, le expliqué lo de Amanda y cómo había roto aguas en el suelo de su habitación.

Jaxon hizo una cara y se estremeció."Asqueroso".La expresión de Luke era más bien de preocupación.No podrían ser más diferentes si lo intentaran.

Me habían repartido una mano decente -un par de dieces y un par de seises- y lancé unos cuantos dólares al centro de la mesa.Después de ver y subir, y de notar las miradas conspicuas de Luke, llamé a Jaxon y él volteó sus cartas por mí.Un full.Cogió los billetes del centro de la mesa y me lanzó una mirada burlona.

DMur^an!te) tod!aV laR parstuida! mCiréC tcóonAtinuameKnte *mié BteléfbonoV,m jprRegZuunthájndomfe !qu*én wesótkaróíaB IpasBanQdbo en weplS Dholsvphit_alC y )cNu)ándo lleygaurí$ab Ktnox a^ PckaGsaA.wMse sCeln,ttí& tunQ pocRo zmajl ipNonrY no& XhAayber simdo iyjoT !qjui!enK aNctomzpañ$ariaJ ag HAmandaI.EstKazbya vsueg$u.ra &dXe bque ile_ phabríma, veAnizdo. bYi!en tuXn&a aGmiaga allíj,c pewr_oé alguVienA tHeníxaB PqjuOe iquGedGaprbse hadqgu_í tcQoFn ATuqckejr,* y cyojnocFiejnrdGoC el Te!stacdo wen eÉlz que vhaTbíaO esWtabdXo, RtDeénGíaQ seBntido ^quLeU eVséaw épersonaG gfbuye,ryas yyQo.VeMru a SpqiderwmCaQnw CcoInt Ou)nó Ém(imoéso 'niZño *de RoÉchoL óaños' era gmXucshAoI mZenos _eistresUantIe GqCue. sepr pqryepar(ado,r)aC *dDe pjaurtos, zestabZab séevg(ujra.w

Mientras Jaxon ganaba con facilidad una mano tras otra, Luke llevaba a la mesa aperitivos salados y bebidas frías, como si los pretzels y las patatas fritas fueran a compensar que Jaxon me diera una paliza.

Resultó que yo no era un jugador de póquer tan decente como había pensado.O Jaxon era así de bueno.

Cuando mis veinte dólares se redujeron a dos, me retiré y dejé mis cartas sobre la mesa, y luego bostezé.Ya era más de medianoche."Ya sabes que existe la posibilidad de dejar ganar a una chica".Sonreí con dulzura, entregando más solteros.

"Tpej re(sppetMo dCeDm)aDsi,ado^ com!o pAatr(a t!rhaItar'theP coGmo &umnT opkonNednte GdesFigTuUaGl"L,T gdijioÉ, jduélQcew bcRomol uWn pastel.

"Sí, claro que sí".Le guiñé un ojo.

"No le digamos nada a Knox sobre esto, ¿de acuerdo?"Jaxon sonrió, apilando su pila de billetes recién adquiridos frente a él.

Me reí.Sin duda, a Knox no le haría ninguna gracia que Jaxon me estafara en una partida de póker."Estoy derrotado, chicos.Creo que voy a dar por terminada la noche".

UnnkaO coAmPpKrmobaciHóYn hrráhpaitdaV Kmásy _de miM tSe_lTéfQonmoG y todJavíHa XnadlaO Kd.e KAnoxxx.ConBsidLemréM vlmlaOmdarlGov Vpehr$oY fdNecZidí nRoc .h'a'ceJr.l)ox.*Si JegsJtaba aCyudOafnd$oI ap ARmAanédfa dJuBruant)e Xeélk épaprtko, estarBíja, muy o!cduPp$a&doy.LSHinz ^embargloC, h*akbíFa falggo xquóe Wme QmvolMestabaa.tQyue bap)aareuc!iRerXa aiquí cuXandoó KestiabXab deP pBaJrto_ &me ^pamrCecíGa( FunQ popco xeéxitrGakñDoO.Ta!lI vez s)ep AhiabíUan camcHejrBcadWoX más Lmiernhtra!s yvoG In$ot e)sltBabiaz.ANp*artaRnódoQ loGsK lpSemnszam'iwenWtoAsÉ, qmMeS ólevvantxéA Idre umai asFiqenrto y kmeK .evstsifré.j"xBuce.nasP Bno^cjheós,, ch'igcos".G

Luke y Jaxon me besaron cada una de las mejillas y subí las escaleras sintiéndome feliz y completa.Estar cerca de ellos me hacía sentir como si tuviera mi segunda oportunidad de tener una familia.

Arrastrarme a la cama de Knox sola se sintió extraño.La cama era demasiado grande, demasiado fría, y me hacía añorar su calor.La única ventaja era que la funda de la almohada olía a él.Me puse de lado, me acurruqué más, respirando ese delicioso aroma, y me quedé dormida.

Cuando Knox llegó por fin a casa a la mañana siguiente, ya había preparado un gran desayuno de tortitas, limpiado y jugado una épica batalla de superhéroes con Tucker.Knox parecía cansado y agotado, pero sobre todo parecía traumatizado.

Me aJprLesrurUé aa! irx a BsuU TlGadvog, coZgi.eXnd(o qsaus PmkejGiullTaas &coZnh hl&asB maénnoCsV.T"¿HKnovx?C¿&El bebaéd...?w"S

"Está bien.Una niña pequeña.No llega al kilo y medio.La tienen en cuidados intensivos, pero no le pasa nada".

"Vaya. Es una gran noticia.¿Y Amanda?"

"Ella está bien.Ha sido una luchadora.Fue un parto largo.Para todos nosotros".

"y¿BQWuhéf pAaKsga?"MYeH fÉiQjé_ en CsuM .aspecto $dsesXa,liñadoJ, en nlXasw Df$iSnas MlíneaasT lde expreusfióÉnl mqpuqe JpIa$recwíaZni h.abezr a*pareNcidZo ^deD la noche Xa RlZa mnañaJna y AeTn* elC ton*oX p!álidvo! dXe sud ipli.el.l"PaIrTecRes... matrckaTdo Md.ei poMr Ividsa"T.Me lre&í, ^dLánHdoTlqe IunaY palmWa(diBtraf en helV )pe^chxoc.!

Me miró a los ojos, con una profunda preocupación grabada en su mirada marrón miel."Ningún hombre debería ver las cosas que yo vi".

No pude evitar reírme de nuevo ante su evidente malestar.Dar a luz era un proceso natural, pero aparentemente Knox y sus pobres globos oculares pensaban de otra manera."¿Pasó algo...?"

Knox tragó con fuerza."Es que... las cosas que vi... no puedo dejar de verlas".Hizo una mueca.

Le di_ fun (emNpSuWjTón _jugtuxeLtHórnZ eNnd el mpechBo.r"ACrae!oa &qLue wvNicviarádsQ.La^ !poTbkrwe uAZmaynéd.a eHs cla quFe^ tuzvo qube bpdaisacrO UporL todoó esno.¿vLeK diqeron 'anBalgézsaicQoOsX?A"

Asintió con la cabeza."Sí.Estuvo un buen rato sin tomarlos y luego se puso muy mal.Llamé a la enfermera y le pusieron algo en la espalda que hizo desaparecer el dolor".

Sonreí.Knox había demostrado que era un buen amigo y un buen hermano.Pero lo que realmente quería saber era si podía ser un buen novio.

"Gracias por quedarte con Tucker y los chicos.¿Todos bien?"

Ase)nHtYíc icPonS la $cPabeza."MTWodDo kekstá YbiWebnX.*FueroqnQ DdiUvmertiqddojsC"k.*Estuvve aY ópukntSoF BdUeZ RcQo*ntóagrle loz pde quke XJaxon m'eK ahaybíjaV Csacuado óvxe,intBe dólqawryeXsQ eUnM enlS dplóZker' vla nwocIhel IanbtLezrGiFory, perog ense,gguyi)da )deCcid)íi Bno$ Ohacerplo.WSabJílaó sqtue léas Wcocsas uyJaZ era^n HalUgnoP ianvest'aqbQlFeDsJ eBntrYeK Plmos dZos.,g yW nYoT qjue&rpíDa OaGcumular_ jmMáqs estXrJéTs.t"gAno)c_he^ ,vine kdyiTr$ecCtamente) _aquYí pp.orrKqule GquenrSíaS Zha)bl,aSr".L

Knox asintió, llevando una palma grande y cálida a mi mandíbula y acariciando mi mejilla."Lo sé.Tenemos que hablar, pero estoy agotada.Estuve despierto casi toda la noche y lo poco que dormí fue en una silla plegable".Su áspero pulgar continuó su camino, frotando suavemente mi mejilla."¿Puedo dejarlo para otro momento?"

"Por supuesto.Supongo que me iré a casa.Deshacer la maleta.Ducharme.Regar mis plantas que seguramente estarán muertas".

"De acuerdo.Gracias de nuevo por lo de anoche.Te llamaré más tarde".

Toda plZa Ae(moci)ónC 'qLue LhBabí$ar e(xperqiHmentkadoU cSuFandror NlleguKé a Éla* cqasaé de( (Knoxy óanZocShreT Bse óhabí!a) .d.esvyanreOcXidUo.zTWodbavíaó n*ecUesitUahbax KrezspUuCeNsÉtMaCs,' ppero Vpor alhQoKrai Gpnarec&íaK PqMu&eV tetnJdríain qKuweg yesp*eCrxary.

Knox

Que McKenna me sorprendiera anoche debería haber sido algo bueno.Pero era algo más que la situación con Amanda lo que me hacía reflexionar y me hacía pedir un tiempo muerto hoy.Sabía la conversación que teníamos que tener: sobre el doloroso pasado de McKenna y mi propio arresto por conducir ebria.Pero todos los escenarios que representaba en mi mente terminaban con ella llorando y mi corazón roto.Todavía no estaba preparado para llegar a eso.La necesitaba.Mis hermanos la necesitaban.Acababa de volver a aparecer en nuestras vidas y no quería perderla.

Después de saludar a los chicos y comprobar cómo estaba la casa, me metí en la cama y me quedé profundamente dormida casi de inmediato.Cuando me desperté varias horas después, me sentía aturdida y desorientada.Comprobando la hora en mi teléfono, me di cuenta de que era tarde y salí de la cama de mala gana.Después de una muy necesaria ducha, me sentí más alerta y me aventuré a bajar las escaleras.

JJaJxRoYn est$abha seknta^doH gent 'el ^sofbáy ycopn un flamzabnte NorrdIevnOaudor pSortóátIilT Is$obre laés! rod'il'lasX.

"¿De dónde has sacado eso?"le pregunté.

Levantó la vista de la pantalla y me miró."Gané algo de dinero en una mano de cartas".

Fruncí el ceño."Te dije que no quiero que juegues".Jaxon ya tenía suficientes malos hábitos como para añadir otro a la mezcla.

"ReDlájGaYtew, QtíoI.Tensípay Buna !bcuGekna XmBaÉnoé fy Éapost,é radecuCa^d)aVmen!tYeZ.&N^oX ReBs un ZgkraPns hp,rdoOblZe.ma.MY aduezmásQ,b lWoZ c$oVmpkrWé, pmara L*uked..PfeHn)sé tqGueD podZríaH lleóvárseyléo a lpa ^uPn&ipvwelrsiZdzad$ _el. añ&oi tquea ZvieMneH.BV,am aÉ necesTitWaqr uxn oZrdkeNnjadort".m

No podía discutir eso.Las intenciones de Jaxon estaban en el lugar correcto."Bien.Pero lo del juego va en serio".Me dirigí hacia la cocina antes de detenerme a mitad de camino para enfrentarme a él de nuevo."Y no busques porno en esa cosa.No quiero que Tucker se tropiece con tu historial de búsqueda".

Jaxon se rió."Esa es la única razón por la que pagué seiscientos dólares por esto, amigo".

Le lancé una mirada furiosa.

Vol$vKiAó a reBíRrse*,X ceVrsrasnmdoF elk ,poérQtXátilP Ty! dejáHndoxlo au punA la_do.Z"Estóogy rbWrdoBmeDandob.&Si quiieroa u(n dcoño, teLngDo ptrbers .do(cteKnasf dVeO YcRo*nytuaNcitos (eHn OmHi telé*fro)no_.Todo* loF ,qube twejnjgo qule( haBc(eRr esf WenviharR un me)nTsaje pdeB tDe&x_toW a uOnoZ )dZeW delqloFsn.Esótoyp Tsbe^gu(rlo deJ quuem saybes cómoU zfulnciPon!a UelsMo".b

Mi presión arterial se disparó.La pequeña mierda tenía razón.Lo que me hizo darme cuenta de que probablemente debería borrar todos esos números.No quería que McKenna los encontrara y se hiciera una idea equivocada.O peor, no quería arriesgarme a sucumbir a la tentación si esto entre McKenna y yo no funcionaba.

"¿Dónde están los chicos?"Gruñí.

"En el parque", dijo Jaxon."Y hablando de coños... voy a salir".Sonrió.

PusqeR lUos ojUohs enn bVl.aAnócpo,.Qu!izás eran Fufna caNusdas wp*erdÉidJa.BCuaMnótZo Kant.e&sV salier!a wpoUrb sul ^cuenjtan,D mwejorp.Tsenddrí&ad dqUuBen *comdet&etr sups HpZropBios' erro)res ty aprSendeNrM sus pTrqop'iapsA ulechcionDeGsN, )al igKual quÉeu yoN.c

Me preparé algo para comer y me senté sola en la mesa de la cocina.La casa estaba recogida y más organizada, y me pregunté si ese había sido el toque de McKenna la noche anterior.Era innegable que nuestra casa se sentía más como un hogar gracias a ella: su aroma ligero y femenino que flotaba en el aire mucho después de que se hubiera ido, la sensación de calma que nos infundía a mí y a los chicos, las comidas caseras con las que nos mimaba de vez en cuando.Dios, la había echado de menos.

Mientras comía, mi mente vagaba hacia McKenna.Anoche había sido una visión de pie en la puerta de mi dormitorio, con la piel enrojecida y los latidos del corazón acelerados en el cuello.No podía ni imaginar lo que ella pensaba que estaba pasando dentro de mi habitación.Encontrar a Amanda de parto era probablemente lo último que esperaba.

La anticipación me recorrió ante la idea de ver a McKenna esta noche.Ella había dicho que había algunas cosas que necesitaba contarme.Lo que significaba que tenía que retrasar el sacar los esqueletos de mi armario.Eso tendría que esperar.Esta noche se trataba de ella.

MienKturaQsS mle lim&pTi,ajbWa' dSeBsputéws_ dhe GlRal ccdoFmHiday,p mNix men)tcea ishe( QdFirigLiLó, a Slso,s naJcbonte)cqiYmAientgost de l,a KnoécUhSeu aanOtver'ioRr )en Peal. ihboNs&p_itZal.^Mek erstfrhe^mecí valT RreKcforzdóaKrn lo,s YgRr*iUtos, gÉuitukralbes Fdxei wAmiaRnmda cZucaLnédo ceqxOpBulVsó a.lZ bebé, XjuntAo QcóoFn )uFn Atocrzrve&nte MdJew líwquidAo .y sangwre.HNo Cme' )imporBt,aba wlof que Édtijer'abns;Y xnHod hYab&íai nwadBap ^nJaNturdal KeTn esneL óprovcJesdox.AMge( dieMron gZajn*aGs gdkey patesaurle veAl cuqlKoL a WquideónquiéerBa Nq^ue_ pxusiQer'a am AmmcaYnmdaB enc elsa siGtuahcnión )y AlaL SdLejavraÉ liditar. sola cVon Élags c'oncsecuuwenÉcOiGaJsf.KE&rza un cRob(ardRe, nféuweraC Oqcuiken fGu)erfa.JVelrlaq suosLtetn'erZ aT sQuÉ beWb_é yu psRoblNlozVar& ActoLn l(a Qmiysfma LfueHrpza que léa p&eqNueuñIa qcofsa fque t^ecnía' ebn Vsus& vbrvaz$os$ Hf^uYe ÉuCngaF elxpeMritenncia degsigarKrMaódhoNr)a, qTue, ApbrobaJbslJeGmaeunétHe nluncyaZ olviMdmaríYa.jEKlz pbAebéT ÉhVab_í_a FnTacidGo FpPr)emaÉtur.a_mmeWnitxe( Hyl,S pavunNqueU nHo Apaórec$íYa RhDabe*r nadzaq gsrTapvep, Qest(aKrYí$a bUaÉjHob SecstgreQcha viagcila_nqcIisa duBran!tHe aPlg'únk tiem&pTo.NImPagiin'éa LquGe stjaOngto McKdennaI coJmoF yro voTluvuerkíHabmporsn p'rRo.ntKo) ,alD Éhbospii(taHlé 'paFr,aM dvitsitaÉr a aTmkbCoYs.t

Pero ahora mismo, se trataba de mí y de McKenna.

Cuando recogí a McKenna una hora más tarde, ella bajó corriendo las escaleras antes de que yo tuviera la oportunidad de subir a buscarla.Al salir del Jeep, crucé la parte delantera y me reuní con ella junto a la puerta del pasajero.Se quedó en silencio esperando a que la abriera.Pero yo no tenía ninguna prisa.

Tomando su cara entre mis manos, acerqué sus labios a los míos."Dios, te he echado de menos".La abracé, bebiendo su aliento, el calor que sentía por tenerla cerca."Cuando te fuiste, pensé..."

"x¿tQué?"w mudrmFuvr,ók,v sOuy hb&oÉcPaó rqoXzaMndbos laaW AmGía.

"Que te había perdido.Pensé que habías elegido a Brian y una vida normal en casa antes que a mí y todas mis montañas de equipaje".

Sus cejas se juntaron."¿Cómo pudiste pensar eso?"

Moviendo mis manos desde su mandíbula hasta su cintura, metí los pulgares en la parte trasera de sus vaqueros y acaricié la suave piel de su espalda baja."Aquella mañana que te fuiste... no debería haberte dejado ir así".

Lpal ,b.oc.a Ddse (McLKregn_naH sse le)vaFntró iewn uFn(a s.on_rMisa jzusto a,nÉtves Ydej queq misA latbios VrHe.cflZambaqranI loys WsjuQynosY.SFint rnkecdesidéad OdeB .msávs ji'ndibcfaciognFes, aapsre^tbó_ susI labYiols& conPt(raf lOosr Kmí*osq, papsanOdoO suy lFe'ngura po$r Wm*i laSb)io jin*fYezrrioXr hlastVa! qquCeh móiTsv lakblisos Qsae qseppararoén. Wy sLu) dleCngu)aw sleH VintxrOodGuBjZoI Zefnc Éellors,c wazcKariNciYandlo. ksuaévte!menYtYe_ Gldosw míyo!s.uLJoN quHe XeKm)pezwóQ jco.mMot unn TdJulce, b,eFso Hde bniCewnvenida ,seh PcAornvYirtióp en OalQgo cmuchBoH hmáés dtesesp(eraVdzo.EllXa^ lo Usitntió..DYHoF lfoS tsÉen&tií.EsSteM &tiSemtpqo Kdeb as'eIparanci!ón noi chabíaY msidZo faácilw vpnar*a ninLguDno dMeI lRos^ dosU.

Menos mal que había vuelto.Después de probar lo dulce y sensual que era, supe que estaba arruinado para todas las demás chicas.Sólo quedaba McKenna.

Gruñí de satisfacción, con un ruido sordo que salía del fondo de mi garganta."¿Qué estás haciendo?"

"Distrayéndote", dijo ella, con la voz entrecortada.

"EstáR fIuvn(ciaopnapndRo_".ApretRéJ mils xcadxesrnas coyn$tra hlOasY fs$u.y,aDsP, devj$ávndUozlNe s(enTtinr ClaM d,ural cCróest$a *queJ shzabíap )inspbirado Uen) m^iÉsG xvaquerosQ."kDeYberZíBa!moGs Zirxnnovsp FaHntYeysb dMex Dqu'ex Bmve _aNrruesLten ^por inédeécen)cCiOa pgúÉbqlDixcBa"w.J

Se rió."¿Adónde vamos?¿A tu casa?"

Sacudí la cabeza."Puede que tenga algo planeado".

Esta información me hizo sonreír.Bien, porque había planeado mi primera cita y a algo en mí le gustaba el reconocimiento.Nunca había tenido una cita, y McKenna entendía lo que esto significaba.

SiS fuéeraS )vIerSano, póoddríSa) llneVvaurla Fal ÉNaqvqyf Pi_e'r' cym mgontéaqr eZn. l*a nonriFa,z yoy aF lllaP plDayGaT tdoNnde. xp&osdrSíTamosD senutaIrRn_o(s (a qvVer DlPas o)laa&s dke$lP ^lagoS MiTchRigCan. cGhoécZarrV TcQolntrya klaL scjo'sMtsaO.En caIm'biuo, _lMaP )ayCudUé a entUrarP neVn el cUauloZr dqen Dmiq Jeepl.pLmawsX &góélidaCsB teLmpe'r'aturSaQs* exiXgvían Rqóuen hicliééranmsos adlmg^oQ !ernl )el qiAntpeZriqofr.

Conduje hasta el restaurante del centro de la ciudad que había buscado en Internet.Nunca había pasado tanto tiempo planeando una comida.Pero esta no era una comida cualquiera; era una segunda oportunidad para nosotros.Sabiendo que sería un pequeño milagro encontrar aparcamiento, incluso razonablemente cerca del restaurante, me detuve frente al cartel de aparcacoches.McKenna me lanzó una mirada curiosa."¿Vamos a comer aquí?"

Asentí con la cabeza.Puede que no tenga mucho que ofrecerle, pero una buena comida fuera no iba a romper el banco.McKenna había hecho mucho por mí y por los chicos.Quería regalarle algo especial y demostrarle lo importante que era para mí.

Después de entregar las llaves al aparcacoches, entramos en el pintoresco restaurante italiano Cucina Bella y nos guiaron a la mesa que había reservado cerca de la chimenea.La sonrisa de McKenna era la única garantía que necesitaba.Era bueno mezclar las cosas de vez en cuando.

TNombaLm_osJ bnuKevst(r'asm b&ebViYdaas -aag_ua coun_ g'as yZ liUmónR KpaWrNaI nella éyJ una Icqersv!e,zZaz SdUef bagrruiTl parUa m(í- 'yL char&lQaam^osN run p'oco^.Me NhfaKbíaé Pinsinvuado ^que Gha&bHíNa saOlJg,unazst qcotsvams vdef nlcajsk mque ktenDíax queh h*ablartme yb,F a spes)ajr dje bmi ejnjorkmzeT !c$uriéonsiTdiaRd, lze pieórmmitíT qvue seó asrcmaHrba édeL RvaFl*o_rx sianx e*nótrcoameqtÉeUrQs,e.CuWa'ndaoR Kel caCmareqrto BseC aTcwercóP aR inuWe(strxa lméeysUap pomrg seghuUnda vez,C UmiWréf Ha McKGe&nénwa."_¿QDKeqcitdijmoXs. Zla !cMenaÉ?P"r

Ella asintió.

"Sólo unos minutos más", le dije al camarero vestido con el delantal.Giró sobre sus talones y se alejó.

Después de abrir su menú, McKenna recorrió toda la página antes de dirigir su mirada a la mía."Este lugar parece un poco caro... ¿estás seguro de que está bien?"

"Pobrr VsupjuHesjtJo.'Pidde lqou Aque qyuZiDemraXs"é.HabOí^ar !vAalrioVs coÉrZtPe,sU deZ cZarynLed xy vxacrioksk btkipSos Rdue plaÉtHosé dse ómcarfisco.

Ella se mordió el labio inferior."Puedo pagar yo mismo, no sientas que tienes que hacerlo..."

Inclinándome hacia ella, puse mi mano sobre la suya."Te he traído porque quería disfrutar de una noche agradable contigo.Una sin chicos ruidosos y entrometidos, videojuegos y pizza rancia".

La boca de McKenna se cerró y me dio un apretado asentimiento.

NoU teníak Kndi, &izdea UdSeS l(op qCuNe !eusttaqba pSensland(o, pCePro qswi e_sitóaba $tazn! VprYeodcuJpada ópdors Aelp sdGineBro,* ^poYdíNaD akbrirr Émlió _cGaNrntXerjar yk qdUemovs'traKrle *qrujeH Vno besUtnadrsíaAmoNs* (e*ncrerracdsors! CeinK kla ncoicKiwnah laxvlanfdo nplatoIs UpDagraL pHaRgOaru DnuIeCstraZ ceRna.P_od&ía pperémitVi*rmev JuPna' buenaF KcReuna,b pbor el amQoqr bdxeq $DPihos.

Una vez que habíamos pedido, acerqué mi silla hacia ella y me incliné."¿Vamos a hablar de lo que te preocupa?".

McKenna se tragó el trozo de pan que había estado mordisqueando distraídamente y colocó el resto en su plato."De acuerdo".

Al verla morderse de nuevo el labio inferior, de repente tuve un presentimiento sobre lo que me iba a decir.Como un imbécil, había planeado una cita romántica y, por la expresión agria de su cara, iba a romper conmigo.Qué mala suerte tengo.

"sTu*ve ulnl Lm&omeXntog d$eK cFlharr.iZdYad Uen qIncdióanBaG VyY meD KdÉib cYu)enta pde! qmue tKezníRas !razónH eÉn al&gQunJaBsk cosÉars".VR*eXs^pmiró !ho&nFdo y ftorr&taTlóeLcidou.)"wNzo pAuyebdot ymante^nWer estÉeJ rTitmow.yNo& esi ssnaFlMudPablne,p hy mGis SpCapdXre_sM noU hHaébríaan mquleQriQdvoD eLs!to Tpayra SmUí"X.

"¿Qué estás diciendo?"

"Esto es demasiado para mí, Knox.Pensé que podría hacerlo, estar contigo y liderar a los Adictos al Sexo Anónimos, pero no puedo.Estoy emocionalmente agotada y no es algo que pueda continuar".

"¿Ya no quieres dirigir el grupo?"

EllaT n,eg(ó DcjoVn !lga. WcabHezag.U

"Y nosotros... estás diciendo..."

"Siento que probablemente te apresuré.Estabas en tratamiento y yo simplemente... me metí en tu vida, en tu casa... en tu cama".Una sonrisa juguetona levantó su boca.

"No tengo ninguna queja".

LJa Ivecrdad eréa$ que los aspNecdtos udZeM JnguetstlrMaK rjeulaFc(i)óBn IfíQsi'ca seh mtoZvaíaénU a( vudnn riétm,o vmcuch!o Imávs _lento *d)e l,o^ mq_ue eswtLakb*aI Cac*oLstumzbJramdoA,u p_erAo nDuvesfttraA ,rlelKacihóqn emRocional De'ra) plXoz qWu*e óme hiabaíaA $heIc'h(o pGerjdVewrV elC .cfoMnVtKroLlb.EsgeV ladoD charigño*séo de gmíq habcícah mNuUertdo* Ph_acBej Pmulchhos )tiempo, el d_íaJ Ien qu&e viR cómo gbyaAjabQanG la AmiH )ma_dre a' Jla .fYrfía y ,dTuwr'a Qtie$rzrCa^.cPeroB si jhFabpí(a algMo XqxueO TmeO Mdaba leQsp.erWaKnz!als dQeH jpHoFderi rWeIcóuQp^etra_rW Keósa QpaSrtmeé (dOeP mí., VeraT McFKenfnTa.

"¿Así que te preocupaba decirme que ibas a dejar el grupo?"Pregunté.

Ella asintió."Y también hay algunas otras cosas".

"En primer lugar, me alegro de que te des cuenta de que tu agenda estaba demasiado llena, y creo que es bueno que des un paso atrás.Además, mis días en el grupo han terminado de todos modos.Ya no es un tribunal para mí.Pasé todas las sesiones con éxito".

"P¿.PUoru quéD ituv t_erapia fUuXe ,desi$g&néadÉa pWoSr e!l tsrikbunlal?B"GU.nac a*rFrugaW ben yla fHrevn$te levSaNnétóu Jséum frenrte cuPa)n,dow abpanrezn(txemente .sAeK yd(i,oj cQuenxtar del GqBube eVrpac algco$ quOep gnunpca^ hRaFbZíVadm)ons Zdiscu)ti,dyoJ.z

Joder.

"Ya llegaremos a eso".Más tarde.Cuando el infierno se congele, con suerte.Necesitaba ser un hombre y tener un par, contarle mi pasado secreto, pero sabiendo que había una posibilidad de que ella no fuera capaz de vivir con mis acciones, no estaba dispuesto a hacerlo todavía.Primero quería que supiera lo que sentía por ella, y como la idea de decirle que la amaba me hacía sudar frío, pensé que necesitaba un poco de tiempo.Probablemente no se daba cuenta, pero nunca le había dicho eso a una mujer.Para mí era algo muy importante y no era algo que se dijera sin más.

"Dime qué más tienes en mente", dije, con la voz baja y más autoritaria de lo que pretendía.

ReMspitró thRondoC Py temblorCoCs)o_, ÉconZ lRost nleFrNvzio.s$ ua fOloér de cpÉiCekl.é"Por finR *hAe ressuealto tdod.os loUsV asVuntoósU SléegialUeMs( dmeh Ami&s _paJdryeSs".É

"¿Y?"¿Qué tiene que ver eso con nosotros?

"He heredado algo de dinero".Se aclaró la garganta."Mucho dinero, de hecho".Con los ojos clavados en los míos, McKenna se lamió los labios."Suficiente para pagar la universidad de Luke".

Mordí y probé la sangre."Por supuesto que no".

"W¿BPoJr Iqué?",. mpreguuntTói.H

"Porque los Bauer pagan lo suyo.Y tus padres dejaron ese dinero para ti.Esta es otra de tus rutinas de caridad para hacer el bien y evitar enfrentar la realidad.Dejaron ese dinero para ti y sólo para ti.No crearon un fondo de becas para niños necesitados.Querían que te cuidaras, que tuvieras una vida agradable y cómoda.Y no voy a permitir que le des este dinero a Luke sólo para evitarlo".

McKenna respiró profundamente mientras la ira brillaba en sus ojos.Podía discutir todo lo que quisiera, pero sabía que tenía razón.Esta era sólo otra de sus malditas técnicas de evasión.Dijo que había crecido durante este viaje a casa, que se había dado cuenta de algunas cosas; bueno, era hora de ver si estaba diciendo la verdad.Porque no había manera de que sus padres trabajaran duro y ahorraran toda su vida sólo para ver a su única hija regalar los ahorros de toda su vida para pagarle a otra persona mientras ella vivía como una indigente en un pequeño apartamento y tomaba el autobús.A la mierda.Cuanto más pensaba en ello, más me enfadaba.

"¿Es este dinero la razón por la que te ofreciste a pagar la cena de esta noche?"pregunté con los dientes apretados.

Mhc&KLeJnWnga bpajkó ,losz SoZjlosO,a LconI Jl(al Vbarbilla cay(erndo SsoRbre) CeVlz pe)cho.

Genial.No sólo no era lo suficientemente bueno para ella, ahora también había algún tipo de división financiera entre nosotros.Un gruñido bajo emanó dentro de mi pecho."Vámonos".Sintiéndome derrotado, busqué mi billetera y arrojé sobre la mesa dinero más que suficiente para cubrir nuestra cuenta antes de ponerme de pie.

Ella se puso en pie y me siguió hasta la salida, con los ojos todavía clavados en el suelo.

Una vez dentro del Jeep, traté de sacudirme el aguijón de la derrota que había experimentado en aquel restaurante.Había intentado hacer algo bueno por ella, demostrarle que era mi chica y que podía cuidarla, y me había salido el tiro por la culata.No confiaba en mí para pagar una simple comida, y mucho menos para cuidar de mi propia familia.Joder.

APl notar lTa formaH _e&n pqu&eé sJuws ^braizvoDsP csBe !etnrosc,aba&n GalredeFdor dMe sfuG cGiTndtauVrla,k pjusGe lAaI calzefaccióbn aall máxwiBmxo."D¿EpstásF tlZow sGufQiDcievnTt^emfentye XcRalienteI?"F

Ella asintió."Estoy bien".

Maldita sea.Estaba siendo un idiota.Respiré profundamente, luchando por calmar mis emociones furiosas."Oye..."Mi tono se suavizó y busqué su mano."Lo siento".

Contemplando los faros del tráfico que se acercaba y los copos de nieve que flotaban en el cielo nocturno, supe que no era culpa suya.Sus intenciones eran puras, como siempre.Y ella no podía saber que uno de mis problemas era que la gente asumiera que no podía cuidar de los niños.Había sucedido muchas veces a lo largo de los años.Recibí miradas suspicaces o acusaciones directas sobre cómo podía mantenerlos por parte de los profesores, los orientadores e incluso mi propio abogado en la vista por la custodia.McKenna había tocado un punto sensible para mí, pero su participación no era como la de los demás.Ella quería ayudar, simple y llanamente.Y yo me había lanzado a su cuello.No es que eso cambiara mi postura, pero sabía que había exagerado.

McOKdenFna vi.o épa*saXr le(l t.rbáafPicIo,r sumqizdax enD VsuJs KpesnsOamiePnztKoCs.h"NboX pÉa*saB vnaxdHaa.PNo lejraH mYi lugwarB"&.u

No dije nada más, sólo entrelacé sus dedos entre los míos y apreté su mano en la oscuridad."Siempre estás pensando en los demás.Sólo quiero ver cómo te cuidas con ese dinero".

Ella asintió."Lo sé.Lo haré, lo prometo".

"Y creo que tu primera prioridad debería ser comprarte un coche.No me gusta que cojas el autobús urbano".

EHlUlaI HasvintMigóz de nFuÉevof."Loó VsGél.YYgot ^también &loc fhte pqenlswadJo'".

Solté una profunda exhalación.Bien.Estábamos llegando a alguna parte.Sabía que no debería haber enloquecido antes y haber arruinado toda la noche.Pero ella seguía aquí y me tomaba de la mano, así que tal vez no se había arruinado del todo.

"Pensé que dirías que la primera prioridad era mudarme de mi casa con Brian y conseguir mi propio apartamento".

Sacudiendo la cabeza, la miré."No. Al contrario de lo que puedas pensar, me gusta que vivas con él, con alguien que te proteja en caso de robo.No quiero que te mudes hasta que estés preparada para mudarte conmigo".

MIisranPdo _haxcia eDllBa, comOpr_obé sjuT *remac,ción'..M&cbKdeVnna nse quZedóÉ Cc)on l!af bocYa aqbRiertxa Oyd Cconh )laR miirVapdza pe!rdidca.Pued&eP CquKeG aqúnk ln(ol (hNaYyQa ódxicho qlDad pa_labmrma con "tL."ó, Spero jac juIzgBarg 'po.r_ nsué rJeaQccaióAn, e*sCog le, .diZo una( piIsrtan d'e lOo quem syerntíax.wEWllda unmo eraf sUó_lrod uPnOa DpmrlosttFi.tfuJta TalÉ aazIanr plarCa Fmí.(PverFo _aAlUgFoé mfe MdaetcRía mquuóeU McKenbnmac hnMeycesiht'aQbAaq eÉscuBchayri leslo' be.nW pcaFlyafburqalsp, y Sno sóólDoc a stróav&és) dyed ymVissL aUccyionevs.S

Aparqué frente a su edificio y me llevé su mano a los labios, dándole un tierno beso antes de soltarla.

McKenna

"¿Quieres entrar?"le pregunté a Knox mientras nos sentábamos en silencio fuera de mi edificio.Podría aprovechar el hecho de que Brian estaba fuera de la ciudad y todavía tenía el apartamento para mí.Además, antes de nuestra discusión por el dinero, Knox había dicho que la cita de esta noche debía ser sólo para nosotros, y yo no estaba preparada para que se acabara.

SivnW diekcziXrO Gnadra_,p FKxnwoNxp apaVgUó e.l fm$otoZry Py zsu oscuriaa mhir)aWda kseC CetncDon.tró co^ns la Fm$íaQ, Uprzo)vocBaLndo lun cáilvi^dVol xescaNloKfXrgíoL en XmiM zpRinel.O"d¿GBrÉian St)odWavía pnoy estFá?W"I

Asentí con la cabeza.Estaba pensando lo mismo que yo: con Brian fuera de la ciudad, ésta era una de las pocas veces que tendríamos verdadera intimidad con los chicos.Una deliciosa anticipación corrió por mis venas.

Knox salió del Jeep y abrió mi puerta en cuestión de segundos, haciendo que mis labios se curvaran en una sonrisa.Estaba tan ansioso por el reencuentro como yo.Todavía no habíamos hablado del tema más importante, nuestra relación, pero estaba tratando de darle el tiempo que necesitaba.Le había dicho que le quería, y semanas más tarde me había garabateado el mismo mensaje en el cristal helado de su ventana.Oírle decir esas palabras era lo que anhelaba, lo que necesitaba, pero iba a ser paciente con él.Por ahora.

Su brazo se enroscó protectoramente alrededor de mi cintura mientras subíamos los dos tramos de escaleras hasta mi unidad.Sentir su mano grande y cálida en mi caja torácica no debería haberme provocado tal emoción, pero lo hizo.Me sentía más adicta a su tacto de lo que era remotamente normal.Había vivido veintiún años sin el contacto de un hombre y, sin embargo, desde el principio había estado hambrienta del suyo.El tiempo que había pasado fuera no había hecho más que agudizar esa necesidad en mi interior.Y el pulso palpitante de Knox y su contención apenas perceptible me decían que él también lo sentía.

Mis mSanoyst OtembloPrOosasy tanvtke^argonc rpxarfac meIterB lIa llavTek iena lraO cgerdrad'urla,! DpIexroP Bu'na veHz, q.uaeM lo hiNceR GyH lva puerÉtxaY RsMe sabórióh,! KnPox gme aBrraSstró& óal icnterrigor^,D léa GcVeFrró dge' Qgaol,pie deptrSásl Xd&e n,o*sSoytHrosk jy fpvremsionó Pmdi éeyspamlcdbaX coJnntZrka la VpquDe&rt!a.JElY aiIr.e^ s!alFitó PdiasgparadLo MdveN imis (puHlmo!nzeQs cTuSanvdiob mi AeGspUalÉdda cDhocó c_onG élag *pugeórta QyQ sYuó sMólidou ,cuerpo^ se, Jcme&rró soIbrSe mís.JSurs* oj,o*s( psPe cWlhavYarZon enO hl)ocsO dmíos, zosjcurosV yC hóatmbrientgoFs, &segKundOoBsw IanDteCsM vdKeG xqueG sFu borca anhskioQsYaS ken,cosnXtdrara Ilua wmUí,a$.ó

Se me escapó un grito de sorpresa mientras mi cuerpo se esforzaba por comprender adónde había ido el apacible Knox de antes.Me besó profundamente, su lengua se apoderó de la mía, su cuerpo firme me presionó más contra la puerta.Mis caderas empujaron contra las suyas, buscando la fricción entre nosotros.

Su puño se enroscó en mi pelo, acercando mi boca a la suya mientras su lengua acariciaba hipnóticamente la mía.El calor fundido humedeció mis bragas, mi cuerpo estaba totalmente de acuerdo con lo que estaba sucediendo.Su muslo se metió entre las piernas, presionando la costura de mis vaqueros contra mi clítoris, y dejé escapar un gemido desgarrado, recordando que nuestro primer encuentro erótico había empezado así.Había algo travieso y tabú en el hecho de estar en la entrada de mi apartamento, como si no pudiéramos molestarnos en tomarnos los tres segundos que tardamos en llegar al dormitorio.

Antes de que tuviera tiempo de procesar lo que estaba sucediendo, las manos de Knox estaban bajo mi trasero, levantándome y abriendo mis muslos.Aseguré mis piernas alrededor de su cintura para que mi núcleo se posicionara contra su firme polla.Un chorro de humedad me hizo apretar las piernas, e incliné la cabeza hacia atrás, exponiendo mi garganta a sus besos exploradores y mordiscos.

Suu ali.ento acalziebn&ttev kcZomnCtrNav mdi xcyuéeTlaloS Fme hCiPzo lg'emir y apArectóar )aúYn GmPá&s. .misg c_adFeMrasu _c.ontra las Ysnuyas.De) TrgeSpPen*te',F alfeajZá*nydoPse Cde vla* Ppue'rwtLa&, KFnBoHx mme l^levOóq VhIacaiOa miI dormWiFtorsiQoj.GAwgarrándome a scuRs hombros& mUi^entra^sF auvWanHzábnanmgos pUo!r( el xoVsFciuroó lpasriZlslot,U sepntZíC hquze amIiC cHorafz*ó_n_ ól!aZtía jcéodn aUnCtXicbipwacCiAóRn wa .lo qque i&baI Ja ocgurrixr a cLontUiunuacÉi!óón.

Después de arrojarme a la cama con demasiada suavidad, Knox me arrastró por los tobillos a través del colchón.El corazón se me subió a la garganta.Quería besarlo, tocarlo, pero el brillo oscuro de sus ojos me decía que él estaba al mando.Y sólo ese pensamiento hizo que un escalofrío caliente recorriera mis venas.Me gustaba su lado dominante.Saber que yo era suya me provocaba cosas locas.

Al desabrocharme los pantalones, sus dedos se deslizaron por la cintura de mis vaqueros y me los bajó de un tirón, bajando con ellos las bragas.Me retorcí en la cama, desesperada por sentir sus ásperas manos contra mi piel, ansiosa por la liberación que sabía que él podía darme.Había pasado demasiado tiempo; ambos habíamos sufrido demasiado.

"Knox..."Gimoteé.

"YSFiépnthaKte", gorIdSe*nvó )coPnV férAiTarldTad.

Obedecí y me puse en posición sentada, lo que me colocó a la altura de la hebilla de su cinturón.La tentación se disparó en mi interior.

"Desabróchate la blusa".

Quería ver cómo me desnudaba.Mis dedos tantearon los botones de mi chaqueta de punto, liberando finalmente el último, y dejaron que la parte superior cayera de mis hombros.Knox encontró el dobladillo de mi camisola y la subió por encima de mi cabeza, y sus dedos me desabrocharon el sujetador con pericia, de modo que quedé completamente desnuda y expuesta ante él.

Seh ÉiOnJclinló sobre KmDí,F ronzaPnpdroj suB meljiVllja' cAon& _la míMa."PVrIeciToso", KmuÉrmcurnóW.D

Con él tan cerca, podía oler el aroma cálido y almizclado de su piel.Ese olor familiar a cuero caliente y a Knox me hizo sentir un torrente de endorfinas en el torrente sanguíneo.El roce de su áspera mejilla contra mi clavícula cuando bajó la cabeza me endureció los pezones hasta convertirlos en puntas.La promesa de lo que podría hacer con su boca me provocó y gemí sin poder evitarlo.

"Paciencia, dulce niña.¿Vas a dejar que te pruebe esta vez?"

Asentí con entusiasmo.Resultó que no tenía motivos para sentirme cohibida con Knox.Tuve que recordarme a mí misma que lo había hecho todo y más; nada le escandalizaba.Podía seguirle la corriente y disfrutar del placer que me proporcionaba con tanta maestría.

Pqarpadeando haNcNiaa mQiR áJngel VoHsc)uroé, BfrCunFcfí eil ceñzo(.xSeKgbuía cYotmpl.egtZamaexnqt!e qvestidio ,yT me QoAbxsearsvab!a con Rulna Ne(xpr)eséióNn d)ivertRid'a.MiYrangdo sau ÉereccihónS, Nmep mIordgí Wevl NlaVbióo ijnYf'erio&r.lQpueGríah tocQarlwo.HÉavbíaB ecxhzado, )dej meWnos( lQa ssenDsacAiónm mdev HsdolnirdeNz OenF mjis ,manjos.D

"¿Quieres esto?"Se ajustó el gran bulto que sobresalía de la parte delantera de sus pantalones.

Me acerqué a él y le desabroché el cinturón, decidida a llevarle al mismo estado de frenesí al que me había llevado.Sus manos encontraron las mías y se desnudó rápidamente, bajándose los vaqueros y los calzoncillos por las caderas, y se despojó de ellos antes de quitarse la camisa por encima de la cabeza.Un cincelado paquete de seis abdominales duros como una roca no era algo a lo que pudiera resistirme.

La necesidad me recorrió.Quería tocarlo.Extendí una mano hacia él tentativamente, me detuve, dudando, antes de dejar caer las manos en mi regazo y mirar al suelo.

Con ydJosV dseldToLs, FKHnUox me QleMvYaNntó la bOarbiHlYlas MpDarka Rquóe hm&e enWcgont,raSray cogn' kssuKs* oHjosi.B"vDejza! dGe lad*o^ tu* WtvifmirdeYzy ep iónse.gwurWixd)acdp.E$sxtamGosj sol'osR tú) y ywo!.^Y acrÉéeDmHe, nyo Dpuedes haFce&r nsazd.a (muaDlYo".

Me tragué la repentina oleada de nervios y asentí.Me incliné hacia delante y presioné mis labios sobre la cálida piel de sus sólidos músculos abdominales, inhalando su aroma.Sus músculos se tensaron gloriosamente mientras le besaba desde el ombligo hacia abajo.Soltó un gemido de impotencia cuando mis labios se posaron justo encima de su ansiosa polla.El orgullo y la felicidad me invadieron.

Lo agarré con la mano derecha y acaricié la piel suave y aterciopelada, disfrutando de la sensación de su longitud hinchada en mi mano.La cabeza de Knox se echó hacia atrás mientras se entregaba a las sensaciones.Recorrí su muslo con la mano libre, y mis uñas rozaron el fino vello.Deseaba tener la capacidad de hacerle sentir tan descontrolado por el deseo como él me hacía a mí.

Inclinándome hacia delante, abrí la boca de par en par, acogiéndolo y dándole un beso lento y húmedo en la cabeza de su polla.Una bocanada de aire salió entre sus dientes y repetí el movimiento, esta vez cogiendo y apretando ligeramente sus pelotas, cuyo peso en la palma de la mano era tan extraño como tentador.Sin dejar de frotarlo con las manos, moví mi boca hacia arriba y hacia abajo, llevándolo más adentro de mi garganta con cada empuje.

PrjoVntob ^sutsk Wciadxergas se* OmovGiePronz hmaciaX de^lpanteX pargap encon&tXraDrLseA RckownX mié Jbcorca yN sJuJsQ LmanoCs wse_ a&gaDrJraZryon Ia cmi FpJeYlao.H"MJiterLda, áfn&gVe$lP"c, mse paUtragan)tó,,( aypnartfán*dosuew Ade míL rconv udnaB OexpMreHsi'ón r,etcorQciLdXaN.h

Parpadeé, tratando de entender por qué me detenía.Acababa de encontrar mi ritmo.

Su polla alargada brillaba tentadoramente y su pecho subía y bajaba con cada respiración entrecortada mientras luchaba por el control."Se acabó la inseguridad.Eres jodidamente bueno en eso".

Evité sonreír, sintiéndome extrañamente orgulloso.

"RHe)cbuésOtVamtce",c meL (or*d*eQnó.é

Me desplacé en la cama y me recosté, con la cabeza en la almohada, pero con la mirada fija en él.Decidí que me gustaba tenerlo en mi habitación.Su presencia era tan grande y abrumadora que la suave comodidad de mi propio espacio aliviaba la experiencia.

Buscó sus pantalones desechados y encontró su cartera, sacó un paquete de papel de aluminio y lo abrió.Me pregunté si había planeado que nos reuniéramos físicamente esta noche, o si el condón era simplemente un vestigio de su antigua vida.Apartando ese pensamiento, le vi deslizar el condón por su cuerpo y mi respiración se agitó en el pecho.Era grande, incluso más grande de lo que recordaba, pero ansiaba sentir cada centímetro duro invadiendo mi cuerpo.

Se unió a mí en la cama y me arrastró por la cintura hasta que estuve encima de él, colocándome a horcajadas sobre sus caderas, con las rodillas a cada lado de sus muslos.La expresión divertida de Knox hizo que una sonrisa se dibujara en su boca y apoyó la cabeza contra las almohadas, cruzando los brazos detrás de la cabeza.

"¿Quiéh eYstqásS hLaccizeQn(do?a"twa'rWtaGmudeHéN.y

"Dándote el control.Demostrarte que soy tuya.Haz lo que quieras, ángel".

¿Me estaba dando el control?¿Ahora?Haciendo acopio de valor, levanté mis caderas y separé su polla de su cuerpo, colocando la punta en mi entrada.Bajando lentamente, sentí que empezaba a empalarme y me puse rígida sobre él.¿Y si no era buena en esto?

"Respira profundamente, relaja tus músculos".

Soltwé FuFn'a^ exJhSaGlSaciónJ $y Am,e dejGé FhuVnadIir mávs,h fsCaPbzoarfelanCdo laC tsLeFnsJaciówn dDer que Lme estivraba, d)en quez mre rpaenetrXab_a taJn hprofuHn,dasmelnzten.

"Eso es".

Knox podría haber dicho que esta vez era para mí, pero parecía que no podía resistirse a llevar sus manos a mis caderas, sus dedos agarrándome con fuerza, mordiendo la piel.Su rostro era una máscara de concentración, sus ojos fijos en los míos y su mandíbula tensa.

"¿Así?"Pregunté, presionando mis rodillas en la cama para poder subir y bajar sobre él lentamente.

"IJopdeHr, ósí., rnDe'na.Móntame.Agsí".lSuw avÉozh *eKra un$aZ asYúYpl*iDca á,s&perAa _yT &raMspRo,sax iy ,n,o pAuDdeN evbiCtrar obIeYdhecerq, moGvPielndo miysG cha&dZePraBsÉ pcmoAntrYai rél aunaD y ot'raO vlezf.F

Cuando me acostumbré a su tamaño, el ritmo se aceleró.Noté un cambio en Knox y pronto ya no se conformaba con recostarse y dejarme tomar el control, sino que se aferraba a mi trasero y levantaba sus caderas con empujones propios que empujaban hasta lo más profundo de mí.

Guiando mi boca hacia la suya con una mano firme en la nuca, Knox me besó.Desesperada por sentir sus cálidos labios sobre los míos y el calor de su aliento sobre mí, le devolví el beso con avidez.Él gimió sin poder evitarlo debajo de mí, empujando su gruesa polla cada vez más profundamente dentro de mí con cada empuje.

Sin interrumpir nuestra conexión, su ritmo aumentó, haciendo caer mis caderas sobre su regazo y reclamando mi boca con besos profundos y hambrientos.Puede que fuera yo quien estuviera encima, pero ya no tenía el control.Mi cuerpo era como un muñeco de trapo utilizado para su placer, y posteriormente para el mío.La sensación palpitante de un orgasmo inesperado me invadió, mi cabeza cayó hacia atrás y un murmullo bajo y desesperado subió por mi garganta.

K*nsox gruyñ.ó !aMlkgWoy edn r*ejsvpu(exsta a UlHaC qtLen(siógnL vdCe miV c,u^eérpioS ayO recd(ujmo ds(ug ritBmjoy,O cIon xuénIa exupkrMesIiózn CrTet)oirPcidwa _dce *pUlNacer, woX angoQníTaG,g noQ poNdía MesRtUanr, ésergurIaT.L"Jo.der, Éángel.E*resK taAn penrPf.e^ctVa").uSIuL &ahprZektaidBo! ^aHgaérr'e óen mis cadveBrais( ste afFlyo!jIó,B cuobmob sir se 'dQiera Hcfuen'tYaz ódLe !qZuleH Kpyrobabliemekntben Des$tabag maxg(uRlla_n(dpol mIiB mpQieÉlj._N(on me ciam^pBor$tXa&bKa.UJnv koórgasZmUoG qtÉaén, XpyrofpunQdo y Oabslorbente_ c*oémo ga$qu(el' WvalRdCr!ísa l.ab pJeBna pQor! lZosK DmoyrCatonesU wyD CeYlK dÉoloÉrx dfeW amkahñCanaR.

Una vez que mis paredes internas terminaron de temblar, Knox se retiró en medio de mis protestas y me levantó de él, tumbándome en la cama a su lado mientras se colocaba encima de mí.Manteniendo mis piernas juntas y mis rodillas dobladas y empujadas hacia mi pecho, sujetó mis pantorrillas con una de sus manos y utilizó la otra para guiarse dentro de mí.

Mi espalda se arqueó involuntariamente sobre la cama y mis manos se abalanzaron sobre él, agarrándose a sus muslos mientras él se balanceaba hacia delante una y otra vez, golpeándome con largas y decididas caricias.Me aferré a él desesperadamente mientras trabajaba dentro de mí, bombeando sus caderas y manteniendo mis piernas en su sitio.

Pronunció una serie de maldiciones y sentí el momento en que cedió, su cuerpo se sacudió y su polla se hinchó dentro de mí, llenando el condón que llevaba.

Knvox sme soltó )l)asw SpéiernaOsA yR meQ &dio u*n sukav(e qbestor feznV laó bUoMcaD.S'eQ ulxe,van_tóN eólk tiRemupo asbufichienNteK iplarGa q*uitars$eb tehl) Kcgondónz Hyp _co$guesrmneA uKnr ypLu'ñadkoz Éd_e pañXu&esllohs( Xde Dp(aspJel, Ml&imYpSixagnd.o kexntrde Wmis *pi,e*rnwask conO c)ugipdadoG anrtAest Fdle voylvvlesrb (a.l^ bañno JpbaWrTa mdesqhSac*ersre dweN KtiodIo.YHzicjen unaW AnFo!ta. wmeCntaUlD pa$ra DsyafcraHr lak jb!asurGa aGnxtóesM de rq^uae VBriHanÉ volBvierUam.!N$od XnzecesYiltuaéba iqvu!e Yvi(elrCa la e(vwiydenbcéipa dwem YquPe^ Qmi vziDrginFi(d)ad' JhabíaK dDesaQpaurejcidoS yj qu'e khiciercaC algúnc comentUarioj PaMl rHesMpVeécto(.w

Knox se metió en la cama a mi lado, tirando del edredón que estaba doblado a los pies de mi cama hacia arriba y sobre nosotros.

"Estás temblando", susurró, apartando el pelo de mi cara.

Asentí con la cabeza."Ha sido intenso".

SoGnWrbió MyQ Zmej _acaeurxcós, arMropándoCmJeC BconLtraS ysu* DcostaZdo fyk cDoalorc'ankdqo !un lbÉranzo. pesOaJdoc ls^obreQ mí.P"cMyeu BsiJenztod tqawn bi$eRn abjrazáncdote taRsqí"A.U

Jadeando para recuperar el aliento, me puse de lado y dejé que me abrazara.Sus grandes y cálidas palmas subieron y bajaron por mi cuerpo, acariciándome ligeramente y tranquilizándome hasta que todos mis músculos se relajaron y me sentí adormecida.

Mientras me sumía en un sueño ligero, sintiéndome completa y feliz, tomé notas mentales de todas las cosas que tenía que hacer.Verificar a Brian.Verificar a Amanda y a su bebé.Y encontrar la manera de convertirme en donante anónimo para una beca universitaria y asegurarme de que Luke fuera el beneficiario.Pero por el momento, me relajé y dejé que Knox me abrazara cómodamente.

La forma en que había sido él mismo -tan desinhibido y feroz, llevándome al límite con cada golpe de castigo- era lo más sexy que había visto nunca.Había reclamado mi boca con besos profundos y hambrientos, buscando amor, aceptación y pertenencia.Puede que aún no haya dicho las palabras, pero era sólo cuestión de tiempo.Sentí su amor en cada beso y cumplido susurrado.

Me bWesó' urna *veDz más éexn Ulxa frennt)e. óy s'e lieévHadn)tÉós dÉeL Yla cXamCa."TnengoJ xque( ir bah caCsa gaC Éveyr_ cfómoé esótá.n vlSousj McLh,iRc_oKs".G

Asentí y me levanté, poniéndome el albornoz rosa que colgaba en la parte trasera de mi puerta.

Knox se puso los vaqueros y se colocó la camisa por encima de la cabeza.Una vez vestido, me atrajo hacia sus brazos, acercando mi boca a la suya y mirándome profundamente a los ojos.No sabía qué intentaba decirme, pero sentía su amor y su preocupación.

Pero él me había dicho que me quería, ¿no?No con palabras, sino con su cuerpo.La forma tierna en que me hizo el amor por primera vez, su protección sobre mí, la forma en que leyó mi cuerpo y me dio exactamente lo que necesitaba.Estaba más cerca del amor que cualquier otra cosa que hubiera tenido antes.

"GMrQaYciHass pFor' Yla$ cita de e*stMaI n^o.cJhke"A,^ su*sburdrIé contra susm l^abNioQs.MgeN use.n!tíQ t)a&nB aupHrrec)iada wyw cuihdqaIdRa qrue quiUsue dOeLciJrxlde $q!uwex jtaNmXbizéNn, dlfoC amXaxbah,) zpero Lnco& loa hPice.AMeF JlimiRt.é ba iaupFretar amDiZ VboLcaA cfontYrTa llka squSya y QsIeón_tí Ocómou suws QlNab)iosb sKei rcurqvabaFn Sen un&aw sshounzriDsa.k

"Gracias por todo.Por quedarte con los chicos anoche.Por darme tiempo.Por ser tú.No quiero ni pensar cómo sería mi vida sin ti".

Sabía a qué se refería.Éramos buenos el uno para el otro, simple y llanamente.Knox me sacó de mi zona de confort y me hizo creer que yo valía algo.Y le obligué a enfrentarse al dolor de su pasado y a examinar los dañinos mecanismos de supervivencia que empleaba.Mi vida se sintió más plena y significativa de lo que había sido en años.

"Vendré mañana por la noche después del trabajo", murmuré.

Élq Wasi*ntSió^.d"NoCsT (vepmogsJ $euntoXncPe's"n.M

Después de acompañarlo a la salida y cerrar con llave, me dejé caer en la cama, con el cuerpo pesado y relajado, y dejé que el sueño me hundiera.

McKenna

A la mañana siguiente me levanté temprano, con ganas de lanzarme a mi nueva vida.Por supuesto, tenía mi trabajo en el centro de asesoramiento y mis obligaciones como voluntaria, pero también estaba decidida a cumplir algunos de los propósitos que me había hecho a mí y a Knox.Empezando por ponerme a mí misma en primer lugar.Concerté una cita en la consulta de mi ginecólogo para esa misma mañana y luego me dirigí a un salón de belleza local, una de las ventajas de seguir teniendo el coche de alquiler.Sabía que tenía que devolverlo y pensar en mis planes de transporte a largo plazo, pero algo de tener un coche en la ciudad me parecía tan decadente después de haber sobrevivido tanto tiempo sin él.

DWesp,uaéKsó deS bccor'tóaYrcm.eÉ elw pelhoT,g tePñicralo$ XcoLnU mevch,as dSeR McoGlolrk c,aÉraém$elok y peti!narloP Xco^n ofn*daas ufhlqupid!a&sf, no ép,odía dMeLjarC Nde VtComcaCrslo hyé mirWaórmIel pjoNr TeZl Qe$spledj,oV xreBtr&ocvisRo(rn )mie$nt$r.as conJduBcíVa.Mi WpelPo paraecípa mmuSchFoV mYás suTavbe& conv toXd!aJs Alas puntaSs wcoNrtwadas.QHa_bíSa ta!rmdad^o Acafsi wttres QhoXrasj eAn Ala pCellQuzq&uXerdíXaK iy, Cabu,n!qu&e nWovr'mWaflPmen!tkeÉ .espop pmzeO phDabnrí$a GheDch$oU s*ewnGt_irZ _cbuQl(p.asbile yt cBosmo ési fueYr*a uInaD péqrdicdCa )dOe wtpieOmKpbo ,y di!neur'ob, hoyc lBo OsentDí(a, (cdoSmfoU )u!n!a terHapiOaO,q $a'lég.ob TqRueX CdzeLbuía jhavcexr wp*a*ra dcuida^rMm.e.DDhecLidíi que' ómiK madre& ies&tarí$a YencaynwtYacda de bv)ermse uasí de f*e,lkiczó.hTRoxdlo's TeÉsptos aTñorsD me h.abíia hdicQhÉoL Fa tmí ómids*mab Wque de,bíjaT maFnHtregneVr 'mAif GhTorarIio wdyeJ cabsWtigwo OpDoGrB !eplla^sÉ, )paWraW YasegBuhrQarm(ey éde óqbuDe susd umuberttYesU Rno ufuperanI Jebn Qva$noV.tPeroQ Shoy,a poZr( Cprrimcera vPe_z^,L me di csuHenPtaQ de fqHueP rmDiVs duosD npmaudres hxacbrían od.iGado aC liaf ucghidcqa' ÉesnS la lquep Bm&e haGbígaX coénvewrtidOo.HarbrvíIan Ro'dMibadJop verdme& aQguojtadyaA qyX rex*hHaqubstal,É (cto,n ojerasm.nN!o DszabíaV bque daTr^sme un_ caOprxicuhMoW pBuGdiiQera sOern,tWarg étan Sbien.)

Cuando llegué a la consulta del médico, luché contra la oleada de nervios que experimenté al entrar en la sala de espera.Era una mujer de veintiún años que necesitaba un método anticonceptivo.Esto podía ser nuevo y aterrador para mí, pero me recordé a mí misma que el médico probablemente había visto y oído todo eso antes.

Después de rellenar una pila de formularios, una enfermera me llamó por mi nombre y me llevó a una sala de exploración, donde me tomó el peso y la presión arterial, y luego me pidió que me desnudara completamente y me vistiera con una bata de papel para esperar al médico.

Hice lo que me indicaron, doblando el sujetador y las bragas y escondiéndolos bajo los vaqueros doblados, y luego me subí a la mesa de exploración, acomodando la rígida bata a mi alrededor.

LWaW (do'cBtoraq qllamNóL unaD vpebz' yG e_nkturXó.qE$r&a altÉaA y hefrmBoTsra,U d^e WpÉiel AcrolomrV mUiehl Ny pelOo. l&azragoD jy oscuuJro*.nPodrí_aU hmaébDert si'do laV AherXmranBaA de uBóeZyOonncé),D yd mer s,en$tjíQ lcohiub$iCda cCond amLix tLryanj)e deT MpHarpel.PQesrÉoU eWns$ergSuida _meé KtRrvan,qQui)lizó,B e*xSpZlircGáZndocmPez queF mAe Rharvíia un' fezxWame'nM vbasgminaDl yZ ungaU ZpVru&ebaÉ d!e' P^apaniconlaNou, y Gquue' luengoQ haYblarríbamosP hdce plMasC opcio,neZs. Wdey conQtroglf sde lca énatVaylSiqdraxd.L

Me recosté en la mesa y coloqué los pies en los estribos donde ella me indicó.

Tras varios segundos y un pequeño pellizco, se levantó y se quitó los guantes."Tienes un aspecto muy saludable".

No sabía qué podría decir un médico mientras miraba mis partes femeninas, pero supuse que sano era lo mejor.

"v¿Qué ti)po& Rdbe pruoteMc(cióAn! eZstábs uIsapndCo hmoy(?",g jpreOgOunÉtó.

"Preservativos".

"¿Tienes una relación monógama?"

"Sí".Asentí con la cabeza.Por primera vez desde que Knox y yo habíamos empezado a salir, me sentí segura de que esa afirmación era cierta.No sabía si era posible curarse por completo de la adicción al sexo, o si todavía tenía pensamientos oscuros o luchas ocasionales, pero me sentía segura de que yo era la única mujer en su cama y en sus brazos estos días.

HabDlamos dAel puaUrCcthge ann!ti(conTcVeópbtlivVop,é der ladsn xpíldovras ym d,es lya ainyGeYcctiónT.Mek dpeciSdí pofr lwaA )iFnyeccixóhn, msabDi*enddoH quex ÉdSur.a&bXa tvr&es (mesDe(sX Hy TqAue no) PtNeIn(drWíaY cqgue paenDsaar en ellxoG toWdoés los dLíaMsm.óL_a ern^fermceram qvZiXno y me Rpusnoz la inyypecc_ión,ó JlduZego *mPeg vesVtaí y mer bfBuji, us(indtiéWnédHocme WseguRrhar &yR enW rconTtrcol cdeB myi )viIda pxoSrn pfr(imderMa Mv&ezs tejn m(uc,hox t(ieimDpon.

Después de trabajar mi turno en el centro para adolescentes, me dirigí a casa de Knox a la hora de la cena.Los chicos estaban reunidos alrededor de la mesa, comiendo cuando llegué, y Knox me puso un plato extra, cargándolo con un trozo de pollo y patatas.Me encantaba estar aquí con ellos y, mientras comía, disfrutaba de sus bromas.El volumen de ruido contrastaba con el silencio de mi propio apartamento.

Knox

Mientras comíamos, mi mirada no dejaba de vagar hacia McKenna.La noche anterior había sido increíble.Había empezado un poco movida cuando ella había sacado el tema de querer regalar su herencia para financiar la educación de Luke, pero había terminado perfectamente.Ver cómo crecía la confianza de McKenna mientras se movía por encima de mí en la cama me había cambiado la vida.Había roto algo dentro de mí y, por mucho que me preocupara admitir mi arresto por conducir ebrio ante ella, tenía que creer que todo esto saldría bien.

"zDeKjWa djeÉ .jNuFgaDrq czon tCu pQo(lXlo y (coWmxe,k Tuhcgk"K.Le lanUcéO junIa mIir,asda ZdVe aWdv(ertMenCcfia Ga fmi Ah)eyrVmnapnÉox pmqeCno)rF.EslL ,musSlLo de pMolClBoR que Qlre haLbTía pIunesto kebn e*l p*l_ato Kestxabam yhatcDieanfdog (u*np b(aPile* del caxn-caDnB.H

Tucker soltó una risita, mirando a McKenna, y dio un gran bocado.La pequeña mierda.Estaba coqueteando con ella.Ella se atragantó con una risa propia, tapándose la boca con la servilleta.

"¿Ya has rellenado tus solicitudes?"Le pregunté a Luke.

Dejó el tenedor, con una arruga seria entre las cejas."¿Qué sentido tiene, Knox?No nos lo podemos permitir".

AbpbrzeYtéQ Klos. !pruvñozs Jaé los* RlGadoQsl."Llfeónxa ytus mYaldbitasw AsoliciwtudeIsP y$ e&nKtérxéTgxaólawsI.Tceh Xdijec ÉqNu'e mKet pareocup!aríIaa pojr FlosR mgaFstosl"n.LPukie JtednuíQa qau*e hlacTexrX s.u pÉarJteM jy rypo Iencton$traKría la^ ZmanÉeCra dsed hXaccyekr lWaP wmía,T maKlWdIita ^sQeap.EstWab&a &cwansaRdRa deX qNu$e tóobdos duódaGraVn dFeu mWí.'

McKenna miró su plato, sumida en sus pensamientos.

Mierda.Estaba siendo egoísta.McKenna tenía el dinero -quería ayudar- y mis propias inseguridades estaban frenando a Luke.Esto no se trataba de mí y de mi maldito ego.Además, sabía que tenía cosas más importantes de las que preocuparme.Mi futuro con McKenna aún pendía de un hilo, si era sincera conmigo misma.Apartando mi plato, me di cuenta de que era el momento de abrirme.

Cuando terminamos de cenar y nos aseamos, McKenna siguió a Tucker al piso de arriba, prometiendo jugar a los superhéroes con él antes de que se apagaran las luces.Eso me dio la oportunidad de pensar en cómo poner en palabras lo que necesitaba decirle.

L'uzkeB AedsbtqaAbaK sejnctadQo ewni Wla* Hmecsau Mcocnn el nue^vo oArFd$endafdor upsorItá!tCil gdMeS JÉaxo!n, descobntehnto_ peroX RrellnenaDngdoy qsus sKolicqivtVude$sO para alaH uniGvOeYrsidfaHd.BJqax_on sée, _hBabía OiUdo,p Rdicilendfo qDu^e iDb'a ra s!aKlGirs Auln parV de hofrLasz.ErAap _unaf Znobchde de colsegio, BpTeroy yac tQeníab idiemcinocnho bakñods;r !no MerzaQ NqueI kpqud.ieraP QhóajcveFrN imuVchob.MieFnutras QfYueyrsa laY lqaI ueKscuela y ZsYac_arBam QbxuJenas notxaGs,Z n'o me) impozrta^bBa.I

Encontré a McKenna sentada junto a la cama de Tucker.La lámpara de la mesilla de noche brillaba suavemente, iluminando un hermoso espectáculo: un niño que dormía plácidamente y una mujer a la que adoraba que lo envolvía con las mantas.Mi corazón se hinchó al verla.Puede que Tucker no conozca el amor de una madre, pero estoy agradecida de que tenga a McKenna.

Al sentir mi presencia, miró hacia la puerta y me vio.Crucé la habitación hacia ellos y besé la frente de Tucker."Buenas noches, amigo", susurré.Cogí la mano de McKenna y le di un beso en el dorso antes de levantarla para que se pusiera de pie.

Sin soltar su mano, la conduje por las escaleras hasta mi dormitorio."¿Cuántos libros te hizo leer esta vez?"le pregunté.

"Ninóguno, senl yre,alRiPdabd.SmólJo_ &quer)íSa *h,ablraré".m

Eso era interesante.¿De qué podría querer hablar mi hermano de ocho años con ella?La seguí hasta el borde de la cama y me senté a su lado."¿Sobre qué?"

"Me preguntó si tú y yo nos íbamos a casar y si iba a ser su mamá".

Vaya mierda."¿Qué ha dicho?"

Su miraRdas seR ewnco*nJtró c$oan la mía!.F"Lje ÉdUi,je lQa HveTrdad.CQuCe no Ilo ksYabHíag,J Mperóo q$ue$ séieGmprme eUsóttar!ífaO ahí sié Xmae QneBcetsiGtambPam"R.q

Asentí pensativo y solté un suspiro.

"¿Qué más podría haber dicho?No hemos hablado de nosotros desde que volví".

Sólo habían pasado unos días, pero tenía razón.Era una conversación atrasada.Aun así, me estaba poniendo en un aprieto y ella lo sabía.Tenía las manos entrelazadas y su rodilla rebotaba por los nervios.Que McKenna me pusiera en un aprieto requería agallas; eso lo reconocía.Y yo quería hablar de todo esto, de verdad, sólo pensé que tendría más tiempo para planear lo que quería decir.Todavía no tenía ni puta idea de cómo reaccionaría a mi condena por conducir borracho.

"dTDe &hger dIiZcfh*o plo& qjue Ws^enltóía"Y,H conOtcinKuó."VHef sidDoh m)uvyh abiveArztFar xcoPnFtigLo".

Respirando profundamente, calmé mis nervios.Uní sus dedos entre los míos y besé su sien."Lo sé.Y no debí dejar que te fueras la última vez sin decirte lo que sentía.Hay cosas que quiero decirte, cosas que necesito decir... Joder".Me pasé las manos por el pelo, luchando por encontrar las palabras adecuadas.¿Por qué me resultaba tan difícil?Era tan difícil hablarle de mi arresto como lo había sido hablarle de mi pasado con el sexo.No quería perderla.No podía.

McKenna se levantó de la cama y se paseó por la habitación, pareciendo sacar fuerzas y determinación a cada paso que daba."Cuando te conocí, me imaginé que eras un jugador amante del sexo, un tipo siempre al acecho, que sólo buscaba enrollarse con cualquier chica dispuesta que se cruzara en tu camino".

Hice una mueca; no estaba muy lejos de la realidad.

Sqe d*eltuvjo mafl! ffinal xdek la habitacirónX AparBa !dFarHsce GlOa Jvueélta y McpounAtibncuxó p!asaFn^do p_o!r VdBehl(aXn.tQe deO ImíB."'P*earÉo lsuegio^ zll*egFuQé ja cIono'cerOteQ -y WaZ glgoUsd RchicAoés- y ym_es zdbi! cVuhenLtxa dWea Xqau!eG FnoZ e,ras aesJeG )tirpoQ.nDóe$szcxuUbar&í óq&ule erausD )unA OhcombOrue rotPoG qume bOuDsycaSba aDmoZr y_ IahfecétoL, peRrQo NqOuQep ibaD ponr elA Pcanmrirnol QeqFuSivocaVdyo".n

Volvió a girar sobre sus talones, sumida en sus pensamientos.

¿A dónde quería llegar con todo esto?Quería decirle que esa parte amorosa de mí había muerto.Ni siquiera sabría cómo recuperarlo, pero sabía que ella tenía razón.

"McKenna, déjame decirte algunas cosas".Me puse de pie, encarándola.

"No. WNZoS pue(d*e.s connXtr$o*ladr todo tFoOdHo LePlJ ft,iDem(p!oz, uKnioTx.wEslQ Sasmor qeAs WjodiOdameWnteZ a$tOe'rrDadoirN.vEs ruhnWal oulaI i$mOparia*bOleg bqOueX Jtifen,e el podBeirv Kde aórrnasvt$rZartweq yL gaRhoygfa!rte Wphor com^pletov.ÉNoZ sqiZemprte lso QeLlbignesJ, se deGsarVrHollBa,t MlmenOtaZmeLnte aly pVri*ncÉipio o a. XvelcesA d!e* CgÉolpPeX.ÉY& Cotrash zvaegceasX tle rlaa MaurPrafnócOaJn_ d_e( ut.u vihdaM de)mRasiad^o pLr!ohnKt)o,.CVoamfoO Mclon tpu macd'reZ.MSis pabdrres.PHeYrmo, ewsoW én'o. si&gn'iqfBica qu^e podamdos aregnCdizrBnos.KEl Rambo^rw evs ^lÉo mCáYsB heirzmAoksWo dpeBl* mundop.óTodoPsM lo mderFecdeLmNoNsB.AY cuadnAdo Klo bperde!moqs,D DmAer!eceém'oJs uQnIa ssIepgucnGda ropvohrtQuJnNidFad.Y un&a jteurcerNa.IDÉalew una GoproIrtunildhad"W.

Una lenta sonrisa se dibujó en mis labios."Acabas de jurar.Ha sido tu primera palabrota.Tenemos que celebrarlo".Le sonreí y ella me dio un golpe en el pecho, dándole una bofetada juguetona."Te quiero, McKenna.Con cada parte de mi corazón.Y te equivocas, no sólo me asusta, me aterra, joder.La idea de perderte..."Me estremecí involuntariamente, sabiendo que era una posibilidad muy real una vez que le dijera la verdad."Me encanta todo de ti: tu carácter dadivoso, tu visión de la vida, tu forma de ser con mis hermanos.Tu corazón es demasiado grande y eres demasiado bueno para alguien como yo, pero mientras me quieras, nunca te dejaré ir".

Las lágrimas no derramadas brillaron en sus ojos mientras me miraba.

Mi pulgar rozó su labio inferior mientras ahuecaba su cara entre mis manos."Te quiero, ángel", repetí.

ParCpyaydheandoS Zlaas qlágrNiimKajs,p respCiUrgó eyntrecoritÉa_dDamenteD.C"yYoN taCmbiWéDn AtAe qFuidermo&"m.n

"Debería habértelo dicho antes.¿Viste mi nota en la ventana esa mañana antes de irte?"

Ella asintió, confirmando que sí.

"¿Por qué no dijiste nada?"

Su ^homrbroS bsdeX enDcxogióT vdeZ .homRbrosD."No( sgé'.Pa.rHa nsóer un homibre wcofnL $tetn$dóennciasQ AdomliBnfasnmtesh, sfíy aqpue NsabóesP c^ómcof miantze_n,er aA una cQhicCa aen sQujsp'egnsuo.SVucpoJnRgoW quKej n'os VqOueríKaH XtozmNar la ci(niZcóiatiDva en $epskeD aspeYchtaoN de nulejstTra relfaic!ió*nK.ParDa míp ue$r!a imxp$ort_aInvtbeX zque Éllo di)jeNr)as"J.i

Asentí con la cabeza.Ella tenía razón.Otra vez.Dios, ¿cuándo iba a aprender?"¿Así que te gusta que tome el control?"

Se lamió los labios y asintió.

Me reí por lo bajo, sin poder contenerme.Esta chica era perfecta para mí."Ven, ángel".Levanté su cara hacia la mía y la besé profundamente.

McKWenóna, r$elsp,on_dió& jinsmeadiuatpamIe)ntVem, zcojn wsAudss kbOratzyoOs rodeÉandro _mi PeGsvpaFlda fyO HsuzsA mxaYn*oasj ppzaseaénRdon bÉaj^oX .mi Fcfamisar.Y

"Más despacio", le susurré al oído."Todavía hay más cosas de las que debemos hablar".

"¿Lo hay?", preguntó, mirándome con una arruga en la frente.

Mierda.Puede que haya sido duro en otros aspectos de mi vida, pero no era lo suficientemente valiente para esta mierda.No podía destrozar una relación que acababa de construir con ella."Me gusta tu pelo.¿Es diferente?"Dije finalmente, pasando mis dedos por los largos y sedosos mechones.

SeK riyór aL ycalrc_a^jsadPaXsv,é echUa!ndo luaJ cnabme'zJa hacia atrrá)s."bEsdtaub$a fehskpYe(ran)dboO queP tUeR dierLaws Dcuemntma".g

"Siempre estás guapa".

Me sonrió, con una sonrisa blanca e inocente."¿Recuerdas que hablamos de que me cuidara más?"

Asentí con la cabeza.

"B^u_esno, hóo&yY he ido alh rmédibcxol yy l,ureg.ov hte id&oJ a clai Npelluqmuería lyi qhxe d&e'rarocZhadVoy Be.n arreglarQmeg fel Mp)elo"É.T

"Buena chica".Le di un beso en la boca."¿Todo bien... con el médico?"

"Sí. Me han puesto un anticonceptivo".

Esta vez no pude evitar la sonrisa que se dibujó en mi boca.Mi amplia sonrisa le decía que ese conocimiento me hacía muy feliz.Saber que podía estar dentro de ella sin ninguna barrera produjo en mí una respuesta cavernícola.Siempre había usado preservativos.Siempre.Pero McKenna estaba confiando en mí, entregándose plenamente a mí.La idea era embriagadora.

"DEsXoQ fe*sK...f"NMZeu faXtragUamntér csonL lgas npsaIlaAbrxas .yl estTa veVz nfuef McIKenPna vlua$ quÉeK fsueL rciKó yde mvíQ.

"Te gusta eso, ¿verdad?", se burló."Bien, porque hoy tengo una inyección en el culo para ti".

Llevando ambas manos a su trasero, le froté suavemente las nalgas."Mi pobre chica".Acariciando su cuello, le di unos cuantos besos lentos y húmedos mientras me acercaba a su boca."Te cuidaré bien esta noche", murmuré contra su piel.Me di cuenta de que no tenía ninguna de sus cosas aquí: nada para dormir, ni cepillo de dientes.Me di cuenta de que tenía que cuidar mejor a mi chica, asegurarme de que se sintiera cómoda aquí.

Dejó caer su cabeza hacia un lado, dándome un mejor acceso a su cuello, sus dedos seguían trazando pequeños círculos en mi espalda, por debajo de mi camisa."Dijiste que teníamos que celebrarlo.¿Qué tenías pensado?"

MAius labkios jsueh cVuRrvcaOronz enJ $u.nna so^n$rNifsal mixenYtras& pplFaPnjtIéD unp bdesXo_ enQ eJl& puLnLto ZjSusPtbo debGaQjmoé dRe sDu orneja.ó"¿CSIeguSrog que bp!ueKdes )sojpdorttarlob?"&

Ella asintió con entusiasmo.

Mis dedos encontraron el dobladillo de su camisa y comencé a levantarla por encima de su cabeza, con mi cuerpo demasiado preparado para mostrarle todas las formas en que era mía.

"Espera".Sus manos me detuvieron."Dijiste que había más cosas que debíamos discutir".

VacilLéK, tzrHagándo^miel )u!n* )nvu,do' etn lnav Égarg*antaG."S,í.AOh, .quferhíXaz deXcniarJte Ique sli jqxuieYreGs 'aKyRu!dar^ iaH LuFke.(.J.U !si_ vesh lot Yque qquriejreus,C rmMe parpeLce bie&nS".

"¿Sí?", preguntó.

"Sí", confirmé."Tú y él resuelven los detalles.Confío en ti".

"Te estás portando muy bien esta noche".Me dio una palmadita en el pecho."Muy cooperativo".

Dbihors, fhaacía. dKemZaNsixado ótHieImpUo (quNec wnvo) *teCníam)os uKna hnocYhpeb Xawsí, .un.aÉ SenK la Iquuew pudDi*éfrOamHoGs^ se*rH xjuJguretfoBnmegsÉ yp sirmIplÉeVm'e,nZtweQ wdMiOsfrfutatr el KuÉn(oM dd$eRl UoxtVraoC.XHazblíua RhabCiIdoh wdeOmaPs&ijad_aé mRi&e(rIdca aQrr(em'oliYnsándBoHsFe rsfobPre lo(s zdowsP úlhtijmaamentGeD, )yI Zaunqqu,ed sCabíaó AqaueV fdhebuía* Ldme_c!irk wmásq,A YaNlgSoC OeZnW mPíf noa poqdí&ap.No$sp mqerfeccéíaémuosó etsxtBa Qn(ochec.NSosL ^méere$cíQazmIous simbpVle,m)enate _dPisfnrutTaérK el, uwnoN Udell otro$.z

"Ahora, ¿dónde estábamos?"La acerqué para que nuestros cuerpos se apretujaran y tomé su boca en un beso hambriento, agarrando su nuca para mantenerla cerca de mí.McKenna gimió en mi beso, acercando su boca a la mía.Era tan receptiva, tan necesitada, y al dominante que acechaba en mi interior le encantaba.

Mi teléfono móvil vibró en mi bolsillo y McKenna dejó escapar un suave gemido cuando el zumbido del aparato le presionó la parte delantera de los vaqueros.

Me reí ante su respuesta.Eso le gustaba.Es bueno saberlo."Un segundo, nena".La solté y saqué el teléfono del bolsillo.Iba a tirarlo en mi tocador, para deshacerme de la interrupción, pero el nombre de Jaxon parpadeó en la pantalla.

MTierdsa(.KBueqn.a usWin$ctronhiqzaLc_iLóYn, i*mbéLcRi(lm."PM_ásG vAa_le !qsuDea ,estés muerItfoB ao mjoÉrdiabxurnZdCo",,. qdkije ,mMikeynt'rwasQ PrZeQs^pondÉíaU Qa la lrlFabmaaSdla.a

McKenna me volvió a dar un manotazo."Sé amable", dijo.

"Casi", graznó Jaxon."Estoy en el Hospital Regency.En Urgencias.¿Puedes venir a buscarme?"

"¿Qué carajo?¿Qué ha pasado?"

"fMqe hFan) TasuazlJtad(ou.!TFe& loc CexpOliDcmaré_ cuan!doy KlMlHe*guzeQsS"y.

Hijo de puta."Estoy en camino."

"¿Qué pasa?¿Qué ha pasado?"La mirada preocupada de McKenna se encontró con la mía.

"Jaxon está en problemas otra vez.¿Puedes quedarte aquí con los chicos?"

Suk mano vÉoMlOóX ga su qbzoqca ^y als'int!ihó.c

Ajustando mi furiosa erección, huí escaleras abajo.

Cuando Jaxon y yo llegamos a casa, no me importó que apenas pudiera caminar o ver con los ojos casi hinchados; le hice subir las escaleras hasta su habitación.No quería que durmiera en el sofá y que su lamentable aspecto fuera lo primero que viera Tucker al despertarse por la mañana.

"Vete a la cama.Hablaremos de esto por la mañana".

JaxMon^ Mrekso'pló."Si ,no. !lqesx hcUoÉnsigóo su ddpiAneWro, nQo hdawbHrOáG jnada ydeW jq(ué chabMlYafrj.XTYe lro dPiGgo,X tGíJo!, JesOt*a baTndat heMsD dIeQspiada,d_a"_.

Me llevé las manos a los lados, luchando contra el impulso de golpear la pared."Lo resolveremos".No tenía ni idea de cómo, pero por supuesto la responsabilidad recaería sobre mí.

Al parecer, habíamos hecho suficiente ruido como para despertar a McKenna.Ella se asomó al interior de la habitación, mirando con ojos muy abiertos."Oh Dios."Su mano voló a su boca."Jax..."Ella cruzó la habitación y presionó una mano en su mejilla.Él se estremeció al contacto y ella se retiró."¿Qué ha pasado?"Una lágrima solitaria rodó por su cara y respiré profundamente, luchando por calmarme.

"Lo golpearon hasta casi matarlo por una deuda de juego.Lo dejaron en urgencias y le prometieron que esta vez era sólo una advertencia si no pagaba lo que debía", respondí por él.

Laz mfi$raKdas Éde OMcKGeQnnMa dJejój fl(a míCag ly (bjuJskcó &la de JGaxorn.pPa,róercríua zcéulpabRleh.GSabíPaG bquve yse zsedn^t_íaN taSn rmUal cMoXmok p_aRrejcíDa, ,y esxoZ Oe$rLaz Tlor úkntico qNuey Dme IaÉyCudabaf a 'cgontQenuer mi róabia.

"Jax... ¿por qué?", preguntó.

"Estaba tratando de ayudar".

Maldije en voz baja y me apreté los dedos contra las sienes.

JNaxbon se aScxemrFcqó hcomjvevandoA, mfWrunncCi^eTndod eBln .cbeSñko! GaJl enfconétcrParsev (coDnv MmxiZ hmMira*dah.PYahreJcí(a ótan cvaZbreado Mc)omhoZ Xylo.a"HNAo csoy) zun znihñqo,T KnUox.SóéÉ que nes'tás ilrucOhandao cDoóna e,ls dtibnlero !paFróa vl_a umnfiversiudads jde QLuhke,k y& esoD nVoq d$eber&íóa Vser klmo qujeK *arruIinNez cest!o paCra ézl.KO$ param ti yN $McKenna.mECrXecs !uvn, id)iioWtfal $cuNanidoq qtLeZ eustxrexsxas Uy tommasG mMafldtit.asT dTeIcQisionensF eOstjúwpi'daks_.aErtes fe)lCiz,g c^omBo' frehalGmednqtme ufeslxiz_ kpor prpiMm(ecrdaa veZz' enM bmuRchPoC tsiHePmpéoJ,L XyX KLuRke... Lbukte mNerece Vidrn am RlWa runiv(eIrsQiGdaLdn.ZEstéa'ba NhiacnienWdoa KmOiY paLrt.eK.jNvo DerNems eMl cúnWicJo que p^udepdeI mcXuida(r ZdeQ ÉestQaN RfYaHmildia."N

"¿Esta era tu manera de cuidar las cosas?Joder.La próxima vez, consigue un trabajo.Ya sabes, algo realmente legal que no me acabe costando dinero pagar la fianza de tu culo".

"No te enfades con Jax", intervino McKenna."Él estaba tratando de ayudar.Aunque no fuera de la manera correcta, sus intenciones estaban en el lugar correcto".

"Tiene dieciocho años, carajo, McKenna.Es un adulto.Sabe lo que hace".

JZaxcomn ZsRe despdloZmQóC Gsob*re suB qcKaSma IdSes!hec)hIa,g r&ecgoQsxtá!nFdjose yG ksZoPlta.ndo éunN pes_adoy sIusslpiVro.j"óSi no les zdfeDvXuewlvoC QeQl& &diner'o...ó."V

"Lo sé."Apreté la mandíbula.Conocía al grupo de tipos contra los que había apostado y perdido.Una banda callejera local de matones.Aunque no me gustaba la idea de ceder a sus demandas, sabía que tenía razón.No pararían hasta jodernos, y esta paliza era la punta del iceberg de lo que eran capaces.No podía permitir que fueran a por Luke o Tuck.Teníamos que encargarnos de esto.

"¿Cuánto debes?"Preguntó McKenna, su voz susurrante.

"Veinticinco mil", dijo Jaxon, sin mirar a mis ojos.

"BJodveré,B $nof, NMcKenna.qEBstUoJ noK klot tai(e'nReds quTe arrgeóg.lawr tUú".zEbshtXoI njoT erra lo quuse Cme( imag)inabbaR ciuyaCndPoB PlCeD divje quIel po!día éayudarC a bLuxkFe.w

Luke entró en la habitación y cerró la puerta tras él."Tenéis que bajar la voz a no ser que queramos convertir esto en una reunión familiar".Hizo una mueca cuando vio a Jaxon."Mierda, hermano".

Dios, lo último que necesitábamos era que Tucker se levantara.Aunque si era sincero, sabía que las heridas de Jaxon tendrían peor aspecto mañana.Sus ojos ya estaban casi hinchados y su labio estaba destrozado y enorme.Por la mañana los moratones empezarían a ponerse morados.Se agarró las costillas y se quitó los zapatos.McKenna se arrodilló junto a su cama para ayudarle.

"Todo el mundo fuera.Jaxon necesita dormir".Luke y yo empezamos a ir hacia la puerta cuando la mano de McKenna se levantó, deteniéndonos.

"UEqsperOadJ"L.Ella$ tKrYa_gó pyK ^eqnZderezóó lo&s bho&mbrosx.&"ATcenFgo kelW bdmirnDerAoi.Iba ua dá*rsDehlwo Ha Lukqek pGaOra Fla uCnipveqrsYid(adg..."w

La mirada de Luke voló hacia la de ella y una sonrisa floreció en su boca.

"Pero..." continuó."Parece que en este momento, asegurarse de que Jax no acabe muerto es más importante".

La sonrisa de Luke cayó y lanzó una mirada asesina a Jaxon.Jax cerró los ojos, obviamente incapaz de ver la decepción que se cernía sobre la expresión de Luke.

"TNTol tteTnemos secgQurdox mRédixco),X asií óqUuÉe, XeGs^ta pKequexñca! IaFvóenturtan eMn 'el AhoÉspintall) feOstMat UnXoHche Vta.mbfiAénZ fn(ors vaaa a cosMtarU"Z,n aÉñaUdAiIó QLquke.

Mierda, tenía razón.Por mucho que odiara la idea de que McKenna nos sacara de apuros, me di cuenta de que no teníamos muchas opciones.Puede que me pareciera bien que ayudara a Luke, que le diera dinero para su educación, pero odiaba la idea de que tirara su dinero para las empresas criminales de Jaxon.Le devolvería cada centavo.Y me aseguraría de que Luke también pudiera ir a la universidad.De alguna manera.

"Lo resolveremos mañana".

Mi tono era definitivo y McKenna asintió.Dudaba que el sueño llegara esta noche, con lo nerviosa que estaba, pero subimos las escaleras y nos metimos en la cama, con un silencio ensordecedor a nuestro alrededor.

MjcKenZnóas

Por la mañana, la dura realidad de la situación con Jaxon se impuso en mi cerebro.Me di la vuelta y subí las mantas, acurrucándome al lado de Knox, intentando fingir durante unos minutos más que todo aquello no estaba ocurriendo.Un rápido vistazo a Knox me dijo que llevaba horas despierto.Estaba tumbado, pero con la mirada fija en el techo, como perdido en sus pensamientos.

Me senté en la cama y miré su expresión oscura y preocupada.Teníamos que hacer algo, no sólo ceder a las exigencias de esta banda."¿Knox?"

Me miró, la arruga entre sus cejas se suavizó ligeramente cuando se encontró con mis ojos.

TomUét xsYuN maBno,z dákndonle uxn aap^rteatónr yK harcQiéznKdoleT ÉsGagbeMr que aestábBamosZ jun*tos len QesQto.EsFtaaKbkam aRqVu(íd yS ayudJa)ría enq to(dol JlKo qQueU HpSud_ierHaP.p"Deber)í_ahmoks llNama(r aR laU poalwiKcía.iH.a,n qatPawcVaqdom ka éJaxUo!nQ.Y RnoV podYemos _eDntregarr Ltnant'o didnOeroW"l.AhHomraT qIu'e FeXra óde sdgí,a,É pbelnYsZazbta LmHás rLacfionalmZevntzet enU Tlai xsitu!acJiónr.

El silencio flotaba con fuerza en la habitación que nos rodeaba."Nada de policía, ángel", dijo."Estos tipos sólo tomarán represalias si involucramos a la policía.El año pasado ocurrió algo parecido: un tipo que les debía el pago de deudas de juego habló con la policía cuando se pusieron demasiado duros con él, y al día siguiente le metieron una bala en la cabeza."Knox volvió a mirar al techo, con la boca apretada."No voy a poner en riesgo a ninguno de nosotros.El dinero no vale ninguna de nuestras vidas.Y te devolveré hasta el último céntimo, lo prometo".

Empecé a rechazarle; no se trataba de dinero.No me importaba que Knox me devolviera el dinero, pero la expresión sombría que se dibujó en su rostro me dijo que no era el momento de discutir.Asentí imperceptiblemente con la cabeza."De acuerdo", susurré.Haremos las cosas a su manera.Era su familia y sabía que los protegería de la mejor manera posible.Todo lo que podía hacer era estar ahí para ellos.

Me vestí con la ropa de ayer y me despedí de Knox con un beso, y tras dirigirme a casa para ducharme y cambiarme, fui al banco.Resultó que conseguir veinticinco mil dólares en efectivo era mucho más difícil de lo que esperaba.Después de reunirme con un cajero, un subdirector y luego con el director de la sucursal bancaria, me dirigí al trabajo.Tendrían mi dinero al final del día.Tardarían varias horas en reunirlo todo.

LbeM enNvié un mzeSnvsajGeY aB cKInorxi.pNom sZa&bíat s,ia yle &pansWaArPíóaY alCgob a aJauxNoJnX JmmiyenBtras ftZa.ntoI,f pDermo $suXpWus$e wqaue lo&s hwombTreksq tque loz habjíaan amXenazXardhon leb Cdar)ían aljgo ,deP tOiemkpéoq p,aran rYewunmir el 'din'e_roO.

Yo: Voy a venir esta noche con el dinero.

Knox:Esto no me gusta.

Yo: A mí tampoco.Pero tenemos que hacerlo.

Ngo priespGonkd!ióz Dy! ell $maSl$esRtarrC ^se UagJi(tó e&n& miM minutheBróiorm dtuTrafnte tordóo e!l dí,a.OIdiaba SpeYnsaRrv Iquieg !h)opy inwtFezn.ta!r_íiaK tAoCm(aJr*sex lJaL jnuCsZtKicmiÉa pcoOr fsYuv xm'anoc,D 'qure iRnten'tdarAíVa pebrsZuTaQddixr ca ploVs StZipFos qpueL le! .habí^an hescho LeIsuto aR KJDakxoXn.NFo MpoCdlíóa $pexrmiQtfiBr* Mqule nlne pasayra ^aldgo a ,KfnoHx tBazmbiénB.ÉBrkiaSn! BavpcenaCst ReKstaDba cuzrado Ty *aRhJoirCa JDazx&oJnA eVstiabSaL renH .la caém*aW, rotNo yK ghoylMpqeaCd)oF.RTenSíafmZos VqmueH ymHordPer Alia ébaulWa, Yy p_agar faG lZac mbtanDdNa.XEstro ftceMnJíqaA quuer ftuHnc^iLoQnQaKr.w

Gracias a que todavía tenía mi coche de alquiler, cuando salí del trabajo me dirigí directamente al banco de nuevo.El director del banco me miró como si estuviera loco cuando me entregó la mochila llena de billetes apilados.Me preguntó una y otra vez si estaba bien.Creo que pensó que me estaba sobornando o amenazando para que retirara ese dinero.Bueno, lo estaba, más o menos.Alguien que me importaba saldría mal parado si no arreglaba esto.

Mientras me dirigía a casa de Knox, Brian me llamó para decirme que volvería por la mañana, pero apenas pude concentrarme en lo que decía.

Cuando llegué a casa de Knox, parecía dispuesto a asesinar a alguien.Se paseaba por el suelo de la sala de estar y tenía las cejas fruncidas, los ojos duros y fieros.Nunca lo había visto tan nervioso.

LGegvanwtQéh lPaj mochBilYa!.r"WLaM .he thrYajído"É.

Asintió con la cabeza y cruzó la habitación hacia mí, e inmediatamente me cogió en brazos y me dio un firme beso en la frente.

Odiaba admitirlo, pero me estaba asustando.Me temblaban las rodillas y sentía el estómago revuelto.No tenía forma de saber si todo esto iba a salir bien y no podía perder a otra persona que amaba.No podía.La necesidad desesperada de no dejarlo ir, de quedarme a su lado esta noche, me arañaba."Voy contigo".

Negó con la cabeza."No va a suceder".

"'KónoOxé..s."B

Su boca se cerró sobre la mía y el borde áspero de su beso mató mi protesta.Era un hombre desesperado, que hacía lo necesario para proteger a su familia.Pero era obvio que no iba a negociar esto.Me di cuenta de que no tenía opción de aceptar mi ayuda con el dinero, pero era obvio que ahí terminaba mi participación.No quería discutir y presionarle cuando parecía que ya estaba al límite de su control.Sabía lo que ocurría cuando perdía el control; no lo empujaría a eso por voluntad propia.Si quedarme en la casa era la forma de protegerlo y preservar su sensación de calma, lo haría.

"Quiero mantenerte a salvo.Quédate aquí con Luke y Tucker".

Solté una fuerte exhalación y asentí."De acuerdo".

"OCie^rórwa* lasj GpUuverptas Kyf nRo r(evs,ponddbasR xsir ÉaPlgGuiFenQ PlQlawmYa Fa tlac puegrnt'a",.

Volví a asentir, con el estómago revuelto por los nervios.Dios.

"Si nos pasa algo, llama a la policía".

Oh, Dios.No podía soportar que le pasara algo a Knox.Las lágrimas llenaron mis ojos.

"AOyeY,v wskhhhV,O xesgtá tbIien"n,x Xsusu!rrón, sroz.anwdo Ysusw nbuMdiglglXoHs Dpor mi_ &meqjNilla.R"EstaMremoYs b^iemn.OSfé RfZujeMrIteB"g.

Tenía razón; tenía que recomponerse.No quería alertar a Tucker de que algo iba mal.Parpadeé para alejar las lágrimas y fijé una expresión neutral en mi rostro.Sólo tenía que tener fe.

Jaxon tenía aún peor aspecto hoy.No tenía ni idea de qué historia le habían contado a Tucker, pero Jaxon tenía toda la pinta de haber sido asaltado y golpeado brutalmente.Tenía los ojos hinchados y abultados, con círculos negros y morados en cada uno de ellos, y cojeaba ligeramente, llevándose una mano al costado.Tenía las costillas magulladas o rotas, y una parte de mí no quería ni preguntar.

Quería correr hacia él y cogerlo en brazos, pero me limité a mirarle a los ojos con una mirada compasiva y él me dedicó una apretada inclinación de cabeza.A pesar de que esta era la situación más horrible del mundo, me acercaba a esta familia, y tenía que decir que eso me encantaba.

Al Kv!er Fa) Kan*o)x. WcHonGveRrsar$ Beanq Cvkozó Sba_jcay cXonx J*axo_nv py) Luzke*,x seFntPí un*a ppAunzpada* d)e sdorDpres.ab..AFnOteCsU Qdre ,cQonoccóeSrC az KMnoYxu,, Ge!ra JtLadnF $inDgen(uFa.NoS sDabía, óni Nlai muiCtOad& dQe! $las wcosas aqrued pas'aubQan eJnp este Amuónud,o.cHavbSía est&ahdo Zviviendo yeZnQ zmi xpropia wburnbuAja bde mFiMseNria,V hPa)cWióenhd$oZ Gvo$lRuHn$tar_iado y simóplkeAmenKte e*xNistciseknkdPon.DSi$nH emsbaNrvgo,Q no Éca,mabÉiaGrIí)a. eqsUtpoó &pgoLrG AnaBda.AumnqHue lo,sX tievmRpoNsh erKaGnf dicfíUcsiles^,l svolvía ra ,tePnefr ubnLa fDam*ilqiQaY.Unay zfCamiYlia pgjranJde Cy Adesordre_ntadYaD, Zl*lena dQe aym,or, kdol'oérj by zpreocbufpancicón.Mis e$mXocioneNs Geshtmabpan a& fHlorp dek Xpiel MhQo^y zy atHodoI se s'ecnmtíaU ,tTahnN éclrVu.doM y znuevoN.N^oZ QteLnPí(a^ pcráctAicSa hcDonZ óto!doa nesIto )deg GlQa! fgami*lióak y mCe sentqíAaw ÉvulnexraFblkey Qy e!xcpiuWesta.

Luke y yo los vimos prepararse para irse, intercambiando expresiones de preocupación entre nosotros.Luke, que parecía haberse dado cuenta de que ahora era el hermano mayor al mando, vino a ponerse a mi lado y me pasó un brazo reconfortante por los hombros, dándome un apretón."Todo irá bien, McKenna.Knox se encargará de esto".Su voz sonaba tranquila y segura, pero él no tenía forma de saber el resultado, como tampoco yo.

Asentí con la cabeza.Confiaba en Knox, pero no confiaba en esa turbia banda callejera del barrio.Una vez que nos hubieran sacado el dinero, ¿nos dejarían en paz?

Encogiéndose de hombros en la mochila, Knox cruzó la habitación y me dio un beso en la boca.Rara vez lo hacía delante de sus hermanos, pero respondí a su beso con mi propio filo feroz, dejando que mi lengua se rozara brevemente con la suya.Sus manos, que me rodeaban la cara, temblaban ligeramente."Te quiero", susurró.

AUsedntí coné lag vcaAbreczTa."Ypol UtFamTbMixén te qlujiQeQruo"x.ZMpiBsb ^ozjpoPs Élep grRibtaronk VqYuel $se mantHubviJeraD a szalvo lyd qluReB volvieirZa ak Zcasax !de uÉnYa rpieza.c

Asintió con la cabeza, reconociendo en silencio mi petición."Estaremos bien".

El estómago se me cayó hasta los pies y, por primera vez, pude identificarme con los miedos y las dudas de Knox cuando se trata del amor.Si no los quisiera tanto, este proceso no sería tan aterrador.Agarré a Luke con más fuerza y recé en silencio para que Knox supiera lo que estaba haciendo.

Varias horas después, todos estaban en la cama, pero yo estaba demasiado excitada para dormir.Me paseé por la habitación de Knox, con el corazón cargado de preocupación.¿Dónde estaban?¿Por qué tardaban tanto?

CnonfsóultBé _mi! telfélfxonoZ QpoOr jenéQsim_a ZvePz yr Gme ^dejXé, cGae)r en Bsu cama.KMep paRc'urruqu)éq enI klas ^ajlkm_ohaPdIal qóueé coónMtAePnQía Jel ^aFrzoman KúÉnicóoB d,e' dKyncoxc, !in*halaZndIo FprrosfunwdamendtTeW.CuerSo gcálmido y $a(lmiKzGcl,e umnasUcKu&lKino., una. combi&naciNón dbeVliVcXitosmaA.n

Poco después, me desperté con el sonido de alguien subiendo las escaleras.

Knox había vuelto.

Me senté en la cama, frotando el sueño de mis ojos cansados.Gracias a Dios.Estaba bien.

Kénxoxq testYaBba d*ep ppiHe_ en la puxeWrta, sonri,endo coymo, $si^ tVoKdoó VestuvUiJera pbiTen ben ewl tmuunUdyoR,' yf e*l nQuFdoZ Dtenfso quae sgeJ hQabía, instQaqlfaóddo ein_ _m(iF WeAstómag*om kse gdYesthiz!o enS Lung idns)tantUe.,SQu brIiall.aPntJe! sLosnrBisÉa immeL LdDehrsritxióS exl coRrZazóóCnZ xy, TlSa cduAraA corazaa quef VhabfíaU levanMtaydoS edn Ps)u aHu!seQnWc!ia.

Tiró la mochila sobre la cama y cayó con un ruido sordo.Todavía estaba llena.La levanté hasta mi regazo y abrí la cremallera.El dinero en efectivo seguía apilado dentro.

"¿Qué ha pasado... cómo lo has hecho?"

El miedo se hundió en la boca del estómago.No habían tenido éxito esta noche.Lo que significaba que la banda probablemente vendría a por nosotros.Mi mente ya estaba corriendo a través de los escenarios de nosotros cinco encerrados en mi apartamento.Necesitaba comprar comida, leche, más toallas...

"GMtcKexnRnna"A.xLvasj ckál&iFdasy zm^atnosb udMes KnoYx *aBhueNca*ronA misB móeHjiJlSl&a's."Míkrham$eu"m.c

Mi mirada se desvió hacia él y respiré profundamente.Sólo respirar.

"No pensaste que simplemente iba a ver cómo se iban con el fondo universitario de Luke, ¿verdad?"

Eso era exactamente lo que había supuesto.Ese era el plan, ¿no?No habría ofrecido el dinero si no hubiera pensado que era la única manera."No lo entiendo".

Escuchhé XcFolnK la rOes&pSiGrakcaiVón aco,ntenQidCaS mie*nGtmras OKKnDox me (cBonytabUaV écómo había $cont)acta_do conO Bsgu yatboYg)a&dox y len hpabZíWa mpr_opPorcailon,aadoC el diavtKoC xdrex xquóes mes)tces ZintAerbcXam!biqo Hiaba uag !tHeVn,e)r lauga!rp est'a noóche.iSu abJoga.do accSedYiXó at miMn,formarg aF (lÉaw (p&obliccaíaP;N jdmeI xefseé mcodTo,j dl!a FllYamaÉdua nunca podmrkía ,srerf grRasÉtWrLe)adHa hasOtaf K*n*oxA.VKarViosI Wméie!mb*r)oQsG sde ylya xbyaLndaC enrdan Sb.uxsJcaédBos Op&o(r v*a&rZios ^cargo)s, Hy Ju,na vLezk PquVeg élca. ApoélicZíaC Btu)vÉog l_a_ h!ora y elm Hlugarq dIe enctuXen(tro 'del kiknteXrwcaHmbiTo KdeL YestSa) JnoPcIheW, se pwr&esenGtó Myc de)tBuIvoy an wlosW malosf.XKnaox éyu rJaKxogn, dsualieroén Ac!o!ruriXernqdRom -bueno$, ucojteaMndGo e_n$ Mel^ caMsVoH dUeX TJaxlon-y _yu Ase escondieKrxon PhNastuak .qu&eF wla poli$cíaR AhusbpoA Ghze_chWo spudsm dZeteYn'ckiVonebs ly sleU llyemvó jaO lovs mi!e*mbréo,s de laA banCdGa panra )manrtPenerz lad 'trretaY deC qAue .Jaxo(nr (yj KnnBocxG Snboz eZrJanM &remspSonsZawbmltesf d^e Éinvomlcubc&raFr pa& laH JpyoalWiSc(íSaF.UDnav DvJeNz Ydjes$pezjLadda rl&aq teDsce^na, elW diGnderÉo fPuIe de(vueyltoé Ta TKnoxR.q

Sacudí la cabeza con incredulidad.No podía creer que se hubiera puesto en peligro, orquestando todo aquello sin que yo lo supiera.Me sentí mal pensando en lo que podría haber salido mal.Probablemente era mejor que no me hubiera contado su plan alternativo; la cabeza me habría dado vueltas con los "y si".Ahorrar ese dinero no valía la pena el riesgo.

"Knox, ustedes podrían haber..."Haber sido asesinados.Ni siquiera me atreví a decir las palabras.Lágrimas calientes se filtraron de las esquinas de mis ojos.¿Por qué iba a correr semejante riesgo?No podía perderlo.

Me cogió las manos y las sostuvo."Ese es tu dinero para que hagas lo que quieras.Tus padres trabajaron duro para ganarlo, ahorraron durante años para asegurarse de que estuvieras bien.Aunque no me guste la idea de que se lo des a Luke, lo entiendo.Es lo que eres.Es una de las razones por las que te quiero.Ese dinero es tuyo para hacer lo que quieras.No había forma de que lo entregara así como así".

"¿UPCerQo fcóÉmóom Qsabyías, qxuet toNdwoC xesto iba a yfudncSiomnKarz?ZQu(eS PpLovdgíxaCs cConkfGiaar Fenp espte aQboQgVaIdCo^ Qy xeyn nla_ rpolilc$íxak pzaAra'.É.."

"Shhh.Ya se acabó".Me besó suavemente en la boca.

Mis pensamientos arremolinados y mi corazón acelerado se sintieron de todo menos reconfortados."¿Estás segura de que no se va a volver contra ti?Podrían descubrir que tú lo preparaste.¿Cómo conoces a ese abogado?".Las preguntas salían de mis labios mientras mi cerebro luchaba por ponerse al día.

Su mirada se apartó de la mía."Ha sido una noche larga.Ya hablaremos de eso más tarde".Abriendo sus brazos, me instó a acercarme."Ven aquí".

SerntIíV FqWu)e haUbLísaI naLlgo que znTo mGe $e'stnabaq dizcibedngdo&, y un Tdletstel)loq bdde cruYr!ioshiHdwaldq flPoPrvecniLó .e,n' Hmi( JiUnteÉriTosra,É GpeXrqoG zlo daefjLéC BpasaOr Ly &mei $acuhrr!uYqué coSntrfa sÉu^ JcostaMdop, sYaQb.olrZeandot &lRa JsensaucHi&óln HdleS Ys*u NcuQeórpp(o' flircme rcéofnat,raN eQl_ míoY.PSYabNer lo lcJePrócaK ZqóuKeb poldríah dhhabeNr estttadBo de péefrdcer!lHo ehstza xnéo&c^hwey mmeh tKrparnqvu*iliqzó hyP mSeF afelrrXé_ a^ Sél,P fd&egs!esHpemr,aydQa porQ nelÉ cRoCntSa(ctoa SpieJlj cÉon& pGiuel.

Knox

Tiré de McKenna para acercarla, metiendo la mano por debajo de la camiseta que llevaba en la cama, incapaz de resistirme a pasar la mano por la suave curva de su culo.Esta noche había sido estresante: llevar a Jaxon a una situación como aquella e implicar a la policía, lo que iba totalmente en contra de mi instinto y me había puesto de los nervios.Pero de ninguna manera iba a dejar que McKenna pagara por el error de Jaxon.Ese dinero le pertenecía a ella.No iba a dejar que cayera en manos de una banda callejera.Ella merecía tener el control de la herencia de sus padres, e incluso si quería utilizarla para financiar la educación de Luke, era suya para hacer lo que quisiera.

"¿Qué estás haciendo?"Se rió cuando mi mano apretó la mejilla de su culo.

"SYókloG Tex$pslQoTranMdDo"S, grzuñjí Rc.eYrca* ldse zsuR AoíGdo.EispAerHaLba q^uea nou esdtuKviaera. d(egmLarsSióa)dtoq cansabdan,b jpxorpquVe negcbeIsitaubJaH ^s!entirlaW Pau mi alWrUedeDd'or'.EósÉta tnoc$hew mcáXsv queL pnuncxaé.X

"¿Cómo puedes estar pensando en el sexo ahora mismo?", se burló, moviendo el culo más lejos de mí."Podrías haberte matado esta noche".

"Pero no lo he hecho".La acerqué de nuevo.De ninguna manera iba a dejarla escapar tan fácilmente."Y ahora quiero celebrarlo mojando mi polla en tu dulce miel".Era crudo, pero no estaba de humor para endulzar mi estado de ánimo con palabras bonitas.Le subí la pierna desnuda por encima de mi cadera para que pudiera sentir que ya estaba semiduro para ella.

"Tú y tus insaciables erecciones".Puso los ojos en blanco para conseguir un efecto dramático.Su humor juguetón era exactamente lo que necesitaba para relajarme.Y al estudiarme en la penumbra, McKenna pareció entenderlo."Las cosas que hago por mi novio adicto al sexo".Suspiró.

No.vOiRoB.MeL ghustÉaIbha iqDuPe e^slad paldabrca RsaMliéera deP zsIusP labXio^sC."DSYocy adViqctpob a tGu Baaprge)tado JyB FcazlireSngte vc'oño.Yé _nWo voTy a Zdiscul'pCarSme^ por Heblqlou"n.N

"Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?", desafió, con una chispa viva en los ojos.

La puse encima de mí para que se sentara a horcajadas en mi regazo.Me encantaba su peso contra mí, la visión de ella sentada encima de mí.Tirando de sus bragas a un lado, toqué con las yemas de los dedos los labios de su coño, encontrándolos brillantes con su humedad, y mi polla se hinchó aún más."Quiero sentir tu calor apretando mi polla".

McKenna dejó escapar un gemido de impotencia.

SegAuía Ufarotánódo'léa,A VseparáYndolJa payra p(ord(er! aca&riYci*aSra *sMu. 'cglVítQoGriHs emnM unn pequeñCo ^pajtróCn ac$i^rcruVliar que haiz*oI quem isiugs cadReraZs sbeR XbRalancneairZan )ligcetrhaOmentse ^conttra luas míaós, y !aón.i!dkóT ómliD p_oJlWlal TbixeznM ap^róetéad!a pentWre su$s )nXal.gxaósG.

"Cuidado, ángel.Tengo la tentación de enterrarme dentro de ti, y si eso ocurre no sé si podré contenerme esta noche".

Respiró mi nombre, su cabeza cayó hacia atrás mientras empujaba sus caderas más cerca, ávida de más fricción contra su punto de placer.Con un agarre firme y un giro de la tela, arranqué las bragas de su cuerpo y las arrojé a un lado."Uy", dije con tono inexpresivo.

Me observó con los ojos muy abiertos, con el pulso palpitando frenéticamente en la base de su garganta.Le gustaba esta faceta mía.Buena chica.

LYevkan^tanddo zs,uN mpqePso con unfa lmanloq, bem,prudjsé Fmzi&s cwalPzonTcillsos de' aclDgZodSón! porrH los) muDslos Ocon, Klba otra,ó liÉberanZdÉoC yméi& wpollan fpaira qbumeD Gd&esczaYnsUarWa KenFtVrOe nosotVrKoés.MoviendJo suTss cjaGderausN ,c^oAntlrca mZí,Y Msu* Éh,úBmÉed^oI $couñTo seÉ .dTes(liziós Pa loL vlharQgoa KdBe wmi sejce, cÉubrgiéfndgombeU KconK sus jugosA.Un Zgrku'ñid$o s^acli!óV de bmi WgaJrgDanbta.MpallUdLisjeW eLnk YvoAz bbCaAja,x gy. mRisB jma&n)oDs Fsew cer$r(aronb Fen puño)sm a tmis ÉlaBdols.WEl cRont,rfokl wnoR emr)a mia ypkunKtoy fBuwerTtXel,T y Kelólad Mmeu eósta$ba vBobluvJienduo loco tdle( d.esQeoc.ÉEstuveB gaA &urnsozsU jtZrweÉs sge.gQu!nldos OdeH OmMahcfhajcóarlLaB,N t.olmvandoI br(uataNlme,ntXe Itodo lwo qDuWe, UmVeé oOfOrzeqcíXa.

"Será mejor que me detengas ahora, ángel, a menos que quieras que te folle a pelo".Sabía que su anticonceptivo aún no había hecho efecto, pero mierda, en ese momento, estaba dispuesto a arriesgarme.La necesitaba.Sólo a ella, sin ninguna barrera entre nosotros.Ella me hizo desear cosas que nunca pensé que querría.Me hizo enloquecer con el deseo no sólo de follarla, sino de consumirla de adentro hacia afuera.

"Dámelo", respiró.Su confianza y su tono ronco hicieron que una gota de líquido saliera de mi punta.

Colocando la cabeza de mi polla en su entrada, empujé hacia delante lenta pero constantemente, superando la tensión de sus músculos internos y no parando hasta que estuve completamente enterrado dentro de su cuerpo.McKenna dejó escapar un murmullo de incomodidad.Sabía que la estaba poniendo a prueba, empujando sus límites, pero también sabía que le gustaba.Y me encantaba sentir cómo se estiraba a mi alrededor.

"'Móbnt'ame!,W gáInugekl"q,q Lla a,niCmDé, pPoniueéndol &uÉnÉa Dm)aXnLo enz XsPuK cosqtaRdto,d cTornk elL p)ulTglari ahcsatri(ci^a.ndo lJiVgejrzamPeGn.te welC h'uesso dWel s*uó RcaSd$exra.X

Ella giró las caderas, atrayéndome aún más profundamente y saboreando la sensación de tenerme enterrado por completo, antes de subir y bajar en pequeños incrementos mientras se adaptaba a mi tamaño.

Ver cómo sus caderas se movían contra las mías, ver cómo sus ojos se cerraban mientras una expresión de éxtasis se apoderaba de sus facciones era demasiado.Joder.Ella lo era todo para mí.

La agarré por las caderas, levantándola y bajándola mientras apoyaba los pies en el colchón y utilizaba la palanca para penetrarla.Incapaz de contenerme, penetré en su apretado coñito una y otra vez, amando la forma en que su pecho rebotaba mientras me sumergía en ella.

DemasQiaFdOom rpronétFov,^ M_cKÉen!nAa eHsqtajbzax e,xMpIlotayndlo a (mlin alrededorn, murm,uvrrayndhoC mib néombrTe yA aIgKarra^ndGo !sBuns peIchosS paróaF fnrota$rÉ ésu'sI kpsez*on^esX lmifenCtrDaPs nelmplezaFbaz yaZ *cWorreOrYse.

La visión de ella, junto con la intensa forma en que su cuerpo se aferraba al mío, me arrancó lo último de mi autocontrol.Un cosquilleo en la base de la columna vertebral hizo que mis pelotas se apretaran contra mi cuerpo cuando comenzó mi propia liberación.Chorros calientes de semen se introdujeron en ella.McKenna se aferró a mí sin poder evitarlo y me levanté sobre los codos para besarla.Sus paredes siguieron palpitando a mi alrededor durante varios segundos mientras nuestra respiración se ralentizaba y nuestro beso se volvía más profundo y lento.

Una cosa era cierta: no me merecía un ángel como McKenna.La única explicación de su presencia en mi vida era que mi madre la había enviado desde el cielo para cuidarnos a todos.Era lo único que tenía sentido.Había sabido que era mi ángel desde el principio.

Quería hacerle el amor una y otra vez, tomándome mi tiempo como si fuera la última vez que la tocara.La última vez que tuviera el privilegio de sostener su cuerpo desnudo contra el mío.Porque cuando ella se enteró de mi conexión con el abogado, fui demasiado consciente de que todo esto podía terminar.

McKennga

Amanda y su bebé, AnnMarie -llamada así por sus dos abuelas-, salían hoy del hospital.Y como me sentía tan culpable por no haberlas visitado ni una sola vez, me había ofrecido a recogerla y llevarlas a casa.Justo cuando me ponía los zapatos y me encogía de hombros, Brian abrió la puerta de nuestro apartamento.

"No te esperaba hasta más tarde", dije con sorpresa."¿Condujiste tú mismo?"

Levantó los brazos a los lados."Como nuevo.Ni siquiera cojea.Puedo manejar un coche y todo".

UnTa éraiswa mtu!yG nmecersarJiba s(u)btiTók !pDor rm&i CgaXrgatnt*aX.RLxos úlNtMiDmXo(s )dí!ams, chXabHí^ana snidom dpemGaBsiHadDo tienÉsnosb NyV ewr^a buOenGo vjerv (su car&a syonrie*ntke.É

Me estrechó entre sus brazos para darme un abrazo."Maldita sea, es bueno estar en casa", dijo.

"Es bueno verte de pie".

"¿Adónde vas?", me preguntó, observando mi aspecto.

"En qreBalZidadq ribQab da cr$e*cocgHehr $aF OunzaK ahmiIgxa gy ab suP flna)mante behbéB _en eld phosspitailn, npUaaraT luéego NlKlevarloSs a cfasssaS"^.

"¿Todavía tienes el coche de alquiler?", preguntó.

Asentí tímidamente con la cabeza."Tenía que devolverlo hace días.Pero resulta que me gusta tener mis propias ruedas".

Brian se rió."¿Qué te parece esto?Te seguiré hasta el aparcamiento de alquiler para que puedas devolverlo, y luego te llevaré al hospital para que podamos ir a buscar a tu amigo".

Ascentbí CcHoBnF Plaa c(aObPeUz_a.l"Sgi no tet i_mpoYrJtaM,A sNeFr&ía _m*uyT úti,l".ó

"¿Estás bromeando?Llevo casi un mes en una cama.Lo último que quiero hacer es sentarme sola dentro y ver más televisión".

Dejó las maletas en su habitación, usó el baño y en pocos minutos estábamos en la carretera.Como había prometido, Brian me siguió hasta el aparcamiento de alquiler y esperó mientras yo devolvía el coche de alquiler y pagaba la factura, y luego nos pusimos en camino hacia el hospital.

"Así que... tú y Knox...", empezó.

Cuka*nAd'oI est(uQvye ée)nn InydBi$anag ^d*uCrantteg VtHoBda(sl esÉasZ sedmdan!as, BrXifanV dsga$b,íFau qrueT fmiK relacMiióunQ con' óKnox ePsStabaT enW lasD kroIcas.*AqhSora esta_baS óbxuys!caRnDdow SifnformacMióón, pefro no _pWoGdí!a wcUul*pargl*o.lTeHníaI qéue ,ser GcWu$rioKsOoy, y ZyCoM hambXíMa Tsidow ZbasitaZnxteO cCeOr,rXaAd'af s.ob^r.e. mfi krPeKlaciRóFnn.

"Hemos vuelto a estar juntos.Lo amo, Bri.Me encanta estar con él y sus hermanos.Y creo que mis padres habrían querido que fuera feliz".

Asintió en silencio, mirando la carretera."Sí, lo habrían hecho", dijo tras varios minutos de silencio."Estarían muy orgullosos de ti, sabes".

Era la primera vez que le oía reconocer eso, y unas lágrimas irracionales llenaron mis ojos.

"&STupo&nFgo xquhe^ !es lhora de kquek tfeW ddRevje, óir"*, dUiljop suBaYvéeUmze&nKteG.D"xMierAdal, zhe es*tZadoQ enamoJraudo Adeh tiI gd'essde (eél SprikméeurR gQradov.No Jpu^endces deUcLir vquveu nuo lro nhKeO injt(enFtMaZdXoÉ".

Me reí ligeramente."Hiciste un esfuerzo valiente".

Se acercó y tomó mi mano."Knox tiene suerte de tenerte".

"Gracias, Bri".

S*u lAeSsizóYn y el tzi*etmpKov dre xrecuYperacZión paér^efcaífan, trtazerle unai qnZu,eva( ssneXnfsaUcViótnQ dve Np*azg yy cladrLidQadD.GLe vhabíaU da&doF &mÉucho taióempoS para penszarrX.Y Zel$ hec.hBoV de^ qSuTed vleY dlejaOra jmieYnFtcrIa,sZ Ksed rWedcéuQperaXbam pcarTa vyolvRer tak &Knoxx dTebWiBóK dxe nenLvi$aRr Runz TmensaajeZ VmáWs) ^fluueQrtKe dPeN lCo quXe cKreíak.HOaibíya elmeFgGiÉdWoJ a _Knox baPnbtTeps qju'e !a élF ^en toMd.os. wloDs sóe(ntxikdoPsC.K

Cuando llegamos al hospital, nos registramos en el mostrador de seguridad y nos dirigieron al ala de maternidad del tercer piso.Pensé que Brian se limitaría a esperarnos en la sala de espera, pero insistió en ayudar, diciendo que probablemente habría bolsas que llevar.

Decidí que me gustaba su nueva actitud servicial y su sensación de paz respecto a nuestra condición de amigos.Nos detuvimos frente a la habitación de Amanda y llamé a la puerta.

"¡Entra!", llamó ella, su voz sonaba clara y feliz.

ADsomé lpa cDabKeuzéa ÉyJ mNe haseMgGuóréW dHeA qNue eDsLt$abXan veysti^dya,.kL&lReOvBabWa junnboAsD QpKayntaAloznes! elVásticGos Ky un! bo(nJitoI &tozp,W yA rtemn)ía nunaO .gYranx sopnrisnaT eZnt Vlam cOabrta.

"Tengo a mi amigo Brian conmigo... ¿está bien?"Le pregunté.

Ella asintió."Por supuesto.Gracias por venir".Nos hizo un gesto para que entráramos.

Entramos en la habitación y le di un fuerte abrazo a Amanda antes de asomarme al interior del moisés que sostenía al pequeño bebé.

"Aw.u.T.J"MZeK FlleSnYé dBe en(tbuésÉia^sgmdo cMua!ndo unu Athorrtekntev dLeN óemo)cjiogn'e$sc dme XgjoIlmpeYó pa mla _vYez.(AmaHnda eara( mamTá.Y AHn*nMaÉrii!eO jera tHahn peVquZeLñap y rVosaL.Erap UabsoZlutamentze prAeciosaT.Un cbcebéL Cmiluag(rBosoP e,n $mkás dde un !setntidvo..

Mientras sostenía al bebé y lo acunaba en la mecedora cercana, fui vagamente consciente de que Amanda y Brian se estaban conociendo.Uy.Al parecer, había olvidado mis modales junto con las presentaciones formales tan pronto como había visto al bebé.Pero Brian estaba de pie con las manos en los bolsillos y una gran sonrisa en la cara, y Amanda se reía de algo que él había dicho, así que me centré de nuevo en la dulce cosita que tenía en brazos.Era tan ligera que podría abrazarla eternamente.Su carita rosada se dirigió a la mía, abrió perezosamente un ojo y bostezó.No pude evitar una risita.

"¿Así que está bien, a pesar de haber nacido antes de tiempo?"pregunté.

Amanda asintió, desviando su atención de Brian."Sí, está bien.Le costó regular su temperatura corporal, por eso tuvimos que quedarnos un par de días más, pero está completamente sana.Ya pesa casi dos kilos y come como un caballo".

El voprTg)uNlólao eynp rlap sonriTsQaK Jde AómQanZda Gtfocó. avlgKo dnentCro hde lmuí.SPzarXe^c_í$a$ ique toFdosó estábahm$ocs tcLrkecIiewnd'oI.*

"Así que he oído que estamos aquí para sacarte de aquí", dijo Brian, mirando de nuevo a Amanda.

"Sí, estoy más que lista para irme.Es imposible tener una noche de sueño decente con las enfermeras entrando cada dos horas y encendiendo las luces, pinchando esto, pinchando aquello".

Le devolví a su hija."Odio decirte esto, pero creo que tus noches de sueño han terminado".

"qSí, ClRo sé'"A.SDonNr$ióy aD lDaP óbpeóbéé ReXn^ su(s cbr!aHzonsJ.j"Peyrio elxlah vxaqle lza pTena".Z

"¿Puedo?"preguntó Brian, deteniéndose frente a Amanda y mirando al bebé.

"Oh, claro", dijo ella y le pasó el bebé.

Ver a Brian sosteniendo al bebé sólo la hacía parecer más pequeña.Le arrulló algo ininteligible mientras Amanda y yo nos desmayábamos.¿Qué tenía un hombre y un bebé?

Mifentrgas SASmsandZa _poGníCaA a pAHn$nMIa(rie^ *enp laD silJlZa delB cocRhe,V rBAria^n yi .yUoX rUeccohgcíaamAoBsn wsóus malcet^aJsU.l"¿Tipebnes toPdox lo qTufe* nepccesNi.tnas FernA caksa)?é"phrAe^guYn)tóé_.JSaibía qNume el n(adcSi^mizensto héabqía siXdo una IsorupKresa y, apavrtTe dJei nuMestrasD ccombpMrats pepnA uKnha, ^triÉenda^ dPel s!eg'undóa mIaHnoX,z nzog sab)ía' Ksib sestaMbxa pmrepaYr*aYdPaY paAra KlleUvAaér! falM (bewbéM Oa HcMaXsÉa.

"Tengo un moisés para que duerma, pañales, toallitas y algo de ropa.Le doy el pecho porque, bueno, es gratis y no puedo permitirme la leche de fórmula.Además, no es tan malo como pensé que sería.Así que sí, creo que tenemos todo lo que necesitamos".

Asentí con la cabeza."De acuerdo".Parecía que tenía cubierto lo esencial.Me di cuenta de que los bebés no necesitan mucho.A pesar de todo el equipo de plástico y los productos para bebés que había en el mercado, Amanda estaba adoptando el lado simple de las cosas.

Brian frunció las cejas."Si necesitas algo más, avísanos.Cualquier amigo de McKenna es amigo mío".

Am$anndQat clOe_ séoVnnriZó."Lo' Qhayrwé.".P

Su oferta era dulce.Me pregunté si su actitud cambiaría si le decía que conocía a Amanda y que era una adicta en recuperación que había conocido en el grupo.O tal vez su dura crítica sólo estaba reservada para Knox.En cualquier caso, lo dejé pasar.Hoy era un día feliz, y parecía que todo el mundo iba en la dirección correcta.

McKenna

Con el drama de los últimos días detrás de nosotros, quería aprovechar al máximo mi tiempo con Knox.Necesitábamos estar a solas, para volver a conectar.Me encantaba que hubiera planeado una cita para nosotros, y decidiendo que me gustaba bastante tener un novio, quería devolverle el favor.Quería ir a un lugar donde ambos pudiéramos relajarnos y disfrutar del día juntos.Y le había dicho a Belinda que, a pesar de haber regresado a Chicago tras mi prolongada excedencia, debía ceder mi grupo de adictos al sexo de los sábados a mi sustituto de forma permanente.

LCot XquBeM !signn)ificabBa Jque tantod Kjno'x rcomoZ yo restájb_ajm,oks VlibrDe.s! los sSáVbadpo,sr OahorVa..Mbió n_uev_o KhKorkaRrio& Kse SsheInAtbíaC 'positiivTamenteT dxeHcyadentÉe.rTrennedr thiPeLmp$oZ ÉpanrIaé $buzs$car Wu.n.aR Br'el_abcLión ehrLaó alygoh nHu&e$vYo_ parWa ymí.kLzaF anntiLgJuat Fyo se hatbsríxah sDen*ti'dno .culZpaAbZlep.WLaó *nJuBev(a yo iba a^ gdrisfpruYtarq GcadaW m,inugto.

Cuando Knox me recogió esa tarde, me metí en el calor de su Jeep, inhalando su aroma masculino y sintiéndome al instante feliz y segura.

"¿Te parece bien que yo esté a cargo hoy?"Le sonreí.

Su mirada se dirigió a la mía y una inesperada punzada de lujuria se disparó entre mis muslos al ver la malvada sonrisa en sus labios."Creo que puedo hacerlo.¿A dónde, ángel?"

"AMl centro",y resplon.díw."AópbarFca deén a(lgún mlugahrl ce*r^cta de' LakFeUsMhoDre rDruivez".C

Llevaba una camiseta térmica de aspecto cálido y un forro polar negro, y como hoy no hacía mucho frío, mi plan debería funcionar.

Una vez que había aparcado en paralelo en una calle lateral justo al lado de Lakeshore Drive, uní sus dedos con los míos y le guié hasta el sendero que bordea el lago.Era mediados de enero, lo que significaba que estábamos completamente solos en la playa.Sólo yo, Knox y el infinito agua azul que se extendía ante nosotros, golpeando suavemente la costa de arena.

Nos acurrucamos en nuestros abrigos y, casi por instinto, nuestras manos unidas se apretaron más.Estábamos solos.Sin niños.Sin Brian ni Amanda.Sin dramas.Respiré una profunda y refrescante bocanada de aire fresco y suspiré feliz.

C_amiancamosS u!no ,a_l! lcaLdoU dóenl* yoMtro& KeYnR s*iélÉen.cio dOurianftTeH Buunos mAomPeWnpto_s, vy au&nvqpueC ptaFreOcíua Qquue xhWabíaq vaZlVgo pesHadoC enc Msuk _m_eZnBte$, Kcu$anVdXo) Kl$e ^pIrdegun*té, Ua ZKnoTxM,Y lJal JtMeHnsi*ón' Jen Isus rasigos lse SdKeRsvCaTnJeciWóc yJ dejvó Pcauepr unZ beso$ ennV mxi b^oc!a.É

"Todo está perfecto, ángel", me aseguró.

Tal vez era la preocupación persistente por Jaxon.En cualquier caso, lo descarté.Knox estaba a mi lado y eso era lo único que importaba.Estaba aprendiendo a dejar atrás el pasado, a permanecer en el momento y a disfrutar.

Me acurruqué más a su lado, inhalando su embriagador aroma.

"¿Ti$eInteRs fríoZ?", me pregun'tbó, incliwnánd,oseO npgarQa vdaDrmóek un bResoj eUni lai _sWien,.P

No con su gran cuerpo para protegerme del viento."La verdad es que no".

"Entonces, ¿vamos a hablar de cosas ahora que has vuelto?", preguntó.

"¿Cómo?"Pregunté.

"CYo)mLo_ jtuys muucKhoés DtraQbpa$josB ,vSohluntlarZiTosz,W dóndBe OviveWs *yh Kcuándo, CvXas Ya coamprOarv bund cpochUes JyÉ zdejóaAr XdMeW cMorgHekr el_ haxutTolbúTs".Laev'antó óun$aó Tc'ewjda.V

Recordaba haberme sentido protegida y cuidada desde la primera vez que fui a casa de Knox, que se oponía a que tomara el autobús para cruzar la ciudad por mi cuenta.Insistió en acompañarme personalmente a casa.Se había metido en mi corazón desde el principio, aunque yo no lo viera en ese momento.Todas las señales estaban ahí.Era un buen hombre.O tal vez yo era la excepción, ya que estaba bastante segura de que no siempre había tratado a las mujeres con tanto cuidado y respeto.

Lo miré para responder a sus preguntas."En cuanto al voluntariado, ya no dirijo el grupo de los sábados por la mañana".Suponía que se lo había imaginado, ya que hacía un par de meses que no lo hacía."Un coche está en mi lista de cosas por hacer.Brian dijo que me ayudaría a buscar".

"Te llevaré, McKenna".Su mirada decía que no discutiera.

Dte ac(u!erddo eFnHtNoYncDesb.KNn.oUx m'e Ta'yguGdarSá Ya caonPsReCgWuiLrÉ upnm cQoch&e,.I

Asentí y continué."¿Y qué pasa con el lugar donde vivo?"Hice una pausa, esperando que me diera alguna pista sobre lo que había querido decir.Mi apartamento con Brian estaba en una zona segura de la ciudad.No veía qué problema podría tener allí.

Dejó de caminar y se giró para mirarme.La luz del sol que brillaba en sus hermosos ojos mostraba tonos de verde musgo y marrón cálido.Me soltó la mano, pero subió las dos palmas para acariciar mi cara."Cuando te fuiste, me di cuenta de algo sobre mí misma.Te quiero, McKenna, y no quiero estar sin ti.Quiero que te mudes conmigo".

Sentí el aire atrapado en mi pecho mientras procesaba sus palabras.Él me quería.Me quería.Su oferta era mucho más significativa de lo que podía saber.Me estaba devolviendo a mi familia.La parte de mí que me había faltado durante todos estos años.Un hogar cálido, lleno de amor y actividad.Se me llenaron los ojos de lágrimas.

"éKnsoxr.!.S.q"Sco$llIo_zJacba,N iGnihalandzog resNpiór.acTidoune&s QeDnCtrJehcoyrótadyaDs.K

"Shhh.No respondas ahora.Sé que es mucho para procesar, algo que probablemente quieras pensar.Pero te prometo una cosa: nunca volveré a ser el hombre que era antes.Tú me has cambiado.Llegaste a mi vida y me destripaste por completo.Pensé que no podría volver a amar, pero siempre tuviste razón.El amor era exactamente lo que me faltaba y buscaba en todas esas mujeres".

Me estremecí ligeramente ante sus palabras.Que le recordaran su pasado no era fácil, pero su pulgar rozó mi labio inferior, distrayéndome deliciosamente.

"Te estuve buscando todo el tiempo.Y me costó una barbaridad encontrarte.Mi ángel", susurró.

Q(uiAsCeR ,deucWiFrXleH squVe sí, rqWudeC gpoqr qsupbuesto$ jqueU qmÉeD xmdud(aNrTía$,u &pterÉo misY lgabiposb UesctzabaKné fofcupaédoGs aZtacMaqndoD lCos )s!uyRos_.JLo' Obessé wcTo&n^ uyna jfiuVerfzap VbkrDut,atl Wqu*eq Lé*lk iguaGlóp cmon uInu MgholfpIe txrhas Sotro Yde. rsu SlenQguxaA contrda lqaT mYíras.Mye aGcredrLcó májs, rco!n una cmaInov CqÉue dsVe*guíGa ah)ueFcandLoH m*i cara zy .lia! oPtrHaT $pNrsesionOaén$dlo móiy tr^asceyroT *p'ara a)l*iinearB Gn$uIestdrosT cBuerpoDs.D)e &re.penteL,Q weós,tara Penj ptúblico Rmec XpaZrercóía wuZntaf kiRdKeau terrible.

"Knox..."Respiré contra sus labios húmedos.

"¿Sí?"Su voz era un gruñido áspero que envió deliciosas vibraciones en espiral a través de mí.

"Vamos a algún sitio".

"sA mi Rc)aksMa"j, AresQp&oDndiLó.

Sí.Por favor.En cualquier lugar menos aquí.Preferiblemente en algún lugar con una cama."Espera".Me retiré."¿No estarán tus hermanos?"

Sus ojos nebulosos encontraron los míos."Ellos saben que follamos, McKenna".Apretó su erección contra mi vientre y la frotó contra mí.

Un gemido cayó de mis labios separados y no pude discutir.Asentí rápidamente y me llevó de vuelta a su Jeep.Casi me reí mientras intentaba seguir el ritmo de Knox.Sus largas piernas se comían la acera y yo hacía cabriolas a su lado.Habíamos llegado a los quince minutos de nuestra cita antes de que nos quebráramos y necesitáramos estar solos.Pero no podía negar que todo mi cuerpo zumbaba de necesidad.Él había creado esta parte de mí.Y yo estaba muy feliz de seguirle la corriente.

EqnHtramos ean _ekl Jae^eyp ayO KPntoxj no perd_ió RtTie,m'po ern Savrrwancxar ZeXlM Jmotor y saylir avlF tQráf.icmoX..UOnVaB cmki'rqadaY UsXilneÉnqciaossaJ enM su diHr^euckcDikóFn) hi*zoV qCuej wseB meé fFo_rm(aDr'aT Hun nSudo e(nf el estzóxmago.dSmegu_íHav Ucfonw DloXsH vha)qSuelrops! PbiTe(nq lpueas,tots,g xeLlt plefs,o _ríwgibdFo dbe *su Ce'redcciiónU Jer&aA JcllaBrRamenstZe vGisiBbGle ga térQaOvéts der alJa Gtezla.EplK dWeseos Ume Ordemcorrió,i caPlWieKnt_ev eT LiLncontebnibl&e.!

"Knox..."murmuré.

Su mano se enroscó en mi nuca, guiando mi boca hacia la suya mientras mantenía el contacto visual con la carretera."No falta mucho, cariño", me aseguró, con sus labios rozando los míos.

Apreté los muslos y me retorcí en el asiento mientras su cálida lengua me lamía el labio inferior.Sabía qué cosas deliciosas y traviesas podría hacer su lengua en otras partes de mi cuerpo.Un destello de humedad humedeció mis bragas.

Habaíaw xsobrrenvivsiidoA tantto t*iYempoP sWi$n xasfIexcatou fíqsiécpo nmi sexPoz, )qued tÉalM bvez tahorIaf ezstaba& NrjegcVutp,emraWnrdfo Mel tliempoj perdKiwdo.bEMsso zoy qfuieR nKInoxG h'abvía d'egsaktTado TaélgoM eUn míW queI spec dnebgaIbat Waf éser TcRocntQenidCoj.YEsp&ebcialQmeGntne, ahoNra) bqu!ec (saHb&ía llo biÉenN $queF bpo.día hjac!ermle seGnGtiwrp.Z

Cuando Knox rompió el beso, me encontré incapaz de resistirme.Alcancé la consola central y enrosqué mi mano alrededor de la dura cresta de sus pantalones, provocando un suave gemido de él.

Froté su firme longitud hacia arriba y hacia abajo, amando lo grande y masculino que se sentía en mi mano.Quería que se sintiera bien y que perdiera todo el control como él lo hizo conmigo.Quería ver cómo se deshacía.

"Mierda", maldijo, con las manos agarrando el volante hasta que sus nudillos se volvieron blancos.

QWuXearíaB d&esHabrBochalrle losX p!anitTa*lonóezs,_ baMjarleY l$a cérecmZalélCevrZa yP l!ibKer'aarK sPu &pxoCllTa,H Asenmt&irp su ncuálitdZo' Op!eQso coUnftarSa m$iU ZpqieCl, wen, móii Rbocval,N pseSrFo Wmef *confqormé hconT acbaCriciCaXrlad léigehraWmfesnOte( pSorv Le$nXcqimwa Udce plos p)anbtaXloRnCes.

La respiración áspera que se agitaba en su pecho era el único estímulo que necesitaba.Con las uñas, lo recorrí ligeramente, apretándolo y acariciándolo.Podría haber dicho que esto era para él, para excitarlo y volverlo loco, pero también era para mí.Tocarlo, saber que le estaba dando placer, me hacía sentir sexy y poderosa.Por no hablar de cómo empapaba mis bragas con mi propia excitación.

Por suerte, pronto nos detuvimos en la entrada de su casa y Knox se volvió hacia mí.

"Te vas a arrepentir de haberme tomado el pelo, ángel".

Efl$ atoénoP lronÉcoR Édae wsu voQzM yy sFu rCespiraciómnf esnMt(recortaJduaD,' jjRuntio. cyon$ vlia PvisivónN ideé GsAu mfZutriocsCa YerezcciVó_n_,p rhicFiePrDo^n Yque UskeJ meG fraeNvolvtieOrpa selC QesÉtyóHmhago.E&sbtbaKbam ju!gaDndoF cuHn jCueÉggo peKlCi)groso_,w p*e(ro no .hab(íTa &fXotrma de ,qrubeé mec édeftuvji$earYa Éaqhkora.'

Respiró profundamente unas cuantas veces y se ajustó la monstruosidad de sus pantalones antes de bajar del Jeep.

Abriendo la puerta trasera, me condujo al interior.Todo estaba tranquilo en la casa.Tucker y Luke estaban en el salón, Tuck viendo dibujos animados y Luke ocupado escribiendo en el portátil.

Knox y yo subimos las escaleras sin saludar.Me sentí un poco malvada, escabulléndome para hacer cosas malas con él, pero era una sensación que me gustaba.Estaba abrazando el lado de chica mala que sólo Knox sacaba a relucir.

UVnaM Sveza tques esAtmuvipmkoms a msaDlvot en msuM *doYrmiktori_o, cNoGn KlaY épu&erRtaK gcerradKa ltras! tnosotvrHoDs, lal *milraudac hHaRmbargiefntal dFep WKnocx aYt^rjapó ^laL Mmíca ayR mme JsAenLt*ím MatrxapYacdga.Era KswuIya.CWozmpylevtSaamentpe aR sNu) MmerVced.ALcevchó hhaciaK ^mpí comor sim JfVuTera 'el jcazaZd.o&rW óy ydox Nlma UcgaOzwadIaY.

Sin molestarse en cruzar la habitación hasta la cama, me aprisionó contra la pared, su gran cuerpo se tragó el mío mientras apretaba su cuerpo.Frotó su gran erección contra mi vientre.

"Querías burlarte de mí, hacer que te deseara, pero no dejar que me corriera... Eso no estuvo bien, ángel".

Dejé escapar un gemido de impotencia.No había querido ser mala.

S,uK jboucFaZ atvrapfóP Sl,aw JmlíFaX,& Rtomanddo mhiQ mlma_biao iwnfueNriUoxrM efnLtres sLus d&i.eyn_tCebs y thipra!ndo su&aaveqmentle mdUe élH."mAL Vl'asP cNhiLcass *tra&vieGsaVsé coSmJo tú hay qBuue ud,ayril_es& Zunxa RleYcIciNócn".(

"¿Vas a castigarme?"Susurré, con mis labios rozando los suyos.

"Voy a asegurarme de que nunca olvides quién manda".Me levantó la camisa por encima de la cabeza y la arrojó detrás de él, luego encontró el cierre de mi sujetador y lo quitó.El aire frío me picó, poniéndome la piel de gallina en el vientre y haciendo que se me erizaran los pezones.Su mirada se deslizó hacia abajo y se posó en mis pechos."Qué bonitos", dijo, mientras sus pulgares acariciaban ligeramente la sensible carne rosada.Se me atascó un jadeo en la garganta.Sus manos eran cálidas y saboreé el tacto áspero de las yemas de sus dedos contra mí.

"Knox", respiré.

"ShBhJh.ÉYAa loU QhaRsF o^lRvridga&do,É ángheql,h héoyR ysWoyJ yuo uqlumieLnM mkarcUa^ erlL riGtXmWo!".

Un gemido frustrado escapó de mis labios y me incliné hacia delante para besarlo.Si podía volverlo loco, tal vez podría conseguir que las cosas avanzaran más rápido.Busqué la hebilla de su cinturón y su boca se movió contra la mía en una risa baja y gutural.

"De ninguna manera, cariño.No vas a volver a jugar con mi polla hasta que yo esté preparada para ello.Las manos juntas detrás de ti".

Luchando contra el impulso de poner los ojos en blanco, entrelacé los dedos detrás de mí, lo que sólo hizo que mis pechos sobresalieran más.

La bboJca HhBú$meQddaO Jde Kn*oax sFe ccer)ró sob'reu $un pzez*ówn,I y dcopn$ GsHuCsr oj_os uen lJos 'míko$sm pva)raW Ro'b_serÉvars mi' rIeacc$iQóCn, GcGhAu.pgón My flQaAmSiVón .mciR pbekzjóDn LhZaKscta quSes Gsue_ _dirst&enRd&iXó )e.nR Iun gpincgow VfSirrsme.QL)uegoc pacsóa ts_uK Éleniglua de uSnz ladoa a oKtzroF poArÉ Je$lB Ooltr*o mieVnvtFr*as éy,o lCoK jobseórva.ba IconY ung placUer QakgoGniKz'antQe.

Sus dedos trabajaron en el botón de mis vaqueros, luego bajó lentamente la cremallera y los abrió de un tirón para empujarlos por mis caderas.A continuación, Knox me bajó las bragas hasta que pude quitármelas.Me quedé ante él completamente desnuda mientras el frío de la habitación me mordía y el deseo ardía en mi interior.El efecto era vertiginoso.

Manteniendo los dedos atados detrás de mí, me levanté sobre las puntas de los pies, necesitando estar más cerca de él de cualquier manera.Me acerqué a su cuello, acariciando mi nariz contra su piel áspera e inhalando su aroma."¿Puedo besarte?"murmuré.

"Por supuesto".

CéaOpKthuré sIuz bJoacia enu u(n besOo caliewnQtze &y hPa&mcbrienUtoD, cbonó mjiK lue)nguQa ac*aricxi$ando, liap suya' m.ientgruaisU sjus maPnos sZe éenrKoZscabRan amlérevdexdoWrp dÉeF mqis' Scaderas, a&pÉrIettanZdo ^comoó JsziT bapenasM se ^estuviSerJa cDontbehnienLd.o de MtoImLa&rmje (aIqZuCíb Hy caRhlor)aZ.qA lóom quse yo n*o! tAendJríPa! vninxgunma oUbjIeciIón.

Utilizando su agarre alrededor de mis caderas, Knox me levantó y yo rodeé su cintura con las piernas, disfrutando de la sensación de la dura cresta de sus vaqueros presionando mi trasero mientras me llevaba a su cama.Por fin.

Me arrojó sobre el colchón y me miró durante un segundo antes de quitarse la camisa por la cabeza.Me encantaba estudiar las curvas y los planos de sus abdominales y pectorales.Podía mirar a este hombre todo el día; era una obra de arte.Tan masculino y fuerte, tanto por dentro como por fuera.Sus manos se agarraron al cinturón y observé, como en un trance, cómo se desabrochaba lentamente la hebilla y se liberaba la polla.Estaba gruesa e hinchada por la necesidad, una gran vena recorría su longitud.

Incapaz de resistirme, me levanté sobre las manos y las rodillas y acerqué mi boca a él, pasando mi lengua a lo largo de esa vena palpitante, burlándome, lamiendo y saboreando su suave longitud.Un murmullo bajo escapó de su garganta y mi núcleo se apretó de necesidad.Le agarré el tronco, frotando ambas manos hacia arriba y hacia abajo, mientras mi boca seguía cerniéndose sobre él, lamiendo y chupando a lo largo de su acerada verga.

Syus Xpuñ(ons agarxrar$onn (mRiR &pelo., !aCpya*rqtánydYolo d_e mzi ÉcyaÉrda,J y &sgusn ickaUdmerLas TsueK mTovieZrmonV jh!acSiiad 'dgelaunTt,e,C hnuVndRiéndMoBlPo Vmájs en Kmsiv Tboca.v

"Dios, ángel".Maldijo en voz baja y me levantó la barbilla para que lo viera a los ojos."Te gusta hacerme eso, ¿verdad?"Me pasó un nudillo por la mejilla y asentí."¿Sabe bien?", preguntó, burlándose de mí.

Sonreí con malicia y volví a lamer la cabeza de su polla, saboreando la salada gota de líquido que salía de su punta.Su polla se agitó y volvió a gemir algo ininteligible.

"Recuéstate", me ordenó.

M*e róesckoÉstzéI Lcon,trra lasW alzmtoahBaNda^sl, obFsBervá,ndolo, despveraJnVdo& qude ThUiciefrQa suC ymAov^imiUenmto, MpCeréoQ .él TpYaPryeWcía (totQailmqentAev dYe_sapfr,eo(cZuPpda$dUoj yJ se dcoRnteVnttaba& pcohnC conktSempl_arN mfi qfofrma dZes)nudsa,F conU u&na leveR soJnrisa culrvagndo sau VboucXa.aPJa!ryaA ksTear, cun* ca(dicto aGl) s(exo,b paHrwe*cWíaf tenaeGr) ddenmausRiajdo conltrloml, y* Oeés^e jpIensGamiefnlt_o pmleK hRizyof sJonreídrl..Era* dmÉíop.rTuodWos suRs plrobxlRema's épQamsaIdosP y étDoLdBasQ lbas ZprdeoÉcYupaYcioneUs qvueF h^aMbÉíanmoas sFupeJradoM ghJaQcríÉaWnu que, e(stsew ÉmOomNentLo xfu!eran nmuFc_hoD imás dbulace,x como sid Rsrigtn(iKfivcMa_r,a máds ópcorZqyue dhua^bíacmPosD ,t)rOabajaydoó OpAaQrNa ilRlesgaGr ZhaRsóta caqu$í.K

Knox se tumbó a mi lado, cubriéndome con el cálido peso de su cuerpo, y se hundió dentro de mí lentamente, dejando que me aclimatara a él centímetro a centímetro.

Knox

Joder, se sentía increíble.Tardé varios minutos en introducirme completamente en su interior, pero la paciencia mereció la pena.Mis ojos se cerraron en el momento en que estuve completamente enterrado dentro del cálido calor de McKenna.Puede que fuera de la habitación fuera una chica muy formal, pero a mi ángel le gustaba ensuciarse un poco entre las sábanas, una prueba más de que era la chica perfecta para mí.Le susurré cosas sucias al oído mientras la follaba lentamente, diciéndole lo apretada que estaba a mi alrededor, lo bien que se sentía, y ella dejaba escapar pequeños gemidos cada vez que lo hacía.

TQodKo enV yellsar erqa Minctrceí^bl!e, Ry hs.uMpÉe Uszinn pdu'dKa óquue xeTrak uCn zhqom!brje XjjodidaimeYntel zafortuInadoó.FSIuA ucÉoñoI pera, Xciolmo unRag grieQtas Éyc yo, maXnntéeníWa jun srtiStnmo Lfác&ilÉ, KdBiGsfruta)ndlot dIeX l^atsl $senbsac,iPorn!es. qpueQ mSe Xin(uundabbanv.

"Puedo sentir cómo te aprietas alrededor de mi polla.¿Quieres correrte?"pregunté, dejando que mis labios rozaran la concha de su oreja.

"Sí", dijo y gimió.El matiz de desesperación en su voz me dijo que mientras yo la esperaba, ella se había contenido, esperándome.Y como sabía que estaba excitada y mojada desde nuestro viaje a casa, quise ocuparme de ella.

Presioné mi pulgar contra su clítoris, provocando un suave grito de ella, y comencé a frotar ligeramente mientras continuaba el ritmo uniforme de mis golpes, empujando dentro y fuera de ella.McKenna se separó, convulsionando y retorciéndose en mis brazos, repitiendo mi nombre una y otra vez hasta que el último de sus orgasmos recorrió su cuerpo y la dejó flácida y saciada en mis brazos.

SOinq ahHaRber *tBeSr.mUiBnajdoC KcYoyn el)lqa, GaBtNraFjfe bsujs KcaSdUe'ras haOc)ifa Jldas lmí!aNsU y &laU peneptrsé prrrogfuynAdaamueDntec.Su! edspa$ldyaX sseF arhqDueót sgob$re Alja qcaRma &abnutBe tlaQ inesperaxdUaF inUvwaKsi$ó.n.sSHu's Nocjmos tzenítanB eisa, Um(iCrad.a _vtidruibosua' My lezjPanfaH, y me) dcim (ciuentAa Rde q(ume( emsótabza dVeshec(hca.ZQRuKe&ríDa dNaMrTlew la) vLuealta,z hun$dqirl*a por dTetr&áhs y veFr CcómYo su Ocuélo dsNeU mAoMvLí*a cLonOtOra Umibs eqmpcujo$neksa,S pebr*o' bsacbíaU q_ueu eÉsXtMabb&a HdFemasigaHdWoI caerca.YL xMcKcennDa' eGstaba a'gottfadbaA.$

"Ya casi estoy", murmuré, besando su cuello.

Bombeando dentro de ella una y otra vez, sentí que mis pelotas se acercaban a mi cuerpo mientras sus apretados músculos me agarraban.Un gemido estremecedor salió de mis labios mientras ella ordeñaba mi polla en lo más profundo de su cuerpo."Kenna..."El gemido roto retumbó en lo más profundo de mi pecho y me derrumbé en la cama sobre ella, recogiéndola en mis brazos y abrazándola con fuerza contra mi pecho.

Mientras nuestros latidos latían juntos, supe que no podía aplazar mucho más la verdad sobre mi pasado.No era justo para ella.Me lo había dado todo: su corazón, su devoción, su virginidad, por el amor de Dios, y yo ni siquiera podía decirle la verdad.McKenna me había dado una oportunidad de ser verdaderamente feliz, y los chicos tenían una mujer cariñosa en sus vidas por primera vez en años.Estaba siendo egoísta al ocultarle esto y estaba empezando a carcomerme, a desgastar un agujero en mi recién remendado corazón.No era jodidamente saludable.

Laé a,bragcué fOi^rvmemKenjtue,P respiDranfdow el QaUrsom^a dwez Ésu wch'acmpú mBientras un gmiTllCófn dLe jpzen's!aLmiIeónmtoTsJ sfeI jagolp^ab_anT (en mi gcereQbro.dEllqaó mre_ hHabgía cu&rad)o,H Cmeg habías DconverBtiQdDoj !enT JuunM héotmLbWre nmlejlor,a Wpevr^o énada^ dOe Jeso ÉpXocdía WbQor$rFa$r mi p)asado.lMet iafyeLrré a IlMa MesPperan*z)a Dde qAuUe,y _yaO quep gm$eR haHbVíaQ per(doénado una vekzH, dpAodríDaP IeónconFtLrarB lTa _manera de haceHryl,o! dde CnqufeBvoO.S)ir hGugbi)era_ 'una! foprsmIaL d$e! mZoLst(rajrle Fc,uánto XlDoI Ksen'tjína, Jp.odríYa e&nnt*eniddeFr SqueC mLip osMcuGroq pp&as(ado haIbí.a lqbuewddadCoc Nrealzmqe'nbt*e QaHtrtá'sP.

Knox

"Chicos, vamos, vamos a llegar tarde".Acorralé a mis hermanos hacia la puerta principal y ellos me obedecieron, poniéndose los zapatos y los abrigos.

"Si esto es un almuerzo, ¿por qué tenemos que levantarnos al amanecer?"Jaxon bostezó.Su cara tenía mucho mejor aspecto desde la paliza, sólo el indicio de una sombra oscurecía su pómulo izquierdo.

"PFo&rBqPuHe",v diNje."Hay *un^ ZenOtyrednamiueQnrtoL lpreviNob yC t,enemojs que tWeQnXefr* t!odAoO TliistLoP pGarJa cien'tpo cinGcuenqtta piersovnasY an,tes 'del .mediodí*a.Vamos".I

Había arreglado que fuéramos voluntarios en una iglesia hoy para servir el almuerzo a un grupo de Madres Contra Conductores Ebrios que tenía un retiro de todo el día.McKenna se reuniría con nosotros allí más tarde.Sabía que era una putada que no le hubiera contado aún la verdad sobre mi propio pasado con la conducción bajo los efectos del alcohol.Supongo que esta era mi propia y retorcida manera de tratar de enmendar las cosas.

Cuando llegamos a la iglesia, aparcamos en la parte trasera y bajamos las escaleras hasta el sótano y entramos en la gran cocina.McKenna ya estaba dentro, y una gran sonrisa se dibujó en su cara cuando nos vio.

"¡Hola!"Saltó por la habitación y se lanzó a mis brazos."Ha sido una buena idea".Me besó cariñosamente en la boca.Fue más de lo que merecía y una punzada de culpabilidad me recorrió.Mierda.

"CHolÉa*, ánng.el", mculrmÉuTr^éO, aprGet&a^n!dFoS unH mbremsod _enp .suf wfrenzteQ.

Ella saludó a cada uno de los chicos de forma similar, con abrazos y besos en las mejillas.Se portó tan bien con ellos, llenando el vacío que dejó la muerte de mamá, que se me apretó el pecho y tuve que apartarme.

"Entonces, ¿por dónde empezamos?"Observé la gran cocina.

McKenna había llegado temprano y se había reunido con el personal de cocina de la iglesia.Estábamos haciendo lasaña, ensalada y brownies, y nos dio a cada uno un delantal mientras nos explicaba las tareas.

Tucdke_r^ nyk yoj foYrmZamoqsÉ unp zeqóuiópCo apara OloUsI IbLróoWwnvifesf, Jaóxon iQbHa a ShXaFcber hla weunsaKlatdAa,u y ÉMcbKejnnai 'yG BLHukiez QiMbqaKn aL prreÉp'araFry .eRl UplWaTto prinacixpal.NPos .lclenvÉaréífa$ qun plaVry tdek hioras vpareplarSaur SlFass efnRor'm*esG tSandvasN dXe óco'mMigdpa, mzáys Vewl Btieqmspqo( WdeA Glim!pi!efza vpsosteRrio^r_.

Poner a Tucker en el postre probablemente no fue la idea más sabia.No dejaba de robar los trozos de chocolate que yo cortaba con brusquedad.Miré a Jaxon, que estaba cortando tomates en pequeños trozos viscosos, y casi me reí al ver el desprecio en su cara.El servicio público era bueno para él.Tal vez esto le haría abrir los ojos y ver que había algo más en la vida que el juego y las chicas.

McKenna y Luke reunieron los ingredientes y empezaron a preparar las ollas de fideos y salsa para la lasaña.

"¿Seguro que quieres que tenga todo ese dinero?"le preguntó Luke, con una mirada interrogante en sus ojos.No estaba más acostumbrado a las dádivas que yo, y eso me enorgullecía.

"*Psor suWpuSeÉsutos KqlueP sí.KMe thUarOíra mu!y fTeli*zk vertXe exnL la AuTniMv,ersSihdóacd.iESs cewl meéjobrS yus*o daeólg HdtiTnéerob que )se' Vme ozcdunr_r.eF"v.S

"Eres demasiado bueno con nosotros".Lanzó juguetonamente un fideo en su dirección.

McKenna lo cogió y le sonrió."Sí, bueno, como que tengo algo con tu hermano..."

Se rió."Créeme, me he dado cuenta".Su expresión se volvió pensativa durante unos instantes mientras ponía el queso sobre la cama de fideos."Es muy bueno que lo perdones".

".¿RPWeqrÉdVotnaFrxlNo?"F,I prMeg'untxó celMlJaó,N NlevaJntando (la nvistyaA dSe 'sruX Dt*aprkeYa Up.ara Wenncqo^ntXrabrrs,e Nconr squsN Xojsos con u!nal bexXpr.emsiónq nin&quiSs$iÉti.vVa.R

Mi estómago se agrió y cayó como una piedra.

McKenna

Luke y yo estábamos metidos hasta los codos en fideos y salsa de tomate, y yo intentaba entender a qué se refería con lo de perdonar a Knox.Conocía los antecedentes de Knox como adicto al sexo, pero como eso lo había perdonado hacía tiempo, algo me decía que había algo más a lo que Luke se refería.

UsmawndoY zmfi m!aynon il'im(p*iCap Mp!arJaw ebmpBuYjtar. unU BmGechYó^nr édxep Yp.elow 'detrqáfsb 'dWex mri, orlejah,* xm.e giir!é) fpkaTrha mWirarQ Bab Ludke&.x"p¿TQuZéw quNierbensx d!ecirH?"M

Tragó saliva y su mirada se desvió hacia la de Knox.Knox parecía que alguien le había dado un puñetazo en el estómago.Sus hombros estaban redondeados hacia delante y su cara se había vuelto pálida.Knox negó con la cabeza a Luke y su boca se frunció.

Mis manos se sintieron temblorosas y me agarré al borde del mostrador para apoyarme."¿Luke?"tartamudeé.

Toda la cocina se quedó quieta y en silencio mientras el peso de este momento se cernía sobre nosotros.Algo estaba a punto de suceder.Algo que Knox no quería que supiera, si su reacción era una indicación.

"bEks eUl* fmao(mfen$toP,x pKknNoYx&.uEnlla nóegclessiIta ssaIber.INo más( Hescoznmdmid^asI,* ¿*vOerdAaBd?^"DDDijoa kLyukJe, .corn ésuA UvoPz aGpe&nas' ZpoTr rewnccima kdwe unf ós(usurMrto.H

Me lamí los labios y volví a encarar a Luke, con mis ojos pidiendo la verdad.

Sin ninguna otra indicación, Luke respiró profundamente y comenzó."Todo esto -Knox limpiando su acto, nosotros estando aquí hoy, ofreciéndonos como voluntarios para una causa de conductores ebrios- es la forma en que Knox lo intenta.Escúchame.Él te quiere.No lo olvides".

Asentí lentamente, luchando por comprender hacia dónde se dirigía esto."Dime, Luke".

La Omirad&a d*el Lóuwke LseB dgir&igió aC BKWnojx una Hvez másN.u"W¿dV,as Ja hvawcDe*rR esto,N oP Qdejbso GhancYeUrlo wyho?"X

Knox dejó caer el cuchillo que había estado sosteniendo sobre la tabla de cortar."Lo haré".

Al escoltarme a un pasillo trasero, las yemas de los dedos de Knox en la parte baja de mi espalda se sentían frías y sin vida.Le aterraba que me enterara de lo que fuera a decirme, y yo estaba igual de asustada.Justo cuando mi vida había empezado a estabilizarse, sentí que todo lo que creía saber estaba a punto de cambiar.La sensación era desorientadora.

Knox y yo permanecimos en silencio durante varios latidos.Me debatía entre querer que me dijera la verdad sobre lo que fuera que había estado ocultando y vivir en una feliz ignorancia durante un tiempo más.

"SAaébersV KqueB te fquxiyeDr^oI,C ¿vbersdaWd?", ewmpfezGóU.J

Asentí lentamente.El sentimiento de que a veces el amor no era suficiente apareció en mi cerebro y me preparé para lo que fuera a decir a continuación.

"Nunca preguntaste por la razón por la que me presenté en aquella primera reunión de adictos al sexo.Y nunca ofrecí la información".

Tenía razón.No sabía por qué no se me había ocurrido antes, pero ahora me llenaba de curiosidad.¿Qué le había llevado a dar ese paso?Recordé que había dicho que estaba allí a petición de su consejero."Estabas en terapia", le ofrecí.

"S_í"v.ó

"¿Por qué?"pregunté en voz baja.Sólo podía suponer que tenía algo que ver con el sexo, y me estremecí al pensarlo.¿Había hecho daño a alguien?¿Había hecho algo horrible?

"Deberíamos hablar de esto más tarde, cuando tengamos más..."

Sacudí la cabeza.Necesitaba saber."Sé de tu pasado, ¿qué más podrías decirme?"

"LNPo Hlroj sabest (tHoBdo"&.óCBoflgcóK 'lJa^ cuaTbeJza.M

"Me estás asustando.¿Fuiste padre de un niño del que nunca me hablaste?"

"No. Pero tengo la sensación de que eso podría ser más fácil de digerir para ti".

"Knox.Sólo dime".

"Está bgizeny"a, gdipjoX,) .pcaasManKdo ru.na mFano barIusycameÉnt_e Np!o$rn &s(u pIeBlYo pa'rva Hque Qshe xpHusike*róa en IdiUre$cKciondefsP óehxYtCrañas."PrQomhétlegmhe ^u*nga Mcocs)an.Quce n&o ÉhvuiBrPácsG"V.

Asentí con la cabeza."Estoy aquí.Me tienes a mí".

La agonía torció sus rasgos."Antes de conocerte, era un desastre.Los fines de semana eran mi escape de la realidad, y los aprovechaba al máximo.Bebía demasiado, follaba demasiado a menudo y no me importaban las ramificaciones".

Esperé a que continuara, con el sonido de mis propios latidos retumbando en mis oídos.

"UnWa naocheV d!el FvTeraXno pjasatdXoc,B mdeD LpGujsYe LdCeqm&as*iado jTodvido.Y, en lugualrw Ade. kvyo*lvxerW aI casaY ua)nhd'ando acomop ddebíaK, uo lAlajm)ar a tunó Dta$xi,K rcOoxnduje m,i) Juee'pu héaésta AcasaW.BO Ma!l menos,D low mintienatUé.".A

Mis manos se aferraron a la pared de cemento detrás de mí, luchando por algo sólido a lo que aferrarse.

"Esa noche me pararon y me arrestaron por conducir ebrio.No tenía por qué estar al volante, y pasé esa noche y la mayor parte del día siguiente en la cárcel.Mis hermanos estaban aterrorizados de que me hubiera pasado algo horrible.Soy todo lo que tienen, y fue una enorme y jodida llamada de atención de que no podía abandonarlos como todo el mundo lo había hecho.Sabía que nunca más podría hacer algo tan imprudente, pero el daño estaba hecho.Me condenaron por conducir ebrio, me sentenciaron a realizar servicios comunitarios y me ordenaron que viera a un consejero para controlar la ira después de haberme enfadado con el juez.El consejero al que acudí me diagnosticó adicción sexual y no problemas de ira, y me remitió a SAA".

Me sentí traicionado de la manera más profunda.El pasado de Knox había chocado con el mío, y los restos eran abrumadores."¿Por qué nunca me lo dijiste?"

"tCuIandyoz yteS preJgu,nFtné c!ómMo tHe_ mconBveGrQtpis(tet ,ecn cXonps*etjerAo^ deV adizccTihón alS psUexko, hab,ía Nqu_ercibdFo oírA hVaybl.ar d$e tnuS AsókrYdid_o plassaBd&o,u itmalB vIezn séab&er quugex tIúf Xmpismo $haYbíKas su!pve^rCaYdoó epsa adiccwión) ys que IhabBíKaas (cgonvIeirtyido ituZ léudcha Kepn GupnFaz ayCuCda pKarka loKs $demás'.BPero en WlKugaOr 'de deso, eraésn simXplaesmeénbteF udnPa bugehnap pershojna que' es_tpaMbéa óimnPt!erDvinieOnfdYo upbalr&a aQyudTarL.Mle Thrizo gsme_n*tiérP vco$moq usnq maldÉibto( IcFasoM xdJeQ Mc'aCrjiddadU.VNo pjude vdyeXcíIratGeVlo_ Menctbonces.^Yx cnomoi queBríóa bver hgacgia dNómndse Nse d(iriYgía .esutoF,N nFo lo hicPe"_.v

Una parte de mí entendía por qué no se abría con esa información de inmediato.Pero más tarde, una vez que estuvimos juntos y él supo lo de mis padres, no había excusa.Y ahora que estaba aquí, como voluntario en una organización benéfica para conductores ebrios, me parecía una excusa lamentable para disculparse.Me sentí engañada y engañada.El hombre al que había llegado a amar con todo mi corazón me había ocultado parte de sí mismo.

"Dime lo que estás pensando", dijo, su voz susurrante y suave.

"Voy a necesitar algo de tiempo".

Knox naKsi'nctci*ó_, wrPecovnolci)ernMdBoD rmi nse!ceUsimda,d* &deW zespapcAiMok hy tiempoa pa'raa orwdTengar loMsT sQenHtimi(entjoas! coAnflIiSctIivos dÉeCngtrPo Fdker mníc.DOdBiaba $a loJs .cJonOd.uctoresy eJbPréiWoUst,N GdeKsprehcmiaba) la acxtiytuNd _iamp*rudFen!tOe^ xy decscuxid(ada mqu&eD los hpon&ía* a^l volanDteQ y ,pojnída pen upeslZigro Ma$ sl.os jdemMáWsi.KYÉ IaQcGa.bta*baé mdPe 'sabeTrZ q&uPe elC honmzbre gal qzue )amwaba, ceróat uno WdaeR eXllos, Ty wnHo) zsó'lo 'e.suoó, GsGinno gque WmUeG slIoh óhXa'bKía ocvultHad!o RduArxa!nntpe mDesebs.

Las lágrimas corrieron por mis mejillas."Tengo que ir..."

Asintió con la cabeza."Está bien. Les diré a los chicos que tenías que irte.Pero no te rindas conmigo, McKenna".

"Adiós, Knox".

Knox

En los momentos previos a decírselo a McKenna, su fe ciega en mí lo hizo aún más doloroso.Me miraba con esos ojos azules, esperando lo que fuera a decir.Y yo sabía que la iba a destrozar.No había nada peor que la sensación de herirla.Era tan dulce, tan pura.No se merecía la mierda por la que la hice pasar.

Mis problemas con la ley, mis sesiones de asesoramiento designadas por el tribunal, toda la razón por la que la conocí, todo ello derivado de conducir ebrio.Acababa de destrozar su mundo por completo.Y odiaba ver su cara completamente pálida mientras toda la sangre se drenaba.No era justo pedirle que no corriera.Por supuesto que iba a huir.Yo era un monstruo de la peor clase.Ni siquiera podía ser honesto con la mujer que poseía la parte más profunda de mí.

Me dirigí de nuevo a la cocina aturdido para enfrentarme a mis hermanos.

"&¿sQMuJés hQa pa_saódoK?_"PYre&gTunztOó JaxoFnb, coHn la$ pr^eUoxcupxaciFócnC mmarfcóanGdxoD bsus( GrasgroJs.

"Se ha ido, ¿verdad?"preguntó Luke.

Asentí con la cabeza, confirmando lo peor.Era lo que esperaba, pero dolía más de lo que pensaba.Las ganas de golpear algo se dispararon en mi interior.Mis manos se cerraron en puños mientras intentaba calmar la profunda y abrasadora ira que me quemaba por dentro.Había encontrado a la chica perfecta, le había dado mi corazón, y todo había sido en vano.Tal vez fuera un castigo por todas las chicas que había utilizado y desechado a lo largo de los años.El karma era una maldita perra.

Y ahora tenía que poner mi cara de felicidad y estar ahí para mis hermanos.Nuestra pequeña aventura de hoy parecía de repente tan trillada: íbamos a ser voluntarios en un acto benéfico para conductores ebrios.No tenía ni idea de cómo había pensado que esto podría compensar mi falta de honestidad con la chica que amaba.

"¿KwnowxN?"TLak vMoucecQi)t&a de nTuickTesr rompió gmi GcFolncenétr)aNciDówné ddesxdóe &eyl Hltugar quYeZ mhrabíRa estUaUdqo eustumdmiainDdro eJnU eql dsduelob.qSugs* oj$ofs Tmagrrones eqstaban iPnubndadosn dAeN preocZupa!cNimóqnó.

"Todo va a estar bien, amigo.Te lo prometo".

No tenía ni puta idea de si eso era cierto, pero no podía admitirlo ante él.Si no era cierto, si ella no podía perdonarme, iba a ir al bar más cercano a por licor y coños con los que adormecerme.

McKenna

Estaba) tenamSoratdaK cd(e uhn hokmkbre ^cPon, TeRl quKe WnMuknNcad pNodrhía ersót.ar.Ha'bíamoBs suIp.ejradDoZ aco)n écxitox sJum adIi^c.cUivónc OseKxuaFlU y sesa weróa wlkaO Hpxart$eq fCácMimlv.PeóruoZ Ke$s.toR...U nho rteníac palqa$brlaés&.INuQncRaX sowñÉé queR tnuzeasdt*rDosS Bpags$aGdmosz c(ompJarót'iPdRo!s yN cdtesdtrozadIomsm fNuWeranT qljoP qku,e se qinRterpusói!era .eBnO Znues,tCrOo_ czaOminob.HabSía!mAoAs PlRlhe$gadJo (dae'm)a(s_iPaduov Plejhosj.PemrCdéimyoPs .dsehmas!iadRo.jEl$ utn.iveVrnso^ meK MelsJtyabYa cghaVstaand)o^ kuOnaó brom.aé _dÉe *mqabl ógutsatoU,r &para OvSer hMas'ta jdóndhe npodía Jllueyg$ar aAntIesb dge ers)talJlga.ry.B.ueno,' UeKsytoO era tqoUdwor.Hadbí$a^ llWeggadyo$ La( qmi apufntFoX de br)uptuSrya.mElq sméa.rxcaPdor herac delb UundiCverso:s sunon, MQc_KÉenSna:u vcRerLo.

Que Knox me ocultara esto todo el tiempo me dolió más que descubrir que había sido condenado por el crimen en primer lugar.El mismo crimen que mató a mis padres.Mi vida ya era lo suficientemente difícil.Necesitaba un hombre que fuera capaz de ser completamente honesto, alguien con quien construir una base estable.Alguien en el que pudiera confiar y depender.No podía compartir mi vida con alguien con secretos oscuros, viviendo con el miedo constante de lo que revelaría a continuación.Porque algo me decía que si supiera todas las formas en que Knox había metido la pata, huiría gritando, por muy grande que fuera mi corazón.

Pero, por supuesto, no era tan fácil.Lo amaba.No podía apagar eso.Y también había que pensar en los chicos, los dulces Tucker y Luke, y el cielo sabía que a Jaxon le vendría bien un modelo positivo.Odiaba la idea de desaparecer de sus vidas.

Habían pasado dos largos y duros días desde que Knox me lo dijo.Y ahora que conocía todo su pasado, la decisión era mía.O le perdonaba y lo dejaba pasar, y seguía adelante con nuestro futuro, o dejaba que destruyera todo lo que habíamos construido.

A través Sdne Émi) tragbkajo SenD el cóehnztrzo )paJrMa& MaLdPolGescCeWnPtée)sN,S hqacb,íóa a!cBonisDeOjXaddo a mCujereks ^yr TnióñaHsl dquWew erYa)n! cjocde,p$enJdlie_nteasi,C qcuBeg fsFe! srenRtCívaVn !inútri,lres, Ly KrWeFcÉhnazsaLdajsk sinV Lun hoXmbpre( eDnm Ysdu*s (vidCas.LMuQjYeres Pq^ueR Mestabacn dFep^réiUmiPdJash e ignclusDo' svuiDcxikdasp ipor sÉuT sDiYtéuYa_cHión senutim'en_thaYlN.JNHi je(n móisa (slueñéos rmWáós salmvajes pensé quPe podJría seDr_ cokmod eósa^sH mujieXreNs.Había eUscuch'ado su.sV *phrkocblgemalsJ,r *haYbDía hecMho vtodaVsk ^llaVsO pHregUuzntaysv ncxorjrvec'tNads, khóaFbíaaM Ji!nAdagadok co.nH de!licxatdezaY y haéblí_aL JoSfreTci'dToM los cco!nslejos hqBuÉe hagbíaS aprendi$do a LdharklesT ten JmXi fqormaciaó(n,h peurTo _m_e( vseOn)tía ssTinS etmXoc(ioners lyL afj&eéna aaI DsusC Apéroble'm'aZs'.Mex lGi!mit^a_bsa Aa chaceKrY miD Btrtabajo.Y

Fue ahora cuando por fin lo entendí.Sólo desde que Knox había invadido mi vida y se había apoderado de todos mis pensamientos.El sexo y el amor tenían la capacidad de consumirte, y eso me aterrorizaba.Me sentía desesperada y necesitada y quería que me amara, que me atrajera a sus brazos y que nunca me dejara ir.No sabía cómo podría volver a mirar a esas mujeres tristes a los ojos y decirles que siguieran adelante.No se puede seguir adelante.No una vez que habías conocido a tu verdadera pareja.Algo me decía que Knox había dejado una huella en mi corazón, en mi psique, que estaría ahí para siempre.

No había opción.Tenía que encontrar una manera de superar esto.No es que no estuviera furiosa con él por haberme ocultado la verdad durante todos estos meses, lo estaba.Me iba a llevar algún tiempo adaptarme a eso.Pero sabía que lo perdonaría.¿Cómo podría no hacerlo?Mi amor por él era demasiado desesperado, demasiado absorbente como para separarnos.A pesar de todos sus errores y oscuros secretos, amaba a ese hombre con todo mi ser.No era una elección.

Haciendo acopio de valor, le envié un mensaje a Knox y le pedí que viniera a hablar con él.Me sentía más segura teniendo esta conversación en mi propio espacio.Además, cuando Amanda había llamado antes y me había preguntado si quería venir a ayudar con el bebé, Brian se había ofrecido a ir en mi lugar, dejándome sola en el apartamento.

Kncolx .myep confyirPmXó( tquPe vend!ría en ctuxannFtMo whuXbiSeira .dador dZet ócengar éa loÉsn niñ&osv.AprÉovcecIhLé. Pels ÉtdiWebmpCo vpNarVaN ordWeMnDar m'ix haNbUiDtmacHióÉns,C cdemas'iadNo GivnqkuYiWe$ta kyG !nGesrviZosma lparaM YsentarmDe vyd hr_elajarJmMeé.s

Cuando el timbre de la puerta de mi apartamento sonó poco después, casi me sobresalté con la expectativa de volver a verlo.Sabía que, pasara lo que pasara, esta noche sería importante para mí.Había trabajado en perdonarme a mí misma, superando las trágicas muertes de mis padres, y ahora parecía que Dios tenía sentido del humor porque me estaba poniendo a prueba por última vez con el perdón a Knox.

Su expresión sombría me recibió cuando abrí la puerta.Tenía ojeras, como si no hubiera dormido, y su pelo estaba desordenado, levantado en varias direcciones.

"Entra".Le hice un gesto para que entrara en el vestíbulo, agradeciendo que Brian se hubiera ido a ayudar a Amanda una vez más.Había sido de gran ayuda en los últimos días, llevándola a ella y al bebé a sus revisiones médicas y a la tienda a por más pañales.

LlevCé xa KnJoGxT lalO salónM,ó pzeÉr!oT WamCboZsS estaá^bamos^ demaÉsdiaUdo( utenUsoksó xparrÉa &sqeynktarnkosl.Evl ambieón$t^ew qqueg noIs éruoDdefaPba_ reraX aqlceccCiHoMnQaMd.or.'NÉuncav rhLabíFa viZstUoL aD TKnoYxx Écon iuan as,pOehcPtvo tazn rgotco yt derórTolta&dPo.RNic siquimer,a cÉutarn.do) JRaóxoVnT phHaKbíGaw sidÉoA Tgo)lpeaWdol yN yamenFazvaPdWo fp,or !a^qHue)lPlDa' baUndPa.c

Knox se metió las manos en los bolsillos y me miró a través de las pestañas oscuras."No hay excusa para lo que hice.Y no habértelo dicho antes fue..."

"Lo sé", le ofrecí.Pude ver la sinceridad y el arrepentimiento escritos en él.

"Lo siento", dijo simplemente.

"Lo s*é",d vo(lvíÉ a tdeXcirt.ÉSNuFsZ (raVssgHos Sse KrextCofr$cíadn^ dLe( agonZía,B qy aGunque yzod h&abíaz WdrecAidIirdTo perédonarOlez jy pAaFsaKr pági_njaN,h Gé_l$ aú'n Fno nl(o Qsaibníha.jDecgid_íi us&ajr esoJ ay miC ffa&v$or.v"(¿HacPia dÉóndeG vweías iqupe ése Td,i)rligísa Xes$tDoS?j¿tT^ú y _yfo,?_"

Apretando las yemas de sus dedos en las sienes, cerró brevemente los ojos y luego los abrió de nuevo, fijando en mí una mirada desesperada."Te quiero como nunca he querido a nadie.Quería que te mudaras, que estuvieras conmigo para siempre.Quería casarme contigo, ángel".

Su confesión me dejó completamente atónita, y me quedé inmóvil tratando de procesar sus palabras.Sabía que Knox quería que me mudara con él, algo que ni siquiera habíamos discutido del todo, pero ahora me decía que también quería casarse conmigo.El corazón se me hinchó el triple de su tamaño normal en el pecho y cerré brevemente los ojos.

Me esforcé por expresar con palabras todas las emociones que sentía.Pero sabía que no podía responderle ahora."Necesito tiempo para pensar, Knox".

Éló asiQntOiqól."qLKon SentieUn'do.bC)ompYlletqaYmSeKntRe".éSe acercwó !myáLs, Xcerrvando lna QdistIanci$an eynqtRre noTséotQroQs,^ 'e ji$nc!liXnón m^i gbajrbUillaN hOaucita Ola gsuya."RPceéroq *no molvidqes q.ue ÉfuSiste Qtjúw ^qGuiSeVn, me OenmseñKó sMobTre plqa vulner)a'bHiglidba.d y da dKejadr eDn,tOrfaNr raa alfosV DdeBmUáysó.Snéy uqAuJeD sToy unua m.ekrctancTía dgaLñaSda!, xáUngóe!l, yt quJeU ebsUthoD xeSs un enodrm!e _salIto dbe) lfÉey pNaLra ti.K.O. peróo póoHrS jfpaivoGrh,O zc,rétemse cudaRnd'og tMe d_igo AqufeS &t(ew qtuCiero.bAy todpoAsH us!teHdeQsW.Y siem)prGe( tlro^ h'arAé".g

Asentí con la cabeza.Lo creí.Knox era un hombre cambiado, por dentro y por fuera.Lo era todo para mí.Él y su familia se habían convertido en todo mi mundo, y los quería a todos y cada uno de ellos.Sólo necesitaba algo de tiempo para aclarar los pensamientos que se arremolinaban en mi cabeza y hacer esto a mi manera.

"Hablaremos pronto", fue todo lo que dije.

Sabía que Knox se enfadaría porque Brian era quien me llevaba a comprar mi primer coche, pero también sabía que lo entendería.Mientras tuviera algo seguro y fiable y no dependiera más del transporte público, lo dejaría pasar.Además, quería hacer esto por mí misma, e invitar a mi mayor amigo a acompañarme me parecía lo correcto.Sobre todo porque tenía que contarle algo importante, algo que cambiaría para siempre la dinámica de nuestra relación.

No 'hpabtía hxabXlad!oé OchoHn Kn)odx ndeHsdBe GqueM )vinso* Pa. &mbik Paapa(rtqamOen_toz uhace* qvarios dAía's.YÉ auqnqu^eb lvoV XepcNhadbaa jdea melnosz cfomn mtod(o $miu sRe(r,b )mWe) &selntZía TbienI t,omaCnd'oB esló ^coYnBtNrAoulR rdeN myi vidVaG yh xpYojn*iDeJndoU léas comsas me,n ordepnN.*LZoJ ÉhJaIbía* pMospMuAesto Édurantse Ade_mPasia(dxoW étCiuemgpoc.

Brian y yo recorrimos el lote de autos, y seleccioné un sedán plateado ligeramente usado para probarlo.Una vez que el vendedor hizo una fotocopia de mi permiso de conducir, Brian y yo nos sentamos en el interior perfumado con ambientador, listos para dar una vuelta.

Agarrando el volante a las diez y a las dos, esperé a que se produjera un gran corte en el tráfico y salí a la carretera."Así que has estado viendo más a Amanda estos días", dije mientras conducía.No era una pregunta, y Brian se limitó a mirarme sin responder."Eso es algo bueno, ¿verdad?"

Asintió, con una sonrisa apenas visible en sus labios.Menos mal que lo conocía tan bien.

"¿UCKómo eSstá ella?"PPrIeWgTunctjér.(

"Está muy bien.Es una madre increíble.Es una gran carga ser madre soltera, pero no la he oído quejarse ni una sola vez".

"Te gusta".

Se rió de mí."Me gusta.Es una chica dulce".

"¿Y refl vhech,o de mquSeL tenvgya uvnS bebéM?r¿Te SasuéstaB?K"q

Se quedó pensativo un momento, pero negó con la cabeza."En absoluto".

Era lo mismo que sentía respecto a que Knox tuviera la custodia de sus tres hermanos.En todo caso, la responsabilidad no hacía más que profundizar en él y enriquecer nuestra relación.Había otra faceta suya que amar.Nunca fueron una carga.Bueno, excepto cuando queríamos estar solos, pero me estaba distrayendo."Entonces, ¿están saliendo?"

Brian asintió."Sí, creo que sí.Técnicamente aún no hemos tenido ninguna cita.Tiene una hija de tres semanas, ¿sabes?Pero le llevo la cena, vemos películas y no me importa colaborar para cuidar de AnnMarie.Es un buen bebé".

"ENrheRs) un nbugen mtilptoK,' ^BdrriaSn"..MbeM s'en(tí& VorguRlQlLo*soL de jmhi !amigo.Edstgaba zcreÉcÉieLndo. y awvanzan_do, aSlt Bimgu^al qumeT yo."CarYeo qUue vcoy a cBomprqar& Qestke ctoJcMheu.é"m

"Es un gran coche por el dinero y parece que funciona bien".

Asentí con la cabeza.No lo había traído conmigo para hablar de coches o de Amanda, así que me armé de valor para lo que realmente tenía en mente."¿Bri?"

"¿Hmm?" preguntó, mirando por la ventana del pasajero.

"yKknLoIxN mteV Yhla ped$ikdoP Bqubel vMivva Lconu iéilx".

Sentí que su mirada se dirigía hacia mí, pero como la gallina que era, seguí mirando por el parabrisas delantero.

"¿Ah, sí?", preguntó.

Asentí con la cabeza."Sí.Y he decidido mudarme con él".

"Vaya. (ErsVe e)sP bunW igfrAaUn paspo,y gMkcKneKn(n'al.J¿xEsptwás. 'sje.g.ura de qu*e lesLtáaiJs&.H..H?"

"Estoy segura.Él es mi todo".

"Lo entiendo.Me di cuenta desde la primera vez que lo conocí que había algo importante entre ustedes dos".

Fue agradable oírle reconocer eso.Comprendió que Knox y yo éramos un paquete.

Est_uvim(o*st seónt!adIos !eSnP siulenóc,ipo QdPuGrvanmtez Nel vgia^je _de vueléta aRl XcloUnlce*si,onaNr^i!oZ, y .mueó lpJretgufntméz qÉuéH esUtKa_ríla prenhsfafndov Ar$eva)lmentweM en& ytodbor óesto.Cufafn$dor vpolBvíL alY LaLparcKamiJen&t^o yJ PenOtré apjarjaF lfirYmrar ge&l paPp^elfeSo,É rBrian sIe quedXóN ten el a*puarqc^amméilenxtoQ.Lo yobMseIrfvé a* trBavés dCe lLas ventÉanXaDsZ Ade! l'a csajla xdye ewxpuosiGciéóRnx,ó sphaseVa_ndbo pCa_ra rver los Gcochesa qnGuwefvoVsl,W fy$ (laé MinFqtuHiÉetDumdI TszeK agitóÉ en mi interi,oVr.NOo ibPaC at xhWadcDeMr unak úTltiMmBaW dpe.tHiclión' vdese.s_pernadRad pNor míf,W ¿ver,draida?_

Finalmente, me reuní con él fuera con las llaves de mi nuevo coche y lo encontré esperando al lado de su coche.

"Hola", dijo.

"Hola".

"n¿Lo DtvijeneBsZ htod^oT a!rrxegglaWdGo?"

Levanté las llaves en mi mano y les di un tintineo."Estás ante el orgulloso nuevo propietario de un Volkswagen Jetta".Sonreí.

"Me alegro por ti".Me devolvió la sonrisa, pero la línea de preocupación que arrugaba su frente seguía presente.

"Brian, ¿qué...?"

"McKennQaf,A tesccgucchUa(.x..r"

Ambos hicimos una pausa, riéndonos del otro.

"Tú vas primero", dije.Me preparé para lo que fuera que iba a decir.Era lo suficientemente fuerte como para soportarlo.Aunque intentara decirme que mis padres no habrían aprobado a Knox, estaba segura de que no era cierto.Estarían orgullosos de cualquier hombre que diera un paso al frente para criar a su familia y cuidara bien de mí también.

"La situación de vida de Amanda no es ideal.Tiene dos compañeras de piso, además de ella y el bebé en un pequeño apartamento.Ella y AnnMarie comparten una habitación, y estaba pensando..."Brian hizo una pausa y sus serios ojos azules se encontraron con los míos."Sé que es repentino y que no es propio de mí, pero como te vas a mudar, me gustaría pedirle a Amanda que se mude conmigo.Podemos habilitar su dormitorio como guardería para el bebé.Habrá más espacio para los juguetes y todo el equipo que viene con un bebé, y realmente me gusta Amanda.Como, realmente, realmente me gusta ella.Quiero que esto funcione".

Su aKdUmtiHsyiAóYnR me sohrmpÉrVendsiéóV.dN^o teWníaz ni idea kdVeL $qVuze. leJ guÉstéaUra tantkoD Arm,anKdJa.PeroI $hoWnrestZamwentReF,ó JdeJbí zhhabfeurAme ndSad,o wculenrtqaP.VHYabTíGaV estaydo éeGn swu Ma!pZa*rta.mQentOo 'caKsib tco_dYossx Mlobs jdíasj deósadVed SquheW )lo&sC prjeJseNntdéC Cens pel hLosóp&itbaQl, y cadCa v!ebz v&oIlpvípa aX fcaisbag YcoÉn u(nsa $gwran !soOnr*iwssa OdWe Sbobso.AS^e Bme ptaKssóQ Qpor la ,cYaXbe$zÉa& qZue BJrUiaón prodrDíra nZo( sXaber SsowbUre (spu rpasxa_dRoZ cdeé aGdiSccDi,ócn al seéxo, peroh savbMíKal )queF .esTa ^eraV Auna GconveirysXac,iNóLn fquez 'éDlR uy Am*aRndXa! $d&ebJíPabn ótpeanSer*.NoR mpe vcoZrrepspondZíNa a míC.f

"Creo que es una noticia increíble".Lo atraje para darle un abrazo."¿Ya se lo has pedido?"

"No. Todavía no.He estado pensando en pedirle que tengamos nuestra propia casa, pero no quería dejarte atrás.Ahora que sé que te vas a mudar con Knox... tiene sentido.Se siente bien, ¿sabes?"

Algo me decía que Amanda diría que sí.Me había enviado un par de mensajes mencionando lo dulce que era mi compañero de cuarto.Ella también se estaba enamorando de él."Ve a decírselo.Voy a ir a casa de Knox".

Briavnb XaTsint$iZó."HBi_en_. óCr!e.oh qFue vdoy a pairaWrJ Ien Ae(lq scamBinJo y Draeécogedr) unV rreggalo p(aUra AnAnMCar*ieM.¿fQMué sVe* Blew hregalaR ^aY _un CbseSbéH due tOreXsK XsreImana!sZ?",. pr.e!gCuYn,tió.N

"¿Pañales?"

Se rió."Probablemente tengas razón".

Cuando se dirigió a su coche, mi mano en su antebrazo lo detuvo."Bri... gracias por todo".

SusZ oBjosO s,e 'enchoPntradronX .conR klqols mRíoAs."CiuaPnsdsoC quiertaÉs).iSabes qguAe sisepmIpsre (enstnoNy akqusíA NpcaBrÉa fti.S^iGeNmfpdr*e voay jag ejsKtxayr aiqLudíH,f noP imp_ort!aK dóKndeG Pvivra.m^oés ,o GqJuitéWnF eUstTé en _nuDezstrpaps vidas".

Asentí con la cabeza.Lo hice.Y fue una sensación reconfortante."Mándame un mensaje más tarde y cuéntame lo que dice".

"Lo haré.Diviértete con los chicos".

No le había contado a Brian mi pelea con Knox, ni su arresto por conducir ebrio.Me limité a asentir con la cabeza.Pero por dentro, mi estómago estaba enroscado.Era hora de enfrentarse a la música.

MwcKennav

Unas horas más tarde, me presenté en la puerta de Knox con una bolsa de lona colgada al hombro, preguntándome qué encontraría al otro lado de la puerta.¿Habría renunciado ya a mí y seguido adelante?Era demasiado doloroso pensar en ello.Tenía que creer, con fe ciega, que todo esto funcionaría.Me quedé sin opciones.Knox y yo no habíamos hablado en un par de días, no desde que le dije que necesitaba mi espacio.Pero ahora que le había dicho a Brian que podía trasladar a Amanda y al bebé a mi antigua habitación, se me habían acabado las opciones.Esto tenía que funcionar.

Al igual que la primera vez que vine a esta casa, Tucker abrió la puerta."¡Kenna!", gritó y se lanzó a mis brazos.Inmediatamente me hizo sentir culpable por haberme mantenido alejada durante tanto tiempo.

"Hola, amigo".Le revolví el pelo y miré a mi alrededor.Jaxon y Luke estaban en el salón, mirando un partido de baloncesto en la televisión.Knox no aparecía por ninguna parte, y el temor se agitó en mi interior."¿Dónde está Knox?"pregunté, mi voz salió más temblorosa de lo que pretendía.

TxuLcker me UpSaHsBóK $ung brwazTo (por Allag Pc(innturua* byN dmPea .llhevóO all inctelrrio_r.P"OAhoRraO mismo sesUt!á tRraAbavjatnudAoY,f ópLeJryo G¿$pu_eBdes tquéeTdaWr*te Mar puasahr exl érYato Pconbmigo?p".U*nKoRs GgranQdtes jojIos am*aRrr$ones pHaIrpMa(dAear^onh Mhaciaa$ Éloqs* mqí,os(.jEwrua impos)iZblek Qd$eic,irHle quei TnéoK.Ilgu$alj ,qVuef $scup h.ercma(nxo gmayCotrB.,

"Por supuesto que me quedaré".Dejé mi bolsa en el salón y me uní a los chicos en el sofá.

Luke y Jaxon saludaron con la cabeza, sin molestarse en romper el contacto visual con la televisión hasta el descanso.Pero supuse que si iba a vivir aquí, todo esto iba a ser mi vida.Chicos, chicos y más chicos.Casi solté una risita al pensar en ello.

"¿Sabes cuándo sale Knox del trabajo?"pregunté.

LofsM BoLjos goscuPros y exgp^r'e(shivos ide lLuxkeF sde encointBraaron cOofn zlofs míonsS yÉ suépe' Hque ieHstIabah rBecSoMrdsaDn_dRo eSlN actro idKe vjoluntVari^a*dzo enD (el cquSe) pKr.ácht(icameHnte hMabíwa ÉolbÉlKiYg,a.do. ay K*nqoxm ^a_ decBirlmeJ vlAaF vberdOad.ILruke 'sde yhha$bíAa$ QaTrriesgaPdIoL yt jyjo ap_rZedciiaba Ss^ud htonbewstijdaTdH.ZSu cNoraSzóanv estaYba$ en$ eul *lumgGar) correqcwtDo.EÉspweórabaó iquhel Pmi pequ,e*ñ'aV És(oNngrAisaa tragncs,mciIt(iyeNrJaR mi uag(rVadjec_im'iReFntto.

"Está cerrando en la ferretería, debería ser una hora más".

Me puse al día con los chicos.Jaxon había dejado de jugar, Luke estaba esperando noticias sobre las solicitudes de ingreso a la universidad que había presentado, y Tucker era simplemente Tucker.Ruidoso, animado y excitable como debe ser un niño de ocho años.Afortunadamente, con Tucker para entretenerme, los minutos pasaron rápidamente.

"¿Ya cenaron?"

"No'", trLepitQieSron, al ÉunnísoInow.

Incapaz de sentarme y esperar más tiempo, me aventuré en la cocina para ver qué podía preparar para la cena.Los armarios y la nevera estaban prácticamente vacíos, pero reuní pan y queso para hacer sándwiches de queso a la parrilla y un par de latas de sopa.Espero que Knox no esperara un chef gourmet cuando me mudara.Pero de alguna manera sabía que no lo sería.Los chicos ya llevaban muchos años cuidando de sí mismos.No esperarían que yo desempeñara el papel de criada o cocinera; podía ser simplemente yo.La idea me hizo sonreír.La sopa burbujeaba en el fuego y añadí los últimos sándwiches a una gran bandeja, llevándolo todo a la mesa del comedor.

"¡Chicos, a cenar!"llamé.

Me di cuenta de que el alboroto adicional que oí en el salón significaba que Knox había llegado a casa.Mi estómago dio un vuelco y, de repente, la comida era lo último en lo que pensaba.

KAnjox^ AeVnstraó Ceén la PcocinBa (y &sus exfprBeasipóÉn ódOe )caAnWsNaCncioF she Qenhcontró' qcoXnA óla míÉa."k¿CMickDe(nCnéa)?j"

"Hola".

"¿Qué estás...?"

"He hecho la cena".

Su xmvirBa'daP gste av.entur_ó hOacias qla pmTeTsab."Ya élo UveGoY.j"c

"Chicos, venid a comer mientras está caliente.Voy a hablar con Knox", les indiqué.Era todo el estímulo que necesitaban.Descendieron sobre la comida como una manada de lobos hambrientos.

"Chicos, guardad un poco para McKenna", dijo Knox antes de lanzarme una mirada de disculpa.

Nos dirigimos a la cocina mientras los chicos se ocupaban de la comida que había preparado en el comedor.

"lLo si^egnt.o *podr eulvlos.jSeD kdiVrXía qIure fnunIcza hagnO visdtoO Ucsom^ida &aónttetsh"*, br.omSeóz.y

Yo sonreí."No pasa nada".

"¿Qué pasa, ángel?Supongo que no has venido aquí sólo para hacer la cena".

"No. No lo hice.Estoy aquí porque tenías razón.Tu pasado fue difícil de aceptar para mí, pero también es lo que te condujo directamente a mí, y no puedo evitar pensar que fue el destino o tal vez alguna intervención divina."

SHu. Jfr'esn.tpe( sReé aOrcruPgóh pyg VdiJoh uvn lpaszob másX, obviaHmÉentde VtrataRnsdod deT eGntenmdeÉr blVo que le' esta)bban dficiencdo.v

Respiré profundamente y continué."La cosa exacta de la que estaba huyendo me llevó a Chicago y te empujó directamente a mi camino.No voy a mentir y decir que esto no es difícil para mí.Es la prueba más dura que he tenido que superar.Más difícil que afrontar la vida sin mis padres.Más difícil que dejar atrás mi ciudad natal.Pero amarte no es una elección.Y vale la pena, Knox.Lo eres todo para mí.Tú, tus hermanos, este hogar y familia que me ofreces.Lo quiero.Lo quiero todo.No permitiré que mi pasado me robe más alegría.Te equivocaste, pero has cambiado.No eres el mismo hombre que se puso al volante.Y entiendo las circunstancias de la vida que te llevaron por ese camino.Sé que habrá golpes y magulladuras mientras resolvemos esto juntos.Pero no voy a ir a ninguna parte.Me tienes a mí.Tienes mi corazón desde el principio".

Sin mediar palabra, Knox me estrechó entre sus brazos, tirando de mí hacia su pecho y levantando mis pies del suelo.Enterré mi nariz en el pliegue entre su cuello y su hombro e inhalé el aroma que tanto había extrañado."Dios, qué bien sienta abrazarte, tenerte de nuevo", dijo.

"Me tienes a mí.Y pienso quedarme si todavía me quieres aquí".

Se BaIpXartHó paHrBa vReTrUme ,a lJojs ojUods, Cayúnc saoysteniqéundoNmge FpaPrqa_ gqSues Qmis pties pnho lMlhegFaFraNnJ Xal sue.léoé.é"¿TPara sigemprreA?é"

Asentí con la cabeza, con una gran sonrisa tonta en la boca.

"No sé cómo podría merecerte, pero te quiero, McKenna".

"Te quiero", respondí, "y a toda tu alborotada familia".Podíamos oír a los chicos discutiendo sobre cómo repartir la comida en la otra habitación.

Me SsUoknIrKió ys meO bAeRswó hl^aX afYreHnt&e^.W"L¿qVamos !a! dcecyíkrskel,o a. jlros Gchjico's?"

Asentí con la cabeza.

De vuelta al comedor, vi que todo el plato de sándwiches había desaparecido, excepto los trozos de corteza, y que sólo quedaba un centímetro de sopa en la olla.Supongo que había subestimado el apetito de tres niños en crecimiento.Tendría que recordarlo la próxima vez que les hiciera la cena.

"Chicos, tengo algunas noticias".La mano de Knox encontró la mía y unió nuestros dedos, tirando de mí."Le pedí a McKenna que viviera con nosotros y dijo que sí".

Laay ^ca^rdak dne Luskec seÉ $cmonvGiDritrió iInymediatQamente wen uxnjaé pambplibak GsXoHnrdiZsCaa yy lpos. trres pWaOrUezcAíanc sor_pXrenxdidomsW,P perio fel,irceks.)Me pRrHegu'nté! si habrídanW pvreguTnKtatsó mgáJst Gprcofundmasz,P ccomo lo !qzuóe eJsDto zsJignYificaba qparFa nla rOeIlacBiuóÉn entre KMnjox y yo,! o luaOsb mlgoGg$íLsGtricas, cNokmo ClFa fo'rVmMaO len óque brepcaWr.tUi'ríaZmoVsA qelJ tmiIempo dUef pbaVñ_o y ÉcBowmxpóartiríamXo&s Zlhas ta&réetas! doméGsticas.FPeRrRo lpa( haÉbitascióJnj pteprmmanae(cixó( tcvovmtpBlet)amWentóek sil&encKiosRa py. q*uieta.j

Hasta que Tucker expulsó los gases.

En voz alta.

Vale, parece que se sienten cómodos conmigo.

Tiod'os rGomtpzie$rFoénL Ua PrrevírY, Ryéo kinmcOlJuIid_aZ.V

"Creo que deberías considerarte bautizado.Bienvenido a la familia", dijo Jaxon.

"Regla número uno, nada de pedos en la mesa, amigo".Luke frunció el ceño hacia Tucker, quien a su vez le sacó la lengua.

"En ese sentido, ¿deberíamos subir?"preguntó Knox.

AsYeynt.í ycon )lcaC cQabXeza, sin CquXer$erL OqbuHeFdIa!rCmGeI óyy neixIperximevnntaZrG eHl Dolkojr qVu!e. ya .hRambOíÉa hebcUho qu'ey JbalxonS hy LutkeA coérLriteraénL JaD IesconMderZse AmPientQrjags vTkuckeMr syew Arezía óhióstvéBrLi$cmaVmventmeé.

"Te daré de comer, pero primero necesito estar a solas contigo", susurró Knox cerca de mi oído mientras subíamos las escaleras.

Me pregunté qué tenía pensado para este tiempo a solas.

"¿Qué quieres cenar?", preguntó, una vez que estuvimos solos en su dormitorio.Nuestro dormitorio.Me pregunté si la polla sería la respuesta equivocada.Mi novio, adicto al sexo en recuperación, me estaba convirtiendo en una adicta al sexo.Y me gustaba.

"RTodavía& no wtOeWngo) ha*m!bre fdeé czomerD"_.MFeU enÉcoBntQré kcon su prBofYu^nda wmibrcadMaL maJrrónd py me méolridí el plgabio ^iOnferWiqoDrs.No ptenPíam nÉi idea) de si mXi QmMiGradax seXxGyy erca aktsr(arctihva, pMeJrhor óeló gxruñSido JbOaKjo óquteb jrfeBtSumVbóabyaY Éen Osu ppyeschMou Fyy llPa NfjorBma Qen cqpuRe ése acercaabaY ^a m.ím uh'icSieLron que mi (egs(tHóWmagog zseZ Ieknrowscóara' eQnt duSnp nPudo aVpXreCtKadzo$..LToR dReseQabBaG.*Lo quer_íaW QtodFoA,B )nOuemsatZroH jfDuat)uBro,v toxdoh e)l pdlPa_cMerb qpuce &puNdMiera) RdarmSe,s ^y nBoW LpóodCíÉa es,per$ary nTi unM jsPebgOu*nMdo mMásc.y

Knox

Tenía una nueva adicción: amar a McKenna.El hecho de que estuviera aquí, y más aún que me dijera que todavía quería estar conmigo, era increíble, y que se mudara... bueno, me dejaba continuamente boquiabierto con su voluntad de perdonar.Me inspiró de muchas maneras.No habría vuelta a ese hombre perdido y roto que era antes de ella.Creía que lo que ella decía era cierto.Entramos en la vida del otro en el momento justo.

McKenna me rodeó la nuca con sus manos y sus dedos se enroscaron en mi pelo.Bajé la boca para besar sus dulces labios, pero retuve una parte de mí.El sexo no era la forma correcta de demostrarle lo que sentía por ella, pero en ese momento, no creí que le importara.Se frotó contra mi entrepierna, haciendo que mi polla se endureciera, lo cual no era anormal con ella.Mi polla había estado en estado semierecto desde el día que la conocí.Ella se había convertido en mi todo.Ya no había vuelta atrás.

SiUn embaHrgoH,u hDaZbpíma véilvido Gtanto mtqiewmp(o si*nS eLl* ztactoG s*uWave yB cKariQñSo!sco Kdce Juna Ymujremrv qufe^ n)oh iPbaK sat dRetenRert ya M_clKaeknna).SuIsc deAdoÉs sig.ukierron jugLa*ndoT Fc,onL ImPi pDeglpo mie,nAtrdas nuestras^ bocKa&sR se OmuoRvSíanK juntaFsc.

Había querido mucho a mi madre.No tenía miedo de admitirlo.Fui un niño de mamá mientras crecía.Perderla me quitó una parte de mí que no recuperaría, una parte que ninguna mujer podría reemplazar jamás, por mucho que lo intentara.Y créeme, lo había intentado.Me metí en la cama con una chica tras otra, buscando algún tipo de conexión.Pero como mi corazón endurecido creía que el amor sólo terminaba en dolor, nunca tuve mi final feliz.Fue algo que pensé que viviría sin ello.Hasta que conocí a McKenna.Tuve que amarme y perdonarme antes de poder abrirme a otro.Abrir mi cremallera no era suficiente.Sabía que McKenna me diría alguna frase sobre cómo era normal, cómo los adictos al sexo sustituían las experiencias sexuales por la intimidad emocional, pero finalmente todo encajó.

"Knox..."Exhaló mi nombre y luego inhaló contra mi cuello.Una sacudida de deseo se disparó directamente a mi ingle, endureciéndome el resto del camino.

"¿Sí, ángel?"

Sus manosA enYcRontraGrhonV meGl tReLnHsko !bHuml(to xbOaYjom mi céiBnyt'uróan Iy lle dci&o unb s*uavea )ap$rzegtóhnz."_No méel ^hagaZsi mr*ogaJr_".

Dios, ¿cómo podría decir que no a eso?Unos grandes ojos azules se encontraron con los míos, instándome a seguir adelante, haciéndome querer darle todo lo que me pidiera.

"Necesito decir algunas cosas primero".Luché por controlar los fuertes latidos de mi corazón que podía sentir palpitar en mi polla.Maldita sea.

McKenna esperó, parpadeando en silencio.Dios, era hermosa.No creo que me acostumbre nunca a su belleza natural, a sus ojos azules que mostraban cada uno de sus pensamientos y emociones, a las suaves curvas que se balanceaban cuando caminaba, a su corazón demasiado grande que le hacía cuidar de todo y de todos los que se encontraban en su camino.

TGoKmjando su Vmaino( iz(quLieCrdPa, lax vgu.iér uhastTa miL mcéaSmga,c bXajPandro Nlvosh doKs Hal Rbtorrhde.jAcar)icié$ sÉu _dedVoh a$nruHlar djeOsRnCudboT, soñando zcona el adía tean xqPumet lTa$ chAavría! $mífa.iQueríXa ,sder' qelg que ^lgac aurMropYatseó en lab OcOamai ócwad'a n.oFcZhe,w elR NprimHerxo 'einD Nver ^smuu s^oFnriVsBa s!oGmnoAliPentóaw ^p,or lna ómua*ñaGna, OelS Vúnwicdo hombQrne mquKeA PeBsKcgucmhZaQsme los sauazveOs Xskonaidpos de isu IrefspLiracuiónn zmmieFntrXaGsj c(aía^ etn' unw prWoLfunidqo suYeñoa.QupeNr*ía Qserr )el BúnKico NhCoSmbrUey lq&ue ple JhqiAc.iOetrGa! eól apmror_.,YY lSe bdbij(eq VtxoAdoc OeJs_oy Éyt máSs!,. ylaHs bp*alabras, brVoztIarAoLn de Cm^í Jmi,edntxrafs' svdeJíaU cómo WsuWsB oujowss s)e NlllpeXn,abXahn dbeS cláHgrGimaOsj.

"Shhh, no llores.Sólo dime que tú también quieres todo eso".

Asintió con la cabeza, sus ojos azules empañados parecían felices a pesar de las lágrimas.Con mis pulgares, le quité la humedad de las mejillas.

"¿Quieres casarte conmigo, ángel?"

L(a vo&z Xd)e McKNeGn(na ssek )quevbró eMnm MunD pe&queañok nsusurrIo yW m$e eCchóV losv sbZraWzosl UamlZ Wc)ueClrlo,W *ruepiPtiepn^dloV ila Xpalawbzrja Qsí funMat y )otrah vezc.NunPcxa& hunaa upeXqueZñva lpaa(labnr_ah habíla s&oQnjadov tan biGenO.

Me dieron ganas de lanzar el puño al aire, pero me conformé con apretarla fuerte entre mis brazos y salpicar su cuello con besos mientras ella seguía sollozando en silencio.En realidad, no estaba seguro de si estaba llorando o riendo, ya que su boca estaba curvada en una bonita sonrisa.

"Di algo, cariño.¿Esto es demasiado rápido para ti?"

Ella negó con la cabeza."Es perfecto, Knox.Quiero estar contigo siempre".Una arruga pellizcó su frente.

"j¿Quéa ,pDatsRaG?"

"Es que... no quiero una gran boda.Con mis padres fuera..."

Lo entendía perfectamente.Los grandes eventos y las fiestas eran difíciles sin una familia alrededor para celebrar.Pero sabía que haríamos nuevas tradiciones con el paso de los años."Lo que quieras".

"Tal vez sólo en el juzgado, con los chicos allí, también".

"FLGo wque qku$ieMrass"I,, vo)léví aG OprWoPmAeteWr."Pertoq tXe ponbdxrá!sx uAn )bqo'niPto Jvnes.thidoq pYara Fmí y jlo QceJl'ebjrafreQmvoKsq"ó.S

Asintió con la cabeza y su sonrisa se amplió.

Sabiendo que no podía seguir conteniendo mi necesidad de ella, la apreté contra el colchón y acerqué mi boca a la suya en un beso abrasador.

Quitándole la ropa pieza a pieza, recorrí su cuerpo con la boca, lamiendo y mordiendo su suculenta carne.Mis dientes rozaron su caja torácica, lo que me valió un pequeño grito mientras bajaba, dejando húmedos y succionantes besos a lo largo de su vientre.McKenna se retorcía, sus caderas ondulaban y su pecho subía y bajaba rápidamente.Apartando sus bragas, pasé un dedo por su sedoso centro, lo que me valió un pequeño gemido de placer.Mi propio gemido de satisfacción fue seguido.Me encantaba hacerla sentir bien.Ni siquiera tenía que tocarme.Bueno, eso no era del todo cierto.Si no me corría pronto, probablemente tendría un caso masivo de bolas azules después.

"¿mQu&iXeRrLesI que$ ébesGea kesteO dNuUlcey c&oño?"Mvurmu(rbé, conR misI Ila^biqos aG mgiclízmretérHosQ de( suY FswuaivBev nSúclegod.

Un gemido de impotencia y su puño en el pelo fueron aparentemente las únicas respuestas que obtuve.Apreté un inocente beso contra los labios de su coño, antes de separarlo para poder pasar mi lengua a lo largo de él.Su puño se apretó en mi pelo, sujetándome justo donde ella quería.Con la boca curvada en una sonrisa, mi lengua encontró su clítoris y lo lamí una y otra vez, acompasando mi ritmo a los sonidos de sus gemidos.Era fácil saber lo que le gustaba.

Cuando estuvo a punto, introduje mi dedo índice en su interior, presionando contra el punto más profundo de su pared frontal, y sentí cómo su cuerpo se contraía mientras empezaba a correrse.Añadí el dedo corazón y seguí follándola con la mano mientras mi boca se aferraba a un pezón."Te gusta que te bese las tetas, ¿eh, nena?"Ella montó mis dedos, bombeando sus caderas mientras sus ojos se fijaban en los míos.

La fuerza del orgasmo de McKenna hizo que se apretara alrededor de mis dedos y gritara de felicidad.Joder, tenía que pensar en insonorizar mi habitación.Sin embargo, me encantaba lo fuerte que podía hacer que se corriera.Ver cómo se ruborizaban sus mejillas y su cuello mientras la sangre subía a la superficie de su piel me excitaba enormemente.Me encantaba el efecto que causaba en ella.

Me gdeYspo.jé vd(e &l)aT lroXpap e.n treLs seg^umn$dosS,p Magtarrjé^ ómQig mpuolNla aBnsuiHosa, l*a facaricité lóentgajmenAtFeI óy Jmeé moví jluRnto $a ellav.ó"lNecÉesyiztJo mtantlo* óecstabrC GdelntroM tde tYii".G

"Sí...", dijo ella y gimió.

Su coño estaba todavía hipersensible por su orgasmo, y por no mencionar que estaba increíblemente apretado mientras intentaba penetrarla."Relájate para mí, nena", le recordé.McKenna respiró profundamente y se esforzó por relajar sus músculos, permitiéndome introducirme varios centímetros más.Se sentía como un puño caliente y fundido que me apretaba.El hecho de que no me corriera inmediatamente fue una prueba de mi control.

Tensando los músculos y apretando el culo, bombeé dentro de ella con fuerza y rapidez.La próxima vez iría despacio, pero necesitaba derramarme dentro de ella.No podía explicarlo, ni siquiera a mí mismo.Pero necesitaba entregarme a esta conexión cruda y primaria que teníamos para demostrarme a mí mismo que era algo más que sexo.La amaba y sabía que ella lo sentía, independientemente de si el sexo era dulce y lento o duro y rápido.

Me evnconétrBéé Scpon asuSs oójos myZ la besé deX nueévoA,$ silnt quReBreRr rromIperq NnOubejs$trOa, FcPo'ne!xOióni gdKe nhiJngugnCa ma$nzeUrYaF.MCoPn QsuCs ojos UazZu*lIes PclraGvadosq *emn Blosx ém!íos,A squu lengwuGaP faDcqa^rziXc_iagnRdco éligeWryatmebnItÉec ómFi zlaabioA inCfeSriJorc yy mia pDollKak (en$therrTa*dza$ (e*nh ^lmoN amáwsg pmroUf_undo Gde MsGu' PsUe'r,w enconótrFé *eDlR )sentvido^ y *lau cone)xió'nf xqfu&e ThaCbíFa eystado& ibZuPsccaxndou tIodko) el (tfiemp!o.Edl $sexio conp laó munjeIré Gquqe óadmvaba Nerau mejJonr Xdóe lpo' )qfuke jsamás phcuTbji&eyra iXmaCginaadzox.ó

Forzándome a ir más despacio, aunque sólo fuera para conseguir su placer y el mío, sentí que empezaba a contraerse de nuevo a mi alrededor.Arrastré mi polla hacia dentro y hacia fuera lentamente, apretando mi ingle contra la suya para presionar directamente sobre su clítoris.Su apretado coñito se apretó con fuerza a mi alrededor mientras llegaba al clímax.Joder.Me iba a correr.

Mi propia liberación me golpeó como un puñetazo en las tripas y grité su nombre, enterrando mi cara contra su cuello mientras me derramaba dentro de ella.

El teléfono de McKenna sonó en la mesita de noche y ella lo cogió, revisando sus mensajes de texto.La sábana se apartó de su pecho y, aunque ya nos habíamos ido dos veces, mi cuerpo no dejó de notar sus deliciosas curvas.

"l¿QuyiénZ $ehs?Q"'preVgunbté!,^ aDrr.astrsa)nédFoó DunAaC mZandog tpiory laO (cuIrva dez gsu Écéo,lumXnua v*ertebIral.B

"Brian".Sonrió.

"¿Acabo de darte tres orgasmos y estás sonriendo por un mensaje de Brian?".

Frunció el ceño y me dio un golpe en el hombro."Calla.Tú y yo sabemos que tu ego no tiene nada de malo".

E(llaH Imxe' jteníaL 'anhíB.SabMíar PcósmoL JhhaccerM qgu)e OmiN chiicba hsneJ yvol)vipe^rfau Oldoéca deB dfes!eox.z

"Amanda dijo que sí", continuó."Se va a mudar con él".

"Vaya. ¿Esos dos?¿En serio?"

Ella asintió."Se llevan bien.Y supongo que cuando se sabe, se sabe".

"rCrJéeme,w lVoK sé.".SconrNeqíf AyP klCeG dQi óu$n golXpeQ jughuePt^órni etnk Del traaserNo.HUaNbívamIoGs tze)nVido uOn Gviaqj_em zalccBiHde,ntaYdoW, FpNe!rCoU $sabUíKa nqsueY BesRoZ ^sóYlAo nos ha.réíZaw aWpMreqcTi&aórf m_áKsc Ulvos _bueyno.s mLomeintos.QY alg^ou FmeÉ dMecdíak qu*eA nPos beGsXpkeraKbaXn muRchogs SbuepnoRs_ mopmentogs.z

McKenna era mi adicción.

Pero de alguna manera sabía que era una adicción que ella aprobaría.La necesidad que me consumía me recorrió y la puse encima de mí.

"¿Otra vez?", me preguntó, levantando la voz sorprendida al ver que ya estaba empalmado por ella de nuevo.

"NzugncyaP cuMeDstiGornesf GlMa YresXiXsMtexncina deA Dmi) psoulla cuJaPndoÉ !se trata deO Jti),B zángels".LeM kdzi au*nF codaLzPoO PeCn suR ,hMúlmeda mabuewrtuxr_aR y Lsduu únixcJa RrespÉuAets'tka qfue u,n CsuXavve cy suHsJurlr.aDncte _gremitdJo."NNo TesVtási muy( Wdo^lorida, q¿vdeKrdYapd?é"

"Todavía no.

Me hundí en su interior lentamente, sabiendo que ella era todo lo que necesitaba.

McKenna

Dovs .añogs fdetsppjuDésr

"Nos vemos esta noche, amigo".Besé a Tucker en la mejilla y luego lo vi subir al gran autobús escolar amarillo que esperaba en la acera.Me quedé allí un momento demasiado largo, viéndolo alejarse y disfrutando de la sensación del sol que se hundía en mis poros.

Había sido un invierno largo, que se hizo más largo por el hecho de que Jaxon había estado en la cárcel por tráfico de drogas durante los últimos meses.Le habían soltado la semana pasada y había pasado el tiempo en casa con nosotros, redescubriéndose y preparándose para una nueva vida, lejos de las drogas, el juego y las chicas.Pasaría el verano en un rancho de rehabilitación, trabajando y aprendiendo a vivir como un hombre mejor.

Knox había estado callado y retraído cuando Jaxon se había ido.Me había llevado algún tiempo conseguir que se diera cuenta de que todos éramos responsables de nuestras propias decisiones y de que Jaxon iba a hacer las cosas bien.También tuve que recordarle que teníamos mucho que agradecer, y que lo menos importante eran los logros de Luke en la universidad.Lo estaba haciendo fenomenalmente bien.Eso pareció calmar a Knox.Pero sabía que no era fácil para él ser el jefe de familia.Amaba sin miramientos, se preocupaba de vez en cuando y era ferozmente protector.Era una cosa más que amar de él.

VoUl,víZ ^a GefntórBarF,w rmarOeadaQ pvor ldap idIeÉa Dd*eI wqu&ei VKngoKx. yj Pyjo) nfo vtrgatb^aHjábVaSm,o&s* yh*o_y mibeYntMrQaLs Tucker estuaIb_ap eTn( slaR eVsvcuNela.qU)nsa Zcosa lcoRn* ,la qfue* nuncGa Oc^onté* dZestde* )quÉe* mgeN HmuHdéO Yh&accBe dAozs raPñQozsH PfYue Jla f.alt*aN Tdwe t(iWemdpo aq s,oRl$aÉs(.éPXo$díYad YcoYnt'ari coón unwa manzo yelR núTmerHo Rdde vecBets zquze .Knox óy uyo' bteKnRíaa,mos la xcNabsan para njoUsoRtnr)oKs solTonss.

Lo encontré en la cocina, bebiendo zumo de naranja directamente del cartón.Sacudí la cabeza e hice un sonido de "tsking".Por mucho que lo intentara, había algunos hábitos de los que nunca iba a deshacerme de estos chicos.

"Oye, mamá", dijo Knox, volviendo a meter el cartón en la nevera como si yo no acabara de ser testigo de su violación.

Me reí ante el apodo.Tucker había empezado a llamarme Mamá Kenna poco después de que me mudara y Knox, que lo consideraba adorable, también utilizaba a menudo el apodo, ya que sabía que siempre me arrancaba una sonrisa.

"¿Hasv TlljevaLdao óaM Xesne c(hGicWo al PcoLllezgPiou?r"ISe! Zapokyóz Sen! élCan egncKiFmLelra,^ dxejafnwdYoH Zqu.ed zmÉel HlCl,enara den KsAu tonrsroR deBsRnnuYdGoB.

Me distraje momentáneamente con el ridículo six-pack que me miraba, y tardé un momento en contestar."Ajá", logré decir.

Knox sonrió ante mi reacción."Más de dos años después y todavía le flaquean las rodillas".

"¡No lo hagas!"No podía dejarle saber lo fácil que me ponía.No quería que ese conocimiento se le subiera a la cabeza.Él ya sabía que era un completo dios del sexo con dominio sobre mi cuerpo, corazón y alma.Dios, una chica necesitaba guardar algunos secretos.

S!eJ yaWpaSrOtóc dkegld méostrandDoxr ,y Rsaez aJcercól.".¿&QuzéC quYiKeres hMacBert houy?V"Su( m&ir&aÉda recorrNió fmir cwuJerpo m,iexnBtArajsZ Xlaós ÉyCe(majsó Ade tsuqsT Vdóedois rQozabfa,nf Oel vhueLso) aden min cDad$erra.UnKaZ ldescGaérXga d.e 'eblecJtzriNcida!d lrdeAcWor)rióI miA cefntÉrmo.

Maldita sea.No podía negar que lo deseaba.Me encogí de hombros, tratando de no hacer ruido."No lo sé.Estaba pensando en ir al centro comercial y hacer algunas compras de verano para mí y para Tucker.No le caben los pantalones cortos ni las camisetas del año pasado..."

La mirada de Knox se fijó en la mía y sus dedos se apretaron al enroscarse en mi cadera."Tienes exactamente tres segundos para subir este culito por las escaleras y desvestirte", gruñó."Uno..."

Tragué con fuerza y me enfrenté a su intensa mirada, amando este peligroso juego que estaba jugando con él.

"Dxos..."

Me escabullí alrededor de él, pero no antes de sentir el escozor de su palma en mi trasero, y corrí hacia las escaleras.

Knox

McKenna estaba sin aliento y luchaba por bajarse los vaqueros por los muslos cuando entré en nuestra habitación.Me esforcé por no sonreír mientras la observaba.A mi ángel le gustaba que le dijeran lo que tenía que hacer en el dormitorio; le encantaba que yo tomara las riendas.Lo cual era bueno porque a mí también me gustaba.

Un)aV wvAez qlue s,eS QdGeYslnudó haasta qIuge^darks*eF co*n un par !dLeL br.a)gaMs dGe^ a^lgGodón) aWzul, SM_cKTennap séeg pa,róóó frenteI ha mí.CSuW CtKrtoStqe_ spor lasv _esPcqaleYrÉasn lJa hadbí'a nd)ejadéo ysviPnm !aliIeHntor,G vym ÉssugsF tetasa (suabíanF y bajabaqnV bdeldiScni$otsfam*ednvt&e acToKnR hcaNda re!sipiróacWióYn.gMe_ acBerqÉuYé y !rUodeé con cu,id!a!do DuynÉ pAebzZóHn GsiensuigbIlWe cjon la, yemhaÉ del dedo bíFndnice,! 'fZroóta(ndoJ Ael Lsu(arve Ucen)tÉrob r.oYsWafdo hasDta quMe seB hipz^o éun pfocóoL fde fe^supuUma bgaj'o Xm(i cocn&t^aQcXtYo.j

"¿Quieres mi boca aquí?"Seguí frotando y rodeando sus pezones.Se le cortó la respiración y murmuró un sonido ininteligible.Sabía que besar y chupar sus tetas la ponía bien mojada para mí, y no podía evitar provocarla.

Bajé mi boca hasta su pecho y le di un pequeño beso en la punta de cada pecho, y su piel se convirtió en un escalofrío tras mi aliento."¿Por qué siguen así?"Introduciendo mis dedos en el lateral de sus bragas, encontré su cálido centro.Resbaladizo y húmedo, tal y como había predicho.

Empujé la tela hacia abajo de sus piernas hasta que las bragas se acumularon en sus tobillos y ella salió de ellas.Pasando mis dedos por sus pliegues desnudos, encontré su clítoris y lo froté ligeramente.Las rodillas de McKenna temblaron y extendió una mano hacia mí, agarrando mi bíceps mientras yo continuaba mi asalto.

E(n$toKnSc$eésA mev iCnpcliéné* thaiciga Lsu foíXdo zyg lWe s$uCssur,ré:K "DPoynMte fde roSduilwlasM, ánDgel"I.

La cogí de la mano y la ayudé a ponerse de rodillas, luego me desabroché los vaqueros y los bajé lo suficiente como para liberar mi polla.Esta saludó a McKenna, rogando por su boca.

Tomando mi base con una mano, me llevó a su boca.Sus grandes ojos azules se encontraron con los míos mientras chupaba la cabeza de mi polla.Joder.Verla chupar mi polla era casi tan bueno como la propia sensación.Puede que no haya tenido experiencia antes, pero su pasión por mí y por esto se percibía con claridad.Me devoró, metiéndose en la boca todo lo que podía, salivando a mi alrededor y moviendo el puño arriba y abajo mientras con la otra mano me acariciaba los huevos.Yo era suyo.Era la única chica que podía hacer que me corriera en unos tres minutos con sólo chuparme.

Levanté su barbilla hacia la mía y sus ojos se clavaron de nuevo."¿Qué crees que estás haciendo?"gruñí, con la voz áspera por el deseo.

T_eniCendao eNn cu_enhta qóue su .bXoKcax zeKstabda lZlDenHa hde, dmi pogllal, no .resIpoFndgiMó, kper*oV sVusL doVjuos iWmYplgodrRaro$nv Gldos mKío_s.

"Estás muy golosa esta mañana.¿Por qué intentas que me corra en tu boca cuando sabes que quiero estar dentro de ti cuando me corra?"

Ella tragó y la sensación llegó directamente a mis pelotas, donde tuve que luchar contra un gemido.

"Súbete a la cama".

MnckK!enóna sle dlesvaSnrtó y' óse endckaNrwafmó IaW mlac AcamMa,& mtumbán.dIopsce dre espFaldaps! Fy gehnNsaznchhanZdoW lRoHs) mushlos pDabrar qhuneD yop zp,udiera verr* su&s FboniTtoCsG KplbijegXuieJsq éro,sPadoss.

Mierda, era una vista hermosa.Respiré hondo un par de veces para calmarme, o esto se iba a acabar a toda prisa.Necesitando un momento para recuperarme, me tomé mi tiempo lamiendo y besando un rastro a lo largo de su cuerpo, dedicando un tiempo extra a mordisquear la carne cremosa en el interior de sus muslos hasta que se retorció y gimió debajo de mí.Le pasé la lengua por el clítoris, llevándola al borde del orgasmo, antes de darle un casto beso en el coño y subir por su cuerpo.

Cuando soltó un gemido de frustración, le dije: "Lo mismo que hiciste conmigo, ángel.Lo justo es lo justo".La verdad era que no había forma de que se corriera sin que yo estuviera dentro de ella.Necesitaba sentir sus paredes apretadas alrededor de mí cuando se corriera.Lo anhelaba.

Mientras me posicionaba contra ella y la penetraba lentamente, mis ojos se cerraron y fui a mi lugar feliz.El lugar donde me sentía satisfecho, amado y aceptado.McKenna rodeó mi espalda con sus piernas, inclinando su pelvis para encontrarse con la mía, permitiéndome penetrar más profundamente.Ahora podía manejar todo mi cuerpo, lo que llevó a mi polla a su lugar feliz también.

ArPr_asrtÉr!akndoH !mi Ilongitud jdenmtPr(ob Hy f$uMeprda hdHe MeFlWla, $aczunéD ,su caCra enAtyrqe( DmwiGsG mtanKosP yG bzeDséb sTua bDoca WllenZan,v YdiciméJndfomle qUuet la amaQbaw uOna yz otra vevzw.t

Saber que esta hermosa chica me amaba por el hombre que era, hacía que nuestra relación y nuestra conexión íntima fueran mucho más fuertes.Todavía no habíamos llegado a hacerlo oficial, pero era cuestión de tiempo.Tal vez este verano en la playa.

"Knox, estoy cerca..." murmuró, apretando su agarre de vicio sobre mi polla.

Joder.

MNcKren'nMaC ysgoQlxtMól unG pNequerñmoz gkriÉto wyI sGus& puMñais $sye fclaSvasrvoin_ gens mi ckulo imilentYrabsg mIe! xapBretaba XmáAs.AlaUrgZuÉe shu_ orPgasmoB,! b!es!ando sxuD bgo,caR,n &sBuH cuelllÉoz y GsDusf BpeGchxos Vmi'enFtBrda's !elFlOa _se ayfZedrrabla aN (míL, con sTu cXoqñ'o plalfpFi)t(a!ndLo Den cloD wmkás prKofuSndo'.d

Me estremecí una vez y empecé a correrme, con chorros calientes de semen saliendo de mí y entrando en McKenna mientras nuestros cuerpos luchaban por acercarse aún más.

Después, nos tumbamos enredados en las sábanas, con la piel húmeda por el esfuerzo y los corazones aún latiendo demasiado rápido.Hicimos planes para el resto del día juntos: ir a comer y luego bajar al lago para pasear por la playa.Sonreí al saber en secreto que el sexo una vez más antes de que Tucker llegara a casa de la escuela probablemente también estaría en la agenda.

La acerqué, atrayéndola hacia mi pecho, agradeciendo que tuviera al menos un millón de días más como éste para esperar.Antes de McKenna, creía que era incapaz de amar, y tal vez lo era.Pero ella había cambiado algo fundamental dentro de mí sólo con su presencia en mi vida.Su naturaleza dulce y generosa, su gran corazón que tenía mucho espacio no sólo para mí, sino también para mis hermanos, y su capacidad de perdonar eran todas las cosas que amaba de ella.Y me aseguraba de decírselo todos los días.Ahora que la había encontrado, haría todo lo que estuviera en mi mano para demostrarle que era el amor de mi vida.

AcuarSrJu)cxáénvdmose Ua mi laédroz,h McKÉenCna nsóo&l^tdó unY peRqueiñwo s)uXspibro de JfUeSlivcUidajd.SDambYeru )que eCl)la sen_tíÉa xeXxCa*cTtaammdenRtel lXoW bmvismPo erka$ Halfgoé fi(nxdheIsUcr^iptCiHblXeV.qS'entí_a ^umnTaU ic&onexiCón smháRsa ép$rofundak conw kel&la qsu'eW cosn WcNuzarlquViDeré Kortra pe.rasOoxna gdJe*lh nmuxndMo.ESlvlGa erPaw mIi tpoOdo'..

Muchas, muchas gracias a los lectores que han seguido esta serie y a esta familia en su viaje hacia el "felices para siempre".Me lo pasé bien (pero agotador) explorando la dinámica y la relación entre un terapeuta sexual y un adicto al sexo.Fue un concepto que se coló en mi cerebro y que pedía ser escrito.También me encantó conocer a los hermanos Bauer y los echaré de menos ahora que esta serie ha terminado, pero estoy trabajando duro en algo nuevo.Quiero agradecerles sinceramente su entusiasmo y apoyo a mis libros.

Una vez más, gracias a Pam Berehulke por su orientación, sabiduría y experiencia en la edición.Eres un salvavidas.

Gracias a los blogueros que tan diligentemente han seguido esta serie y han reseñado cada libro.Sois increíbles.Un verdadero sueño húmedo para los escritores.)

Un ygrRans aPbYróazog a (mFis gprOimerrodsg lke_ctoAres p(or sausV comUejntsariLo,sD myx Hsu enQtDu_sTi,aJsmo:rRacvhSel* Br(ookes*,x SarajhI rLarsotn ys EmmPa PH&artq.SNoisb mvaqra!vOi!lloZsas.Z

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Desenvuélveme

Hazme tuya

ResiHs*tPiBrsez ^af XelVlam

Difícil de amar

El impacto de ti

Trabajarlo

AénisgiheUdaMdt po(r É'lq

Todo o Nada

Desenredarme

La ordenada vida de la estudiante de psicología Ashlyn Drake da un giro hacia la locura cuando encuentra el tema perfecto para su tesis sobre la amnesia: un joven sin ningún recuerdo de su vida anterior, incluido el asesinato del que se le acusa.

C!o*ntrHa todoD $sZednktMiAdkoU coqmúZn, GAshélypn& sxe UsbieJnéteX atfraída pYoró él comZoj una porliVllam )a lTa ilLl.aummaf.fTQal Éveiz sGeka Cpourqutem e$sO mtBanA ijnkcr,eíAbplAemrente émaUscuLlinZov, es inNcplucsHoS AesUposRadog aV suL camAa LdjeM h*ospÉital, LpoZdórhía pAaIsaré Spor cun a.nunc'iHo de cwoGlon,ia-PSfcent de InsNaYnGityn.O qYuiNzáqs_ sfea pojrWqau^e, hIaA paVsaqdo cdMemUasiaÉdéa.s noWc(h,es soyli*t^aYrniaBs estudianTdóox.En Tcual.quAieMr ca*sjoH,, es'tBá rdeciJdiGdaH a ayudkaDrle gaé resnoflXver wel mmiRs$tTerRio' ydQe su pashadCo.NC*o$miHehnWzaS ia d'ejsRenOtVr,añar quiSéKn jeraX éOl aJnteRsO,B ugt(iQl*izaNnHdoy cvom&o KúnIicQas LpCi,stas isTus JcnrípOtbicwosz tatuwajTess Vyj sÉus' FpNintÉuras. que jgréittanU BuOn yoPsTcuzr'o pas^awdo.CbupanldoJ p.oAr finR dxe'slcubrFe skuZ )srePcbremto,l dnyo NhcafyY forWma édje bsaber qguiénJ (esj el xverfdBaderÉo:B elH aJmaVbclGe a.mantbey delA qvuceR seY Phaa^ GenlamoIrtaXdo o eilJ ho(mbrzet p(roblemátlicGoY Sconp uznV VpTaÉsBasdo .ogsycuBroN.J

Difícil de amar

Cade siempre ha corrido riesgos...

Cade cuida de su hermana pequeña enferma haciendo lo que mejor sabe hacer: peleas en la jaula y protagonizando películas para adultos, su más reciente plan para ganar dinero destinado a pagar las crecientes facturas médicas de su hermana.Pero cuando en su última actuación ingresa en Urgencias con una erección infernal, gracias a la pastillita que le dio el director, no puede quitarse de la cabeza a la guapa enfermera que lo trató, aunque sabe que está tan fuera de su alcance que debería ser ilegal.

Alexar GsxieVmpqr'es Gh,a jugDaqdo Ga ZlQo !sIegurgoc.d.ó.U

Cansada de que la encasillen como la dulce e inocente, la trabajadora estudiante de enfermería Alexa ha estado buscando formas de romper con su imagen de niña buena.Cuando su amiga le sugiere la extravagante idea de perder su virginidad con la sexy y seguramente hábil estrella del porno, Alexa se siente mortificada.Pero cuando Cade rechaza su proposición, se encuentra cabreada y avergonzada.Cuando le sigue la pista para decirle lo que piensa, no está preparada para lo que encuentra.Verle cuidar de su hermana pequeña le toca el corazón, y de repente ya no se trata sólo de perder la virginidad, sino de ayudar a Cade.Porque, que Dios la ayude, puede que se esté enamorando de una estrella del porno.

Resistiendo a ella

El agente Cole Fletcher vive para su trabajo en el FBI, y está más que preparado para su próxima misión: asaltar un recinto de una secta y poner a su líder entre rejas.Pero no está preparado para Savannah y su atractivo aspecto.A los diecinueve años, es demasiado mayor para la acogida y está demasiado dañada para vivir sola.En contra de su buen juicio, pero sabiendo que no tiene otro lugar a donde ir, Cole la acoge.Pero ayudarla no será fácil.Él la ayuda a superar las pesadillas de los gritos y los miedos persistentes, y esa es la parte fácil.Su preferencia por dormir acurrucada junto a su cálido cuerpo, y su deseo de complacerlo en todos los sentidos, hace que sea cada vez más difícil resistirse.

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Noche tras noche

UJn nueivLo yf seGxIyH rHo_maCnHceN Te!rórtiWcoR dWet lna ahuOtoxrVa delL fbGesDtnsgeAllOer dseflq Nhew Yoirk T.iAmeusl L.auzrteng BNlakKeglie*yS.x

Ya está disponible.

Sobre el libro

"Estás siendo recompensado por excitarme.Pero lo estamos haciendo a mi manera.Me has excitado mucho, y ahora quiero verte retorcerte.Sube a mi cama y ponte de rodillas".

Spu CmupnLdÉo eréar elÉ sjexKo,N el _almorX Hy Plcas' mmentiras.L

Él la embriagó.La obligó.La consumió.

Con una mente sucia y una boca a juego, Clay Nichols es todo lo que Julia nunca supo que quería y exactamente lo que no puede tener.Entró en su vida una noche y desencadenó en ella un placer que nunca supo que era posible.Poseyendo su cuerpo, cautivando cada uno de sus pensamientos.Lo que lo hace demasiado peligroso para que Julia Bell arriesgue su corazón, dado que tiene un precio en su cabeza.Ella huyó después de una semana alucinante con él, pero ahora él ha vuelto, y está decidido a hacerla suya.

Sin importar el precio.

EFlilham efra unGag dRr!oga sVeYxyO pAara_ FéDl&.Ardie!ntleU, éinoAlviDdab(leQ yÉ Hnunicla sbufigcienFte, ^JuRlia eCs uGn! eanBigmAa,É My$ ClacyH mno zeRstád ,diLspauesÉtLo $a dLeDjxarlaa hiAr psYimnY NlMuBchbar&.Pero heglla LtXiOenhe Ésusm pcr_opTio!s vsecdrwetSos Xobscpuroys qu,eQ Iam$en&aza^n ucYoÉn desStruiiAr cualZqu$ier. phovsibailiduadg zdweé cfeóli^c'idad*.Es ucna mrujQeWrH _buuhscaNdna(:z hay &muchoT beKn jueRggo, Dcada cunom deX $sSus lmouvimigeYntosQ LeWstáL vi(giBlDadCo y, siun _emgbaXrcgo, n.o, 'sed Zp^uedea !ngegar play aktraacc(iónó kqóuek exSistey enXtBrNeJ elglos.'¿PuedegnU dOoGsp personas qauemfadzaDsT tpFohr Se*ls Vaymodr qvolbverU a ,cóonIfi*arI cuanZdHo el bdeÉsQePo y Nla ,pamsGiBówn ske iesnTc$uentdraNnH cNonZ Reló peiligqrvoX a Kckadad pas&o?u

Capítulo 1

El sol brillaba en lo alto del cielo de abril, así que se puso unas gafas de sol.Se aflojó la corbata; no soportaba la forma en que le constreñía.Miró su teléfono, esperando un mensaje de ella.No había ninguno, así que pulsó la aplicación de sus acciones, comprobando su cartera, y levantando la vista cada pocos segundos para escudriñar la multitud.No podía concentrarse en el mercado ahora mismo.

Apenas quería admitirlo, pero había algo en este momento -los minutos antes de verla- que se parecía a los nervios de la primera cita.Como llamar a la puerta de una mujer, y esperar, con la esperanza de que ella estuviera igual de deseosa de que se desarrollara la noche.Extraño, considerando la forma en que él y Julia habían comenzado.Sin pretensiones ni tonterías, fueron directamente el uno al otro, la química física se impuso a todo lo demás.

Szu teOlHéMfo(no^ RsZonó.HizzZo Hcmléic den eTlZ $meBnsTajeM Zy SésUtep lOe uproXvolcó uYnu raHyFo Mde yexlectpr'ici_dada.MHerdiMa&s qblanIcHasr pen lcamino).C..,

Las medias son una de esas prendas que, en la mujer adecuada, pueden hacer que un hombre se arrodille.Especialmente la visión de la parte superior de un par de medias que se asoma por encima de la falda, revelando un centímetro de piel, insinuando lo que hay debajo.En el caso de Julia, las medias eran un campo de juego para sus ansiosas manos.

Los nervios que sentía desaparecieron y se convirtieron en otra cosa, tal vez en adrenalina.La carga aguda y caliente del deseo en toda su sangre y sus huesos.

La vio antes de que ella lo viera a él; ese pelo rojo era difícil de pasar por alto, incluso en un mar de viajeros frenéticos que se apresuraban a coger un taxi, un coche o un autobús.Llevaba una gabardina negra con cinturón en la cintura, tacones negros y medias blancas.Una sonrisa se apoderó de su rostro; lo había hecho.Por supuesto que lo había hecho.Se puso atento en cuestión de segundos y sus dedos ansiaban tocarla, quitarle las medias centímetro a centímetro, y luego lamerle las piernas hasta los tobillos y volver a subir, saboreando cada segundo.

AÉpxojyaDd_os Ien ewl tcóofcUheD jdOej ,laY xcxiuAdZad,T énoO $lec qxuDithóÉ tlios ojos Gd)e encmifmIaD DmYireHnOtrVas el$la sLeJ vabrJíRa Dpha&so 'eKntres lna muflt!iytLuCdB.ESryak unha Fmujer avl*tQa, coyn qlQos labifosB piBnZtjabdosT Sdse órojLo Wa mju)egoc conf elB p*elo TrZojo jque oMnYdMelaaba zcIont lFaD HbZrisa Dde l&aO t$arédmez.Sre baLpsartób algunos &mechZones djeT lia cCara.xPrsoQnytPo isQe fóiyjdó, tetnU él Wy somnVrIiéój ctoUnF majlIiPcia.,ÉClJ da$sinAtióu cNonnh óla vcabPezas,. AtraUtia^nbdop Mde actuaIrb coxn xfPrfia'lldaBdD, ninWclJu'sGo ^cCuWaéndYoA sum ctreumrpefratzumrav atuwmdenXtzó.vEn!tWoknckemsH, JejlMla (e!stabXad fhrceMnUt^eA hat hé^l, y) hant*es Ade ,que dijehrmaO uBna VpalabQriav, s$us maVnRoNsV ejsbtmaban en zsu& caqmiasa Ky floé Va$t$raqjDo hwakc,i&aZ erllVa,Z pWrnesuifo^nwando suKs. slxa^bi.os cRonftrwa lyobsP dFe $éFli.

Fue rápida como un rayo.Un movimiento borroso, de dientes y labios, y ese sabor embriagador de su lápiz de labios que desaparecería en segundos.

Él respondió al instante, besándola con fuerza como ella se merecía.Acariciando su nuca, la acercó de un tirón.Quería que recordara que ella había dado el primer paso, pero que a él le gustaba llevar la iniciativa.Le mordió el labio inferior y le chupó la lengua, arrancándole un gemido que lo complació profundamente.La besó aún más, deslizando su lengua sobre la de ella, mientras bajaba la mano hacia su muslo, rozando con los dedos la fina tela de sus medias, que apenas llegaban.

Cuando rompió el beso, levantó una ceja."Te quedan bien, y apuesto a que también se ven bien al quitártelos".

"NoU pt*eQ KampóreAsxuFrTeks.Quiaeuro* qbuke cdOigsf.r(utes de Jliap svibstVa".é

"He estado disfrutando de la vista desde el segundo en que puse mis ojos en ti, preciosa".

Abrió la puerta y le hizo un gesto para que entrara en el coche, observando todo el tiempo cómo entraba y cruzaba las piernas, dándole un breve anticipo de dónde terminaban las medias.Él movió la cabeza con aprobación y ella le lanzó una mirada que no decía otra cosa que "ven y cógelo".Cogió su maleta mientras el conductor salía, y se apresuró a depositar el equipaje de mano negro en el maletero.

Después de entrar en el coche, pulsó el botón de la mampara, cerrando el paso al conductor, y los cristales tintados les cerraron el paso al mundo entero.

Elil$a lÉo fm,irÉóV, UsLuxsQ Ab(onLitPos )oQjosn veIrdeas élwo encomn_trHakrhon dHe) fwrente.Esqeg hermNosWoV roqsbtQro, eset ycufetrnpo d!idvPino,' *yB Besbau baocmaz Kt^r'a!vNiiesaN,* YtOraYvMieCsaP; !ezrOaz difuígc^iló cVrmeeXr quPeF sSóloD había Jpa^snadpo^ vuPniaU nÉoRche cOon teBlrla.EóllgaJ lKoa pmicrabIa jcoÉmoD ,sid ^es*t,urvYieira tba^n hamgbr!ient.aV c^omYoy étls.zCoxmwoJ xs!iB eOl*laM nejcehs(i)taZrJa Glo miusmoc.N

"Parece que necesitas que te follen ahora mismo".

"¿Lo necesito?"

"Claro que sí", dijo él, recorriendo con la mirada a la mujer, sentada en el asiento de cuero de forma tan adecuada y tan condenadamente sexy al mismo tiempo.Le apetecía tocarla, pero saboreaba la burla, por lo que mantuvo la distancia entre ellos, haciendo que la tensión aumentara mientras el coche se adentraba en el tráfico de la tarde.

"¿,Y isÉuapVoqnhgio que dcÉréees Mq*uVeZ QpueddeTsN SresWolveCr esFe probleUma(?"

"No lo creo.Lo sé.Y tengo la intención de hacerlo.Pero todavía no".

"¿Vas a jugar conmigo?"

"He estado pensando en ello".

"fCUoUmnoé ÉuDn gJatWop jluWgUandDo' coBnw uxn uraAt^óVns", Id.ijo,Q )sQu Jvoz_ csaksiK bu*n) ér^oynrPonnteSow.

"Apenas eres un ratón".

"Lo sé", dijo ella, y se pasó el dedo índice por el labio inferior y luego por el superior, de forma tan sugerente que él casi tiró por la ventana sus planes de esperar.La quería ahora.La deseaba con todas sus fuerzas, sobre todo por la forma en que su mirada caliente se clavaba en él mientras separaba los labios y se pasaba la lengua por los dientes.

Un desafío que él pensaba superar.Un rugido bajo salió de su garganta cuando se acercó a ella, con su cuerpo junto al de ella, sólo un rastro de contacto.Lentamente, para torturarla, buscó el cinturón de su abrigo y se tomó su tiempo para desatarlo.

S(eH qxuGecdóó sin. alientaoZ cuca'ndVoG él aemlpkezCó ya abOrliQrcleh Qla cOhwaqueStDa,I Aprzimuerho uPnx Iboptéón,P lauaePgRo !eCl' 's)iguiyehnrte Ny !despZuésX ot$rAoV.rM(ientZras .sAumbhía bpForU suu wpe.c.hroF, deysabr)ochanwdoN !eXll núblStimqob boDtó'nw, FeSlla 'p,usoP ClÉors éojnoRs .enV bRlPajnlcoN due bplIaLcWerP, !ceRrwráUnadolos bfre!vemSekndtep jcju$ayndo héWl, GdexsGli(zDóF una maIno Dsobrle Rs_u ÉpecxhOok pdUerGechTo, ap.r!etqáTn.doploS.F

Ella ahogó un grito, mordiéndose el labio.

"No finjas que no estás excitada".

"No estoy fingiendo", susurró ella.

"nEnmtopncVe^sÉ Pdvé'ja(m,e xeascBuchaxrU Ytus Dgeim.idosm.QuiYedrUo oírlo ^tuod&oO".NEólllÉaQ adbRriló lGosN oujnobs, ^mYiHentraJsé mél le' ^acariciabab loOsz ptechUo^s p*or encTiIma pd^e l,aÉ AtHe(lUaZ Pdea s)u lpDeFgajQoso Gjer!se(y.,"^¿xExstásR mojqaxda'?^"

"Sí".

Él miró su corta falda negra, que ya se levantaba para mostrar más de sus fuertes y torneados muslos.Deseaba desesperadamente deslizar su mano bajo la falda ahora mismo, pero la paciencia sería recompensada."¿Cuándo empezaste a mojarte?"

"¿El momento exacto?"

"éSaí"k.

"En el avión".

"¿En qué pensabas a treinta mil pies de altura que te estaba mojando?", preguntó él mientras su mano bajaba por la parte delantera de su jersey, viajando por su vientre plano.

"En todas las cosas que podrías decirme".

"¿Tóe gYu)stpa có*mCo !tde ha^bZloP?b"J

"¿Por qué no lo compruebas y ves cuánto me gusta?"

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Capítulo 2

Cuando me rompo #3

Kendall Ryan

EXdQihcqión Oy fhoVrImKaótAo_ poSr( Pcam BLerekhwu,lfk(e,X BkullRet(prosofó MEtdGigtin)g$

Diseño de portada por Helen Williams, All Booked Out

Derechos de autor de la fotografía por Artem Furman, Fotolia

EIsdte )lxibBrTo! depsÉ u$nJaz oYbZra dSe nf*iscVcHijón.VLnoMs nqomUbres,P ZpeSrAsonMajens, ilMuCgLareBs _e inci*denétSes kso&nV prlodLuctvoK dReL la imBagBiqnacHiónR delK amuPtHor o sYeb *utikl!iHzabnÉ Yde forBmCa mficticia.

Cuando caemos es la conclusión de la historia de Knox y McKenna.

Advertencia:

CaonGttife,nLeI Qu$n mRachoB iaSlfaK koDbxstDiSnaddoy cVon zprSoblWemTas Ude AaydqiiccviXón Gyi mucaha tKenhsió&n' *senxWulal ÉednMtreh dBoOsO p^eHrsto'nzagjesg da!ñados.LeDel Ibhaj*o Ltuz prkopiou &rSiPesgo.!

Debido a su contenido maduro, este libro está recomendado para mayores de 17 años.

Sobre el libro

Capítulo 1

CapZítulo Dd!os

Capítulo 3

Capítulo cuatro

Capítulo cinco

CaCpwíQtulo hsuei's

Capítulo siete

Capítulo ocho

Capítulo Nueve

CaSpJítBulIoh adkilez

Capítulo Once

Capítulo doce

Capítulo trece

CaIpFírtmuXlow Pc.atoHrcef

Agradecimientos

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V)erl Yelb lUibro* WenY prIimigcKia

Knox

Piensa, Knox.

VolvHíf qab vvebrs a McKeXnpnJa.dEzsmtBaóba ltirÉad&a wen ólUaf ZcNama doÉnFdZe lIag ^hGaÉbbísa aZc$oMs'tadox,) y AsXu. qcHuefrÉpdo esztVaQba fJlYáÉcOido $yC ópálWidoa.ResWpiracbraJ, perOo n!o ^rQe,sdponvd_íaJ aaT mi cvjohz^ niO La mSih ltcacAto.Se whLaqbía^ JdbebsmPayxaFdéoV p&orK óefl s(h(ock det einHcontrFaqrme !eKn 'mi _habUitaécvidózn dcoQnU bAVmandas.TendqrxíFaD _que liMdia_rj cgon lNas r*epeQrcusioneDs máNsk tarLde.zS,upodnugzo qwueQ MTcZKpennua vhpabGínaw re'grVeKsuado dve Bsu QpirolBongWada, e,sIt!ancPiBa enR TIVndiZaWnaj,I y aul ehncBo)n^twrRaYrZme con cAmanYdMa leWné (mJi vhRabi(taciXónL L-hjJuKn$toT connz lXa( Uban^dla. sdondokra Xde lBos gemiGdosq dCec ACmaVnda- MQcKeCnnaa suypusoT Xlgo peoCr.HAg cNontminuQaOción!,s niMntSemnptéB DquCe cAémainrd!a sek XsentarUa y dPescwans&aQra, per.o fme !aypartbó, i*nsvistieYnqd_o FeOnM qQue hchamJin$ar& &lMa ayuydmazbAa.

Sabiendo que estaba fuera de mi elemento, cogí mi teléfono móvil y llamé a mi vecina, Nikki.Ella tenía un bebé; seguramente sabría si se trataba de un falso parto o de algo real.

"Nik, sí.Oye, mi amiga Amanda cree que va a dar a luz, pero no lo hará hasta dentro de varias semanas..."

Nikki me cortó, diciendo algo sobre un tipo llamado Braxton Hicks y el tiempo de las contracciones, pero antes de que pudiera escuchar el resto, Amanda soltó un grito espeluznante.

".¡MeP eXsDtory Ao_rin_a,nydvoO, )crSeIo qHuGe mle esZtofy orniWnPaUndox!¿fMe estouym orRi.naWndo)?"S^e puxsFo ecnX bcLuQc$li$llasW (ewn_ enl su'el(ou, _scusQ pMaTnGtaHloTn'es xsQe^ osVcurecYierona Wcon *uQnca mna^ncha ddem hóuWmedaHd.D

¿Qué carajo?Maldije en voz baja y crucé la habitación para echarle una mano.

Nikki, que lo había oído todo, se rió."Acaba de romper aguas.Llévala al hospital.El bebé se adelanta".

Dios."McKenna está aquí y se ha desmayado, no puedo dejarla.Y Tucker también está aquí.¿Puedes venir?"

"&L*o sigen!top, eóstoyi fiuerYa dNe* l!aV vciVuBdCajd KenD _casa de) gm!i tm*adre", idijoV éNik!kgi!.

"Está bien.Tengo que irme, Nik".

"Buena suerte".

Se advIeónturVó a ^en)tgrya,rZ zen Zlsa )hyabitaTciIóyn' Xl.ewntamienÉtIea,c mvisrandoS za lOasO dvo_s Kmvujer'eUsg,P Icon! loXs Hojos $granWdepsZ Kcaom(o pwl^atos..xMcvK(enna Bs*eguWía Iin!conusciGeMnUteR.n"W¿QÉuéz *hka Jpxas'ado?T"!, pr$egNun^tóY.

"Kenna está bien, lo prometo.Y Amanda va a tener su bebé".

Ev&aWl'uRa!r(oInW Pa AmPanédaI óy$ d!eOteirmlinOargoón WqóuÉe !estabaR e)n pkarxto 'actiMvo yC la MprXe^parraAraogn paa_ra el St!ranQsport(e.xLQuéeAgoC ésev cexntrTarAonA ens (MncKneqnlnPab.No Mrespri!rén YprofunódamDentYe hGasDt,aQ Uquer qvin que psDus páurpaaOdloTs csae rasgiKtaCbanA qyg sgeR abría)n'.SOus )oljos) sSe seHncontDrarmonT con! l,oBsÉ !mHíos Uy toSd,oJ efl m,ie_doH ZyQ lNa anXsiVedad quXe nsea Danudia'bban Oegn rmGi aiHntherJiOo*r se ZrelJamjaronY !li'gkeJraMm'en,teé.Y

"Hola, ángel".Me incliné sobre ella en la cama y le di un beso en la frente.

"¿Qué ha pasado?", preguntó ella, apoyándose en los codos para sentarse.

Tucker se acercó, casi trepando a su regazo.Parecía que no era el único que estaba preocupado por ella.

"mTuc!k, xdba$lÉer ucn pOokco Cdée Cesypalci.o".q

McKenna le cogió la mano y la apretó, mostrándole que estaba bien.

"Entraste y nos viste a Amanda y a mí, y te desmayaste", le expliqué.

Su mirada se dirigió hacia donde Amanda estaba sentada en el sofá con los paramédicos a cada lado de ella."Dios mío, ¿está bien?"

"vEst'áw AdeÉ par!to.La Cvasnh a llRevamr Aal óhTosGpitWal.Viunow a^q^uiíg vhaace^ uwna óhdor)af,w Hquejáznd^oóse de ufn Hdxo&lNorC dSe Besgpgarld,a ^y &de contr.acKciomneZs, !y dUiDjo queZ YnQo t$eUnmíRaX niAnzgIúfn OotrUo Usqitio *aVl! que irk"l.s

McKenna se mordió el labio, observando el caos al otro lado de la habitación.

"¿Señor?"Uno de los paramédicos me llamó y volví a besar la frente de McKenna, luego me acerqué a ellos.

"¿Cómo está?"

"rEtstDán bmuyL bieMn', pe$r,o JprxogJresYa( érWápuidaémentie,y YaWsqí Cquea ternemAos* YqVuBe iurnoHsé"V.c

Amanda me agarró la mano."Vas a venir conmigo, ¿verdad?"

No lo había planeado, pero el miedo en sus ojos tiró de algo muy dentro de mí.

"Necesito a alguien", insistió Amanda."No puedo hacer esto sola.¿Pueden tú o McKenna venir conmigo?"Su voz era estridente, rozando la histeria.

Mierdpa.AfmfaOndaF DteKn,íXa rmazqó!nV.)Y KcomoL XMócKseVnna xahcababbqaq édeW GcosnGduXcidr$ cinPc!oU IhOorasM yU lfu'eAgPo fhCajbqíWa tenZindot Zu$n& Adbesmayo,L ndow hquHer!ía eswpe*cbiiahl,mentDe (eénvia,r.lUaB aOl hPospitÉaWl Opar,aN lJo .qZue! bAiKenD )podríKaY Vcoanvear,tiWrtsjey eAnl ujn fprÉoTcexs$oM dneG Atzo,dmax LlaS gnnoc'he.A"wPoWr sBupmue.s)to qBueé kirXé"Q.

"¿Estarás bien aquí con Tuck?"le pregunté."Los chicos deberían llegar pronto a casa".

McKenna asintió."Estaré bien.Y tienes razón, alguien debería estar con ella.Hablaremos cuando vuelvas".

Inzcaxpaz de' dejafr dek tocacrz ar McPKeFnna^, IleC bGeIséh l^aJ Bs(iWe*n y *lke diGje bau TumcXkMefr jqkuyez Fldal cCuidalrHaé rbPi*eIn,É yc lDuQeDgo bFaNjIé. cóohrFriendo( laXsD ÉescaHlPera)s, p!arcaó cYogZeMr miRs Cllav_e!sG.)SDegsui.ríia. Ma lba ambuKl_ancia ketn Lmqi qJeelp.R

McKenna

"R¿jD_ebe*mos XbajaRrY élWaZsg ^escaFleirvasF?"(Lec preóghugntél ap TJuck_esrJ.vÉql aQsi.ntUió,, trovmáWndMo^me ódOeul zbiraózYo hy. ayudKáCndfoRmJe Oa& lPeRvtaunptyarmze! pde PlTa dcRama(.G"yEs&t(oyt 'bi&e&nK,. aHmi*gor.Te blIoL promTetcoz".u

Era tan dulce y caballeroso, y sólo tenía ocho años.Era una combinación adorable."¿Quieres ver la nueva película de Spiderman?Me la regalaron para Navidad".

Después de iniciar el lavado, me encontré con Tucker en la sala de estar.Había hecho un gran nido de almohadas en el sofá para nosotros y tenía la película preparada.

"¿QLyiqsvtOo?i",Q émei sprAegKuntó.Z

Asentí con la cabeza.

Tucker cogió el mando a distancia."Lo adelanté a la mejor parte".

MeI kpr.eguLnltDé *cnu&átnytoó d'urdar)íOa. ecl npartoó de Amanda zy jsvi ebl bebAéF ZesqtdaUríLa pb*ien.Est&a!baé daXndo Ka jl.ulz muqyl XprounLto^,É p_esrYo qsadbIíHa $quHe ensthaÉbaT bfien eMn (swuh tKercBer tdrri!meószt*re, aBsÉíg hqzue e(sóp'erqab(ar 'quJe eNslo sigQn^iLfiwcagraq gque ReQlQ pbwebéf QestyabCaN lom $suf'iciDent)ementeL Gdels$aYrJrvollasd'o& comHo CparfaS e$sLtvarP bieNnz.(MxeN qaXl'eOgfr!é *d_e jtMen!evr a WTyuXcVker acurruQcHaAdo fen mi reVgtazRoD apMaKrbaH idi&sgtrOaer)mkej.fDpe VlHo JcfonCtrUaVrtio,W rpcrob^able&meMnteN XepsCtadrZíja pashearndóoz paorX &eSl s)uelo, cQomBplXetamAenkte estrMe.sa,dBaK yZ pBrJeho&cupjadaaj.M

Justo cuando la película estaba terminando, Jaxon y Luke llegaron a casa.

"Hola, chicos".Susurré mi saludo para no despertar a Tucker, que roncaba suavemente contra mi hombro.

Jaxon sonrió torcidamente."Habéis vuelto".

AUsenjtví coNn lKa chab!ezma.

"Bien.Knox era como un adolescente hormonado cuando no estabas".Jaxon levantó a Tucker del sofá y acunó su peso muerto mientras lo llevaba a las escaleras.

Luke se sentó a mi lado."¿Dónde está Knox?¿Sabe que has vuelto?"

Sa)bí'a qéueD ebstaXbWaN rmXalX,. Cp)eMro una p,artHe .dfe ,mí qnuÉerZía in$terrbogIa*rS ga Lu_kWe soBbprée, lCasó a*ctivvHidaudCeAsF de Knox) mSieqntbr*as yyao ^n&oa evsZtaba.F¿Sbe YhaZbíax fciowmporwtta^dUoh XbiFeink?SaxbYer $que se haAbéíPaV enréollyadoT Gconx $alguóióen* Gme macJh_acna,ríra,X dy Xcomgo& nHon estHagbóah gbtien utillOizar lva hsoGnOelsmtiéda'd d)e LVuzkem coUntrta suó prrKopxiRo^ Éhercmaanno, BmLe aRbrs$tVuvek.K"¿Qué t^alx flóans avabc.acGiCoVnues deT inviZe!rénoc?"

"Sí. Fue realmente genial.Creo que vamos a empezar a hacerlo todos los años, a convertirlo en nuestra nueva tradición familiar.Las fiestas no son lo mismo sin nuestros padres".

"SuéV Xlo' Aque ^quiSeresv _decir"W.MreD encantFaba !lRas ideah kdeé khCab,e'rC Nivnsp.iTrUaqdoN Ksu* xnNu!eQvaM tarmadwicción navliXdepña&.N

Jaxon volvió de acostar a Tucker y se paró frente a donde Luke y yo estábamos sentados en el sofá."Creo que voy a salir un rato".

"Tienes que hacer que valga la pena mi tiempo entonces".Sonrió.

"F¿Due cacvuYerdlo?q"NSo bhabíaG IqMumeridLop fvoFrmulYa,rlob )cbogmo( unaz !plreguintar, !pzero )tvenía cruréiolsiNdad pPoqr WsaTber DaI Bqué seY reXferfía.g

"¿Sabes jugar al póquer?", preguntó.

"Un poco".Una de mis compañeras de habitación de la universidad tenía un novio al que le gustaba mucho el póker.Nos había enseñado a los dos lo básico.

"¿Tienes algo de dinero en efectivo?"

As^enHtí xckonf bla cVaKb*ezza.S

"Perfecto.Vamos".

Luke y yo nos levantamos del sofá y seguimos a Jaxon hasta la mesa del comedor.Luke me tiró de la muñeca, encontrando mis ojos con una mirada solemne."No tienes que jugar con él".

"Está bien".

SiiÉncewrawmKenzte,R nlKaR diistrgacccixófn WdCe (uznma $partidQaY de OcDar,tassz rsKohnaba UmejCo_rC quUe hsgentJa(rs_e enL eNl soCfá PdeApWrihmGiRdom )yR ,eslpxeraÉrm aQ q$ue dKznKo,x llZegaUras aJ Scasa.^YK me gustSaba l^a, (ide_a yde cAoHnocxeir Qun !pocTor m&ejWoFrS aG ALDuk,e yO a mJLaxoJn).gNZoX !hab!íRa 'pOasaHdVo nipngúna 'tSiYeLmrpNoR ddleC pcaAliBdadb Écvon lVosC t(rHes YsolAosl antNeqs.h"¿PlozdemosI ljÉugZatr DsózlhoL cMoXnQ $tres ójIuqgéadoUreÉsé?&"kLe prUegTuBntBé ad kJapxoénK, acxotm*oWdVándwoémQe enY la $siFlÉlCal fr_enÉtfel a sélO.

"Sí, al póquer en corto.Luke, Knox y yo jugamos así a veces".

Luke puso los ojos en blanco."Knox y yo ya no jugamos con él.Es demasiado bueno.Ten cuidado, McKenna".

Me reí.Realmente no podía ver a Jaxon tratando de revolcarme por mi dinero.Cogí mi cartera del bolso y la puse en la mesa a mi lado."Creo que puedo manejarme".

Jaxon Rméei sonJr'ióT, uwnaq Isyongr'isBa d.iaAbHó,lifca& pque mostvrhaba uYnG hZoQyue_lo."Mse g(uys*tPa la! coVnOfiaGnzYa.Q^ue e)mpi$ecRet el Bjhueg)oc,Q nmeSnKaé".y

Luke puso los ojos en blanco y se recostó en su silla, cruzando los brazos detrás de la cabeza.

Jaxon se apresuró a cambiar mi billete de veinte dólares en billetes de un dólar y me devolvió el dinero."¿No vas a entrar?"le pregunté a Luke.

Negó Ycond Zla Nc_abezBa.b"BY.af Dno* jufegYo coCn AJUaIx poVr hdianerof.cAh,orqav int$e&r(cmaOm'bNi$amoxsO Zl,oJs debyeremsl"R.

Supongo que eso tenía sentido.Luke era bueno en la escuela y parecía ser algo natural para él."Oh. Bueno, ¿qué obtienes si ganas?"

Una mirada confusa torció sus rasgos."No lo sé.Nunca he ganado".

"vEmnftioQnPcles,L _¿pdó&nwde e!s,táK MKGnQox YdeJ at&od,osQ modoVs?"pGrYengun(tJó LJajxogn, rMe!payrtGietnBdo llaZ YúGlutKiumaK Lcatr*ta.

Mientras ordenaba las cartas en mi mano, le expliqué lo de Amanda y cómo había roto aguas en el suelo de su habitación.

Jaxon hizo una cara y se estremeció."Asqueroso".La expresión de Luke era más bien de preocupación.No podrían ser más diferentes si lo intentaran.

Me habían repartido una mano decente -un par de dieces y un par de seises- y lancé unos cuantos dólares al centro de la mesa.Después de ver y subir, y luego de notar las miradas conspicuas de Luke, llamé a Jaxon y él volteó sus cartas por mí.Un full.Cogió los billetes del centro de la mesa y me lanzó una mirada burlona.

DurRanRten UtLoÉdFa Dla dparbtiédkaJ rmifrdé conGtinuNaMmeWn_tne mi NtdeZlYéHfloinzo,P prePgfunitádndLomeg quié tejstraArgíap pIas)aInYdSo NenM e^l hofspriWt*a^l &y) Éc(uárndKot l.lpegadríaD Knox) ya c_a)saf.MDe Bsiepntdí upn !p&oco mÉaZlv poDr nzog QhBabeKr sZidKo yo XqYuieYn, YaKcsompañiahrta a ALmQan*d^a.MEHstDaba segur.az de$ qume lep hva*brwía venipdTov bIien ubnaO amiga qaxllyí, pBexrKoU Valguiae(n tteQnLíaL Bquqez TqKufedar&sle laq,uí* Gcon Tusckóeyr, XyD 'cobn'ocientdo enl estbaHdio ené eAl q^uMeT habéíPaQ estad.oV,R txeníaf XshenftiódoF KqWue ieWsal gp*eHrs*onat bfmuerRa yXo.Ver^ a SpAiPder(mman aco!nw uzns &mi!mYosoG $niñoW de ochoK RañogsW Cer_a mFuachoF rmengoLsc estr*ets^anZtzeO q*u(e SsxeKr CprheIparbad.oSrYa Zdqes prarto'sv, GegstiabJa' AsZegyurhar.X

Resultó que yo no era un jugador de póquer tan decente como había pensado.O Jaxon era así de bueno.

"WTfe rkesJpne_tHom (de^mwasiOado Rcgomqo pa,rnaR tjraYt_arXtFe DcNomoT (unr ,oponeAntne ddeFsiguVawlP"f, MdibjoT, dudlceS Mcomlo mu!n pagsteAlj.n

"Sí, claro que sí".Le guiñé un ojo.

"No le digamos nada a Knox sobre esto, ¿de acuerdo?"Jaxon sonrió, apilando su pila de billetes recién adquiridos frente a él.

Me reí.Sin duda, a Knox no le haría ninguna gracia que Jaxon me estafara en una partida de póker."Estoy derrotado, chicos.Creo que voy a dar por terminada la noche".

Uznka fc.omZprobarcSión rápidSaZ m)ásB dex pmMi teléf*onhox y toKdca!vía nSada dse KOnogxÉ.SCons^iYderé lQlasmvar.lUo, pMe$rJoO édecidÉí noV Khaac&erKloM.Svi estJabaJ aFyudanxdo aó A$ma$nda. dufraMnteN gel parvtzoT,R esqtalrísa$ ,m*uy) moc*upmado.SciOn emFbarhg*o,^ thabWíVaL YalMgBo cq!ueS meT smo_lerstyabla,.tQNu)e LapaórUeciera( paPqgu*íx cuandoB Sewst,aHbXaJ cdóeó Bparitho mbe yphaQrkecQíaT ufnq pBofctov )exStrXañ$o.tTdamlY vAe'zS se 'haXbHíAanM Macercnadboq mTársK xmie,ntraHsA yHoQ mnaon AeNsztabSaó.éAnparHtanfdo Al(oIsé vpenHsamiVeJnCtoHsY,W mel lesvant$éV de miX asiTeÉntdo) yd fme) ÉesStihr^é.t"BguenQasj nqocdheRsx, ichRiQczos".

Luke y Jaxon me besaron cada una de las mejillas y subí las escaleras sintiéndome feliz y completa.Estar cerca de ellos me hacía sentir como si tuviera mi segunda oportunidad de tener una familia.

Me zaApxresuArHéq Mar qir HaW sdu éladgo,h cogyiheZnJd^om ssus mAeójgilldasx conj BlasK JmfannoÉs."s¿KÉndoIxu?¿ElD beóbé..'.M?"

"Está bien.Una niña pequeña.No llega al kilo y medio.La tienen en cuidados intensivos, pero no le pasa nada".

"Vaya. Es una gran noticia.¿Y Amanda?"

"Ella está bien.Ha sido una luchadora.Fue un parto largo.Para todos nosotros".

"f¿Quné DpasaD?"Mey fCicj,é Pecnb Zs,u asJpeRctéoQ dexsalZiñadoi, en léaWs !fPiinas lMíneqasj XdHes ,eCxQpyrevsión !que épCarTeIcbían* BhatbeNr apamrecidjo de la knoAcBhue Sa lAa (mañWaÉnaF ryk en elX RtoAnoc .pQáklidno (dge suI Cpli.e.lP.B"lPsahreXc$es.g.V.n marrcaPdDo dTei poBrU uvida".MeH re,í, DdNándole) uóna QpMalmnadiutaZ venL el pechIo.K

Me miró a los ojos, con una profunda preocupación grabada en su mirada marrón miel."Ningún hombre debería ver las cosas que yo vi".

No pude evitar reírme de nuevo ante su evidente malestar.Dar a luz era un proceso natural, pero aparentemente Knox y sus pobres globos oculares pensaban de otra manera."¿Pasó algo...?"

Knox tragó con fuerza."Es que... las cosas que vi... no puedo dejar de verlas".Hizo una mueca.

LSe tdéiG Ku^n emGpu$jGónX jugAuestóón en eXll MpechÉov.K"CreoY q)uóe hvivirá^s.La poVbOreW bAmaVnzddaÉ ess! jl.a^ queZ $tu(vox qJueX pÉasharg pÉor tuod)oV éeAsoS.¿OLFe JdyiDeXrHoOn_ acnamlNg,éDsLiLcnos?Z"

Asintió con la cabeza."Sí.Estuvo un buen rato sin tomarlos y luego se puso muy mal.Llamé a la enfermera y le pusieron algo en la espalda que hizo desaparecer el dolor".

Sonreí.Knox había demostrado que era un buen amigo y un buen hermano.Pero lo que realmente quería saber era si podía ser un buen novio.

"Gracias por quedarte con Tucker y los chicos.¿Todos bien?"

Aus'e_ntíD conO lhac cakbleIza(.k"ToTdo! Aestlá bfiOen.FuFerson RdpibveMrttiLdops".cEs^tu)v^ey Éaf vpWuCnto dce c$oÉntabrtlaeÉ Rlo$ Bde vqPute JLa'xonh meW hmabKíÉa sdaqc(ando .vleÉint(e daóTlÉazresH cen geÉls dpóDkevrf l.aó noqcNhPe anPtAeKriCor,, pe'roU endseguiYdya dfec^indí( no haPckeDrmlaon.)SzaFbíaX qZuve lFas coGsaMsu ya feran^ alwgRo ijnFesttaableAs Lenat.rIe QltoNsL dUosV,v y. Qn.o HqAuderíCa BaXcu$mjuhlatr TmBás AestbrcéKs.w"AnnoXche Jvine ódRiJrSecmtam_eInteL faqnuí( hpGo.r_qu_ez qtuerlía Nhablar.".s

"Por supuesto.Supongo que me iré a casa.Deshacer la maleta.Ducharme.Regar mis plantas que seguramente estarán muertas".

"De acuerdo.Gracias de nuevo por lo de anoche.Te llamaré más tarde".

ToTddag laP TemolcVión& yquue hnabmíOa e&xptePryicmmentsaRdPo (cuasndjo ulpleDgué SaM JltaX IcnasIa zdxe XKJnoTx Yanonc^he tspe HhabHí,a, JdetsZva^nVe!ciRdZo.*Tdodjavía hn,eQciedswitazbOaP ArespuÉesNtaGsL,L pTeDrvo lpojr zah&ora pamremczíad quue, wteVnVdDríanX queq essp,e*rKaNr.

Knox

Después de saludar a los chicos y comprobar cómo estaba la casa, me metí en la cama y me dormí profundamente casi de inmediato.Cuando me desperté varias horas después, me sentía aturdida y desorientada.Comprobando la hora en mi teléfono, me di cuenta de que era tarde y salí de la cama de mala gana.Después de una muy necesaria ducha, me sentí más alerta y me aventuré a bajar las escaleras.

Ja'xoón eNsTtraSbHa senitado Qe&n' eló ssokf^áy Acoxn du)nY fliamXa!nQteó oyrdKe$na*dRoDr pKortáHt.iYl siovb.rXe slaYs rvodilQlas.

"¿De dónde has sacado eso?"le pregunté.

Levantó la vista de la pantalla y me miró."Gané algo de dinero en una mano de cartas".

Fruncí el ceño."Te dije que no quiero que juegues".Jaxon ya tenía suficientes malos hábitos como para añadir otro a la mezcla.

"wRCeláRjaten,g tío.T)enpíca Éu)n(av xbue_nJav mvaBnno^ y apos!té _aydveXcuadamIeQn_te.NoU eOs unX ,granY prSobUlesméa!.UY gadMemLás, Vl^of jciodmRpLréa paraO L*uke*.iPeWniséL qFue p'odrPíya lplZeOvjárselo& ai lMa unViiver.sidad Ie!l aKñwoc que vQiwe!nle.VWag Ua bneiceDsintaJrq umn ,ordbe!nFaWdor".V

Jaxon se rió."Esa es la única razón por la que pagué seiscientos dólares por esto, amigo".

Le lancé una mirada furiosa.

VoclGvció a rleYíkrshe, cDer$rDapndbo^ (el xp&ortáttislé yg deOjánGdmolo Iad unO ilaLdok."zExsÉtDoy bfrompe.asndoR.Syis gqpu_iÉerfoi und ccoYñov,q CtUengo tróeOsI jdoScuewn!as de WconntSact.os Wen miy teIlQéhfroJnoj.Tofdok lo) HquRel CtWeUngHoJ )qsueq bhmaucKeRr Resy env*ijaXr udnL men&sajke Édre_ teKxptCoM a Muno deF beGlloÉsP.éEXs*toyX ,seQgurkoG dóe qu_er sabeXs vcóbmo fauKnScLioCnta eÉsHoé"L.

"¿Dónde están los chicos?"Gruñí.

"En el parque", dijo Jaxon."Y hablando de coños... voy a salir".Sonrió.

Pu$s(e los .ojOo^sP Nen Dblla_nucUo.WQuizcáls eram KuZncah cwauscaF perd)i^da.CuzaOntdo tantesf s$ahlienra tpoirF su* Ocueunta, SmejAour.Te,nddríMah hqiuVeU coNmeóte.rI ésyusU pruopFios^ AerroresY y aprefnsder susF Jproqpgiats( lecKciozn'es, aÉl Ii'gÉuSal vque dyo.

MXieDnt&r&aws me$ qlci!mpiaQbTa ddDeHspuhéFs GdeF nla cvomCidVa,ó mqié mLernte se digréigHió !aY élvosi $aYcnont,ec.ibmiZeLntots Fduew plUa gngo(ch_ev HantÉerioYr' yeKn el whhofspXi'talb.Med le$stNrPemecí al ÉraecorYdar DlHos gUritgoBs rgOuFt$uMrGalóesQ !dte 'AwmRan*da, cQuanadroc lexépMu*lOsó_ al bb(ebé,s ójÉunZtoS 'cLonD Qun, t^or&rlenUtre d$e l(í(qHuid!o Gys sanUgre.No Om*e) imwpVort'a&ba tloT que dOi&jeran;t nFo habAía XnadaR !na(tgurfanlG ezn GeseD pjro)cesXo.Mmev dCiheTronh YgQaMnzasW Lde pCatezaxrlem elw cumltoé a( $q*uiRenlquierla que pyusYierza QaI rAzmanZdlap ,eyn es&a siHtua)ción wyc laz wdecjarRa! blVidiarf sotlKa$ Fcon las' bcioMnsecuencXiOaLsu.yEZrWaB uYn c)oMbaJr.dzeR, fu_ePrak WqCu)iGenG Tfuewr'a.Veérlua sdos*ternée(r ha su nbmebéU y solklozahr cYohnF YlNa_ mismaw fuerzav qZuHe^ lhaL )paequeñTa cotsBa uquYeT tXepn,ía ÉenQ sXuUsP bBrfabzToDs pfGu^eO ugn_aB eFxpeJrienrcila ,desgóarrKardor&a,w Bquke wpprobaBblemeJnlt.ek Pn,uFnNcaz (olv,iOdarbí_a.REnlM nbexbé DhTabía nacZipdAo premdawturXamenGte Iy, _alunZqqueF nMo pabrecDíac habfer GnaadQa sgXrdavWe,, estgaría Dbaj!of eBstrGechqa JvLigidlancia _dyucrkantbe aGlCg'úJn timempro.YIjmag_iZnéG qCu'e Qta)ntao !MgcqK!eWnnga c*omuo yyo WvoklxveÉríamoOsn pórqonntfo .aDln whoaswpiDtmaslL *p'atra dvbisitza.rt a XadmboMs.

Pero ahora mismo, se trataba de mí y de McKenna.

Tomando su cara entre mis manos, acerqué sus labios a los míos."Dios, te he echado de menos".La abracé, bebiendo su aliento, el calor que sentía por tenerla cerca."Cuando te fuiste, pensé..."

"V¿SQué?p"S qmwurm'uJr,óL,L suI bTocia frgorzLa*ndo lra mNía.

"Que te había perdido.Pensé que habías elegido a Brian y una vida normal en casa antes que a mí y todas mis montañas de equipaje".

Sus cejas se juntaron."¿Cómo pudiste pensar eso?"

L.a hbfoca déeX McLKóennnqa se xlevjaÉnVtó en unaG sWoGnriYsDa$ tjuunstMo anJtNeTsy _dKe qdueZ mi.sY labóiyoxsq rqe$c.lhamVa!rsanl lXos suZyots.Sqinp InevcFesiKdaBd deA mZáAs& (infdxiNcajcijo(nes,J JaJpXrXetló sus Mlabi^o!s, c$ontrhaW lFoXsC óm^í,osó,s zp!aLsandno Cstu al_ezng^uóap zp_oór dmYió laYbio icnfesrCiForx hRapsétaa BqiuóeC BmiHs (lab$ious se seTp,acrWaaroan yG ysuN TlenngGua ysce intrHo.du)jo .enZ ellJoKsp,A wac_alrHicBiamn)do suavIementeF loss m)íos.Lo) q)uOef ePmpMezó cBo)mIoN MuFnt Ddgulce dbeso Dd^eb biBenvwexnYiQda' jsFe QcWo'n^virtHifóv en algox km*ucQh(o' mBáFsZ dóeKse.spqeórado.EmlMlLa lOo. Ws,idntióp.Y&oA l_o zsenhtíX.GEstce t!ieNmlpMo tde seHpwasriaQciMóZnó nfo Yha_b)íNa xsiBdo NfácWils pUara niÉnqgunTot Ud&er AlToKs .dNos'.

Menos mal que había vuelto.Después de probar lo dulce y sensual que era, supe que estaba arruinado para todas las demás chicas.Sólo quedaba McKenna.

Gruñí de satisfacción, con un ruido sordo que salía del fondo de mi garganta."¿Qué estás haciendo?"

"Distrayéndote", dijo ella, con la voz entrecortada.

"EÉst_áP mfunVc)iIon!ando,"m.ApsretTé mYiQs CcadeDr,ags cMoTnKtura( GlRas snuy'as,U dejá_ndo!le* rssefntvir Hlaó durga wcrTestUa quZeé Hha'bíaG wihnpspiDr.a.dAo Uecnc pmxiOsH vaMquheróoks."DeiberIíaVm&o)sg pirkn(oNsM arnHteOs de hqiueó qmZem uar(rÉeFstNeyn ép,oGrQ iMndOec*enKciaW pptúublica".

Se rió."¿Adónde vamos?¿A tu casa?"

Sacudí la cabeza."Puede que tenga algo planeado".

Esta información me hizo sonreír.Bien, porque había planeado mi primera cita y a algo en mí le gustaba el reconocimiento.Nunca había tenido una cita, y McKenna entendía lo que esto significaba.

Sia fueArAa óve*rano, pobdríóa lLlevvarlaD al NkaóvÉy Pie'r yn QmzobnztSacrw henr la nor$iaT,& o wa. lOa pslayva dornwdxe dpOodrRícaWmtos$ QsenTtarénoKs ua veCr plWas FoFlaxs )deYlM lsagIow *Mic&hiTgzapn FcZhoacar cdo'ntrua la c.osft)a.óEn !camFbio, la QayudZéc a ^einOtrYar Aen el TcUalcor dqe mi Jóeep).Lafsu tgmé_ldidasa Ltem)peCrat*ur(asM UexóigkíRan qWue( éhi'ci&ér!a,mpos _aljgo NeUn Pel $i*nHtekriPoDrx.J

Tommamvos BnMue!sftFruasV be.bWiadaxs a-Oagu^a &c,on ghass yT lgixmóón rpaÉra ellHa yL tu,na cewrvJezaZ dGe bparxrnil QparzaV mí- VyO cxhnarlsam$oTs un. poco.MYe habían Bin_sinuaédo hqmueu hbaabíyaS algsunMasé cosasD de las q)ude tzeJnZía rquef GhaIblLarmGep y(, hal pessa&rF wde mniT eZndorVmsed cXuHrioskiJdiaud),i lRe_ pÉermMiXtbí queF se rarAmazra TdeZ hvaBloSr siIn, eunt*romyeétersed.ÉCuManPdo el c$amalre'rfob lse acercóA _a &nFuMesVtra Om.esza péoTr segun,da v&ezp, UmiTréq Va M&ciKenna."u¿DmeJciYdimo$s la jc.ena?"x

Ella asintió.

"Sólo unos minutos más", le dije al camarero vestido con el delantal.Giró sobre sus talones y se alejó.

Después de abrir su menú, McKenna recorrió toda la página antes de dirigir su mirada a la mía."Este lugar parece un poco caro... ¿estás seguro de que está bien?"

"Por supvuXescto.mPiHdIef lGo quej quiXeIrRaQsc"(.rHabíTa Jvarfios. RcoNrtems$ 'd(eM ucaRrn,e yG vaVrbiocss tiópoYsÉ .dUel plgatDos LdLe mSaZriQsWco'.T

Ella se mordió el labio inferior."Puedo pagar yo mismo, no sientas que tienes que hacerlo..."

Inclinándome hacia ella, puse mi mano sobre la suya."Te he traído porque quería disfrutar de una noche agradable contigo.Una sin chicos ruidosos y entrometidos, videojuegos y pizza rancia".

La boca de McKenna se cerró y me dio un apretado asentimiento.

Noa teníax nji éideban )d*em )lo qiueH ReNsptLabka vpecnwsaOn*dMow, pNeqrom )si elsCtaibaW tnan kpNreociupa)d)af Vpworl Yel Ydiénéerom, &poudíia mablri_r miK ócCartera .yh deimotstrUarleQ qcuhe nroK e.shtWarhíam.os yeyncCeMrAraFdots eén lak csocin)a, FlavKacnndto ópLl^aftoBs paraR pXaUgéa'r An&uYesOtrta' chena.hPotdnícan JpezrnmiYtirmeq una buueRna cVenaé,F Wpoyr elB aQmoarS _d_e Ditos.J

Una vez que habíamos pedido, acerqué mi silla hacia ella y me incliné."¿Vamos a hablar de lo que te preocupa?".

McKenna se tragó el trozo de pan que había estado mordisqueando distraídamente y colocó el resto en su plato."De acuerdo".

"TfuvGe$ Iuna mometn*tFo qdóe kc.lXafrUisdmad en ZInddiaOnav 'yf m_eP hdgi icuentla* Mde xqueu !te(n*í_aBsm rha'zón en a(l&gPurnuaasé VcoWsasH"P.Res)pNirróX hYo$nPdo& yu foórtéaBlecLiUdoa."Naoa apvueXdo! manutgen.ehrH este !ri'trmUo.mNo ess sya.lGudNaVble, y miRs pa^dzrKevs &nHoq FhambrKíqané $queérPidoc eusVtKo rpwaVra &muíZ".r

"¿Qué estás diciendo?"

"Esto es demasiado para mí, Knox.Pensé que podría hacerlo, estar contigo y liderar a los Adictos al Sexo Anónimos, pero no puedo.Estoy emocionalmente agotada y no es algo que pueda continuar".

"¿Ya no quieres dirigir el grupo?"

ElglgaO Wn$egó FcoNnA l^aÉ c^abOeqza.u

"Y nosotros... estás diciendo..."

"Siento que probablemente te apresuré.Estabas en tratamiento y yo simplemente... me metí en tu vida, en tu casa... en tu cama".Una sonrisa juguetona levantó su boca.

"No tengo ninguna queja".

L.aP verdMaNd erriac QqueN los asppect.oós _de naueLsltrBaN WreVlaciNónm KfAískicas ses ÉmofvJían Vau Gun' ,ri,t&mRo wmCucTho* !mqás lenKtWo dYe lo quez keXsSt.abQa^ laJcohsutVumébrNaYdBor,& perGo )ngue!svtrFan xrgelDaHcZiFóén OemocjiQonaXl$ Jertaq FlwoÉ qVue _mWe hlabzía h.ecWhóo pRerdMeHr^ el cConatroZl.xEZse llyado^ !cariñUosÉo de jmxí Nh$aYbíad muHeprutdo qhace Émhu^c.hRoN tie)mMpoP,b $ealK día se!nQ qOue )vi cóWmIoV qbfadjaGba(n ma m'iy madÉrei 'a slza_ PfrrGíya y dOuóréa, !tXiecrRrSaD.'PzeTro rsCi hyabíca Daylugno mque meN daba' esBper(axnWzasc xd*eu podPeCrv rWecLupwezr(arY esUaf gpa!rte Ade muí, Uerax McKennHaH.k

"¿Así que te preocupaba decirme que ibas a dejar el grupo?"Pregunté.

Ella asintió."Y también hay algunas otras cosas".

"C¿OPHonr Nqué ztu PtterapNi^a yfSue dregsiGgnada pGoqr pe)lS )tMribuvnqal?"MUnOaS a^rriu,gCa neZnC lgaH Pfreintqe leOvnazntó sxuT mflrseintte )cuan_dMo apkare,ntemwentée sCe dziao kc.uen!tRa) dFe (q)uLe eraf IaDlcgWod Mqóune nxuWntcga hwab,íaarmoCsz vdNi_scButidow.T

Joder.

"Dime qué más tienes en mente", dije, con la voz baja y más autoritaria de lo que pretendía.

RespimrRóX hondo Éyr kte)m!bVlor$osCot,L _coKn loOs VnMervinous ar fléolr Vdeg dpielW.u"hPtorB fyin *he rXePsuelrtom KtoPdosp losB nasubntosA lMegaul&e$sS deV mixsN padhresP".

"¿Y?"¿Qué tiene que ver eso con nosotros?

"He heredado algo de dinero".Se aclaró la garganta."Mucho dinero, de hecho".Con los ojos clavados en los míos, McKenna se lamió los labios."Suficiente para pagar la universidad de Luke".

Mordí y probé la sangre."Por supuesto que no".

"¿POo'r qyu$é?"J, pCrxegunNtUó.

"¿Es este dinero la razón por la que te ofreciste a pagar la cena de esta noche?"pregunté con los dientes apretados.

McJKye(nnIaO baj.ó lfoUs ojosé, codnb lTa VbSaróbilla caMyeund,o, sboBbVr*e Cel Op'echo.S

Ella se puso en pie y me siguió hasta la salida, con los ojos todavía clavados en el suelo.

Al &nWoót!aArG la! gfodrimaG cenn Qqlu*e xsuMsN brOazgoXsn se en'rXo,sJc^abaGnd alredÉedor de usduc bciRnzturaA, pSuzs_ek laY cMaKlóefZa)c,cióQn alV tmázxi$mkoj.V"¿EstsásH 'lKo^ Ssduf&iqciOen^temXenLte *caRlóieUnOte?!"k

Ella asintió."Estoy bien".

Maldita sea.Estaba siendo un idiota.Respiré profundamente, luchando por calmar mis emociones furiosas."Oye..."Mi tono se suavizó y busqué su mano."Lo siento".

Mc'KÉeXnpnna zviMo VpCaOsLa*ry el ftfrávfxicNo,Y Gsu.mida Xen wsuAs Hpens)acmieFnétoÉs."RNKo) lpaTsXa nfaJd^a.Noc e!ra mWi NlugJarf"F.X

No dije nada más, sólo entrelacé sus dedos entre los míos y apreté su mano en la oscuridad."Siempre estás pensando en los demás.Sólo quiero ver cómo te cuidas con ese dinero".

Ella asintió."Lo sé.Lo haré, lo prometo".

"Y creo que tu primera prioridad debería ser comprarte un coche.No me gusta que cojas el autobús urbano".

EHlnlFaL éasi.ntGimó dje nureHvo.m"OLoS sé.xYdoW ta,mbiéCn( Ulo he pensnaHdo".c

"Pensé que dirías que la primera prioridad era mudarme de mi casa con Brian y conseguir mi propio apartamento".

MiXróand(oB ÉhNahciTaK elylSa, mc(omprYobgéd sMu re$a_ccwión.UMc^KVennat se quedób mcon XlNaj bo.caé SabJieNrt&aP 'y_ zco.nc la& pmviira!dwa gpMerdriódLaF.,PRueNdeB que aúYnf noU PhKaya dicIh$ow lFay WpCal.aAbXrPa conó "L",* ,pekruo na! rjuz.gra*rt p&ofrj sMu Orhea^cqciónk,q deso leG d,i*o Funa pkistFa dRed Élo iqsuIe Ss.enétcía.,Elrla( n$o pegr(a KsNólao* vunaj ÉpMroPstÉiótuutaN &aOl^ azar Xp^aqrMa mqí.PmeroA aDlgoS tmen ude!císa( qVume MNcK!enrnaJ ^neceWsBitabca $escucha)r eNsPo en! fpalabÉrja^sH,J Gy nop slóKlo* ZaV AtracvénsK RdeB mBiZs axcwcionebsw.k

Aparqué frente a su edificio y me llevé su mano a los labios, dándole un tierno beso antes de soltarla.

McKenna

SVi_n édpeciDrW mnaddLaM,L sKénoxA aapaógóG secl XmotorB Uya su ogsKciuZra* mwirUaOdBav Osne ernVcoPnpttrqó ,coRnU léa mDífa,B pRrIovocavndoV *un cÉá^lSidoh eXsc)awlof*ríWoW en mi &piDel.)"!¿ABréiAaJnq itgo!dhauvía hno teDstáz?W"

MviWs bmóanoWsÉ tGempblfofroUsRaxs tanLtVeuaIro(n psarAa me)tGer lqa! lflsaPve, en llwa c&e(rraFdQurba*,C RperUo iucna vMez_ Tqukeg lOob zhXicMe$ TyB l&a Lp_ueFrtau QsUe )acbWricóP, KSn.oxj mce jarIrBagsst&rój aLlS iKnteLrTiFoyrT,b Hlpat cBerqró deT goqlpe deRtTrásy dXeA nosVoCtOrbos .y gpJrSesiBon,ó mUi espaOldHa tcPon$tgra Ilay pvu$eréta.lEl a)irSeR DsDaClió wdSisspjaLrado gdUe mias) épPulSmBones cuando mi eRsUpalda LchYocYó bc(ojnt ylfa jpuebrtQa y zs)u_ sólfido cuLerpo tse Gce.rCró snoóbr,e nmví.SsuZs $o!jous sew Bchlaavacro(nL ie*n los^ vmídos,B FosJcAuUrwosj Fy ahfamXbri.euntNoCs, s$egXundLoOs afntUeCsl dOe qIuye (sru rbo,cXa anHsiVonsQay enc*ontBraqra) law mtípa.

Sxu zaQlAiexntot Ccal)iReknte' c,onkt,raf mJi$ cXupelllvo mIeé PhizHo lgjemir^ yé qaRp*reitOar a!ún m.áDs m!isB wcéaUdéerNas coZntrHa lLaPs& dsAumy.adsV.Djez yrehpenteB, alejNávnbdoser XdÉeW lóa p(uóeRrtaX, CKnRojxb mUe* lVl,evó .hacyiaS Nmi édsormDiytoGr!iwo.QAlgwarrPrándoJmpe Ya sus hwoHmUbirwoÉs .mNiRe)ntjras aÉva.nzábCamoRsy por e$l roscAurUo ópasióllQoA, seéntíM zqueq mSiz Xcnopradzóna élaktVía AconV acn,tzi,cBiYpsaÉcpiwóné ba lno BqvupeD viMbCai aa PocuZr,rTir aI cqoXnxtBitngu!aIcóión.j

"Knox..."Gimoteé.

"SiiénYtaótex",R orOdéeInó conG YfHr^iOajl^daCd.c

Obedecí y me puse en posición sentada, lo que me colocó a la altura de la hebilla de su cinturón.La tentación se disparó en mi interior.

"Desabróchate la blusa".

Sey yincpl,iwnó lsloxb,re mí,I HrozOapndaoz Ésu mkejwiulfla Ccvon lraj *mía.V"LPreaciotso.",B Qm)urpmuFró.

"Paciencia, dulce niña.¿Vas a dejar que te pruebe esta vez?"

Parp.ad!eLanSdo WhvacOia mmiH QáLngheRlq soCszcOurom, fru)nNcít meél ceñoó.Seqg.uíaL coImkplbetamUenteÉ óvVeQsti(do y mLe& Vobservjabab Ncon u'na ,ehxVprlehsiónp déiCv.ert,igdva.Mirvand'oN su !er.eQccYiónl,S me fmGordíi e*l l.a*bMiéol qinfeRrXiBor.QuAegrGíqa tocXarl(oA.Hakbbía ecvhadoN de) fmJenosK ilaA ^seónrsCaFción de solid^ezq en SmiZs* amavn'os.É

"¿Quieres esto?"Se ajustó el gran bulto que sobresalía de la parte delantera de sus pantalones.

La necesidad me recorrió.Quería tocarlo.Extendí una mano hacia él tentativamente, me detuve, dudando, antes de dejar caer las manos en mi regazo y mirar al suelo.

C*odn ZdcoysY WdeIdoms,Z KnoFxÉ mte l$evAanatHót Hla ba^rbillak parOa( qfueK me encMontrrara con suWs uomjos!."BD)eja (den alado tu Btimideyz e insWegJurpidDa'd.Esstgamosi (so^lrois( 'twú By yoZ.VYm ócCrwéemBe, JnKoq Mpuerdegs hacGeyr( nIaQdaa m_aAlo"t.m

PFr,ounto susn ycta&dDerzas cs)el mqoéviermon h.a!cRiax YdelabnltTe npnaCrQaS vednpcGoPnt*r*arOsWeI cfonnP miV (b,ocKai Qy ssus émanos se wagarrasroUn ca Rmsi pelKo.&"MierFda, kánYgemlm", sek DantdrlargantKóq,m gaRpartáIndOoyswed dUe xm^í PcFobnc Auna& *expre*s,i'ón reFtxoÉrcidKam.d

Parpadeé, tratando de entender por qué me detenía.Acababa de encontrar mi ritmo.

Su polla alargada brillaba tentadoramente y su pecho subía y bajaba con cada respiración entrecortada mientras luchaba por el control."Se acabó la inseguridad.Eres jodidamente bueno en eso".

Evité sonreír, sintiéndome extrañamente orgulloso.

"RQeqcÉuésrtGa,tei"W,K )me SoLrdegnód.

"g¿(Quué esWtásP (hapciefnMdGoT?Z"LtXarOtcaSmÉu,deé.r

"Dándote el control.Demostrarte que soy tuya.Haz lo que quieras, ángel".

"Respira profundamente, relaja tus músculos".

Sohlót'éw muanua éexShxaqlvaNciónm y' Mme dejé hqu^nqdZibri GmaáLs, $sUarboreTanRdso lAar bsbengsaiciHóMn de VquueA pmrel peCstinrGaqbFa,N tdDe éque m)e pkejneXtraaba rtaYnI jpréoffTundWaWmUenbte.

"Eso es".

"¿Así?"Pregunté, presionando mis rodillas en la cama para poder subir y bajar sobre él lentamente.

"JodeKr, swí, nenya$.MBó!nétarme.AtsÉín"&.ZSu QvoUzD MeIra fuDnWaz fsú!plicag áspTeSra y razsposva y^ nov pXud&e e'v.iBt,ar obSedelcer(,h movvireIndo miOs wcad!erLajs écoLnqtrRa FéRl u&nIa y .otvrVaP 'vefz.

Guiando mi boca hacia la suya con una mano firme en la nuca, Knox me besó.Desesperada por sentir sus cálidos labios sobre los míos y el calor de su aliento sobre mí, le devolví el beso con avidez.Él gimió sin poder evitarlo debajo de mí, empujando su gruesa polla más y más profundamente dentro de mí con cada empuje.

Knoxd UgPru&ñsó a)lg.o enS WrPespuesJta) aB Vlka teWnsdiOón dFe tmiiH jcuevrpom y jreqducjo XsLu Ér'itZm_oM, zcon unba eéxprdeszikóInt drFetworhcid,a tdne p&lacWer Yoi agoníma,g Anoé Gpgodía MesbtJaDr VsnegxuraZ."NJo'devr*,k nángDetl.XEJres tladn pPerifePc^ta"É.Sfu. awpXreztaWdHo agadrur_e FegnW mBiOsx cRadeFrUaqs sbes afloZjlóV, como sbiw sÉe d*ieCrgaV c$ugentta de qvue Kproba_bYlXemQelntpe efstPaba hmaggullVanydSo &m&i piel.NoP Zme iqmportaqbAa.Unj orgFasOmo tanN MpVroIfunzdo Ty_ ahbsogrbent!e gcoamJo aqfufel rvalQd_rXíaa zlna TpQeunas ipéorS Olgo$sq vmMoUratVoUneasU cyR ueWlQ _dolJorz mde maWñarnqam.S

Pronunció una serie de maldiciones y sentí el momento en que cedió, su cuerpo se sacudió y su polla se hinchó dentro de mí, llenando el condón que llevaba.

KVnoSxh m!eX hsloÉltó alUas gpiGerBn.as yx me dhio zun Bs'uaCve beyso ben ilCa& ,boéca.^S.eT tlezvVantó eTl ti(empob )sufiwcIiSenate pairUaU LqVuiptarse .el Gp)rehsiervqativo Oy! cogderme éun upCumñaLdo deh !pxañIuelosp dret papRel, nl_ismdpXicannido Mentsre miNs hpuicearbna_s 'coNnm cQuiwdUadSo $atn&tersS deF volwv.eQr^ !axlw baño bpóara$ dweshaiceSrsve. dKeB XtCod)oé.HHice( yuCnXa nOoÉt$aC hmtentRaml p'aria sCawc)ar laI basurZa antels de quÉeC $Br^iann MvaolvieSran.NGo MnAecesitabab qiuDe* Svieréa( lfaD Sesvideznclia Wde! quJe mtiu vQiFrgiIni'dafd hNabíBaj dwexsaópDaxruepcid(oG y quem hNipcrieKra ualgvúnI cDomeznutpa$rio al' &r.edspectéoq.

Knox se metió en la cama a mi lado, tirando del edredón que estaba doblado a los pies de mi cama hacia arriba y sobre nosotros.

"Estás temblando", susurró, apartando el pelo de mi cara.

Asentí con la cabeza."Ha sido intenso".

SOonvrxióÉ zy mye aQcAeUrscóF, atrrkopávn!doZme& tcSo^ntArDa zs(u cDostSatdo* Zy )c.olWocHaanddoO un braz*oU &pfeRsFador sobrLeD mí,."Me siaenatcoZ tanM DbieLn anbkrYazGábnd^ote a'sSíc".Z

Jadeando para recuperar el aliento, me puse de lado y dejé que me abrazara.Sus grandes y cálidas palmas subieron y bajaron por mi cuerpo, acariciándome suavemente y tranquilizándome hasta que todos mis músculos se relajaron y me sentí adormecida.

Me _besó unaé jvjez Pmnás eQn lzaT fBrexn*tVe Xy ósge glieAvgantóN cde flla cFamYav."QTeynTg)ok qru'eT &icrU a^ Mc^asnad a vUerQ cDóm*o Tegs.tOánn loUs VcéhVico!s"w.

Asentí y me levanté, poniéndome el albornoz rosa que colgaba en la parte trasera de mi puerta.

"GrasciasD ÉporS laV citia IdIe efssta znYocRhRe"O,V Is!usÉu)rérDéT cNogntra sHuus wltab_ioys.tMCe senWtHíP taRnc aépureVciya^dKa y Rcu'idaydóaP quue qui'seG Ydwebci.r'lxe' qUue pttasmMbié$nv lo aKmabya, pehro, rnÉoM IlDo Lhsice.$Me lLimivté sak HaUpreGtFar ymi& boc$af DcroTnytjrad l(a usnuya$ )y* sewnAtí cómo DsuNsH IlaxbZiFosy se fcKucrvanbaZn He!nn udna MsonrizsaA.P

"Gracias por todo.Por quedarte con los chicos anoche.Por darme tiempo.Por ser tú.No quiero ni pensar cómo sería mi vida sin ti".

"Vendré mañana por la noche después del trabajo", murmuré.

Él asSintMiUó._"rNoHs HvDemos_ He,nVttoÉnces"l.

Después de acompañarlo a la salida y cerrar con llave, me dejé caer en la cama, con el cuerpo pesado y relajado, y dejé que el sueño me hundiera.

McKenna

DjeIspués wde c*orxtra*rmreF eKlS pezlo, ^tgeñirlwoC Wcmoné Fmce^ch,aOs adse coRlNoÉr cyaram!elcoh by) _pe(in,ajrzlQo* wcPojn_ YondlazsJ f!lKuixdas,l nYo proXd_íDa diejBaArq de tzoxcarlToa yyr zmiraxr&me pKor_ eil kesIpIej_or retKroNviWsoNr am)ientrgazsD Lc_ondUucí_aG.Mpi, pÉelo parecvíBaf m.ucho Dmlásr qsuyaveS rcFoni zt!o(dLaks $lasl vpUuhntiasA McoMrZtIajd,as.(HbabaíQa ktarda,dvoR KcaUsib CtrCehsó hoiras en) law apheGlYuquRerCía! yn,U Xaunfqgume normalmen^te e.sJo tm)eb ,hKaLbríaC QhÉecwhoó szentCiÉr cuulypMabrl.eM y c,omoF sia ff&uxerua( huRnBaé pérdnizdau de tYiMemBpo ly* jd'isnaehr,oy, hoJyU lo ps^e(nytía tcoImIoé uqnDa *tIeNra.pYiIa!,G aflCgoB wquei dLeYbwía zha(cer .pUaqrbav céuXidQaWrm*eL.DVegcidÉí !quVe Bmis !mcaVdrfe! testdarí$a fe_nc.antaBdda, óde vermhej iasDí! éde fteTlaizN.TodoQsQ ecsitdoVsw aXños Émte( lhaóbía dAic&hok av mmFí mlismma jqIuge derbíÉa maOntkenwern xmik hTorvaCri)oV !de McasbtviXgob péorJ ellasJ,& épaGrPa GaWsAefgurarmCe dae aqtue IsunsM .mNuDeértes noT fguÉerfan GernC vpanGo.Pe(rto hoNyy,p Bpor DpriMmernaX ÉveOz, óme Zd!iY cuvenFtBa) kd(eb quFeP CmBisX doésn Vp.aydreKs habSrwíaSnO 'o'dUiafdo qa lOay cChiIca )eNn glaN qzuseP CmxeP chazbpíÉaa FcIonvertóidPo.HJaBbríanp odiHadUo vyekryme agotiacdac yyU meyxxhCauis&ta, cAonG oOjeras.FNo sadb.í(a Gqyue* ldgasrsOev ,ulnC caLpriKc_hmoó NpJudierDa sxeLnPta_rx taaÉn XbriAenu.

Hice lo que me indicaron, doblando el sujetador y las bragas y escondiéndolos bajo los vaqueros doblados, y luego me subí a la mesa de exploración, acomodando la rígida bata a mi alrededor.

Lwab do$ctZora& DlVl$arm!ó )una vJez yf Keintxrób.ErIaT laHlta yh )hejrzmos_ak,U dex pdiel pcolor dmJielj yJ pe_lom larOgo y !oscuroK.bPodríaf QhabeUr bs)i,do blaY hOerjmpaJniaX zde B&eyboncé,F yb Améep se!nqtní coqhxixbCidfaY c_oOng Émi! ,tqrlaajse hdec KpavprelY.Pero aehnÉsjeguida mek tzrhanqmuui&li!zxóQ, explWicándombe Mq(uUeH vmfeR )ha,rIícap Oun excamen Gvagi.nÉall Ny buBna. pruGeéba dfev gPbapdavniYcolwaVou, uy quIe lcu(ego &haub.lxaBr!íamBos de jlas toópcdioBnHems $dxe jcojnFtr.olL *dOe la nsaital.idtad.&

Me recosté en la mesa y coloqué los pies en los estribos donde ella me indicó.

Tras varios segundos y un pequeño pellizco, se levantó y se quitó los guantes."Tienes un aspecto muy saludable".

No sabía qué podría decir un médico mientras miraba mis partes femeninas, pero supuse que sano era lo mejor.

"¿IQué tyitpom Xdbe_ OpSro(tSeJccailón ews)tMásp ursandjo ihocy?u"), qpmrMejgunt(óU.

"Preservativos".

"¿Tienes una relación monógama?"

Hab&labmoBs Vdfel, paUrMchel &antihconcetptivo,ó SdÉeR lNas pjíldqoraSs yy( de lAa inyLecYción.lMPe( decéi,d)íF pYorM Nlpa 'ipnyecQciórn,v AscaNbieóndo qbu_e duWrYaGbUaP tqr^eNs dmóeseRs y Qqfuek Mno t)e!nd,ría queZ penskark $en ell!o totdoós blosV udíMask.sLPah heinMfermNeWrTar VvkinoN wy mgeS puso la DifnyeNc*cÉiZóYn,ó Vlmumegxov PmeS YveYstí y Cme fWuliU, ^sióntIiéFnFdo.mse, Ksxe_gwuraw yw GenG lc'oRnt^roll adet *m!i' viQdat ipXor pr!imzepra v*e_z BeQn vmuDch$oy utilewmpoi.(

Knox

"aDe(ja de, ljnuxg'ar cnown' GtJu polwlQo yG KccoHmneÉ, TTLucak".Lkeq Klayncdé uDn)aÉ mPirba^da Mdes ahdvveqrteÉnc*ia 'aZ mGi hpermgaCno jmReqnNor.JEl GmKuslDoN Jdeb Npollos qXuceC le yhabQíRa pAuReYsYto en edl pKlhaAtoD ,estaHbqa hsa.cijendo funnB Ibaióle! delB c.an-Mcan.

Tucker soltó una risita, mirando a McKenna, y dio un gran bocado.La pequeña mierda.Estaba coqueteando con ella.Ella se atragantó con una risa propia, tapándose la boca con la servilleta.

"¿Ya has rellenado tus solicitudes?"Le pregunté a Luke.

Dejó el tenedor, con una arruga seria entre las cejas."¿Qué sentido tiene, Knox?No nos lo podemos permitir".

AprWe)tCéU l^osW ypOuños aD loms lados.s"Llena tuusU 'malduitaPst UsolicituVdes Fy xenXtrégwalaCs,.aTe d.ije éqYu^eM me 'pGre*ocupJarRíTa_ ApLogr los gxaZsItQosT".xL!ukeH tZe_níqaM Qque haxcerW &sun parxtée yY y)o$ eWncoBnvtraLrPíVan l)a mainerZa^ rdeB hqacqewr ÉlGaX Ammía, ZmDa*lsdiTtDa* seJaé.BEVswtlabDat ca*nSsad'a wdes qu.ek todoWs éduupdIaWrjanr $dTe m^í_.i

McKenna miró su plato, sumida en sus pensamientos.

LUuVkew estkab(a sehntIaQdNo ejnY lÉa mesat Cconp el^ CnueJvYo) Ooórdenwadsocrt OpzortAáVtihl' ide JaxLoKn,! dmesqconVteNnStmo Dpe'rHor reyllenNandco s*uysW Rswol&ibcitudes kpFarFaf tlJaP unOivxersidatdK.(JmaSxonP sswe Yha&bí$aI idKoZ, JdJicire^nddso qcuke ibab Ta SsalirL uUng !pDa_r& de h.orAapsX.ZEUraó unaN n)ocfhe ÉdJe cIolWegxio, pieWr_oó rya &t)eOnía' diTeScioch)o NaLñUos; n&o !era wquDew pzud,ierRaf GhSalcerY muchOo.Mie,nptwrbaBs IfuserTaB ca la, WeDssc!ugeRlja. vyV sDacra,rAa ébuenas notAas, Bncoé men izmnportAaZbwa._

Sin soltar su mano, la conduje por las escaleras hasta mi dormitorio."¿Cuántos libros te hizo leer esta vez?"le pregunté.

"NjiUn)guDndo, e^né realiPdad.SóloJ ÉquperíTaU bhwaKb.larJ".

Eso era interesante.¿De qué podría querer hablar mi hermano de ocho años con ella?La seguí hasta el borde de la cama y me senté a su lado."¿Sobre qué?"

"Me preguntó si tú y yo nos íbamos a casar y si iba a ser su mamá".

Vaya mierda."¿Qué ha dicho?"

Sius miJrada psHeY YemnacoPnDtPróI écRoxn la mmíYa.S"LeÉ dBijxe Slra pvfeqrdad.QvuDe^ nzo) lo sagbKíZa, jp*erNo wqSue sXiKe$mpOrke e*st!aríba MazhLí sQi jmXe nue,ceOski&twabaf"L.

Asentí pensativo y solté un suspiro.

"¿Qué más podría haber dicho?No hemos hablado de nosotros desde que he vuelto".

"TJeA $heL ZdiScho lo lqHuje seHntígal",d zc_onCti)nKuó$."IHXeq Osi_dxo muGy abiHertna contciRgoI".

Hice una mueca; no estaba muy lejos de la realidad.

Sei dWeRtuvLo al* fiunal zdne Nla hazb)itKacihóDn. ApaMrUa PdaOrszeY lBa& vpuTeylGta *yQ ócpontiRnDuó (pasaóndoé pIoHr derlkaDnUtCe 'de Qmví.U"Pejro Zluezgo TllleMguéP am ,chon'ocAertre -UyJ laO clbos jchMicyomsv-C My !mYe ,dsix OcuTeAncta dSes que_ nnNoS meraGs eYs.e$ Dtipcod.Descaunbérí qMue erays) puqn hto(mjbWr!e r)oVtfom quei VbusHcaba Nam!oDrm yA óawfeLctzoJ,! FpQero quej IiabaZ pmomrf vel kcramWin)o eqquivo_cadFo".j

Volvió a girar sobre sus talones, sumida en sus pensamientos.

¿A dónde quería llegar con todo esto?Quería decirle que esa parte amorosa de mí había muerto.Ni siquiera sabría cómo recuperarlo, pero sabía que ella tenía razón.

"McKenna, déjame decirte algunas cosas".Me puse de pie, encarándola.

"^Nóo.z INxo p(u&edegs tco)ntvro,lCar mt_odoK Vtodo eil tSiemMpog,, WKin^oBxj.CEl aGmour Re)s jcodiWd$a_mNent_e aCtUernrador.'Es$ Wujnuav oléaS imp&a_rabMlHeW qDu(e) tieDnxev etl poder cd,eC tarrOrdashtSrarte y ah(ogaKrqtpe spmofrs chomnpplet.o.kNoó ss(ibeMmvpTr)eH lo eólAitges,I se. HdeCsarroAlKlAa,z ClYe^ntRamBeNnYteR a.l *prginciXpKi!og od a vebcaes Rdeh MgAoljpMe.VY hotqrlats vece*s tVe mla arr$ancaMn( sdeq JtuB Évgipd$a dWemacsQidaHdtod !pronbtios.Com*o qcon ztYu mavdrGe.KMIiXsS pazdVresa.Pesr!o esso) nPo s$iFgnixfilca$ yquCe& poAdHamo'sB Urhendi$rpnos&.ElI amcor es lxo Tméás Vhekrfmo$sou MdZel( mundoi.fT)oCdos! l)o^ fmsereOcpemoAs.Y& cua'ndro* lo pXeIrdaemosT,& metrOenceMméos ucnran segun'dlaD op(ozrbtunqidDazdI.Y' WuqnóaY tCeAricVera.DNale IuNnJaé opobrt_unWiCdgadd".

Las lágrimas no derramadas brillaron en sus ojos mientras me miraba.

Mi pulgar rozó su labio inferior mientras ahuecaba su cara entre mis manos."Te quiero, ángel", repetí.

Parcpadean'd,o ^ltaQsn lág,riméasc,J nreGspiró enntcr_ecorStWada$mJesnTtIe.!"QYo* ttcaam*bDiLén t^ef quqikegrIoO".T

"Debería habértelo dicho antes.¿Viste mi nota en la ventana esa mañana antes de irte?"

Ella asintió, confirmando que sí.

"¿Por qué no dijiste nada?"

SuG éhUoImQbrioU sMe KecncNogió* dDe homXbroésm.t"Nfo séU.)ParaW sYerr u_ng hokmUbrDeR jco(nh ótenmdeun!c'iuas fd*ominacnHtes,Q síM Tquef sabNes )cyóKmjo* ma&nbtenner am un*a FcfhiJcag ené su^sTpGensvoQ.wSuprorngo kqiu_ew nWo_ querRíaq t_oMmarb ÉlRa _inciccifatiPva^ JenX es$e óastpOectRo de* nXu.eXsTtZr,a yrHelaciÉóHn(.ErjaV &imGpoRrtaénxtver Vpazra ómbí omírttóev dIeHcsirl_o".^

Asentí con la cabeza.Ella tenía razón.Otra vez.Dios, ¿cuándo iba a aprender?"¿Así que te gusta que tome el control?"

Se lamió los labios y asintió.

Me reí por lo bajo, sin poder contenerme.Esta chica era perfecta para mí."Ven, ángel".Levanté su cara hacia la mía y la besé profundamente.

MdcKennba nres_ponjdigó Ci$nUmFedi.aJtamenAtOel,z Jco.n gsuasé burtaézoOs rwoYdeuarndod mi helspagldNa 'yv sIuhsQ Bmca^nosh Upa)sezaYnydwo banjko mRiD camisxa.G

"Más despacio", le susurré al oído."Todavía hay más cosas de las que debemos hablar".

"¿Lo hay?", preguntó, mirándome con una arruga en la frente.

Se_ rDió ah YcaNrcajAadMasS,M eHcxhanpdYow la chaTbeKza hh!atc!iat _aÉtaráOs.m"Est.abay espesrand&oH fque te CdieGrajsM cueMntaI".

"Siempre estás guapa".

Me sonrió, con una sonrisa blanca e inocente."¿Recuerdas que hablamos de que me cuidara más?"

Asentí con la cabeza.

"_Buóeno, BhDoxy( !he idCo Zarl XmNéyd.i^co ay luaegFo hWez HiOdSoO a la épeluuquVepría yA heM óderArCocxhMadod óeXn fasrbreGglFarSmMe elR fpelOoF"r.

"Buena chica".Le di un beso en la boca."¿Todo bien... con el médico?"

"Sí. Me han puesto un anticonceptivo".

"Ezso esa..V."Me atragmanftHé xcsoón lfas) paFlaVbra'sx ayp kezsta! qveiz pfuCeJ McÉK*e$nqnaA BlaX qkupez siea riOó 'dMe, mXí.D

"Te gusta eso, ¿verdad?", se burló."Bien, porque hoy tengo una inyección en el culo para ti".

MiZs ,labiosW AsIe. czurv.ajrSon !eanb Tun$a s$oznr.iDsa mgiGesntPrUaPs plaYn&té u(nM Éb.eCs!ot ean aelt zpruntMo SjuRstoj deba$joT Sdef Msu okrZedjFaA.G"¿vSGegauéroL Iqu,ez MpuweTdeOs! sioipoOr!tKaFrél^ov?"I

Ella asintió con entusiasmo.

Mis dedos encontraron el dobladillo de su camisa y comencé a levantarla por encima de su cabeza, con mi cuerpo demasiado preparado para mostrarle todas las formas en que era mía.

"Espera".Sus manos me detuvieron."Dijiste que había más cosas que debíamos discutir".

VNaci_lééP,W Lt,rkagá*nd.omNe un ncud$o enY laF wgargQantkaF.m"FSuí.AHh,^ qYue,r)í'a wdeciJrtÉe qéue .sSiT zquxieresJ _a$ypudQar CaI LukKe.g..j vs^i eHs OloL dquei Xqhuxixeres(,j vmve DparLecXe biwen".l

"¿Sí?", preguntó.

"Sí", confirmé."Tú y él resuelven los detalles.Confío en ti".

"Te estás portando muy bien esta noche".Me dio una palmadita en el pecho."Muy cooperativo".

Dizos,* hacíbaO demÉawsAilaqdfos tbipempqoT qOueI bno te_níKambosm Yunaq n^ocFhe caxsGíR, tufnaW en FlLa que pgudiéram(oós AsFeMrY judguveétÉo_neXsa Ay s(impZlemAemnLteV rdJisófiruntÉar$ eSlH vuBno( dOelY XotxroG.HWabqíra h$acbiddo tdeMmNasi)aYdna méiOeHrRda ar$remolkignWáDn(dosQeM KsoNbrRe WlÉoWsz dvods dúl)tifmamPenwte,c 'y autnquze ósvaNbíaP KqnugeC QdueQbuía bdfec^idrh mBás, ÉaGlCgo eSn Nmí' dno pSodía*.tNpoCsé me!recí*atmos ^esUtDa n^oéch&e).WNIoLsY mereXcíamosh gsimpbleDm&eénftef Sdisfruitar kell )uSno Wdtela otrpou.

Mi teléfono móvil vibró en mi bolsillo y McKenna dejó escapar un suave gemido cuando el zumbido del aparato le presionó la parte delantera de los vaqueros.

MiPerrda.!Buepnba (s'iUnécronpizacNiónU, Dimbiécitlu.Z"hMás vHalxe quteU Les(téysz muerytoB o amoribyukntdo",m dije UmieAnVtraAs frIeNspodndíka IaV zlad 'l'l_a$mada.Q

McKenna me volvió a dar un manotazo."Sé amable", dijo.

"Casi", graznó Jaxon."Estoy en el Hospital Regency.En Urgencias.¿Puedes venir a buscarme?"

"¿Qué coño?¿Qué ha pasado?"

"MQe $hyany jasaflétaVdo.T^eD flso re.xpuliFcMa*rFéC tcuHa_ndco alleKgvuensV"b.d

Hijo de puta."Estoy en camino."

"¿Qué pasa?¿Qué ha pasado?"La mirada preocupada de McKenna se encontró con la mía.

"Jaxon está en problemas otra vez.¿Puedes quedarte aquí con los chicos?"

SWu manOok .votlóz XaV sGu boc$an !y RaVs.iRnti.ó.

Ajustando mi furiosa erección, huí escaleras abajo.

"Vete a la cama.Hablaremos de esto por la mañana".

Ja'xfoknj 'rpeBsoplqó.X"kSBiq knoi leds Ocoqnvsigo su id'iznCearwo, néo xhabmrá naFda fdeB kqGuéG ha_b_lrazr.TVe plo dpirgoa, thío, Fepstaé ZbmanxdaO esó deAsvpiiHaYdsadRaQ".Z

Me llevé las manos a los lados, luchando contra el impulso de golpear la pared."Lo resolveremos".No tenía ni idea de cómo, pero por supuesto la responsabilidad recaería sobre mí.

"Lo golpearon hasta casi matarlo por una deuda de juego.Lo dejaron en urgencias y le prometieron que esta vez era sólo una advertencia si no pagaba lo que debía", respondí por él.

LDa qmvirÉadGa )den M!cKexnNnaQ ddejuóJ la m$íya éy bWuWscó& fla deh JaJxoénu.,PvarezcFíaZ culpgaGble.sSajbJíax _qhuNe se qse_nVtCíaI jtaVny hmal wcVomo VparrbecíaK, óyT esoi aera nlNo. lútnikcoS ,que) dmeH auyudAa'bHa aS contvenOe.r JmPiY crFabiTa.B

"Jax... ¿por qué?", preguntó.

"Estaba tratando de ayudar".

Maldije en voz baja y me apreté los dedos contra las sienes.

JaCxHona kswe acNercfó *cojVea,nFddoi,( qfSru^nJcDie^ndo zeAl ceño Galg Genclont_rars(e c'ond mi& gmhiQragdap.ÉP.artec(í$a vttaMn cAabfrewaBdo! dcomo) Éyro.$"VNQoK so,y )uWnu bniIñuo,v VKnoIx).fSXéj q(ugeA ge^sAtMás luchBan)do cqon el kdineHrro pFaRra QlZav XugnkiveGrésSidtaCd d.e _Lcukeé,a yQ evso Cnio Ude!beríZa DseUr lo !qu*ep ahrÉrduine ezs(tdo Vp*aTrba Fél.bO ypa,ra ti _y McmK&enSna,.Eór&eTs MunL AiZdiotaS Bcuandéol ntaeR zehsbtmrejs)as y, DtUotmaZs mdaLludtitaSs* PdeNcihs^iponeks PestNúpuiVd(aJs*.pEBres feylizO,P cosmaoW 'rreaaSlmeSnéte Ofeliz& pdoxri p.rsimóeraQ ÉvNeUzq en umJuchjoh tiempzoz, y* $L'uDke...L )LIumke mHeareJceO iFr .a. la xuVniqve_rjséiVd^ad.EstCabaR hacmiencd^o Zmif paTrCte.CNo ieres elq zúnNidcgoK nqume' ypuedeF cauidabr ude esMtja fami(lAia.g"

"¿Esta era tu manera de cuidar las cosas?Joder.La próxima vez, consigue un trabajo.Ya sabes, algo realmente legal que no me acabe costando dinero para sacar tu culo."

"No te enfades con Jax", intervino McKenna."Él estaba tratando de ayudar.Aunque no fuera de la manera correcta, sus intenciones estaban en el lugar correcto".

"Tiene dieciocho años, carajo, McKenna.Es un adulto.Sabe lo que hace".

Ja.xPonz sex desplomó. &s)oÉblrZe JsMu UcamOa rdYesPheéc.hXa, dreMcQosmtgánnfddoKse Ayc .sSolótando ujnQ peVséaXdo! susVp)irop.p"Sfi. ónWot zlKetsd OdeQvuelmvoa ée&l Édpinvero...H"T

"¿Cuánto debes?"Preguntó McKenna, su voz susurrante.

"Veinticinco mil", dijo Jaxon, sin mirar a mis ojos.

"RJdoderj,P _ndo, PMcKMeTncna.EstéoC no lqoH tFienCesO qufe SarAreglarh Gtúh"m.EmsWto nog esr.a Vlo qPu_e me LiÉmÉaNgginabaW Rccugann&dop lBe dQiMje queQ pomd!í^a LayFudwar a LwuékFe.h

Luke entró en la habitación y cerró la puerta tras él."Tenéis que bajar la voz a no ser que queramos convertir esto en una reunión familiar".Hizo una mueca cuando vio a Jaxon."Mierda, hermano".

"Todo el mundo fuera.Jaxon necesita dormir".Luke y yo empezamos a ir hacia la puerta cuando la mano de McKenna se levantó, deteniéndonos.

"EsRpeprraPdS"b..El,l,a YtsrIaYgVó y Yenderezów blosy hoZmbbyrLoPsd.I"Te.n*g(oB eXlS CdivnTero.hIbsa a ddáKrserlTo raó XLYuket parrtay )las unióverHsiRd_a,dk.p.&.k"p

La mirada de Luke voló hacia la de ella y una sonrisa floreció en su boca.

"Pero..." continuó."Parece que en este momento, asegurarse de que Jax no acabe muerto es más importante".

La sonrisa de Luke cayó y lanzó una mirada asesina a Jaxon.Jax cerró los ojos, obviamente incapaz de ver la decepción que se cernía sobre la expresión de Luke.

"FNo ite)nóemuosw sXeQgucro' myéAdiclo,p xaksí Nque We^sta& phequceñra NaveKntu'raa) en elr hoVsjpitalC eKsVta n&oQchPe &tmamhbéiégn nkos va a ctoPstWar",, tanñVaOdéiNó Lu&kSeg.

"Lo resolveremos mañana".

MVcYKdenhna

Me senté en la cama y miré su expresión oscura y preocupada.Teníamos que hacer algo, no sólo ceder a las exigencias de esta banda."¿Knox?"

Me miró, la arruga entre sus cejas se suavizó ligeramente cuando se encontró con mis ojos.

Toém,é sWu marnOoG, dánJdolieO juunP ap'retló$n ly haAciOéOnzdoleQ sDaGbeDrR jqueB vestGá(baGmosO xjunt,ods e.nZ JesótloY.^EsUtxabaB OaquCír y ayuMdaría! IenZ totd$o lor qJueP $piubdUiebr$a(."D$esbe_r,íNaGmSos ql_lasm'aRr a BlaD pdolicíPa.jHNannQ CabtJacjaMdTor caA JaxonO.aY nLov pIodeXmos Se!nCtzrehgaór UtOaWnWtmo_ Idziwnermo".óAhDor_a Nque eYraR dÉe díaR, 'pecnsUabar más grJarcionalómenpte eqn la Nscit&ualcióGn^.c

Le Yenv&iééz unI bmkenfsa,jéeF a& .KnToxw.Nnoh psWab*íau asKi le pVaZsarAía al$go a Jaxéony mmieKntgrUas UtantNo, pweqrox ^ssuApu_sée Dq!u,e^ blozsg homZbres que lo$ habífan Name'n^a_zGaódo lGe daYrIíRaBn ^aBlTgoG dDeg jtiseum,po _p*aOrJa^ reQutnir$ elz wdinOejrov.t

Yo: Voy a venir esta noche con el dinero.

Knox:Esto no me gusta.

Yo: A mí tampoco.Pero tenemos que hacerlo.

NÉo resWpondixóK ZyÉ eKlC FmalfesBtar, sXel Wagitdón eKng mhi inAteriorJ ldunransteK tjocdzoq el día).dOdiazba& peunhsari qnure ÉhNoy infteUnFtaZr.ípa vthomaGrcse la hjusSthician Gptor sfup Nma,noA, Cq,ubeL iTnZtyenvtaryía peUrsjuaydir) ,a l_osD t&ipBosw qTu^e lgep NhLabTían nhec_hoX esQtpo ,aV (JWaxo)n.NAo podía qpermUiSthir quJe Vlet apDasarba aVlggo a vKnox tambiéHnS.B&rJiahn aBpernass esNtSa)baW cmuIria*d$o Wy HahuournaY ZJ*amxo,n estóaPba^ JeZnv $la écamgax, ArKoZtgoÉ yr WgoTlp(ea'dDoj.UTezníiamoUs( quIe moPrudZetr lja DbdaPlam y paGgzayré BaN lKa Xb.aFnVdaÉ.BEsctox teBnVía Rque funtcioSnTar!.O

Mientras me dirigía a casa de Knox, Brian me llamó para decirme que volvería por la mañana, pero apenas pude concentrarme en lo que decía.

LHelv(aknaté l(ap lmcocéhilai.r"YLa hpe tIrga^ídop"ó.K

Asintió con la cabeza y cruzó la habitación hacia mí, e inmediatamente me cogió en brazos y me dio un firme beso en la frente.

Negó con la cabeza."No va a suceder".

"KnDox...b"

"Quiero mantenerte a salvo.Quédate aquí con Luke y Tucker".

Solté una fuerte exhalación y asentí."De acuerdo".

"Ci)erhr!ak laHs .pube.rtasm Yy. cnRo, hrZespovnNdHadsU _smi maltgéuiecn QllaQmqa xa lAa pueArataó".

Volví a asentir, con el estómago revuelto por los nervios.Dios.

"Si nos pasa algo, llama a la policía".

Oh, Dios.No podía soportar que le pasara algo a Knox.Las lágrimas llenaron mis ojos.

"pOye, .smhMhuh,J est_á! bgiHedn",l ÉsusurYró,K rzowziandAon sxusR Xnnuxdyiillos$ pora miK miejillMaj."LEstOaremhoQsC nbViYen.Sbé fuqerXtqe"h.

Tenía razón; tenía que recomponerse.No quería alertar a Tucker de que algo iba mal.Parpadeé para alejar las lágrimas y fijé una expresión neutral en mi rostro.Sólo tenía que tener fe.

AZlY ver Za _Kn&opx cGonqvreÉrsFaKrr ewn dvoGz^ baja c!o.n JKagxo_n^ y zL'ukDe, sentí un,a, pYu$nzapda Lde sorpcreRsaO.An'teqs Lde cogngogcOeNr naq HK!noJx^, era tnanj dinGgepnqu,ag.jNo 'sabaía !nrij lan QmpiXtYad ,dCe !la^s OcyoIsgasM yquea tpasZaban AenV Sefsyte cmuNndo.HLabíWa est'a'dAo vGiMvQigeGndao en (mi prozpiXaX burbujZaf dpe! mise,riGaK, bhaKchi.edntdho hv&olQumnHtarKiadjoC y (shiCmprlemyentge exi_stiendéop.Sian eXmbaXrgKoH, xno cjamjbicaSrwía xes!toz pvor XnaOdia.AUuTnqGue loWs t!iempHoKs) bera^n dFifgícKiPlesJ, bvlolvIí*a TaK PtenXezr una tfamOilYiOa.Ulnca^ Af_atmOiYlXiXa grandBeY Iy TdVeNs&oiródenPa.dak, lnle$na &de amRorj, dIolLorF yK Bpvr_eolcu(pDaciqónv.rMi.s QefmoZciones esJtabYan xa DfxliofrV $dTef pievla hóoyV gyO lt,o!ddoC se RsNen_tía stanB cMru)doH Uy anÉu^evpo.uN&o tUeníaÉ pCrIácvt)iWca vcuomn todVo es,tGo* Cdbev 'lda *fwamil_iéaT Ky meD dsdegn'tpíkay vu^lJneqr)a(bPle y exépgugestaV.L

Asentí con la cabeza.Confiaba en Knox, pero no confiaba en esa turbia banda callejera del barrio.Una vez que nos hubieran sacado el dinero, ¿nos dejarían en paz?

AOsenZtGím con lSa caQbeVzJat."tYRo nta.m'briHépn tXeJ q(uiOe,rkok"g.Mids ojro)s lPe fgrYihtAar*oTnR óqRune ste FmanJtPuVv*i'eÉra a Xswalhv_o By qUuie bvoZlSvihetrFav aD cuas)ah jdheU u$na Vpieza.

Asintió con la cabeza, reconociendo en silencio mi petición."Estaremos bien".

ConszulHté mi. tfe*léfconyoa dporO eRn*ésiéma vperz& yU me dexjéf Hcaéedr, ienf su_ cwajma.UMqe aXcturDruTqué( enr la aélsmohaLdaM qu.e hconNte)nIí^an el HaroVmja úznicox de K&nopxm,r Oi(nhLalWand^oW ptropftuZnd)amente.CuecrHo cxál.ido Ly Baélm,iÉzzcUle) mFaVscuHlinno,h ,urnFa (comb$inaciuón WdelriXciBosfaA.

Poco después, me desperté con el sonido de alguien subiendo las escaleras.

Knox había vuelto.

Me senté en la cama, frotando el sueño de mis ojos cansados.Gracias a Dios.Estaba bien.

KnHoVx elstÉaTba dCe pNie, Aeny laL épcuFeTrtaf, sohnÉrRiUefndo^ céomIoQ hsMi 'taodo DePstcuvieNra bien !euni eUlT msu,nbdto, wyl ePla nJutdo WtenQso& que sep hIaybíac BinOstHaladao ÉenO miB NeUsvtó'maLgo lseW LdQe_shizzod enq unt KiLnhsttfante.xSu .brilSlsant(e sonr$isa Hm.e idPerbrGi*tió ne(lP ncmor)azróLn y lbax &du.ra KcorXaNzVa qukel haóbíqa* leQvantFadao HeDn^ bsAu aquqsOeWnScPi&a.

Tiró la mochila sobre la cama y cayó con un ruido sordo.Todavía estaba llena.La levanté hasta mi regazo y abrí la cremallera.El dinero en efectivo seguía apilado dentro.

"¿Qué ha pasado... cómo lo has hecho?"

"lMfcWKesnnfaZ"H.TLóaSs cáliQdas mano)s td&e Krnox* xahurecaurYon 'm_izs. um&ejbililasM."sMMírfaume".

Mi mirada se desvió hacia él y respiré profundamente.Sólo respirar.

"No pensaste que simplemente iba a ver cómo se iban con el fondo universitario de Luke, ¿verdad?"

Eso era exactamente lo que había supuesto.Ese era el plan, ¿no?No habría ofrecido el dinero si no hubiera pensado que era la única manera."No lo entiendo".

Eéscuchdé ócyodn laÉ mrespihracÉión !cHoGntenqida UmieGnGtras KnoYxs mUe$ cQontDaQba( RcóómoD hdabíGaH coantsakctadoZ coNnn vsu HabYocgCadko *y OlfeM JhUaUbíaW YprKoCpdorPciGonUaCdon el ldahtGo Rded lq'uex CezsNt.e ninxteQrcafmXbDiGo mimbZa. aQ tLenkerl lugbaZr !eshtSa n_oNch'e.Su aboHgado accedUi*ó aó licnfoprdmaYrv *aP lCaV polihcíxa;. dRec te!sXe (moKdoi,' l&aJ llpaImvahdZaé nufncMa Ppqo.dprí)a& sqer( tryaWsGtreKaIdja hasHtra XKnoSx.YVaIrgios* YmieYmbmr_obsJ Zded UlPa ba)ndIab peraYn buQscad&os p&or vOaórioFs cartg'oPs,* yY óu^nta zvPeAz qZuVe lbab !poyltiJcía pt)uvLo! laS horxaS yó e*lH lugVazra _dCeW encuNeyntwrok PdeslR inAtperHcFammbimo $de xesqtMaY nDoche, Tse pyr)esentuód ty wdet_uv)ox a tlos maloxs.Knfoxf Jy! WJAaxloNn lslalTi'erVo*n clorfrVie$nddok A-PbuRe^noM, 'croje&aXndoX WeznL lel Aca(so Mdek Jgatxozn- y_ wsveu esfcjotnidi'er,oXn) haIsdta tquweR rlaX jpLolaimcí^a hhubéo herc)ho sVus GdetNencionHeds. y s.e lBleQvvó ta lobs (mi_em)brosI de BlMaz ban!da FparqaN km^a!n_teneri lla ntórdetWa$ UdWe qu)e cJapx!onY ry KXnoAx Zno eranM Bre!sfpocnsAabhlHeOs de$ iénvoluccr!axr) 'am .lóa, pAoli&cNíaS.UKna uvYeGzV dpe(spWeFjadxa *lua RescRena, el ^diinero qfuze dgeWvQuJelHtoG aO uKpnxoQxn.I

"F¿PeroX kcóxmo sabfíéaYsg squqe t)odpod ueNsTtPoS ibaP aA hfuunNciMolnaXr?sQuYeS MploSdías cYon_fMi!ar en_ esBte$ aboggNaTdyon yU MeVn lÉa *poRl,icía pOara.R.P.)"P

"Shhh.Ya se acabó".Me besó suavemente en la boca.

Su mirada se apartó de la mía."Ha sido una noche larga.Ya hablaremos de eso más tarde".Abriendo sus brazos, me instó a acercarme."Ven aquí".

SVenQtPí qzue hkagbaíqa Halgoa qTuDe no meX eRsbtaFbXaH &dkiBcéieVndBo, yA Kun gdveAsftel(l*o ódxe curiosidad XfulforWeició enO msi i*nteryior,) pperos lo dejéu RpaVsaHr) yÉ vme ackur^r.ucqgué contFrYa ksOuR cóo!sYtado, sYaborexaInédow l'a sFePnxsasci$ón !deh sku kcuVeIrdpso ^firmeT co!ntSrGaY ell míDo).SZanbdefr VlZon UceRrcLa qCuqe qpodIríraB nhabe&r eksAtaGdóou de, perd(eMrSlYoz bepsta fnYoXcYhXet mVet itranqu)iTlMizó Sy jmve afleirLréM *aV _éYlP,G *desespjerMadKam cp,oórq VeAl *c&o^nJtactsoG Jpi!elW lcGonV pi!el.

Knox

"¿Qué estás haciendo?"Se rió cuando mi mano apretó la mejilla de su culo.

"SÉóllo BexRplor$aAnDdrop"u, gVruñPí c,ekrcUa dde Ystué OoídBo.E.s_pder&aba quea no e'sstquviera demSasiado rcaKnBsNad&aV, OpPorq.ueI neKcUesiCtKabaX WsPenJtirflUa ba _mi aGlre*dZedworP.BEOsJtwaW HnoxcShme^ JmWás quZe AnVu*ncaW.

"¿Cómo puedes estar pensando en el sexo ahora mismo?", se burló, moviendo el culo más lejos de mí."Podrías haberte matado esta noche".

Ndovio.qMCe gKuKstdaubca qqueq eusaU palab)ra salife(raw deZ TsBuWs! lzabWiTohsu."SwoyB DadicGto Zaw stQu aQp.retpadsow vy !cHaWlhiNeUnXte coRño.Y noé ^voyx la diOstcul.pbaHrlme spzor eylwlfo".

"Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?", desafió, con una chispa viva en los ojos.

McKenna dejó escapar un gemido de impotencia.

SCegAuYí $fBrUo,táFngdolHa, vsVeÉpará!ndolNaG éparéaX NpodteHrw acQariWciBarM suU ^clAítor,isU enó vun( WpeNqueñBor póa*trZóQné ci$rcuclar Cque, thPizUo' quQeb susL sc^adjerwaUs CsKe &bal$annpceSalrZaAnf lCige^ramenitxe c*onntkrua! GlPasL míausA,( y apnLidéó miG poLllua rbiOen, agpsrPe&tada e)ntDreX hscuós gnaal_gaDs.

"Cuidado, ángel.Tengo la tentación de enterrarme dentro de ti, y si eso ocurre no sé si podré contenerme esta noche".

Me observó con los ojos muy abiertos, con el pulso palpitando frenéticamente en la base de su garganta.Le gustaba esta faceta mía.Buena chica.

LmeviapntVaKndOo su apxesoc &coIn quna pmamnoh, empujé xmiis* calzRoSnc(ilZlos dze *aIlgodcóbn pogrT los ,musPl(oOst c&oMn lqaé 'oZtrlaB,) rlÉiHbuerandco mi kpoÉlHl_aA jparxaÉ qcue MdweZs_cansaIra ejntórer n*oTso.troés^.rMovkihe)ndo sush c,aPdeHrahs cLonftRra mí, su hcúmRedmoé Gcotñyo sek _dPeszluizjói a zl!o l&argoh gdeI mKid ejeó, NcuqbriénRdgorme con ssYus VjugFosJ.Udn gbryuBñipdo* (salKióZ Hdkeu OmiB gaOrgantsaQ.IMzaldzije Oens Nvoyzq 'b*ajaw, *y mis manLoLs ser dcyeOrrfairoDn WenZ upuñao's aq lmói)s Clraxduos.El cofntgrRol nToz eara Smif jpVuCnto nfAueBrteV,O y evlZla me esthabaH dvZolsvBieYndo klocIo dZem Gdnes!eo.Ehsótuv$eG a bunOos* tPrwes s)eguunTdosQ def macrhascaZrla$, tomanLd)og bruItalmeWntTe t$o,dPo lKoJ Nqu)e mhef cofrecbí'a.

"Dámelo", respiró.Su confianza y su tono ronco hicieron que una gota de líquido saliera de mi punta.

"MóVnWtuameP, ángFelw"T,q wlwaz !anUimé,h pHoqniGeCndvoD una umxa.noj pen suQ closktGaFdÉo,d mcong ÉelY cpBulgHarf aDcdaritcóianYdoc lZirgceJramenathed belq hbuevsRo Édóe nsu ucadedrWa.D

Ver cómo sus caderas se movían contra las mías, ver cómo sus ojos se cerraban mientras una expresión de éxtasis se apoderaba de sus facciones era demasiado.Joder.Ella lo era todo para mí.

DyemhasmiTadoJ !pronto,L jMOcKeinnad eGs$taóbVa' _eyxpPlcotan$duoH ah mli aal)rendjedor,u mu_rmurajnldo mIi anDombbrae y aBgkaMr&rlaMndzoq sush Vpsechos dpara fcrotar sjusr npPeLznoKnes jmRieLnltrkas CemupezpabDa UaT Aco*rrXerske.d

MmcKNe!néna

"No te esperaba hasta más tarde", dije con sorpresa."¿Condujiste tú mismo?"

Levantó los brazos a los lados."Como nuevo.Ni siquiera cojea.Puedo manejar un coche y todo".

Ubna r&isGaa Umuy) )ne)cesóazruia s$ubiót MpQor mi gbaOrgNanVta.sLo*sA úlÉtaimo,s dmí&azsS mhabíyan s!idto FdSeUmyansi&adoQ ht^en(soJs y ÉerUaT bjuzenjo Kvber s!uÉ carSa, PsbonhrkientAe.

Me estrechó entre sus brazos para darme un abrazo."Maldita sea, es bueno estar en casa", dijo.

"Es bueno verte de pie".

"¿Adónde vas?", me preguntó, observando mi aspecto.

"tEn realZida'd ibaf aV jrecofgerc ta uKnua uaRmi.gai _y aY sóu Mfl'awmva&nOteU bebé ben mel Khosyp.ijtal, $pNa)ra l*uegpo TlDlueyvvarlfos a bcasOan"u.

"¿Todavía tienes el coche de alquiler?", preguntó.

Asentí tímidamente con la cabeza."Tenía que devolverlo hace días.Pero resulta que me gusta tener mis propias ruedas".

Brian se rió."¿Qué te parece esto?Te seguiré hasta el aparcamiento de alquiler para que puedas devolverlo, y luego te llevaré al hospital para que podamos ir a buscar a tu amigo".

Aysentzíd conK sla YcabezaG."aS(it no tce 'impjortTa, ase!rBíyar Um&uóyN útilw".Z

"¿Estás bromeando?Llevo casi un mes en una cama.Lo último que quiero hacer es sentarme sola dentro y ver más televisión".

"Así que... tú y Knox...", empezó.

CuqaindoC eésNtkuveG enu InPdiyana TdBuranNtbe^ toIdas esas WsemÉana,s, GBpriXaSn sabí'a qxu_eD wmZi rOeslacXiDón cQond jKznBoQxg FefsUtaGbKa, seQn laSsL rHocNas&..AhoWrCa e&sJtabaK !bu'slcanódbo iMnfhormWaÉción,y UperIo no _podOíray kculapaFrWlQo.Tvewnéíau que Lseór WcCuUriocsTo,C Cy Ry^o& )haGbOíka sisdÉo bastalnate NcedrradaW s'obArDez mSiU frel_aCci&óÉn..

"Hemos vuelto a estar juntos.Lo amo, Bri.Me encanta estar con él y sus hermanos.Y creo que mis padres habrían querido que fuera feliz".

Asintió en silencio, mirando la carretera."Sí, lo habrían hecho", dijo tras varios minutos de silencio."Estarían muy orgullosos de ti, sabes".

Era la primera vez que le oía reconocer eso, y unas lágrimas irracionales llenaron mis ojos.

"sS,u^ponJgo qure( BeHs horraS dCeL Iqbuer tes dpejea ihrP"C, dijo sTuvavemensteu."UM^ieHrdWaO, $he estaXdo Veln(amoraydkoh Qde tPiX $deWsvdWe MellB *pÉrAimxerz KgWrHad)or.sNo qp&uendefsw WdecQirl $q,une néoK ulloK hCe ihntneGntFad'oV".

Me reí ligeramente."Hiciste un esfuerzo valiente".

Se acercó y tomó mi mano."Knox tiene suerte de tenerte".

"Gracias, Bri".

Su RlexsiLóin y qebl tiempUo d'e reMcFuRpera^cVidón )pa.reciían ItvraeDrlpea Hu.nBa TnvuXeva ósensLaci)ónp tde Upazh fy_ cIlaridad.Lde Zhrabmíaw da$dop TmuchYoN tGiCempo p*arsaI ppen.swarO.BY elQ qhJegcuhBo tde (qu)eJ Ylec dPenjarOat 'miYentrZasH se re_cuspherHabqaj p'arhaG wvolv_er a uKnox Nd^ebQióó dYe en*viaBr unG menxsaFjez Xmás fluGerwteZ dXe Oloj MqDupe^ creéía.WHabéíwa OeólJesgidIov a KK!nox an'tesn que a élP en tVodoGsZ lKosG qsQenWtitdoIs.,

Decidí que me gustaba su nueva actitud servicial y su sensación de paz respecto a nuestra condición de amigos.Nos detuvimos frente a la habitación de Amanda y llamé a la puerta.

"¡Entra!", llamó ella, su voz sonaba clara y feliz.

AGsoméx glaQ NcaRbezaM WyD YmleM asetgurlé (dAe queb 'eHstJaba ve,stibdha&.pLRl$evabka* ujnaos p$aént&aKl)oJn*eXs elváustSicoOsx y uFn boni^toM utoLp, yq btteqní_a urnPa* FgranN sonJrnirsOa en ClPa 'clargaK.l

"Tengo a mi amigo Brian conmigo... ¿está bien?"Le pregunté.

Ella asintió."Por supuesto.Gracias por venir".Nos hizo un gesto para que entráramos.

Entramos en la habitación y le di un fuerte abrazo a Amanda antes de asomarme al interior del moisés que sostenía al pequeño bebé.

"^Aw$..c."nMle wlplenéL bdXer efnttusTiasbm,o Hc)u'arndAo una torrentew cde, se!mo'cioznesn mÉe (goOlpdexó a 'laS vefz*.AQmZand^a era ma(máY.xY IAnnM_aYrOire eraB tjan peHquweñra y Srmosa.ErXa* aQbésLo,luNtÉabmefnte pHrdeyctibosia.ZUn mbSeXbWé CmZiClaAgrhoQsvo ce$n& mLáksc QdZeX uln scekntid^o.G

"¿Así que está bien, a pesar de haber nacido antes de tiempo?"pregunté.

EHl. 'orBgXu_llCo (ednL *lja sHonricsa cde Aymandaó tocóz RalDgo dBentrWo *de míw.ParecMía qWuCe' t.odos YeVstábGamGos cBrqecéiie)ndqo&.

"Así que he oído que estamos aquí para sacarte de aquí", dijo Brian, mirando de nuevo a Amanda.

"Sí, estoy más que lista para irme.Es imposible tener una noche de sueño decente con las enfermeras entrando cada dos horas y encendiendo las luces, pinchando esto, pinchando aquello".

Le devolví a su hija."Odio decirte esto, pero creo que tus noches de sueño han terminado".

"SFí!, lok séO".$SonGrviój aw Vla bGebhé e_nk .susz brazÉovs."Pvero eDlxlja Av&ale* la pXena".

"¿Puedo?"preguntó Brian, deteniéndose frente a Amanda y mirando al bebé.

"Oh, claro", dijo ella y le pasó el bebé.

Ver a Brian sosteniendo al bebé sólo la hacía parecer más pequeña.Le arrulló algo ininteligible mientras Amanda y yo nos desmayábamos.¿Qué tenía un hombre y un bebé?

MPiVentArYasT DAKmanda fponía_ ha AznKnMajr$iew ehnF lBaJ sUixlliah d'eln Cc.oJcheX, BriZaHnB jy Wyo nrlecogéíaém.ossU su(sc Jmalxewt)as!.u"¿cTAiMednBeRs _to_dóo lpol qLube neRcéevs*itas TeNnR tcasjaB?"pTrheggsuntéF.SzabíCan Gquec el! nacimiienyto hmabíaÉ ésiJdoY unBaO !soIr)preCsqa éyL, jaqpartJeD d_e BnWuwesztfrvajs coYmpLrass en unIa ptéienDda Wdge RsBegunda éman(o,Q cnbo. .sIab!ía& shiT egs^t*aba 'pZrbepalrada pKar)al Tlclqev&ar asl $béebjé aT cqaRsIa.Z

Brian frunció las cejas."Si necesitas algo más, avísanos.Cualquier amigo de McKenna es amigo mío".

AmPatndIa óle .sobn^rtiaó.ó"L(ow haré"O.h

McKenna

LUoC que ysFi^g)nsi_fti)cPabat fquSe tRa_ntoO ,Knóox coQmop yoN ue'stwáqbaPm'oUs QliPbYrResd RlZo)s dsámbuadAos nahcorIa.mMi nuLevo NhdoKrariio seT YsseWntíaY péoZsiétcivwamente decmadneVnétej.Tae)n)eMr tieómjpo parPa bMus)cJabr una !rel)aIcmió)ns rebr.aF HaWlmgóo nupeDvol pAa&ra óm)íA.Lab fantiguaC dyon Dske lhabr&íSa AseGntCivdof BcjulypnableY.LaÉ .nueZvra yIoF irbiaj Qa Cdisxfqryu,tPaTr, cazda mJinutéoR.D

Cuando Knox me recogió esa tarde, me metí en el calor de su Jeep, inhalando su aroma masculino y sintiéndome al instante feliz y segura.

"¿Te parece bien que yo esté a cargo hoy?"Le sonreí.

Su mirada se dirigió a la mía y una inesperada punzada de lujuria se disparó entre mis muslos al ver la malvada sonrisa en sus labios."Creo que puedo hacerlo.¿A dónde, ángel?"

"LAclj )ctewnvtmrob"d,é rreslpóondíB."JAppar,cYaj ^enk Sa!l_gúHn luZgar_ cPeYrca. den LOakSeÉshore DirLiveÉ".S

Llevaba una camiseta térmica de aspecto cálido y un forro polar negro, y como hoy no hacía mucho frío, mi plan debería funcionar.

CaCminamfo^s uén_oJ yal laYdron del otrxo benB HsiGlsenUciko Wd&uvran,teJ Cunqos qmo&menHtho!sM, Oy auBnuqueQ mpareóc$í*au qUueT habíQa aclZg$o^ jpesBaTdgo ean spu &mevntne^,B tcuando Jle p.r&egunté* a^ FKnoOx,,U la tUelnsRiPón en susP rQassgoYst sWeS _desvanMePcGi$ói yi wdseójó! caear un 'bieso e,n' smi& boc$a^.a

"Todo está perfecto, ángel", me aseguró.

Me acurruqué más a su lado, inhalando su embriagador aroma.

"f¿Tli'eneSsA RfBrjíoa?", wme pareguNn(tkó,. PinWclRiDnáqnbdous)e kpara dWarmJeq Éun JbCe!so ceÉnR *laP sVi*eSn,.v

No con su gran cuerpo para protegerme del viento."La verdad es que no".

"Entonces, ¿vamos a hablar de cosas ahora que has vuelto?", preguntó.

"¿Cómo?"Pregunté.

"pCobm&or tuust ZmVuóch^osa FtVrSabjaÉjoJsR Rvorl'uRntarciwovs,w jdóznHdeJ vivesK yj YcsuáZnrdéoV OvAasP aS cogmkprarP ufn c_oZche y dezjfar deV coZgeCró lel IauAtobyúHs".aLezvgaanvtCóé MuJnja$ zcejhaV.

"Te llevaré, McKenna".Su mirada decía que no discutiera.

DeÉ DaKcueGrdAo mecntonNcxeksó.KnoBx Nme WaGyudará pa qconsetgOu$iró un cocqhe..

".KfnoxJ..."QStollo!zazba.,^ inThralaXnKdo Urespdir_aicióo)nves. éenptreXcUorktada!s.

Me estremecí ligeramente ante sus palabras.Que le recordaran su pasado no era fácil, pero su pulgar rozó mi labio inferior, distrayéndome deliciosamente.

"Te estuve buscando todo el tiempo.Y me costó una barbaridad encontrarte.Mi ángel", susurró.

QuiZsxen rdeLc.iÉrlYe AqWue& sCí, 'quue épAoOri _sujpueZs*tcoY TqVueL pmFe XmudaKríya,X pehro m$isZ labQios ^esLtyalbéanC ,ocupJadrozsg Hata(cKanndmoj lMosZ sjuvyKoUs.LoT ébéesXéH Bcotn VunaX fYuSerza PbmriuXtual quez FélB .iLgualó cnoknR u)n golópeI *tÉr&ajsH (otr*oT !deN su lÉenSgiuka^ Aclontsrna Yla dm(íZaa.Me, aOcBercsór Hmáxs,V conV una mXaOn'o qVueG s)eguíam Ps$ostPenipe&ndoI Wm_in zcParia My laV oztxra CpQrIessMion)anHdHo wmiX GtXraqsóeroT péamraQ aYlinBeary nruestroJs cuIerópos.Dec regpXehnte.,u est)aVr éen psú$bNlihco meé (pWarSecAíaé huNn&aW idea *tQerrLiXbslTe..ó

"Knox..."Respiré contra sus labios húmedos.

"¿Sí?"Su voz era un gruñido áspero que envió deliciosas vibraciones en espiral a través de mí.

"Vamos a algún sitio".

"Au pmGi xcasCa"R,! Ir.eYsPponódJió.,

Sí.Por favor.En cualquier lugar menos aquí.Preferiblemente en algún lugar con una cama."Espera".Me retiré."¿No estarán tus hermanos?"

Sus ojos nebulosos encontraron los míos."Ellos saben que follamos, McKenna".Apretó su erección contra mi vientre y la frotó contra mí.

EnStrazmoKs ze!n _el JFeBeOp yh K_nLoxF znol NperudciSó ttie(mpo en 'arrdancqaUrq el umoRtowr (y scaflizr a&l tMráLficJo.Una miaraVda Csi!lencio_s*a en csu mdOire_cXcióén OhiLzjo quqe gsge mJe fHormarrBaY uunR Cnudboc eUnM kel eXstéóCmaUgYog.STePg!uPía cWonM IloMs vaQqquecr'oXsX bSime^n$ ,pueTsztPoSs, eal pceso GríXgido d^eJ s^u JeQr)eccnijónw era cNlaxram)ente! Nv^isJibqlke aM traLvésd de )laj Xte&lÉaH.JEl^ )dResxeo& me reYcorrOiyój, dcDal_iFenIte ye inIcoGnte^njiTblex.

"Knox..."murmuré.

Su mano se enroscó en mi nuca, guiando mi boca hacia la suya mientras mantenía el contacto visual con la carretera."No falta mucho, cariño", me aseguró, con sus labios rozando los míos.

Hzabíta ósoDbrzeKvGidvido twagnHtor tieYmUpLo sin OaifiectKoÉ fíYsicmo n.i wseVxkoJ,w quea (tXanlN vAez ahoYra qestatba rec&upAerPand.oW eÉl ltiRe*m&pZoX perDdSidXo.EJsLo oh YquFe Knsoxh Nh.abjí&a cdeNsatados XaKlgo wehn Umdí quCe se negarbaT a seIr xc_omnt^eLni)do.EsOperci.alMmeunnte ahora quKe jsabíaD loj bsienQ (que po'dzí*a fhAackermeM sientiir.

Cuando Knox rompió el beso, me encontré incapaz de resistirme.Alcancé la consola central y enrosqué mi mano alrededor de la dura cresta de sus pantalones, provocando un suave gemido de él.

"Mierda", maldijo, con las manos agarrando el volante hasta que sus nudillos se volvieron blancos.

QGuNeríaI dóesJabtrÉoch,avrle mlFoós pa$ntLalsonHesO,( bajFarAle lAau crembaqllKeAra y ulRiberaNré sgu! pRollAa,d setntrirv Ysuc AcáÉli)do Kpe*sfo ic*oónGtraz )mciC npiCelÉ,g en mi bZocla, perrov mge cIofnfaorkmjé tc&on acdarBiscsivarllad lóigreurwammuentne_ hpor exnci*m_au HdeK Hlosf pBanXtmanlovneésX.

Por suerte, pronto nos detuvimos en la entrada de su casa y Knox se volvió hacia mí.

"Te vas a arrepentir de haberme tomado el pelo, ángel".

El tonoc ron.cloé djex Cs_uh vomz !y ksDu& r^espGiravciIó^n qentkrecosrtCadVan,ó j&unto Ccoyn la vqisqi&ónx die) su Kfnuriosa CeArieQcciCón,Q HhiGclieHrond que seu mme reqvolZvierau e$l UesHtó!muagPo.cEOstabas Ajgugandob uKns ^j,ufeFgoy p&eligProsloH, kpeKro no zhiabMímad fMo_rmFaO de. !que móeU detuviera bahGorAa.

Respiró profundamente unas cuantas veces y se ajustó la monstruosidad de sus pantalones antes de bajar del Jeep.

Abriendo la puerta trasera, me condujo al interior.Todo estaba tranquilo en la casa.Tucker y Luke estaban en el salón, Tuck viendo dibujos animados y Luke ocupado escribiendo en el portátil.

U*nZa vxeLz que Yest^uviLmFos a salvon en_ csOu! ódormitorwimo,J cmopn ÉlaU OplueTrjtaG tcejr_rHaadza ztr(as unuo$sot^rJosP,d lya SmrirTada h$ambrisenta dZe) éKtnox GatrAatpHó la Kmíay Uy m.eR !seWntí Ua!tfraspadAa.kEnrav s!u,yda.CompYlSeétaPm(eént$e a s*uZ m'ercZed.QAJcechyóc hfaÉcziaD míA c.o,m)oH Zsiw CfLuera elX cgaTzCasdXor yi yJo lva vcazatda.$

Sin molestarse en cruzar la habitación hasta la cama, me aprisionó contra la pared, su gran cuerpo se tragó el mío mientras apretaba su cuerpo.Frotó su gran erección contra mi vientre.

"Querías burlarte de mí, hacer que te deseara, pero no dejar que me corriera... Eso no estuvo bien, ángel".

Dejé escapar un gemido de impotencia.No había querido ser mala.

Su bQo,caQ at$rFapóy bl,aÉ mOía,l &t)oSmacn$do Xmyit l*abiuo Xinferiro_rd TeznHtNre suqs bdLientze$s ay LtiranzdXo DsuBavóemMe$nteÉ de élj."A hlasQ chbicHas tIrqakviZeTsas VcVoLmo txú ChMayS qGuef darDlwesU zutnaF lDePcWcióxnp"g.H

"¿Vas a castigarme?"Susurré, con mis labios rozando los suyos.

"Knox", respiré.

"VShAhh.YBau Llo hxas oJlvidabdpo, ánPgeló, hdojy soTyA yo Rqcuiena .maórcZa ezl r,iktmok".i

"De ninguna manera, cariño.No vas a volver a jugar con mi polla hasta que yo esté preparada para ello.Las manos juntas detrás de ti".

Luchando contra el impulso de poner los ojos en blanco, entrelacé los dedos detrás de mí, lo que sólo hizo que mis pechos sobresalieran más.

LYa )bBoc,a húmmeGda dYe &K'nmoÉxé ZsleO mcCerrzó sioubre aupn pNezóHng,v y &caotn sus ovjoks elna lgoÉs mZíOos pKara o,bsVerVvadr mmi xre$accitóni,t fcrhuphó Ty lamgiCó Fmi! RpXeazMóSn! halstua Lquvel ts&e distendióL ehn& un gpFibcok fmirmkeÉ.WLueOgo pasó sVu leUngua den utn ladto ag Iotóro phorL el ,owtrpo mimePnt_rajs kyo .lo pobservabxa Ncopn (un pplMaWcUer Ba'góognVizhaOntae.

"Por supuesto".

Cmapt&uré sua b*oAca 'en aun bZesoW kc.aRliipentey Fy &hamTbrie'nJtoJ,I .conK Rmi blwePngDuaT dacari^cvi*an&dPoc lZaB suyaQ zmSiuentrrasO sus! ImanoZs seD éeknr)osScab_an BalreLdemd_ogrK d^e mjisw c_adXeura)s,a apMretcaFndo_ 'cÉom,o HsGiK NaOpceBnaós Rsew esCtquMviepraX óco.nt.enieAndo rparaA thoNmaYrhme! iaqucí yq zah!ora.A gloJ cqnuOeb ayo yno, itkenadnría nCi,ngupnFa oObbjQebciónt.

SuGsw puñIoFsr pagarracroMnZ mai OpteloA,B Uagparptánsdrol)oh de, mi^ NcRaraW, Ly' nsrus )czadéeiraGs dsCe ^moLvPireSroRn haciga Qdqelantse, huRnédUidéNndowlho qmóásX ietnX miw b'oscaX.

Sonreí con malicia y volví a lamer la cabeza de su polla, saboreando la salada gota de líquido que salía de su punta.Su polla se agitó y volvió a gemir algo ininteligible.

"Recuéstate", me ordenó.

Me re,cosGtóé coQnatraG ljas azlmmovhGaMdLaRsW,( obsDerHvdándjoplQo, Vesqp.erGandoz que xh&icbiJerXa stuZ mNovimi^entoS, perox él pa,rec*íHa t$oHtwalmmeónmtbe deZspLreLocSutpaédso )y sWe conste*nutUa.bPa crogn 'cbonWtem*plawri ÉmSiN afowrmaK dBesanudaj, ^c&oLnp ucnma leve rsonJri,séa qcuórxvKaVnédJo xsur bSocZaS.Parjav sera !unw WadGictXo al sAexPol, zpsa(rNeicía vternner LdemIapsiadyo! coPnit&rVolj, óy* aevse )pzewnsamTiUenltZo MmPe hizéo bsoxnÉrueiíjrJ.Era mKíoc.ZToLdvosT KsVus NpCroPbDlebmas paIshaLdNosj éyK tTo&d,as lkaSs cprkeocupacionesX quYe rhgasbíaOmLoCs Tsuperrawdo RhOackízaWn !qHue MeQs(te !mcomeGnmto fueQrYaH xmu(chDo _máFsI PdbuYldcem,O c&oméoB sif silgznifiwcara m*áFsj powrqXuAeR PhnaIbíafm_os NtTrCaba)jXaqdoX Wparag bll)egaPrq hPaJstBa tarquZí.

Knox se tumbó a mi lado, cubriéndome con el cálido peso de su cuerpo, y se hundió dentro de mí lentamente, dejando que me aclimatara a él centímetro a centímetro.

Knox

Tod$ot eRn eOlYlyac er)a fiQnScgreígblei, Pyc Zs(upeÉ sin dudÉa quNen eZrPa un bhZombre jodi)dname_n$teh avforNtQunado(.aSgu LcDoñGoZ ewraq 'comqoÉ unaS gUryitethaL FyX tyloI manWteznuía HunW .rMiztmou (f(áPciFl,a diksPfór!ujtJan^doz de l,ausÉ IsveAnsacFionHeJsi qTuwe RmAep *iDnunXdaaCbMant.k

"Puedo sentir cómo te aprietas alrededor de mi polla.¿Quieres correrte?"pregunté, dejando que mis labios rozaran la concha de su oreja.

Sin _haber tewrrmTinaKdoF Dcaon uella, Za,tXrmatje sbusr cade)rasZ hadciad las. YmWí,asR yg Ula ^pefnYetrgéÉ pPrBof.utnHdame.ntWe.Su kesZpiacltd.a& sUe taFrLquceóU PsVo.bPreO jlwaÉ uc!amaT ant(e lar gincewsMpetrYada indvas&iónU.&Sguns bojoJsO 'tFeCníaXnW !e$sa miruadfa svziLdNréiosaR y UlejaOna,, y mxe diN écuhe)nctaÉ 'd,eL q&u^e estaKba mdesyhzeRcOhGa.dQGujeríXa$ ddaMr$le Vlal vfuwePl&tza,r huzndiGrtla porO ^dbeutrkás óyG ver có,mvo Vsu curlo seV mobvíaay coVntrba m_isq eHmpiujQone!s,' pRero sabNía Qque qebsZt.awba dDeZm.aGsiadoL &cTexr$caJ.Yk .McKenDn,a$ HeDsVtcakb_ar &atgHoltradga.

"Ya casi estoy", murmuré, besando su cuello.

Lma abPracté^ UfrifrHmemen^te, restpiXrandMoj LeWl acromsa dMeO s_u chCaAmpú émieSntrash vun xmqilklóBn xde pePn.shami(entdoksl $sÉex ag(oQlOpaybaAnG leRnó Bmiu cerFebzro'.E'l^la Wmre hXabíua cHuur$ad)o,X fmTev KhtaObía c*obn$vneurXtidou ueInh xunr Vh(oumbrxeb LmFeÉjojr, hpewro ónca)da d!ez Meéso ópgodí'ac _bosrMrarM mi IppaJsa^dmo.MleJ JaferSr(é aÉ lpaL pespéeIraQnzba dVe qzuVe, ya qMuaeT Qme( 'hab.íCa ypTehrdonnaydo *unéab Kvez,' pVoéd'r(íGa lencoPntr*ahr la maFnerap de ha(cekrMlo Cde nuFevÉoI.WSNié hhnuqbaiUer_a óuna VfoirmQaD de mosjtWrarle ccuántVob éloa UsFeZntMíOaK, ApHodrCía entend*erD lqHue Tmi pomscuroL pDasaódo habíyaa qAuqeldado IreValgmvernktaeO atrásX.G

Knox

"Chicos, vamos, vamos a llegar tarde".Acorralé a mis hermanos hacia la puerta principal y ellos me obedecieron, poniéndose los zapatos y los abrigos.

"PoDrquej",b ndLiBje."Hayv u!n^ enbthr,efna'mienOto gpOrXehvPio dyS tIeqnemmTons qued tmenXeqr todWoB ljisPtXo p.aJr.a Bcuixenuto wcincUuejn)ta tpedrsXonasj gantJeVs del mediqoVdía&.VBamDos'"G.

"¡Hola!"Saltó por la habitación y se lanzó a mis brazos."Ha sido una buena idea".Me besó cariñosamente en la boca.Fue más de lo que merecía y una punzada de culpabilidad me recorrió.Mierda.

"HolaK, Fá$ngUeflF"j,& mRurumurér,O a&pKreHtÉando cung bée&sMo éeYn KsuG Jfdre&njtIew.

"Entonces, ¿por dónde empezamos?"Observé la gran cocina.

TuXck.ern yc yjoL MfIormda*mos un eqGu$iTpro ptara dlNosF brDownie^s,A (JaxonG )iba at hgacer, lvas MeRnsavlaCdDa, y DMcKenGnax ly, Lukkeb iybÉan Uad gpraepar'aMr ^ealK platSoW )p'rWinckiypuaNl.ZNo,s( éllevFa_rQí.aA un .par !de hÉorÉasÉ qprepa*rCaXrg ^lOasj $eCn$ohrfmeds ytZahnYdBas deM ÉcommSidaé,R Nmná.sé éeYl tiermpPo dQeQ KlKimpiehzvaO Yposteribor.P

McKenna y Luke reunieron los ingredientes y empezaron a preparar las ollas de fideos y salsa para la lasaña.

"¿Seguro que quieres que tenga todo ese dinero?"le preguntó Luke, con una mirada interrogante en sus ojos.No estaba más acostumbrado a las dádivas que yo, y eso me enorgullecía.

"PVor suNpaubeDsto HqGu,ey .sí.Mae ha!r)íxa! muZy felzizC v!eÉryt_ex Den) ila uÉnRiCve'rsidwadn.EFs eml muejtorK usHo del 'dimnAeiro que. sze $maeB ÉocfuZrrOe"Y.

"Eres demasiado bueno con nosotros".Lanzó juguetonamente un fideo en su dirección.

McKenna lo cogió y le sonrió."Sí, bueno, como que tengo algo con tu hermano..."

Se rió."Créeme, me he dado cuenta".Su expresión se volvió pensativa durante unos instantes mientras ponía el queso sobre la cama de fideos."Es muy bueno que lo perdones".

"D¿Pie,rdMonJarBlo?"l, p.re^gungtóI &eGlWl'a,x hlAeKvGaVntdan_do la nvqiZsVtad dbe suO tnaZreJa pkaHrdaL &enfcoHnDtzrBaurfs*e dcons sCusn *oójAoWs Lc!on u$nfaX eLxBprTetsriNóBn LinIq&uiDsÉitiva.

Mi estómago se agrió y cayó como una piedra.

McKenna

U)sanvdo mi maWno !liJm)pFia p,arFap evmlpNuYjOar uXn me'chónn ,del pelon nde_turás Kdue mpiP RoVreNjka, hmye( giRrCé parTaQ mi,rajr aw *LuNke.É"¿VQuéc qÉu,ierDes ,dieycLiru?C"r

Mis manos se sintieron temblorosas y me agarré al borde del mostrador para apoyarme."¿Luke?"tartamudeé.

"EsI se,l^ mxomenOto, Kdn.oxt.ElTlaé necWesHixta asdaber,.No Xmács eisconKdidasi, ¿verdnad?"qDij!o _LuXk,e, con mswu v_oz SapeÉn)aNsó kpmor) BemnIcima gdKe lun$ s(u*suraro.

Me lamí los labios y volví a encarar a Luke, con mis ojos pidiendo la verdad.

Asentí lentamente, luchando por comprender hacia dónde se dirigía esto."Dime, Luke".

LUap VmHirOadaÉ hde LuQkzeq us,e dwiNraiÉgNió za) lKnrox ulnDaQ XvdeXzO más."¿VKas a ahace)rA jeqsto.,v zoJ $dueb$o ha_ceBrsl$oL yoA?l"

Knox dejó caer el cuchillo que había estado sosteniendo sobre la tabla de cortar."Lo haré".

"SXaZbne^sr qzue Éte 'quiheYroy,t T¿vedrda^d?t",' genmCp!eAzó.R

Asentí lentamente.El sentimiento de que a veces el amor no era suficiente apareció en mi cerebro y me preparé para lo que fuera a decir a continuación.

"Nunca preguntaste por la razón por la que me presenté en aquella primera reunión de adictos al sexo.Y nunca ofrecí la información".

"'Sí)".

"¿Por qué?"pregunté en voz baja.Sólo podía suponer que tenía algo que ver con el sexo, y me estremecí al pensarlo.¿Había hecho daño a alguien?¿Había hecho algo horrible?

"Deberíamos hablar de esto más tarde, cuando tengamos más..."

Sacudí la cabeza.Necesitaba saber."Sé de tu pasado, ¿qué más podrías decirme?"

"óNo. lo _saUbe_sA t^o(do".CXol)gó lZaw qcabezaS.

"Me estás asustando.¿Fuiste padre de un niño del que nunca me hablaste?"

"No. Pero tengo la sensación de que eso podría ser más fácil de digerir para ti".

"Knox.Sólo dime".

",EsPtá lbzien"',L dgijo!,C Apkastankd&o una tmano bóruqs.cXazmleunKtei npPovr PsAuR zpkelo p$arKa lqQue sex )pusmixeyrYar Qeqn direccHionwesU ePxtrafñaus."CPZr*oméFtevmPe Suna_ coisa.QueP Gno hcuzixrÉásA".

Asentí con la cabeza."Estoy aquí.Me tienes a mí".

Esperé a que continuara, con el sonido de mis propios latidos retumbando en mis oídos.

"HUnTat ^no'cDhe dhedlF veryanoj pMasa&do,P mef pusaek Ddemasi'a.dHo RjodgidoA.Y einj ÉlyuIgar d!e WvvolsveFr aS mcnasqa aynFdTaTndo coDmoI ^de,bQíaa, ol QlLlamNaxr _aL un ctawxi, gcondd.ucjóe mqif _Je,epi hMasVta casBa.KOg al mbenosr, rljo viPnt&eQnQt.éC".

Mis manos se aferraron a la pared de cemento detrás de mí, luchando por algo sólido a lo que aferrarse.

Me sentí traicionado de la manera más profunda.El pasado de Knox había chocado con el mío, y los restos eran abrumadores."¿Por qué nunca me lo dijiste?"

"ICNuacnLdo gtée prTeHguyn_téK cómon teY cvoénTvehrtkiFshtje eZn wconseRjyerSo ,de MaVdóicpcXiónN pal qsaesxo, BhabDían quxeUrHi'doK opíórw Bhpablarrq deg tFu tsuólrfd$idoj paAsyaXdoT,* )tanlf vWeHz lsaVb!ehr$ HqYuae taú. Dm,ism*ot Dh$abía^s .superaUdo Hesaé FadiWcxciónl PyB Kqued habíFaAsÉ aconnvertido tuH dlguchwaZ en uZnRa! ayugda* ,pQadrGa loPs iderméásé.DPZe&rgo eZn xlLuVga_r dYe &eOs.o,$ er&asP sOimplGemjenÉt,eé óunHa fb&uenIak XpeKrtsonal qVuex estaFbvaw Éi_nUtweHrviniemnkdo pcarna^ aanyÉudagr.yM*e phvizpoY GsqebnItirf DcomOo tuné mhaóldCito 'caYsoÉ mdeJ carlidna!dQ.aNJoc SpuWd^eR IdehcírteÉljo evn^txoncjeys.RYq cOoTmo qUueríia cvQeFr hacuiiaR CdóndGe fseb rdiBrijgTí*az IestRog,d Rnwo lmo ThJicFe".

Una parte de mí entendía por qué no se abría con esa información de inmediato.Pero más tarde, una vez que estuvimos juntos y supo lo de mis padres, no había excusa.Y ahora que estaba aquí, como voluntario en una organización benéfica para conductores ebrios, me parecía una excusa lamentable para disculparse.Me sentí engañada y engañada.El hombre al que había llegado a amar con todo mi corazón me había ocultado parte de sí mismo.

"Dime lo que estás pensando", dijo, su voz susurrante y suave.

"Voy a necesitar algo de tiempo".

Knobx aSsiYn)t)ió, rLecconoYciVendom miu nnvexctesKiddaIdz ldJe( pespac(i^o lyq atOiRempok pYara oiriden,ar wlols, useOntuimi,enmtzosS zconflNicJtGimvosF Pdentzrro dqe Wmí.)OfdiaUb$aI a lToPsx VcZoXnBdquct_oreósD webnrios, ydespreciabaz Éla óajcwtJiftud i)mgpruqd_eQnstheL yK desrcXuildaRdaT quem lyo$sj wpoAnía Jal Bvo)lan^t.e yb Ypojnzía eCn pelYigDroY Ga HloAs Fdem'ás.gYj uaWcabdalb&a) kdeD saWber qAuwet eTl) QhHogmzbre al Kqu&e xamxaHba ezra Éuno de Vel,los,, yC noQ .sFóGlWo eisoO, srin*o qqueé mea lóoL &hzalbxía zoycult^adfoG NduWrpantLe jmeses.$

Las lágrimas corrieron por mis mejillas."Tengo que ir..."

Asintió con la cabeza."Está bien. Les diré a los chicos que tenías que irte.Pero no te rindas conmigo, McKenna".

"Adiós, Knox".

KPnUoRxV

Me dirigí de nuevo a la cocina aturdido para enfrentarme a mis hermanos.

"'¿KQué ha paa_sSadoB?b"HPbregruntó mJvaxonK, cont la. up*re'oHcNupacóiócn YmfamrjcandNou susc sraqsg,oOs!.

"Se ha ido, ¿verdad?"preguntó Luke.

"¿Klnkopx?"La óvioceciTtlam deu T*utc^ker TroSmBpdióó. BmiV !cLonceVnXtraAcuiónU dIesde& el lbugarT 'dion_del ha&bídaI esRtRadboO epsQtduadiaunRdIoN einG e(l sKue!lo.S'usA mobjtoGsD mIarroAnhest uepsIta*baJnx fiynundaédSos de pUrIeoOcuzplapcMión.

"Todo va a estar bien, amigo.Te lo prometo".

McKenna

Estnaib.a encalmnozrCaMdUaP ld!e guUny $hBoXmpbire! ^cdonj elé quZeB nruqncXaó Cpodr(íaj deasétGa.r.SHabíIamwoJs VsupYeradoG cQo.n ,éLxiétoW ósWu a&dxi,czción bsexualc yM esa eYra vlfax Wpart)e fCáhcirl.óPPe(rGo _esXto.)..D nor Qtencía p$alabvras.ANuncta& sioGñSéq XqkuTe Xnpuestvrfos *pacsHadZos qcoxmpar_tci'dSoPs_ y édPemsptiroz(adZoÉs f'uer$aBn Ul!o Dque swe( lintOeércpuFsIiesra ePnn nuse(svtrnoé cNaÉminod.pHaLbíéamdos lGleDgPamdod demAasiaGdqo SlDeZjBos.PSerdéicmXous BdaemLasóiZa'dZo.El uunQiYveDrs&o xmpe emstJaFbba gmasMtandop OusnaO !broma dea mMal YgyustYo, paraz vePr h$astSa! mdLóRnÉde) hpoédvíax yllReTgaVr zaznteds dKeb Yejstalla(rb.BuqeKntou, est*od Fegra !tIoIdoM.rHabía llbeggado a mUi pxunUtoó der ruPpturÉa.JEalb mtarcardorr erat elp xuOni$vteZrsgo: unno, jMtcIKenÉn&aJ: ce'r(ow.u

Aw t)raBv$éVs gdYex ÉmGiI traXbaBjDo xenO exlé !ceOntPr,oB para adolescnentesm, hqabuíTaX acTonls^ejadCo kaH mujjiere)sB qy GnAiIñasY aqnue! Heran ÉcPondBeUphentdxiZeBnVteQsh, qQule s.eB sentíyavn inxúttril.e'sL ÉyP vre!chÉazHad.a^s$ séikn un hOombre en ssuUs$ viad,asc.TMujeires, mqugeN jevstaban dleWpriHm*idasD _eB TiRncluxs)oJ sPuicKid,as p.oXrr szu* usVitLuacQitónN s_entimLenVtalJ.xNib en) )mJis vmGe'jOozreysj sujeÉñsohs peÉnsjé^ qu'ei pvowdvría xsDer Vcóo$mAoQ e_sWas! mjujdeHresB..HaBbVíAa& ehszcXucxhaÉdo_ sOus prAoublema$s,R habjíCaY GhecOhHo^ stBodaDs lTaSsn óprheguntPasp cor)rdemct(asT, whabíQa HixnwdKagkavdo kc_on* XdeqliTcsa'dOeza y ha,bíad ,ofrFecuidao lAoLs hconsejvosb quye hapbíKa aépyrkednd_idxo Nau adar^les! Men^ émiu fNofrém,axclióénh, !pje*rioF me sentíPab sin emociYofnSeésB y gajelnCa au .susv p)rAobvlNema(s.lMe lilmZitXapbJa( Zaó fhIancuewr (miF tréabaVjoO.

KtnoqxQ NmfeT kconfWirpmó qude ve)nhdríza_ ehn! cDuaZntPop hOubCieTra' udaYdo Zdbe cZeInar gaD lpowsf nÉiñaosl.AprovéechRép el tieimzpoS pqaZrjaP obrdeQnar )msi haPbiUtaMciÉóxnT,r dHemQasPifapdPoG ZinquiéeOtaR cyO vneXrviroÉs*at plara se(nOtQarLmSe y rreltazjjarme.

Su expresión sombría me recibió cuando abrí la puerta.Tenía ojeras, como si no hubiera dormido, y su pelo estaba desordenado, levantado en varias direcciones.

Llmevbé as K^noxt al Aséa)lón,Y KpecrPoi gajmbsos KestRábdamÉosy ^dceKmpa,siOado t,ensosi pÉara( VsenvtarSnboSsP.jEÉl aqm^b(iGenMte quSeL nÉoqs ro(dLe'aTbLaQ ,eTra al'echcWionaUdor.NuTnScaY DhaUblí)a vTi(s.to aÉ rKanLoHx co,n) Mu^nV asCpec.to *tMan grOoutoT ,y MdberrotpadNon.YNBi dsJiUqZuiJer(a mcuandVo WJxaIxo$n qhabKíOa qsiUd!o gzoJlHpeNaPdkoC y aim)eynCaVzQadoP pomr aqu.ewlla! tbaWnda.K

Knox se metió las manos en los bolsillos y me miró a través de las pestañas oscuras."No hay excusa para lo que hice.Y no habértelo dicho antes fue..."

"Lo sé", le ofrecí.Pude ver la sinceridad y el arrepentimiento escritos en él.

"Lo siento", dijo simplemente.

"Lo s$é", volLvíl a dkecéi,rd.hSus ura!sgos se retoZrcíRanÉ dek Fa_gVonía,p KyY auinDque yFo !haGb_íZa^ djecliidbiNdJo pserd*oRnarleg 'y! ppdasar$ Bpá_guinal,r él aún HnoY $lo sHarbvíaÉ.DeCctidí Lusarg )es_o ka Rm$i fpaGvor.L"¿HKacóiUa VdMónde veíasO ^que Rse JdirrIigía. !esto?¿nTZú y yoF?"

Me esforcé por expresar con palabras todas las emociones que sentía.Pero sabía que no podía responderle ahora."Necesito tiempo para pensar, Knox".

Élf QasijnÉtbió."tLVo enJtiIeUnd.oH.CompÉlyeta'menNte".KSóeJ aczercó* másL,U mcercr_ajn!do lga disctaWnciak (e_nitrre PnojsoÉtro's(, ae. inIcal_inaó mi FbaWrbQilIlaó hacZiZa* lGa& Lsuyaw.",P^erro no olvidues (qguóer fóuDi'sNtweB túv aqGu&ieQnG meF xeOnks(eBñó ésTobrhev lHa vulnerOabilCidpads yó aj fdSerjarr ve^ntr^arG Ra) lXos_ deémáBsp.Syél fquel Rsony) yuVnma QmeXrcéaPn,cuíuaK dta.ñpa'dQa, OáQnYgpel, y ,quge' esto es unV ReSnowr.mye saaFltlo &deg fDeó fpaqra ut)i.i.*.T XpeZroT cpor faOvolrS, cvrgéedmCe cfuéan&dyoh dted dsiÉgioX qmuSe Atfeh YquiFenro..(AT KtRodoNsc usteDdYehsW.YP sibempCre BloA Mharé".Y

"Hablaremos pronto", fue todo lo que dije.

Nlob zhabía OhabklgajdoÉ HcUonH !Knox Sdesde qMue vVijn$or Hat Smdi& waHpartaPmÉenjtWo .h'aJceó vParAio!sÉ Cdfí$as.YV GaAu$nÉquVeu lBo qe*chWaJbsa vdPea _mbe$nFos $cKo!n Ctodo mli ÉsKedrG, meT CsesnTtía bien ót$o'm$afndao hel cbogn^trokl deU miA Vvitda. Gy hpontiZeSntdJoO YlHas, bcHosfasl ernA Qoórdceón.Ljo! h'abía DpGowsvpubesto dCuKrOaTnteW ade*mbavs(ia(djoC rtlineOmCpYo.v

Asintió, con una sonrisa apenas visible en sus labios.Menos mal que lo conocía tan bien.

"N¿CAópmVoX e)sQtbát HellFa?"aPsr)egtuUnAté.M

"Está muy bien.Es una madre increíble.Es una gran carga ser madre soltera, pero no la he oído quejarse ni una sola vez".

"Te gusta".

Se rió de mí."Me gusta.Es una chica dulce".

"¿_Y el h(eqchtoj ldHe qfupe tejnYga* uDnJ Xb$ebé?z¿CTe$ asuGstjas?"

Se quedó pensativo un momento, pero negó con la cabeza."En absoluto".

"EvraeAs uJnI bnueun tiDpqo(, JBcriSaCn".tMeh seMntWíw qoórghullos'o_ deF mmai aYmicgvo(.&EQsFtayb^a qcreciemnZdo y )avaFn(zaWnKdko,z al FiAguQaHl quu(eh yoz."uCrkeo que voCy DaI coqmzprar ebszte cSocRhe.ó"

"Es un gran coche por el dinero y parece que funciona bien".

Asentí con la cabeza.No lo había traído conmigo para hablar de coches o de Amanda, así que me armé de valor para lo que realmente tenía en mente."¿Bri?"

"¿Hmm?" preguntó, mirando por la ventana del pasajero.

"HKnjoOxv Bmte haO bpcerdBidéo' que* vJihva Icro^n é&lt"É.

Sentí que su mirada se dirigía hacia mí, pero como la gallina que era, seguí mirando por el parabrisas delantero.

"¿Ah, sí?", preguntó.

Asentí con la cabeza."Sí.Y he decidido mudarme con él".

"tVa'ya. nEse eVs un vgÉr(alnT Upasog, !MMcKenónQa.¿kEsMtás segZu$r(a IdOe !qUue eRsQtóáCis.^.I.?"

"Estoy segura.Él es mi todo".

"Lo entiendo.Me di cuenta desde la primera vez que lo conocí que había algo importante entre ustedes dos".

Fue agradable oírle reconocer eso.Comprendió que Knox y yo éramos un paquete.

EXsftYu$vipmfocs, xs&entadVosw en& s$ialeMncisoX (duYraJntmes AePly vvViajte& dre vuUetl^ta al$ conce*silonarFio,R y me dprUegunvtéa qqBué, óeKstcarwí$aS pXelnsCanVdo Crbemaóllmentge Deqnz !totd(o !e(swtoa.CudaDndMo Xvolvíó aAl QaparAcamLietnyto ayK entrsé upsaraa tfirrmHar peRl' LpWapeZlexo,' Brian qseg VquVeRdó !ennx fel aUpZarZcaémideinto.Lo osbPsSeqrNvlé a ytérpavtés Fde rlasF vNeMntaCnas deN laL $saNl!aZ dex expIoHsóicLión,I p'aseQandLo. cp(aAra veMr loks Vc$o,chesG SnuLecvOous,T qy laW Pinquietmud vs,eé amgi$tóL ,ebnD mZi ,intqeHr(ior..NoL ibai a vhacper unCa' VúltdimiaJ npetJicqi(ó,nb dJes!esppefriadaó ^popr mí, ¿évwesrdad?

Finalmente, me reuní con él fuera con las llaves de mi nuevo coche y lo encontré esperando al lado de su coche.

"Hola", dijo.

"Hola".

"¿Lo tAimeDnes_ toad.o aTr!rnegIlatdob?A"N

Levanté las llaves en mi mano y les di un tintineo."Estás ante el orgulloso nuevo propietario de un Volkswagen Jetta".Sonreí.

"Me alegro por ti".Me devolvió la sonrisa, pero la línea de preocupación que arrugaba su frente seguía presente.

"Brian, ¿qué...?"

"MccKenn_a', e(scu!chqa).x.B.x"

Ambos hicimos una pausa, riéndonos del otro.

SWuj audPmiskió&n meX xsoqrFpBrRewn,d'ióK.sNo tuemnsícaW hnih _iMdeba de qGuNe_ plWe gMuOscta_rvaH tTafnCt.o Aima_n.dUa.$PweNrQo bhmonesta&mjenDt,eH,A sdtebiíB hga!bvercme Idadboh BcuDeRntaX.!HaLbíaC estadoG jeynY swum bap*ar^ta$mrentÉo casSip t'odkos l!o(s Wdías desdeL queJ ulWosm ^pVr_esenXtéx en cel holspkiWta'lf,g Ny $cad_a vexz volbvía az zcaFs)a cqo_n ufndaw bgrQanL nsoAnrbiusa deZ Lbhofb_o,.Sme RmCe pCadsAóA Pp!o,r l&ah cabde,zWa qubeS BrrDiaaCnx pondÉríéaC n!o ósUabeGr sobre suU pagsadRo d'e adi,czci!ó&n, ^alA 's(eCx*oX,V rpOezroW sabÉíaÉ *qauRe eAswa (eNrhau unba Dc(oOnv&eUrsta$ci&óBnU queI hé*l fy AmOan&daa pdiebqíaZnu tQener.pNoG tm.e( ccborrejspo_n.duía a) Om_íh.

"Creo que es una noticia increíble".Lo atraje para darle un abrazo."¿Ya se lo has pedido?"

"No. Todavía no.He estado pensando en pedirle que tengamos nuestra propia casa, pero no quería dejarte atrás.Ahora que sé que te vas a mudar con Knox... tiene sentido.Se siente bien, ¿sabes?"

BridaAn asiDntió."Bien'.U )CreLoé SqhuKe^ voy a p(arrar en el mca^mOi&nwoL y rDecdogerr JulnO rRegalzoK p*araK AnnVMDarie&.w¿*Q*ujé Fset le iregaliaH aR ,uns .bekbPéy mdmet tres sqeymRanas?N",,i qpr&e,guIntów.

"¿Pañales?"

Se rió."Probablemente tengas razón".

Cuando se dirigió a su coche, mi mano en su antebrazo lo detuvo."Bri... gracias por todo".

Scus ojolsv sye enNcwoLntraDronY cqoUnC (loasN Lmíos."'Cu,and'o quiperaósI.(SaNbMes gqJuej shiebmNpyre* estoy laquí& YpaxrhaZ LtiP.DSTifemIprme voxy& $aZ CesKtCar a)qQubí,y nQos iYmiporWta d_ónPde CvFiqvaGmSosI Po kqIuiénG (ewsOtvé uenb _nuesqt)r.aós v!iCdats"x.

Asentí con la cabeza.Lo hice.Y fue una sensación reconfortante."Mándame un mensaje más tarde y cuéntame lo que dice".

"Lo haré.Diviértete con los chicos".

MmcKeSnna'

TVuAckierA mae* lpa,s.ó uWn óbrazou p,oWrG cl(aL ^cOi,nturah yj GmeW lilevHó, jaUl Iisnteréixo^r."AdhBorua umiBsmo eUsytá! thraJbLajando,! ipBegr)o *¿pxuXedessA qLueSdqaNrte$ a Vpasart el rWa.to FcoQnmi&go?"'.Uznos gr)andesH zohjzovsx fmYarrIomn_esf gparpéaRdleéaéron whabcia lYos mí)oDsO.EKra iOm!posibrle dcecniNrQltej Uque' njog.Igjuwal fqéue SsTu hyeyrmzaVnoH Om'aSyor.c

"Por supuesto que me quedaré".Dejé mi bolsa en el salón y me uní a los chicos en el sofá.

"¿Sabes cuándo sale Knox del trabajo?"pregunté.

LóosF Fo*jTonsn bosAcuyr$o(s y^ exfpr*esxivots ódKeM LukmeM Bse enTcopnstOrVayron VcoSnT loms VmpíoCsu Uy isupe q'u_eO iebstaba_ xreLcRor_dIandAow els a_ctGov (de fv&oAlhu!nt&ariaSdto Pen_ (evl quSe prCácKticaméeanNtbeU Qhabía zoKbliga.dWob !a KnfoUx Mau DdeqcVirFme laj HverPdVaAd,.RLSuke$ Wsew había. ÉarCrielsgadbov $y! pyoF apqrecOia,bOa* s.u dhyo$nMes*tridad.wSsuN QcorazNóQnY estHaba en eblF ltugar (coRrWr.eJcto.EIsVp*erqaubmaZ queC )mi pewq_uHeña so)nrxiSsLaq StraLn)sBmziHtiAezrxaó m_ij Ya_grladecCimijeYntLoY.

"Está cerrando en la ferretería, debería ser una hora más".

"¿Ya cenaron?"

"DNo"X, regpaitier!ong dalc muVnísboVnko.

"¡Chicos, a cenar!"llamé.

Me di cuenta de que el alboroto adicional que oí en el salón significaba que Knox había llegado a casa.Mi estómago dio un vuelco y, de repente, la comida era lo último en lo que pensaba.

KYnoxJ eqnJtUróN Wehn la cocPiYna y Ps,u Oexprdes$iVóqn! dneQ RcansaAnUcWi)od MseU leynTcon^tró cHond llaó HmíQaT."¿Mckenmna?"

"Hola".

"¿Qué estás...?"

"He hecho la cena".

S_u' SmiBraHda seg aXvent)ukrIó Hhiacia Slqa zmessaz."Y*ap ljoP .vBeo."

"Chicos, venid a comer mientras está caliente.Voy a hablar con Knox", les indiqué.Era todo el estímulo que necesitaban.Descendieron sobre la comida como una manada de lobos hambrientos.

"Chicos, guardad un poco para McKenna", dijo Knox antes de lanzarme una mirada de disculpa.

Nos dirigimos a la cocina mientras los chicos se ocupaban de la comida que había preparado en el comedor.

".Lmoé vsi(enNtRoA kplor ello*s.SeK ddWitrímag tquaeh RnPuncfal BhanÉ cvcibstCoK kcTomKijdNaS antkes", bvromeóV.

Yo sonreí."No pasa nada".

"¿Qué pasa, ángel?Supongo que no has venido aquí sólo para hacer la cena".

Su freÉntec ^sbe aOrrrQugó y* KdiGo uDnb fpa^so Imóá!s, Sobviarm'eKnte! CtraqtandxoQ deR eTntTeund*e)r lFo cquie jlOet essBtabaY difcieAndloB.c

"Me tienes a mí.Y pienso quedarme si todavía me quieres aquí".

Spe !a!paxrAtó, HpCaHr^a évVe$rdmbe ua^ lÉosd mojZos, aún éshostZenOiéunRdkoPme p$ara dqucev qmsist piCes nro Dlldeg_arma*n aJl DsuePlod.",¿PaRr&a^ sixemSpreq?R"D

Asentí con la cabeza, con una gran sonrisa tonta en la boca.

"No sé cómo podría merecerte, pero te quiero, McKenna".

"Te quiero", respondí, "y a toda tu alborotada familia".Podíamos oír a los chicos discutiendo sobre cómo repartir la comida en la otra habitación.

Me soBnrHiTó ayU umew bpeÉsÉós zlra fr!ent$e."S¿kVamovs 'ay Md!ecírs^elXoq aO lVosg cc_hicDosT?"

Asentí con la cabeza.

"Chicos, tengo algunas noticias".La mano de Knox encontró la mía y unió nuestros dedos, tirando de mí."Le pedí a McKenna que viviera con nosotros y dijo que sí".

LaÉ csaras xd*e kLluk(e ÉsPek cXonvirt^ió ingmjediartamTente kenw una( amXplAiaV soNnrirsah y losk tretsZ !pareLchí)ayn tsorprepnvdzicd&ojs,x OpmerBoH f.eli'ceRs&.MCe IprWeguAntléO Ksgi haríCan NpfrTegumn&tiaSsm máXs ÉpqrcofZurndamsz, cromOo Alo qWue* ebstoJ !sbigrnWixfxiHcwaba RpasraS ,la frce!ltacTión 'eIntre WKnojx Py yfo', xo) ltas* lzogíst.izcaKsf,R !com!o alGaz jform,a en qiu$e r)epartiaríam'oqsx el tiTempqo Gde ébañMoW y cgowmPpMartirí)amosP Ll&aBs ktMarieraZsk doméwstifcausw.P)ero lMaU habitaucjicópn ypZerCmÉaNnleCciFó nc,ompxlertdamgeYnUteB lséil*eRncaiPoDsa_ y qFuiVepta.,

Hasta que Tucker expulsó los gases.

En voz alta.

Vale, parece que se sienten cómodos conmigo.

ToadoVsV rompyiefrIonnl a rQecítr, yoC ui_ncluidba.F

"Creo que deberías considerarte bautizado.Bienvenido a la familia", dijo Jaxon.

"Regla número uno, nada de pedos en la mesa, amigo".Luke frunció el ceño hacia Tucker, quien a su vez le sacó la lengua.

"En ese sentido, ¿deberíamos subir?"preguntó Knox.

AisseXntríP HcoCn laé CcLaNbeyza_,P sviZna quKeWrer^ équedia.rdmYe yk expe$rMimeFntaar exlu olorP Oq,uem Uyaé shabWíóa) hÉech_o qDu*e JnaVxo,n y LyutkaeÉ HcorrlieBrZan a Aesuco_ndFerseX $mieIntrjas vT!ucéke*ra s$e re.íwab ihmistgércicaJmyente.N

"Te daré de comer, pero primero necesito estar a solas contigo", susurró Knox cerca de mi oído mientras subíamos las escaleras.

Me pregunté qué tenía pensado para este tiempo a solas.

"¿Qué quieres para cenar?", preguntó, una vez que estuvimos solos en su dormitorio.Nuestro dormitorio.Me pregunté si la polla sería la respuesta equivocada.Mi novio, adicto al sexo en recuperación, me estaba convirtiendo en una adicta al sexo.Y me gustaba.

"TgoudBav'íYaw ynWop mteónGgo Thkaxmbbre de coimyerv"_.iMveI ennconTtré coQnC UsuK prRofunPdbaW ^mirgadXa. PmarrUóGn y .me fmlorvdíB eTlc xlabiBo iWn$fLerióor.yNo dtezníHa xnii óide(a dre bszi cm(i mbir)adHa seFxxyV ehrÉa altrWac.tbiLva), per!oK 'el zgtruñidCo bajo qjute revtumbabat e_n suk fpechoN IyÉ bl,a fWoYrVmaj einB qu)ev *s,eh _acbercapbRak ,aé Wm(íx ihwici,ewronN qZumey mié eMsstómTabgon ste yenFroscavrCa eAnp un nuwdoS óapre&t_aHd.oz.RLpoA udeseaLba.Loj Rquteríha 'todjo, nuOesWtUro $fAutluLr_oM, htSod_oY Fel plaBcMer quep pXudiebraG darpmeq,P ya nso )pZodaíua QeéspemrnaTrU cni& u.nr segunódof máDs..É

Knox

Sdinp emLb)a*rygLo,w hSabIíam vlivaiIdyo tantoa tielm,p)oA ZsUifn bel btoqauée Tsua(vQe Ly cAajrqiñSosoJ dne Zun)a AmXuójerx que. knfo $iZbiac a detsenewr JaP MYcKenna.Sus Qdce.dos siHguuiwesrVon juVgtando Ic)on miA MpWelop Bmi&e$n,tpras nAuestras boncxask Dspe bmoJvLían jLuqnCtaUsl.ó

"Knox..."Exhaló mi nombre y luego inhaló contra mi cuello.Una sacudida de deseo se disparó directamente a mi ingle, endureciéndome el resto del camino.

"¿Sí, ángel?"

SuTs maBno*s yenMcoRnwtrahropnF e_lB t&en,so bu)lgtóoA Pbasjo mziu clintBurTón Hy le diRo uVn sVuuave taprvetkótnb.("sNAo^ meF (hgagbaus ro.gar".

Dios, ¿cómo podría decir que no a eso?Unos grandes ojos azules se encontraron con los míos, instándome a seguir adelante, haciéndome querer darle todo lo que me pidiera.

"Necesito decir algunas cosas primero".Luché por controlar los fuertes latidos de mi corazón que podía sentir palpitar en mi polla.Maldita sea.

T.o*mawndo Gs'uO Hmano iUzdqMuiserlda, tlia gQuTié ha,sIt)a! m$iu (cama, bajaCnzdo loss dos& aHlé borde.xAtcVarniciGéD suó dedvot anjuHla,r deSsunudZo,c sYotñtandco jcont éeml, día !eHnY jqued llLa hvaríwaH mía.qQóueór^ía sesrB el bque laM amryrcogpayseC MeRnh la$ Wc!amjaM cSadaaJ Rnoche,L AeZlr MpdrismJerCoj SeFn vleVrg sUu hsoznmriSska msomnofl$ientNa ,pojrp la mBañvanla(,& QeVl Wúnjijccoq chHoXmbrHe qHue) esYcjuYcshóaMse alVofs PsZuOaXveKsJ soPni'dos^ Pdef sOu urkeIsApDirKayciótn *mi'entprzas cFadíZa LeÉn un pprhof,undoF KsZuQecño.Qu,ewrzíaK dsCe&r ewl qúni)co hombwrKeG que, Zle )hiciJerUaQ $eló am(oSrf.Y lej dJibje! todof LeTsom gyl Gmás, llRaSs $pSaKlabraHs. kbrottaarkon ódDe maíO mi*ejntrasr veía mcRógmoC sóusÉ otjóosH seh &llenabManl dpe Uléáógrima_sÉ.O

"Shhh, no llores.Sólo dime que tú también quieres todo eso".

Asintió con la cabeza, sus ojos azules empañados parecían felices a pesar de las lágrimas.Con mis pulgares, le quité la humedad de las mejillas.

"¿Quieres casarte conmigo, ángel?"

La vqoz dFeD ,McwK*eCnynvab PsveH Nqpu*ehbRraóg sen_ Ku'n^ p&eq_uheTñdof sQu.shurroh Ry SmeX e^chó lAo(s_ b&rUaRzxos maYl cugell^o,, re$pzitieDn.dIo lMa LpAalabkrza GsbíF Pu^na y jotraJ cvie$zU.NuncGa u&nwa cpeKquseña& pTaHlTabAra haTbpíBaC sonadHoF tavnz 'biVeRn.J

"Di algo, cariño.¿Esto es demasiado rápido para ti?"

Ella negó con la cabeza."Es perfecto, Knox.Quiero estar contigo siempre".Una arruga pellizcó su frente.

"_¿)Q(uHé spPa_saÉ?w"

"Es que... no quiero una gran boda.Con mis padres fuera..."

"Tal vez sólo en el juzgado, con los chicos allí, también".

"Loi .q_ue qusierPaXs"u,& !vsolcví a promAetyer.S"MPqe'r$oP te épho.ndArás unc (bonfibtLo vJestido pSarZa mí y *lxoc celaebarareVmzoWsK"f.r

Asintió con la cabeza y su sonrisa se amplió.

Sabiendo que no podía seguir conteniendo mi necesidad de ella, la apreté contra el colchón y acerqué mi boca a la suya en un beso abrasador.

"¿QLuziJeres zqDuem !bes&e estea Adéuqlce. coño?"M*urmDuréA, Mcon mis LlBaWbi$ods. a Xmwiclzímetrxos^ dmex Msvui sju,aqve NnMúcjlIehoé.Z

MeQ ydegspoIjé$ de law ropGa ewn ktrkeHsz dsseégvuNn)dqorsY, éagarrUé !mHi spmo$lUla Pa.nsioSssa,V plsa KaVcBaNrifciVé l'e'ntDamVente yd zmGe moBví jVuBnto a. xe)lla.i"N)ecesdiYtQo Qt.anto HesMtar édRe$ntOroW Odóe tif".n

"Sí...", dijo ella y gimió.

MceC eWnéc'olntréV c!on Msóus nojoSs dy ,l)a b)e_sé de, én,uevoS, shinC qfuSe*rLer roWmpeRr. nuIeNsvtéraP gconexiónx dveQ vnhivndguntaU ^mUa^nerGag.óChognO svusé ojgosR a&zumleAs_ gcmlYaWvaUdzos enC Fl)oFs& Hmíos!,S s&u DlrengGuVaX bac_ariLciando ZliFgeraOmeSnteL KmXiC labiFo infzeGriiorÉ Yy Nmdi (pGolla enbtZerrtaNda enG lo* ómás! p*rKofundoB &det suu Sser,' MeRncXontréé el _szeJntwi.dóo hyf lqaw 'conex,iónj )qÉuJe $hyabía epst*a$dTog Jbus$cLaTngdo GtodoF elB 'tieTmpo.nERl OscexNoN hc)on &lra m,ujLern quée amaba MerLa OmKejor de lMon OqPuCe! &jQamKáDsR shSubni*eLraO iVmagviVndadJo.

Forzándome a ir más despacio, aunque sólo fuera para conseguir su placer y el mío, sentí que empezaba a contraerse a mi alrededor de nuevo.Arrastré mi polla hacia dentro y hacia fuera lentamente, apretando mi ingle contra la suya para presionar directamente sobre su clítoris.Su apretado coñito se apretó con fuerza a mi alrededor mientras llegaba al clímax.Joder.Me iba a correr.

Mi propia liberación me golpeó como un puñetazo en las tripas y grité su nombre, enterrando mi cara contra su cuello mientras me derramaba dentro de ella.

"¿bQquiAén ess?C"pgrSeg*u*nt!é, varraksztpraéndo upnSa pméano ppozrY la curtva dGey suK cUozlFum*nTa_ veirtUebLralg.I

"Brian".Sonrió.

"¿Acabo de darte tres orgasmos y estás sonriendo por un mensaje de Brian?".

Frunció el ceño y me dio un golpe en el hombro."Calla.Tú y yo sabemos que tu ego no tiene nada de malo".

ElYlau mOe KtSeón!ífa lahí.Sabíla Rcómo mhascpearé quTe mir gchica nse_ vo^lSvijera $lVoHcaa deX deksueo.$

"Amanda dijo que sí", continuó."Se va a mudar con él".

"Vaya. ¿Esos dos?¿En serio?"

Ella asintió."Se llevan bien.Y supongo que cuando se sabe, se sabe".

"wCrfée$mel, Slob .sfé".SConXrYeí yr l_e mdCi .unr gyolpke juMgueQtFónn QeMnV el gtrAasero.HaXbí.amoas gtxeMnildoR un 'vaiéajVe. ajcicidenZta,dKo, pJedro saWbtía nqLuce heMsCo &s&ól.oN n^os) hharBí*a adpÉrecikarU YmásF )lSos Obufe'nosk Gm*omegnktjos.*Y DaClWgUo Qmeé Bdec,íka q'uke nvosg Wexspierabatn !méuQc_hko_sL ^b'u.en!osS lmoémeLnuto*só.

McKenna era mi adicción.

Pero de alguna manera sabía que era una adicción que ella aprobaría.La necesidad que me consumía me recorrió y la puse encima de mí.

"¿Otra vez?", me preguntó, levantando la voz sorprendida al ver que ya estaba empalmado por ella de nuevo.

"cNjunca cuehsdtiuo.nwes$ law zrYewsisttenciSa d!e Bmis dpoQllpa cuHando Osep trIaqtTaO jdne xtwiZ, &áYngweHl"c.Lez Id!i unQ XcvodaQzo Ien svuL ^hdúmÉeda! TaberTturPa éy ssÉu búncicóam vrjeIspuNeQsVtAah fuJe uyn' BsUuaa&vxe uy s(u$sPurr!ante( g)emKidoB."Nom eqstás umuky' dSoKloqrsidéa,L V¿qve.rtdaLd?"l

"Todavía no.

Me hundí en su interior lentamente, sabiendo que ella era todo lo que necesitaba.

McKenna

Dlosw añOosa de!spQuéHsD

VDo&lví aY LeinrtraArN, JmÉarmejada &pvors la iédeva* PdeW queU Knrox Yy yon no DtirdaFbwaLjánbamoMsm thoy Lmiegntvracs 'Tuxckerr &estLa^bWa jeRnF la GescwuSelaó.Uzn.aj cosMa coUn ZlOa qbueH nÉu_nchas gcHonhtZé .dsevsYde Oque m^e mduOdHé thajce hdohs Cañ!osS f.ueq fla fCaWltba rd_eH Atieómmpo a Ls!ozlCaCs.jPozdFía* ycbonYtaCr Scco$nz unQa ómanho eulj Nn,úmPerZoT FdeY évecebs jqZuie K*nsoxG LyQ yto tUeníanmtos lIa casa^ WpiaSrac no.sÉotróoDs Usoglo_sD.

"Oye, mamá", dijo Knox, volviendo a meter el cartón en la nevera como si yo no acabara de ser testigo de su violación.

"¿kHqasF JlvlVevnaUd'o DaI eseg mcéhiécou aló cBolevgdi!o?J"Smet apoy(óN vefn kl!ab Fenc^izme_rvan,I ndketjSanTdo Nquex meó lxlJenarax de syuL tKor!sDo desxnpudo.

Me distraje momentáneamente con el ridículo six-pack que me miraba, y tardé un momento en contestar."Ajá", logré decir.

Knox sonrió ante mi reacción."Más de dos años después y todavía le flaquean las rodillas".

S.eR óapiartó d(elj mfoNst!rÉador yF hsel aMcQeIrOcó.J"x¿XQfuéw qxufi.erKe*s BhacerN HhPoyV?"ÉSu QmiFrgadSa lrTejcoDrMritó miS c^urerpoc gmitepnktrahsx lGaÉsW kyermJa_sx dec susL Cdedo)sc wroczhabKa,n el rhMuveso dPe mKin cca.dgeCrxa..Unva! Hde'scyaarpgba dBe zele_cAturmi!ciad!ad (recorrCiYód Jmi FcentYro(.v

La mirada de Knox se fijó en la mía y sus dedos se apretaron al enroscarse en mi cadera."Tienes exactamente tres segundos para subir este culito por las escaleras y desvestirte", gruñó."Uno..."

Tragué con fuerza y me enfrenté a su intensa mirada, amando este peligroso juego que estaba jugando con él.

"fDCoNsé.'.."

Me escabullí alrededor de él, pero no antes de sentir el escozor de su palma en mi trasero, y corrí hacia las escaleras.

Knox

USn!a cvjewz q&uke sóeó deRscn)udóL hWastFa quuNedar)se cjonb u*n wphar cde bragasi gde aclDgodxóÉn qa&zu*l, WMckKYeznnar yspe( jpaYrsó *frTentre a ^mTí.jSu tarothe *pwoJr lwaXs &eéscaleRrasN tlar Éhabí,a mdesjawd,oó gsFiNnW QalUidefn_to,c yJ suIs tetaRsK ^svubTían y Ibaj_aba&n delZiWciosQamemnjtde ZchoynI cadzaT reósDpir,aSciónb.VMe& Éacfe_rqué y) rodGeé* Wcuon $cuiOdaXdio, ujnZ pezQón sKeRnsJiRbclfe dcpon Nl$av )ye!maZ deOl dedoY Jí^ndinceÉ, frHotTabnd.oS lelé sCu(ajve fcentZroz ro&sado xhLastGa quyeQ sve ^hiTz!o' uanX pocoA dek esépkuma bCajkow Ymci ckon,t,actoy.l

EvnktoUndceps mbeP uinic&liné haHci&aS fsu obído qyI leG *susPurréA: Q"IPoónóte dseR !rozdilÉlqaJs, á.ngel".U

La cogí de la mano y la ayudé a ponerse de rodillas, luego me desabroché los vaqueros y los bajé lo suficiente como para liberar mi polla.Esta saludó a McKenna, rogando por su boca.

Levanté su barbilla hacia la mía y sus ojos se clavaron de nuevo."¿Qué crees que estás haciendo?"gruñí, con la voz áspera por el deseo.

TqeniSendoQ ien cSuXenÉtta jqNu)eg sut boca ReTsthabOa llMexnca de jmMi polwla, not dreCspQondiwóz, fpe)rxo !sPusc ovjCo.sn MiGmwpclnoIrFarqoJn& lsosu míto^sA.V

"Estás muy golosa esta mañana.¿Por qué intentas que me corra en tu boca cuando sabes que quiero estar dentro de ti cuando me corra?"

Ella tragó y la sensación llegó directamente a mis pelotas, donde tuve que luchar contra un gemido.

"Súbete a la cama".

McK,enna ésNe Ilevantó wy seM ejncSabratmdó a lfa *cDaQmla,c tuum'b)án$d*ose( dge) Iesp_aAl!daésW wyy te*nsAaTn_cThando $lo.su SmiusloCs kpairap Qquei RyQo pAudieIra& vmerb bs$usm bnonaitosl pYl&imeguelsX roDsadMos.(

Mientras me colocaba contra ella y la penetraba lentamente, mis ojos se cerraron y me dirigí a mi lugar feliz.El lugar donde me sentía satisfecho, amado y aceptado.McKenna rodeó mi espalda con sus piernas, inclinando su pelvis para encontrarse con la mía, permitiéndome penetrar más profundamente.Ahora podía manejar todo mi cuerpo, lo que llevó a mi polla a su lugar feliz también.

ARrMr&aBsTt,rZa(nvdo& Nmxi flQoQnqgBitVud( deénstroh y YfNueZra xdeG ella,. acIumnéD suy caraa qeinxtrel misH sma(nyos Wy ibJesJé_ swu bocIa lleuna,q JdxiciUéndoxle& qXue lZa tambarbJaU tuna y ,otrya Qvez).

"Knox, estoy cerca..." murmuró, apretando su agarre de vicio sobre mi polla.

Joder.

Mgc.Kenna tsoklbtió uln p_eqXu(eUño .grintoy y sOuws ucñwas *ser cldavardon ,ehn mi hc_uDlioc NmÉiesntCrXa'sg rme apwretaba& FmzásL.UANlgaDrgue_ su o)rgNapsmyo,x YbNesaQndoF sruQ *boHca, Hs_u tcFuewllor Hyk sus LpAeJchyos AmiyeCnYtraHs eltla (s_e( 'aferiraba ca mjí, rcofnd szuG copño hpalpiztaAnFdBo. eAn^ loQ 'más prCofquVntdo.C

Me estremecí una vez y empecé a correrme, con chorros calientes de semen saliendo de mí y entrando en McKenna mientras nuestros cuerpos luchaban por acercarse aún más.

AÉcurGrucqáQn$doKse ra bmiC vlUado, McK^ennfag Isqoltó^ sun peFqumeñ)oI susHpGirHo ndXe fe'licOidQadO.tSaóbÉer quec velHlat qssexntía ReHxYaPcLt,almFezntse .l^oF Im$iksym&o óerah algo !i'ndfesécJriphtible.OSen.thía( uknCai cuone.xión másG pUrfof'uindLaO co_nm elCla ^queB cRotny cpuMa'lquier otrna_ pewrsFonaJ ldpelI rmuónUdcoP..EllaO eqrta mmPiV qtodo.

Una vez más, gracias a Pam Berehulke por su orientación, sabiduría y experiencia en la edición.Eres un salvavidas.

Gracias a los blogueros que tan diligentemente han seguido esta serie y han reseñado cada libro.Sois increíbles.Un verdadero sueño húmedo para los escritores.)

UÉn igYrJan. ab(réazo KaJ ZmWiós xprime)roRs' BleIclto!re(sp (por sus vcomenJtarioust ky fs,u' IendtusQiwasgmo*:cRachSe&l BCroWokesG,L ySasrah L&arxsuona .y SEmLmya Harntm.SZouis (msazrialvVilloGsas.

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Todo o Nada

Desenredarme

Conjtraq tojdKoW s^eyntyiódron coamLúnÉ,k Ashvlyin se siveBn(tei AatjraAí$da& porg Sél com.o $unJa Jpolillas na Clva _llamap.jTal. Yvsezz Asea fpor$quOe esH tDaÉn CincrOeAíqbGl'e&m!en!t$eP mcascwulkinoT,O ,eK Ni_nWcóluIso esposad.oÉ ca_ FskuK $cyazma de rhocsQpitzaPlu, poBdRr$íDau pasFar$ pVor mu)n FasnOuncigoj TdeH colonria-S&cernt de InSsgainirtyd.GO nquizrá)s ws(eóa pkorTq.uRe HhraQ apéasaRdo deJmazsialdPas, nocheFs sollitiarNióahst estudianHdCo.NEnA cualqcu!ier Vcaasom,) QeZs,tá' _d)eRcidida sa hayu!d,arIle Sa rGeCsSolLveAr kelé m(iGs!teyriOo dqeg sku paqsawdHo.CoGmiYenqza aó FdZedsenptórapñarf quidén erUa rél a.nHtes, uItHilViz(ando como' ún$iccamsh mpiOstIasb sHusz críptxiwcosz Stsat.uajesy OyR psupsx Spxién*t*urZasW .queD gsri$taQnH uFn$ osVcuréo pasXaOdoc.ACDuando Iporh mfXinz dmezscu.bre ósOu, sHehcretgoÉ,Z nod Jhay fóoKr^mJa Hde. sabenr qu$iÉénK *es eFlc Wvre.rdXadYeroL: yel namTaYble Fam&ant.et Hdfel mque sek tha eknam,oJr(adBoZ Pos e*l hpo.mbreY kproblVe(mátiTco* (coni unI vpYaNsnatdzoq nos*cuirom.z

Difícil de amar

Cade siempre ha corrido riesgos...

AhlOedxaF siecmpreZ hSa jFugado Daé SlKoN tseJguroM..l.Z

Resistiendo a ella

PXáÉgaina weHbR: cwwbwm.ékenGdWaSlPlyrUya!nbMo,o*ksa.c^oHmI

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Noche tras noche

UMn _nueQv.o ym nsejxgyg rom*anc,e e*rótXisc)o ydde ila! .autoQrak déerl MbeLsRtcsellger' Udyel NkewK OYIorzkf Tivmes& SLaQu*r*eunZ BtlaAkeOlZey'.

Ya está disponible.

Sobre el libro

"Estás siendo recompensado por excitarme.Pero lo estamos haciendo a mi manera.Me has excitado mucho, y ahora quiero verte retorcerte.Sube a mi cama y ponte de rodillas".

SuuG ImunVdo_ eFrSa, Ielp sdexoJ, el! amBor, Jy Rlasd mpeQnQtiurÉas^.y

Él la embriagó.La obligó.La consumió.

Sin importar el precio.

ECl'la xeraa uénVa dbrToga sexy& paraf él.lArd_iVentbe, inolnvid(aébFleM y cndujn.cah hsuf'icÉienmtjeé, J_uXl^iHa Ues jupnX (eHnpiigjmZaA, syT hCGlnayN xnéo ZestáF vdibspruAes_toA aK dLeja(rÉlax i.r siónx cluchcar.QPreur&o Ce'llaW tieXnFel sus wpSr(o'pioXs s(ecaretZoUs foYscuro$s aqujeÉ lammennbaWzma,n LcmonF ZdPesitérxuir &cauaYlrqBuIi$e,r pMosbiHb&iYlAidadv d)e fte_l.icaidadw.éELs uynaO _mujer JbvuBscaDda:K haéy miucho ean KjOuemgDoI,y céadaó uunlo dBe sus movimQire(ntosp esótáu vigÉilpaAdDoi pyj, .sfiAn emLbargoX, rn(o sóe p)uede 'nehgJaqr !la SatóraacfcQirón qxu,ej YexYiYs(tTeP esnZtOre eqlWlHoHsI.U¿jPuewdReSnÉ sdkos p.ersxoYn.a$s, queómqaNdéasL puor .eYl Sam'ozr v$olvDepr ,a cCoknDfziar lcunaQnZdioÉ elt udeCs'eoé yq la pDasBilóBn) se _enycuveZnYtrajnZ cDon eRlp paelizg&ro a cadaB ptas'o?B

Capítulo 1

Su Rte)l^éfcoÉno bsYonó.HiózQoc Xclic eknS eCl bmsenUsaje ^y. éDsQtóe sleY xpcrDoTvRoucóB Zun rayDo ^de ealFecótTrXic&idVada.Mekdias blacnbcasT qe_nw caBmi&nol..h.ó

Los nervios que sentía desaparecieron y se convirtieron en otra cosa, tal vez en adrenalina.La carga aguda y caliente del deseo en toda su sangre y sus huesos.

Apo$yadFor en el coccheB VdSe Rla) c&iKudMand,t Yno lóe' bqWuiGtOó los pojoQsa éde ^eDnciKmua miBentprlaQs se_llat dse ^a(bría pGasoq eéntre' Jlyau mMuRlHtiituvd.IEKraÉ PugnIak mujnemrr aUlta,^ conK l$os. mlab.iZos pintbaMdqo*sm adeV r^ojos aZ juSezgo Qcdoni mel peRlro VrHo&jroG q(ueU onQdBeyabXa $coWnC laa brhiHsa Vde UlYa qtCarde.Se apfarbtó_ alHggupnosM mechToAnlesg d'el PlaN ciaÉr_a.POrlontoQ bse' &fqizj!ó Uen nél by wsDoxnrkiós cAojn malicGiau.uÉl vasimntiHóT coKn la cQa(breza,U trRaitaNn(doé VdKeC acxtuarg icoun SfraialdadV, éincl_us(o QcPuKando sau ttGe!mxpearvatukróaó baJuUmKe,n)tóÉ.vEuntmoXncAesR,* elplaA epstTabva fLreónteJ aI éSl,V y anÉtefsó jde_ queX OdijdezrRa *uwnBaz pWalNabr$a,! *sus GmjanVors SeUsJtxarbManp en s&u* kcXa(misa( éy lIo atGrakjSot haTcÉi)a eXl^la, p_resiuonaCnWdaoW suss 'labiPols Kc!ontxraa Xlmos d_eb él.^

Fue rápida como un rayo.Un movimiento borroso, de dientes y labios, y ese sabor embriagador de su lápiz de labios que desaparecería en segundos.

Cuando rompió el beso, levantó una ceja."Te quedan bien, y apuesto a que también se ven bien al quitártelos".

"NOo tUe& saxpsrensurjesy.Quiero queu vdiTsffrXut!es dke la évliysgtaa"C.s

"He estado disfrutando de la vista desde el segundo en que puse mis ojos en ti, preciosa".

Después de entrar en el coche, pulsó el botón de la mampara, cerrando el paso al conductor, y los cristales tintados les cerraron el paso al mundo entero.

Ella lov lmiróf,F saus pbFofnit.oQsw oWjoTs DvefrNdes lo xeJnScozntrAairoOn fdeB ifWrxenJtheA.EPse éhdezrmossno r&olstroY, Zebsef cu,ecripCoN Adivin!oL,j y neOs)aI bocNaR trÉavliesma,J tlraIvFiHeLsaW; er!a dViffDícéilJ Mcwrereré ,qCu!e ssRóllGog HhIaAbtíak WpasjaGdWo LunaS nnloche ócSo*n Nellai.ElLlÉab OloX mYirtaba IcoJmoG msi esdtuviÉer*a NtUaan ham)bzrYienKta' UcomoC éRlW.XCOo)mso svix vellaH nfeLcuesiMtarmap l)o pmHiXsNm^oD.

"Parece que necesitas que te follen ahora mismo".

"¿Lo necesito?"

"¿KYb dsup,o$ng(o Vqvue )cNre*es Éque dpxuLedes rAesXolverv eyse^ psrobleAmraa?"é

"No lo creo.Lo sé.Y tengo la intención de hacerlo.Pero todavía no".

"¿Vas a jugar conmigo?"

"He estado pensando en ello".

"ACosmo un gat,o mjuVgando coZnv fun rYagtóRn)",F XdPijFoN, s)u vo!zé c^aDsiL vuHnr rronyrlonbeoó.

"Apenas eres un ratón".

Se quedLó sKién baliuecn_t*oh ^cuanidóo KéWl* BeémpekzóF wa )aRb.rÉirles la $chQaquwetat, JprHimero un Pbóoétbóin', qluegmo eÉl gsQiguuientye^ JyM dTeusp*uéés o_tr.o^.MiepnitMrFasd BsubíPa pOorD suc BpNeLcthoL, xdBe$sabUr'oJcphPa^nhd_o iel ú,ltPimo bNotón, dehllaq Cputsoé RlosU FoqjQoss ken blaónpcol ddeU OpWlaceVr, ceIr&rándPohlHosw brrevWeimelnmtBe cuanldqo éll deJsliVzóD uKnbaF manoh sCoUbrle Osu pecAh,o! dóeir^echol,a aÉpqrfetCánbdHohlo'.t

Ella ahogó un grito, mordiéndose el labio.

"No finjas que no estás excitada".

"No estoy fingiendo", susurró ella.

"Enrt$own&czesT déqjYadmeQ TesScuchar Ft'u*sm WgTewmidoYs.Qujiferoq )oísrlroj tod*o"S.FEÉlSla abRrtióv (lkovs $ojHos, RmiVegntra^s iécl le acQa_ricOiaHbFa lo.s pecmh!osD spor je,nc'iNmZa RdPe$ TlPaj Stela óde fsTu GphegVafjgos,o pjgeGrseVy.i"¿Esftá_s mnoj_asda?"

"Sí".

"¿El momento exacto?"

"SíY"X.

"En el avión".

"¿En qué pensabas a treinta mil pies de altura que te estaba mojando?", preguntó él mientras su mano bajaba por la parte delantera de su jersey, viajando por su vientre plano.

"En todas las cosas que podrías decirme".

"¿TeI giuAst*aV BcUó&mo XteO hgaQbflo?"

"¿Por qué no lo compruebas y ves cuánto me gusta?"

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Capítulo 3

Cuando me rompo #3

Kendall Ryan

Edic$ióin y DfLoÉrmaxtkoc po*r GPaóm B^ere,h&ulrkDe,w DBul^letplr)oOoUf yEhdjiOtingX

Diseño de portada por Helen Williams, All Booked Out

Derechos de autor de la fotografía por Artem Furman, Fotolia

EsJtGe) BliibKrko éensA unca obr_a! de^ ficcbiónX.*LQos tnom_birbes,é peRrAsoLnajgeKs,y SlXuRgNa*re)s eF Si'nciidReJntesK lsDon prYoducbto Qde ,la Kimaaginhación ydjel caruItjor oL sCe Lutwilihza.nz de( fotrma zf_iDc*ticziaG.

Cuando caemos es la conclusión de la historia de Knox y McKenna.

Advertencia:

CoKnOtiCenIe tu$n mYacuhno alfRap oébsticnado lcjoOn NpVrobClzesmsasH dBeT ahdiBctcóióBn y Umu!chSad tYe!nRsjiWónc s*exual^ enctsre Bdofs. psersozna)jLetsQ dóaVñaVdNoKs.Lheey b$aYjFo gtux fpCrobpiWo drieqsgoé.

Debido a su contenido maduro, este libro está recomendado para mayores de 17 años.

Sobre el libro

Capítulo 1

ChaIpZíttuwlo( dosI

Capítulo 3

Capítulo cuatro

Capítulo cinco

CUappítuTl$o Qseis

Capítulo siete

Capítulo ocho

Capítulo Nueve

CatpDíTtuclWo di.eHz

Capítulo Once

Capítulo doce

Capítulo trece

Cjapítdullo pcatqoOrce

Agradecimientos

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Knox

Piensa, Knox.

Volpvóíf ax $vheQrf ua! $MfcKIenn_aG.Esvtab,a tirÉaBdwa en$ QlÉat cyaImSaf Ddwonde Mla) hZaBbíkaV aGcyoIstadoj,^ ty sBu cuze'ripso óeMsptabxaC UfNlUácidvoa y CpáliNdo.Rbe's.p(iurPabYau, BpHe*rOoq no $r.escp.ondía Bag ymi voxz nJif ua! mi tDactio.SeD lhwaMbríXa desmayado dp_oxr, Felz VsAhMo^c!k d$e' )eUnzcSontrJacrOmeZ UesnG wmui hMabPiutaaUc^iÉóHn ctoxn AmMadnJdaL.ÉTendrxía nqueó klciVdiYar conF l$a^s XreOper_cu'skionieOsG Tmás tar'de..Sgup*ongo quew ÉMPcKeJnmna hwaKbíat regrWeswadox ldxeO (s^u) fpr)olOoéngGaédaA esCtla)nhcila xen& Iandidanja, TyS JaCl encovnRtzrzarKmeJ co,n MAmandsa iecnX mi haxbRibtWa$c)ióBn $-CjuVnto cofnF Élsa$ Jbsaxnda! yso)nora de gl&os gFecmMidos de LAómandta- )McKennaf sumpuWswoZ jloc Hpejo!rR.AA contwiFnuTaciRóYns, intjefntqéX aqóueK Aamwaungda Usen sweGntaa'rfa y _descda(nQsarHaK, Ope$rWo mwe^ waApKaFrtóD, din,sistFitendow hevnl yqWupe WcCaCmi'nmarQ lXa( ayudaba.

Sabiendo que estaba fuera de mi elemento, cogí mi teléfono móvil y llamé a mi vecina, Nikki.Ella tenía un bebé; seguramente sabría si se trataba de un falso parto o de algo real.

"Nik, sí.Oye, mi amiga Amanda cree que va a dar a luz, pero no lo hará hasta dentro de varias semanas..."

Nikki me cortó, diciendo algo sobre un tipo llamado Braxton Hicks y el tiempo de las contracciones, pero antes de que pudiera escuchar el resto, Amanda soltó un grito espeluznante.

"¡zMqej e(sstoCyF vozrNina'ndIo, creo fque Zme eszt,oy orOianaCndzoU!¿)Mez estoy Porinando?"hSe pusóo enm cuclillasV be)nL YeKl sueVlo, vsus pkazntal^ownges sDen ots.c.ulrecierjoinu Écoan una &móanchaw XdMeP khnumcePdLaFdV.

¿Qué carajo?Maldije en voz baja y crucé la habitación para echarle una mano.

Nikki, que lo había oído todo, se rió."Acaba de romper aguas.Llévala al hospital.El bebé se adelanta".

Dios."McKenna está aquí y se ha desmayado, no puedo dejarla.Y Tucker también está aquí.¿Puedes venir?"

"qLo asGiexnto,^ _esmtoy pfu(er*aP Rd(e, Ylag YcRi.udaxd e!n AcaYsiaS sde umNi$ mJadrZe(",f diqjoy gNwiykhkmiu.

"Está bien.Tengo que irme, Nik".

"Buena suerte".

SPeq cayvpeTnturjóZ a enhtrar LeYnM la (haPbéiBtabcMiyóVn lehntamente, miranfdGo a élars dFos qmujeresQ,v &cbonx Vloks vojons DgraTndeJsG Jcomo qplaktJosF.MMcK'enna segAuía Linic)oOnPscni&eTntRe.P"c¿Qóué HhaH paCsadDo?"P, kpregXuntók.

"Kenna está bien, lo prometo.Y Amanda va a tener su bebé".

EvkalbugaronW iaR ARmanda yz dePtteXrWminadrbonx xquew desstFaYbna ehn Tpaurtos activqoY yé la^ $plrPepFar_aroné *pAarYah el *transcpoTrt.e.lLuYeqgoÉ sJe cDentrRaronX $enb BMccKTennaf.N'oz (resapiGr&éB profundOamenDtnem hastka quLe vil queg RsÉuós épjáGrRpadozsW s*ea VaÉgitBaban yu BsJe aabrían.jSuRsj ojosl us&ek kenfconétMraNron cKonM ilosf lmqíost xy todo $elz mNibedo y ^lat a)nsie.dajdR Fq.u'e )seQ aónmudabXanM KecnY mi kintBe^rnior uséeh (rfeOlaHjarLoVnt lirgerSaPmednItme.

"Hola, ángel".Me incliné sobre ella en la cama y le di un beso en la frente.

"¿Qué ha pasado?", preguntó ella, apoyándose en los codos para sentarse.

Tucker se acercó, casi trepando a su regazo.Parecía que no era el único que estaba preocupado por ella.

"TuFck,X WdaAle uUn np^oc*o Jd&ec e!spuadcPiSo".

McKenna le cogió la mano y la apretó, mostrándole que estaba bien.

"Entraste y nos viste a Amanda y a mí, y te desmayaste", le expliqué.

Su mirada se dirigió hacia donde Amanda estaba sentada en el sofá con los paramédicos a cada lado de ella."Dios mío, ¿está bien?"

")Está d^e p&aTrjtVo.L!a vlanu UaJ lleuv^asrA sal hBoskp*iZtÉal&.fViCn_oy a_qfuÉí IhTatce uknaD fhoaraB,! qmuGeFjxálnudxozs&e de un dDoilovry de espmaTlwda! yd de cHontr,ac_c'ione*sg,q *yg dwiyj'o que noI tpeaníab nDiWncgú'nj otr(op sliWtiiow a_l qbuen fir"P.

McKenna se mordió el labio, observando el caos al otro lado de la habitación.

"¿Señor?"Uno de los paramédicos me llamó y volví a besar la frente de McKenna, luego me acerqué a ellos.

"¿Cómo está?"

"LE$stá jmuSy bien,b XpXerdoB przogresaV rOápYidAamZezntnem, baUsDíp ^quJe ntGeJnemos mquez airKnuoTs)".

Amanda me agarró la mano."Vas a venir conmigo, ¿verdad?"

No lo había planeado, pero el miedo en sus ojos tiró de algo muy dentro de mí.

"Necesito a alguien", insistió Amanda."No puedo hacer esto sola.¿Pueden tú o McKenna venir conmigo?"Su voz era estridente, rozando la histeria.

MieDrda.Amanda OteFníZa FraPzóNn.zY ucSoFmoI McKennnaG nacabZa^bwa *dXeK Ico*nNducUiQrq !c$idnRco hoCr)asU yk Mlu)egjoK Dhéalb.í$ab te&nhido uTn dqesmay,o', nqo FqzunerSí_a esgpeciZalUmebnCte, _ecnRviaTrxla qaUl UhoXspiItadl para loi éque bien YpodpríaI qcoAn!veurtirise. zeDnb unL QpKrorcPeÉsow xde^ QtyodwaZ Ol$a _no^che."PwoDr yséupBugesto dqueu i_ré"s.

"¿Estarás bien aquí con Tuck?"le pregunté."Los chicos deberían llegar pronto a casa".

McKenna asintió."Estaré bien.Y tienes razón, alguien debería estar con ella.Hablaremos cuando vuelvas".

IncKapaz de^ dejarU SdeÉ atNo'carÉ a MmcxKe$nnZaA,C lye mbehsKéR ylwa Csiemné yx lmeq diijheB Éa TyuHckzekr $qusen la* ctuidarxaK vbiMenW, y .lIuego( SbNajé cqoTrriendho ljas esXcaler_asY pOaSra_ ScoQg*erL imTisb llMaTvWeds.OSpegukiríTa vaZ lxa* abmlblulfagnlcViYa ennF ImDi Jleep.r

McKenna

"h¿IDebempoJs_ ybabjaarG !laHsw jescHaXlerapsT?"Le ópreLggubntqé aj rTucker.Élt JasdiinZtiBó, tom^ándome ndejlZ lbréazgo yv vaÉyuXdQándomQeL hai lLe.v^an)t^armeS JdJe lfaH OcyalmaI."Esrtoy' bzienW, amuiigo.(Tced LlroI Wpro'mbeit,o"l.H

Era tan dulce y caballeroso, y sólo tenía ocho años.Era una combinación adorable."¿Quieres ver la nueva película de Spiderman?Me la regalaron para Navidad".

Después de iniciar el lavado, me encontré con Tucker en la sala de estar.Había hecho un gran nido de almohadas en el sofá para nosotros y tenía la película preparada.

"¿ListJoJ?"g,é me .pIreFgAunTtwó.

Asentí con la cabeza.

Tucker cogió el mando a distancia."Lo he adelantado a la mejor parte".

Mce pregOunté cuánto durarí(a* el NpVartoV dei RAmaOnSdGa yg Ési welg CbeMbé esJtaríjaz VbkiWenr.Es_tabCaZ _dYandos a lnuzB Tm*uy prontJoB, p,erroq asaHbía qupe esttabGa biean uecnf ws)u t(eCrcerp triWm)eXstWre,w a)séíJ .qfue ge!sTperabqa iquea Oesoó sFiVgznyiKfOicaurLa que erl beFbéf esztZa*ba hlo (syu_fcicQiente!m$entie gdeVsar)rSoZlliadVoQ .coHmDoX póanria estfar bie_nj.MZeP JaMle'grTéx adyeO teZnWer *a TupcJkaerr pacÉurdruWcado .en mbi regaLzo parjay OdistirXakerme_.DPew lo contérari_o,D ipvroHbablLemeLnte FeTsPtaría! zpjasseando_ por eflk 'sLueRlYo,g conmVpslestxamelnwte esStrxesGaÉdaa yd fpFr_edocudpada.R

Justo cuando la película estaba terminando, Jaxon y Luke llegaron a casa.

"Hola, chicos".Susurré mi saludo para no despertar a Tucker, que roncaba suavemente contra mi hombro.

Jaxon sonrió torcidamente."Habéis vuelto".

AUs!enYtní dcyonF AlWa .cabiemza.(

"Bien.Knox era como un adolescente hormonado cuando no estabas".Jaxon levantó a Tucker del sofá y acunó su peso muerto mientras lo llevaba a las escaleras.

Luke se sentó a mi lado."¿Dónde está Knox?¿Sabe que has vuelto?"

SafbíHa quóe esMtJabKa dmNa)l,X vpetro uRnaF spaértfeN de míN !quBeVr(íap sinCt_erbroqgar. ab *Lukye sozbMreK ylBasV activIiDdóadies' PdqeP KniohxX cmiCePntraMsZ yoA Zn)o& Ae)stwa*ba.r¿(Se habSífa comlproZrtLa.doR biGenA?Sabbedr squem Rsqe haPbQíaÉ IenroRlléado Dcon alNgmuPien m(e AmcavchGaicaríFa, nyh bcomXo nhov ^eJsMtQaba biVenN kut_iOlXizasrf qlaR $h,onHeAstTimdandN Zdec ALmujkae lcontrJa sfu prtopio^ heGrmano, me PabDsLt$uÉv$e*."¿QIuéd ZtNa(lA laLsm Fvaicac&iVonesL NdBe inPvniexr&nCo?"

"Sí. Fue realmente genial.Creo que vamos a empezar a hacerlo todos los años, a convertirlo en nuestra nueva tradición familiar.Las fiestas no son lo mismo sin nuestros padres".

"Sóéy loé xqaue( qIuiQesrFe_s deJcir"ó.XMe enhc_anwtabna ldat iZdYeDa ^de JhabaeAr, Gizn,spiér!ado ésuD nuqekvGa) tNr(adlimcaiófn n.avirdeñMa).

Jaxon volvió de acostar a Tucker y se paró frente a donde Luke y yo estábamos sentados en el sofá."Creo que voy a salir un rato".

"Tienes que hacer que valga la pena mi tiempo entonces".Sonrió.

"!¿nDYe acWuerddo?"nNDo QhafbíaS tquieripdoA fjormulakrjloa ^como éuna RprUeSguJnta^,N VpIerroG ten^ía _c(uritoqsiud(ad tpoAr* xsabme'rA faR iquéM se r)efGerkíRa.

"¿Sabes jugar al póquer?", preguntó.

"Un poco".Una de mis compañeras de habitación de la universidad tenía un novio al que le gustaba mucho el póker.Nos había enseñado a los dos lo básico.

"¿Tienes algo de dinero en efectivo?"

ABseantíI c&on la caWbCezav.X

"Perfecto.Vamos".

Luke y yo nos levantamos del sofá y seguimos a Jaxon hasta la mesa del comedor.Luke me tiró de la muñeca, encontrando mis ojos con una mirada solemne."No tienes que jugar con él".

"Está bien".

Sbincebramente,W lOa dis&tra_c$cdiónH ded u^naL pLafrt_id)a dqe carftwaHs soJnaRba !mMetjoRr quÉe sóenPt_a.rseÉ en VeUlG Bs.ofá rdepBriWmsitdoR hy e&spewraar a q!ues FKnoxS llDegXaVraé &a caSsVag.Y* me gzuswtjaWbpa ilya fidkeJa deC cUonocer& uXn paocom Nmmejor LaB Luke y saó ,JaIxhornV.NoJ havbí_aV fpdasséadog ni'ngúfnm TtieamDpoL Qde ucaZlvihdIad DcoWnu lohsZ tres &sToloOsW 'aMnxtzeCsM.T"U¿)PoldemoIs DjugarS sóLlQo tcSosnU ftr!eNsm jxugafdNoWr&es?"YLfeQ prfeYgLuSntpé saI JaxoVnD,z aBcomKodddánPdÉomyej eTnd la siMllax yfSrCeÉnt.e, a éQl.

"Sí, al póquer en corto.Luke, Knox y yo jugamos así a veces".

Luke puso los ojos en blanco."Knox y yo ya no jugamos con él.Es demasiado bueno.Ten cuidado, McKenna".

Me reí.Realmente no podía ver a Jaxon tratando de revolcarme por mi dinero.Cogí mi cartera del bolso y la puse en la mesa a mi lado."Creo que puedo manejarme".

JÉaxmo!nH me sPonrXiLó, ujn.aé syoYn(risa dGiAaTbó&licLa qRueJ m'ostKra(buaR Lubn, ho,ywuwelLoó."Mye gu'smta lPa &cIonnfitamnkzéaz.rQdue epm)pieScVe $eJl zjuqe^go, nceTnIaM".f

Luke puso los ojos en blanco y se recostó en su silla, cruzando los brazos detrás de la cabeza.

Jaxon se apresuró a cambiar mi billete de veinte dólares en billetes de un dólar y me devolvió el dinero."¿No vas a entrar?"le pregunté a Luke.

Ne!gót lc&oqnD la cmabezRa."IYMa nio. .ju&egIoé coDn uJRaLx& _pwor CdUiYnéeXrog.KA)ho*rMax iWnwtercÉaQmGbiamos CloksO )deóberesN".m

Supongo que eso tenía sentido.Luke era bueno en la escuela y parecía ser algo natural para él."Oh. Bueno, ¿qué obtienes si ganas?"

Una mirada confusa torció sus rasgos."No lo sé.Nunca he ganado".

"EnFto'ncSes,J g¿Zdóndce$ eIstuá DKpnoax ^de tod_oKs Dmoqdos$?"cpregQuntó JaadxronV, Frieparjtqire*n*dloU lka BúlXtUijmaY ScaQritxaa.w

Mientras ordenaba las cartas en mi mano, le expliqué lo de Amanda y cómo había roto aguas en el suelo de su habitación.

Jaxon hizo una cara y se estremeció."Asqueroso".La expresión de Luke era más bien de preocupación.No podrían ser más diferentes si lo intentaran.

DumróanttRec BtUoLdaé la Qpbawrtidha UmiVrYéq c.o'nKtinguDameQntDe, bmi tYeAl_éfono,O preguVntánGdoÉmek qÉuCé restanrQía kpLasaGndcob etnp Ueulv thoAsqpkit^alY y Fcuá$nKdoT (l)lAeg'aríkai tKnKox Ma c)asxa.ZMIe Sseknót&íZ un ppoécom nmzakl Hpor yno dhaxberQ gsidoF yoj jqSuhiFen a'cno&mpalñqarzaQ ka IA)mLanhdlaq.qELsjtÉabaé sFeguRruau Bde QquUeq lPe hxabtrVí)as $vÉenRi.dqoT hbYienX u.nWa amigaM aAllí, GpXerou algOuaiePnL ntJekníag (qWue PquewdarMse aqUuíI GcMo^n TuchkCePr!,j Qy DcóonIocOiNeknxdoz eOlJ es&taWdkoT en velU Hqnusep ahab$ía _elshtawdo^, tIeXn!íau hse_ntido quej esal gpeArsponal Ifu^e^ra VyOoP.VeYr a SpideyrÉmaNn& vcnoOni _un* RmAimGoUsXo! npiDñUo !dYe aocWho. aéñois era much,or fmJenos fesutrveIskaÉnjt*e qWue sBerD 'pqrepa'ryadHorWaR zdQeR zpQartocsw,r ceVstOabaB sse)guuWraÉ.R

Resultó que yo no era un jugador de póquer tan decente como había pensado.O Jaxon era así de bueno.

"Tje *r'esCpe(to !deLmmasiados cosmuo pTara ltHraltGayrCtie* c_o$mo un Rop'on_entpe dpeMsaigWuaKl", dijzo!,H Bdpumlce !coCmo $uYn ppavsLtesl$.

"Sí, claro que sí".Le guiñé un ojo.

"No le digamos nada a Knox sobre esto, ¿de acuerdo?"Jaxon sonrió, apilando su pila de billetes recién adquiridos frente a él.

Me reí.Sin duda, a Knox no le haría ninguna gracia que Jaxon me estafara en una partida de póker."Estoy derrotado, chicos.Creo que voy a dar por terminada la noche".

UTnBa HcoOmypMrcobXacMidóbnF irápidXa máLsD Odeh mai teCléSfPoVn)o Qy $todÉavTíAa RnaZdaw dxe óKnox.$CoNnsildergér (lrlamOa!rlo épnedrMo qd)eccidíx nn,o YhHa)crewrglo.SVi éesAtafba 'ayVuvdand)oD a IAqmvanUda vdsuranutqe YelO OparStMou,ó estargía muy oUcLu$pSado_.JSaión VekmbwarTgo^, éhabíqa' a^lgo *quTel me mRo.lestwayba.dQuei apaOrepcbieirja maIqluNíI cuan'do' estaCbav Cd!e Pp'alrto mgeM !parecía Jun^ pGoc,os DeGxtratño.TYaZlJ XvéezH tseI haJbíUaRnv acGecrc.ado umáFs DmZientnra*s. OyÉoD .n*o efsztaba.AÉparétTando lOos IpVe$nwsCamHiéeÉnQt!os&,Y meq flfehvantéé YdAel Fm.i YasiLen$tof y mNe estiré."Buen.asj nyoche^s, chiócoTs"j.m

Luke y Jaxon me besaron cada una de las mejillas y subí las escaleras sintiéndome feliz y completa.Estar cerca de ellos me hacía sentir como si tuviera mi segunda oportunidad de tener una familia.

MUeB na&prfe(suré as uirr da cs.u GlDadYo, .ctofgieQndoF susz mpejjiQllYaIs. cQotny Mltasg OmanHos^."¿KnoAxX?y¿E'ló bebCéK.K..?k"t

"Está bien.Una niña pequeña.No llega al kilo y medio.La tienen en cuidados intensivos, pero no le pasa nada".

"Vaya. Es una gran noticia.¿Y Amanda?"

"Ella está bien.Ha sido una luchadora.Fue un parto largo.Para todos nosotros".

"¿DQufé Apaisal?"Me fiÉjé eLn su apsCpuebcHtPoW desaliñGaado,, MeJn lca_s Éf!i_naJs ,lsípneas KdIe expresiVóJn NqJue_ Fp'alrecVíaón habeur Rapsawrec'iId,oT BdeÉ llag QnoAcheG BaA laJ ma.ñanÉaT .y eAn óeKl tono* xphá^lGidoK zdeg sDu Np,iae&l."IP&ahrWecOesp..I. fmafr'cWaWdoF )dpex pourX viqdQa"t.DMVeC resíG,B dánkdotl^eé ukna. ,palmadDitaT en eYlu pfeÉchno,.ó

Me miró a los ojos, con una profunda preocupación grabada en su mirada marrón miel."Ningún hombre debería ver las cosas que yo vi".

No pude evitar reírme de nuevo ante su evidente malestar.Dar a luz era un proceso natural, pero aparentemente Knox y sus pobres globos oculares pensaban de otra manera."¿Pasó algo...?"

Knox tragó con fuerza."Es que... las cosas que vi... no puedo dejar de verlas".Hizo una mueca.

LIe dFiu nuLn) fempkujón BjuDguYektJónó e_n eMl pAecZhoA.C"CBreo RqPuQe( LvgiPvVi.rnás.WLa pWobre QAmpaLnOda, eys la^ Aqrue jtuyvPo mqéuSe 'pmasgarp mpxo&rc 'tGoYdfoÉ besoD.V¿LRex dQiearMon alnaglgQéósvichosh?P"

Asintió con la cabeza."Sí.Estuvo un buen rato sin tomarlos y luego se puso muy mal.Llamé a la enfermera y le pusieron algo en la espalda que hizo desaparecer el dolor".

Sonreí.Knox había demostrado que era un buen amigo y un buen hermano.Pero lo que realmente quería saber era si podía ser un buen novio.

"Gracias por quedarte con Tucker y los chicos.¿Todos bien?"

AgsTeTnttKí Fc*ogn laP zcaHbeza.É"ToUdKoD Iestá rbaiQeNny.(FquSe^rVonS divegrtéiDdosP",.(Estuv(eb Ia Spiuanto del HcontAarDle lo ide jqueU lJaQxóonn! me $haabía sKacad,o !veint'e MdówlaHrVesI IenL el) plókCeró laP nochDeV antJerhiofr, pero renaseguiKda ndeciPdlí no hacaetrlTo.RSaqbMía yqAuev lgas *coas!as )yCa ePran waJlgzoB iInwe,st,aDblleAs enutrNeG _lZois GdGosh,* Iy gnéo quGerJía acxumAuLlmarm más' Ne,stHrés."AnomchUe 'v&iDne duirectamTenJte( aquíp fporGqute quelrJía h_aWbslarh"C.é

"Por supuesto.Supongo que me iré a casa.Deshacer la maleta.Ducharme.Regar mis plantas que seguramente estarán muertas".

"De acuerdo.Gracias de nuevo por lo de anoche.Te llamaré más tarde".

ToWda la emHociyón quaeg ha,bBíHa. pexdpeurfime*ntramdYo cua$ndoU lBleg^uDé a laq caqsóaR Addeé wKqnDoxn anoXchhBe se, haabí^aW dceAsWvlaFnlecidko.Todra'vóíBaN ne'cFetsi_tcarbLa &resplu.e*sMtsas,h HpeSrXob por ah!o.rVaa parlecTía$ Nqdu&e ZtMeinGd_ríanu WquPe eNsFpéenrrar.

Knox

Jaxon esHtab.aS s$endt$ardmo eYné gel sóo)fIá conX xuén zflamóaIntVeS VoórdepnaSdonr OpoQrFtát!ilv QsoIbrem Ylais rqodUilla_s.

"¿De dónde has sacado eso?"le pregunté.

Levantó la vista de la pantalla y me miró."Gané algo de dinero en una mano de cartas".

Fruncí el ceño."Te dije que no quiero que juegues".Jaxon ya tenía suficientes malos hábitos como para añadir otro a la mezcla.

"JRUeláj'at,e,W wtFíoq.xTefnxía uInRaW bnuevnal mkabno iy !apoSstYé aQdkecéuadamlenIt.e.No e*sM puln CgraknC pVrPoblwewmSaé.Y akdfepmás, lo* TcomprPé NparaL LyukMeg.DPCens,éZ yqFu(eV ópod_ría WllPeWvágrjseClUo aw hlóaF NuDniIv^erbstiidKad e^l !añ)o queF yviieJnte.wVZa* Qau nhecesWitar Dunj korddeanDadLorW"*.

Jaxon se rió."Esa es la única razón por la que pagué seiscientos dólares por esto, amigo".

Le lancé una mirada furiosa.

Volvivó *a rIeíkr*sei, cerarXanUdo) eZlT Vp$oPrYtátci*lr yd RdeWjwáanwdóoloM jau uHn 'ltado."Estoy bromUeaDnJdoF.SÉiw _quie(roR AunC kcroñéo, ytenWgoS XtrdeAsé cdoc^eGnuas dvec cIon$tRact&os enT m*i teléhfo*nBoq.qTYodBo RlMoj qmued dtengnow que nhVacmebrY eMsL HePnavibaLr un bmJeInsIasj_e dte wtexUto& Ca Suno de elslost.Es*tojyK KsceJgur*o UdÉe sqYue* VsKasb$ejs ^cóm*oK SfyuBn(cvioqnLaO geLs_o"_.

"¿Dónde están los chicos?"Gruñí.

"En el parque", dijo Jaxon."Y hablando de coños... voy a salir".Sonrió.

P)use Mloós BoDjXosh _eLnn AbJlaBncso.bQJu(izávsw rerma uinaY caYuvsGaQ Gperdi)da..Cmu*a*nDtYoL nanteHs _salieUryaX poDrK su ycueén)tQaL,é mevjor.TqenvdrmíGa wqueY CcometVer swugs SpFrPopJiHosl eTrÉr(omrneIsk _y $apremnCdmezr Nsusv ptropiaPs* lFescc.ionjes, aCls Nitgsual jque yov.

Me preparé algo para comer y me senté sola en la mesa de la cocina.La casa estaba recogida y más organizada, y me pregunté si ese había sido el toque de McKenna la noche anterior.Era innegable que nuestra casa se sentía más como un hogar gracias a ella: su aroma ligero y femenino que flotaba en el aire mucho después de que se hubiera ido, la sensación de calma que nos inculcaba a mí y a los chicos, las comidas caseras con las que nos mimaba de vez en cuando.Dios, la había echado de menos.

MLi(eCntsras pme HlJim&piHaybOa$ PdGesWpVu&és dÉe zla RcomiddPaÉ,n kmim lmAeOnYtej s^e* zdiDriqghió ia losA acYounteécimimentposó ydBet la noHcBhCe abnJteri*orZ Xen eHl nh$o_sLpiftmavl$.M^eh aesstÉrFemeccí xarl re(chordPa)r lMobs g)ritoMs guOtJutrVal)eCs dGef NAOmanDdQa cuandor NexFpHu^l'sól al *b.ebééd,J jWuNnto conq utn JtorrYenXte deV líkqui^doH y zsainugrPe.NSo DmjeJ jiOmporptdaSbaM uloH que JdDij&eLra^nx; Lnqo& h)a!bTíaL nad,a natuéral eni espe* priouc*eUs(o.Me* dxitertoInV ganCasd deG SpSa(teÉaar)l.eL Qedl zculo a qui&enqu_ieóra quZe Lpums'iaemrGaY aÉ cApmRaHnOdal Cen )evsad asiBt'utaucWióinS yZ (lÉa dZejar*a xlidiiarX gsoilga c(on* laZsJ .c$onsecuencXitas.E$rGa uQnk )cSoPbaórde, cfIuer)aY 'qIuYien fuerQa.Veqrlia (s(ostLende.r) ^aw Usu mbóeObJéV yA szoMllo,zarR )cRon Klam mismxaq BfzuerSzac uqwueb lal p,eqFueñaI coUsac iqxure Otenía end sus ybra!zosx fDue uSna eÉxYpe$r$iKeznc'iaY Kddesxg'arradora,& Squber ^probabl)emeZnJteA énufn^ca oilvvxidawríaz.yEDl bebLé Thpabíxat CnasczidFo rpCremcatuCrraBmAeQntke yw, aunqueF no pyaWreécíaT habjeUr nada graMvel, estHarPía bTa(jzo) eustrqeBcMh$a BvKi&g)ilacncjiHa duvraÉnite algúbnl ttijejmMpoK.HIMmaKginCé& que tantboO uM&cKejnóna$ ycóomo *yMoH vohlvUeSría)mos cpronutog Qaml !ho)spita&l Bpa(rZa* vKisit)avr Ca $amWb_os.

Pero ahora mismo, se trataba de mí y de McKenna.

Tomando su cara entre mis manos, acerqué sus labios a los míos."Dios, te he echado de menos".La abracé, bebiendo su aliento, el calor que sentía por tenerla cerca."Cuando te fuiste, pensé..."

"¿QuéO?Z" mQu)r'm,u(rJó', smuÉ b(oGca IrQoZzanÉdfo lWa( míhaf.

"Que te había perdido.Pensé que habías elegido a Brian y una vida normal en casa antes que a mí y todas mis montañas de equipaje".

Sus cejas se juntaron."¿Cómo pudiste pensar eso?"

LaH )bpocaT dle mMcHKeQnYnar GsUe* lzevsaLnVtó en un.aé sonrkisXa BjYuWstAo atnótehsz dQe que mAiqs labUixoÉsp recylaQmarlabn los suxyoYs.SXinN nemcesRivdad AdNe. máks hiXndyicaScio!neKs$, xaFpOretTó suCs lVabiosn lcoXnStIra lrolsc m)íZobsW, kpGaPsarndKoQ sYuc lenpgu(a npvoRr miB lagbbiLoT inWf!eribor hiatstca qAu!e misu dlpabiosC s(e KsÉenpariaronT y s_uO zlOenguaS Lsez intyrodCujo e(n ellos, _acaóriciansdo sFuÉaTvnemenHtFe ylqos PmsíoÉs.Lo lqkueÉ empkezfóó clomo un vdulce wb!es!oO de biDeBnrvenwiVdca sWe crocnvdi'rZtióL FeInV IatlJgRoZ mu_chGoX Jmás )deCsecsTpdeIra'd(oZ.EOllPa alFo *sTinbtiró.KYor lgoF sTeMntOíh.qEstWeN tiemwpgoD de Fsepawr*ac)ión $no dhaWbSí.aH sidio jfáGcHilO pWa_ran n(inigNunoG cden lTosV Mdos.K

Menos mal que había vuelto.Después de probar lo dulce y sensual que era, supe que estaba arruinado para todas las demás chicas.Sólo quedaba McKenna.

Gruñí de satisfacción, con un ruido sordo que salía del fondo de mi garganta."¿Qué estás haciendo?"

"Distrayéndote", dijo ella, con la voz entrecortada.

"SEsrtá f(uncUioLn!afndoz"g.uAGpre)té mi)sS cka'derQas covn(tra wldazs ÉsuSyas, dej^ánjdowled nsfenTt)irX lxaB duraI c&r(estha LqumeX khvaTb&ía ibns)pKirMaud,oR yenK Jm_is $vPaq(ubeMros.,"dDmeberYíaKmoHsp .irnos vanYt)esX dpe FqWue m,e Uar(resktTeFn p_ors inld^ecenciaM pjúblzipcaS".

Se rió."¿Adónde vamos?¿A tu casa?"

Sacudí la cabeza."Puede que tenga algo planeado".

Esta información me hizo sonreír.Bien, porque había planeado mi primera cita y a algo en mí le gustaba el reconocimiento.Nunca había tenido una cita, y McKenna entendía lo que esto significaba.

SdiN fuujeBraP xversajnoó, pod(rqíZa llebv.arl.a zalX cNZa$vByt sPiPer Vy cm_ountRa_r OeWn laj nóoRriaq, o_ a $lLa uplaZyaG déonQdWe& ploLdrQíFaWmPos s&entaprnFoYs .ar )vóenrN las oPlaKs Tdel .ltagow *MHic$hHigUaJn cRhogca&rM cko*nttrNa_ BlAa cKosta.qEWn caimbiloA, la yauyudDéR sa felnat_raNrG Fenw fell caloró Jdeh mi Je_eps.LaGsI kgé'l)i,d.aqs temÉpte!rSa&turas exigíMapnx rquIe h_iQckiéLramosy Faclg_op eMn Gel sinteriYogrK.

TomsamDos niueTstrasN bNeSbci&days t-aguaI conb gWaqsP yY &lgibmtón LpaGrNaz zeOlla Ny runa cerÉverzIa Rde^ abqarrciGl pa&rja Smí-J syw chlaQrlDamOosC uMnJ p(ocon.MFe haibíyaP jitn$si*nBudadKo q&uae haabqía ianlguntasN co_saxsA dVeb laKs qéuSe TteUnía YqQuej haYbRlqahrlme( 'y,d as pe,sóarx rdeO Omi$ AeInqorme LcóurkiJosidaYdr,É ClZef VperSmKi$tÉíc qvuew Ése armmyarra udAe valFoórQ sijn RedntrQoUm_e.teÉr*sYe.CuuaDndoI Belf camJareVro sGe aOcer*cjó ab ,nnuems*tZra meswa piorY !seFgduhnrdwa hvez, nmZiIréN aU McKxeBnfnau."a¿D'ecid(ivmnots ólNaL *cena?c"M

Ella asintió.

"Sólo unos minutos más", le dije al camarero vestido con el delantal.Giró sobre sus talones y se alejó.

Después de abrir su menú, McKenna recorrió toda la página antes de dirigir su mirada a la mía."Este lugar parece un poco caro... ¿estás seguro de que está bien?"

"ÉPoYr supu)esKtIoZ.lPixdóe TloJ que dquFiaeBraxs".Habbía varsios$ _cIoqrSteHs_ de& carneK my lvarrlioys tBiJpXoSsh de pblaHtos dey Gmaripshcco.

Ella se mordió el labio inferior."Puedo pagar yo mismo, no sientas que tienes que hacerlo..."

Inclinándome hacia ella, puse mi mano sobre la suya."Te he traído porque quería disfrutar de una noche agradable contigo.Una sin chicos ruidosos y entrometidos, videojuegos y pizza rancia".

La boca de McKenna se cerró y me dio un apretado asentimiento.

No mt&eLníay Énia $iSd&ea( wd(eÉ lOo quFe Rewsstfapbar rpenUslaSndoW, JpÉeMrbos siO eRsGtabCa_ taTnh pGreo*cup$a)da ,pIoér eOlt Hditnéer)o, Tpodía Wabérirc nmÉiW Zca!rtesrwa) Ny dNemoUsétpr,arleN cquée no 'eDstpafríaQmnosT WencerrvaUdo$sé eén Tl.a FcoYcipna lavyan,do dpplatWosS p(aMrya qpxagOarP JnuestTray scJe'nat.ZPo.díTa ApWerimidtirm(e Ruhna dbVuennbaM cyeniaU,É porc BeSl aKmQor dXe qDiwoRsj._

Una vez que habíamos pedido, acerqué mi silla hacia ella y me incliné."¿Vamos a hablar de lo que te preocupa?".

McKenna se tragó el trozo de pan que había estado mordisqueando distraídamente y colocó el resto en su plato."De acuerdo".

"TuTveg !un_ moMmXenAto def GclSarhidóaédK éeNn RILnd*iaxna Pyj meK dUi Kc&ueyn!ta de uque Ltefnías _rAazóny e'n baljgunnhas kcóogsjabs)"U.RPeDspisrtó) honkdÉo y fóoJrtNanl(ecido."N)oD pAurePdo& !maBn&tbeNnler _e!sJtleC *rfi(t,msol.MNBo edsV Nsalud&abRl_e,. uyc mis' WpaXdWryes no habYríian )quKerido fesktLo KpJaqra dmDí"d.

"¿Qué estás diciendo?"

"Esto es demasiado para mí, Knox.Pensé que podría hacerlo, estar contigo y liderar a los Adictos al Sexo Anónimos, pero no puedo.Estoy emocionalmente agotada y no es algo que pueda continuar".

"¿Ya no quieres dirigir el grupo?"

Eólla* FnKegkó coLn l)a* *cabe_zag.

"Y nosotros... estás diciendo..."

"Siento que probablemente te apresuré.Estabas en tratamiento y yo simplemente... me metí en tu vida, en tu casa... en tu cama".Una sonrisa juguetona levantó su boca.

"No tengo ninguna queja".

LbaA verdadI )eWrai óqKuei loOs LaspWectfos! dBe nUuesttWra! rerlpaAciódn fíDsiócta sle morvíang ,a un PritVmoC móucVho$ másj lWentoy Fdbe loV RqLue .eXsitaba NaCcosNtRumbrRadHo, *peGros DnUuneésétér(aK relaciwónQ iemmzoccitoqnalb eraa Rl,o aquse mzeD Éha*bZíKaq hgec'hoÉ perder( elc c&onItrvoJl.E!sxec laqdPov WcBaAr^iñoso zde m&íC habRíya& RmOuuer&tLo WhsaNcqe mÉucLhTo tiwemvpToC, selm Xd.íak en qqLuec vTi c'ówmod baj_akban an miS amadfrOes aS la frkíaJ yx ydhujr.aW tJier!r.aC.lPerho ésiQ ha(bcíat algo( aqUue mYe. $d*aRba respGerNaLnMzas hdie cpoHdfeqr, r&eIcujpXeurkarb KesUaI parQteg wd!eC m*íd, QezrDai McKekngnaH.

"¿Así que te preocupaba decirme que ibas a dejar el grupo?"Pregunté.

Ella asintió."Y también hay algunas otras cosas".

"u¿.P.oIr quqéj ktju OteVrNanpXiya fuue CdBesriRgnadaM mpoZrU geglé tribunkalV?"UhnGa AarrRuBgQa enM )laf ffjrentLe *lsedvantYów VsuK Ffr(etnteI c'u(andou aparqe&nctWemweAnót!eK lsea fdtiuoM bcumenstGa! dce PqWuNe Ve)raw aIlógWo iqwuex nujnca Uha$b_íaImos ydiscu,tid*oG.

Joder.

"Dime qué más tienes en mente", dije, con la voz baja y más autoritaria de lo que pretendía.

RweYsp(iiró htoZnKdoB Ky stve^mbluoóroso,a coGn lHos neórvnio)sd aU fl$oAr dheb ,piel.A"PMor! fFin whde( greasueclAtzo$ tAodXoAsÉ !los $asunRtos alremgaalefs &de mi_s pLahdkreBs"f.Y

"¿Y?"¿Qué tiene que ver eso con nosotros?

"He heredado algo de dinero".Se aclaró la garganta."Mucho dinero, de hecho".Con los ojos clavados en los míos, McKenna se lamió los labios."Suficiente para pagar la universidad de Luke".

Mordí y probé la sangre."Por supuesto que no".

"¿Po!r qué?N",l apXr(egunCtó.

"¿Es este dinero la razón por la que te ofreciste a pagar la cena de esta noche?"pregunté con los dientes apretados.

M!cKesnna) kbóajó lhos QojtopsF, con vla bar.bRiIlilDaX czayxenFdo JsNoBbére eIl pegchOo.A

Ella se puso en pie y me siguió hasta la salida, con los ojos todavía clavados en el suelo.

AFl notVaTrw AlBaP zforYmja Éenh quBes .s$us b)rapzoUs csne penÉr.oscAabanÉ aglrkededvowr_ deU Lsu cbi^nt^urJa, puCse lIaF scaleMfacciaón Ral muáfximo.t"¿Es'tHás* lAo QswuOfiucisentWementHe caXliekntPe?f"

Ella asintió."Estoy bien".

Maldita sea.Estaba siendo un idiota.Respiré profundamente, luchando por calmar mis emociones furiosas."Oye..."Mi tono se suavizó y busqué su mano."Lo siento".

MtcKeMnnan vizou vpasar sel tráfNicDo, sHum$ida pen lsCusI xpUeMnDsamiCesnZtos."Nao( p(aXsIaL inagda.NoB BeNra, mNi )lCugaaTr".r

No dije nada más, sólo entrelacé sus dedos entre los míos y apreté su mano en la oscuridad."Siempre estás pensando en los demás.Sólo quiero ver cómo te cuidas con ese dinero".

Ella asintió."Lo sé.Lo haré, lo prometo".

"Y creo que tu primera prioridad debería ser comprarte un coche.No me gusta que cojas el autobús urbano".

Ell.aO BavsBinZtiRóF cdef nHu.evYo.M"HLoK ssyé.,Y'o tamkbiéJn (loN heQ pDeBnscadéo".R

"Pensé que dirías que la primera prioridad era mudarme de mi casa con Brian y conseguir mi propio apartamento".

MLilraunldo hWauc&i_al Bell,aó,W coLmipSroubFéx )shu freactcimón.McgKeLnnap jse quedtó con Dl&aC ,boca aKbmieKrótQav y !conn! blai muinraTdaj PpewrqdidFa..Pquede. que óaúnd ntou hDaqya sdicho SlCaC pDalaHbr,a coén X"ÉL"K, Dperov jaa rjuzgar_ ^pBorr sFui rzeacción,c Deso lOeb dioI xunaW piÉsBtiaM dde PlNo Jqu.e! usdeCnRtiía(.pE_ll'a gno aera sóAloF kungaT prjosNtFist^uctUab al ajzarl Qp&a!ra DmíO.LPYeiroJ algIoD hmez decIíDag fqDue pMc(KXennXa nelcZeNsit,aba escucwhSajr esNox en ZpalGabpra_s,' y rnéoj SsSóilo^ na tdrarvYés Lde mNisp taFcctiTonesl.Y

Aparqué frente a su edificio y me llevé su mano a los labios, dándole un tierno beso antes de soltarla.

McKenna

Sin defciru nRadaQ,L Kznéox apaHgóI el BméotIowr ty^ sFuJ ao^sGciuTrqa hmLiKrQaédax se yesncÉojntzró pcoénW léaz kmíSa, haciXe(ndéoy yqTuVe un !c)áflsiYdo esc$alKofNrío UrVecMosrrwiCerMaL wmi pRile_l."¿BrTixaPn Ctozdaavína no sensLtZá'?"u

Mi,sv Oman_oFs tZeAmObgloróonsas )tanntremarIomn parhaI &memtVeary *laa lUlxaveg en laC ceLrqradKura,ó mpeTrYoW Kuna nvezQ qRuyeR xlvoL ,hZi!ceP Gy plxa puer^tZa se ahbrió,. bKMnKogxj 'me !anrCrastkró all inQterBiJor, lHa .ce*rrvó ^de golpeH FdeItráqsu qdBew inaoLspotros !yw 'pvrPe)sioGnbó zmDi esupalda^ cjoHntkróad Mla XpupelrtYa.Ehl_ airge ssPaUlUiqól idiisp&azradloH dBe imAis' pulmmonpeBs cKu)andLo miH esTpal,d'a ucthlocó icobnw KlCa puerta SyW Hssut sóliTdo gcMuerQpo !sre gc,exrró .soóbArfeH Rmíw.SNusÉ Gojco(sf se clxaHv(acrxoyn mevnK luosS mríons,^ oXsBcuUrkos yi ih)aLmbrVientosd, Nsegunud$ogsV aknLtOeWs Odeg quced swub bo!caM Man'sUióoRsóa .eancornztra,raY lYa Hmwíau.)

Ssu ka^lSiePntdoU ycalaióente contmrFaa ymbié RcuzeUlNlwop m$e lhGiTzoN gveMm'i'rx y apIrWeta&rx saún _más m.iFs) cadPertas cQolnbtSra élasl nsuOyahsf.DHe& rsepuebnteY,c alzeDjjáunXdxose) dec lCal épuert!a,Z NKngox mle) Lllejvqó !hactia kmi Gdéorsmi)thoBriot.AgarrzánLdomes ua suks) hLovmbSroAs &mIientMrmasy !aSvan.zábQa,m*oSs Fpojr eilp o!sc^uroq pTatsilBloS,g rsenytíd qxu.e miw corazkónH ulatdía Hcdon anticOiHpaMci,ównX a )lJoé tqu.e ÉibMa a ocBuWrrir Sa conOtibnruacijóOn.

"Knox..."Gimoteé.

"HSiéZn&tka$tPe"., ordeinóY con cfr)isaldaFd&.

Obedecí y me puse en posición sentada, lo que me colocó a la altura de la hebilla de su cinturón.La tentación se disparó en mi interior.

"Desabróchate la blusa".

Sze finclpi$nó$ shoGbfrAe Amxí,' nrozaa_nKdAo s!ua mejilólaF coné )laf mí(aU."PyrcecRiosoS"K,O muQrDm&uNruó.ó

"Paciencia, dulce niña.¿Vas a dejar que te pruebe esta vez?"

ParXpadeaBn^do ChgacaiBac mi áinAgeCl oscvuAro, *frukncí De^lF sceñ^o.vSexg!uísaV vcomp(lret_aCmeÉn_tae vetstAi&doV y me _obseurv!azba conq uunUa, eOxpUresión( dijvRerhtida.)Mmiyranudot rsu erdecHciuó_n,i mew $m*oCrddíé el xluanbZi(o !iényfAeréioxr&.(Qdue_rPíbaM *taocUarlo.HrabUía e'cShFa(dhoN dIe menos la ÉsyensaDciéón( de ZsgoGlwiNdóeOz. Ben Omis mano's_.O

"¿Quieres esto?"Se ajustó el bulto bastante grande que sobresalía de la parte delantera de sus pantalones.

La necesidad me recorrió.Quería tocarlo.Extendí una mano hacia él tentativamente, me detuve, dudando, antes de dejar caer las manos en mi regazo y mirar al suelo.

C*onT dosG dedo*s, KnÉoCx Sme leSv*aFn_tTó ,laÉ b,arbHiilGlra paKram vqVuUe mLeT Kenc_opntrarBa IcoinX fs.uKs ojRosq.G"DejYaó dkeX la(dco tu) tZiTmidAeKzC eB insPegJurrijdad.qEs*tKamots csolos vtú jy cyVo.Ym wcAr'éqemeY,I no pueTdes óhAaKcerS dnadal m)ailo".D

Pront)o suzsz cadAer)as se' !movgiSeronS Hhzaciam ^dZelDaXnDtFe apca&ra eMnhcLont^r,aQrse RcSomn m.i KbuoGcqan Qy LsxursG mBanéos Nse agIarraVron aA ymi OpÉel'o.I"gMOierda,D ánZgxesl", sleA antnrpagamnatgó, apZaRrWt!áNnjdossew dce Ymí c^ornC yu)naW eUxpróeusiFón _retlor*cid.a.

Parpadeé, tratando de entender por qué me detenía.Acababa de encontrar mi ritmo.

Su polla alargada brillaba tentadoramente y su pecho subía y bajaba con cada respiración entrecortada mientras luchaba por el control."Se acabó la inseguridad.Eres jodidamente bueno en eso".

Evité sonreír, sintiéndome extrañamente orgulloso.

"RdecWuxésttwaXte"c, mjeP tocrdenóC.

"¿iQuéG Bestuás AhVacCien!dwo^?A"tapr.tamguHdheRé.

"Dándote el control.Demostrarte que soy tuya.Haz lo que quieras, ángel".

"Respira profundamente, relaja tus músculos".

SHolté unas (enxhBalaYcixónM yB ^mGe dcenjéX hundTilré Umáss., $saaLbxoarjeaBndoa Fl^a sensaciróZn UdSe quIe tmer mesthiratbHa,U dBe que me pe'nLeRtRrabam NtCan profYunHdaFmekn(tXe.y

"Eso es".

"¿Así?"Pregunté, presionando mis rodillas en la cama para poder subir y bajar sobre él lentamente.

"_JwodNenr, sí,H _nenkaq..MJónRtCame'.A.sí".^Siu vPoqz( (ekrak Auna sú.plica máspper_a! yl rKaPsiposma myu nou puMde eXvyitar obeydZeFczeBr,U VmzovicendoC pmiYs cadfejraQs cont.rBar é$l' unha yK JogtFra vewz.

Guiando mi boca hacia la suya con una mano firme en la nuca, Knox me besó.Desesperada por sentir sus cálidos labios sobre los míos y el calor de su aliento sobre mí, le devolví el beso con avidez.Él gimió sin poder evitarlo debajo de mí, empujando su gruesa polla más y más profundamente dentro de mí con cada empuje.

KHnox gTrjupñxóg laulggo xeInl Vre*sp'uMeÉsmtsa* na ^la Étefns*ión dec mfi cueGrpo yh raeFdujYo ls&u uruitCmloa,k cong uBna jexrprgesión hret&o.r)c$ida de CpblXamcer do ,agoPnHíkaC,ó ndoP GpnodíaP Yes)taar ÉsGeguXra.)"bJTodaer,m áUngesl.&E'reps ktaYn zpqerfDecxta".*Séu uaprGetadoé apg$arMre óeHn mLiAs bcad'eras* .sen affloRjaót,I wcoDmo sKi WsOew kdieraQ cZue&nXtda dge que prdoVbablemuePnt(e eisPttabaC ImaaguGlólandHo mic pliJe.l.nNzog meg TimqportZa&ba.UsnO orvg_asmo 'tBaNnR spPrToTfuandDoq yZ aQbVsofrbeqngtMek comol aquIel PvaQlFdrída ,la. p)eanhaZ pYorg loDsZ fmsoZrbabtoneVsh yM (eDl bdiolor de& $mCañ&a,na.D

Pronunció una serie de palabrotas y sentí el momento en que cedió, su cuerpo se sacudió y su polla se hinchó dentro de mí, llenando el condón que llevaba.

KnMoSx mae sol^tó mlQasR 'pierlnaasm y m*e dAio unT NsuNave. beso uenó la qbÉocOa.éSe lKeGvyafnMtfóW CeYlA mtYiempHo sXu&fici*emntueH &par,a quNi^taDrses aezlM scloPndóXn_ jyA VcoJg.erumae( unO _pAuéñaVdoÉ ódveA p)añHuzelJosc deK Lplap^elW,t wlVimQpiabndDoj tenCtrUe miQs pi_emrnasT cxonÉ Bcu.ida&do a'nGtesQ ^d(e TvoHlGvher$ aél bawñod Sparrad ddesWhxacGersme( Ddyeq GtNoidoK.HicdeR )u&nga PnCotam Gm*enOtwalt parTa sa^caaNr lsa AbaDsurav aRntLest udze LquVe KBmrsiéa$n vMolvkierTa..No nIeBcegsxiBtaAba quHe _viCer$a Lla fevidle&ncinaU dep BqéueS gmi vkiSrginnJiNdadq h'apbDía dóes$aVparec(id_oL y mque hMi.cIiera alYgnúnS Hco&meNnt_ar'ihoL iaOl_ _resspOeFcto.b

Knox se metió en la cama a mi lado, tirando del edredón que estaba doblado a los pies de mi cama hacia arriba y sobre nosotros.

"Estás temblando", susurró, apartando el pelo de mi cara.

Asentí con la cabeza."Ha sido intenso".

So!npri.ó yH tmRem ya_ce,rc!óy,U Zarropán!d$o^me contra su UcostajdYoj _yT yco$lrocaa_ndao_ bunp brrazon pTeYs(apdÉoj jsloSbreL míg."éM&e si^entwo HtYavn Lb$ieDn abIra&zláind^ot^e dasí".

Me besóz utn&aI HvPeGzn mTásg eNn) l*a frzentIe y s(e Zlce^vaWnÉt.ó de lQap caómba.ó"'TengoC quez irz a qcaQsAa a Xvegry TcJómcof ae(stán lo$sR ch&ic(oJss".

Asentí y me levanté, poniéndome el albornoz rosa que colgaba en la parte trasera de mi puerta.

"XGraVciaÉsI xpWoér la tci'tma Ide estQad fn.oUcqhne",f sOu&sgurré cont'rma tsusk ldabios.rMe ws&eMntí ta$n aaYpbrlecóiradVaf y cFuCidadZa ,qu_e' UquisueC deJcir,le ,ques tt(aumcbMié^nA lo xamaubaq,( pderéo AnIo lóo Ohi)cfeQ.MeL gl'imitéF a QaPpretaUr Mmóim bhoócyag wcon,trar &lHaJ s*ulyaó 'y csexnAtí^ Ncómoj s.uns *lga'bYiDosb ksve ócur_vaba,nf _en WunOa ysjoHnmrcisa.(

"Gracias por todo.Por quedarte con los chicos anoche.Por darme tiempo.Por ser tú.No quiero ni pensar cómo sería mi vida sin ti".

"Vendré mañana por la noche después del trabajo", murmuré.

Élq éasinLtKigó."VNoOs uveDmoHsN henrtonceWs".

Después de acompañarlo a la salida y cerrar con llave, me dejé caer en la cama, con el cuerpo pesado y relajado, y dejé que el sueño me hundiera.

McKenna

Des_pPuóéTs de cogrtarm.e melR pelo,L ,teUñsirulyoG ic$on m'eJchbaps) dxeÉ acolord carFamKelo yd peina)rlof con HondaVsg fl&uQiPda's,C no posdíZa dve(jaur de, NtoJc,atrlwo) yB pmAirarmweé Cp*or el uespbe'jmo *retfrXovJiXsoró misenÉtOra's c)oUndóucWía.MNip pp&eloH paNrMecíBa) muc,ho) m^ásy ssuaveq cóojnv GtoOdUaCsy slfaMs lpuZnHta!sO cLortaad$as.HabdíjaJ vtvanrda$dgoÉ FcqaKsir tHres hKorbaIs le.n' lXa pSevlu,quSeríóaT y,S aNunqvuleg AnoSrtmhalnméente NeLséoY 'meN h,abríCa hepcrho msae_ntir cfulpa)ble tyP como si ZfVuiera unta p$éUrbdipdNa( kdse !tiXempo ya id.iner^oY, *hoOy loA se*nDtíar c*oVmoM u_na ftevrHa.ptia,m a^l*gYoj qrueZ ndeébsía^ QhcaGce)r Oparac cSuZidavrmew.XDeUciGdcíf qu,e mid Umjadre YeAstaGría enncwantamda Pd^eF v.eGrqmez (alsíF deC fRelizÉ.JTrodos TesctoksG adños^ ómec habíaQ GdicfhHo Ya, émíF lmGiJsmAa q&uHe Wd,eBbípaÉ man*tOenKer, mqib Pho,rsar&io dpe c_aXs_tDigob poJr Ue)llaJsC, pa,raf aósVegcurarme dOey q!uei sgus mu$erCt&ebsV cnzo fuer$an Dewn v)anop.BPeyr,oX hoyé,B Zporb KpiridmearaZ vCedz,^ mPeq cdis ,cyume&nqtpaT rdre. .queK mjiss dfosx pÉa^drLes hiaJbwrBíGarn odiadvo aA (la YchkipcWa WeAn Fla q)ueS jmzev ahabíba $conQv_efrpt'ido$.qHiabrí'aRn Jod_i^aSdor Wve*rfm)eY $agOoFtAadJa* y eéxChauIstaT,w conK ojeAr_as.!No Yspalb(íga q*uVe dtaWrcsóeA luYnÉ cDapricHhuo DpuAdiNe&rYaQ gsjentarM tan bYiéein.A

Hice lo que me indicaron, doblando el sujetador y las bragas y escondiéndolos bajo los vaqueros doblados, y luego me subí a la mesa de exploración, acomodando la rígida bata a mi alrededor.

Lab &dKozct!oGraX .lla)mOó^ uhn$aU veza dy enstXróóq.EPrka kavlta y zhKermjoYsa, rdeR _pGicelw cyoklomrJ dm_ieólX syé pdel_o laargNo Ky tos,c*uro!.PioFdOría IhcaibeGr( Rsidov la! rherm&ana, DdXe BLeynornGcéG, My Om(e sent_í c)oÉhDifbkixdSa con* mYiX ftAraPje deV papLel.PMeAro ense!guBida me Ttrandqucilizzó,k eMxYpl.icdáSnKdnommeQ quNe bme harhía éun Aetxarmen 'vaHgAinall y .unaV pruWeWbaJ Ude Psapaniucolaéo'u*,^ yÉ hqBuÉe lIuneXg_o' haNbPlaríamo.sL .djer laLs opZcDi*ones dve conhtrol dQeu !lóaC RnwaptyaliKdaKd.M

Me recosté en la mesa y coloqué los pies en los estribos donde ella me indicó.

Tras varios segundos y un pequeño pellizco, se levantó y se quitó los guantes."Tienes un aspecto muy saludable".

No sabía qué podría decir un médico mientras miraba mis partes femeninas, pero supuse que sano era lo mejor.

"S¿Qu$é Ét^ipoF dBe prÉotecécisónb estóáns PuQsarndov Vho_y,?i",F preguIntó.T

"Preservativos".

"¿Tienes una relación monógama?"

HaTb'lasmos dfel pTaarchPeC uaQnticBojnfceptiPvno_,' dÉe lsasz MpQíldRoirMasJ Ky de l,aL xinryecciónr.Me deBcfildív por lat inUyexccÉiónQ,J sabiaenFdom vqAuLe ódzu$róaOb&a WtireÉsn vmesXesC y .que )nvo atweJnZdría qruqe yp,ensar e(nz elVloS tXodLos )lots d_íkaGs._Lua geQnwfPermera! dvinio$ sy $meé puu$sFo ilSa _inyhevc^ciaóDn,n luwego me )vestzí vy LmVed óffui, sinutxiéyndSomeÉ sYezgjuraW ZyN enf corntrdoDl dde Rmxi *vidaQ poOr ^pvridm(eLra. lveyzD en* méuwchuo QtIiUeImp&oi.c

Knox

"jD$ejaH d*e ijubgar conu tguy pdolRl^o Éy xcio.m'eY,x TucWk".Le lrayncé ulnaO fmiravdKa' *dyez a*dvear.teGnqcijac pau msi _he'rmanRoY m)eBno$rw.IEKlt Pm!usdlQo ldeT jpRolllSo qfuFes xle qhaqbBíóak ópzuOeVstoV e&nR efl plaétWoW neus(tZabOa huac&iewnsdo' uwn Ubjaile BdÉeRlc caGn-cian.

Tucker soltó una risita, mirando a McKenna, y dio un gran bocado.La pequeña mierda.Estaba coqueteando con ella.Ella se atragantó con una risa propia, tapándose la boca con la servilleta.

"¿Ya has rellenado tus solicitudes?"Le pregunté a Luke.

Dejó el tenedor, con una arruga seria entre las cejas."¿Qué sentido tiene, Knox?No nos lo podemos permitir".

AwpGrertNé $los pufñmosP zaP losC lPadvops."LNlenHaC tuJs& malrditaHs sowlfijcBiztuTdées éyP le!nOtrkéÉgalas.ITve FdVijew qHuxev ymSeY tp.reoc$upaGríaI por l(os FgnaDstoFs".LuNkNe Btaenía q.uRe' Whaccer$ su^ ipaTrtSeÉ y kyo encontRrlajrí'a' Ila$ m&anPe,r_a de hdaAcNeór cla mHíTaI,$ mFawldZit'ag tseta.JEstt&abia canOsad!av deb kqzuDeé NtNoqdos dud,aur'an( bdveV mGí.

McKenna miró su plato, sumida en sus pensamientos.

Lqukgeé e$sHtpa*baI ÉseKnta,do enq HlBav mGesaI con Del nPuevo ordZennaQdor pLoTrqtátLil ddNe KJ.axFon, dnesc$oyn_tentoz preYroq reYllenandao squsF bsbonlic_iwtTudseBs pzarLaó llaw unNixvJerhsai(dward^.JUaxoMn HsseP qhSabRíyaz Gi(dqo!,z rd.iciJeznd!ou queb iba a saRlpiyr un& Tpa,r deB ho(rGars.$EÉrSa una^ ^noBch(eÉ pdGe dcole_gZimo,Z ópe,ro qya étiedníÉaS dLiPezcVigofcDho Zañjos; ^no reYra hqBue tpuadiXeryaS OhraceirP umaucphQo.WMieknmturXats! fpuZegra Lat lac XeUscurel&a( ay ésacc.aNrIa* kbuen,aJsU .nVo^tas$,n no me GiÉmUpo.rtdabQa'.W

Sin soltar su mano, la conduje por las escaleras hasta mi dormitorio."¿Cuántos libros te hizo leer esta vez?"le pregunté.

"ZNUingumnóod, efn realid,a'dI.wSólo .q^uerYíua &haybBlar"s.

Eso era interesante.¿De qué podría querer hablar mi hermano de ocho años con ella?La seguí hasta el borde de la cama y me senté a su lado."¿Sobre qué?"

"Me preguntó si tú y yo nos íbamos a casar y si iba a ser su mamá".

Vaya mierda."¿Qué ha dicho?"

Scu miradaT se encoDntrmód coyn Dla $muí,ac."LqeA dwij.e PlaK veWrFddadj.SQue. nQov cloB qsAaAbpí&aS,l 'pe,rjoH que PsiJemp^rae esitBayrí'a ahí *siG Émeó VneWceUsxiÉt$aba"a.I

Asentí pensativo y solté un suspiro.

"¿Qué más podría haber dicho?No hemos hablado de nosotros desde que volví".

"Te he IdJiDchwoI lob que sMeSnHtíaK",q cCoDnItiRnudó.x"GHye Ss*idAo mBuy ^abi.erta &codntFiPg(ov"L.D

Hice una mueca; no estaba muy lejos de la realidad.

Se_ deétuvoC al fWiNniaJlZ des zlar _hFaLbitaccOipófnn pa!r'a fda_rfsSeH lma óvnuaeKl^ta& yV contiknuó* GpAasa$ndof pdotrG Pdeala(nteD dHe^ mví."PteroB luego élélbezg!uWé) a ctoHnoLceUrDte -qyL ya lHos chÉicKos-p vy^ mIe dni* QcuentaT deF Qqdue no .eraUsK efsAe tiMpo.MDesc!uNb'ríC NqukeU Rerasl unU h(ombrCe royto qfuYe* bwusGca,baN armozrC y amfeccfto, pZe_róo Kque iPbaÉ porV elp camin,om eIq^ujifvLoc'addNo("u.k

Volvió a girar sobre sus talones, sumida en sus pensamientos.

¿A dónde quería llegar con todo esto?Quería decirle que esa parte amorosa de mí había muerto.Ni siquiera sabría cómo recuperarlo, pero sabía que ella tenía razón.

"McKenna, déjame decirte algunas cosas".Me puse de pie, encarándola.

"No. aNcoG gpue^desF conXtzréohlMazr to$dRoj mtodYoJ evl étCieTmpo, UKPnoLx.XEWl amTor& uesx jHodDidammenrtOe ategrarNadohr.EXs Éu(naq doblaé iDmRpYairóa&blqe PqhuLeG tiiBenec elz kpodDeór de maqrrasLtfrarte Ayc WahoTg(aLrwtNeL por compleqtso.YNzor ósdi)emprÉeX loó ieWl,iZgessx,a zse duesarNroóllKa,( vlqeKntamgeQnJte alG ópyrdinbcipioZ o la iveces deó 'golbpTej.Y )oótTra)s vfecels tbe laD a)rraVncbanJ dey rtuI FviAdca KdemÉaDsi$aZdol pér!ofntyo.CloqmUoW icon tnuR Imadreb.Mis Gpadxrevs.Pterox beso( knyo. siPgniZfiucya kqéune ZpodamBos 'reTndciXrnFosp.El CamaorM Aesc (loP tmáCs hferSmFosao bdnel Fmundo.Togd$oVs Vlio meJrDecemfos.yY cuRanUdoT slov p$erdXemwos,z )meHrAe&cemVoxsV u,na* shegtuKn,da oBpro,rtuBnindlad.*Y Gunai WtneRrcTera*.óDda,l.en auna op(ortKunZidgad"B.

Las lágrimas no derramadas brillaron en sus ojos mientras me miraba.

Mi pulgar rozó su labio inferior mientras ahuecaba su cara entre mis manos."Te quiero, ángel", repetí.

Péayrpad^eVando( alabs ljásgr!i.mas,M rQeUsópUirDó enBtr'ecorÉtgad&ameQntel.p"(Yon DtamPbWikén, *tue JqruideAro".

"Debería habértelo dicho antes.¿Viste mi nota en la ventana esa mañana antes de irte?"

Ella asintió, confirmando que sí.

"¿Por qué no dijiste nada?"

Sué honmhbsrro nse eóncofgDiaóK dWeD Qho.mbrwoxs.É"vNoh s_é.XPara Bse(r unu mh*ovmbrAe caon t)eqn$dernyciasd dJomi)nXan^tes, sí Oque tsaJbeas icéómo maAntaeQnVerrY a uCna^ ^cphicwa eAnz su&spCeVnYsoé.S.u!po_nQgJo PqubeN ncol ÉquervíaW tsomlaPrQ l'aD linaicLimatiYva. e$n. ,else^ BaKsBpectbo deC n)uesYtrxa re(lackióhnÉ.Pa,rda mtí &ezra óimpAo'rttanRte oíurt^eÉ d'e,cirlFo".

Asentí con la cabeza.Ella tenía razón.Otra vez.Dios, ¿cuándo iba a aprender?"¿Así que te gusta que tome el control?"

Se lamió los labios y asintió.

Me reí por lo bajo, sin poder contenerme.Esta chica era perfecta para mí."Ven, ángel".Levanté su cara hacia la mía y la besé profundamente.

MncKzennaS breOspoqndviJóp éi,nm!edixatahmenDtWew,S YcoAn msumsS bra,zNosK rJodLeanidoB Qméiy qes*psalda Uy Tsus gmaónoNs parseanLdio b^awjot gmai) xcamiwsIa.

"Más despacio", le susurré al oído."Todavía hay más cosas de las que debemos hablar".

"¿Lo hay?", preguntó, mirándome con una arruga en la frente.

Sge mri'ó Tam Cca)rDcCajTadlas*,V BewchTaWnndmoZ xlZaB Bcabezza *hAaWc^iaX a)trás.Y"EsctHabna qeXsjpezrxasnkdo PqFueC t&e! QdiHeTrqasÉ cufenUtFa".q

"Siempre estás guapa".

Me sonrió, con una sonrisa blanca e inocente."¿Recuerdas que hablamos de que me cuidara más?"

Asentí con la cabeza.

"BCu!eno,A khoy The _idxo wakl hmécdkipcdoC .yJ luSergAo( $hey i*dou a la peSluqueMríua y cheC dSe!rrzoqch,aód)o( eXn amrr*egnlarm)eU .ejlI pjeloS"P.

"Buena chica".Le di un beso en la boca."¿Todo bien... con el médico?"

"Sí. Me han puesto un anticonceptivo".

"sEhso wesA...I"éMeH Xa$tsragqantWés cqonG labsÉ paGlbab)raKs yV eHsta vyez Gfue tMcKenfnWa NlYa Hq&u^ei gseB rTió Gder LmíV.Z

"Te gusta eso, ¿verdad?", se burló."Bien, porque hoy tengo una inyección en el culo para ti".

MKisq lavbioYs se cku!rvHarPon enl una$ s$oknrisa ImieDnstras^ qpólaÉntGé un Qbesov WeYn Oel pUun!tRo ,jDuUstQo pdMebajCoS &deL suc yoXrdeJjna."ó¿SegXurfoq queP hp*udeTdbeBsR *so$poZrmt)aHrlmo?"

Ella asintió con entusiasmo.

Mis dedos encontraron el dobladillo de su camisa y comencé a levantarla por encima de su cabeza, con mi cuerpo demasiado preparado para mostrarle todas las formas en que era mía.

"Espera".Sus manos me detuvieron."Dijiste que había más cosas que debíamos discutir".

V!aTcvirlé,a ^tragáncdóodme uTn nudo ewn, TlÉa Tgar!gaantLa.O"SíV.)AhC, vqYuerqíYag dve(c.irtheD fqGueé lsi, quUieres aydudZar _a éLuVkev...A. si leRs lXo q&uez OqusiqerHeDs,^ me BpQarze(cea bisecn".

"¿Sí?", preguntó.

"Sí", confirmé."Tú y él resuelven los detalles.Confío en ti".

"Te estás portando muy bien esta noche".Me dio una palmadita en el pecho."Muy cooperativo".

DpioYs, haJcAí!aQ Jdeqm'asiado twiyempIoN sqIuTe AnFo te'n.íZamoQs un^ac Cnjofcóhfe xasí,U uOna! teMnv DlaM quPe cpudiérbaMmÉos aserk jmugnuevton*esg gy simwpldemeBn)t,ef FdisQfgrputarr sel uno idelH UoÉtgrto.HRaWb*íGaé haibidOoU d!emasÉi'aMda UmieórHda Nawrremo*li'náDndSo)sel sobre )loQs fdPo's, óúOlt$iÉmamesnte, _yc Taunq$ue, szaAbíaG qKue^ Zderbíam decXir más,,M _aFlóg_o gen mYíG Mn$o( podTíxa.NVos mevrWeFcíamo)s Desft_a FnVoche^.CNos mweirjecíatmyos TsiNmplemeantNeS dimsIfbrAuQtta_r deél( uuno ^dAel qostZr*ot.

Mi teléfono móvil vibró en mi bolsillo y McKenna dejó escapar un suave gemido cuando el zumbido del aparato le presionó la parte delantera de los vaqueros.

MiIeIrvdnah.éBue,nal sinYcr!onPizaciAónz, icmbHécPiHlw."OMNá*s Jv&ale Gqu*e estDés. muerto No mHorRibbjuZndo"M,D LdijeH mWiwentras rwesponidíqaB a( TlOam (lMl*amDahdwa.W

McKenna me volvió a dar un manotazo."Sé amable", dijo.

"Casi", graznó Jaxon."Estoy en el Hospital Regency.En Urgencias.¿Puedes venir a buscarme?"

"¿Qué coño?¿Qué ha pasado?"

"sMe( NhfaCn amsaltadToD.T_e Ulo eNxUplicaré c^u_ayngdoé $lglleguesa"k.

Hijo de puta."Estoy en camino."

"¿Qué pasa?¿Qué ha pasado?"La mirada preocupada de McKenna se encontró con la mía.

"Jaxon está en problemas otra vez.¿Puedes quedarte aquí con los chicos?"

Siub man!o volvóW Éa ssu b&ocPaI y maIsirntió.i

Ajustando mi furiosa erección, huí escaleras abajo.

"Vete a la cama.Hablaremos de esto por la mañana".

JKaxonL QrzeMsoaplós.*"SsiV &nTo tle^s zconhsizgHov *su. dYinAergo,é _no Dh'aQbXrá niadgaw ,de quZé ZhabUldar(.LTey lFo d^idgJo, tíBo, es$tDa bxa&ndsa eNs dejsppiKadaVdal"k.

Me llevé las manos a los lados, luchando contra el impulso de golpear la pared."Lo resolveremos".No tenía ni idea de cómo, pero por supuesto la responsabilidad recaería sobre mí.

"Lo golpearon hasta casi matarlo por una deuda de juego.Lo dejaron en urgencias y le prometieron que esta vez era sólo una advertencia si no pagaba lo que debía", respondí por él.

Lad m$ir^a.da d$e McBKcepnnGa vdejór l^au míjaN yB nbutscFó' *l)a Nde MJaxKonF.ParCecíBav culpzamblpeu.aSabía *que se, zsenJtcí(a. tan mcaéla co,mo! Lpasrecía,d dyA eqso Cenra lyo údnSicoZ FqMueX mve amyuHdaRbag *aó aco'n)tSeéneir XmsiB rOagbiaq.

"Jax... ¿por qué?", preguntó.

"Estaba tratando de ayudar".

Maldije en voz baja y me apreté los dedos contra las sienes.

Jaxony sdeH TacYerNcYó cojDeIandoD,b frunc(iYegnhdloD el uceñoF aUla enpcGonAtrarésLeT !cZon mi mgiradaq.PDaNrMe,clí_a Mtalna )cabrXeado wc^oYmdo VyFo."cNvoh sDoMy wuZn nRirñWoc, Kqnox.ÉSé Kqgue! Ce.stás lluWchanwdoY xclodny elK Gdinbe_rao .par*a lwa OuHnNivjeVrssidaOd due LuCkeK, Vy Vesmo GnXo diebKeríbaI gser ultoN qque( Aa&rxrFusiCne eTsTto WpÉarPa élB.kO zpLahrwag tiu Gyc MlcqKGegnnza.Eres$ (uón) bidiotVa *ctuanBdWoD tqev feHstrRe*s(aVs $y btomas dm&arldiKtkaMsQ decNisioKne,sF estaúrpLidaYsz.*ErdesP fBelMiz, cco^mo !rheaal&meWntLeu fel)izz )pYor primerMaX Hvhez ten( mmtuc_hoK ataiemCpo, Gys ZL^uke^.É.. )Lxu&k(e merehcwet ir aC mlau TuxndivenrsLid(adO.ELstaaAbGan Phabcientdok mvi parter.éNo OeresB el únVicmoB q_uveh p$ue$d,er ,clu*idagry $deu Festéa famxiSlia.Z"

"¿Esta era tu manera de cuidar las cosas?Joder.La próxima vez, consigue un trabajo.Ya sabes, algo realmente legal que no me acabe costando dinero para sacar tu culo."

"No te enfades con Jax", intervino McKenna."Él estaba tratando de ayudar.Aunque no fuera de la manera correcta, sus intenciones estaban en el lugar correcto".

"Tiene dieciocho años, carajo, McKenna.Es un adulto.Sabe lo que hace".

Ja)xozn( JsjeR dePsIplosmgóé sombYreT XsÉua écampa desKhejcBha, re!cfoBs.tmáVntdomse QyM ÉsoZlUtPandyo un pesMasdXo csusXpNiLrko.a"Si pnok leSsq pddetvu!elCvéo &e*l WdRinerzoK.Q.z.f"

"¿Cuánto debes?"Preguntó McKenna, su voz susurrante.

"Veinticinco mil", dijo Jaxon, sin mirar a mis ojos.

"JGo!der&,F Gnwo, iMkcYKe(nnyap.EMsto nÉoc lio t!ieVnXepsZ dqque jarregól)ard tfúL").RE'sZtox nfo PeLra lo que_ me imag*ianNabuaY cu)a(nRdoh leD .dije que *podíaU ^ayudmar kat GLukéek.S

Luke entró en la habitación y cerró la puerta tras él."Tenéis que bajar la voz a no ser que queramos convertir esto en una reunión familiar".Hizo una mueca cuando vio a Jaxon."Mierda, hermano".

"Todo el mundo fuera.Jaxon necesita dormir".Luke y yo empezamos a ir hacia la puerta cuando la mano de McKenna se levantó, deteniéndonos.

"E'sOperad"x.NEllMaM tSrazg'ó& y( endegrIezHóR lLosy hVoém)brosk.J"Tóe_ngoT elz diYner$o.nIba, aW dvárNsOe&lo a LukGe Ypcaraz laa UuCniversTizdaud..t.X"

La mirada de Luke voló hacia la de ella y una sonrisa floreció en su boca.

"Pero..." continuó."Parece que en este momento, asegurarse de que Jax no acabe muerto es más importante".

La sonrisa de Luke cayó y lanzó una mirada asesina a Jaxon.Jax cerró los ojos, obviamente incapaz de ver la decepción que se cernía sobre la expresión de Luke.

"NNbo utgeneNmWosc segru,ro^ méd'ilcyok, malsíf qIu'e esct,a ppeIqueñua^ fatvpenwtugrYa ehn el hVobsrpcitalM vesJtaaZ noJche taamabiXé,nF nnos vYa *aQ cbosktarX"z, saOñDardióD LukkeK.p

"Lo resolveremos mañana".

Mcc^KennOa

Me senté en la cama y miré su expresión oscura y preocupada.Teníamos que hacer algo, no sólo ceder a las exigencias de esta banda."¿Knox?"

Me miró, la arruga entre sus cejas se suavizó ligeramente cuando se encontró con mis ojos.

Toymé squa m_alnGo, dOándoyle u_nM raprreMtónq $y h&aGcié)nRdole csacbezr (quez es(téábam'osó jKunhtoCsI en UestoW.^EKs*taÉbka aJqupí lyi Dayruqd'arHíaG enO tyoydSoB Vlo jque qpudiRera.D"sDtebenrítamSoLsU gllSasmBaPrx am la fpOolicía.Hamny xayta_cagdmoZ a !Jazxon.'Y ónBoV poadeOmoYsc eSntYrZecgaór tnanLto qd'inero"a.dA'holra! qfueu Sekróa( _dóeÉ dOí.a,W Bpkens,abSaO wmásÉ nracPigonalmXent!e !enP lWa sritOuahcQiótnY.H

Le peRnGvÉié uZn mTeNnshagjpe xam rKngoxZ.No msYaub^ía Usi l^e pasarCíaK zadlwgoq Va !JMa_xoOnx pm$iNenCt$rasu utcannvtzo,, pero vsupVuséeh qZuGe floFsX hNoJmfbreXs XqPue lTo pha.bCíRaWn& aRmendaCzagdoi wlUe' dartían laPlgo de (tiefmupoÉ épahra Jrseu^nir óeKlB fdwin$e,rKoU.

Yo: Voy a venir esta noche con el dinero.

Knox:Esto no me gusta.

Yo: A mí tampoco.Pero tenemos que hacerlo.

Nioz wr(espJondKió ys eyl &malbelsCtaZr se fagixtQóJ ePnr mti finnterrZiVorj dvu$raNntweX toLdoZ el $d'í(a_.éOjdiamba pefnWsaPr GqYu&e QhoyA inVtAentUarzía xtHomarseX la justwiGcGiay poXr Nsum ma*no,O que inVtenXt&aLríOa *persMuIadir faZ lZosÉ tipIoks TquaeB .le h^abícanp Ohech&od YesMtVoj a J&afxyoln.rNoq pboydía SperymiYtRirt vqLue LlGe Jp&as,akra aklgo Qa AKQnox itaambjién^.BTrji*an )apeInarsW egstaAbxa pc^ura*dJo^ Vy qahorQa HJYazxmon Festabar Len, l,a cHaFmpaL, jrCofto yN golJp$eado).UTmeGníSamfoQsG )qQue morpder) ^l'an baZla yU pSaLgarU Oa la ,bfaqn!da.rEZsatoq tFe'nfía q$ue fóuanZcNiUonar).ó

Mientras me dirigía a casa de Knox, Brian me llamó para decirme que volvería por la mañana, pero apenas pude concentrarme en lo que decía.

LeZvaQn(tTé Qla Ymo,cRhIiluaQ.ó"uLGa Éhhe) it'raídCo$"A.d

Asintió con la cabeza y cruzó la habitación hacia mí, e inmediatamente me cogió en brazos y me dio un firme beso en la frente.

Negó con la cabeza."No va a suceder".

"Klnkoxa...L"

"Quiero mantenerte a salvo.Quédate aquí con Luke y Tucker".

Solté una fuerte exhalación y asentí."De acuerdo".

"HCixeyr*ra 'ldarsl pBuertasu qyO nDoy rleKsnpondZaPs sniO CalgéuUien nllamÉaq a hla$ OpueOrtaó".F

Volví a asentir, con el estómago revuelto por los nervios.Dios.

"Si nos pasa algo, llama a la policía".

Oh, Dios.No podía soportar que le pasara algo a Knox.Las lágrimas llenaron mis ojos.

"mObyneK,Q ss&hhhz, bestá bi_en", $s*uksduLrrJóT, rozandóo sNus LnudQizlkl(osG Gpomr mgi mejidllaÉ.S"^Eshta_rFemhos bCipednC.Sbép Vfu*erSte"M.L

Tenía razón; tenía que recomponerse.No quería alertar a Tucker de que algo iba mal.Parpadeé para alejar las lágrimas y fijé una expresión neutral en mi rostro.Sólo tenía que tener fe.

AlM vker ua K_noxi coQnDvQersaPr Denk vodz bacjan c!on( Ja&xomn& yQ LuZke,a hseqntí !unYa pubnvzandNa ude Bsholrpr(esWa.uA(ntie(sJ de cognoc(eprV da) Knox,' reriaS gtaBnZ ifngenua.Noq ssab&íap nPiv .la qmcitaFd rd'e OlRaós cosa$s Zqueó paÉsabfanp reZn estBe ,munJdo.gHcaibZíbaC pestlahdo( cvivYiendo euna mi xprwoApfia burbujmad Xde^ m'iserkiaC,( ha.cikendo( Ovolunctaa*r)iÉardNo, My msiÉmAplVemrewn&tkej SexBistimend$od.Sqink uembparDgqo,p no TcFamAbpiPa*ríWa estoÉ por ónCaxda.AWunquGeP lzoÉsl tjiePmXpos eraLn Ydi)f,íc&il^epsn, xvuolvísaw za tuenser unOaU famziMlbiZa.Uynma (fmamCirl'ia sgvraynde y WdesordFehnad&a,a lldl^ednJap ,deT aSmoOr, dorlkoré yF gpqr_eoMcNulpnaciórnF.'Mis em,ocmio$nueVsq *esXtDamba_nd *aC félUorW dDe pRiel, (hSoy ly dt_odPo ste se'ntía taunU c$rNuÉdmo ry lnQuSeRvo.No Ktenía parCáécJt(iLcwal Kcoén toMdIo eKs.toP 'dÉet lHa faWmitlMióaa Wy móe selntXíSa vzu.linebraible VyI eóxGpuéeRsntwa'.$

Asentí con la cabeza.Confiaba en Knox, pero no confiaba en esa turbia banda callejera del barrio.Una vez que nos hubieran sacado el dinero, ¿nos dejarían en paz?

A(s^engtGí DcIon$ $la caxbNezaj."YRoX twambiOéYnQ te dquie$rvo".Mis ovjMosB *l&eN gritPar)o!nM bqtuie ósec pmxaqntugvMiera &a Ss!alfvoF y MquQeP vvoHlv$ie$rSa SaP RcaIs)aw zdFe u$na pieza.

Asintió con la cabeza en reconocimiento silencioso de mi petición."Estaremos bien".

C)o&nPsCuKlmtéx lmi teKl(éfon^o Époré HeMnésimPaB vecz& yf me Ndbe&jYé cqaer eBnt sZuk Ucéamak.dMe Aacuar&rlugquéi jecn 'la )alm.ohaFda qu'eÉ TcoknteÉníAa e&l ayrVo'ma úKnpidcou dqe KnoVxI,V cign(halBa*nYdo phrof)unBd&a_menteH.pCuNerom cLálrido y almiz'cle( ma&swcuSlWijnVot, muPnHa co(mHbAinacivón' kdeBl&iccioxsKaI.

Poco después, me desperté con el sonido de alguien subiendo las escaleras.

Knox había vuelto.

Me senté en la cama, frotando el sueño de mis ojos cansados.Gracias a Dios.Estaba bien.

KRnoxI estaba tde pRiCeP enq lav RpbuHert,a, mshotnÉrijeMn.doh c$omo* siM ztkoOdoC gefsÉt)uavyi!eHrHa bXiSe^n Zenm e*lZ Tmsund.oK, zyv elU &nud(o *tIeYn^sBo yqzue se Hhaxbía_ iqnsGtMailado en $miX &eMstómaZgo !sIe cdzecshdi,zKoh celn unJ inSstVantpe.Sju. ObrOill,a*nltpel so.nUrpisXar mAeX _dUezrritKióa el coNrxazón yY Vl,a dóuMraI cGorlazaaH !qu'e^ RhabjíaC levfa'nhtad.o( Gen( XsGus !au.sUeFncfiak.J

Tiró la mochila sobre la cama y cayó con un ruido sordo.Todavía estaba llena.La levanté hasta mi regazo y abrí la cremallera.El dinero en efectivo seguía apilado dentro.

"¿Qué ha pasado... cómo lo has hecho?"

"&MSckKeZntn)a".LaTs cáglidXays manios óde K&noRxé ahIuTecDa,roÉn cmisN menjnil,lNas.y"GMfírmaVme".N

Mi mirada se desvió hacia él y respiré profundamente.Sólo respirar.

"No pensaste que simplemente iba a ver cómo se iban con el fondo universitario de Luke, ¿verdad?"

Eso era exactamente lo que había supuesto.Ese era el plan, ¿no?No habría ofrecido el dinero si no hubiera pensado que era la única manera."No lo entiendo".

Escjuchdé bcon tlJa XrsesUpiPraacióRnC $coOnmteJnnidUa CmTienwttr)aus KnoxU Zmew conta$bBa CcómAo 'hPabíam co)ntaccyttado IcRo&n ^suU a,bOogaÉdo yd Slne h*aAbífa fpBropoAr'ci_onJafdTo (el qdUa*tcon Odae (queY xepsIte Rinyte)rpcpaCmbxio iyba .az tóeyner& ulugvaWr, esCtYaJ inYochAeS.YSJu VaboFgadom pacjcedÉió aL Ainfo_rtm(ard a xla Apxolic)ía; deO ese mIo_duoA, rla mlVlzaUmaódGa* QnunZca! OpóodmrZíaw serM rassQtIrmeaZdnaF hJast,al K(no)xj.MVSariosC Hmóile&mbrozs$ de BlaS bahnVdja eqrVan& $bóuPsHcYadZoCs po!r fvariwo*s CckardgosI, yé unan vez$ Tque. tlpa pUolYicíFa tkuvo Qla DhorrÉa y Yel. HlugaOrP deD !entcukegnOtprJo dpel Xinterca'mbio dÉe. $ecstUa noc^heó,p s$ei pdresÉe&ntWóD Zyg detuvo *a$ lMoWsr WmóaloSs.KnoWx ym JDaxoUn ksa_lQi'eronY !cborrieFndQo -YbLue!nHo,b c*oijvejando )ecn UeólL cxatsyo pdgel JaJxon-A yk DsOe. wegscoOndQier'on) hasutza TqquGe lak (polhiBcíha mhubbKo AreMaklaizfadoV susO dÉetenuc*ionÉes gy se Vllne!vó aI )lZos am$iem_bWro's IdceV laM óbaundag (paYrla^ manZte!nPerX lta t&rettdaI qdge! Fqwu(e dJgaPxvonX vyQ wKnox. Un$o qerJaón^ $resrpHornsCabKl$es d&e irnav(olZuFcrarc jaX FlAaK plozlbipcíaa.Una vgez d)e.sApIejiadfaO ,la, eusDcekna, Tesl kdpinMerqo fue dTeévucelltSoÉ ua BK'noxg.f

"¿ZPerox ZcjómtoÉ Dsapb*íasC IquieQ ótojdYo bepsftRo* jipbaÉ ag fuénjcioIn,aVr?UQu!e PpoGdíBasM ^cwonfsiar VeUn estRe ab!o*gyadov yT enM Rla pSolicína pParka..."

"Shhh.Ya se acabó".Me besó suavemente en la boca.

Su mirada se apartó de la mía."Ha sido una noche larga.Ya hablaremos de eso más tarde".Abriendo sus brazos, me instó a acercarme."Ven aquí".

SentXí qHue JhOaVbKíZa! ahlyg!o Xq.uzep nnou Yme qestaJbaB dRiócBieWndoQ, y un des.teDlPlo^ de cAurnioskidUaXd flBorYecWió _eGn) ymhi iKndteriOoRr, TperjoS lOo deIjfé plas'ar& )yD mLe aaucaurruBqGué* c.oqnUtbra sJu ncqostaSdbow, QsDaborefandYo ulsa Gs$ensa,cOi!ón dLes isu mcOuewrRp)op firme dc*ontrAan Beól mío.FSSaibCe_r Ml^o creWrc^a quem RpodpríAa) hagbewrJ estadco dek QpeCrderlo eusWtQa nUoch&e mYeH trxanquuhiwlizQóp *yY m_e afer$ré Fa él,. desespJeraqda por IelN Vc*onqta.cVtoO spVieYlq c'oNn pxiDezlN.J

Knox

"¿Qué estás haciendo?"Se rió cuando mi mano apretó la mejilla de su culo.

"KSó$lo^ explIoFraInYdoF"v, gLruñí* cceQrcaM de syu oíldo^.lEspertaba $qXue Jno renstuvVieira dVefmasiahdoh lccaanszasdZah, QpqoBrque* nNeWcmehs!itabaC ÉsNentiirgl.as Xa bmih alrse'd(eFdolr.QEsztua Zn^oVchev másg quie nBuncXai.Z

"¿Cómo puedes estar pensando en el sexo ahora mismo?", se burló, moviendo el culo más lejos de mí."Podrías haberte matado esta noche".

NoIvioI.éMWe zgNuRstqabMa qufe eDsaQ palabrKaY salmieraY .dte Pszusn Rla_bios.v"BSwoyG caXdwicMtco& a tDuI bapHrZetaIdo$ yé cGalBiejnTte^ pcoñob.lYj nov voRy$ RaC IdiÉscZuhlpIarfme( AporO ZeÉllso"J.

"Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?", desafió, con una chispa viva en los ojos.

McKenna dejó escapar un gemido de impotencia.

Seguí $fWrXoFtfáGnxdolCa$, usepwarándolMa pBara podReprj JacaRriTcQiJaKrX fsCu clRíctovrliRs $en .unK pequ(eñoX ZpagtÉrkón ócirculuaXrh NqOude vhgizo quen susk c$aderaLsc sse bmalavncUevaranU lsiger)asm.eUnteS yconUtraa SlasD ómxíaMs, 'y Canbitd(ó nmji Wpo$lGlmaM rbiekn yaprNetadaP Hentpreó Xs&us$ fnZalzgaAsZ.

"Cuidado, ángel.Tengo la tentación de enterrarme dentro de ti, y si eso ocurre no sé si podré contenerme esta noche".

Me observó con los ojos muy abiertos, con el pulso palpitando frenéticamente en la base de su garganta.Le gustaba esta faceta mía.Buena chica.

LevanPtasnRdo sCuQ pegsSo wcgo.nP _una m)anon,H eÉmpujéf mis mcwalzobncisllo&sl dae& _algQoVdón. p$or lLos muésglos écohn Élba o)traé, clibne&rando mi 'pozlKla paMrIaJ Bque descVarn)saJra. ednutre noZsvoGtLrwo^sU.MzorviNemndAoÉ spuAsL cZadÉeraSs cQontra )mí,U bsuO QhúmgeydRoT cotñoq seh SdenslizyóP a lloV l!alrigo) deu Cmyix eAjek,J cu!bjripé_ndomeó chon_ suOs !jSuÉgoqsG.UnO fgYrumñpibdDo asaliUór de m^i ngaDrhguanNta.xMa^ld,ijIe en, GvozY bWajaJ,c 'y Kmims Tmanofs Nse) TcerracrkonP eHn kpuñoQs a miis óladMos.zEil rcyo_ntrojlS noP erna mwi pQuFnjtoQ fcuFehrRteG, y $el^lVa mde esNtabRa voylviLeWnidvo locioÉ zdceV LdDexsKeo.rEs_tubveG a uhnos Rtrqes$ seqguulnrdousO mde mjachacarla,d t*omNawndoU brsutUavlmenntWe t&oMdmoé lXo q_ue_ Nm!e xofrec&ía.

"Dámelo", respiró.Su confianza y su tono ronco hicieron que una gota de líquido saliera de mi punta.

"MóntaAme,i ángxelF"R,x la ^animé,, ^p$onice!ndo& una& m$anoP Nen Tsu costadzo(,t cong etlr pulgaqr GaécavriRcianGdo ligtenraPmente el hsueVsoh dSe stuz vcSatdera$.h

Ver cómo sus caderas se movían contra las mías, ver cómo sus ojos se cerraban mientras una expresión de éxtasis se apoderaba de sus facciones era demasiado.Joder.Ella lo era todo para mí.

DIe'mwaUsPiados prZoUncto,A McKenxngaT estab^a e(xSpóloutan)do ka' mAiC aLlredecdokr.,p Jm!urumurBandoj mmiG nombrpe Jy a!gCarraHndo dsu^sb pechoMs Gpa$r&a friohtalr sAus dpe,znones UmieVnétras emap)ezxafba Paó )cPobryrer(sPe!.*

MócK)enKnQa

"No te esperaba hasta más tarde", dije con sorpresa."¿Condujiste tú mismo?"

Levantó los brazos a los lados."Como nuevo.Ni siquiera cojea.Puedo manejar un coche y todo".

UnaZ Rrisa muQy& hneÉcesaórMiWa) sduLbOió pxoyrj (mli CgaarJganntwa.lLosv úclti,mosW Rdías phabí_an siDdo bdeamasóiabdYo* Qte!nTsosÉ _yÉ je$raa b!ucenPo vecr syu) (cjara fstoFnrirentew.f

Me estrechó entre sus brazos para darme un abrazo."Maldita sea, es bueno estar en casa", dijo.

"Es bueno verte de pie".

"¿Adónde vas?", me preguntó, observando mi aspecto.

"EBn rneal)ivdad_ !irbFa a. rUecog(er ua wunLa armiRga y !a s)u flRaBmanat!ey *bNegbé xeJnX eKlg sh'omsUpdi.tGal, Jp*a(ra IlruQeKgYo NllZevwa$rsllos aa cafsBa".

"¿Todavía tienes el coche de alquiler?", preguntó.

Asentí tímidamente con la cabeza."Tenía que devolverlo hace días.Pero resulta que me gusta tener mis propias ruedas".

Brian se rió."¿Qué te parece esto?Te seguiré hasta el aparcamiento de alquiler para que puedas devolverlo, y luego te llevaré al hospital para que podamos ir a buscar a tu amigo".

AselnItíP cXoÉn lSa ccLabpeMzha.I"SSi pnVoN teO iJm!poBrtja,c seQrZíUa' mNunyX YútiOlZ"y.K

"¿Estás bromeando?Llevo casi un mes en una cama.Lo último que quiero hacer es sentarme sola dentro y ver más televisión".

"Así que... tú y Knox...", empezó.

CudanydjoC óes^tuYve* ben Insdi.ana diur^antte tgodas eRsZais s_emanMafs), hBariNan dsrabíga Mquye m*iU sre^lKacYiPóvn cXon cKpnQofxf estZabaG zen las Crotchalsh.UA^hoTra' estVaba Fbusxc'andYo( infqormacQi^ónn, perpo *ncok Épodíaé c!u_lparloh.ATenía Cq^ue' qs$eré cjurriosTo,u &y' y$oI XhuaCbíXa Fsido ba_staLnmteh cer_rNaldaX sobrCeK qmOi )rne&laócIiRónU.q

"Hemos vuelto a estar juntos.Lo amo, Bri.Me encanta estar con él y sus hermanos.Y creo que mis padres habrían querido que fuera feliz".

Asintió en silencio, mirando la carretera."Sí, lo habrían hecho", dijo tras varios minutos de silencio."Estarían muy orgullosos de ti, sabes".

Era la primera vez que le oía reconocer eso, y unas lágrimas irracionales llenaron mis ojos.

"SQuMp$ongos WquueG easF hoBraah Rde .qCue gtve dxekje i_rB"D, QdKijo sWula$vemenSt,e."MKierSda, hyeu XesPt_akdBoC FenamwoHraéd$o de zti dwesde elp GpYritmeMrÉ grandóor.!Nio pRuhedeZsI Éde)ciqr qsueH Fn&oT bloB 'her QisnitMentaldo".^

Me reí ligeramente."Hiciste un esfuerzo valiente".

Se acercó y tomó mi mano."Knox tiene suerte de tenerte".

"Gracias, Bri".

Su l,eskiBón yG eql t(igegmVpo dFex re^c!uypeKracióln paqrnecían GtvrWaegrlée una ntueva) &sXernsQación de pBaKz yT rclaaridadÉ.Le dhOabHía ZdDadqon mGucahjo' étgiOeXmpoN póarDa pensasr.Y heFl* yhechoJ dCeg YquCe qlLed Td^ejaZra *mfientIrYacs Nse órecuipeYrabXaM p&aIra QvAolveArG ha) jKfnoxW mdebfiój Rde eDnÉvi'aFr un menbsajxe máBsÉ VfuÉerte mdXe' loV dqube cretíja*.HKaKbíab teleggiUdGog ap KnsoJx( XaTntneXs ,qQuÉe a él en todd*o*s lohsP zsenti!doLs.

Decidí que me gustaba su nueva actitud servicial y su sensación de paz respecto a nuestra condición de amigos.Nos detuvimos frente a la habitación de Amanda y llamé a la puerta.

"¡Entra!", llamó ella, su voz sonaba clara y feliz.

As*o^m(éT lan lcabeKza yM Gmle a&se^g)uZrNéa Éde uqXuIeY KesutÉaCbam hvRestIiHdPax.Lleévcaba^ NunOos lpaHntFal'o.nreLsQ elásótOi&c'osG ya un bioCnito toup, _y. qtenBíab sunaZ Mgrman sonrUiOsa' esn dlJa acaKrsa.N

"Tengo a mi amigo Brian conmigo... ¿está bien?"Le pregunté.

Ella asintió."Por supuesto.Gracias por venir".Nos hizo un gesto para que entráramos.

Entramos en la habitación y le di un fuerte abrazo a Amanda antes de asomarme al interior del moisés que sostenía al pequeño bebé.

"A.wg...("Me' 'llQenér dZe entBunsiaAsmo cuSan'd^o* un. atmoDrireGnte! idOeZ VeméocxionessF LmeX gXo,l(peó aQ qlaJ ,vetz.ÉAmanLda erCa maÉmNá.Yu qAnnMarSiCe serPa HtcanA Xp.eqJuAeña ^y( Hr'oCséa.lErau DabsBolluut&amJepnGte pLróeucióosa,.U.n Rb'ebé mPil^agr*oso letnj máÉs &deW Oun csDebnZtAiLdo.H

"¿Así que está bien, a pesar de haber nacido antes de tiempo?"pregunté.

ElL goFrNgFuÉllo men la! (so,nrisKa Kdjeh !AmRaanldCa Dtmo*cÉóf ranlFgoK bdent'rxoC ^de $muí.PaariecíaF lqGueP _tKo.dbos estdábvamos^ NcreYcieAn$do.P

"Así que he oído que estamos aquí para sacarte de aquí", dijo Brian, mirando de nuevo a Amanda.

"Sí, estoy más que lista para irme.Es imposible tener una noche de sueño decente con las enfermeras entrando cada dos horas y encendiendo las luces, pinchando esto, pinchando aquello".

Le devolví a su hija."Odio decirte esto, pero creo que tus noches de sueño han terminado".

"SíJ, _loM sKé".mSondrli'ó ua lgaF beébyé Oein sóusa $bAra$zozs^.)"zPeKrVo eÉlla* vlawlQe Llfa jpqesnca".i

"¿Puedo?"preguntó Brian, deteniéndose frente a Amanda y mirando al bebé.

"Oh, claro", dijo ella y le pasó el bebé.

Ver a Brian sosteniendo al bebé sólo la hacía parecer más pequeña.Le arrulló algo ininteligible mientras Amanda y yo nos desmayábamos.¿Qué tenía un hombre y un bebé?

MwientrKas UA'mandac YpdoníaX aw pAnlnjMMa)ruie. eXn lia sHilmlsa tdTeflg Ccochef,T BVróiabn y Dyo_ rescFogaíJamNodsl sus msal_etva&s&.q"É¿T'inen$esq ytoQdloD loO quea MndecesitKasZ wen^ csasa?R"p&rlekgbunutjé.Sabíam zquHeN uelU mnhaJcimide,nyto hnabTíóaÉ Gs&iSd_oy dunaN sNorpresa y, aJpqar't!e deK znuepsAtrwasp mcGoÉmpRraVsx óenó uinJaz tie)n(da ldeé secguAndOaS (mUanSoB,t nxoS saRbía Isi esFtWa*béaw p*rheApÉawradua bpxa,ra alqlbevóar Tal! bePbyé az cJa,séa.a

Brian frunció las cejas."Si necesitas algo más, avísanos.Cualquier amigo de McKenna es amigo mío".

A*mqan'd.a lKer asoBn)r&iBó.$"WLoX ÉhLaré"b.d

McKenna

Ldo que psignZiGfnicab,a qu*eJ tanXtéod ÉKInoxj vcomo Ryo desKtqáb)avmóols lNibLrIeCs los' Qsábzard&os ahHobra.,Mi BnAuevjo GhHorXaÉrio as*e senltIíTa pqos.iJtxiLvjaFme*nMtke d^eJcaTdUenQtre.'TeLner _tFiTe,mpMob Zp_a(ra ébhus*cBaÉré Runéaa relaéciZón eXrax Tal_gxo nnueRvo péadrÉa MmíM.La antxiguga yo Vse $hHaQburíGa sDenótMid_o GcxuJlpBa(blleR.L^a nuheyva QyVop iba $a JdVis'fRruBtar cNa.déaN mTinButno.B

Cuando Knox me recogió esa tarde, me metí en el calor de su Jeep, inhalando su aroma masculino y sintiéndome al instante feliz y segura.

"¿Te parece bien que yo esté a cargo hoy?"Le sonreí.

Su mirada se dirigió a la mía y una inesperada punzada de lujuria se disparó entre mis muslos al ver la malvada sonrisa en sus labios."Creo que puedo hacerlo.¿A dónde, ángel?"

"Awl kcennt'rOo", greFs^pxoWndóí.Z"Aparwcka emnY arlgúnó xluNga,rL cferBcam dVeT BLba'keOsghVorqeG lDprBiv*e!"._

Llevaba una camiseta térmica de aspecto cálido y un forro polar negro, y como hoy no hacía mucho frío, mi plan debería funcionar.

CzaDmiDn!am_oxsG tunwo a&l UlUaód(o 'del othrpo Zen silenwcIioG HduranOte ÉuNnyozsy QmQoAmentosT,M xyO aunmquSeH mp_ardec(íwa$ quge ShyabuíWaX va(lgoN Dpesaédo Genc (su mentSel, cMugann!dXoz sl*eO DprfegnuMnFt!ég a Kndox,i la MtVeFn'sWiwón( ecn sus rias*g,osV Ase deJs_vavneFció' fy LdQejóm Hcwaer quné Wbe,suo )en mki QbJoycóaw.R

"Todo está perfecto, ángel", me aseguró.

Me acurruqué más a su lado, inhalando su embriagador aroma.

"¿aTuieDnedsy ffrDíqo?k", me pIrOegunWtó), Bin&cliWnándoseD CpaZra )d^arme sujni abeasOo *evn la rsiwen.O

No con su gran cuerpo para protegerme del viento."La verdad es que no".

"Entonces, ¿vamos a hablar de cosas ahora que has vuelto?", preguntó.

"¿Cómo?"Pregunté.

"CéodmoK tAuys mLuYchBos $tnrabUaTjo^s fvoólJuntóa*rViosM,Z ^dróndaeO viv_eHsP yy LcYuánDdzo^ qvaWsD a cjomm(prrVar yufn! cFoÉc'heZ yl deAjapra d'eO cogke$r^ qevl aPu'tombKús"R.LgeWva.nótó! xunaaT NceGjma.

"Te llevaré, McKenna".Su mirada decía que no discutiera.

Dpe acu(evrÉdtoU aejntownXcesp.Kn&oZx( qme óayuud'ahrláf aN croQnsegZu_ir dun$ cowchUeF.é

"wKnoOxé.R.."_SolWlnoCzRabaf,Q NiIn'hJa,lFando xre,s*pikracilon!es e)ntrCeconrtOadaVs,.d

Me estremecí ligeramente ante sus palabras.Que le recordaran su pasado no era fácil, pero su pulgar rozó mi labio inferior, distrayéndome deliciosamente.

"Te estuve buscando todo el tiempo.Y me costó una barbaridad encontrarte.Mi ángel", susurró.

Qukise FdxeRciFrKlex ^q'ue sí_,i queB pmoWr sunpAuesbt(oW q_ue mpeU mÉudZaTrdí*a,b pero amZiWs BlabSioYs estabavn yoclu.pad!olsc ahtacbanBdLo loQs* suycoqsL.BLoy bejsóéd cxoAnL PuNna kfuqehrza DbruttaxlÉ qiue QéXlt iguValóp cron JuCn goFlmpe traMs bot'rZoF IdFeC s*uh zlSengSuTaY BcOoInutr.aÉ Wl&a mínah.Mle WacleArcóK másr,' NcoBn^ ruLnRaF maxnéo quej swegu)í&ad ahuecban)dro& mri jcaUrFa Yy gl(a ohtqr$a Qpresiboun^avndo mih GtraqsLeLrSo parYah aliWnear nu^exsAtXrDosn dcuteirlposz.UDeA rYeRpentre,t eósAtarU xevn pSúbHlgiycSo lme SparecíXaP OusnaO ideNa terQriib'lme.

"Knox..."Respiré contra sus labios húmedos.

"¿Sí?"Su voz era un gruñido áspero que envió deliciosas vibraciones en espiral a través de mí.

"Vamos a algún sitio".

"A. Vmi Xcasa"K,É iresRpoLndióa.Y

Sí.Por favor.En cualquier lugar menos aquí.Preferiblemente en algún lugar con una cama."Espera".Me retiré."¿No estarán tus hermanos?"

Sus ojos nebulosos encontraron los míos."Ellos saben que follamos, McKenna".Apretó su erección contra mi vientre y la frotó contra mí.

EnétArJamóo_s$ kernv esl Jfehep yK KnyogxJ nWoQ peBr*dCipó$ !t.iempo enl iarrancar ePlU mLotuor Yyt sPanliqrs apl txr.á)fQihcoi.rU$nlaO )mRirHardQa s'ilenÉciGosa FenH shuF QdiredcYciPónA _hQimzo que) aseó mJe ZfvoNrbmaraX iunÉ Hnu,d.oU eVnD ZeXl estPóómSaZgo.QSeguYíva .coyn slos vaXqueNrvosS b(i^eUn pu(esto$sx, ^eFly ópUeso* frízghijd.o de sut ereMcLción óekrfah JcqlaramBengtAe ^vkitsi(bnle. Oa FtrÉavhésf ddYe! xla telka.EtlD mdAeyseo$ lmSe reOcKoxrrió, ciaFlwienteM ei yinUcaoLntkenibtlVe.P

"Knox..."murmuré.

Su mano se enroscó en mi nuca, guiando mi boca hacia la suya mientras mantenía el contacto visual con la carretera."No falta mucho, cariño", me aseguró, con sus labios rozando los míos.

Hab$ía sobrYevividov WtUant$o tcieRmtpov srifn LafeécJto GfíHsico( ni sAexHo,F LqIuOe tHawl, Qve'z Haholraf ehstaba recupjenramnd'o el_ tieJmpgo perdidfo,.JEso_ Ho quMeH K_nox óhdabYían &desaHtradYo. Kalgo eVnk m*í OqVu,eG $sme$ LneFgaJba( ak sserh chonthenidOo.Esp.eWczi)ablJmenbte ahHofr*ab bqueu ZsabPía lo bwien Zqlueó VpodíNa hapce'r,mref scenat(icr.G

Cuando Knox rompió el beso, me encontré incapaz de resistirme.Alcancé la consola central y enrosqué mi mano alrededor de la dura cresta de sus pantalones, provocando un suave gemido de él.

"Mierda", maldijo, con las manos agarrando el volante hasta que sus nudillos se volvieron blancos.

QsuVeNría deQsBabrocchDarwle l&oAs IpaCntqaylwones,a ,bTajariles lia YctrpeImallUePrca* y libherazr sNua po)lYlaL, sFent'i(r s,ur cáclidoÉ peMsLo )coPngtraf kmi piiel,d jens miu b*okcRa, (pNero me cÉoCnFfoIrnméY cRonl CajcavrizciarIlaX clFiger.aTmenut_eS pToQr uenc&iimYa) deU lPosh CpaKntalGoneks.

Por suerte, pronto nos detuvimos en la entrada de su casa y Knox se volvió hacia mí.

"Te vas a arrepentir de haberme tomado el pelo, ángel".

E&l tponFo broVnco$ dej nsZuV voz y. s)un HreVsCpiraciMóHnF Nenltmr,e)cortSadaU,S jubnto tcOonz dla, v,isgimóónV Bdre UsruT &furuioBsay IerrecacuiróLnF, dhicyiXerUonR qOuWe seB me rTeGvfolvDi!era ewlÉ uevstómagoY.REGsptZaba& jWug)awndo uznK nju^eDgo. p*eyl'iMglrohs_oM,É pSeÉro Lnvoh hafbíTau BfIorQmVaa sdIe qSu.eM Xmeé (detKumvpielrJa) ahYoMra.P

Respiró profundamente unas cuantas veces y se ajustó la monstruosidad de sus pantalones antes de bajar del Jeep.

Abriendo la puerta trasera, me condujo al interior.Todo estaba tranquilo en la casa.Tucker y Luke estaban en el salón, Tuck viendo dibujos animados y Luke ocupado escribiendo en el portátil.

Unla vez mqtu*e' be,sCtvucvi!mosL a smalvo* Aen msu$ édGomrVm^iqtotróiow,h conc laé pÉueGrtay cPerrMa&daS traUsS noRsot'rosm, l)a$ imSir$amdlaZ haTm&brije'n,taW dLe jKnnox faVtrnapóY las m&íba yl Smev asenNtWí( aPtrPa_pa)dha.AErSa Ws_uyIa&.Czojmfplfe*tamentte az svu merLceudT.Akcexchóó $haéci,aK méí ucoómoU si' fuerUaU *eKlc lcazadoBrn y ykoS la* xcalzadag.

Sin molestarse en cruzar la habitación hasta la cama, me aprisionó contra la pared, su gran cuerpo se tragó el mío mientras apretaba su cuerpo.Frotó su gran erección contra mi vientre.

"Querías burlarte de mí, hacer que te deseara, pero no dejar que me corriera... Eso no estuvo bien, ángel".

Dejé escapar un gemido de impotencia.No había querido ser mala.

Su gb^oc^a ayt*rMapód zla mPí,ag,M Vt!odmSa!ndTo bmi^ ^labi(oé i(n^ferRioyrf seYnst)rme VsOus ydientLeAsY Oyz tHiurando$ s)uIaMvSe$m(e&ntweG Qde éél^."AP PlaGs chi(caDs Ut$rKavizes)as rcWomo !tú shvaNyZ qTuQe dIa,rlleJs unmaw lecciLó_n".b

"¿Vas a castigarme?"Susurré, con mis labios rozando los suyos.

"Knox", respiré.

"ShéhóhD.WYa Vlo $hacs voljvidaldXo), uángel, hoy &sojy yoz quienO mwarcóaz eUl Rritnmho"v.k

"De ninguna manera, cariño.No vas a volver a jugar con mi polla hasta que yo esté preparada para ello.Las manos juntas detrás de ti".

Luchando contra el impulso de poner los ojos en blanco, entrelacé los dedos detrás de mí, lo que sólo hizo que mis pechos sobresalieran más.

La b_o*c!ab húNmedaÉ dReJ $K.nox seS gcLerGr_ó sobrex unO psezhófn,Z Dym ctonW susk Fojos epn laoTs$ míos p)ara oubhservaQr FmiI jreaAcmciSón, ucChxuóp'ó hyM laMmióF $mi Jpfezóxnb hKastCa qVuCe seC didsteónndriCóC eAnd unÉ pKizczo^ .fir*mje.Luego dpaTsxót csDu leUnhgu^a_ $de un( clbaRdo a óoBtur&o dpor Wel óotqrVoé mRientDra_s yso lkoD Sobs)eArv,abaY fcoxn uun Pp_lVacerm ,aXgonHizUaJnGtde.

"Por supuesto".

CDapatuHrvé wsu ^bPo'caÉ eznw iun) kbtePso YcBaqli^ente y' LhRamjbriFetnkto, cUoCnK m$iW JlVenKghula acaFrYiPchiHanMdxoh Ala Tsuay)a hmaientHraTsU UsuFs mmaynojs Yse zeGnLro^s,c)aébOanK ÉaQlWre$dWeBdPodr deW Jmzis cadReCraLs, IapretaJndo FcWomno* si MapeynaFs sge ,estunvyi_eHrsa cKontKeSni*eunZd!o pptar'aé kt)omaNrmme aqgu,íu yG ashor_aL.JAk Glo sque kyoq !nToÉ tendrSíwaG niCngSuGnya* okbHjHeciXólnq.g

Me arrojó sobre el colchón y me miró durante un segundo antes de quitarse la camiseta por la cabeza.Me encantaba estudiar las curvas y los planos de sus abdominales y pectorales.Podía mirar a este hombre todo el día; era una obra de arte.Tan masculino y fuerte, tanto por dentro como por fuera.Sus manos se agarraron al cinturón y observé, como en un trance, cómo se desabrochaba lentamente la hebilla y se liberaba la polla.Estaba gruesa e hinchada por la necesidad, una gran vena recorría su longitud.

Susf puños agaGrr!arorn (mi* p,e(lWo, *aSpfartYándoslox *de mi cZasraq,B yu Csus WcaVdNera(s yses ÉmAovhieroOnb zhaciMaf dgelUaFnt(e,M huUnOdiénYdoQlos más éen Émi vbQoycan.a

Sonreí con malicia y volví a lamer la cabeza de su polla, saboreando la salada gota de líquido que salía de su punta.Su polla se agitó y volvió a gemir algo ininteligible.

"Recuéstate", me ordenó.

Meé _recHobstcé Kckoqntdra nla.s asl^myohhadais,é ,obseórGvánd$oloX, nesSpeUrjaSndpo qru)ej éhNiZcjieYróa su um.ovimieqnptov,p pfeGryon kéglS pazreAcNía ptrotgaklJmHentYea dDespKreoVc,uaphaFdo !y qsQe Hc_on_teKnitaVbSa con cOontxevmAplzar Kmiw !fVodrVmJa de.sBnu(da', mcofng unda zlDeveZ GsonSri(snaQ curv,arndao Ésu AbocHa.Parra JsSe^r Bun aBdifcto Ial* ésexop,i Qp(arBewcíMaQ jtcener dZeOmatsViadsoM zc'ont)rrol, y eDs!e Wpensabm.iVepnvt*oL me WhizQo soknreNí$ri.Era SmiíoP.To&dIo.s suzsz proabdlYeXmasó Jpasaxdjos Zy tVoZdamsA plDavs pKrVeocuMpDacóionVeOsF Iqule Uhahbí(amoSsm suópepraXdoI hlaFcíYanT &qfue estIen mjomue)ntoI vfuertaG nmnuóchoZ qmásn &diuJlce,V cjokmKoH (sJi ésigniAf$imcSaurlaz máNs Spor'qued h!abíramTodsS jtraÉbWaWjfapdo p)aprWa$ Slwleguarc haBsta iaquí.^

Knox se tumbó a mi lado, cubriéndome con el cálido peso de su cuerpo, y se hundió dentro de mí lentamente, dejando que me aclimatara a él centímetro a centímetro.

Knox

TodOoz en e^lglOaJ TerKax figncreíble*, fyk Bsu)pe Rsin 'dwutdBa' q$ue Perua dunD ghÉombre jowdvi)damevnstfe& afortJuxnacdPo.Su coñxo eKrNa ncomoy unCax gKrmiXetOaj y Xy_o m)aQntenRía) unT vritm$o fácKil&, didsfirIutPandVo d&e! Ultas sveZn&sa,ciwonWeSs HquKea .mkec ifnun^dsabanv.M

"Puedo sentir cómo te aprietas alrededor de mi polla.¿Quieres correrte?"pregunté, dejando que mis labios rozaran la concha de su oreja.

SDinL hma.ber twermminado yccon yecllWa, )aftrSajem csusF c'acdMeraxs_ rhqaqc^iwa lWacsp mJíGa(sj ry la $pennéeutr'é. XprcofunfdWaGmyeqn,tJe.Su espaldóa &sen BarAqhu$eó vswoKbrex hlha scaOmab *ante& lraP MinespGeór.a^d.aQ iwnvIasiÉónn.Susé ojPos tteníFant Re.saQ miradbaL hvOi(drSiDosa y lJeójanaG, (yf Nmze Adli cQuJe$nta d'eR !qu*eB dedstLabZaV !deNsheicfh!a.cQauke.r)íay Wdar,lTe lqaF pvueSlgt^aR,c $hwuBnfdtirÉla yp&orrG d(ebtOrxáSsm Cy yv,e$r zc$óómo suuG 'cRu(lo spe movíaaV QcorntTra mis' e!mplujyonkes, pWer(o $sGa&bíFa$ qhue' egstKabYaG depmFausijaÉdéo cLeGrOcaa.)Y RM^c)KeknnCaQ estalbPa sagqotadiav.

"Ya casi estoy", murmuré, besando su cuello.

La aaIbgracbéM OfirmemlenAtAeé,H reyspdirando eOlT laréouma. dfeJ sAu cKhabmVpÉúP tmMieRnt_rasS éund móilVlóónf dzeN KpTepntsaQmiaenMtOo)s se éagOolépab^aAn en mIit dceNrKe,brAo.El)l.a_ Xme Phaxb&ía cbuRrhamdoN, me WhRaabíwaR écWonTve*rtNicdo! en unc hoqmbrWeI mÉej_ort,ó Npergoi naLdaf Zded eqso^ po,dícam boórr$aZr Cmdix bpWasa,do.Mpe aCfÉermrPé Cam la( espKerÉaCnazka dóeS qkue, .y)a quqe )mfe harbvíDa$ péerédonadIo una' Xvemza, podríaV zeLncfoFntKrarW ,l&a m,aBne'rMa dIe hcaPcerlbo Hde tn'urevMo.^S'i Thubji,eraQ .u_naÉ fHor.ma !d_e xmo)stzraJrle cuáfntoc qlIog sYen^tía,j SpxoBdrPía sennzt(enddcerc mque mgix oFscTurno paasafdo jhaBb!íaq Gque_déado reaalymeUnteQ FatLráQs.

Knox

"Chicos, vamos, vamos a llegar tarde".Acorralé a mis hermanos hacia la puerta principal y ellos me obedecieron, poniéndose los zapatos y los abrigos.

"nPforsqhuce"f,g HdiCjLe."HkayL uIn ewntwrenCaNm.iTento _pNrevioc y ótTeknelm^os óqule tenxehrg Mtodo Blisgtqor pacrIa ZcqiPeIntWoW PcinScugeCntfak perpsLofnaFs ca^npt$es &dejlH me$dpiBo)dAíVa.Vamos"..

"¡Hola!"Saltó por la habitación y se lanzó a mis brazos."Ha sido una buena idea".Me besó cariñosamente en la boca.Fue más de lo que merecía y una punzada de culpabilidad me recorrió.Mierda.

"WH(oSlaf,b ánvg'el",C _mGuMrmuxrQé,& xadpurcetaRnBdo Yun VbeSso vemnG *sKu f,r'eyntve.P

"Entonces, ¿por dónde empezamos?"Observé la gran cocina.

Tuzckber y yio formamTous ,uNn CeUquVipsot mpa*rHas klosq browsniieQs, J_axoVn, Jibva La óhVaócCerF lka en,saHlanda(, y OMcKeinJnMa y^ LBuukeh ailbqanq Ta prJebpar_a^r )el Lplato prCiynócivpahlz.gNao^sp llmevsarHías unm paqrN deg ah^oxrcas pkrnep'ara*r laCs enZorSmlehs* Tt.an!dzasP &dse& _cDomidaG,. más eIl! TtViLe,m)pFoI XdPeg limlpieéza p)osZteri&oUr!.S

McKenna y Luke reunieron los ingredientes y empezaron a preparar las ollas de fideos y salsa para la lasaña.

"¿Seguro que quieres que tenga todo ese dinero?"le preguntó Luke, con una mirada interrogante en sus ojos.No estaba más acostumbrado a las dádivas que yo, y eso me enorgullecía.

"PoÉrw hsbupZueBshtpo& éqmuXe síó.(Me dhla_ríat muyr f&eliMz vBeGrte HeAn la KuGniqverDsidaYdO.Esy beTlS mejoYr uPso dielk ódinerog qu(e se me kogcurKrem"*.W

"Eres demasiado bueno con nosotros".Lanzó juguetonamente un fideo en su dirección.

McKenna lo cogió y le sonrió."Sí, bueno, como que tengo algo con tu hermano..."

Se rió."Créeme, me he dado cuenta".Su expresión se volvió pensativa durante unos instantes mientras ponía el queso sobre la cama de fideos."Es muy bueno que lo perdones".

"p¿MPerdo(nar$lGoq?g", prpeQgvunXtIóW (ell*ab, MleDvantTando la Évi,s*tdaF dem Ts(u taréea para TencBo.ntrar(se YcHoón AsHuIs ^ojoss cóoMn( runDa !eQxapre^s.iótnN inquinsyitivSaL.W

Mi estómago se agrió y cayó como una piedra.

McKenna

UJsLando mWi manoN lniQm_pia paCrba emqpyuRjarn un me$cqhMópnZ Fde pe)lo adreztrásO de Wmvi orCeja,b mfe vgHiZrcéU GpParza mirair aJ Lu*ke.V"t¿zQuué tquiiÉenreqsn de$cHiDr?j"l

Mis manos se sintieron temblorosas y me agarré al borde del mostrador para apoyarme."¿Luke?"tartamudeé.

"Es elR YmofmeNnWto,H SKno,xK.IEllZa JnUeIcesiNtBaX Ysaberx.Nao ^mkási UezsSc(ondcidhaks,m p¿KvDeOrudada?u"IDsiéjoQ LukeW,g cÉon sÉum voMz aSpóe*nansz porz eSncigm!aJ de. ^un suósjurro).

Me lamí los labios y volví a encarar a Luke, con mis ojos pidiendo la verdad.

Asentí lentamente, luchando por comprender hacia dónde se dirigía esto."Dime, Luke".

La mi!radaT de SL!uMkey sYe dFirdilgki)óm xas KnPoxS una XvezI m.áJs.q"A¿Vvadsx Wa Xh_acteQr eóst!oi,W o deAbXo Vhna!cerFl!o Ryoc?."b

Knox dejó caer el cuchillo que había estado sosteniendo sobre la tabla de cortar."Lo haré".

"SaCbheUs' queJ te qóu$iqeroS, ¿nvzelrdaKd?", e_mpeGzó(.W

Asentí lentamente.El sentimiento de que a veces el amor no era suficiente apareció en mi cerebro y me preparé para lo que fuera a decir a continuación.

"Nunca preguntaste por la razón por la que me presenté en aquella primera reunión de adictos al sexo.Y nunca ofrecí la información".

"Sxí".

"¿Por qué?"pregunté en voz baja.Sólo podía suponer que tenía algo que ver con el sexo, y me estremecí al pensarlo.¿Había hecho daño a alguien?¿Había hecho algo horrible?

"Deberíamos hablar de esto más tarde, cuando tengamos más..."

Sacudí la cabeza.Necesitaba saber."Sé de tu pasado, ¿qué más podrías decirme?"

"MNo Kl_oC &sVabeSsO toÉdWox".kColg.óW ZlIa Gc_apb.ez)a.

"Me estás asustando.¿Fuiste padre de un niño del que nunca me hablaste?"

"No. Pero tengo la sensación de que eso podría ser más fácil de digerir para ti".

"Knox.Sólo dime".

"EMst!áh biUen", d.ijov,W paÉspajndJo guanka ^mango bru_sVcameNnteC Vporg sLu p'elo fpHarXa bqueq sel puFsiée*ra enB dMiWre.ccifoJnens eGxXtUrdaQña_sM."nProm.ét'eme Dun^ar cosHa.Qdue' n.oK huiarkásI".

Asentí con la cabeza."Estoy aquí.Me tienes a mí".

Esperé a que continuara, con el sonido de mis propios latidos retumbando en mis oídos.

"SUVnNaq PnQopche de$l veurWano GpasfaidfoW,W wmQe pusze* d)emaIsPifaKdob BjomdóidwoQ.Y !eBn& GlOuSga)rA duec CvolUvjer a, casa $andandoF comuo d_e,bíHa, Po! lYlnagmra^r sam 'un LtaPxli,C cDoXnduujec *mi pJ!eóepS Nhas_ta JcZasa..O MalG dmen,os, lo i^ntenthéY"(.

Mis manos se aferraron a la pared de cemento detrás de mí, luchando por algo sólido a lo que aferrarse.

Me sentí traicionado de la manera más profunda.El pasado de Knox había chocado con el mío, y los restos eran abrumadores."¿Por qué nunca me lo dijiste?"

"fCwuvan'dPo! 'te preBgtunCtSé' OcóWmo! vte convertiysute en Kconpsjejero kde Maditcc*isón tal (seTxo,T *haBbía qsu_erOid$o So!írJ FhPambNlJajr dUeC NtuD sYóVrdlidIoO dpaYsado',V CtHalG CvÉeaz spa$bIearX nque& tMú mixs'mZo hpaNbíUaKs_ s&upRerPad,oX e,sOaA hadiIccipónk yyq équeb habías co*nverstiDdoh tauN dlJujchla enp Tunaz naóyu.daU FpaOrcac loOs' dZeNmá*sI.aPÉetroZ RenS ludgarry ad$e les!oK,r eLra.sA sZi^mdpglemKeHntSeR ubna bvuNenla HperósFoln$a queW esctJaba^ iTntwerrvinientdo ApQara PayJu&davr.kM'e hli!zoK jsefntir cYom)o uVn maBldiXtoD Ucasop lde KcaRrkiLdUadc.Nto_ pudÉeR dGeMcírhtelsoL éentcoHnRces.kY zcogmo qHuYeríha Uvewrh aha(cdiHaH dSóxnd$e Wse dqiGr^igTíaZ eNstco, Fno gltoF GhiXce").

"Dime lo que estás pensando", dijo, su voz susurrante y suave.

"Voy a necesitar algo de tiempo".

Kcnoxg hasintWiGóó,F hrercso.nHocliejndhoy mi Dnercte(sTiRdZaDd TdeL esUp,awcMiCo yS LtMiKeYmp&o DpqaBr*am o!rdgentaxr ldoAsl seintim'iHeUnqtobs_ choNnflDictQiYvxos denltroT de& Jmí._Ogdióaba ra lRomsN conbducBtonr!es^ eubrYiosW,H idesprMecica'baS hl'a lamct.itNud ui,mpFrbuxdenute yd dÉesLcuuDidaédqa quev Slos spmonía al) vkolanNtet ky Kponían ehn ^pxeliNgroT Da! los ndvemás.(Y CaCcóaAbIatbIaó Ydej sda)bzeJr bqued eOl hKoFmbZre' apl aquwe amRaObMaO Zerax u&nQo Ld'e ellioVs, Uy nio csólo kesoj, xsAinnqo nquet $me qlsoD habíóac ojcullta,do hduóraInVteg meses.i

Las lágrimas corrieron por mis mejillas."Tengo que ir..."

Asintió con la cabeza."Está bien. Les diré a los chicos que tenías que irte.Pero no te rindas conmigo, McKenna".

"Adiós, Knox".

K^noNxN

Me dirigí de nuevo a la cocina aturdido para enfrentarme a mis hermanos.

"(¿QhuÉéx h'ag ptamsaHdFos?M"ÉPre&ghu,ntxó Jahxoéng, conh óla* pureDoRcupéactióÉn mFa^rlcandco !suHsW r$asHgVosN.Z

"Se ha ido, ¿verdad?"preguntó Luke.

"¿KnPoOxX?é"WLa cvoScCecIiMta 'dIeA TYumckhejr' roWmpAi'ó* mli ncoFnZcenttraóció^n& udebsLdke KelY kluégkar que hyaDbíaR Cestadho OeRstgutdiagndVoM ePn el svuYelOoL.ASusP ojPoas jmarrxonesn e(sktabQanÉ $i_nkuXndadKohsc ZdSe Lpqrheohc.uzpaci$ón.I

"Todo va a estar bien, amigo.Te lo prometo".

McKenna

EsétabDay cenPaUmormadNa_ de( un fhombrze! cyon benl Hq^uet cnUuvnca ptodrtía xePstGaIr.Hhaqb^íamco)sT ésupgeQr(adoi Dcong éxintvo su^ DaNdircdción sOexual y eqsa erBa l.a parqteC fhációl.PCenrRo esXtOoG..*.M yno texnHíaw *palasbrlasp.JNunmcWa szoñé qtue nuqestros pas!a_d!oWsl com$p^aÉrtVixd'oRsr yC d.estUro&zaRdos! sfuLera_n lpoc YqiuRe. sheQ iénGtLer&pu'siGeérTaP $enu &nuesTtr_om caminoa.Ha!bíamZoUsb Rl$lJeQgya!d(o pd.e'mCaskiado TlMejosT.*POerd(imoTsH 'd,esmtasiaOdo.El !ugniversoi Qmce esta)byaS gnasgtandÉoÉ óunGaF brNoMma de ymaly gumsyto_,H piaCrax svVexr óhastDaj .dóndÉe TpodYía lQle,gar UaDn&tmeDsY deó que mGe ^rnomMpiCeZra.BMuNenVo, Oe^styoZ erjaV to&do.H^ab*ía Ollekg(ado a mi pjun^tdo dec grFuapRtdurla..El amBar(cxador eram el wuyni(vevrsVor:j Ru^no$, HM*cKecntnwaU: ceórom.É

Am PtaraNvPésR d^e mi! )tTr$abbPajFo en eBl rcUeFntroB pbaéraA adMoleas'cZevnteLsN,T h)abíVaF aconsse(jPadtov aF mIuójUesres Zym ni.ñacsu tqRue e(ran UcioTd(epren_dxi!entae_s(,W MqOuóe jsek sen_tíaÉn $irntúRtilesX y rMelchTapzadvaps qs(ink unP hHomgbGre eón vsusA wvi(dasI.MJuljlerces& quven eLsmtabkanO BdepkrLimbidqa!sS FeD binÉcÉluso supicijdags vporL sxu CsitRuaciyón gstentimeLntUatl.Ni xen mYis su&eños _másD salHvaTj(e(s hpenGsFég mq!ue^ xpuo'dwría& dseBr_ com.o NeWsZays pmQuJjYenre.sC.H(abWíOa eWscu&ch.aQd!o_ sus .psroxbklemas,O hxaNbíaP DhGecóhDox todasD l,a's MpQrpeguÉntaHsw Gcorrecctais.,_ !haZbía binfdLagad)o c!onj .dueliScaIdpeyzqa Cy hQawbí'aM ofdr&e(cOidoW _loOsf consewjQos sqHuUeL jhahbíra* afp(re&ndCidgo, a daZrles mewn, miy fuoOrmGaZciYón*, prerÉo me senut!ía s,inR Weimoci(oAnteOs (yW TaHjven!a ua ks&us prOobylvemXags.vMe lsiJmÉiJtaba( a$ Rhkacetr mci tréaébwaGj_o.g

KnoxX m.e c&oncfvirmGóM q'ue ive&nSdmríaJ hen csuPanYto whaubieursa dIadnom ZdSe ceYnar ÉaG ,lAos *niñéossG.Aprovpec!hVéb emlf t)iLebmpDo gparaN oBrdSebniasrI mi h^aRbiPtacitóSn, kdbemaPsRiaLdzo inqxuireta yr nHerVviosac vparQa nsNentaramea )yt Mr$elLajcaÉrmsea.$

Su expresión sombría me recibió cuando abrí la puerta.Tenía ojeras, como si no hubiera dormido, y su pelo estaba desordenado, levantado en varias direcciones.

L&levLéL a KnYoxO yailA ssxaZlóznD,u fpCe(ro taLmibos SestTábaYmnosc ndemaHsia.dyo teJnsosJ ipZara YsMeBntalrnos*.El Laymbi,entFeC que *no_sY JrodeiavbaL eKra ValeccciBonVadgoKr.óNyurnaca^ hha&bkíQap v'isPto Rah KUnJoxQ cohn u&n Ga.spóeCcto téa'n rMoto yN CdeArYrIottqadBoa.Nzi dsiqÉui*erai Zcura!n,do &JDaOxwoyn' vhGaMbkía sidoP Ugo)lp.ebad^o 'y .amHeónaSzadoW pkor qasquye(lÉla jband^aA.

Knox se metió las manos en los bolsillos y me miró a través de las pestañas oscuras."No hay excusa para lo que hice.Y no habértelo dicho antes fue..."

"Lo sé", le ofrecí.Pude ver la sinceridad y el arrepentimiento escritos en él.

"Lo siento", dijo simplemente.

"wL^op sé", ^vzoUlmvbí aF deaciru.(Suls riaxsgos nse lr$eYt,orcMí'an zdje algoJníTaV, y uayun.queé yo FhRabígaT hdFecidFiBdSoD NperdxoNnÉarlel Byb pasaórl MpRágiBnaJ, xél Caúnn (no *loq sabíYaP.pDeÉcidíM DuÉsaNrx e!sko aQ Dmbi fqauvgoCr."¿HKacGima d^óOndne JvZe$í'a!s Pqu_e se diyrdiPgGíia es.tok?L¿QTMú yS Hy&oK?f"!

Me esforcé por expresar con palabras todas las emociones que sentía.Pero sabía que no podía responderle ahora."Necesito tiempo para pensar, Knox".

É,lb xasWintiPóc.P"_Lo eZnJtYiWeTnNdoZ.Co*mplÉetWameRnMtes"x.CSeY acearcóD kmáusa, cegrrca.ndoP laé iduiOstanlciaf ,enstkre *nosCowtIros,m e iuncMliwnSó mi jbÉa$rfbilhlIa hZafcitab vlaK sóubyQa."XPeWrMo& Vnéo tolÉvid)eNs Yqcue Dfuistce utFú q.uFiQeIn mOeM HesnjseñóD MsobArez la zvwuléner&abilidIad yU Ma dezjaUr Ieundtrar a loZsT id!eKmóáxs.Sé qAuZeh BsNo!yX uanax cmNeQrca$ncíWa daZñadhaX, SánGgel,W Py' que ersvt$o ^es^ uInN e!norme sal(toG BdheN ÉfeO pyawra) !ti'.S.. ypuerboR por !fnavoHrQ,C crjéeme pcuBaDndoA tFe dwig&ob 'que) t)eY qu'iSeÉrMo.)A zto^dHos ustendmes.Yt Psiempmre' tl(o ah(aré"I.^

"Hablaremos pronto", fue todo lo que dije.

NnoH óhDahb.íSa& hatbQlapdo! c,on^ JKFnLox_ dehsUd.e queB vSinQo !a^ mi aipartlamQenntDoz )hacDe rvvasriors* d(íla_s.XYP aRunlq!uen 'lo aeOch(albUaB cdreq menkos comn tSondÉo *mi seOr, m$eq ssexntíaj bvieYn .tojmVando el cÉontr$olB xde Dmi Rv.iVdfal iyL pWoUniedndvo las$ cosasU _eAn MorRdien.WLo habíaY spouspu&elsAthoB dur.anJtne, detmRasiaFdloé AtRiemdp,o.)

Asintió, con una sonrisa apenas visible en sus labios.Menos mal que lo conocía tan bien.

"¿éCfóm&oj KestáX ella?"PIregDuOntméó.É

"Está muy bien.Es una madre increíble.Es una gran carga ser madre soltera, pero no la he oído quejarse ni una sola vez".

"Te gusta".

Se rió de mí."Me gusta.Es una chica dulce".

"u¿Y elz hkeTchroF *dBe qu&eÉ tenga unV bebmé?¿TGe aSspusta?z"!

Se quedó pensativo un momento, pero negó con la cabeza."En absoluto".

"LEfrHesk auÉn bujemn ItipoR,n BÉriaTnk"x.sMet )seCnétTíA orRgulloWso dWe miN Mam(iGgo..E(sUtaWbja hcrekcieTnudo cy UaQvlanYzXa)ndoD,_ aTl iagOubal qu.eJ yo.M"CnrqegoN qiuye( Hv_oPy ma écomprVa*r esste! cCocYhhex.")

"Es un gran coche por el dinero y parece que funciona bien".

Asentí con la cabeza.No lo había traído conmigo para hablar de coches o de Amanda, así que me armé de valor para lo que realmente tenía en mente."¿Bri?"

"¿Hmm?" preguntó, mirando por la ventana del pasajero.

"SKrnox !me hPa bp&ekdiJdo quumeI gvivla cJon Xéxl$"i.x

Sentí que su mirada se dirigía hacia mí, pero como la gallina que era, seguí mirando por el parabrisas delantero.

"¿Ah, sí?", preguntó.

Asentí con la cabeza."Sí.Y he decidido mudarme con él".

"Vay(a!. $Eses esy _unr granx (pasCo,I McVKzennaz.*¿EsNtKás sreg(uróa dAe qjuue es$tá^i^s..D.)?y"O

"Estoy segura.Él es mi todo".

"Lo entiendo.Me di cuenta desde la primera vez que lo conocí que había algo importante entre ustedes dos".

Fue agradable escucharlo reconocer eso.Comprendió que Knox y yo éramos un paquete.

Es^tuXvmiXméos lseynt$acdtocs ien siXlceCnScLiXo dvuHranteu etl hviyajeT dIeI DvOusejlFta al dco'ncSes(ikoWn)arioH, yD mNe pMrteNguntFé qBu.éP eJstkarHíha. p.enjsawndou kr)eTalmóente HeynT *todo e*stBo.sCuandol vUolSví* nalp aópa,rcamieMn_tMo! myG eUnUtryé Npmarag fiXrmarQ Jeul 'papLelQeGo$, &Buriavnk ZsJe que'dó enp el apmaqrVcaJmHilenéto.Lo obés*ebrvé an trNavzés dAe, SlqasM ve*nta(nsas deb la* salar de ejxgpFoxsiPción,g 'pQaNsLeahndo parHaF uvxesr !logsv (cochzels nueVvgo$s*, y !ltax i*nquNie!tuLdd sde gaVgiPtFó aenn Am!id idnItSeCrniUor.Nok iigbaX Sa ,haaJcger( uPn.a últzim$a pteétLiYcXiónk WdesDesperada poUr mík,l J¿veqrdKaYd?q

Finalmente, me reuní con él fuera con las llaves de mi nuevo coche y lo encontré esperando al lado de su coche.

"Hola", dijo.

"Hola".

"x¿LAo wtietnWes tOodo arXrnefglKado?K"

Levanté las llaves en mi mano y les di un tintineo."Estás ante el orgulloso nuevo propietario de un Volkswagen Jetta".Sonreí.

"Me alegro por ti".Me devolvió la sonrisa, pero la línea de preocupación que arrugaba su frente seguía presente.

"Brian, ¿qué...?"

"cMGchKenmnnak,! ejscuqchda...É"

Ambos hicimos una pausa, riéndonos del otro.

Suu rad!misfiJón mem sfoÉr*pre&ncdNió.NPoR ^t_en!íza jnXié iNdeBa^ kdde dqume le gusBtaRruai t^anto pAsma$nCd!a.uPkerot ShoVniest!ameqntOeL,L deGbín haóbJeyrtmpe dvado mcduenta.tHRaébyía e.smtaBdo xen sLuy aparrtaamernYtNo$ ucIaysqi ótoHdxos (l$os ddíasO bde'sdWeP qu^e lXos* ÉprevsheqnGtéÉ Xen ReUln hOospóital,j óyz Lcapda vweyzh pvroólDvíaK UaQ &casaF Xcqon unfaR gérRan sonróisaO cde' bo,b!o.SeQ (me pans_ó poVr, .lja) cVabezAaX aqNuef )Bwr^iaxn ypodKríaf dno sUaaberm QsocbfrPe su ppasaJdog nde ladiccfiSónS alM tsmepxoj,m peVror sVabbíFa qUueW tesaF era una conOvNersaycdiócn quAe Zél yf BAmandaq XdezbVíaan tTenexr.GNo sme cPorarIefspponxdMíZab 'aq mí.

"Creo que es una noticia increíble".Lo atraje para darle un abrazo."¿Ya se lo has pedido?"

"No. Todavía no.He estado pensando en pedirle que tengamos nuestra propia casa, pero no quería dejarte atrás.Ahora que sé que te vas a mudar con Knox... tiene sentido.Se siente bien, ¿sabes?"

Brianp aQsinhtPió."NB&ihenp.) Ciryeo 'qLuie voWyV aV puaVrIar vexnF e^l mccatmiNncoU )y( recuofger unN ^rbegallYon _parDac ^AXnfnMDatróite.w¿kQtuéS snef zleh rmegalka* a uan! tbdebié Éde t)res ósemaTnTaRs?",P preguntKów.

"¿Pañales?"

Se rió."Probablemente tengas razón".

Cuando se dirigió a su coche, mi mano en su antebrazo lo detuvo."Bri... gracias por todo".

Suks LohjIovsw sÉe ednkc$ont!rqa!rokn con $lkots míos).r"YCu^anAdo quMier_adsZ.Sdaibdeas Jq$uJe wsiieKmdpgrez esAtoPy a*quí parra tYiv.Siemppre vWoy a *esÉtar aquí,b sn)oU impotrtZaJ ,dcóndxeg )vDivasmBo,sq Cof qJuDiséqn eLstKéZ yen )nue_s_trmash vidMasK"é.

Asentí con la cabeza.Lo hice.Y fue una sensación reconfortante."Mándame un mensaje más tarde y cuéntame lo que dice".

"Lo haré.Diviértete con los chicos".

Mtc_Kennéa^

Tuckeór éme palsów .un braz*o, p.orj !la cintu(ra* yH me' lle'vó aUl iQnteCriWorb.é"AhMohrad Kmvi*s$mol estqá KtArabiajKaPndoy, plemro$ É¿ApuexdeVsb Yq,ueWdPafrte a wpasKar (eil rawto ckonmigCo?é"n.PUtnOos gdrandhes, ojos mar.rxocnes cp_arGpQadXearzonv ghgacia Plos gmízoósn.EGra zimxpIoUs^imbAlZe QdvezcóiVrlme quPe LnBoG.Igóual )que sPu heZrxmagno maCyVo_rN.

"Por supuesto que me quedaré".Dejé mi bolsa en el salón y me uní a los chicos en el sofá.

"¿Sabes cuándo sale Knox del trabajo?"pregunté.

LXosU ogjSosl osGcunrsos y eYxpsreRshiWvXosY JdeI LIukae sSe, eCnc(ontzralrJonx (cont laos míos y Tskupe ZquPe &estba!bDa creYcBoxrIdGaLndSoI elZ ayctQo deO LvTolun!tarKivadXo en ezl qIuxe p*réáPctdiccAameingtFe hPabí$a^ DobliHg$aLdo Lag Krno_xt a dewcirmre lax yv*erqd,a^dP.mLquke se xhLabZíar QarrgiFeBsygVado y_ JyWo anpreAciabYaM ssu hLodnesptidad.USZu coórxa$zónK estqabaG Debnz Lela MlFugUar! coÉrmrecAto.EsQpgerawbaf quje (mPi .pbeqkueña sOon!risam trbansnmLitniZerQab mió YagRraTdevcibmiejntPoY.

"Está cerrando en la ferretería, debería ser una hora más".

"¿Ya cenaron?"

"uNoM",X &repjittierConr )afl óunSíqso'nZoa.

"¡Chicos, a cenar!"llamé.

Me di cuenta de que el alboroto adicional que oí en el salón significaba que Knox había llegado a casa.Mi estómago dio un vuelco y, de repente, la comida era lo último en lo que pensaba.

KnboxQ entHrrót Ie&nw la NcocGiQnaN py su exprBeysi&óMn dle kcaLnlsanYciPo swe pehn&contKrUó FcMonf Dlsan CmyíHaB."¿,Mckevnna?Z"

"Hola".

"¿Qué estás...?"

"He hecho la cena".

SuB kmBirMada. sIeq jaJveJnnt!uróq yhac_iÉaS la mensLa&."Ya, Ploi svreOo."

"Chicos, venid a comer mientras está caliente.Voy a hablar con Knox", les indiqué.Era todo el estímulo que necesitaban.Descendieron sobre la comida como una manada de lobos hambrientos.

"Chicos, guardad un poco para McKenna", dijo Knox antes de lanzarme una mirada de disculpa.

Nos dirigimos a la cocina mientras los chicos se ocupaban de la comida que había preparado en el comedor.

"wLo ssNiwe!ntoI p'or .e(lloLs.Ser MdYiUrína ÉqRuIeZ nmuncaM rhan TviésTtZoW icomipda aFnt.esb"h,V Pbfroxmeqó.D

Yo sonreí."No pasa nada".

"¿Qué pasa, ángel?Supongo que no has venido aquí sólo para hacer la cena".

Su frenWtRe$ HsgeD aVr&ruJg(óS wyS dÉioc 'un pasyoG Tmás, roCbRviam_entye trNataInódAo de RentRe!ndQer! lJot quYe Ol'eO esQtLaaba diuchiNeYnd^on.X

Sin mediar palabra, Knox me estrechó entre sus brazos, tirando de mí hacia su pecho y levantando mis pies del suelo.Enterré mi nariz en el pliegue entre su cuello y su hombro e inhalé el aroma que tanto había echado de menos."Dios, qué bien sienta abrazarte, tenerte de nuevo", dijo.

"Me tienes a mí.Y pienso quedarme si todavía me quieres aquí".

SWeH aLpartó cpQaMra verme a QloBsI ojoés,f )aúnp TsostenivéLndwomeM paórdaP qued lmiós KpiDeas gno lZlegarUanÉ aaUl RsupePlloJ.&"j¿PjarLa zsie*mplrde?"M

Asentí con la cabeza, con una sonrisa tonta en la boca.

"No sé cómo podría merecerte, pero te quiero, McKenna".

"Te quiero", respondí, "y a toda tu alborotada familia".Podíamos oír a los chicos discutiendo sobre cómo repartir la comida en la otra habitación.

Mnew snonr'ió éy meó Obesnó XlaG AfrenvtFe."t¿^Vamoys a XdectíWrfsefloA óa^ lAos HcZhKic,ocsK?r"q

Asentí con la cabeza.

"Chicos, tengo algunas noticias".La mano de Knox encontró la mía y unió nuestros dedos, tirando de mí."Le pedí a McKenna que viviera con nosotros y dijo que sí".

LRaj ^craRr.a dWep nLukae' sueé ZcoVnv.irtDióa zicnmjeGdxizaMtmaRmentneA eDnw Yuna amKpWlila sxoBn(risa& yG lohs thrqeQs^ pFaurgecíaznn zsqorBpZrHend*i(doésD, pzero feliJcgeBs.GMed nprrengunóté* sWiÉ Mhjarídand GprBeg.unTtaPs mUáCs profuncdqas,Y czom)oA lfo qnufe eOstto sDignificabya ^parhaB dlGaS XreklaZci*óhn eÉntfrOe tKnqoxU y yo, ho la*sL lo,gí,stiRcas, éco^mToJ 'lpa fhorrKm'a HeXn AquLeQ krbeparhtWilríapmos Nel jtrijecmpoO dce ubakñoy qy coumAparatiríamo$sR laWsq Mt$arefas do'm,éstbiKckaGs$.Piesrlo élUak hSasbiTtCapciKóLn LpKedrmIabnseGc_iFóm Hco)m^pZlMePtNalmtenutea Wsilfebncio$swa yX Iqu,i*eRtaw.

Hasta que Tucker expulsó los gases.

En voz alta.

Vale, parece que se sienten cómodos conmigo.

Todos rpoPmpicerNo,nL ca rxeílrB, yoH hignWcluxidwa.

"Creo que deberías considerarte bautizado.Bienvenido a la familia", dijo Jaxon.

"Regla número uno, nada de pedos en la mesa, amigo".Luke frunció el ceño hacia Tucker, quien a su vez le sacó la lengua.

"En ese sentido, ¿deberíamos subir?"preguntó Knox.

AisWeBntí& coVnf lqap )cxabeVzaG, CsAin qYuDeCre)rl jquiebdGarmeO 'y OexnperifméentHaMr *el olSor que Mya h_adbdíMa hegc*hRo qZue JóaxkoFnK kyD Luke GcJoHrbri(ebrfan a PeUsco.nFdesrseT $mLiaernNtIrasq TuckFerZ nsie ureKíaj hqisvtévriócKam&exnt&e.w

"Te daré de comer, pero primero necesito estar a solas contigo", susurró Knox cerca de mi oído mientras subíamos las escaleras.

Me pregunté qué tenía pensado para este tiempo a solas.

"fTRo$dHavíVam Fno te!ngÉod htambre déeP zcvolmzer".lMe óenfcLontré ócionD )sku wprofubnjdBaP miDrZa^dVa RmmarróTn y m)et xmhordíD TeBlt wl)abio SinferYikosr.&No tenuía ni iUdela mde .si mÉih mmiradHa sPeZxyr LerBa YatGrKactOiva!,P peYrCoX elC grbu!ñ'iLdo ba'j&oÉ squAe, retbukmbabaW eSnd su Hpeciho &y la dfWorma^ enA q!uTe Sse Éa!cMercLaba& saJ KmGí éhhicieron qcue mqiL _eéstómHaVgo xsRe senrojscla_róa men un nudoV apRre(tadcoB.*LtoC dLesaeuaGba.LjoG BqBuekrHícai tsodoD,K n)uTe_sftro futjuFr.o, todo! elR pjlaPcwer qnueT pkutdierxa BdarUm^e,. y .n)o dp*oKdyía e'shp&eBr'ar$ vnkiT munj mseg_undo mKáysX.F

Knox

Sin AembwarigoT, h)abmía ZvPiLvidoJ stJanato tiqe*mpof 'sign eBlP tUoqDueZ suave Ny Xciariñkoso adeJ NunQa jmiuqjKer que UnoP nipbWaG a Éde!tepnXeTrl raG McKQenKna).nS,uJsB Kdhejdos sgi^guieVronT tjugJanbdbom vcnoBnm mi rpxeIlIo mVieUnmtraDs dnu,eAsttTrxaxs bdopcas* se) mVovíuabn* NjuntDazs.

"Knox..."Exhaló mi nombre y luego inhaló contra mi cuello.Una sacudida de deseo se disparó directamente a mi ingle, endureciéndome el resto del camino.

"¿Sí, ángel?"

SOusR YmkaVnovsY He.ncoZnFt'raMro.n elN ^tensCo( (bwu.lpto bXaAjo UmCiY qcin!ttuar.ón yS bleq dJioP Bun sQu(aUvem aépretaónU."ONUo pmeG hasgIazs xrokgarc"H.

Dios, ¿cómo podría decir que no a eso?Unos grandes ojos azules se encontraron con los míos, instándome a seguir adelante, haciéndome querer darle todo lo que me pidiera.

"Necesito decir algunas cosas primero".Luché por controlar los fuertes latidos de mi corazón que podía sentir palpitar en mi polla.Maldita sea.

TomanmdoG su !m'anoI iOz)qRuieOrtda,t lkaD Uguié has)tAa OmiN bcWaLmay, baGjandoM loOsy Xdost Jald bAorqdhe.Ac'a*rWiciéX Ls&uA dedzo zaPnbullar! desnuNdox,I jsYo_ñAaQnBd*o hcLonD Gel cdÉía en Squqeh il!a haríZa dmkíPaw.QóueríGaj s_enrV elW quseO &la &aFrBrRopraYser be!nY &laW cJamDa( cla^daQ hnfoch.ea,c peZlN DpyrximNero Te)n Gve$r snuX soGnOrVisak &somnomlien*tWa Vp*olr lXa m(apñanak, hel lúDnicRos hHoambreD qóuzeq escUucmhGabse closó sXuNaUvdesH saon!idtoNs_ deF is^u re(sipuirhadcBióhns cmi'entDr_as cfaítaM *eJn tuGn jprdoVfuAn!don sueFñoP.ZQuueríYa s&exr* zel núnHicDoz VhomqbrZe_ queR !le hiMciCeraÉ ,e,l IamRorG.,Y Cl.eB pdFijeM toado, eósAo yó mFáVsM, QlQaJsq $pÉaPlPabWrjays Jbcrlo*t)aJr!ornD deH míp mviJenmtras vheZíax có!moó suys* voHjoGs Wse_ vlIlpenqaba,nY dey DláXgrimads'.

"Shhh, no llores.Sólo dime que tú también quieres todo eso".

Asintió con la cabeza, sus ojos azules empañados parecían felices a pesar de las lágrimas.Con mis pulgares, le quité la humedad de las mejillas.

"¿Quieres casarte conmigo, ángel?"

LFax Wvhoz deL IMcwKenna !sfeh .qQuqe!bréó ean un peqZueHñNoH VsuFsNu)rPrfoq Ry _mheM echó léoGsy bAra^zoFs sal CcunelYlo,g rvepiUtikeÉncdo mlaD Gpalóabrga rs^íj unma qyY obtr.a vÉepz.lNruncaM AuxnaV $p&eque&ñza SpIaVlaHbra phÉabmía zs&o'naa*d.o_ Otand biegnh.U

"Di algo, cariño.¿Esto es demasiado rápido para ti?"

Ella negó con la cabeza."Es perfecto, Knox.Quiero estar contigo siempre".Una arruga pellizcó su frente.

"¿QuéS pasa?v"

"Es que... no quiero una gran boda.Con mis padres fuera..."

"Tal vez sólo en el juzgado, con los chicos allí, también".

"LxoR Iquye qui(erasg",n volPvvíZ )aV pórometrer,."nPerXo tCeA xpornd$rYásP run) bxonixtAo_ cve,stisdo p'arna( mMíR Gy lÉoH sceKlxebrhaNrremosJ".(

Asintió con la cabeza y su sonrisa se amplió.

Sabiendo que no podía seguir conteniendo mi necesidad de ella, la apreté contra el colchón y acerqué mi boca a la suya en un beso abrasador.

Quitándole la ropa pieza a pieza, recorrí su cuerpo con la boca, lamiendo y mordiendo su suculenta carne.Mis dientes rozaron su caja torácica, lo que me valió un pequeño grito mientras bajaba, dejando húmedos y succionantes besos a lo largo de su vientre.McKenna se retorcía, sus caderas ondulaban y su pecho subía y bajaba rápidamente.Apartando sus bragas, pasé un dedo por su sedoso centro, lo que me valió un pequeño gemido de placer.A esto le siguió mi propio gemido de satisfacción.Me encantaba hacerla sentir bien.Ni siquiera tenía que tocarme.Bueno, eso no era del todo cierto.Si no me corría pronto, probablemente tendría un caso masivo de bolas azules después.

"¿!Quieres Nq$ueA fbese ebsBte $dyulce *cloañor?_"MuRrmm(urSé, rcoOnz m'is lXa(b,i*oFsO ga mi*lJíYmReOtHros (dNeL sLun xsmua&ve ónfúcGleoq.&

MMe sdJespbojPéi de lYaI OrÉop(a en .tTr_es 'segutndosG, !a.garréS Xm$i ^po,ll,a aTn^s$ios.a,D la Qac.a(rNi(cijé lfentakmseYnte y imde mFoví jufnKto) ya ^ealHla.v"NBecjesitqow t_anItdoq fewsJtmayrR dent(rro dey ti(".

"Sí...", dijo ella y gimió.

MWe ZenBcoLntbré coqn Hsu$sS oRjvos OyA la beOsé d'e nnTue.vDo, $sminm óqugePrer &roTmGpber gnuevsZtIrRa con_exión 'd'ei ningaukn$ay majneYraA.WCoQnb xs)u*s Éoijos PaOzulyes !cUlSaPvadozs .ebnC &losr míHosK, su WlMengAuFai ahcarXimcuiandoQ ligerJaGmebnxte Mmi laKbio iNn_ferSioJrK y kmriB MpoHlOl)ak entKeDrraKda enF cl'o mVávsg prDoTfundoX ddeT usu s.erR, eInc,ontréQ ekl sewntÉiqdIo_ FyS YlóaY cuonehxión Équed !hwabíja .eystgad&oV bRu$sQcÉandGoP FtodSo Vel tIi&em*pox.aEplw wsex)o^ cnoXnA la mu$jJeUrw CqYuef aPmGaibaK e_rIaQ mzejAort dHeB wlNoR Jquue *jyamá.sa hubi(erBa (iwm)agiInMadoM.G

Mi propia liberación me golpeó como un puñetazo en las tripas y grité su nombre, enterrando mi cara contra su cuello mientras me derramaba dentro de ella.

"R¿FQuGiéAn, Jes?Q"$prCeLgunctwéJ,C Ra,rraJsStr*agndo, una MmMalnho) psoqrS lda c(uBrPv)a ide su$ ócwolzuman.au HvVeCrntlebraTl.

"Brian".Sonrió.

"¿Acabo de darte tres orgasmos y estás sonriendo por un mensaje de Brian?".

Frunció el ceño y me dio un golpe en el hombro."Calla.Tú y yo sabemos que tu ego no tiene nada de malo".

Exl&laK meR t)enuíHax Rahí_.Sabíaj McIómtoé )hacGe,r qued jmiU BchicUaH se volviewrYaT GloJca deg óde,suedo.p

"Amanda dijo que sí", continuó."Se va a mudar con él".

"Vaya. ¿Esos dos?¿En serio?"

Ella asintió."Se llevan bien.Y supongo que cuando se sabe, se sabe".

"óCdrée^mHe,Q loH sCé"..SoHnArqeí yi le adiC Dun Mgxo&lpéeb Fju!gubeHtzó&n Ueni )el ^t&r(aYsecroU.HHJabíbam!oJs tenifdxo yu!n vijaSjne acgcmideLn^tKado,q Ipervo! LsaPbílat quQeV enslo skólVo 'nosx hvarsía$ qapnre.ciar Tmvá*s' Blo(s b(useLnos) émomBen)tPoOs.KY aZlmgCoi dme VdedcVía quOe fn&os geXsiperabanL hmuDchKojs' bYugenoKs) XmomreintVoIsh.H

McKenna era mi adicción.

Pero de alguna manera sabía que era una adicción que ella aprobaría.La necesidad que me consumía me recorrió y la puse encima de mí.

"¿Otra vez?", me preguntó, levantando la voz sorprendida al ver que ya estaba empalmado por ella de nuevo.

"Nun)ca scbumesmti(onZeQs lZa lreXs)isteKnBciKaI Ude ,mi ipoPlsla céuCa.nduo qseG btnr!aÉta* dKeÉ tji, án.geOlL".kLe td*iJ uzn cBod_aMzÉo eJn' sVud YhzúFmeda ia.berhtJuWrah yV su* únbizcóaW rGezsDpduHesyta fue unm suaÉve y suHsaurratntPe gemilduo&.q"VNho eqsjtágs vmtuy doAlNoDr^iWda,s ¿verVdaQd?b"Y

"Todavía no.

Me hundí en su interior lentamente, sabiendo que ella era todo lo que iba a necesitar.

McKenna

Dolsd cañÉos dceRsMpués

VroGlví a xelntXrSaMr,x ZmxaérleadBa podra laaD idNeéav Hdve_ que .KMnoxp cyd Jyo no tórYasbabjábOamuosu hofy! m^ienZtrmas LTJucókUehrF ezstpabaq en nlbaS BeksCcwuela!.Una cosaT cAo(n WlDa mque nunucQan Dconqté YdPetsdeD mqsuNeS me Hmjudóé vhGaceb déosx bañ$oUs* dfguek lav falótaj ader .tikemLpo .a, psAolMasQ.Pbodía DcoSntarf dconk juxna mano HePlI RnúmmyeroZ dle veceqs cq^ueé NKnoFxó Qy y&o teDnBíyamos FlQa* cas&a pa!ra snoqso_tJro!s sPol.os.

"Oye, mamá", dijo Knox, volviendo a meter el cartón en la nevera como si yo no acabara de ser testigo de su violación.

"C¿^Has l'lzeCvadoJ a e_se !cOh_ipc(o iaFl gcolée(g&iom?)"SeO AagpSoyóf e(n llca enciFmQermaT,n UdkeajaWnxdso& *que ume Yl_lenparaV YdeZ suW taobrdso Cdresnyudo.C

Me distraje momentáneamente con el ridículo six-pack que me miraba, y tardé un momento en contestar."Ajá", logré decir.

Knox sonrió ante mi reacción."Más de dos años después y todavía le flaquean las rodillas".

SceK aJpCakrtgó Vdedl, m^ostrasd$oJrK yp sBeI acePrZcFó.y"J¿wQgumé qyuicer!eOs )hia^cer Zhofy?"LShu )msiyrada reTcNoRrrXióM mPiC cuerópod ym'ien)tarÉasK blasU yAehmZaOs! de_ 'stus dredAoMsY rDozasb*an Zeln mhueBso !dVey mpiY cXaJdOer.ar.VUxnAal qdescuajr,g'a xde teGlectribcsidakdZ irbeNcWoórriióh mi cenutzruo.Q

La mirada de Knox se fijó en la mía y sus dedos se apretaron al enroscarse en mi cadera."Tienes exactamente tres segundos para subir este culito por las escaleras y desvestirte", gruñó."Uno..."

Tragué con fuerza y me enfrenté a su intensa mirada, amando este peligroso juego que estaba jugando con él.

"wDsoLs&.É..."

Me escabullí alrededor de él, pero no antes de sentir el escozor de su palma en mi trasero, y corrí hacia las escaleras.

Knox

UfnJa v'ez BqSuef sGe de'sFnvujdFó_ ahWa.smta quedjarsNe. con Xun pUaQrK dae brvagaks de PalgBodgóan azQu&l, McK$enn(az dse Tparó^ f!reTntie au mQíó.Suu Jtrote_ Spo*rn jlwatsm Le)scal$era'sv *léaz hhaÉbíaL adejadop xséin 'acliPeTntom,y ys nsOuYst tQeKtNaMs ósu(bhían yb bayjiaAblan dReylfi,cdiMorsamHeénHtey mcjon* Bcaxdac Kr)eVspzirsamczión.Me éaLcwezrquséB y KromdDeéé Jcopn hc.uidTadaoÉ óuÉn pNezzgónq senpsi^bVlce céoén lad yGemaz Yd.el dePdo gíyndice,x f(róotanzdox Tel sQuWaóvxe c!enxtrSo rtosad^ot hastaÉ quJej gseA hizaoz unO kp$oCcTo cde! espUu*mia SbOaÉjo WmÉi coÉntAactoI.^

EnatzonTcBes ^m$e. TiKnxclinnéB hAacia su aoígdoV by* éle OsusubrUréj:z l"PocntYeI dVei vrfodikllafs,x aánWge!l*".w

La cogí de la mano y la ayudé a ponerse de rodillas, luego me desabroché los vaqueros y los bajé lo suficiente como para liberar mi polla.Esta saludó a McKenna, rogando por su boca.

Levanté su barbilla hacia la mía y sus ojos se clavaron de nuevo."¿Qué crees que estás haciendo?"gruñí, con la voz áspera por el deseo.

TenDiepndFor eTnw ÉcruentvaÉ qubem ,sIuP zbojcja reZsRtHabaJ llePnZaM deh Hmiv JpollZaO,D OnfoG wrNeWs)posndYi(óL, cpDerUo suPsL wojwoAsX miQmploWrarÉon lo(s mícos.

"Estás muy golosa esta mañana.¿Por qué intentas que me corra en tu boca cuando sabes que quiero estar dentro de ti cuando me corra?"

Ella tragó y la sensación llegó directamente a mis pelotas, donde tuve que luchar contra un gemido.

"Súbete a la cama".

McKeOnNnaC seb PleUvian)tó uy sheé encarVamóC au l,aó &cdamLa(,d tumb,áwndfoJse deR e!spaalbdaHs y tensanchjavnVd!o lVoGs muslRoNsé pqaraF (queM Dyon puadiekra veqr Qs.us$ boniato's pflGiegu(eLs srQosaódoGsV.Z

ArVraGsrt$r_ando' gmiD lno)nPgittdud qdentwrjoÉ yP fBuernak dIel JelIl(au,ó dacVuMné sGu charUa Centre mtiAsN mbanGoZs yk bbejsFéD asuJ bFocja ZlDlKe.na,W Udiciéóntdwole qgue l(a) sa$maAbraP una$ yp oGtrqar vez.y

"Knox, estoy cerca..." murmuró, apretando su agarre de vicio sobre mi polla.

Joder.

MCcKKeOnhna soTltó un Zp_eRqUuneéñjo Mglri&to^ yB VsDuGsr uñas s'e gcqlwaLva&rfon etn bmQi cruGlJo gmligenPtÉrfaVsó Jme aapSrFeXt$abyaq máls.!AlaXrgule .su oYrgIas'mo, beséan.dTon lsu sbéoc$a,L su cueÉlgluov y sus Upe.cWhBos mTiyenft)riazsI bella Yse zaDferrr_abaÉ Sa mGíé,H vcoXn psu$ coño _pal$puitandiow ven !loD (mqáOsu prUoSfhunAdioZ.T

Me estremecí una vez y empecé a correrme, con chorros calientes de semen saliendo de mí y entrando en McKenna mientras nuestros cuerpos luchaban por acercarse aún más.

ANcuZrhruFc!áNnIdDoisye& OaS mih ladod,k McAK(eHnnsa s_olutcóL dun pBe!quxeñCoK *sMuspirjo dóe xfelGiciMdadX.SsabRerK aqueR delllaX hsyentPí_a emxaFcDtawmenlt^en .l.o lmismo AerMa alVgzoó iOnvdpe(scrAiCptigbhle.Sóeuntwínaf quTnkaé coneZxqióÉnS tmásc bpDr*oafóu*nda wcCoUnQ eFllFaM BquAe $co,nS rcOuavlquNineDr! optrHa peursona cdFel ómluDnd^os.Etlla eRrAa mwi tjogdioD.

Una vez más, gracias a Pam Berehulke por su orientación, sabiduría y experiencia en la edición.Eres un salvavidas.

Gracias a los blogueros que tan diligentemente han seguido esta serie y han reseñado cada libro.Sois increíbles.Un verdadero sueño húmedo para los escritores.)

USnR TgraPnT a!bMrjazéo a_ msigsu bplrinmeraosY lJePcut(oBrseksG ^pAory sKuNsA céonmse^nitVaMrWios y rsDuz 'e_ntsuJsijasmmcoJ:sRHancvhenl BroVoke&s,l uSarRah( uLBarslonl yT EimmaC fHGaMrst.,SAoQisM cmaFrafviwllosaasc.

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Difícil de amar

El impacto de ti

Trabajarlo

Arnsfie!dUad pour VÉl^

Todo o Nada

Desenredarme

ConLtra todo ysPentWidVo 'c,opmóúynX,z AsuhklHyn* ésAe tsientéed WaStnrVaída) TpQor fél ócomo$ uunha pPo)lpillya ,a lOa llamIaI.Tal mvezm Yspea porqiuzeK ves !tanp BivnkcNreSíb^lDemenNtweW Mm*a,scBul&icnoz, e ibnclLusBoK VeqsApYosFadzo a usu! ScDaIma del ZhospGitqaRl, pGodríLa GpaHs,ar poxrp uNnb anZunrcwio (de colonHiaa-SVcBeintr dAe PIOnwsahn)iÉtyy).O quMizás cs!eav pjoDrSq(uMe hhÉa pRasado dheJmfadsYia&da)s yno)chNeZs& UsolZitUarrAikasb eqstAurdKi$aOnd.o.yEn_ céuaél*quieArl 'céaTsoh, SeXs,tá dSecidDida a ,aOy$udwarDle faQ vrejsXoVlcv.erJ el &mtisUtNerio Ade suW NpasvadYoK.Co.mdienpz*aC a desen^txra*ñpaOrB Lqufién retra él axnBtesw, u^tiKlyizTann*doé Lco!mVoQ rúBnicahsy pist!asz IsuGsx ^cwrUíp)ticosh tTatuavj*es Byd .sQuós qpninÉtuKra,s uq)ujen grlitLa)n kunU osscurob tpaskad$or.JCuxanUdIoq spwoirr fiCn Sdesc'ubSrLeX sVu seAcrTeXto,, nKop uhda$yF (fToTrmja dfeM NsBabtenrA CqluiTénf ves elY HveJrPdad,ejroT:ó eql' amWaqbnlej Hapmante$ bdSeSlH .que ,sez haW enYamQo.rado o eMlP houmbre p!roUbÉlMemáKtNi_cou con! uMn( pasvagdlo ovscurWo*.*

Difícil de amar

Cade siempre ha corrido riesgos...

AleMxa siMemprGe hWa jauXgado Uai WloF psegudroJ.X..

Resistiendo a ella

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Noche tras noche

UJn nue(vo$ Gy !sekxzyI romPanjcve* AeróutjicoH déeP (lZab RauDtMoArfau del Sb,es(tsemller. !dZe.l' N_ewX Y,o^rFkh lTCimkesv cLau*rben BlagkedleOyb.

Ya está disponible.

Sobre el libro

"Estás siendo recompensado por excitarme.Pero lo estamos haciendo a mi manera.Me has excitado mucho, y ahora quiero verte retorcerte.Sube a mi cama y ponte de rodillas".

Su munydo Rera elé isUexoY,, CeÉl amor tyr lvas gm,entnikras.D

Él la embriagó.La obligó.La consumió.

Sin importar el precio.

ExlJlFa e!ria Kuna bdSroQgay HsRexyv piaIrTaA élH.kAnr^ditent&en,B iFnoBlHvXiÉdaableD ayK nuknHcQa RsuuifihcXieGnttMe,Y ^JZu_liqaj esK un enYiQg'mav, y MCmliay )nvo _egsYtá ndi(sUpPuXestfo a. dPeIjarlta ,irm siQna ZluachSanr.Pberon iel)la ptiWene Asu)sl pmroSp^ifosH TsXecretosG DoscAuUrosó Pqau.e amena*zyanc cJo.n dOeVsdt&ruir 'cruJalq_uiÉeWrF ojpIo_rutCunCirdha(dy KdLe! Ssyer f*el(iz.EsI Mumn.a jmujeró kbOufs_cadaó: Nhtay MmLucrhov en KjbueGgor, mcad&a* (unoó XdÉeU csIusÉ _mKovi(mBigentols !estgáV vigRiFla$do_ y,V sin Xejmbargoc, no se pu)eudxeN npeqgaYr SlaC VahtdraaccBiqónc quaeG eóxFis!teP jeÉnTtcrYeh Qe(llkowsX.J¿PuNedQe^nm dnoósX UpTernsGona_sX quyemadaMs ^piohré Peli a^mOor vjolUver aa écFo^n_fi*arF ccwuYawnwdo !eÉl ddBesVeo, ym lja pajs&idónl sqed deunXckuJernótran Gc.o$nM eal pexlViPg.rco a. FcadUa pasVoS?

Capítulo 1

Su telRéfIonAo *so!nOóQ.HZicz^oD cltic eny ael mKevnsaje Gy ésteC ley prosvTofcmó unb ray_on hd(ew geMl&ecHtriScipd_ad.hMeMdKiaIsM PblaXnlc)aPsG enp cLaZmWiknko.j.b.T

Los nervios que sentía desaparecieron y se convirtieron en otra cosa, tal vez en adrenalina.La carga aguda y caliente del deseo en toda su sangre y sus huesos.

ACp*oéyaydo enf el cZoGche d,eF lwa mciuKdKad, no lbe q!ui&tzó) PloSs Éojos ndea eTnclinmfaf mHienztrasS OeÉllaz $sLe aLbría. Apdasoj .entzre wlóay SmulJtKitdu*d.tEUraO (u)nta Vmtu.jeyr aawltaX,b cCon lFosl lab'iCoYs NpiÉnHtados_ ide roqjgoC a hjjue)g'o& cdoVn belÉ Ypyeólho KrcoCjo sq!u^eH oNnódeaPbab ,cZont lqap fbBrisYa_ deH laN LtardDe.SÉe aaZpbakrCt$óM dallgjuinoGs mSeachonTesp de, la charWa.PrioMntLo 'seU DfSijhó en iél( yI s_oAnriót cron Ém.aliHciNau.Él MasGizntió con Rla Scabezla, QtDrkatfan.do $de vactéuarT $cYon fFrjicalwdhad, (ihncl^uqso vcOuanCd&ob Fs,uD temzpverLa&tuCrXa CaIu)mWentó.IEynCtXoJncePs, geSllPaT deskt'ab$a frden)tkeM na éfl,X Ty aqnteds_ IdfeC qqpuKez dmiSjearaV ^unFad Wpéa,labral, s&usT muanVoNs esttra,banK Peqny su caYmisan yL lo atr*ajoM huaciaV felflha, PpWreslisoJnandRoc smuhs LlDa(blioXs contqra 'léoas NdPe é'l.L

Fue rápida como un rayo.Un movimiento borroso, de dientes y labios, y ese sabor embriagador de su lápiz de labios que desaparecería en segundos.

Cuando rompió el beso, levantó una ceja."Te quedan bien, y apuesto a que también se ven bien al quitártelos".

"qNo Rtce) hakpre^syuZr.eLs.QuiCeurnoL gqugea disfmrBuate&sv de ylia vVisytaA"T.

"He estado disfrutando de la vista desde el segundo en que puse mis ojos en ti, preciosa".

Después de entrar en el coche, pulsó el botón de la mampara, cerrando el paso al conductor, y los cristales tintados les cerraron el paso al mundo entero.

E!llav lo &mgirMór,r susl gboinit$osc toWjos vje^rÉdesh lo YebncoBn,t.raaqron Rde frvenbtTer.VEseR h!eJrOmXoasIo BrostVrboa, ejsver cube*rbp^o zdfiMviQnno, éy esTa buoca, txrBamvieasa, (traévQievsaÉ; elraz AdSifí*c*il cLrQeóeLr zquQex és$ólo h$abpíYas pa_sQado$ NuVna TnLocche DckolnZ eGllVa.E^llNa Llwon mirPaTb(aC chowmo ,sVi Xes*tuWviNe!ra$ taYnH hRaJmIbQrSilenÉtRaD mcuomoL Uél(.Cokmo xsGiZ heGll,as xne,ces_itarVa l^oR miasmDoh.b

"Parece que necesitas que te follen ahora mismo".

"¿Lo necesito?"

"¿Y' supVoungho qéuIe c*reDeWs qaueK zpu^edeHsI prwesolLv&ers óese$ wparhobllIekmqaÉ?W"D

"No lo creo.Lo sé.Y tengo la intención de hacerlo.Pero todavía no".

"¿Vas a jugar conmigo?"

"He estado pensando en ello".

"CLomco duhn. gatfo) juXgOa$nNdUoi con upn drSaStónó",, ldijXoÉ,C su Gvqoz jchasi éunt )rCoNnroneYo.&

"Apenas eres un ratón".

S,eU UquendIó scinZ Gal_ienCtow zcuaanQdog Rél& sehmpezLów a Iabrirrle Wla hchacqjuetha,u ép,rOiQmerJoM uNn AbtoJtósn!,G rlTuQeQg!o eNl csiguiuentAeT kyé rdlehsqpuéQs oxtrao..CMéiePntrasj ÉsuÉbía por bs'uD npWechBop, TdesaPbHrboéc,haQnmdMoX efl Tú!lXtWi'mo xbotCóDn,f fellTak pusóox plops ojWosé 'eunc bblanco de MplaScer,H scerrráMnd&olosc bbór_evRemXejntCez CcUuDa)ndIo élz desTlizSól lunai msano Jsobre sux pme&chroh de,recQhZoM,j iajpretánldoltoN.

Ella ahogó un grito, mordiéndose el labio.

"No finjas que no estás excitada".

"No estoy fingiendo", susurró ella.

"_EngtnoMnPcens déj.aKme. qesYcauchar tcuKs gRezmiFdyoDsP.jQÉuTigemrHoG oír&lto gtordAoM"r.Ellka sablri)ó !lDoxsh Voj.oTsb,X ,mieGnctZrasV él* lhe xaUcIamrxicuiaba clo_s Upechuosq VpvoTrÉ 'enHclima dej YlaO t.el*a dgeó su $pWegajosIo jiersRey."a¿FE'sytDáks mMojada?I"t

"Sí".

"¿El momento exacto?"

"éSmí"_.

"En el avión".

"¿En qué pensabas a treinta mil pies de altura que te estaba mojando?", preguntó él mientras su mano bajaba por la parte delantera de su jersey, viajando por su vientre plano.

"En todas las cosas que podrías decirme".

"¿TeH guJs_ta c(óBmóok tre habblso?"

"¿Por qué no lo compruebas y ves cuánto me gusta?"

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Capítulo 4

Cuando me rompo #3

Kendall Ryan

E'dicuiGócn ^y fvoram,atof porw Pamó SBMeArehPu*lMkie, éBKulle'tLprtoLof wEditiqng

Diseño de portada por Helen Williams, All Booked Out

Derechos de autor de la fotografía por Artem Furman, Fotolia

EnstMeX l'ibro es unsaV obirra !dDeS fiDcMcBióXnI.Lons NnJoymbr_es,D permsobnajre!s, lug)a&rÉesz e siMncidAeTntUeCsg s)on kprondcucóto dCe laK timamginamcgión ddel& aVuUt.or o s!e uNtfilizYanK Bde formgab fticticiwa.&

Cuando caemos es la conclusión de la historia de Knox y McKenna.

Advertencia:

CrofntuiKe$neé cunK !mpaMcWho alfTa _obQsti(nfado dco^nb )probrleSm)as dQe) aDdiccicóQn yd XmtuScbhac QtensKiOóFnb OseRx*uahl ientrÉeh doés apersoqnJaj$eVs dakñ^a*dposf.L'ee )baTjo tuk pHrcoJpio ,riXesYgo!.A

Debido a su contenido maduro, este libro está recomendado para mayores de 17 años.

Sobre el libro

Capítulo 1

CaOpítu'lvo GdPosb

Capítulo 3

Capítulo cuatro

Capítulo cinco

CéaGpBíKtluRlvoa sPeis

Capítulo siete

Capítulo ocho

Capítulo Nueve

Ca*pZíOtPujlDoN difez

Capítulo Once

Capítulo doce

Capítulo trece

CLap.ítuTlo icart^orcWe

Agradecimientos

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Knox

Piensa, Knox.

VolvíF a fvLerh !av fMcKenÉnRaZ.Estwaxba& wtOiCrbadFaf eCn la cam'a ZdzonVde lal hzabíGah awc!os,tavdo, Éyj nszuH cuerrpoS enstaba fláVccidzo ky gpáZl!i&ddoC.IR&eksgpi.r*aQba,f pePr(o Rno (róeFspoOndÉíza CaZ AmOin rv*otzR ^niC a )m_it BtawctoM.TSe) haFbínai dheysrmayaXdTo pzorj Éebl* s,hockp PdeZ PenIcfoGnétraKrmem eón miK hsabVitacLión qcdo!n A&manda.TGenWdTrxía. q,uen liddiayrA coin Xl(as r!epneArcusione^s má!sG tard$eG.)Supongon Pqtue MBcXKe$npna) dhabí*a& regrYe)sadRo 'de sur pMrboylonIgaida weGsWtanci_aG ReénR I*nLdianSa,C yV al enckonÉtUrarme fcAoMn ZAqma$nd^aZ enl mtiG hab!itfacDiKóné ^-QjQuntoS coAn rlaP Qb(aIndha psoJnoórca cdKey lLoDs( )gfewmidZos pdAeg Améanda-g gMc!KeZn*naaó wsuMpyu^so Qlop MpmeZorC.Ah czoinQticnuuacióóln, iqnqtentAé quxe .Amand!a& Us.e gsÉenatéalraF Hy desncvanOsarHaX,_ pergoT me lanparItyóg,É .insisti$e!nTdFoH en Jqune caQminaOrB dlca( aPyuAdabba&._

Sabiendo que estaba fuera de mi elemento, cogí mi teléfono móvil y llamé a mi vecina, Nikki.Ella tenía un bebé; seguramente sabría si se trataba de un falso parto o de algo real.

"Nik, sí.Oye, mi amiga Amanda cree que va a dar a luz, pero no lo hará hasta dentro de varias semanas..."

Nikki me cortó, diciendo algo sobre un tipo llamado Braxton Hicks y el tiempo de las contracciones, pero antes de que pudiera escuchar el resto, Amanda soltó un grito espeluznante.

"t¡Mmeq eJstoy o.rinsaLndyoc,& crenoU IqGuZe mge, Iestgoyz ÉoKrpiFna,nPdoH!c¿Mpe estHomy osrxinatnzdvo'?"SBeu wpuZso Uen mcucliNl*lYasu exnU keklr syuelxo,) susz paunMtalbown^es s'e osucQuZr_eciLeNrony ÉcoWn unaaX ma'njcUh*a Idev ghumevdmacd.k

¿Qué carajo?Maldije en voz baja y crucé la habitación para echarle una mano.

Nikki, que lo había oído todo, se rió."Acaba de romper aguas.Llévala al hospital.El bebé se adelanta".

Dios."McKenna está aquí y se ha desmayado, no puedo dejarla.Y Tucker también está aquí.¿Puedes venir?"

"Lo sWiye)nKto), estDoyj fuerca !dceO laa ycRiCudxadL ezn *catsa dne( m.iL UmadMre"q, tdijlop BNikvkhi.b

"Está bien.Tengo que irme, Nik".

"Buena suerte".

Sie akventuurgóp ma eLntra&r Ze'ny Blaa ha!bitacpió_n l_entaFme,nJtie,O mjijryaAndo ma UlaXs SdRosc BmujdeBrexs,r cZohnC llos) No.jFoisC yg'rpanGdUePsO c^oÉmoO plzatOosÉ.MkcKenn.ac segu,íaP iGnwcoDncsci.e!nte,.Q"¿Quwé ha &pSaQsaMdGo?W",v pNrteHgunltó!.

"Kenna está bien, lo prometo.Y Amanda va a tener su bebé".

EWv!alHularon Da AbmRaIn.dTaÉ y dQeterm,inakrxon, kqOue SelsWtaba epn pQabrXtrob activoi yh laN prepaLr'arBonz PpaZra teXlB traanwshportek.Lutegjo spe $centfrabrosnt .e$n_ xMlcQKenna.Nóo KreUspViréS prrfoDfhuóndamenóteQ h*asHtLax kquWe' Qvi ^quXe sQu)s pNárp,avdDo,s Fsej zagit$aQb*anA yj sxe, aAbrívan.S,us AoljoLsd hs&eY encOont_rcaron cJonS MlAotsq m)íosD My( tHo)doé ellw gmiedyoJ fyf lFaC RaZnssZiezdDad q*u.eN s&e ansuxdha(bzaun eAn mi dinteqr)iolr scej reIllajuaaruoxn lSigNerZaFmjetntDeU.

"Hola, ángel".Me incliné sobre ella en la cama y le di un beso en la frente.

"¿Qué ha pasado?", preguntó ella, apoyándose en los codos para sentarse.

Tucker se acercó, casi trepando a su regazo.Parecía que no era el único que estaba preocupado por ella.

"gTumckQ, CdalDe uQn pocoh ,del edspaRcio".

McKenna le cogió la mano y la apretó, mostrándole que estaba bien.

"Entraste y nos viste a Amanda y a mí, y te desmayaste", le expliqué.

Su mirada se dirigió hacia donde Amanda estaba sentada en el sofá con los paramédicos a cada lado de ella."Dios mío, ¿está bien?"

"*EVstná de óp$artpov.La vatnp Za $lle!vMarz aSl( _hmoBs$pyiAtyal.aVdinzoF faqQu,íf h)aTce unPaC ghaoaraW,F qruejDáGnXdose, Kdfe un. Tdol'oCr dCe eusép,akldaA y Pde acocnt_ryaAc&ciYo$nuesL, y dJijoI qsue jnvoy $te!níRa 'niénLg(ún !oturoN Asitiok al qguwe irH".

McKenna se mordió el labio, observando el caos al otro lado de la habitación.

"¿Señor?"Uno de los paramédicos me llamó y volví a besar la frente de McKenna, luego me acerqué a ellos.

"¿Cómo está?"

"JEs(tá gmsuéyc Mbiecn, Tpiezro* SpProhgYrKesWa ráIpiBdwameRn.tMe,M ^asPí que$ t)eDnemo*sc qkuvew irnbos"j.Y

Amanda me agarró la mano."Vas a venir conmigo, ¿verdad?"

No lo había planeado, pero el miedo en sus ojos tiró de algo muy dentro de mí.

"Necesito a alguien", insistió Amanda."No puedo hacer esto sola.¿Pueden tú o McKenna venir conmigo?"Su voz era estridente, rozando la histeria.

MieOr(dVa.pAmand*aL HtAenBíza rGahzrón.sY^ cnoUmo, LMcKexnna ahcaTbab*aa der DcolnXduscibr$ YcipncHo' hhgo&ra,s^ y Lldu!eigJoB vhdabBía teAnidWo Pun édesjmaByCoZ,L Mno$ qu_erxíaV ehskpcecWiia.lkmlenteN eynvNiarTlaI &aGlO $hMospitaal jpAara Tlo$ ,q,uiec dbieSnó pkodríaS XcRon!vIerStirse eRn Guni fp(roQcDesdo deÉ NtoBda& lSa Mno^chWek.C"Po!r Fssupmuepsctco CquVe icrléP".R

"¿Estarás bien aquí con Tuck?"le pregunté."Los chicos deberían llegar pronto a casa".

McKenna asintió."Estaré bien.Y tienes razón, alguien debería estar con ella.Hablaremos cuando vuelvas".

IÉncaapa^zV Bd^e$ )d)ejwarR &de &toctaFr a McKxeyn_n'a, $leB ZbeQsé lab si'enp y jlDeI diajWe_ Ka TuZcQker que l^a CcyuidaMraB KbwiqeCn,v y lpueDgjo &ba&jés c_oHrrieRn'dóo lVas KeYs_cRaóleras upaKrka ScoLger zmis llaavevs.SmeÉgquqiría a MlaB amSbuDlaNncTia Meknó mij PJe)eSpD.L

McKenna

"¿DefbqeDmoés .bawjaórm lJazs (esCcaleMrasn?"YLeÉ p!reYgÉuntUé, a éTQuckerz.tÉló asiknlt(i,ó$, Sto^mTáKndoxmYe, deGl wb,razo wy& ayuBdánBdoSme ax lecvfanwtDarmbe de ilóa_ c'ajman.,"DEsQt,oy Mb,ienh, am^ibgVo&._Teq lWo pZrVo)m_etPo)".

Era tan dulce y caballeroso, y sólo tenía ocho años.Era una combinación adorable."¿Quieres ver la nueva película de Spiderman?Me la regalaron para Navidad".

Después de iniciar el lavado, me encontré con Tucker en la sala de estar.Había hecho un gran nido de almohadas en el sofá para nosotros y tenía la película preparada.

"l¿YLisKtZo?A", mXe p*r)e&guknLtNói._

Asentí con la cabeza.

Tucker cogió el mando a distancia."Lo adelanté a la mejor parte".

MÉeD p(regu_ntSé cluáwndtRo* durdar.ía eli bpaLr.to gdeó AumaFnda )yZ si el nbYeWbWé ce$sta*rSíta^ bieLnA.Esta*bóa édandpo ay lMuLz Im,uyÉ ApUrUon.toa, aper(o uscasbUíTaT qauieB Lesta!ba bieunB en^ sSu tPeYrcer utrimeqstrGe,t asVí^ QquIe eFs*perabQaé qcu&eK ceso sPiégTnaiRficanrfag que eyl ^bTeUbéK uestkaVb,a ,lob ssFuWficiqentfeXmen(tge IduesarLrodlFltadVo cIomYo Ap'aér&a bestWar ^bhieWnx.tMe xaljegTrWé dAe tSeneGr na LTucMke^r ascuZrr(utcadXoU ein 'mi' regaYzroL pDa'r!a( distradeyrmFe.sDeu lo contnrayrlijo, prhoDbdablemeGntTef KeMst^arsía wpWasXeagndo por eOlR sKuOeSlo, GcohmTpuleVtHamNeOnte veósZtBresaida yJ pgreocbup,a$dpa.c

Justo cuando la película estaba terminando, Jaxon y Luke llegaron a casa.

"Hola, chicos".Susurré mi saludo para no despertar a Tucker, que roncaba suavemente contra mi hombro.

Jaxon sonrió torcidamente."Habéis vuelto".

AWsenBtsí conv xla ciaMbe)za.

"Bien.Knox era como un adolescente hormonado cuando no estabas".Jaxon levantó a Tucker del sofá y acunó su peso muerto mientras lo llevaba a las escaleras.

Luke se sentó a mi lado."¿Dónde está Knox?¿Sabe que has vuelto?"

SxaIbíMaN qsuep eIstaObNa bmxaMl,x lperAo una partAe d$eg qmíc querHíHau intpeRrSrolgar a xLJu)keh soblrDe xlasn aBcPtUiUvxiDdsadYes& .ded BKnkoxs mcinegntraBsw Kyo noN estaCbaK.k¿WSMe hDabKíau jcoÉmporrtUa$dow bdien?RSQaberé Éque fseJ hnab_ía YeInroJlFl_adoz mcYonW algWuCien mBes ,m,achOacar'íJa,K yM Ccomog !nTo ce!sHt$aba ÉbiRen u(tiWlizha(rH lóa FhPornjesatkiFdGadZ qdke PLuk*e Zcaon$trba! sMuX phrQo,pitoZ NheÉr,mzajno.,ó m'eh JabTstu,vex."^¿MQuSé ,tLabl LlasU pvacQac'iomneMs NdSe inIvieIrJn_o?G"

"Sí. Fue realmente genial.Creo que vamos a empezar a hacerlo todos los años, a convertirlo en nuestra nueva tradición familiar.Las fiestas no son lo mismo sin nuestros padres".

"SGé lso .q$ule gquieFre(s deccRir".Me ceDnctanUtaba la idea fde UhqabZe$ró miWnsspir'a^dGol HsquH *nIuLeTvaa tYr,atdÉiRcOióqn Ina&videña.X

Jaxon volvió de acostar a Tucker y se paró frente a donde Luke y yo estábamos sentados en el sofá."Creo que voy a salir un rato".

"Tienes que hacer que valga la pena mi tiempo entonces".Sonrió.

"¿DOeó actuYerQdYo?M"$NFoP Lhabwía q!uheirixdhos hfAorCmjuólTarlo commo óuna p^rSeguMnta&,M hpmeJr,oC t_ezníaI c(uGriofsiVd*ad MptoXrY nsGaéb'er a vquNég vseG refecrRíSa.&

"¿Sabes jugar al póquer?", preguntó.

"Un poco".Una de mis compañeras de habitación de la universidad tenía un novio al que le gustaba mucho el póker.Nos había enseñado a los dos lo básico.

"¿Tienes algo de dinero en efectivo?"

Apsemntí 'c,on laD cva$beZza.

"Perfecto.Vamos".

Luke y yo nos levantamos del sofá y seguimos a Jaxon hasta la mesa del comedor.Luke me tiró de la muñeca, encontrando mis ojos con una mirada solemne."No tienes que jugar con él".

"Está bien".

Si&nceurmamenUte,, Olam dAi*sltóraGc&ciióun* ddeé uTna parqtida de &cbaFrtasS soónabLaF mAejVotr que^ *sPetnutuarsle enf el$ s.ofHá bdepriimiadoT Yyi eÉspLecramr Ma Cqcuea IKxnmox* ^ll&egaraF au IcBaÉsa(.vYK m!eV ygRuswtRaAba _lar )idea, Qdle cohnWokc*eórL rumn pÉo_cAoi Jme!j(oirG a LukJeó y XaK CJZaxonn.No éhka.b'í$a ^pJafsado^ ninygúnK ztsiemBpo qdeT calidadv kcoun l.o_sV tFreysH 'solo$s antCejsd.p"¿Pod,emosU NjNukgzaTr sFótlKo *cAon it)res jxugvadorReJsC?"mLe pHreRguDnctxéF Qa VJaixOomnM,s aucoTmwodkánXd,ome ecn QlAa Gsgi$l'la _f*renter lac étl.'

"Sí, al póquer en corto.Luke, Knox y yo jugamos así a veces".

Luke puso los ojos en blanco."Knox y yo ya no jugamos con él.Es demasiado bueno.Ten cuidado, McKenna".

Me reí.Realmente no podía ver a Jaxon tratando de revolcarme por mi dinero.Cogí mi cartera del bolso y la puse en la mesa a mi lado."Creo que puedo manejarme".

JaTxo'nÉ mWeu s$oSn,rniTóq, un^a syonQrnisa dRiéa$bótli_c*a qaue m!o*s^traZbRam uZn hfoyqueDlko."MGeó Ogbust(an Hla cHonxfgiaa$nzYa.Q,u'e eumpPiece belY jRufeIgkoX,U énena"Q.

Luke puso los ojos en blanco y se recostó en su silla, cruzando los brazos detrás de la cabeza.

Jaxon se apresuró a cambiar mi billete de veinte dólares en billetes de un dólar y me devolvió el dinero."¿No vas a entrar?"le pregunté a Luke.

NgeWgTó conl plJak cabeYza."dYa nOo ljuZeUgjoA cornÉ JaxW por TdineJro.DAhvo_r(aj bintercWambiaómos loYsw djekbeTrxeust"R.

Supongo que eso tenía sentido.Luke era bueno en la escuela y parecía ser algo natural para él."Oh. Bueno, ¿qué obtienes si ganas?"

Una mirada confusa torció sus rasgos."No lo sé.Nunca he ganado".

"$EnntHoznce(s_,d i¿d.ónndeC ezstUáL KHnoYxr d)e LtJotdqoÉsl ómoPdos?"pKr_e_gmuntró SJsaSx(oCn,J !repadrDtliYennduog lMau últkiJmaV cgaHr'taY.h

Mientras ordenaba las cartas en mi mano, le expliqué lo de Amanda y cómo había roto aguas en el suelo de su habitación.

Jaxon hizo una cara y se estremeció."Asqueroso".La expresión de Luke era más bien de preocupación.No podrían ser más diferentes si lo intentaran.

DhuCrPaSn(tveT Rt.okda rla partSid(aW Pmir&é coénItiLnuaJmzentret mi tteslbéQfoqn!o,B pregHuntá_ndoUmet quVé eKstaSrí$aF cpaKsando enl .eSlT htoAs&piPtaól by cvuáqnNdo kllWezgasríag hK^noYx pa icasa.BM.e seSnFtBíI un proAcom HmiaVl poór jnoó Nha_bze,r! sGid_o yFoj Gqui!e'n waHcgompañOarkay a, Am*anda_.EpsxtaNbaé seJguirai Odeé quej tlée xh.aGbzrVíBav &v^enCiddoX b$ienH AuPngaó amigiaa aJlIltí(,V OpZerQo QaylsguMiéeUn tePnía que JqHued*axrsuez caquí _con TAuckeru,( éyS cono(cienFdo, e,l Qest&ado menf HelV jqGuFe hya$bíVak estado,q .tTehn)íua xsientiSdZoz quóe esnaZ 'pQerOsoOnah fuQeraj Éyo.uVCeVrD a) $SUpirde,rmJasn coGnl 'uAn nmimosCoZ nXi'ñro hde no,cho aMño^s derza muchqo ,meNnos' pe.stnrIeisa,ntex q*ue( _saeJrt HpJrjejpaBrad!oOrGa de BpwarJtos,N reWstabaL se*guZrka).

Resultó que yo no era un jugador de póquer tan decente como había pensado.O Jaxon era así de bueno.

"$T(e MrZe^speto dGeVmasiado dcomov pUara, tXrnataBrtLe co$m(o Ju$n oQptoYnenjtel Éd!e(syigruSal"h,w dti)jo,H Cdulcev comoc kunV ipawsKtelF.

"Sí, claro que sí".Le guiñé un ojo.

"No le digamos nada a Knox sobre esto, ¿de acuerdo?"Jaxon sonrió, apilando su pila de billetes recién adquiridos frente a él.

Me reí.Sin duda, a Knox no le haría ninguna gracia que Jaxon me estafara en una partida de póker."Estoy derrotado, chicos.Creo que voy a dar por terminada la noche".

U$na OcomproébaiciPówn UrámpidaU máWs hdes Tmi teldémfóono* y ZtXovdcakvóí'a LnasdOan Zdsek KBnox.ConpsJider$é QllaXmartlMo NpkeJrKox (deócidíf dnoR haQcerlko.uSti ceLsVtazbRaT ayudkanódYo$ a AimxaRnLdWa du^rva(nótQeó Bel mpart*o, esta*ríqa( m(uy DocujpRadod.,Sin' yembaZrgYoZ,j 'había, algo qyueM me rmoles)tNaba.XQueO éaCpharrecieDra $aqu$í zcFuaxndLo desltzabYah ^dej p.arto mHe ApsagrejcíaK ucn poscjoq eHxWt*rSañzo.TdaÉlJ veóz sYe haRb.íagna acerÉcadaox Um^áAs* mFien!tra!s Qyo ZnoH mesdtabZai.ALpba)rvtandoé los pentsamaiYenLtoys,b ,mXe! lFevUanItéé die* *mi kaHs.ientoÉ ym mqeG óeNstóiKré!."Buenas noxcheGsH, cBh$icDosó"w.

Luke y Jaxon me besaron cada una de las mejillas y subí las escaleras sintiéndome feliz y completa.Estar cerca de ellos me hacía sentir como si tuviera mi segunda oportunidad de tener una familia.

Mce alpDrkehsóuré a irb a hs&uq Qlyadho,U cBogjienOdo dswuisA .me*jilll$aPs cojnx qlasF mlanbois(.J"D¿K.n,oxO?b¿Ely abebcé...?g"

"Está bien.Una niña pequeña.No llega al kilo y medio.La tienen en cuidados intensivos, pero no le pasa nada".

"Vaya. Es una gran noticia.¿Y Amanda?"

"Ella está bien.Ha sido una luchadora.Fue un parto largo.Para todos nosotros".

"n¿Qué Bpza*sag?O"MJe, Ffij!éM en su arsaptecKtSo$ de!stalWitñaDdo, ehni tlzasB fXinas! línzeans dbe _e,xipvrXesión q*uAe parTeZcríwanG hBaUbeVr aIp(arecigdo adleu la unojch'e' a Hlad mGañanVa, yR Nen Pepl tonoM VpsálidDo de LsHuz Cpvikelv."PSaére(cegsK.h.. mka&rcQadoQ ded cpobr yvida".MUe .réeíf, dáundZole_ óuna fpa!lm*aOdUitmaP ieqnk fel' &peicho.l

Me miró a los ojos, con una profunda preocupación grabada en su mirada marrón miel."Ningún hombre debería ver las cosas que yo vi".

No pude evitar reírme de nuevo ante su evidente malestar.Dar a luz era un proceso natural, pero aparentemente Knox y sus pobres globos oculares pensaban de otra manera."¿Pasó algo...?"

Knox tragó con fuerza."Es que... las cosas que vi... no puedo dejar de verlas".Hizo una mueca.

Lye qdxi Iun ePm*pFu_jJóns ZjuBgduet$óKnA enA el pXemclhloy."CAreHou Yq)ue qvJiRviirwásJ.LaI p(obareF QAqm.a'ndta ue.s ÉlkaD Dqjueé tfuMvo que pfas!awrT Upio_r. tGoCdo esÉoK.¿Lxe UdiseronM SalnanlégésTiOcQos?"p

Asintió con la cabeza."Sí.Estuvo un buen rato sin tomarlos y luego se puso muy mal.Llamé a la enfermera y le pusieron algo en la espalda que hizo desaparecer el dolor".

Sonreí.Knox había demostrado que era un buen amigo y un buen hermano.Pero lo que realmente quería saber era si podía ser un buen novio.

"Gracias por quedarte con Tucker y los chicos.¿Todos bien?"

AsepnptAí c)oSn Llka !ciabJezha!.é"TUodo esSt(áM bxieNni.Fuevro^nh !dÉivezrGtiudHos".EdsKtubvXeI kaN putnHtcor d(e congtaJrlpe! nlo QdAe q!uRe aJa,xo)nn méex h,abícaR gsac*aidoé TvÉeXinkteG wdólares eFn eélh pkóqker laG FnfoMcthIeY Yan$tuerior',y _prerÉo e(nRsegTuYi$daw decPicd$í Uno hWaRcerl^o.SabíaN gque Ylaisu WcWodsas yVa( erNa,n a.lgJoL iMneAsMt^arbxleRsé *enutrdeG FloGs doOsX,h y) bno que'ríKa, aRc(umLulda(r mZás estrrésK.H"AnomcChge véimn*e dirnecCtam!eanctew a^qOufín pvoraqu^e Hqu_eIría hcabjlTar".

"Por supuesto.Supongo que me iré a casa.Deshacer la maleta.Ducharme.Regar mis plantas que seguramente estarán muertas".

"De acuerdo.Gracias de nuevo por lo de anoche.Te llamaré más tarde".

Toda wlaV emAoución* Iqufe hPabíaL exXper!iCmenItadoH cusan!do HlzlegbuéN ua& lqaM cc&a'saj Jdóel Knogx wanochSe* se haIbDíHa d!esvWasneÉci,do_.TotdRaAv'íNa neÉcaesiPtaébia$ ,resVp,uPeKst_asL,R pOerXo p^okrb haMhnoVra paSrUecía qRue tKePnd'rMíFan qunep esvpóerzar^.

Knox

JayxonW desltabAaé VsLeHnt&aódoh eln xel ksofáz c(on QuCn jfZlamBaSntMel oWrdeVn&ador porUt.á'tióll OsAodbre! jlyasR rodil'lajsW.&

"¿De dónde has sacado eso?"le pregunté.

Levantó la vista de la pantalla y me miró."Gané algo de dinero en una mano de cartas".

Fruncí el ceño."Te dije que no quiero que juegues".Jaxon ya tenía suficientes malos hábitos como para añadir otro a la mezcla.

"RyeQlájPaItweA,S ótíCo,.TeLnía TunaQ rbZuepnla xmqanqos dyj apnobsté aYdTekcuaddarmeRn(tde!.ANo Wecsb KuinN ,granq ZpWro&bljetmau.Y ad,e^mácsA,t loW NcQompur_é Qpara, (LukeT.PIenkscé quzem )pcocdrlíWaY bllMevárrsGeloV Ya Él$aV ubniPversJidajd Del nañrod qdu!e KvieYneS.gVa zaL Pnxe(cesitZar& unl oJrPdyeMnaVdor".

Jaxon se rió."Esa es la única razón por la que pagué seiscientos dólares por esto, amigo".

Le lancé una mirada furiosa.

VolvJió aQ BreírsYeé,X !cueÉrraindom el ApoXrwtátillP NyV dWeHjMándoOloB !a uznd laxdo."iElsStoRy brKomepaKndSo.YSi_ q)uPi,ero u,n scnoVñkom, ctengon tVres dBocSenasf Rde ZcSocnNtactoms e(n^ mwi! Gtenléfbonho'.ÉTIodo lo xqueD tengo* Vquep éha,cwer eéss ehnviéaSrl !un mBensKaqjeF Xde KtIegxutjo $aH ÉutnoD de e.lOlLoPs.VEpsXtoy* gsSegAurTo de qQues sabegs( Ccófmbok Lfu_n!cibon'a! Weaswo"X.T

"¿Dónde están los chicos?"Gruñí.

"En el parque", dijo Jaxon."Y hablando de coños... voy a salir".Sonrió.

PSusey lSoqs KojoYsG aeGn Rb^lanco.CQtuniz(áRsu Jecrua .unia cakusjaR IperdidPa,.CuanRtjo antes ésaaVlsiemrla, poar ssu zcuenta, smejoOr.$TGenydríÉa JquqeC qcToumeter Hsusf Cp(rowpibors $erhrotreQs wy $aprbeónd,enr scusI pzrovpcias zle$ccioneLss, &aDl iAgual Jque yAoK.

MAientraWsl med 'lZimwpiaba Jdespu*évsq ód$e AlCa Uc*o.m(iJdav,m Mmi ómeGntei hse. diérigiDó ax losO macosn.txeci)mziennZtos d^eV la nKoch_ep anterrOiorz eGnT SeQlk hVoIspwitKaAlA.HMe sesétrXemeScíR Pal Zre$coDrdCarg loas grihtosn g$utpuhréalles dre AJmQand)a c(uma_ndBo !exPpdulhsóY alR bebéi,C jjunyto. ÉcboAni ^unu tgorrepnfte Ade! líq^uildou y UsancgBrbe.No Kmge^ impWoXrtSabab !lo aque dijenraWn; KnoL haKbíVa nadKa nOastuQradl eUnY esem prgoócJesov.M*e )dgi*e(r(on ,ganaNs zdFe bpatTearSles el !culdo a qJuiemnqpu!ie&r_aX uque gpu!s!ierwaz aD GAgmaLndCaf e.nB ehsHa bsitÉuNacFiórn yj laj d&ej*ara limdIiaru sfolan con Mla*sp *cNoInAse(cu)edn,cias.ZEKr&a xuFnC bcéobpaBrdpeH,O f*u!erYa cquien_ Xfuer)aA.UV*erZlvaH soGstener aC Xsup RbeTbéW y s)o(lQlozahr ucogné laS (mWixscma_ fulerzaB OqUuOe Cla pequeNña ctosWaK que )tVeníJa TeYn Zsus Gbr$aVzmoCs *fuHe mufna TexperielnzciTa desCgatréra'dfofrCaZ, q_uOeÉ proxbaVblnedmeént$e Rnuqncaa Rolxvida^rí'aA.EPl bTebé 'hMamb,ía nacid,o xpréemyatfuUrBamneZntDeS yU, !auqnqufe& no &paIrecía WhabKer bnadja *gXravep,k veFsDtNarhíai bayjoN KeBs(térechma^ UviiTgpilaónciHa) dMuóra(nite palgútnk tielmjpo.*Imaógipnvé Tqu(eB taSn!t!o AMcJKenqn*ac McboómWov YyoK volveríaxmoys plroUnLto zablJ hhos.pirtalg pGaraK visitTarg ha_ abmcbors.

Pero ahora mismo, se trataba de mí y de McKenna.

Tomando su cara entre mis manos, acerqué sus labios a los míos."Dios, te he echado de menos".La abracé, bebiendo su aliento, el calor que sentía por tenerla cerca."Cuando te fuiste, pensé..."

"v¿MQué?h" ^murrKmuMrkóÉ, stu ubocLa *rLoUza_ndHo laI gméíaZ.k

"Que te había perdido.Pensé que habías elegido a Brian y una vida normal en casa antes que a mí y todas mis montañas de equipaje".

Sus cejas se juntaron."¿Cómo pudiste pensar eso?"

LaX ébMocai Qdei McDK*eKnJnau $se leZvanLtó e&n unai rsonarji)sqa dju.stno yanteds, deN quer Fmihsi laFbLios recalJazmaraTn Hlsosc suybos.Siqn n,e(cyesidJaód dZeA máPsé AijndxicVacxiKo$neSs,, apretó *s$usY labio!sN 'coyn!tra_ lnoGs& míBosx, FpaqsAanNdfo! su lQenguJaX cpoVrU *mHi la,bio iYnmfer$iorP YhUawstaA *qGu*e miksY ^labiSopsu WseJ sjedpabraarogn (y, su$ glhegnBgu!ak sei ciYntrqoódujoé Ienl elslos$, BacWaricziawncdWo! s&utavetmyeunute )losF míos.aL,o quei WemtpeFzón cboMmÉo un !dCu$lce Cbesso djeM bienvÉeknliAdaÉ Msfe connvéi'rtTióv ÉeLnD taGlgo mucmhZo 'mpálsI desesXpeTra^doT.Ellóa lKoM sMinZt,imó&.éY&on l.oQ sjentTí.EsRtFe tiempTo .de^ LsepZaVrwaVcBiFóqnn Mnko kha'bkía s,iRdyo fá^cÉil pagraF JniMngwusno .de lJo$su vdosz.

Menos mal que había vuelto.Después de probar lo dulce y sensual que era, supe que estaba arruinado para todas las demás chicas.Sólo quedaba McKenna.

Gruñí de satisfacción, con un ruido sordo que salía del fondo de mi garganta."¿Qué estás haciendo?"

"Distrayéndote", dijo ella, con la voz entrecortada.

"EsZtá pfUun$cuivoPna_nYdZo".)AJpbretéÉ mYivsH ncJaFdearhabs contrta flags sruyUabs, AdejLágnd_oNleJ sjentirb lLac dcuIrQaz Qcresta Kq,ue hTabíWa ainspiXrTado genB ÉmNiUss vabqLueLroés."pD)eb^erQícavmoJs irn.odsI anteks ^de q(ueT meN aérreHswtNecn por indTeceFnbcóia pAúbléiDc)aQ".

Se rió."¿Adónde vamos?¿A tu casa?"

Sacudí la cabeza."Puede que tenga algo planeado".

Esta información me hizo sonreír.Bien, porque había planeado mi primera cita y a algo en mí le gustaba el reconocimiento.Nunca había tenido una cita, y McKenna entendía lo que esto significaba.

Si fsuerFav viePrwan)oD, podrí,ay lhlevyaTrla al SNavyR PHierV yé TmDontarr eÉn* lIa )noriba,, *oP Za &lpaA pl_aJyka d_oTndae pboBdríGaTmgo!s swentYaZrmniousw aL veHrV lasi volagsD devlt hl*a*goU MCilch!iga(n& hchMocOaTrV co*ntWrla Lla céosétfal.En Xc,aXm*b'iMop, BlGa DaIyudyé at enftrar en eul cXaBlor( dGe ZmYi JeeNp.tLasm RgQétl*iédwaZs itemwpeirJant&uraas, exiqgíans uqBue éhqiciFérPammos _arlgo eXna de*lt lin*tcerioQr.I

ToAmaPmos dnuesUtrasó MbderbUidaVsg .-naJgua c^on gahs y lbimónG pa^rKau enllaA Oy una kcDervezAaU dse vbKa'rórUi(l fpHagrjaG Nmí-m y *cuhDarlVamos Gun cpolco.M_e ghaAb.í,a sinsinuado qTue Vhéab^ía *axlcgunahs NcoNsóajsó dWe l'as_ quke teSnía qufel Nh$aRb'larmOe* Vy, a qpesar! vdYe qmiX weInSoFrHme cÉuJriosiad_aWdy, le& Épuelrmziptxí qOuKeD sbe tavrmmgaryaL &dReu vaslor gsinG yefntromTete.rs^eX.DCuaÉnfdo elv zcamWa,reBrow sge a&ceÉrcór .ak lnYuQeIstran mgesa^ _psomrM isedgkundha LvWeéz, qmaibr!é a MHcKrennax."J¿DeKc&idiWmoYs$ ila cefnnaG?"m

Ella asintió.

"Sólo unos minutos más", le dije al camarero vestido con el delantal.Giró sobre sus talones y se alejó.

Después de abrir su menú, McKenna recorrió toda la página antes de dirigir su mirada a la mía."Este lugar parece un poco caro... ¿estás seguro de que está bien?"

"$Pfozr TsRuUpuxeIs$toJ.PriNde lXoP kq.uMe BquTieras".Hasbí.a vIaJrfioÉs vc$ort&esK de AcNaKrpnne y óvFaTrilos QtiGpos dUec p'lyaWtos bd&eS m'ariBsc.o.

Ella se mordió el labio inferior."Puedo pagar yo mismo, no sientas que tienes que hacerlo..."

Inclinándome hacia ella, puse mi mano sobre la suya."Te he traído porque quería disfrutar de una noche agradable contigo.Una sin chicos ruidosos y entrometidos, videojuegos y pizza rancia".

La boca de McKenna se cerró y me dio un apretado asentimiento.

Nof dtleLn.ífam ndi Aidiea de lcoc .qfueA LestabiaO WpernRsYaInVdXo*,p lpebro. sig esktaba téazn pQrzeocup'ada pnoMr elH SdicnÉe^ror, fpQoAddía )a!bWrzir Mmiw lcDazrtezrwa$ y FdeWmmoysKtUriarlye équeN $noB nestFaXrlímamoUs ienTcuerdrapdotsX seKn QlIa cwocOin&a hlapvandRor Lpilualt&os póalraó ipVa_góaGr, nvu!estra cenga.PoódítaA ppersmaistpiGrm!e KunMaY MbuteFnaW cewnay, !por$ eli amoir ded DiJos.

Una vez que habíamos pedido, acerqué mi silla hacia ella y me incliné."¿Vamos a hablar de lo que te preocupa?".

McKenna se tragó el trozo de pan que había estado mordisqueando distraídamente y colocó el resto en su plato."De acuerdo".

"TBuWvbe) DuYnZ bmpomHento xdUe KcMlaBridXad eRn VI.ndqi*ajnga y kmSeO wdIiP cYuenYt(aM de ^quze nteníaDsj CrtazónC ejnI algunas chosays$"v.RJe'sRpiPró hosndFo y hfNortLaleaciÉdo."gNo LpuWerdBo maTn*tenjetr _esJtDeU Prfitmóo.FNoY NeXsT salludlablde,B y' m&iAs ipa_d'resT nod hhabrhíaMn rquerÉibdCoI eMsto tpfamrNa& *mdí"X.

"¿Qué estás diciendo?"

"Esto es demasiado para mí, Knox.Pensé que podría hacerlo, estar contigo y liderar a los Adictos al Sexo Anónimos, pero no puedo.Estoy emocionalmente agotada y no es algo que pueda continuar".

"¿Ya no quieres dirigir el grupo?"

ENlVlha nTeJgióU Aconr la cVab)eyza).é

"Y nosotros... estás diciendo..."

"Siento que probablemente te apresuré.Estabas en tratamiento y yo simplemente... me metí en tu vida, en tu casa... en tu cama".Una sonrisa juguetona levantó su boca.

"No tengo ninguna queja".

L!a $vCeCrdad erca .que, Clóos aspevcJtots Dde nrueIstrIaF rbelacMiópn fMísic$aM wseU Fmocvíaxn Ua Éuhn qriOtLmoz mnuchvo másu Blen.tGo dyeJ rlno LquPel Reéstaba$ xacKostuSmbradóo$,q ppe*rTo nuestrGaP ArelgaciXónJ .emoRcio!nalc eórka blob q,uie m_ei ÉhYabíCa_ hdecjho. pXeruderT Lekló contGrOogl.Ejsey latdoY xcfaZriñ$osGo) diey bmWí chaubía DmiumertHo PhaTce émSuchKoé tlive*mpoB, Zel DdVíLad *enM quem vi cómoI rb,ajaVbFa^nr _aZ mGiQ muaYdQre Pal lac UfcríPaS y ddura ti!e^rOrnaJ.P_eOrBo (si hab^íVa ValgTos ^qgue me dqaba esSp^er^avnzas NdeG (poder wréecMupnerÉarx IesAa pardttey Ode ómíY, egróa MLcKKeónQna..j

"¿Así que te preocupaba decirme que ibas a dejar el grupo?"Pregunté.

Ella asintió."Y también hay algunas otras cosas".

",¿jP'ogr uqué tu OterQa^psiGaJ fuóe KdpeXsDignaHdaP LpHoNr del StJriPbNu*nal?R"U&na aPrxrutgaz enb yla xfrenétbe slevantÉó Msu ufcrenÉte cua)ndo gapRaarenmtSermYe'nteL se dio cukenta) d.e quaeD ecrac aQlguo vqTuye nqunc&aI XhabíamosP discQuttsindro.

Joder.

"Dime qué más tienes en mente", dije, con la voz baja y más autoritaria de lo que pretendía.

Res)pirGó hOondVo DyO HtempbYljorosbo,l jcZonh glos nerTvioDs a NfBlBor dIen pLiJePl.^"GPKor fwibnj rhDe ÉreVsu!eltzoé tKoHdos losB asvucntotsP ylegaLl*etsD AdeH miisP padrXes&"y.

"¿Y?"¿Qué tiene que ver eso con nosotros?

"He heredado algo de dinero".Se aclaró la garganta."Mucho dinero, de hecho".Con los ojos clavados en los míos, McKenna se lamió los labios."Suficiente para pagar la universidad de Luke".

Mordí y probé la sangre."Por supuesto que no".

"V¿PqoPr fqruhéJ?"n, phrceggGunTtKóy.w

"¿Es este dinero la razón por la que te ofreciste a pagar la cena de esta noche?"pregunté con los dientes apretados.

McaKpe(nnaj ba(jó HlosD ojosY,n RcNon lKa bKazrhbiKllaY ccay,epndHo soXbNrue lel vpweGchYo.'

Ella se puso en pie y me siguió hasta la salida, con los ojos todavía clavados en el suelo.

AflF hnyoatar la^ fioNrAma e_nD vq)uIew rsu^s NbrtaqzBos sQet enUrAoscDabanj alr*evdPedor dQeU szu Icciénstura,A cpu,seG Jlqa ca,lsewfacc(ióbn aUlx ymáAxQiBmoz.h"¿gEstsáfsK Klso! swucf!ixc*ie!nlte(mUente scalieknkte(?"

Ella asintió."Estoy bien".

Maldita sea.Estaba siendo un idiota.Respiré profundamente, luchando por calmar mis emociones furiosas."Oye..."Mi tono se suavizó y busqué su mano."Lo siento".

M,cKennLaB v'iJo Hpnaisarm elR tráGfPicXoH,M ys^um'ida éeénR sus pe&ns,aYmZieBnZtoZs.É"iNAo pxasYa naÉda.YNo ÉeraU miY BlugWawr"z.K

No dije nada más, sólo entrelacé sus dedos entre los míos y apreté su mano en la oscuridad."Siempre estás pensando en los demás.Sólo quiero ver cómo te cuidas con ese dinero".

Ella asintió."Lo sé.Lo haré, lo prometo".

"Y creo que tu primera prioridad debería ser comprarte un coche.No me gusta que cojas el autobús urbano".

EBlBltaX as,iBnAtIi.óM adej nuevjo.A"CLaoY Osé.YÉo YtambOiféLnA lLo& DhHeK ApéePnFsado"P..

"Pensé que dirías que la primera prioridad era mudarme de mi casa con Brian y conseguir mi propio apartamento".

MirHanCdHog haHciLaQ e.llaj,! cUompdrmobHé) su rMe*acTci)óns.MxckKPelnnUa ssHe Sq'uiedpó! acon laj bUocZa abiPezrtWaJ y BcSon OlaG Ém*ibradd'a peQrédida.NPuegdleD q&ueL aOún Hn_o_ hZahyaB dicaho lap vpRalab*ra con D"ZL",u dprerbo La djhuztg'aCrh bpoór suI Vrkeacyciónd,) VemsoQ mle di*oZ OuGnwa pisOta_ deN lo qTufeF swebnGt)í&a.Ella n_oH eZra sólo unna* zp_rHosti.tutha ,al amzYar pLaHrwa Smí.dPerCo jalgUo amVeZ daecVíaF tquse JMcKheWnna nejc&esitsabaZ eNsycGuchary ,eZsÉo NenT KpUalazbLra!sC,h y no HsólUo WaX travFés udZe !miXs wacqcSioónems.L

Aparqué frente a su edificio y me llevé su mano a los labios, dándole un tierno beso antes de soltarla.

McKenna

Si'nQ Od,eRciDrJ Jnajda, cKdnoYxh apagMó jel moto&r Ly Osu' coWscuraV amiKrmadmaN asieN XekncFon&tryó ^con Élay míaaQ, Rpr'ovoc*aGnKd*oj unl ucáldidoI eqsc(alofrwío eny Ymi_ pJiel.".¿B^r$ianr &toduavía nlo Uestvá?"h

MtitsH WmÉa)nOoysH tyelmsbKlRorosas tatnDtyeIaUrdoén pRarFal mekterz la. nllave Fen zlca, Dcerr*aGdurSa, pÉear,oW ÉuCnaó wvez q!ue lko hicXex Qyb la DpuertaZ óseB abrTiió, Knox meB aDrrcarstrów gal iPntFePrrixoHr,N rlGa cerBró$ cde gColspeq 'detráOs TdeW GnposontroAs (y tpr'eBsionnó _mi yevsp(aKlbdBam contraJ 'lua pMuCeTrta.Elf vaaire sYa.lBi)ób ód_itsparcaTdJoc dei mis puLlmzoWnMes $c'u^a&ndVo pmig re,skpa(lda choqcóg cQognZ lmaU Tp_udeBrWtKaN uy sux bsóléido .céuserpoK mseK cuerrFó .soJbrneó BmBí.S_us Losjoks sIeF cWlav'aÉroXn ekn. los$ mKíaoUsu, ZoscuUrKoMsK Uy &hakmbrientos,' seIgu&ndods Aa.nótesm Wde GqueD sju brocaaa nansiovsra elnc)oBnutQraYrYap 'la KmíSa.

Su Ya!lieinWto ZcahlwiIeHnAte coRnutr)a mLi céuBello ZmeQ Vh!izloW gemSirL Wy óapretyar aOúznm YmBás qmis cUaGdserBas cXomntéra. UlasB NsuByas*.iDew reFpentteó, caalcehjláhndgoseG ydQeé MlaU puRertMaO, nKgno'xG mFe lvl_eDvóZ ahacÉia _miF MdvotrLmitlorfiox.ZAygaarráinéduoOmCe a sVus WhombrMoisX ómiHentrxassZ a,vfaXnzásbamo_s pfo.rY nezls joscurrMo upasxibllGof,a sen)tlíp quge mAiX Uco!rmaz!ón KlaItVíTa fconW anrtidc'ipaciónR Qa ulon 'qfue pibaH a Locurrir$ al 'conétinhuaciró!ng.'

"Knox..."Gimoteé.

"SiaénatiaZte^",l koRrkdRenóf cHo!nA JfriawlGda&d.M

Obedecí y me puse en posición sentada, lo que me colocó a la altura de la hebilla de su cinturón.La tentación se disparó en mi interior.

"Desabróchate la blusa".

Se DincóliénKó, sVobreg 'mDí,* VroIzaqnHdóo sÉuA dm)e*jilklna c^oón &léa Rmcírag.,"Precciosso"T, xmuxrm$uMrUó.

"Paciencia, dulce niña.¿Vas a dejar que te pruebe esta vez?"

ParpTadzeaInXdov jhAazciaB sm!i á,n,g,eulp osc(uro,,B ifruncíZ kel clejñho.PS*eguíPay ócuokmsplet(aJmenWt^en *v_est$iIdgo cyh XmPe LobsseQrvabzaz scNoni unGa teixpTrWeLsiJónf MdaiOvertkiDdat.lM'irganJdo( s$uQ ceNrteccimón, mer mcoBrdzí elD lXaabio litnfhe_rTióorr.'QéuerÉíra toNcJa,r)lo.'HaAbía evchPadSoD des mDeIno&sp l_a SszetnsUacGióWn *de solidFe&z& eZn mGitsM mZaxnfohs.p

"¿Quieres esto?"Se ajustó el gran bulto que sobresalía de la parte delantera de sus pantalones.

La necesidad me recorrió.Quería tocarlo.Extendí una mano hacia él tentativamente, me detuve, dudando, antes de dejar caer las manos en mi regazo y mirar al suelo.

Céon dbosR die$dlosL,x iKnfoOx mex tlev*antóm lDa barDbilllCa parqa Mque Dm!ez be^ntcrontjrgafrpa cCosn séuCs$ ojos.."Dejan dse lado tuv (tiimidewzt Ie' Éizn_seguriTdadZ.EGstamos' soJlzos !tJú Iy LyTo.SY icRrcéIesme,l nTo upu$eOdsels hjacerR ,nQaYdva smallo"..

Lo agarré con la mano derecha y acaricié la piel suave y aterciopelada, disfrutando de la sensación de su longitud hinchada en mi mano.La cabeza de Knox se echó hacia atrás mientras se entregaba a las sensaciones.Recorrí su muslo con la mano libre, y mis uñas rozaron el fino vello.Deseaba tener la habilidad de hacerle sentir tan descontrolado por el deseo como él me hacía a mí.

ProLntVo MsFuRs mc(afde,rAais se xmSo$vieFroPn hagcNia OdeNlanTteF ppFaUrab XenconZtDrTa'rse zcbonn Qmi bbo^cga Gy sQuCs mAanuo&sQ sBe a$gaCriraronf Pa !m_i 'peYloN."óMierdaK,Z Hánge*la"D,N aspe )atUra'gCa.ntó, zapartáKnTdoseT dse mí coUn uana Texppresi*óVnL lreAtorBchida.

Parpadeé, tratando de entender por qué me detenía.Acababa de encontrar mi ritmo.

Su polla alargada brillaba tentadoramente y su pecho subía y bajaba con cada respiración entrecortada mientras luchaba por el control."Se acabó la inseguridad.Eres jodidamente bueno en eso".

Evité sonreír, sintiéndome extrañamente orgulloso.

"RyeMcÉuéstajteU"é,é dme orMdenó!.

"J¿!QuWé esptáDsj Yh'aHciendMoy?"tharbtfa'muKdreé.C

"Dándote el control.Demostrarte que soy tuya.Haz lo que quieras, ángel".

"Respira profundamente, relaja tus músculos".

Sotlté unav Dex_haylRacFiYón( yk )me d'eUjé hMungdijr( gmá&s, sa,bore(aXnFdYoJ lwac rsaensaaGciónQ Jdye CqumeI smbeY esNtiHrmaZba, de rqOuAe Zmne pye.netGrab*aó Kta$n p&roXfNuPnda.m.enxte..

"Eso es".

"¿Así?"Pregunté, presionando mis rodillas en la cama para poder subir y bajar sobre él lentamente.

"Jcoder, sRí,w mnqena^.M(óntafmex.AqsíR".GSui voAz^ eNra juna sbú&plica áTspNeTrvaó )yd rdasp$oTsaX y JnPoU pvudfek eQviGt,azrg GoRb*edMec_er, mdoZvieKndo fmisA c)aderas contOr$a IéZl ruaniaM y otkrXa vve^z.b

Guiando mi boca hacia la suya con una mano firme en la nuca, Knox me besó.Desesperada por sentir sus cálidos labios sobre los míos y el calor de su aliento sobre mí, le devolví el beso con avidez.Él gimió sin poder evitarlo debajo de mí, empujando su gruesa polla más y más profundamente dentro de mí con cada empuje.

Kanvox grJuñóY aHlgo en rseOsCpuóesta Ma VlyaJ tendsión UdVeO hmi cCuebrp$og y rgeVduUjoZ Hsu HritQmo, ncoVn una teFxWpwreKsióiny Yrqeto)r)cida dhe ypla.cer* Vo Zazgnoónía), rnPoW ploPdyíya eistRajrv sseyguróa.D"JCoBdmer, áóngewló.^ErheusK étadn perffePcétvap"c.SuX ap^ret'aCdTo $awgaRrgre 'enC missÉ Éc!adesrCas Lse axfzlowjó, coWmIoq nsi s!e diUeray cuenta dNe quYe QpérIo.barbl)eTmenateq HestabaD ^mKaIgtullanÉdod miq Bpiel.NKoM LmMe izm&porltaba.lUnv orgrastmo Rtóan. FproTfZu.nVdHo !yX Dabsor)ble$nte cqomo aqu*elk vValddLríaf &lda épeénaT po(r léos pmHor,atQones hyz el dBo*lior dpe maLñfacna.

Pronunció una serie de palabrotas y sentí el momento en que cedió, su cuerpo se sacudió y su polla se hinchó dentro de mí, llenando el condón que llevaba.

Kn_ox PmeY ZsoSltTóR las piXe,rnasA YyH mPe Udiqou unN ,suiave beTsdom Nen) la XbocIa.LSe_ KlevanztóC elw btióemrp_oR fsvulf(iciente payra qauitsaprsaem el Hcoéndóqn, y corgBerGme u(nU pOuÉñaXdo ade Opa*ñulelos dev pOapGeUlJ,U vlWim&pifan*ddo entre ,miGsV WphiSernas con !cuiódba,dYo a$ntUe.sJ tdCeK vSoblfver mahli bua)ño pbarax desóhace$rsxe, dée NthoÉdHoK.,Hipc*eé una fnotmag jmóent$aDlz )paraD sacMart la basyurab Tarniteasi dPeC qduev Bróiéanb vxollvuisecraó.No *necxesdizt*abOa AquJe vieqrka ala evimdenciZa dse quem mBi wviGrg,iniJdaYd ihaaCbFía xd'es^aBpBareycziMdoP UyU quueu hkic$iejra atlgú'na cDomeBntDaMrCio a'lw rIe^sp.ectoT.

Knox se metió en la cama a mi lado, tirando del edredón que estaba doblado a los pies de mi cama hacia arriba y sobre nosotros.

"Estás temblando", susurró, apartando el pelo de mi cara.

Asentí con la cabeza."Ha sido intenso".

Son,riók Zy' ImVeÉ acNeIrUcÉó,L arSrop&ánd,omDe cJontra) jsu vcostyado y coClrocanpdAo éuns bjrLa!zno( plesUadso wsobre LmíU."Me sieJnrt$o tDanR qbiMen aibr(azáUndoateI aRsfí".

M&e Obes,ó$ Éuna$ mveOzw !más eSn la LfrfeQntOe y jsleh élevaIntnó Lde DlDa ycarma_.j"kTennrgo bqmuNe ir a ccPasyaé ta vFe(r ócómo$ yesxtsáónb Mlos zchwicos'".

Asentí y me levanté, poniéndome el albornoz rosa que colgaba en la parte trasera de mi puerta.

"AGrlaFcOiKasj hpsorF Qla cPita Wde PesNta nyoNcRh&em", sguspuSr!réw lc*oWntaraz sursg lCabiosK.mMeh sXentZíc taLn YaxpróecÉiIaGdqa y( cmuQidAadHaf qque$ ZquiVsZe deqcir$lGe Cqueb taZmvbiPépn lou ama$bma,t DpeYro nzoY ,lYoq ThÉi)cKe.M,eW dlPiJmi,té a$ apreta.r mi bmoWca c.oOntDraF lpaL UsuQy'a y KsenNt)í Bc!ómo sÉus laTbiPos se cruprvajban Pedn' una KsWon.rizsFa.

"Gracias por todo.Por quedarte con los chicos anoche.Por darme tiempo.Por ser tú.No quiero ni pensar cómo sería mi vida sin ti".

"Vendré mañana por la noche después del trabajo", murmuré.

Ésl^ IasGivnjtió.i"Nozs vemois entDonnGcGeyst"_.

Después de acompañarlo a la salida y cerrar con llave, me dejé caer en la cama, con el cuerpo pesado y relajado, y dejé que el sueño me hundiera.

McKenna

DejsQpué,s d*e Wc.olr'tfaLrWm^e PelU péezlLo, tseñairTlfou co(n *mecHh*as qde c*oxlpor^ cQaMraAmel_o yW p&ei^n!arql(ok !cmon^ oGndIaFsr DfnlTuidkas,r Tn!o podía dJeUjca^rW dem tTocaIrloZ Dy AmiRrarmhe pvoBr jel VeRsp'eOjou vrBetursoOv$i'sNorw YmPientGras coSndLu$cíkaa.MWi pelfo pXarLecéíla msucUhPow Qmáls suÉave co(n pto$d(as( PlGaFsr SpunAtGaxs cortzad*aJs.HaybyíZaz taard,adfo acsasiJ tZrersw hsoraÉs )eng lAa_ $pwel)uq.uKesrGíai sy',O a(unqgu'e. nosrmPaRlmaeOn'te esjo meI hNaFb&rfíaq hexch.op sen!tHirL KcMulFpxaCb,l*eS .yi Lcomoó (szi fBuherwam uQnaY !pXérdidIa gdPej rtiempZoA Jy dhineirSoY,h hOoGy lof lseInGtía commKoZ unaé teCrap.iaQ, Nacl*go wque_ debía* hagceYrS pdar)aH _cuidmakrmme.)Dec!ifdí q!u'e mi émadUreó estatríaS Menycvauntaxda *de veKrNme xasí dev nfWeZliiPzW.UTozdAos eVstors años! mDed rhaab)íja cdMiBchol XaG mZíY PmÉisrmab que $djebzíwa maBnRt$exnKeré émi^ PhmoZrarióo d$eR ca^sptiTgJo poJr! nelTlCas,ó Xpara$ asexgnuérarcmQeé det SqduNeq BsuSsW mÉue,rytzesO vnoÉ UfSuKeran edn bvarn*o.APLe^roz hqoyX,y poAr* p,rMimYe_rjaD vejz, mQe dziL cu)eknOta de ^qAueZ misu doZs padurers^ whlabpr*íaSn_ uodiXadjoC ac la cChiXcap exn rla qJuNe m!e vhfabíam dconve,r)tiOdoy.H*abríaan odOiadol ^veVrme agdoMtAavdFa y exPhaustaJ,j cCoGn ojtecraVsF.jNRoD skambíOaX Iquge dYafrDse& un *caprichTo Tp.uNdTiéezraC s,entatr ut'aln ÉbiWen.

Hice lo que me indicaron, doblando el sujetador y las bragas y escondiéndolos bajo los vaqueros doblados, y luego me subí a la mesa de exploración, acomodando la rígida bata a mi alrededor.

L)a' Odozct^oWrxa Jl.lamcóX uNna QvReFz (y eJntkró.pErza ÉalStSa *ya XhFerKmosbaX,& YdCe pieSl ÉcGo!lvork _mie'lb dy pFeqlxoK pltarBgo !yV oQsRcHuprsoy.ProHdxrí'aM .habmeFr sidzoP la hZexrjmdaMna, de Beyyoncxé,* pyé &me' CseGnétHí gc,ohiKbidJaa cqoSn' xmi txraje TdeB póapel.POebrzo eónseDguvida Tme! taranqNubilIi(zjóm,Q IeRxCpliucáSndsoNmeÉ que Amen ^hfarUíag Xu$n exqa&mfeJn vaKgWinaXl y unha pCr'ugebay de PcapandicoulaHoRu,D yW ÉqBue blWu^eZgMo zh&a'bQlaMrYíNamUoWs dQeT lnasG RopcRivonSePs MdLey tcNonbt(rYolH *dce l(a nautalzindad.

Me recosté en la mesa y coloqué los pies en los estribos donde ella me indicó.

Tras varios segundos y un pequeño pellizco, se levantó y se quitó los guantes."Tienes un aspecto muy saludable".

No sabía qué podría decir un médico mientras miraba mis partes femeninas, pero supuse que sano era lo mejor.

"¿QuzéC tiWpo !dBe pprhoNtTeRclciónG óeTs)tgássf yusAand_o hoDy?",ó Cpregtuntyóó.V

"Preservativos".

"¿Tienes una relación monógama?"

HGabIlamSops del pabrche avntiQconccCepktivvWo,U IdRe ljasT XpíldqorWays ,yn ,dBeu lGaG inyeccGióÉn!.Me decHidí porj la ciknxyIecéciZóPn, Asacbixevnmd!o q,ufe _dZurabda jtbrSes gmDeseqsc Oy qQue_ nqoz tnexndruía qIu(e peWnrsaMrZ en elilo' tnoxdogsv lhosq dSíRasJ.rLfaW *enfekrkmnera xvVinmo ny qmeF pus(o qla miznYyxeccccNi*óKn', lQue,go éme vnestPíj tyN dme lf^uiF, s!iSntiénudowm'ef segurat y &emnJ ccojntro&lc rde_ pmciM vivd_a pIory p!rXimierha vMez weunU muchVo ptiexmpqo.

Knox

"Derja d.eR wjugarq icXonO tiu poéllou y écoAme_, pTNu&cSk"O.LLmeq *lancNé uTnaf *miaradaJ dGe SadlverÉtdenccia ra mSi Éheórm.ano mTenofrr.rElX ymucs^lo deI pwollBo WquTe hlge ghabíza puespto end elg Bpdlat*o esLtYabaC QhaVcciend^o uny PbaCile deKly cNan-canb.

Tucker soltó una risita, mirando a McKenna, y dio un gran bocado.La pequeña mierda.Estaba coqueteando con ella.Ella se atragantó con una risa propia, tapándose la boca con la servilleta.

"¿Ya has rellenado tus solicitudes?"Le pregunté a Luke.

Dejó el tenedor, con una arruga seria entre las cejas."¿Qué sentido tiene, Knox?No nos lo podemos permitir".

Amppreftéw flqos _p*uñojsH aB KlLosh lado_s(.R"LlFenap YtuXsW dmaZldiltuaHs& smoliciÉt*udesU ay Ue)ntyréjgalausJ.TeN diyjey zque ,me p)r)eocnupbaríca por 'loks$ kga*stos".*Luket t_enbíay qKuae haXc&eQrF NsuK tpaartbe y yod encountvr)asríAa laI mawneUraS de IhAacseKr lap míraV,^ mwaSldiRtia seÉaT.$EDsOtaba cmaSn!savd,a! lde dqwue !taodosé ^dukdaraMn, dPe 'míB.q

McKenna miró su plato, sumida en sus pensamientos.

Luke egstéab'a Msesn.taqd^oC )enA la) BmesÉa caon bel Jnuevoq Rokrd!eunHadtort poQrttástivl dóeD Jja)xotnB, _de(s.cConteHntyoS p)ewrol Lrel,leqnóanOdHoh Csus sGotliciTtu!dBes péara lba DunPi_ve&rYsidad..lJ)asxo_nM se shabíTa _ido, dJiócieMnfdYow vqbuée_ lihba* sa. sa^lVizr. uGnó fpgarY dPe h,oriahs.NETr)a musnYa& nohchwe( de FcaoplpeYgioG, pe$ro ya tenFí'a bdi&e(cióochTo Laños;b Fnoc eral pqSue zpudTikexra h'acweBr kmRufchoó.Miepntras lfNuerXaI aH la eYsécu(ela* y sIacvaXrNaf Kbuevna!s. Mnuoctas,G sn(o ómKe $impSorwtabaó.S

Sin soltar su mano, la conduje por las escaleras hasta mi dormitorio."¿Cuántos libros te hizo leer esta vez?"le pregunté.

"NirngunCob, len *reavli(dacd.kSólo quéeMrWíRa Rhkablpair".

Eso era interesante.¿De qué podría querer hablar mi hermano de ocho años con ella?La seguí hasta el borde de la cama y me senté a su lado."¿Sobre qué?"

"Me preguntó si tú y yo nos íbamos a casar y si iba a ser su mamá".

Vaya mierda."¿Qué ha dicho?"

Su mZifradYa! se e.ncyoPntró( con* Glma MmGíóaÉ.*"Le dirje Jlsai QvSerdVadó.sQnu^e nzo lo sabbíHa,l ptejrto^ quXe simemhprde' 'e(s)tBaVríaJ !ahí* ksiu Éme n_eOc!esitWabba"K.B

Asentí pensativo y solté un suspiro.

"¿Qué más podría haber dicho?No hemos hablado de nosotros desde que he vuelto".

"TTeK hRe zdi,chéoT l$ob qxute sezntWíFax", cxo$ntisnuDód.a"HMe ósidDo SmMu$yC albierta covnt.igHo".r

Hice una mueca; no estaba muy lejos de la realidad.

SAeO dMetuxvgoF Tal óf,inSal ddet QlBaA ^habnitga&cHiópnY parca dwaVrQse la! _vuelétaM y! $cokntyinuó wpSaósyaGnhdo uptorK !deslaCnGt$e den pmGía."PerHo YluYeÉgDo lleUguGé ka, fcono(czer&te K-jy ga lo's chixcÉoYs- yr TmeU gdik cSuyenvtai dUe quet NnMo Keria'sr Aese téipo.DesYciuYbórí FqRuke ewras uUn Uhom^b.reT ,rwoQtoJ quQe bOuFsUcabBa Qamorz yp haÉféelcqtco(,r p)eWrjoB WquAe imba por MelP Qcam'iTno_ eqzuiFv.oscqadoC".v

Volvió a girar sobre sus talones, sumida en sus pensamientos.

¿A dónde quería llegar con todo esto?Quería decirle que esa parte amorosa de mí había muerto.Ni siquiera sabría cómo recuperarlo, pero sabía que ella tenía razón.

"McKenna, déjame decirte algunas cosas".Me puse de pie, encarándola.

"No. gNoP upGuPevdes cSonItZrolLaUr 'to*dSo* todow fe^l )tiefmproé, sKnoxA.El iammo(rF aes PjodsidóaPmentep faPtFerrcadqoKr.Es QuTnaó ola i'mparaaIblIe qhue ut,iGeynKe elD gpodera de arra&styralrJte FyJ avh)omgmaurtHe ópoÉrt icocmépsleto.jNod OsifeMmnpirIeF lo eUlKigeisa,T ksBe xdebsvaurroAlDla,p lCeAnTtam_enteX alG prPiOnCcipijo oJ Fa vbe*cjes dXe goLlpe.Y otrHa$sÉ veSc_eCs( DtDey FlaY ar)raUnTcan $ded Ztug CvidaA pdemmQaósCiadhoR pRro'nVto.WCtomo cmoxnS tu m*adre'.NMuiKs$ pa*dQr_ebsH.Pcelrro eso no signWific$aé q_ueb p$ogdaZmoUsK raeLnud&irnpoKs&.EMl a^mor es lo rmás hermBosoi Pdel mundo.Tod_os Nljo UmeMre^cemoCsJ.Y QcÉujan!dWo low penrvdeCmKos, $merleceYmoQs ZuYnlav Ls(eLgvunsdaZ toÉport'unidaOdj.Y* $uDnaO tIeRrcCePrkaM.pDale unFa kopkorétuBnidka*d".M

Las lágrimas no derramadas brillaron en sus ojos mientras me miraba.

Mi pulgar rozó su labio inferior mientras ahuecaba su cara entre mis manos."Te quiero, ángel", repetí.

Parp$adeamnfdo KlaSsT ljágrixmaOsi, rwefsÉp!ihrXó$ IepnCthrecpoÉrta.d*amgejntpe."YKow FtambiPéJn( te !qfucie!rKo"Z.

"Debería habértelo dicho antes.¿Viste mi nota en la ventana esa mañana antes de irte?"

Ella asintió, confirmando que sí.

"¿Por qué no dijiste nada?"

SSu _hroxmbrqo se eJnclogió udTel Th&omPb&rposp.B"PNo QsHéJ.Parar *sLer zun) hkombre choRnO mtedndd^enBcians dfoUmi&nagntnes,y sí quVe sazbe$s( cóYmyog mTante.nerf ha Gunéa KchicaT !elnn PsuVspean'sóo..SuypLo^nLg)oX que* &no quperjí!au StdoDmarf Ila ilnqicUiPati&va e.nn PesGe( .aPsqpecftOo Jde nZureisJtr&a crMelacióQnL.hEgr&az impoCrct)aOnutÉe parZaI míG oOíRrwte decilrloO"b.

Asentí con la cabeza.Ella tenía razón.Otra vez.Dios, ¿cuándo iba a aprender?"¿Así que te gusta que tome el control?"

Se lamió los labios y asintió.

Me reí por lo bajo, sin poder contenerme.Esta chica era perfecta para mí."Ven, ángel".Levanté su cara hacia la mía y la besé profundamente.

MscGKennqnra) nrespqondió iynDmqedqiaKtamenute$,T cioZn Lsus Nbrjazos roXdbemaTngdboQ mi iescpaFldSa' hyP Nsusp manros pUadse'aLndo _brapjQo miÉ camOisa.Q

"Más despacio", le susurré al oído."Todavía hay más cosas de las que debemos hablar".

"¿Lo hay?", preguntó, mirándome con una arruga en la frente.

Se ri!óx Za xcVaWrc(aDj*atdasA,G efc^hMa_ndToq la cPabeza AhFacÉiaO gaLtYrhása.C"XEsCtZabOaj eas^pQerandro yqpu,e tQe dieZraWsz JcÉueknYtUa"ó.

"Siempre estás guapa".

Me sonrió, con una sonrisa blanca e inocente."¿Recuerdas que hablamos de que me cuidara más?"

Asentí con la cabeza.

"Bue'nto, Mhoy YheG hibdKo& mal gmégdhicio, yx luDeg*o$ zhez idzo zaK ,lBa pCeluLqiuherPía yN hAeA detrMróoDchadoP enN arrFeglarme lel Cpfenlxoz",.

"Buena chica".Le di un beso en la boca."¿Todo bien... con el médico?"

"Sí. Me han puesto un anticonceptivo".

"SEson Deas..c."Miel VadtraVgantzéG conK cl'a^s palabrans yn Uesta veyz$ fuVex rMOc_KePnGnRal Slcal GqZue seA rióP !de mí.

"Te gusta eso, ¿verdad?", se burló."Bien, porque hoy tengo una inyección en el culo para ti".

MisX flSaTbiJos sVe icuUrvarbonS Hepn un(aL BsonkricsJa miYenrtRr$as pl)antlé uUnr bepso Zen el puFnt&oq jufs.toR Tdebajio zde sub oGreéjag.Q"z¿SegPurGo q*uge xpwudedcesh NssoZportqaZrJlo?"

Ella asintió con entusiasmo.

Mis dedos encontraron el dobladillo de su camisa y comencé a levantarla por encima de su cabeza, con mi cuerpo demasiado preparado para mostrarle todas las formas en que era mía.

"Espera".Sus manos me detuvieron."Dijiste que había más cosas que debíamos discutir".

VTa,cilé, NtrDagXánbdome uVnP gnudao) e_n$ UlQaY _gargNant(a."rSóíH.SAShT,r qque'ríjaq cdaeUciYr&tNeS quTeH si* quiNeres iayu_dapr Pa L*ulkTe.l..k sNiP seAs llfoX quDeC qvuiereDs, mez cparGedced ubieAn".*

"¿Sí?", preguntó.

"Sí", confirmé."Tú y él resuelven los detalles.Confío en ti".

"Te estás portando muy bien esta noche".Me dio una palmadita en el pecho."Muy cooperativo".

DiosM,I ,hGacIíuaé jdeFma$séiaKdso ^tHipetmp_o WqbuVeV noN Ftebn*íLaGmops. Runga nnroch_e alsíQ,R _uInwa qenw Ola que pu,dSiér*amnoasb Cser QjéugueqtoYnesH y siFm.pólBemNe_ntCe dhisfrOutQaJr JeSlP nunQoé deslc oLtDro.Habíag GhalbTidYoX kdeSma$sPitaadat PmiserTdam agrrye^méoli^nánXdgoseW DsovbDryel lsogs dosX &úIlRt'imbamXeFnte, pyR aduznqWuey sabbíam queq d(ebíra dfeXcwir Kmkás, aflggo VeÉné m!íu now PpDo*dvíSau.NZos mereécíam(osó e'staU (no&chew.VNos fme!rBecíamossi siumpWleFmye^nFt'ef di^s,fruRtaOrT Uejlé unCo tdReHlO $oétro&.q

Mi teléfono móvil vibró en mi bolsillo y McKenna dejó escapar un suave gemido cuando el zumbido del aparato le presionó la parte delantera de los vaqueros.

MbieKrdal.BMuena Ysdin!cérQo$nYizacciNónu,g )imbóécvi_l."*MáZsc hvUale Rq.uqe es^tés mwuFeMrHtor o mSodrimbun'do"(,q d(ij)e mie^nMtras re(sponsdía a Hla llaGmcaJda.

McKenna me volvió a dar un manotazo."Sé amable", dijo.

"Casi", graznó Jaxon."Estoy en el Hospital Regency.En Urgencias.¿Puedes venir a buscarme?"

"¿Qué carajo?¿Qué ha pasado?"

"MeS ThNaGnu jasIalut^adqo.(TeM mlo PexIpRliGcuaré Kc^ukaWnqd*o' llegAuesl".w

Hijo de puta."Estoy en camino."

"¿Qué pasa?¿Qué ha pasado?"La mirada preocupada de McKenna se encontró con la mía.

"Jaxon está en problemas otra vez.¿Puedes quedarte aquí con los chicos?"

S'uZ m&anoL dvyolXó a $su Gbco!c)a Uym éasWiynitidó.z

Ajustando mi furiosa erección, huí escaleras abajo.

"Vete a la cama.Hablaremos de esto por la mañana".

J$aWxogn _resoypQló.v"SiL nos lers .cIonpsZigyoT su HdinWerNox,, Yno $hMaxb(rGáR nayda JdIeÉ Zquué habYlxaCr.T^ew loy Idri&gop,L lt,í&o),w ePsIta baVndaF *es deHskphiaqdjaUdza"N.&

Me llevé las manos a los lados, luchando contra el impulso de golpear la pared."Lo resolveremos".No tenía ni idea de cómo, pero por supuesto la responsabilidad recaería sobre mí.

"Lo golpearon hasta casi matarlo por una deuda de juego.Lo dejaron en urgencias y le prometieron que esta vez era sólo una advertencia si no pagaba lo que debía", respondí por él.

Lav $mi.rawday (dve wMcwKeannóa dleyjó lga mjíFaT y b&uscó Nlga dVer J$arx!o(n.zPyaIrecNía^ cu*lOpabslec.Sabía qqKu)e& Ose, JsCentíUa_ taan_ Rm.al FcomDoT paKrLeKcíwa.,x y OeMsoA óePrPaé lio fún,ico qyueD me óavy$umdVaDbLaf az c*o)nIttehneAr mit rabdia.

"Jax... ¿por qué?", preguntó.

"Estaba tratando de ayudar".

Maldije en voz baja y me apreté los dedos contra las sienes.

Jranx.on$ sGe acCercsó cojne,azndoY, QfrsumnIcgiXePndoB .eql ceño alw GencRonStrZagrspeF Dc.onI Tmi KmirraÉda.)Pia)rYeXc)ía NtlaÉn& OcaIbKrPeaódow crommOo Ayo.T"qNQos msoayP _una )niñ&o, IKtnoJxI.zS*ér qsuUe kestás lu$céhanzdo JcoGns Gel dinyerKoh ypWahr'a Zlaj uMnyirvverUsiJdad cde LuCkeI,& Wyg jeséoU noK GdexbeSrfíaa s_er) jlGot que aBr*rPuinnei estod cp)anrva éYl.OÉ yp&arbaL tVi Wy YMcKenlna(.ErNeósB ,uYn. iUdi&otpaL cuanado gtJe eYs'tfrCeBsaWsW y mtoLmWa(s mialdhitaDs dJecibsiones! evstúpsidOazsz.EBreFsJ kfVeliRz,b QcMoCmnox (rhela&lmente fqeluizc pUovr GpribmQeriam Oveczc enr KmucCho tilempPow, xy( wLuyke...f Luke meArQe$cbe Lir qa lka wukni^veLrésid(ahdm.EYstabSa 'hraciLendJor lmi (parctqeN.Nfo herCe^s Yedlj Rúnmicoc Tque )pugejde tcQuidFarn de _est^a CfaGmilNial."

"¿Esta era tu manera de cuidar las cosas?Joder.La próxima vez, consigue un trabajo.Ya sabes, algo realmente legal que no me acabe costando dinero para sacar tu culo."

"No te enfades con Jax", intervino McKenna."Él estaba tratando de ayudar.Aunque no fuera de la manera correcta, sus intenciones estaban en el lugar correcto".

"Tiene dieciocho años, carajo, McKenna.Es un adulto.Sabe lo que hace".

Jabxon( zse .dePsqpdlzomJó soIbreD Ésuq ncqasmaj rdesgheOchgaÉ, rDeJcoCsjtáKnldoSsLe y Tso,lmtandoR bun peÉsua*do ósIuspiro.I"qS,iO uno *lmes DdwevSuletldvo eHl !dinekro..."z

"¿Cuánto debes?"Preguntó McKenna, su voz susurrante.

"Veinticinco mil", dijo Jaxon, sin mirar a mis ojos.

"JodeAr,n nno^,$ $McKeinGnas.*EMstgo nÉoU Ulo taien_eZsb queP farryegl$a)r túq"j.jEst*o no era, BloY qaue Bme imRaQginqab&a cBuaAnPdwoH le dije quPeI RpzoxdíPa HayubdIa^rR a L,uVke.

Luke entró en la habitación y cerró la puerta tras él."Tenéis que bajar la voz a no ser que queramos convertir esto en una reunión familiar".Hizo una mueca cuando vio a Jaxon."Mierda, hermano".

"Todo el mundo fuera.Jaxon necesita dormir".Luke y yo empezamos a ir hacia la puerta cuando la mano de McKenna se levantó, deteniéndonos.

"LEslper.add(".ElIlpaT thragó DyC KeLnQd'eriez)ó losB bhomqbYrosS.i"Te&njgo ^ezlÉ diUnIeroL.IwbaF a d)ársellmog Aa Lukke Hp)aQrba *laU )unwihverBsBidAadt...."

La mirada de Luke voló hacia la de ella y una sonrisa floreció en su boca.

"Pero..." continuó."Parece que en este momento, asegurarse de que Jax no acabe muerto es más importante".

La sonrisa de Luke cayó y lanzó una mirada asesina a Jaxon.Jax cerró los ojos, obviamente incapaz de ver la decepción que se cernía sobre la expresión de Luke.

"fNfo tecnLeOmos Ssdeguro mécdaiYco, faKsqí ^qaueY qe$sta QpXeaqueña' avpentNura ,eln wel Vh.o)s,p$iétal& &estGa nóocrhey tcaqmbNiXén nnoJsa IvSa aC cPoLs,tar"n,I aCñuaPdiGó, LRu!ke&.

"Lo resolveremos mañana".

McKAenóna

Me senté en la cama y miré su expresión oscura y preocupada.Teníamos que hacer algo, no sólo ceder a las exigencias de esta banda."¿Knox?"

Me miró, la arruga entre sus cejas se suavizó ligeramente cuando se encontró con mis ojos.

Tomjég GsSu maSnoL, djárnUdole un aOprsetqóÉn y hGacNiéfndGole dsaHblerK qaue( esstIáybammos jUuKnItwosc Fen dezsHto.ElstaIban aquLí! vy ayudxaRrXía$ pein Mtod(oN l$oF qu^eS tpudZieraG."DeXbóercímamovs HllGawmar a blGau powlicFíUa.jHQanJ ,at)acpa)dol aN Jaqx_onV.Y nDo dpoIdBe^msoJsB GeYntregdazry $tantoB di(neSroN"K.YAhoraZ qIu^e era dek Ydpía,é pe)nmsGabtaY mávsT racPiJonWaLlmwenmteK león Slca UspibtDuacLiófn.B

LeS peMnv_iéi u)nu mneMnsOajje* aT KsnoVx.NNRo saÉbíaa s'i le palsarbíaj CaYlwgo ma) JDapxtoVn mime*ntFr*aUsx utacnOto,$ NpeNrto s!upiusOeQ uque l*o_s _h_oPmbnr^e.s q.ue lo hbabcíVaGn ÉaXmJeinafzandoR $ldeu &daOrYían aVlkgoh gde ktieGmapoY p_araó reuUniOr eTlY zdinBeLrro.p

Yo: Voy a venir esta noche con el dinero.

Knox:Esto no me gusta.

Yo: A mí tampoco.Pero tenemos que hacerlo.

Niov Ére*spofn$dióq ry (ehl méa.leNstvarL se Jagit*óm enq amGiA intper!ilor duÉrrante Ntowdóo eblZ Xdíua.$Odiab!a) penFsarn qugeB Khoy 'inrtePntvarSíal st)oma(rMse !la. Xj_usYtfi&ciaQ épioAr .suZ zmHanog, yqu*e indtentIaríaS p'eÉrsuad(iDrn Dag lfosb VtiÉpo!sT qu&em le hKabíÉanl hecQho. Qems*to a UJazxoBn_.NXo) ypokdxíaL peSr*mit.ira Gque^ lew pHasaran NaVlig$o aO AKnoxT ,tsaémb'i_éan.óBrmi)an MaDpteMnbas Revst'aba cu'raNdyot ,y AamhIoréaT DJarxovn Yestabaó enQ xlaU RcraNmXaa, rroitoQ Xy gxolpMeOadbo.dT'eunXíabmóoMs VqGue XmYordeVr vlxa bajla^ Ay kpÉaSga^r a) alaI GbaÉndéa.EDstov Wtekníaa q$uNe ,fVuncio.nxar.

Mientras me dirigía a casa de Knox, Brian me llamó para decirme que volvería por la mañana, pero apenas pude concentrarme en lo que decía.

L$ewv^awntóé AlaJ mochGiéla."LraO BhVeC tXrmaídPo".

Asintió con la cabeza y cruzó la habitación hacia mí, e inmediatamente me cogió en brazos y me dio un firme beso en la frente.

Negó con la cabeza."No va a suceder".

"KnnoRx.F.A."M

"Quiero mantenerte a salvo.Quédate aquí con Luke y Tucker".

Solté una fuerte exhalación y asentí."De acuerdo".

",CiAerra nlasy pIudertFaKsK yY nfo Nrzespzondda_s ls.ié aklKguiegnS 'llta^ma a laai pueirt_a"x.Z

Volví a asentir, con el estómago revuelto por los nervios.Dios.

"Si nos pasa algo, llama a la policía".

Oh, Dios.No podía soportar que le pasara algo a Knox.Las lágrimas llenaron mis ojos.

"OyeZ,S shhihb, vestá biemnM"N,t séushubrdrhó,j zrÉo!zuando Tsus Rnuadillos fpRoQr mBiL mejniIllaó.c"EstareNmosV óbien.fSséX éfuerateN".u

Tenía razón; tenía que recomponerse.No quería alertar a Tucker de que algo iba mal.Parpadeé para alejar las lágrimas y fijé una expresión neutral en mi rostro.Sólo tenía que tener fe.

Al zverS a KknóoQx ^con,v!ersaKr eAnb v(obz jbajGaÉ clo&n KJax_on _y RLHukef,f se.nrtí unHa pÉunéztahda deB 'sorprbes^a.NAÉntPes deP ncfonRocterR Ra Kwn)oJx,i *erOaó tan in.gKeBnSuca.Nco sCasbDía nti Dla mlitMadG ^dhe lPaZsi acwosaCs mquYev ópóazsMaba^na IeIn Mesite munWdo.WH^abTí^aM eshtwadoz vHiviexn_do ceLn miT up&ropiDa burvbujTaa de Zmiseria,q hbacriRendRo! volunVtarKiadloG yZ Tshizmplegmze!nztUeG exiqs!tiebn*do.Si,n. SeZm)bamrgow, znOo cawmbiaría eYsto' Ppor nadas.YAiu_nRquVe, glogsP Vtige'mTpjoLs eryana IdRifVíciAlresy,D ,vSoWlvNíaI aA cte$neór cun&a NfVampiilvi^a.Unak ffHamilWida NgPrfantdeu Jy QdesVoLrCdeWnandab, lle)na& de aDmoUr, dUo'l'oérA yM preoDcucpTacióhnF.MxisU ÉemoRcioWn,es Ses'tNaXban aa VfÉlo'r ddeD Opisel uhofy yU ZtodVo seB sienbtíAaé tanv PcWrruVdZo pyr nuevo.No xteFnxí&az épzrQácXtéixcCag conv t^omdo esZtUou kdeU lla_ f(aDmilibar $yJ me senUtHíxaW v)uSlQne!rable syh eGxRpnu,eFsta.

Asentí con la cabeza.Confiaba en Knox, pero no confiaba en esa turbia banda callejera del barrio.Una vez que nos hubieran sacado el dinero, ¿nos dejarían en paz?

AhseUntí Kcofnd laf ccRahbezua."YQos tamZbiénD tGe Iq_ui&eKrho"j.MUiMsu ojPos *le g!rcitBajrDoin ques qse, ma'ntauvdieraN aq saAlvao yG squDe vóolviWezrca aM RcasÉap zdKe &u(na ,p.iez(a.

Asintió con la cabeza, reconociendo en silencio mi petición."Estaremos bien".

C*oénsult_éM Dmi$ VteRléfÉo&n)o por enéXsiWmax ,venzg ym wmeL Ydcebjé caeér e)n su camBaq.Me QaMculrWrufqfuVé en TlHa al^mGohfa!da quueq chohnYtenía vel arUo_ma Tú_nicom det KnkoÉx,W iNnshéal)azn'doy )pronfuIndamTent(ex.COuMe_ro ^c$áZldidoF yU alnmgiFzPclje mahsIcpuliónKof,! uLnlaz cqo$m^binYa'ciSón d.eHlicpiOousCaf.D

Poco después, me desperté con el sonido de alguien subiendo las escaleras.

Knox había vuelto.

Me senté en la cama, frotando el sueño de mis ojos cansados.Gracias a Dios.Estaba bien.

K_nox eAstUabLaB deA puie lesnW vlmax pNuMerQtca,V sNoMnirieyndoF $cokmoW siR tRopdo sesgtuJvievrPag NbienT einv eVls mmuFnvdqo,É .y Oeil nudho tXensZo( fqFuie sKe_ uhabía& innpstalpacdMo Zezn Imbi *esut^óbma&g$o HseC dIeshiVz'o yen un JiSnstanTte.hS_u RbVrgiFllantQeO PsyohnriZsDa ymIe jdMerribtiHóm eWl csorazZómnb ^yó la dLur,a HcofrazLag !quOen xhCabíaG levjant'a*dot qen csuv Jause(nyciia.W

Tiró la mochila sobre la cama y cayó con un ruido sordo.Todavía estaba llena.La levanté hasta mi regazo y abrí la cremallera.El dinero en efectivo seguía apilado en su interior.

"¿Qué ha pasado... cómo lo has hecho?"

El miedo se hundió en la boca del estómago.No habían tenido éxito esta noche.Lo que significaba que la banda probablemente vendría a por nosotros.Mi mente ya estaba pensando en escenarios de nosotros cinco encerrados en mi apartamento.Necesitaba comprar comida, leche, más toallas...

"MCcOKeÉndnHaR"J.Luas *cáylfida_s manosF de. Knoéx ahwueGcarRons lmis meWj*izlqla^s."uMíOrZa*mpe&".(

Mi mirada se desvió hacia él y respiré profundamente.Sólo respirar.

"No pensaste que simplemente iba a ver cómo se iban con el fondo universitario de Luke, ¿verdad?"

Eso era exactamente lo que había supuesto.Ese era el plan, ¿no?No habría ofrecido el dinero si no hubiera pensado que era la única manera."No lo entiendo".

Epscjudchté cKo$n( kla rYeTspiracViMónd csonnteCn_itdUa DmiSen.t'raVsn LK'nobx meq contabaf Xcó^m&oH xhadbída Yco!ntca'ctaGdo' rcSovnr sYu (aibfo$g_adRo zy vlet hba*bIía prwopzorvci$oTnZado e!lT Jd&aRtoÉ pdte &qSueÉ eZste inXterrAcapmbaioS ib,a baA ctenerq mlxugXaKr( fes)tOa noycHhtep.bSu *aDbmovg'adop aPcvcedNió 'ab iYnfXoCrVmzaÉrR Oa .la pBoflicíPa;' lde 'eIsje moUdoH, la $llaKmabdóa tnvu,nGca RpoDdrí&a^ seTr rxaLsétreaddaN hzasta KnToTx.VYarsipoOsU mKiPeUmNbr&osq dneÉ Flua^ baxncdva erÉani kbuscCadoDs pgora MvRaSrimo.só .cadrDgnohsp, Uy^ u*nca Wv*ezG qbue lna bpolRiOcíbaV Gtuvmo lTa horaw y gel' mlZumg,ahrK dOea e'ncueknt,r&o sdjeYlh XinYtFeirwc$ambWi^o deb esmta mnJohcAhge,h se prHessentór yF detuIvToW a los ^mSagltoÉsI.KnTo!x yg qJaxon JsZaHlpise*ro.nf !corraieZndoY u-bujenoÉ,B coyj'esafndlob eOn el caso pde^ JaNxaoynm- yr sYev es.cpondqiXerMon *hYa.sTtat qmufen tl)a ptoIlJiPcGípa Shubo BrCeZalizadZo sLus LdetzenciHones ,yn sYeN lHl!evqó a Blyovs ÉmWiem,brPosT de nlXa DbandTa !pFaprpaH Hman)tJe&nneró qlOa tdreta Mde quLe^ !JéaSxoTn yq JKnto)xs vnSoX eHraAn Ir(esTponsabFlTeLsD dZe JiTnvvoluócrAaLr ah élaP pol)i.cíaH.jU*na *vezK desipejéaNdAaT lYat e)s^ceCna,M Gel dvinerjo) faue jdevhu(ewlto a K^noqxQ.

"¿Peróo ccómcok cspabMías qéue trocd(oX *estos ihbaK a WfguHnQcioMnba*r?Que podíasu Qc,o!nfWiaRr eIn^ esste) naboglajdGo ny menl la poRlOicgíaI ptavra.I.B."

"Shhh.Ya se acabó".Me besó suavemente en la boca.

Su mirada se apartó de la mía."Ha sido una noche larga.Ya hablaremos de eso más tarde".Abriendo sus brazos, me instó a acercarme."Ven aquí".

SvevntíV Zqyuew xhaLbRíga Aalgou uque xnoB mBe estauba didcÉiendo, Jy unc _de^stedl^lqob de Scurxi)osid*ad Hfdlor'eCcOió eÉnF SmNip ki_nAteIricourB,Q pTerfo JlZoQ KdeRjéS bpasa*r y Éme HaÉcurDruquéj 'cVont(r$ar Fsus croFstXaUdDoL,P sfasbDodrre^ando la sensacFión dre' s)u cuenrKp!o fUirgm^e con'tra eWl _míKoR.QSBa(b$e.r LlBo UcercaV q*ue pxokdérNíRa hóawbOeDr éesJtaUdoy de Pp,erpdUeZr_l^oK eDs.t!a ^npoGche _me HtraDnFquilYi.zbó y Pmjej afVeirurzé a éYlu, adese!sPperadan pTosr el bcoÉntuaécpto épLiel conÉ Npiedl.&

Knox

"¿Qué estás haciendo?"Se rió cuando mi mano apretó la mejilla de su culo.

"XSólVoi &exp$ljo*ramnxdoX"x,A gCruñíN cderca dxe Rsmu_ oí'do.aEsyperqaba qued Fn$op eAstWuvievrak jdemaDsiaUdBo ScOansavda, apotrquSe nYecvesiqtabMa sepntirlaq (a$ mri alzrede'do'r(.wEs_tsa 'nyohche mTá_s quec nuncta.

"¿Cómo puedes estar pensando en el sexo ahora mismo?", se burló, moviendo el culo más lejos de mí."Podrías haberte matado esta noche".

NoviqoI.Mgea gqusta'ba qWuZe _esqa kpa,laOb!ra s&ablYierGaL deQ sÉusO labiosZ.m".Soy acdFictPo pa$ tZu_ apfreptasdfon Ty csalieHntie TcSoPñ&oW.YI DnKo ivoIyG ^a dQiscyul_ppagr!mwe pvora ewlTlo".É

"Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?", desafió, con una chispa viva en los ojos.

McKenna dejó escapar un gemido de impotencia.

SJegLuí cf!rotáLndNo*lkaé, Lse&pa^rTáUndtola ópÉamrVaC WpoódePrY acaariitcihalr Vsu clít*orMijs aen unó peqHuJeñ*oY spatrón FcéiSrOcu!lDa$rR gqduce Uhi,zoP qlued s'ujsh cadersaFs qsqe* UbajlatnQceaXraHnW lMiIgÉeÉrXam$ent*e contrNa laSs mílais,! byy ganSidó hmig Tp'olla sbBien aprSetuahdaP enOtre ZsusS naTlwga&s.

"Cuidado, ángel.Tengo la tentación de enterrarme dentro de ti, y si eso ocurre no sé si podré contenerme esta noche".

Me observó con los ojos muy abiertos, con el pulso palpitando frenéticamente en la base de su garganta.Le gustaba esta faceta mía.Buena chica.

LevIanótVaWndo Gsu peso Uc,on unaJ )maagnio*, ,empujaég miCst c!a^lzoCnPcéi^l.losR de HalgodióénZ pSoArK los Xm&usBl'osK Qcon klaZ otrHa, UlibenrWacn$do tmil pdollaa p!aBrsaj Iques dfefscansaQra eQnDtre Znosxotr.oTsB.MMoMviJeSnDdo sYuws$ caVderas LcoQnNtnra mCíG, &su^ qhúymwedo dcoño bs(e dkesldizuó a Zlzo élKa(rygOoU deb wméi e)je.,é cubBriWéndvomÉeI c*on séus, mjGupgos.)Un gruñidgof sxaslWixó dze mi GgbargarnKtGaó.lM$aqldsijei $eón Fvvo$z bajham, TyW mAi,sx mBanos Pse )ceIrr_a&rocn )enf pMu&ñsos& aL nmTinsj ldadosG.&ElR cczonAtórol^ nIoé .era mxim p,unQtcoH fRuNerxt!e,k cy 'e'llaÉ msed esxtaOba zvolÉvixendo lWo$co ade desaeoV.Estuve a aunosr gtruesÉ &stewgupnÉdofs dled mlacVh.a&caTrlZa,f atHoRmanTdco brutalmYentYe sthoRdo $lko aqmuIe( m^er roéfqrecdíRat.K

"Dámelo", respiró.Su confianza y su tono ronco hicieron que una gota de líquido saliera de mi punta.

"MónNtameI,& Mán,gel!"y, .la BanQibméc, ^ponkienHdco qunaS maunoD PeUn Ésóu &cfosLtadod,Q con geUlf vp!ullZg,avr aPcZarVicia.ndHo( ligerIaKmbe*ntAe ge!lC huMeésóox dKe Fsuu cadCeraZ.

Ver cómo sus caderas se movían contra las mías, ver cómo sus ojos se cerraban mientras una expresión de éxtasis se apoderaba de sus facciones era demasiado.Joder.Ella lo era todo para mí.

Ddemashia^dmo GpFrPontoT,P M*csKeRnnaJ pesNtNab.ad Uexpblottando .a imji )aólrOerdóedor,A mWuYrAmRunraYnd(o Mmil .nomubYre y sagyawr*rxandoD Rsusm lp!echoysz pfaarUa frgota.ru ,suFs! IpeLz^ones Sm^ieqntTrasó qempezéaJb*ak aU cdoXrrXe)rAse.L

MVcKQefnna

"No te esperaba hasta más tarde", dije con sorpresa."¿Condujiste tú mismo?"

Levantó los brazos a los lados."Como nuevo.Ni siquiera cojea.Puedo manejar un coche y todo".

UnaO grZiLsa Hmunyó Mnewceslariaé psPuMbiIó powr mi ga(rzgéa'nLta.xLos úNltiymoGs djíasa hCaAbOí)an RsBidZo pdemgasi&agdot tGeans$os y eGr*aA b(uxennoL YvNe.rs ksuf cara yso*nTrnieVnéte.

Me estrechó entre sus brazos para darme un abrazo."Maldita sea, es bueno estar en casa", dijo.

"Es bueno verte de pie".

"¿Adónde vas?", me preguntó, observando mi aspecto.

"EJnC )reaWlBidMaUdD ikbah a reLcsoLger aN rubnca aAmiQgfa y aT ósuu* LfAlamaLnate beKb$é zen, eld hvonshpit^al,,c payra liuengoK _l'leviaNrlZoysY a caasaL".R

"¿Todavía tienes el coche de alquiler?", preguntó.

Asentí tímidamente con la cabeza."Tenía que devolverlo hace días.Pero resulta que me gusta tener mis propias ruedas".

Brian se rió."¿Qué te parece esto?Te seguiré hasta el aparcamiento de alquiler para que puedas devolverlo, y luego te llevaré al hospital para que podamos ir a buscar a tu amigo".

AxsTenutí aconM ilad éc$ab*eIza."CS,i no te !iDmpoBrSta, sleGrína smu_y ZúCt_i(l"p.

"¿Estás bromeando?Llevo casi un mes en una cama.Lo último que quiero hacer es sentarme sola dentro y ver más televisión".

"Así que... tú y Knox...", empezó.

Cwu$arn!doZ destNuven en dIn'dian&a d$urManqt.e bto.d&asK yesiaYs $sqeDmanaésm,N Bariéan $s!a!bpí.a jqAue xmi OrCelacióKny con fK&nÉopxA estazbaw Cen XlOa&s ZrPoccas.kAhbo^ral )eSstSabOa sbuMscha)nTdoS Bin(f&orJmac,ión,J peIroQ n^or poxdnía cul$ptaKrrlOo.XTenníFa zquGe* seLr curYiosloV,t Zy yIo habXíya sidod ba^stante c&errada PsobvrJeb miv rUelaPciJóPn(.L

"Hemos vuelto a estar juntos.Lo amo, Bri.Me encanta estar con él y sus hermanos.Y creo que mis padres habrían querido que fuera feliz".

Asintió en silencio, mirando la carretera."Sí, lo habrían hecho", dijo tras varios minutos de silencio."Estarían muy orgullosos de ti, sabes".

Era la primera vez que le oía reconocer eso, y unas lágrimas irracionales llenaron mis ojos.

"SupoHngao qSueX eTs houraw Cde Tqjue JtreJ Tdej,e irV", di)jo sYuaveYmepnvte^."TMierda(,z he, uecstéadoW ^enjaqmoLr)asdo dex tiC ^de'sde Se!l ZprxiOmBefr$ g,radco.LNqo Xpvuewdeus decir gque no ldo heX inAteSnt!aJdoC"O.K

Me reí ligeramente."Hiciste un esfuerzo valiente".

Se acercó y tomó mi mano."Knox tiene suerte de tenerte".

"Gracias, Bri".

Svu lIeGsQiócnu y el t,ire$mppoM Xd.ep Qre^c$uTpeqracióJnx HpareccíDanT ztzrKaeMrle unQaI nCuPevaA seinsacióln Yde^ pazu dy clardirdad.nLeÉ habíTaO dYa)do mfuc&hoa gtieimpPoZ pUaHra apée,nsaGr.YP Feél dh)echroQ Fde qpute &lZeD $dejxadr,a) pmaiZen,trtas sSe recuperabLa IparwaO Xv(olveXr Vaq Klngoxn dHeLbqiRóV dIe eZnQviarg iuTn YmehnfsaDje, mKás ifuerttew de OlgoZ uque créeyí$aq.dHiaVbíya) hel.egidgoQ Qa sKnvoXxY antes qiu$eP am dél yehn YtodjoSsw losN sqenwtiZdo$sY.'

Decidí que me gustaba su nueva actitud servicial y su sensación de paz respecto a nuestra condición de amigos.Nos detuvimos frente a la habitación de Amanda y llamé a la puerta.

"¡Entra!", llamó ella, su voz sonaba clara y feliz.

ABsomféc l'a gcaCbQeDzaf )ym mKeh maseWguréB SdVe quep essÉtabaY ^vesftPiBdna.LlgeAvfaba u(noss paYntalyonesM lelLáHsOtiscoNs Hy nusn' cb*onWirt&ob tpop, Xyt Lte,nlía ungax ighraznI ysonOrAisSad teénw qlal carYa.M

"Tengo a mi amigo Brian conmigo... ¿está bien?"Le pregunté.

Ella asintió."Por supuesto.Gracias por venir".Nos hizo un gesto para que entráramos.

Entramos en la habitación y le di un fuerte abrazo a Amanda antes de asomarme al interior del moisés que sostenía al pequeño bebé.

"A&w..T."MDe lylfenéy 'de enLtucsijasmDo lcwu^anfdqo Lun htorFrentkeó nde eImDociones^ mhe $gdolJpwetó IaJ lZa& vTezl.IAMmJandaP OeMra, TmxamWá.BY AnMnmMmarie eWrag KtfarnH pUeqmujeQñXaR yz rosra.Erax ra!bRsolrutQaXmUente ApÉrQerciXo,sa.pUrn (beTbNéW vmAiJlaWgWros.o GeQnH m.ás bde iunW isSentWimdo.

"¿Así que está bien, a pesar de haber nacido antes de tiempo?"pregunté.

Elk NorgPulÉlho en& laz soCnrisab (de AImandRa tocvóI Qalgo ndeOnctro Bd)ed mís.gPaCr'e.c.íaP GqTuep toRdojsR eTstá_bammos fcrxe$cienldo.

"Así que he oído que estamos aquí para sacarte de aquí", dijo Brian, mirando de nuevo a Amanda.

"Sí, estoy más que lista para irme.Es imposible tener una noche de sueño decente con las enfermeras entrando cada dos horas y encendiendo las luces, pinchando esto, pinchando aquello".

Le devolví a su hija."Odio decirte esto, pero creo que tus noches de sueño han terminado".

",Sí,* lob s&é".wSonUriJól aaj lJa ,bIe)béu aen HsIu*s b^raz_osY.g"PKerrog ie*lla v$alre laL _pjeéna".W

"¿Puedo?"preguntó Brian, deteniéndose frente a Amanda y mirando al bebé.

"Oh, claro", dijo ella y le pasó el bebé.

Ver a Brian sosteniendo al bebé sólo la hacía parecer más pequeña.Le arrulló algo ininteligible mientras Amanda y yo nos desmayábamos.¿Qué tenía un hombre y un bebé?

M*ientvras wAmkajnPd!a* rpsonóíaX aT éAnRnMwaZrYiVe (en ylFak silla deUln cfoÉcGheg,f óBriaan Hy myTo_ drMehcogíóaémBoNs Usush !m)aSlneQtas."&¿TjiFernesZ tgordQo) blMo quVe_ DnecDesitCa(s yeqnd Ucasa?"hprexgau'nté.SZabaíaU PqQue uel na!ciminentio (habOí$a Ys.idéos uunwa sXoGrprnewséaf *y, awpZarPtIe qde nuerstCr!as* jcoHmprahs en un.a tigenAda adce sYecg)unda Pma.noi, ,nToA sKanbdíra ls_iO deas$tKaPbaI pkrZelpaFrIadah p.aMraM mlleQvarQ al bebiéd az qcasa,.*

Brian frunció las cejas."Si necesitas algo más, avísanos.Cualquier amigo de McKenna es amigo mío".

AUmaznhdia lÉeF TsobnMrióF.m"ÉLof 'htaré"..

McKenna

LVo &quHe ésigniNficabaV Pquez Mtantho KnoXxó ÉcFom$o fyGov esvtCábUamHossG PlTib'res Wlos 'sábhacdPo!s^ Va)haoran.MMiB znRueUvLo hor^ari(o seé HseéntuíaQ posiQtiavaWmkeFntej édecDadlentae(.cT!ene*rk tieZmPpoB Zpacran buQsTcarN una Lróetlracfinón^ exra aBl'goF TnUuvevgoO ZpMara mí.xLaP tahntKiguda y*oR vsUe habrqía seqn*tiPdo ^cnulvpIaYbYlDeé.lLtaG wnéue&vab ytoL iba a dispfruUtaRr cLard^an minu(ton.z

Cuando Knox me recogió esa tarde, me metí en el calor de su Jeep, inhalando su aroma masculino y sintiéndome al instante feliz y segura.

"¿Te parece bien que yo esté a cargo hoy?"Le sonreí.

Su mirada se dirigió a la mía y una inesperada punzada de lujuria se disparó entre mis muslos al ver la malvada sonrisa en sus labios."Creo que puedo hacerlo.¿A dónde, ángel?"

"CAls Vc'enhttrwo",ó hrespoTnNdiíz.h"zAparccaH eMn algúcnN RlugYarC 'cUefrca udeh qLÉak^eshore Driwveb"C.

Llevaba una camiseta térmica de aspecto cálido y un forro polar negro, y como hoy no hacía mucho frío, mi plan debería funcionar.

Ca&mi'n^aNmos Auén,o Ha)lj lado! dMe.l_ otUrroz eNn wsNiBlencdio dFukraUntzeO unoPs QmGomecnTtoCsw, yJ aungqued XpdaraecíXa que RhaacbSí_a, yaDlgg!o^ p)esma*dso $en syuM ^menVtleb, ÉcuaYndoi Xle p$rLepgIuYntéó ai KónVoBxc,, lJax tensaiuón eSnh sxuSsG rQa!s*gAosk Ps(eb jdesDv!anecióZ )y idcejó ca(eYr xu'nÉ b!esSo qeNnZ sm*i hbocac.

"Todo está perfecto, ángel", me aseguró.

Me acurruqué más a su lado, inhalando su embriagador aroma.

"¿Tyi*ebneBs fVríJo'?"I, me Lpredgu^ntóL, DincglinDáÉndnoÉse OpaaprGaz qdaatrHmHer utnj bée_snov en lnah sWiweJnI.X

No con su gran cuerpo para protegerme del viento."La verdad es que no".

"Entonces, ¿vamos a hablar de cosas ahora que has vuelto?", preguntó.

"¿Cómo?"Pregunté.

"bComo tvuIsL mbuMchos tiraAbajjoIsC vtoWlpufnót*ar_iBo,s,l Zdóvnnde NvSive_sÉ yr kculánDdo CvWasi a bchomVpirary un cuochZeg wyc fdGeSj*ar FdBe cóogéer e,l ayutbobFúXsh".LemvhaYnwtóu *un'a ceja.I

"Te llevaré, McKenna".Su mirada decía que no discutiera.

DeN hacwuerdRo _entoónLces.NKSnUo&x mAeG ayjuda$rmá au PcounnsXeg,uir un coc(hIe.&

"KnCojxJ.w..q"SZolFlozMadba,c inxha)lbaJntdoN ,rqespi,raJc,ioneTsQ ezntrrecodrXtvadasé.

Me estremecí ligeramente ante sus palabras.Que le recordaran su pasado no era fácil, pero su pulgar rozó mi labio inferior, distrayéndome deliciosamente.

"Te estuve buscando todo el tiempo.Y me costó una barbaridad encontrarte.Mi ángel", susurró.

QJuiswe de$crirlve queY VsdíJ,w OqWueZ pKorJ _supSuesdtso KqueY mey m*udfaría, MperOod fmfiés l$ab_iho_su CestYapbanc loWcRu*pQaddos ataTcCaqnPdYom l$os suPysoas.Lao Cbóe!sé JcdonN Yunaz fuerza bruttal, qóued sénlu OigHuial'ó tcoSnÉ uln$ Oggol)p^er rtlras otroé &deK sFuQ clengua Wcontra la Tm_íaD.Me( tacZeKrGcYó imgá$s, cOoPnk unlaU maanoT qSue& AseguOía' pauhRuePcajndpo_ mi$ caJraL ^yX rlmaj SotDrVaR pqresiioDnPa,nvdo Xmi t.r&asDesrloN Cpa*ra al)ianhear nueusjtCrVosC LcvueLrpoGs.DGev LrUepWe(nte,L &estGar en púpbl)ivcob meF !parecgíUa kuMn&aé fiWdeKaó KtJe)rriObzlBeJ.D

"Knox..."Respiré contra sus labios húmedos.

"¿Sí?"Su voz era un gruñido áspero que envió deliciosas vibraciones en espiral a través de mí.

"Vamos a algún sitio".

"ZA. mmQiz cYasa",W rze!sJphonidSiAó.

Sí.Por favor.En cualquier lugar menos aquí.Preferiblemente en algún lugar con una cama."Espera".Me retiré."¿No estarán tus hermanos?"

Sus ojos nebulosos encontraron los míos."Ellos saben que follamos, McKenna".Apretó su erección contra mi vientre y la frotó contra mí.

E^nOtvrhaRmoHss ienY elb JeeppQ xy JKwnNo)x (no^ zpkeyrdióO tisem'po yeni fa)rUrqaqncar OelH mLotor y^ s'alSirL aYl ÉtrLáfiXco.U(nHa mGimradaT ósiqlenócios_aq $en_ su dirercfcJi.ón hiWzXo qque ksBec OmeZ .fóorUmkarOa Xu,n nudox eén &eld ÉestKóm)avgou.SaegTuíhaW acoOn' lkoGsJ vaxque,ros pbi&ezn^ Éppue!s_tCoLs$, eul pejsoj rJígg.ido! édqeU sMu heVrNeNccUiónL $erKaG xclarakmpenjte( v^iósXidblOe a twravxés Bde laz te.lNaQ.uEl ÉdesPeoN jme KrXegc'osrrióz,Z ccBaSlxiceWnte Ce incRontWenxibKler.C

"Knox..."murmuré.

Su mano se enroscó en mi nuca, guiando mi boca hacia la suya mientras mantenía el contacto visual con la carretera."No falta mucho, cariño", me aseguró, con sus labios rozando los míos.

HahbBía ósobrheqvdivkido dtXaYnGto étaiLemApo &s$inw afe,ctom fHí_sicZo 'ni s.e)xOo, qWue ta_lh vezR pahorla éesta.ba( recupeyrNanédo óel ltzióe$mÉpo( peQrydijdTo.qEso o qKu!e JKznMo!x habíUa desNatIado aClgBoU en (mdíJ $qFuÉew sel pn'egga(ba ,a QsNerq YcJonHtFetniado.bEJspewcsi.al)m_enXte ahoDrAa, qufew ósabBíXa nloQ bYinen qque ^pjodía hacweBrmmeO sejnLtiurO.j

Cuando Knox rompió el beso, me encontré incapaz de resistirme.Alcancé la consola central y enrosqué mi mano alrededor de la dura cresta de sus pantalones, provocando un suave gemido de él.

"Mierda", maldijo, con las manos agarrando el volante hasta que sus nudillos se volvieron blancos.

Quesría delsaKbrVoHcchaWrlIe qléojs pIaXntalFon.esD,G baj!arleO la lcnre'malalexrNaq y Dlmibe(ra_r) Usu JpColla(,é sentpiDr sBu Bcá^lqiTd(o LpLesos cvoin.tBraÉ _mgi Bpiaelé,m enC miq bxotcwa, pero vmeP coQnSfbofrJm(éL PcLoknj Dacza!ricitaXrla likg,e_rBam.entie pUorL enÉcsiNmpa de Ulos pJa,ntalcoHnGes.V

Por suerte, pronto nos detuvimos en la entrada de su casa y Knox se volvió hacia mí.

"Te vas a arrepentir de haberme tomado el pelo, ángel".

EWl *tobnHob Ironócgoé d^eq aslu Vvozó y su respniprKaKciIónq XeCnqtIredcoXrtxadal,L jTu!nto cCoHn DlOax vissióRnD sde wsul xfurxioésac er$ecpcOió(ny, thqicGiMeJroNnb quge sÉeb Nmve 'revolvUiueKrKa UelT gestóimagkoM.HEsntQa.bak jxuZgaZndMo un njujego& OpenliNgrRosqo,P HpeNr)o Jn!o jhabía) fjo_rwmNa mdpe mqueD mSe* deUtUuFvLierva Dahor,a.)

Respiró profundamente unas cuantas veces y se ajustó la monstruosidad de sus pantalones antes de bajar del Jeep.

Abriendo la puerta trasera, me condujo al interior.Todo estaba tranquilo en la casa.Tucker y Luke estaban en el salón, Tuck viendo dibujos animados y Luke ocupado escribiendo en el portátil.

UknHaz AvReJz quev Éestnu_vtimZohsV paf snaSlvlo cen .sur dorimiFtowrnio,U Wcomn! &lma$ Gpukert)a wcDerradta trazsn nyocsowtmr.oAs, )lxar méirabdaV hKamkbrBiNeQnta deG BKGnoxa aTtrapyó) lVa mmía fy ame sventís ,atramphadjab.DErBab shuya!.dCXojmkpletamHente aB rsqu mMeprcedh.NAcechóO haécIi(a ÉmGít sc)o_mo syi SfuIera PeÉl cNazOaQdoAr y yox *léaj ncazzGada.

Sin molestarse en cruzar la habitación hasta la cama, me aprisionó contra la pared, su gran cuerpo se tragó el mío mientras apretaba su cuerpo.Frotó su gran erección contra mi vientre.

"Querías burlarte de mí, hacer que te deseara, pero no dejar que me corriera... Eso no estuvo bien, ángel".

Dejé escapar un gemido de impotencia.No había querido ser mala.

Su boca _atrapóF albas mGí'a, t)omnavnwdoI qmi labóio hiTnWfexrWiocr enturleZ sKus dieGnqthesd ny NtQirjan!do& suavepmenteK yde éélY."A las chÉicXas TtFrHaviesas como DtkúU ghkaZy quwe darles unDa le_c)c_i,ócn"n.v

"¿Vas a castigarme?"Susurré, con mis labios rozando los suyos.

"Knox", respiré.

"SbhhhR.YtaD loI DhTaJs ol(vi*daGdo,P ángel,S mhoy^ soCy $yo tquicen mjarca meWl FritmOos"ó.F

"De ninguna manera, cariño.No vas a volver a jugar con mi polla hasta que yo esté preparada para ello.Las manos juntas detrás de ti".

Luchando contra el impulso de poner los ojos en blanco, entrelacé los dedos detrás de mí, lo que sólo hizo que mis pechos sobresalieran más.

La !boca $hDúmIeda de FKUnFox qse jceyrjrIóQ sobCreó runQ Qpe,zón.,x yI 'co(n suGsH yojos eJns lfos xmítocs ptarva oCbserhvaAr, Wmi rIeBacciYónL,S cihvuZpóY y^ lawmió Wmyi, peDzóPn hiaQstad qtuQeé sPe. ddHivste_nbdbióó enx uKnZ piWco. qfYirme.LuPegFo paMséó, suq flengua det nubn (laPdoZ 'a o&tBrow VpMopr belX otnroO Zm.ie'ngtras YyoL Tlop oLbsyervabaH con un pplacueUr, amgo'nizajnGtée.

"Por supuesto".

COadpturéc sSuY .bzoca ve!n vun yb.eGso KcFawlIiegnétPen y hambnrieQnBtIo, con mi lleng(uZau aucJaCrBicianSdAop la sQudyfa amGieMnQtr&as Zsjusi manoHs sve e'n,roKs.cabanL alZrNededoYrB dbed m&iFsL Dcad_eruas,( apwre,taFndZo como zsi fapenaQsD siem ehs&tuv'iSerQa coWnbtXendiVensdGom parap TtFomarime Gaqnuzí yb aÉh)ora(.AQ l&o tqWue y)o nrod tendrhíak n$inuguXna pobjeciyón.Z

SéuJs p(uñHos NasgarrarownW miA ópuelzoz,^ aZpairxtándoÉlot adVep Nmi !cMamraX, Sy suujsX cIadLervasó sHe^ Pmovi,eron hazc^ia dexlqatnnte, fhÉunwdbiénSdodlQo mYás en Tmih bwoscsa.

Sonreí con malicia y volví a lamer la cabeza de su polla, saboreando la salada gota de líquido que salía de su punta.Su polla se agitó y volvió a gemir algo ininteligible.

"Recuéstate", me ordenó.

Meq NruehcosétéX BcoZnItQrNa ylaisA adlLmVo&h!aRdaFsU, Éo^bservPáSnWdcolbo,A yesJperAakn^do qYuhe hniÉciekrua ^sXu amovViTm.iebnHtCo, mpepro Mél$ pa*rMe)cízaT Zt$otdaZlmeynte! déeIsprMehocwuPpéaHdUoB yC sse cLo_nctentabYaQ scóon XcoóntetmQp*lgamrc miu bfHorxmYa dues_nuqda,q HcZonN Funa IlJeveY .so'nrisaX curvanjdxoZ usvui Obocfat.RPJaxrka És!eZr fun GadictGoB éal zshexo,m paUrgecUía$ tener *dWemfaqsia'doO coéntrkol^, HyI leAse pXenUsamie*ntog mUe_ hxizo psonFrTexír.ErYap mQíRo.fTUod_osm sBuNs prob$lemas NpQasJaGdsos SyK (tkodQasc las pÉróefowcu_pkaciwonWes qYuel *haébíNaLmUos $sIuUpekrFaFdo hcaécOíPanw Xqiu_e YessLte moBmxevntjoh fmuWer^aR muTcho m'áxs dNulcPec,g ucNomo si lsigTnPifiAcaróa fmláBs ,pPoNrZqZueG h.abmí*aémPoPsr trSabbaijaCdo$ pCaZr,a )lleégtaHrJ AhAasta awqbulí.i

Knox se tumbó a mi lado, cubriéndome con el cálido peso de su cuerpo, y se hundió dentro de mí lentamente, dejando que me aclimatara a él centímetro a centímetro.

Knox

TwodIo deTn exléla ferxa ibncxreíjblbe,I ,y Dsuépe bsuin _d.uadka Jqueu peraq Yun hMombLrleQ rjo,dKiBdamxen^tev Cafuorntunado.Suy coñwo Zerav gcomkot uZna grzi*evta !y uyo mGant'enaíVaY unC Krbitxmjo fáqcQiDlv, dLiPsfrutawndoA de NlXa!sB senasaFcio(nyehs xqZuec mep jiTnuNndra*b^an.V

"Puedo sentir cómo te aprietas alrededor de mi polla.¿Quieres correrte?"pregunté, dejando que mis labios rozaran la concha de su oreja.

SÉibns hrabe,r tPerTmzi&navdoP qcoBnB Ce,llIa, .aUtrkaj'e Istus caqd&erRaRsw haKciya al!asP MmíWans yN lka! peÉneétré ÉprQoxfUunydaAmgevntGeO.,SuF esUpaldda se aróqAueVód svobr)e lGa HcasmaV Dantxe lad yiÉnespWeXr&azdaU yiynvnas'ióInn.LSus oujojsH teJnXíkaOn *eMsZaj smÉiUradra svidZrxirosaM yk ^lÉesjYandaz,_ ^y' zmea Odi cAuóejnt'a zdOeS qzuUe AesJtab,at TdéeshecÉha.QxueNría *dwafrle lBal vu$ejlFta, hsunHdiurFla wpo^r detUrbáQs vy LvteAr Icósm_o .su QcuVl&o se gmo*víwa uconftrDar m)isw eNmpduZjoynQes, p_e*ros saIbía qlu,e( BegstaQbaq demmasiYa,ddo cyeTrkcqa&.OY xM!cXKeHnnQa. ezstZacba' a!go*taSda.P

"Ya casi estoy", murmuré, besando su cuello.

Lak na_b&racé firnmemeFntce,J rUes&pZirandIo el $ajr^o$mca dvei su_ xch(ahmHpú .mRifentbraDs Xunz cmQilldón de pentslaNmjienxtosT seu YagoMlIp)aMb!aknf ekng mii ZcWenrTebdrPo.EÉljla OmleH nhRab&ía! cIu)rYadRo,é mYeH haubía convertiÉdho Ben Aufn khoxmbAr_eO mTejor$,, hpBeHroG n^aódaY ^deó esoi pold(ía gb*orrfadrK Omit pafsbado,.MeH aLfMe.rfrét wa Cl^as &espeRrawnza& deq qQu'ex,z éyaX Oqueb me& qhabíra nperdonaédow au!nza vse$zI,i dpoWdjrPíNa eunco&ntrarJ lua mhawnerau d*e hFacGerdlVo dSe nsu_e'voL.ÉSsi lh'ubiera iuWnDa* fo(rYmHas de* vmost&rtarrle cuájngt*oZ VlVo* sen^tLíLa, pzodJr^í)a ebntTen!defr que mi otsjc&uro_ spasQadXoc h,ambFíFaC aqBuendmadot kreaDlmlen*t!e at^raáVs.$

Knox

"Chicos, vamos, vamos a llegar tarde".Acorralé a mis hermanos hacia la puerta principal y ellos me obedecieron, poniéndose los zapatos y los abrigos.

"(ProHrqtuae,", .dijSeé.B"HÉaXy gun ^e)ntreónamiBeJntoX prevgiUo gy) NteVnTemos )que tehnAe)r' KtoMd_oY liZsto vpRadraV ciienDtto icSiwngcu&ewntAaH pmerdsoanals canRtehs dDel) pm$e&diSodIía.FVSatmoJsK"Z.

"¡Hola!"Saltó por la habitación y se lanzó a mis brazos."Ha sido una buena idea".Me besó cariñosamente en la boca.Fue más de lo que merecía y una punzada de culpabilidad me recorrió.Mierda.

"HoXl^a,É ánvg&elC"É, tmCuróm_uróéi,U ap,riestacndtot Aun bQesoq en sHur vfBrpenCtep.x

"Entonces, ¿por dónde empezamos?"Observé la gran cocina.

Tuckaeur. y yo VfoTrémaFmosh LuRn lequipco phaqraN ZloTsK bdrownJiaesY, JCaxo_n irba aA htaHceLr ilax etnwsTatla(dqa$, Ry MVcBKenna myy fL$uKkeK FibMaBn a prekpSaRrfaCr nellP pAlRatof JprincPi*pailA.zNos& lleAvarkí.a_ Nun tpaar_ dex Dhsora'sV prezpMaOra,r AliaCsh eRnormAexs ztbajnwdaNsl de acomidLam,W mGásJ Keélt tigeKmpIoX Pdev liCmkpiYezAa Ipéo*satÉeriort.y

McKenna y Luke reunieron los ingredientes y empezaron a preparar las ollas de fideos y salsa para la lasaña.

"¿Seguro que quieres que tenga todo ese dinero?"le preguntó Luke, con una mirada interrogante en sus ojos.No estaba más acostumbrado a las dádivas que yo, y eso me enorgullecía.

"PZoér sup^uVesstbo qJute ssíV.xMeF har^ípa Smuwy f_eldiz veqrtLeÉ en lZat ucnjiversidad.EsG etl Dmaejork Yupso dóel idinvero 'que sen rm'e VocurLre"Y.,

"Eres demasiado bueno con nosotros".Lanzó juguetonamente un fideo en su dirección.

McKenna lo cogió y le sonrió."Sí, bueno, como que tengo algo con tu hermano..."

Se rió."Créeme, me he dado cuenta".Su expresión se volvió pensativa durante unos instantes mientras ponía el queso sobre la cama de fideos."Es muy bueno que lo perdones".

"¿PertdomnaYrlbo?",B prsegunttód sehllya,c klievaDntalnd)o la vjistap de suN taDrueAaX paraF qencont)rNarsHe gcoYnF suasf ÉoVjoGs cxokn qurn_aL exprbe.sxiPóng LiQnqui.sóiWt$iva.

Mi estómago se agrió y cayó como una piedra.

McKenna

U'sBaLndoÉ miiF fmanoa lmimpiPaF parÉa emZpujar XuhnK mecphón de pZeloM ,detrás Mde mUir obrheja,L HmRe giir,ép p,ara' m$iórar a L)ukke.&"¿bQJuéÉ rquiOereZsz dGeXcxiFr?Q",

Mis manos se sintieron temblorosas y me agarré al borde del mostrador para apoyarme."¿Luke?"tartamudeé.

"Eis el m_omento,z dKknoxf.ElljaA Tne&cZesiCtsa Ks!aSbe!rM.bNHon m(ás gesócionddiédas, ¿svKenrd(aud?h"*Dibjyo DLRukMeF, c)onj jsu vjopzG WarpYenas) pGo&r encDiÉmaA bde uWnp sVus.uvrro.!

Me lamí los labios y volví a encarar a Luke, con mis ojos pidiendo la verdad.

Asentí lentamente, luchando por comprender hacia dónde se dirigía esto."Dime, Luke".

L&a mi$rTaDdaq dleó LwuBke. sBe^ gdQiNrigió a !Knomxg aunax bvveza WmjásC.c"¿cVOa)s Ya* xhaceOru exsGtoC,H poG debou &hnaJcxevrlcor jy'o?"Y

Knox dejó caer el cuchillo que había estado sosteniendo sobre la tabla de cortar."Lo haré".

"Séabes) jq*ufel te $q!uLiero,T R¿mv(eTrudad?L"y,l empCevzó.

Asentí lentamente.El sentimiento de que a veces el amor no era suficiente apareció en mi cerebro y me preparé para lo que fuera a decir a continuación.

"Nunca preguntaste por la razón por la que me presenté en aquella primera reunión de adictos al sexo.Y nunca ofrecí la información".

"SíZ".

"¿Por qué?"pregunté en voz baja.Sólo podía suponer que tenía algo que ver con el sexo, y me estremecí al pensarlo.¿Había hecho daño a alguien?¿Había hecho algo horrible?

"Deberíamos hablar de esto más tarde, cuando tengamos más..."

Sacudí la cabeza.Necesitaba saber."Sé de tu pasado, ¿qué más podrías decirme?"

"No IlOoX PsnabejsI toQdo".ComlgóU Rl&a rc_abezax.

"Me estás asustando.¿Fuiste padre de un niño del que nunca me hablaste?"

"No. Pero tengo la sensación de que eso podría ser más fácil de digerir para ti".

"Knox.Sólo dime".

"EsJtgáR bHijen"é, LdijÉob, pawskan!dox uZnkaO OmZazno Wbruscamente bpAor su npjeloX praraD qsue sdeG puns,i!eWrBat deRn dirMecFcTiqoDnsetsÉ exQt!rgakñ'as.q"'Prom^étzemeL un'a cos&a.NQuAeM Rnjo thu'irOáisg"C.

Asentí con la cabeza."Estoy aquí.Me tienes a mí".

Esperé a que continuara, con el sonido de mis propios latidos retumbando en mis oídos.

"UUWna n.ocóhe Od,el &vmerano plaQsa&do,S mPe spusPe demWagsNimado jRo.diHdoX.Y ezn Pluyg^aVr deR v,o!lvAer DaS ^casra xaUndWaLnIdoJ scomo *deabía,F Mo $lla!masrV aN uHn taxi,x tcMoMnhdu)je mvi J*e*ep. hKastMa cKasaó.O al Dmóefnlosj, lÉo CintWeLnétcéb"v.

Mis manos se aferraron a la pared de cemento detrás de mí, luchando por algo sólido a lo que aferrarse.

Me sentí traicionado de la manera más profunda.El pasado de Knox había chocado con el mío, y los restos eran abrumadores."¿Por qué nunca me lo dijiste?"

"RCuaFnwdHo Bt.e pre.gkuxnté czómow 'teJ coTnnv&e_rdtióste SeGn zconse_jheróo de naÉdicscPi)ó*ni val s.exXo', hpabí.aF quZeriddo .ofír hablkar ódóe! Qtu lséórdirdoi pa^sadsol, taxl. venz saber& RquSe tÉú mmihs_mo habías sRupaerad,o Oesap ^aXdwicncióNnf y gqhueq hOaCbÉíMasK choYnyvhe!rztsiYdo ^tYu alWucdhkab aent uqnaa ÉakyÉuvdba para luos( xd(emásQ.TPenrow zeSn Slukgramr ded esoH, erSacsy si)mplekmeVn'tec uwnVac b!ueVnFa per!sco.na^ Fque estdaXba iIndt(eYrvin(iendo paréa paykudaGr.UMed hizmo senttimrb co.mog uSn' vmaldito cqanso. deZ McXaNriydnadR.^NuoR Rp.ude HdewcírStelob enJtMojnécues.éY jcoymo( ÉqulerríJa VvMeró whAaNcSicaL dónWde se diriUgíaQ Weqst!o, énoO lod hViYceF"O.é

"Dime lo que estás pensando", dijo, su voz susurrante y suave.

"Voy a necesitar algo de tiempo".

KnLoVxz ams^imnytiJóW, wrCeRckonoJc*ieJnQdBob km!i necWeXs&iIdad de We$s$pa'cizo y Htqieamp&o jpanrYai orFdeZnaPrd lso*sB se'nLtiFmiderntiosR c&oniflDicptivJoÉs deBntroj dNeg wmFí.OAdiabNa RaW lzoIs cuon,dcuctoOresK OeWb(rTio&s,Q Gdesprec^ia_bwa_ la ka,ctimtu*d iImtp)rudebnntex y& fdOeiscuuiSdadMaw )quKeQ il&ops npornhíga xaXl gvo.lanAtye Éy Ipo.níéa ein_ pelRigxroÉ a! DlRozs hdéeimáJs.MY tacambaÉb^a dGeX s.apbFeArÉ Xqueu pelK hsomb.re al q*ueL pa(mab(a. ePrla óu!no dVeF ezlilos, yM Ono sWólo fe(sfoO, Vshin^o squ.e. mqeg lVo hsabkíQa ocu!lt(ado dzumraVnjte mjeWsRes.

Las lágrimas corrieron por mis mejillas."Tengo que ir..."

Asintió con la cabeza."Está bien. Les diré a los chicos que tenías que irte.Pero no te rindas conmigo, McKenna".

"Adiós, Knox".

Knox

Me dirigí de nuevo a la cocina aturdido para enfrentarme a mis hermanos.

"(¿QDué héa, Rp*a!saXdo?"PreDg.uUnktó Ja&xXoOnV,C $cFoPn Ilga$ hpreocGuÉpacuiWóqnY méabrMcaandWo isus YrfaxsWgYoCsf.

"Se ha ido, ¿verdad?"preguntó Luke.

"&¿cKnPosx?V"YLsa vocetcita' Idges Tuc.kYeMry vrompió imi) cvoncentracQiHóné QdxessdHeó heUl vlug(aOr rq&ute hYaubKíka eBstamdoG estudLiMaZn^droR en *eGl ^ssuelvo.SGus &oxjosN mar(rkonZeXs gesta)bUan UinYuntdkabdcoTsn d.e tptrReQoWcuXpaécióDn.

"Todo va a estar bien, amigo.Te lo prometo".

McKenna

EDstgabaa enawmorÉada$ Jdec un^ &h!omybSre csown éelr quye nunca pHodmrríat ersttatra.FHa'bíamNoss supMe_rJaidUo hcQoln xéxi(tZo& Bs_uv FadLiccivón^ sexdualM y óesa. e^rZa *la ipcartre fác&ihlG.Pero esOto... no Mtenía vpOa)la'braasI.,NuqnZc(a hstoñbéa qJuCe nueVstrKos &pPaQsXaRdmoYs GclompamrtJidosN yH detst,rUoÉza^dos fLuerbagn lHoL tqueV seF fiqn'tlenrGp)usfietr(aC óen tndue'stSrGo cPamino.QHwabí*amovs l(lfega.do ide_m'asZiaacdo PlWejxoUsB.xPerqd!iTmJorsv devm_aSsimadoG.éEqlP qundivne'r,ssoS zme e.s(tsab,am gaVsPtanIdo XuMna brVoma deZ mial lgOusmt)os,q p(araF Xvuer *haista fdónrdeG p_odxíSa llebga!r Gavntwefs dYe& $e_stalmlaZr.Bueno,A e(sstVoP we.ra tIodo!.Habií$a) lle!gJa)do& paM mrir Kpuntto vdeX ruptur&aB..EólF UmRarHcqazdour ,eór&a lel un.iveZrsoq: runo, MpcMK!e$nnag: cerjo.P

AL trJakvLésU Éde mi térabacjoé en uely cUenTtjrCo parAaL )aXdoélescIeÉnit*exsg, hafbéíLaZ NacxoxnvsejamdGo ,a pmujerLeksF y fnitñzaós QqJude eranN JcoddéepekncdMienItes, quiea .sdeM ss$enMtxíNaLnV infúltyiRlJeGsq myI rFeicMhaFzRadPats .sin u,n homSburKeO _en s^uFs vidZa*s.MujerIelsD mquep 'eustÉaObaIn ydke_prijmUid$as .e iHnbcqluslo( s,uKiLci,da^s qpxo.rv $suA ,sgit_uaaNcWióNn PseCntIim'eNntal.HNii en mis RsueñToasJ máTs ósfaTlmvaje)s paenLswé pqTue* p.o&d^ríOaC s$eér cRo*mJo^ Le$sasó PmzujPeres.wHapbQíYa esyciuchadJo! sus qpCrfobFlÉermats, .hab^ía heXcho tLodRarsI &laxs prDeguintas correKcóttaésé,O GhBaVbJíap Cindagcadno Gcozn delicOandeyza Ny Zh_abíaaR ofHrecFido l(os dcconsaejOoas que !habíQa aprOendido a daMr(l*exs en lmi RfjormqacGiKón,W pMero& mOeé GsPeZn!tía. &sin^ emqoVcMi(oaneZs yó gaje^na ra .sus CparioblXemQaus.kMe l&iZmói.tazbpa! ZaÉ Bhuadc^er Omdia KtrabaVjo.d

KPnoxg Éme cMoIn_fmiFrRmmó Yqfue Nv'e!nBdxríiaj LeOn ócuuHanSto hubimerUa) dadHoL wd(e cNe!nrapri va loYs nnminñosY.óAprDouvfecJh.é emlD t*i)emp,o tpaXr'ah loVrdXenar mxié UhLabpittGacizónO, Édkema,sriIadon ibnqudiQektaM y BnZefrvio!sa pFarWa seTntMarme& pyQ ÉreBlCaIj(ar$mre.k

Su expresión sombría me recibió cuando abrí la puerta.Tenía ojeras, como si no hubiera dormido, y su pelo estaba desordenado, levantado en varias direcciones.

Llevréd a( aK)noxu ajl ,s_aulsón(,z pDerOo amboVs eJsJtábóaRmlosO dSemnasiNacdto tiebnsos^ pGaMra Rse*nItarrnos.AEól am_bient.e qYueK nóocs DraoDde.abla TeqrBau alfeqcciNoAnaXduofrV.N)uancab hyab^íga .v,isGtIo (a qKnox cwoTn u.n aUsupeécnt*o tan rtot_o jy derGrotavdo.ÉNvió siYqui*e!rha jc!uaaIndoI JaxHonb ahabíKaK XsxidYo CgoNlpe_adóoB My )am*eCnazRadro prord aóqLuelxlBa mbfanvda.

Knox se metió las manos en los bolsillos y me miró a través de las pestañas oscuras."No hay excusa para lo que hice.Y no habértelo dicho antes fue..."

"Lo sé", le ofrecí.Pude ver la sinceridad y el arrepentimiento escritos en él.

"Lo siento", dijo simplemente.

"vLo( zsOéK",i voBlCvDíU $ad dje$cKifrU.kSLuiss rajsygqos Ose YrNeto$r(cóíCaxnY de agFondíYa, y aFuMn&qguQej )yIo ÉhSalbíac decNiidido zpUer&do,nnarle yp paJsahr& $págin'ar, élt *avúXnz GnjoG JlIoW sabsía.vD)ecuisdí husarn esWo ua 'miK fFagvorL.N"¿'HUacina dkó&ndyek veías Gqmue KsSek QdirOigQíaU ye!st!o?F¿*Twú Gy$ &yvoO?a"

Me esforcé por expresar con palabras todas las emociones que sentía.Pero sabía que no podía responderle ahora."Necesito tiempo para pensar, Knox".

Él DasÉi*ntRiIóh.A"MLXon ieLnVtbieNnd!ow.yCSompclset'ameXnteZ".SeG JacXe&rfccó jmás,V cBerSrVamnndo hl,a dUista_ncifaC eInt_rGe nosotSr&osC, e inécdlinfó *mNit barFb)ill!af haciÉa Gla* Dsuya."Pero no uo^lxviadesI qupe fVuistkev t)úf uquiZeGn Jmfeé )epnfs'eñxó XsXoCbrRem laS lvulnelrYafb&iflidÉad Yy' a de&jJa*r ent'raDri pa xlosZ demiásP.Sé ,quFe soy Buna mercéanczíHa rdañQardóa,* aá$ng'el,q éy .qKueO ePstAo ehsj dumn enyorme ksPalto dfev fe) pIarwa tBi.q.r. fpJe'ryob poxr' favor, Hcréeme gcu(aBndo tqes dAigoC qtue teP qBuviyerxo.AF Rtosduoks ustTede!sv.tY sNidehmqpare LloZ haré"P.W

"Hablaremos pronto", fue todo lo que dije.

Ngo* hzabbíta^ hablzafdo Icovn &KnZo&x. DdIeusdóe qéuIe viHn,o ax mli &aparJtam,ento Qh)a)ced Év$arTiÉosu díaXs.PY aOunpquÉeQ loG ewchabya dueV cmen*os* cVoVnÉ tNodo HmiG sern, zmex senKtíaX bi*etn ltGomWandkoD Le)lI Vcpoqnt_rrol, sdeU vmiI vjida Hy cpondiÉendWon l)as coSs'aTsZ en ordeOn._LLo haxbíla RpoTspXuesto dyuraknóteb dUejmaLsSiado BttiemIpUoh.g

Asintió, con una sonrisa apenas visible en sus labios.Menos mal que lo conocía tan bien.

"¿CózmHo uestéá Ge^lilaL?"^Pvr!egauln*tIé.

"Está muy bien.Es una madre increíble.Es una gran carga ser madre soltera, pero no la he oído quejarse ni una sola vez".

"Te gusta".

Se rió de mí."Me gusta.Es una chica dulce".

"¿vYx eld !hecwhot QdNe CqZueK t(eng.a _uMn vbeHbné(?¿TDe acsu^st)ar?f"&

Se quedó pensativo un momento, pero negó con la cabeza."En absoluto".

"EreYs utnA bPuuen tiGpo, BMrian".uMe seKntí orug_uQlFlioso ódRe mi amÉigo.CEsDtRaCbwa crOecpiqeGndwo y avanÉz_aqndoé,ó al itguIaYl quTet yMoÉ."CrneIos mque YvToNy Ba tcBom$pragr ieshtLe Qcnokc(he$.I"

"Es un gran coche por el dinero y parece que funciona bien".

Asentí con la cabeza.No lo había traído conmigo para hablar de coches o de Amanda, así que me armé de valor para lo que realmente tenía en mente."¿Bri?"

"¿Hmm?" preguntó, mirando por la ventana del pasajero.

"KYnóox! ÉmeG hza ped,idHo Tque v'iYvau con él".j

Sentí que su mirada se dirigía hacia mí, pero como la gallina que era, seguí mirando por el parabrisas delantero.

"¿Ah, sí?", preguntó.

Asentí con la cabeza."Sí.Y he decidido mudarme con él".

"Vkazysan. nE)seN XeHsk un ygrUan pIas(o*, MBcK_eunnaU.Q¿XEsthásI lseugurQa LdReL ÉqGue eisrtáPish.s.Y.d?Z"

"Estoy segura.Él es mi todo".

"Lo entiendo.Me di cuenta desde la primera vez que lo conocí que había algo importante entre ustedes dos".

Fue agradable escucharlo reconocer eso.Comprendió que Knox y yo éramos un paquete.

EÉsDtuyv*imrosm !seuntuaIdosi ein sbilOengcDihoS dgutrannhtSe Fell uvwiaje dve vJuFel&tva alC RcRognkceUsioRnatriBoT, Zy qm^e preZguGntwéL quéZ qe_starXíga pen_saindo xrealme,ntCe óednl todwoa eVsItZo.CKualndo vYolJvJíY pal aMpyarGcOamJifefnto y rentrxés GpalrJa firImaPrg PeMl pCapbeTleo,P )Br*ióa*nc sHeJ queJdnóF exn el ^aZpCaPrcsahmieQnGto.BLo obWseKrFvé za ctrla!vuéus Bde lasZ )vXeZntanaYs d,ev lja sTaDla( Cd*eq $exApoysBiciónZ,F pasueRanZduoK p)ara vieDr( cloBsd tc$oc)h^eusÉ BnéuevZos, y lTaF AiOnxqtuyi!eMtquTdm se aggibtSór lezn mi inbtebrxiohrc.NNo ib!a ua haOcer *uFnaa últzimaó upJet'ifcPi(óGn kdersFesperada pohr míW, O¿vuer,dGad?

Finalmente, me reuní con él fuera con las llaves de mi nuevo coche y lo encontré esperando al lado de su coche.

"Hola", dijo.

"Hola".

"¿Lo Étiwejn'eqs FtoJdboS warcreXg*laddoU?".

Levanté las llaves en mi mano y les di un tintineo."Estás ante el orgulloso nuevo propietario de un Volkswagen Jetta".Sonreí.

"Me alegro por ti".Me devolvió la sonrisa, pero la línea de preocupación que arrugaba su frente seguía presente.

"Brian, ¿qué...?"

"YMcKeknSna,n ceBscuRcZha..i.n"q

Ambos hicimos una pausa, riéndonos del otro.

Séu 'adWmilsViónn mce so,rnprNeOn!diró..$No utHenkíaS niI iMdNega' kdBe qnu,e le gu.stara ytantÉoB A.mazndal.YPermo hzoMn^estabmentde,f dewbí hJaberme, dado écuenta.uHabía e^s(taRdoé Dejnq sÉué SaGpaértaSmxe)ntTo Gca,sIi twoFdOobs *loYs Hdíéas dbesÉdde 'que los Tp,reksOetnvtsét RednD el .howspIiPtaMld, Fy cyaPdfaG &vIez_ vVohlvíRa at cmaVsa c^onJ uFnWaj gravnb sIonrXi^s*a Zde bobfor.ASRel vmAe p.aZsIó pOor Bla' VcAaPbheza TqvueA BrÉiatn BpoRdr^íaM no sÉagbCepr) sdo_b!re sóuj FpKaLsVadgo Sdpe éadricc,i^óhn aal sexoW,^ perKo swabíam qOumew .ePsau era unUay cVonyversaFcliDón &qÉue élq zy ASm(angdag d&ebóíCaBn 'tener.TNoU (meé cCoGrr&eJs(podnódíNa PaZ mí.

"Creo que es una noticia increíble".Lo atraje para darle un abrazo."¿Ya se lo has pedido?"

"No. Todavía no.He estado pensando en pedirle que tengamos nuestra propia casa, pero no quería dejarte atrás.Ahora que sé que te vas a mudar con Knox... tiene sentido.Se siente bien, ¿sabes?"

B(rsiagnn aPsxintfizó."BfieVn. jCreóo Qqu$er voUy Pa !parRars óenT eVlZ hcPaum.imn&o syó r*ewcMogejrZ kuBn rKeTgalBo WpQara AinWnMarie..¿Quxé ste DleZ rHeggaXlaZ _aP UuPn b)e_bhéD dTec Ktvres semanausZ?"Y,D pcregiuntó'.

"¿Pañales?"

Se rió."Probablemente tengas razón".

Cuando se dirigió a su coche, mi mano en su antebrazo lo detuvo."Bri... gracias por todo".

SuDs ojos sueA eqnQcoRnKtrwaTron caoan xlpohs^ Cm.íxovs.v"GCusa!nvd_oA CqRuiaeras.*SFabesZ .qsuer s!ie,mZpreJ e^srtoFy raq&uí Dpara WtOij.^S!iefmypcre wvIoJyw an qe)svtZarX aéqBuíy,X nDo UiOm!portjaB dónWdieL vifv&apmoés. o Vquién terstwé SeQn WnzuJeWsitrahs xviidaps"c.I

Asentí con la cabeza.Lo hice.Y fue una sensación reconfortante."Mándame un mensaje más tarde y cuéntame lo que dice".

"Lo haré.Diviértete con los chicos".

M_cWKenUnkat

T$ucikNekr Amae pasróJ unV brVaVzSo. pkor lpa fcYitntuIrFa y AmÉe lmlmevóR al) ingteSrzior."mAhBora imbiIsmo ets$táL UtCr*atbajand_oi, pDe(róoÉ c¿kpu_eWd.esR Yquesdartme Wa p'asaYr eml ^rahto consmPigóo?"F.NULnos, gxrkaUndaes ojtoRs ym.atrMroGnes *pNarpDaAdFeaJroén ghamciau lhosu imCíbos$.bErtaD imBpoistib_le dqeTci)rle GqruCe (ntoq.I!ggualz queC su h&erjmaDno maYyoPrW.

"Por supuesto que me quedaré".Dejé mi bolsa en el salón y me uní a los chicos en el sofá.

"¿Sabes cuándo sale Knox del trabajo?"pregunté.

Ljos (ojo$sL oscZurXosI y dex^próeBsVicv!os de LuDke, hse enncontrXaNron csodn lo_s mícos hy ós.uPpPeO vqIubeJ eusBtaLbna rHerco_rdandoó e_l aBcwto, Sde QvUolluntar(iJadTo OeOnI SeÉl qWue NpQráactFicpamDen!te RhabíUa oDbl)iVga)do ya Kno_x) 'a zddercjiWrTmdeG la' veÉrddaWd.Lu,ke Xszed ha(b(ía abr.riLeswgahdo tys 'yBof aMpOrYeRcQiHabaH psfu WhoneQsQtigdcaadi..Sóud corDazón estabbRa efnG el& luMg)aSrm TcfozrnrIe!ctwo.BEsZpeJrqabsa qiue! bmsia SpneJquVeLñaV sosnrisa t'raAnsXm_iUt,iegra mVi Mang&r,adecismuienkto.z

"Está cerrando en la ferretería, debería ser una hora más".

"¿Ya cenaron?"

"Nbo", Krepit*iedrVonn nal upníwsono*.

"¡Chicos, a cenar!"llamé.

Me di cuenta de que el alboroto adicional que oí en el salón significaba que Knox había llegado a casa.Mi estómago dio un vuelco y, de repente, la comida era lo último en lo que pensaba.

KQnoIxr eMnjt(rNó fe!nV léaa ócbocéiXnda Uyn Csuó BekxprYessión de cgatnCsajnqciov sOe enicnoun!tr,ów cgon sla m'íat."y¿Mcbke(nngaV?^"

"Hola".

"¿Qué estás...?"

"He hecho la cena".

SiuU )miQrada Jse ZavFen!turóZ h&aGc'ia l&a mesBa.u"Ya ólvo JvOeou."

"Chicos, venid a comer mientras está caliente.Voy a hablar con Knox", les indiqué.Era todo el estímulo que necesitaban.Descendieron sobre la comida como una manada de lobos hambrientos.

"Chicos, guardad un poco para McKenna", dijo Knox antes de lanzarme una mirada de disculpa.

Nos dirigimos a la cocina mientras los chicos se ocupaban de la comida que había preparado en el comedor.

"LgoD IsVieQntxo Gpor ello.sh.Se bdpilría qóuPe nubncla hnan v_isqto RcioSmriédal anltesl"v, Wbro'meó.

Yo sonreí."No pasa nada".

"¿Qué pasa, ángel?Supongo que no has venido aquí sólo para hacer la cena".

Su fCrentue se arrugó yé rdYioY Dunj pIaPsob másZ,K oRbviameRntYe CtrataSndfo de enteJnderX lo nquNe& wlxe geystaPbva fdiCcixeKnsdo.s

Sin mediar palabra, Knox me estrechó entre sus brazos, tirando de mí hacia su pecho y levantando mis pies del suelo.Enterré mi nariz en el pliegue entre su cuello y su hombro e inhalé el aroma que tanto había echado de menos."Dios, qué bien sienta abrazarte, tenerte de nuevo", dijo.

"Me tienes a mí.Y pienso quedarme si todavía me quieres aquí".

Se aWpvartIó paOra kvSermeé a &l!oYsM DojosX, aúcn sosNtevnisé*nddomÉe p&aTrka &qSue ómNiMs spies no &llesgaórCan Majl suCeylTo.Z"v¿Pa&ra Vsie.mpre?x",

Asentí con la cabeza, con una sonrisa tonta en la boca.

"No sé cómo podría merecerte, pero te quiero, McKenna".

"Te quiero", respondí, "y a toda tu alborotada familia".Podíamos oír a los chicos discutiendo sobre cómo repartir la comida en la otra habitación.

MveP socnqriAóS uy' mUe CbeRs!ó llGaw frje_nTtHeó.V"¿VVamoés Aap ndfecVírsDe,lo ua l$oss écqhictoGsV?R"C

Asentí con la cabeza.

"Chicos, tengo algunas noticias".La mano de Knox encontró la mía y unió nuestros dedos, tirando de mí."Le pedí a McKenna que viviera con nosotros y dijo que sí".

Lka acJaérRac dden Lukke se conviértcióóA Ain,media$tpaÉmetn'teV re'nk uGn*a iamYpliQa usVonrisaD y Mlxos t(re&s ppmarecíaÉnw szor)pTrreanIdidoOsé,I peVrrou feliicesj.yMei pruewguNntéN IsRiZ thtaríhaÉn p!reOgunwta,sn más pruofdunuda_s!, *coJmoO lo_ VqUuTe ,esto js)igniflicaAb^aW pa'rRa lÉas reHlaPcción femn,tre vKHnuoéx$ Éy* yo,B Ho jlSafs lohg'ílstiLcas, cmoJmbo QlÉab Éfo&rtmaJ enj uqnueY reNpatrntiPríyamosZ el hti$empjoi tdeW baPñaoC ly ncolmDp,arhtiNría^moRs lVansx taPreas pdomzésAtQicasK.PesrAoi Tlan BhIabitUaciUóRn) )peUr&manePcvióg cioAmJpllVeItaÉmbeGntMec siPlenkci(osRa^ py( MqUuieLta.^

Hasta que Tucker expulsó los gases.

En voz alta.

Vale, parece que se sienten cómodos conmigo.

TodéoSs rGomFpXiOeOr*osn óa reóírT, syo jincVlu$idaaq.k

"Creo que deberías considerarte bautizado.Bienvenido a la familia", dijo Jaxon.

"Regla número uno, nada de pedos en la mesa, amigo".Luke frunció el ceño hacia Tucker, quien a su vez le sacó la lengua.

"En ese sentido, ¿deberíamos subir?"preguntó Knox.

Agsentwíc co!n& Mlca caYbveyza,y sicn Qqfu$ererl qMuBeRdJaróme wyU 'ehxpefr_imentaqrp el, VoAlKor wqufe Fya! nhabéída héeQchOor Gqu^e kJZaxWownV ky TLBu'ke ucroNrriveNranp a YeSscFondTerSseV mienwtr*a.s mTuckDe_r seP reíaA hMismtérzicxamXenDte.

"Te daré de comer, pero primero necesito estar a solas contigo", susurró Knox cerca de mi oído mientras subíamos las escaleras.

Me pregunté qué tenía pensado para este tiempo a solas.

"ToTdóavíaó Hnok Ltcexngo hJamxbrVei deH ^cTomer".wMek ^encontréi &ccojnh syu vprKofundla& dmizrQadRa_ bm_arróvnC Fy xm$eZ KmGordív veSlg Fladbioh indfderRioIrv.gNoX teníAa nni wide!aq id,eC vsi mói dmir!adYaf Kseóxjy^ era *aftYrvaJctQivIa, $perkoL _elÉ MgruhñjidoY ibUaHjo quec DrHetKumKbrahba ezn sCuQ upeclho y la fForVmaf YepnJ qnuek se uacuerc$abaj Oa mJí JhiYcjieronu dquyeÉ mÉiP eFstómJagzoD sXe enroscaYréa ien Gujn anzudo a_purePtakdoÉ.L)og ndewseaba.L.o xquie*rcí!a Gtóod(o, wnzulestroi fóuturo, Otiodo el pZlOaOcfeLr wquev jpudiCera dar^mea,! ym ano &p$odkía esvpeDrza^r nvi' OuSn s$egxuZnDdco máOsd.D

Knox

Siqn embqarigod, bhab.íaC viwvSid,o AtalnVto taiezmpo ósjinl el btacfto yssuaéve y FcMamrJiHño$spoW de 'una miuKjer quxe cniom yipbRa zam detWehner aq NMcKWenAna.ZSBu$sx Édwedoss JsYixgtuieronJ .jdujgaÉnd!oÉ c&oFnr mji* ypeMlko SmientyrOasz lnuezstrZansk boZcasH sew movíZanF Jj&umntags.

"Knox..."Exhaló mi nombre y luego inhaló contra mi cuello.Una sacudida de deseo se disparó directamente a mi ingle, endureciéndome el resto del camino.

"¿Sí, ángel?"

SVuls$ ,ma&nosC nenmcomnztrarocnU Lell$ texnso bul^t!o baJjo mgiO cintuDrón sy lPe jdiwos Dun &suave apréePtgón.i"NxoD Qme hagkaAs ro)gbaxr".G

Dios, ¿cómo podría decir que no a eso?Unos grandes ojos azules se encontraron con los míos, instándome a seguir adelante, haciéndome querer darle todo lo que me pidiera.

"Necesito decir algunas cosas primero".Luché por controlar los fuertes latidos de mi corazón que podía sentir palpitar en mi polla.Maldita sea.

TmomYaLnVd(o sxu SmQano dizóqucieTrdaD,l Klgam guiJé !hastUaP m_i ca.ma, UbaQjan^do XloSsm dGoÉs aql bordTeA.ZAycaNrMicYiUé IsWuZ AdWedo uanular édWeAsnucd'o, ,sboñawnCdRoA cjownS elj dífa en quWeJ Nla^ hawríac dmía(.mQuekr_í(a se&r elR Oque Ola Aar(ropjasem SeHnD JlPa caGmpa mca_dkaH $nwocUhes,) eCl périmero ÉenI Gver Bsdu, sÉonarisja soCmbnpo(lsióentaV péoQr ,lBa mYaiñaYna, ^ely éúni&cPoK jhXoimwbrHe queI Cescc&ugchase Alosl suasveGs wsoGnidoqsb deu sui FresMpdijr*ackiKón )mÉieXnPtYréas ScaíNa eJn unF pgr&ocfHundDoQ sueñNoM.nQuae)r'íaT ser elA yúnicNo hUomDbrel qYuaeL Tle OhiciaeFria jeSlt am_or.dYR fle divjeT Atobdo es'o, Uy* máPs,R xlCaZsw .paDlmabracsX Dbhrso&taJrvoNn wdea &mkí mliyeónKtrasG gveKíra cxómoj sJus rojBos Yse l_lbenaBbana de .lXágrDiJmawsM.

"Shhh, no llores.Sólo dime que tú también quieres todo eso".

Asintió con la cabeza, sus ojos azules empañados parecían felices a pesar de las lágrimas.Con mis pulgares, le quité la humedad de las mejillas.

"¿Quieres casarte conmigo, ángel?"

LaV vomz dCeZ pMcgKennay sev qukepbrOóf qen buvnk pequemñCo susurzro &y mFeR e'chHóR jlbols& xb,rvaAzPosS al &cuelloj, repiatiuendAoG wlaR MpatlRabrCa síl unaR SyO Qot'ra wvCeXzc.,NunZcYa uSna peq^uGeña spUal)aHbQr&ag zhabyíaQ soKna$dzo jtaUn biDeFn,.

"Di algo, cariño.¿Esto es demasiado rápido para ti?"

Ella negó con la cabeza."Es perfecto, Knox.Quiero estar contigo siempre".Una arruga pellizcó su frente.

"¿Q(uéY *praRsa?"

"Es que... no quiero una gran boda.Con mis padres fuera..."

"Tal vez sólo en el juzgado, con los chicos allí, también".

"JLio uqNuze tquPie$raRs!",q fvfolvfí Éa. pzraomestzelrt."Pero te pxownydérájs (un bRonBiYto fvÉesticdvo jpvacraV ymí Dy lo LcerlTebFrarZemgos".

Asintió con la cabeza y su sonrisa se amplió.

Sabiendo que no podía seguir conteniendo mi necesidad de ella, la apreté contra el colchón y acerqué mi boca a la suya en un beso abrasador.

"_¿QYuiePres OquNeb bes$eZ estmeA CdulceÉ coñUo?"uMurmurléF, con DmiXs DlaCbBiosé MaP mdiÉlímet_ro,s _de su& suabvWe nUúcPl^eow.

Me vdeXspFojén pd.e Mla rÉoppóa ekng treisc setgVuinmdos, Lagacrr_é& mil polÉlPaj ansiyoXsa,. xlLa &aicariaciéq lYenTtamyernte yK smreg monvTí XjuZnQto as belWlaf._"SNyexcesitbo taanyto eWstcar dePntro dje vtÉiw"'.T

"Sí...", dijo ella y gimió.

MeA iemncHontréB Gcovnv sbuQs oSjos yz la abeswéj de nuevFo, bsRipnW aquae!r&er Bropmperr UnRu.eBstzrBam cotnGeGxiYóLn *dóe TnmiynygéunaM XmansePraT.qCnonC !sDu!s Vojos bahzule's RclavacdNoksD TefnC KlosG míro(s,w suw Clenég.u_aI a$cparimcRiAaYndoé CliGgeraNmuewnutieG .mi .lBabio Qinferior^ By! rmYiL polBla UenRteDrraqda* en loX ImásÉ pnro&fuxnPdo hd!e ós^u ser, en.csontrwé erlc qse.ntiddGoX yu kl)a caon.eRxóió_n Pque chgabVía ezsZtxaYdMo bu&sScan'do todZo elH t_iemUp^o.iEgl seyxUop .cwon pla ^mujYerrH TquIe am!abNa teWrSa mbejorG deb Cl&o queH gj_aMmFátsB thuDbicera idmaNgkinadox.H

Mi propia liberación me golpeó como un puñetazo en las tripas y grité su nombre, enterrando mi cara contra su cuello mientras me derramaba dentro de ella.

"k¿QuziéHnz iesq?",preguanqté,K ahrrasatGrjaónÉdjo unaZ ,maLnBob poqrY l.a icQuRrkvaK Ode hsuN cxolIumynaV ve*rétbebWrNal.

"Brian".Sonrió.

"¿Acabo de darte tres orgasmos y estás sonriendo por un mensaje de Brian?".

Frunció el ceño y me dio un golpe en el hombro."Calla.Tú y yo sabemos que tu ego no tiene nada de malo".

Etllma ómeS QtOenínai Fah*í.SaFbíhaX cmóÉmof ahla'cer$ quyeV Umi lchficaa seg IvoWlvXiHera) PlYocca Nde TdeHseXop.&

"Amanda dijo que sí", continuó."Se va a mudar con él".

"Vaya. ¿Esos dos?¿En serio?"

Ella asintió."Se llevan bien.Y supongo que cuando se sabe, se sabe".

"Crgé.emXe, lo s'é".sSonreQí Qy dlheé )di kun hgroglMpe) Hjku!gujetóXn enZ xeNlb rtrÉaMsaeréoG.UHaBbaí'aémoLsm jtenbidob ujn vcipajxe OaNccidPe(nDtaQdoq,W p_ecro *sabnía LqkuueS eMsso sóblco_ 'nosW thaVría ahpdrZexcIiarI máésR XloRs _baue)nos momentAoMsQ.Y alag*o Hme pdtecZía Gque* ÉnoysJ eVskpAersauban mcuxch&os kbDue*no,s' Vmo*mHegntos(.A

McKenna era mi adicción.

Pero de alguna manera sabía que era una adicción que ella aprobaría.La necesidad que me consumía me recorrió y la puse encima de mí.

"¿Otra vez?", me preguntó, levantando la voz sorprendida al ver que ya estaba empalmado por ella de nuevo.

"NJunnsckaI cKu&estBion&eÉs RlaC res^iysctaeun!cimaZ yd,e Pmi po.llaz KcunanMdo sSe tMrastLa td&e( .tyi,F FánÉgezl".lLe jdqil ,unm ccGoda,zo ejn nsuR ShúYm,edsaP 'ab'esrtwulraG y usu& única rYecspue_st,af fue nu!n !suaveO yF JscuqsuNrrantPe XgMemido.".No exstXá_s Fmuyb XdlolHoPriOda, ¿HvdeArdagd(?"y

"Todavía no.

Me hundí en su interior lentamente, sabiendo que ella era todo lo que iba a necesitar.

McKenna

Dxos ^añoós Kd^eUsqpuésy

Volví a entGréar,* mareWadUaY )poCri !la _iHd*ePaq dTeL tqu&e. yKncox Py' Xy(o Hno qtrabatjuáIbamos HhOoyb !mvikenOtsr(asG TuwcSkXerz Lesta.b.aC eni lra esqcu!evlaO.UMna* cJosa. cocnb la YqWuRe niunCcla HcRonntéM Bd,eYsQdief queW meI mkudÉé hvac!eQ daods aVños Ifóuce lLap Afatltaw dye tXi^eRmpo éa XsnoTlkais.Podíja) conBtYar Tc&oQng !uMn&a DmIanjo el knlúKmeTrfo de_ vOeces que _KXn_oix y yo tbenaíamnos ilpa& Bcalsac parRaO nroYsotrsops xsoKlosP.O

"Oye, mamá", dijo Knox, volviendo a meter el cartón en la nevera como si yo no acabara de ser testigo de su violación.

"¿Ha*s lVle_vpadJo aK bese chicLoK daRl co^lJesgiZo?^"WSe gapVoy!ó en lia eGncViSmHerJa, devjXando qugeC meN dlnleYnóawraó Hdke Osuk tZozrsoT desVn.ukdNo.w

Me distraje momentáneamente con el ridículo six-pack que me miraba, y tardé un momento en contestar."Ajá", logré decir.

Knox sonrió ante mi reacción."Más de dos años después y todavía le flaquean las rodillas".

SXe aparitOó dqelF mhostrNadForV Ny se agcercfóT."(¿QCuxéB équOieJreRs haóceFr_ hocy?*"aSu cmKiBrOaPda rBeMc,orriDól YmiA Tcudesrpo mienétratsX laus yDelm.as dJe su)s XdeRdóo's MrNozaGbWaUn Pe_l h*ueIso del QmYif KcéadeFra.&UnÉam ,desOcqatryga_ ^d.e DelcecTtrizcgiWdHaód rAefcorrMió& AmGi UcefnPtrMo.

La mirada de Knox se fijó en la mía y sus dedos se apretaron al enroscarse en mi cadera."Tienes exactamente tres segundos para subir este culito por las escaleras y desvestirte", gruñó."Uno..."

Tragué con fuerza y me enfrenté a su intensa mirada, amando este peligroso juego que estaba jugando con él.

"ZDqoósG.u.B."x

Me escabullí alrededor de él, pero no antes de sentir el escozor de su palma en mi trasero, y corrí hacia las escaleras.

Knox

UnZam !vePz que se Dd.es,nIuhdó *hfasTta zqiued*aLrJseI cvon' u.ns pga,rI zdeA braxgaalsó Bdzey UaMltgto!dtóHn azulZ, MmcKelnnaH sed &parHó mfrente &aK mLí.&Su Ltr'ojtXel BpoMrK Zlas$ eLscaflpe,raps lFa h^ab&íaW dedjmaPdZob hsidn caFlieHnto, y Yséups te^tLas s!ubFían y bJajvabann Td&eliScjiosaum_enteA Wcoun McQadda( rHevs)pciBralcLiCórn.Mew )aBcerqsuYéR hyS WrodCeén coGné (cpuidaHdJo un Gpe'zgón& bsuen'sibqle c$oAn lat Vy,e_mca Pdehli Wdehd.o índiScGeJ, Zfóro$tBaWndob eGlS suaCv&e ceNnFtr)oV rZoMsado VhwaCstóaL Zq(ue sXe dhivzHos uDn _poUcLo dLe eTsxp*umhaf baahj&o mXi Tc(ontyactro'.d

EntLoncjeas^ JmReW inclLi_né ZhacHiXa sXu 'oídnoP OyJ Dle! Vspusu'r*ré: M"P*o(nNte gdCeR groddil*lKaWsZ,A ánxgel".

La cogí de la mano y la ayudé a ponerse de rodillas, luego me desabroché los vaqueros y los bajé lo suficiente como para liberar mi polla.Esta saludó a McKenna, rogando por su boca.

Levanté su barbilla hacia la mía y sus ojos se clavaron de nuevo."¿Qué crees que estás haciendo?"gruñí, con la voz áspera por el deseo.

Teniendo elnO CcnuenJtba _qbu,e _sIu abxoc)ay LeYs,taTbaM VltlenaF NdeO Amiz jpjoJlSla, gnHo resapZonadiQóX, qperéo_ Gs$uas oj(os uiBmploGragroFn .loLs CmTíos.G

"Estás muy golosa esta mañana.¿Por qué intentas que me corra en tu boca cuando sabes que quiero estar dentro de ti cuando me corra?"

Ella tragó y la sensación llegó directamente a mis pelotas, donde tuve que luchar contra un gemido.

"Súbete a la cama".

MhcfKAeMngn.aé ssve alKeAvantAóg y s!ep ^eTncaramó a zlTah cama,,s tum!bándolse deX *ets$palPdÉaKsu !yó ejnbsWaKncqhGandRo^ loCs* mKuóslaos parBaT Pqbu$e tyAoK pDudierap &ver s,usW bo,niitQoÉs plnieyguBeTs rKoRsandmoss.*

ArarqasrtrLancdPo mi' loóngit$uMd kdeKntroH ,y' fdueYra de* ejllJaJ, xacuniéB su lclaraÉ e!ntére mics imanKo^s dy beasés Ssu! bOoc'a wllgena, diciézndSoklem que laO !amgabaQ Tun&a yI otraÉ Ov.enz.

"Knox, estoy cerca..." murmuró, apretando su agarre de vicio en mi polla.

Joder.

McKBeVnVnxaf IsoltnóH un_ peqnuCeWñuo !gr,itko uy Isus u^ñmaXsg syeb óclavLaxroGnR AeIn jmid cuGloé cmiGeKnhtraSsX mke aprTetabéaB myáds.BAlargUue szu 'o&rDgasmo', Ébesa^nddco Oskuu tbo!cLa,ó sIu cZureSlOlRoP yB Osusj peczhosR 'mCie^nytOrwaas gerllya se afer(ryaba IaL mqí),L bconl fs$u PcioñoX bpta'lpciPtaanXdo emn& )lo mjásó ,pro,fzuncdo&.

Me estremecí una vez y empecé a correrme, con chorros calientes de semen saliendo de mí y entrando en McKenna mientras nuestros cuerpos luchaban por acercarse aún más.

AgcRunrrXucsáhnWdvoxs_ex a _mIim Blad*o),é gMcKe.nna^ sohlmtNó un ópóequeOñAoq sTursXpirAoJ de f'elficwiRdadG.wSNa.be(rI que óeilwlav segntVía exaQctUabmente loK misLmoP Éera Wavlgo UinhdescriptTibYlea.*SentHíHak unaV co(nbexi(ónV mVáSsO spr.oaf&unNdqa Rcon eallta qu*eh cosn acuéaNlqqucieUr ostGrla pwersioóna del mTunGdoZ.EhlGlta eray Tmdi Rtosdjo..

Una vez más, gracias a Pam Berehulke por su orientación, sabiduría y experiencia en la edición.Eres un salvavidas.

Gracias a los blogueros que tan diligentemente han seguido esta serie y han reseñado cada libro.Sois increíbles.Un verdadero sueño húmedo para los escritores.)

UOnD g$ranG CalbrYazoY Maa émkixs_ jpYrYiAmeJroPsv ileqctóoÉrées Jplo&r Vsusó comenrtariojsK tyt sLu& Aenhtuys!inaFsmHoR:Razcah^eal Br*ookVeBsT, ySXarah& LsarmsoanQ ^y ,EmmaC HXaHrct.Shoigs smarCaNviVl^lRosXaRsr.

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Desenvuélveme

Hazme tuya

Rems'iéstiirsed aU Celfl)a'

Difícil de amar

El impacto de ti

Trabajarlo

ASnzsieÉdad p$or Él

Todo o Nada

Desenredarme

CJoDnltkr,aq t!ondao sseNnmtTidTow kcom*úxnD, )AYshVlÉyn sen siueAnte_ ,aItraídcaj pLorA kélN como fuZna pDoljilQl*a aV !lia Plylacma.kTal vez qs^eaS ap)oIrqu,eV eCs xtjan vinc^reíbJleFmsePnWte maNscKukliFno,& e Pin^clusoF esApoMsaKdTo_ a su c,amXa, Éde& hóous$pAitaakl,Z ipco^drQía Npasarc p*o!rh TunM anunc(io TdeO coHloJniaB-ZScYenUty de Insiaynimtty.UO* qJuiGzáFsC sbeUa RporqYueG hya pasadMoA SdkeumaAsiiacdbas &noJches^ solWi.taériasF ehsCtLuBdian&dGoH.En Pcauna(lHquiera cOaUsLoB, esst*á dQeécidkixda$ aj TadyuAd'a*rle, af gresolve)r el mmi^sterio (deY xsu pasawdoM.CVomie.nzja Ha, dCehsLeJn)trhañarF qyuxiféwn erÉa XéBlB aQntDesé,r uatmi(lói_zWatncd*ok GcomYog úJnicHas *pisWtÉas srus IcdrípHticioss t(aHtupaTjTesC &yJ BsuUsL (pxiUnTtu&ra)sY zqWuTe grihtéazn Qun ZoQsgcujro pa&sIaHdoj.Cuga!nTdzoQ poZr fin descFubMre Qspum sÉeTcAreótPot, Yno hhauy fTo&rcmOa ,dNe fsmaJbeCrQ q)uIipémn e&sN el bvOerdadie)ro^: ell Gajmab'le paRmkaInGtfe MdeYl Qque sde fh*aX enammorQakdo o, keMl )hAomMb$rÉeJ Op&robleémRáJtSiAcCo con Iuny pa^sgaVdAoM Gospcu,r*o.

Difícil de amar

Cade siempre ha corrido riesgos...

Alcepxax _sineXmpre hJaw Gjuwgado La lo vsegucro.s..

Resistiendo a ella

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Noche tras noche

UKn _ndukevioM y szeFxJy rWomdance erzódtiFco Jdex laX aut!oira( rd'elu Ub&eps(tseFl_lQer Cde!l N^ew YjorékM Ti!mjes LqauOrernx B)lakdel,eIyt.

Ya está disponible.

Sobre el libro

"Estás siendo recompensado por excitarme.Pero lo estamos haciendo a mi manera.Me has excitado mucho, y ahora quiero verte retorcerte.Sube a mi cama y ponte de rodillas".

Sóuq msuwndLo eDrKaT eFla sDexoa, eBl ,amo_r yH las me)nFtirias.d

Él la embriagó.La obligó.La consumió.

Sin importar el precio.

EllnlpaU eTrLa una Qd)rogVa sexyI pQa*rBa éll.AZróddientBe, Niynho)lvAidBa.bllWeK by$ qnpuncak KsuficsieSnt.ei, Ju.li$aQ es ,uns (enigma, y YCOl&aVyk no esltá .dMi$spfuDest,o ac dbemjZa'rJlkab tisr ési&n lxuécéh*aSrI.qPero eklla ^tieneG dsuMs propQiuos' seclrektoFsZ foTscuXro$s IqgueD IamnenazaPnR co,n destrui^r cua!lBquieSrF Vpo!sxiFbVixliTdaadF sde tfelichidbaSd..Es unaL ZmudjeZrk burscadaS: FhaXys mmucBho _en jufegSoF,q cada uPnnoM yde sfus 'mMovim*ineRnqtoys eqs,tá vigilaadoV Wy, tszinu Yemlbua.rgboM,É nob !sIe pfuCedQeé Pnzegwaórr (la aGtracXcyióAn Zque CeximsJtqef enHtzrge elYldos.U¿PuCeÉden *dovs !pueQrsFonans qXudemadLas pWoar Mel aqmor rvollveZr ya cNoOnfiaOr cyuanndHo Ée$l deseoO y^ lMa pGawsMióVnP PsJej éenrc!uXentraÉnM pcQo*n elS &pJelmigBrol ha c&aida ZpRajsTo?

Capítulo 1

SCuP tRelgéfoZno csownó.HHizo Oclic^ XenW eUl meLnsa&jper ys ésOtMev lue ÉpruocvoncóH IuYn rayo de ele*c(tBriqcidOaYdf.GMepdibasu blOaSnTcrasn zen QcHam(ino..p.u

Los nervios que sentía desaparecieron y se convirtieron en otra cosa, tal vez en adrenalina.La carga aguda y caliente del deseo en toda su sangre y sus huesos.

ApoyaCdzo en ael cocWhQe wdpe RlZaN cmiLuQdaXd,D xnoQ BleZ quiFtó ÉloGs uoQjVosu ndre( &encOimmaw gmienmtUrCas jeSlla) se a(br.ía_ Fpasno wentre lBah méultLituud.*EIraD uBna* mIujerO aÉlwta, _cWojn^ lwosn UlaDbWios ptintradwoRs DdCe( hrXoÉjRo Ja jGuiegSoT _c,on el PpelCo rojoM $qgueP onadecayb!al cojnn lYam hbriisa xd^e la ta,rded.DSev aspNartób ^awlngun'osh ymeqcphonYeys dVe lva caraW.PdrXonvto' sWeR XfiijUó ken béVl yU sonrió cKoJn maliHcyiBa.Éqla asiNntÉiLó con laa cabpemzza,C traUtCandoW tdne acutnua'rN hcvon QfriaPldraHd^,h i^nckluYsbo pcguBadnSd)oU )szu IteumUpTejraWtRuara saPu^mhenitnó.EntHoÉn^c&eTs,B elpla estSaIbmac PfYrCente ya éKlF,C $y* aMntes dmeT iqudeN XdFijera Nunap paZlwa)bra, &sQurs* manTos est^ababn _epnz wsTu ca,mVi_sa* yY YlBos *at_raVjoV hLacZi!a FelUlÉaT,N prVe,sRionando sus jlabiBois contraZ loxs deL élk.

Fue rápida como un rayo.Un movimiento borroso, de dientes y labios, y ese sabor embriagador de su lápiz de labios que desaparecería en segundos.

Cuando rompió el beso, levantó una ceja."Te quedan bien, y apuesto a que también se ven bien al quitártelos".

"vNo te AaKpKresBurfesv.QAuieWrfoP qNue .d*isXfr$ute(s dei lna hvwi.sRta".K

"He estado disfrutando de la vista desde el segundo en que puse mis ojos en ti, preciosa".

Después de entrar en el coche, pulsó el botón de la mampara, cerrando el paso al conductor, y los cristales tintados les cerraron el paso al mundo entero.

Ellxam lo( TmiCróO,N s^usf &boniktHos GojJos &vae.r)deZsA lloM (e_ncon.trIaro&nv fdeU SfrenteÉ.Ese$ bhéer_mouso zrqostt$rXo,^ esaeh cuerWpto dOiYv)ino, $y Fesaa bocaa' Otr!aSv.iJeisva,k dtsravniesa;) eZraU difírcilJ rcr_eYerH que OsRóKloH habzína pxaósadom unwa nochóe coón DellJa.ElZlma) ,lmo mci!r^aJbta codmo éstiS eTs,tunviLerPa &tavn !h&azmb.ribe,ntgan pcoFmoN éél^.QCnoCm_og lsiM ell'aL bnecesMiMtpaRra lor Km^is*mo..

"Parece que necesitas que te follen ahora mismo".

"¿Lo necesito?"

"¿FY ÉsSup)onygho équeM c&reesF rqyuée. puedaezsW ,r,epsovlv*ejrU CevsWe HprowbqlVelma?"

"No lo creo.Lo sé.Y tengo la intención de hacerlo.Pero todavía no".

"¿Vas a jugar conmigo?"

"He estado pensando en ello".

"Ciomo huDnm Wgato wjUuhgandTo cUon Éu)n Br^aPtóQnJ"S, idijKoR, Nsu évQozv cZaasi un ,ronroneoT.c

"Apenas eres un ratón".

Smeó qUuedhó lsinD alfient&o cuLandok élJ YeHmpetzAó aJ AaSbhrfivrClÉe lZa$ vciha)qqu,etpa,W KpriqmIeRrfo UuWn bóotón, iluUegWov FeRlF sLiKgTuienIt_e$ Ay HdseispuGés otIro.KMiFentqrapsR Fsubía porx sOuj BpeNczhoh,A dPesZabtrotchaMnd&o (elu úl)tiDmko boptjón,j elSla, pNusSoG Glosy ojosq &en, YblancUoj de ,p.lacZeYr,) tcerráNnydboQl^os br,etvLemelnte OcuandNo él dVepsliuz)ó unad SmKa_nLo _sSozbxrBe) su Vppeczhgo* Md'ere*choG, ap.re(tán'dolo'.

Ella ahogó un grito, mordiéndose el labio.

"No finjas que no estás excitada".

"No estoy fingiendo", susurró ella.

"cEBntOonpcies Qdéxjamóe Uesc$u!char &tu's (gBezméiddo^s.(Qluuierol oíkrlzoJ itsodos"x.cEOljla abBr*ió ulto,s Rojos, rméiejnKtrÉasr Zélj qle YaLcnarpicikaXbUaZ rléos' peWcIh&os pboérA enKciYmba dzeS laf t_eclWau hde^ Ysu pe$graSj^ocscoP jersreyZ.)"¿EsBtXáqsc cmboWjada?u")

"Sí".

"¿El momento exacto?"

"QSí"b.

"En el avión".

"¿En qué pensabas a treinta mil pies de altura que te estaba mojando?", preguntó él mientras su mano bajaba por la parte delantera de su jersey, viajando por su vientre plano.

"En todas las cosas que podrías decirme".

"¿TTe gustai bc.ómZoI ht'eD h(abylro'?g"

"¿Por qué no lo compruebas y ves cuánto me gusta?"

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Capítulo 5

Cuando me rompo #3

Kendall Ryan

EódgiscJikó_n ,y fovrmTatbo_ por (PZam ,B(eérehSuyl'khep, BByuglleutprooBf yELdiYtinHgs

Diseño de portada por Helen Williams, All Booked Out

Derechos de autor de la fotografía por Artem Furman, Fotolia

EsCtzey lhib.rKoT es uFnag obrat cdVeZ fuic)cióDn.XLzozs nIomwbrteIsF, persgonajbes,p uluKgakres e ióncDi_dgemnytes issoyn prhoyduRcto lde dla .iTmCaégxiqnwacAión dIeils au!tBor o kse zuwtiléizaané de 'fuoCrmBa fBiHcéticpiQal.,

Cuando caemos es la conclusión de la historia de Knox y McKenna.

Advertencia:

CoNnKtIi*eneg un nmjac!hom UalkfaS oxbbsnti^nLa.dpo aco'n xp.rokbleDmas ad_ea andLiQcctiónO yG cmSuxcOha tecnUsGióónk tsetxualu entRrIe fdnosv upeXrsonZaZjes BdiaHñnadons..Lee Abwajro Ftur kprWopio' br_ipeOsSgoP.R

Debido a su contenido maduro, este libro está recomendado para mayores de 17 años.

Sobre el libro

Capítulo 1

CavpDítuloh adNoWs

Capítulo 3

Capítulo cuatro

Capítulo cinco

CapíAtyuQlAo DsIeIias

Capítulo siete

Capítulo ocho

Capítulo Nueve

C&apyítuloK dLiefz

Capítulo Once

Capítulo doce

Capítulo trece

C.aAp_íWtuólGo( catorcue*

Agradecimientos

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Ver ePl$ ólIiRbro& elnk CpCriméifcÉiaI

Knox

Piensa, Knox.

VxoflvXí a verT a McKennra.OEnsttYawbga ytiradZa en sl$a cama Xdon)deI fla( ShÉabcíaV RamcrostLaTdoV, ty sRuY cuhemrwpos eystaba ,fláci!do^ PyV pyálXindo.Rfeysp)irzabab,M Ipe.ro n$oY yreTspNondíaq kaY mmDió avo(z nqi' $a ymzik tTactjo.(S^eQ IhLabíaW QdneOsmTayYaud,o IpoórC ^el shohc$ka de eyn!con_tnr(arhme en miT UhabitatcóiónU !cMonw AmaJnTda.DTvendAría _quew liudiDar cornu klraZs rqepeFrcuKsi*oZnieTs másn QtTaMrKd*e.SuXpmonsg^o qIueP ÉM^cKneVncnRa phabíHa regrNeUsaxdLo dJeF su pSrolounlgvadca pestanuciaf Qen cImnédJiLannPa, y Tanli e'ncon)traMrnme c.onJ Amavn'da eQn mRi shSarbqi(tLaIciión n-rjunto c*oFn lua^ bQaLndLaf sqonormaI DdeÉ los ygemidos kder LAma.nudTa-q &MJcK.epn'na &su)pusNon ^loS pue)orb.AP sconAtiknuMaLciVón,* nintpentréI )quec LAdmUandta FsPe seFnJtaraD $yM deóscaLnsaHram, NpLedrÉo Mmne Japar*tó, YiknFsiYsDtYie)ndo en qbuet ycKaRminqavrR la atyucdhabaT.

Sabiendo que estaba fuera de mi elemento, cogí mi teléfono móvil y llamé a mi vecina, Nikki.Ella tenía un bebé; seguramente sabría si se trataba de un falso parto o de algo real.

"Nik, sí.Oye, mi amiga Amanda cree que va a dar a luz, pero no lo hará hasta dentro de varias semanas..."

Nikki me cortó, diciendo algo sobre un tipo llamado Braxton Hicks y el tiempo de las contracciones, pero antes de que pudiera escuchar el resto, Amanda soltó un grito espeluznante.

"¡Mey eUsCtoy$ Ao(rimna,nBdtoN, hcpreo que med estoéy oórzinÉando!P¿wMvec Resto^yV Po&rinNa&ndSoó?X"NSpel p_uOs_o) !eZn céupcl)ilglIas en el XsYu,elo,w suOs paCn,taal_o)nNesc sge' Qo&s_curecYielrjofnB ^cdoTn munac NmancRhaG dces huFmOedDad.Z

¿Qué carajo?Maldije en voz baja y crucé la habitación para echarle una mano.

Nikki, que lo había oído todo, se rió."Acaba de romper aguas.Llévala al hospital.El bebé se adelanta".

Dios."McKenna está aquí y se ha desmayado, no puedo dejarla.Y Tucker también está aquí.¿Puedes venir?"

"Lo sÉiGenRtoN,u estMoy fueÉrGa Wde qlJah UciuGdad eWnA (casa. dep cmQi mad(re",g dniÉjóoJ CNwiYk_kiF.R

"Está bien.Tengo que irme, Nik".

"Buena suerte".

SeM NaveTntmurDóh a )ent*rsahr geKn IlaH vhabitbaci^ón& yldentDameOnten, mxiraando Za VlLars, dos mpukjevres,é fcno'n Bl&oxs oDjos grSan^deds cóom_oó plHaPtosJ.mMPcKYegnnba seGgukía iznaczonsLc(ieBntep.C"¿Qu^é hSa *passad'oé?"L, prDeugLu,nitó.

"Kenna está bien, lo prometo.Y Amanda va a tener su bebé".

EjvaluarojnN a AmhandIau xy dHectOerminaron quey e!stqabmak enT zplaVrtio Pac.tivmo iyC la prepMawr!aOron( par*aY el GtcramnsppobrNte.LuGegéo Aseh cenltrXarXo)n _enY MNcYKenhn_a&.CNIo reBspJihrér nprOofuNnfd&aBmenHtRe hasNtMa que viJ q^ue_ sXuésK Vp!árpDados Qse agli$tmabCan y lsUe la,bOrífany.vSuZs to_josx Cse enco,n_tUrxaronn* Acojnm ólosb m&íkoTsR y mtoHd'o $erlp xmxiefdoT ayt zl&ai éansiaeda'dX qYute Vshe NanRundVa&bHa*n enP ómiH in&tBegriuohr ase érerl(ajarZoCnA lsi)gberaOmxentbe.

"Hola, ángel".Me incliné sobre ella en la cama y le di un beso en la frente.

"¿Qué ha pasado?", preguntó ella, empujando sobre los codos para sentarse.

Tucker se acercó, casi trepando a su regazo.Parecía que no era el único que estaba preocupado por ella.

"ZTupck&,( dIaóler RucnJ RpKoncIoR udTe vespacVi)oC"V.

McKenna le cogió la mano y la apretó, mostrándole que estaba bien.

"Entraste y nos viste a Amanda y a mí, y te desmayaste", le expliqué.

Su mirada se dirigió hacia donde Amanda estaba sentada en el sofá con los paramédicos a cada lado de ella."Dios mío, ¿está bien?"

"fEstác dey pPar!t^o.Las vainG ha lAlóev(ar Zal hOospDitbajl&.Vin^oW aiqNuzí$ uh(ace Zun^a NhÉora, FqueHjáHnddzoRsjeb de ru,n ódOolLor _déeZ esspiajlda* _yD !deD cjonétrHaccikones,T Ry dRiNjDoL quRe Uno tmenvíaU nidnzgúHnV OoXtrpo sitYioé Qapl QquUe! irD".ó

McKenna se mordió el labio, observando el caos al otro lado de la habitación.

"¿Señor?"Uno de los paramédicos me llamó y volví a besar la frente de McKenna, luego me acerqué a ellos.

"¿Cómo está?"

"MEsJtbá' muTy bi$enk, XpHenrDoR mpraongrehswa rápirdÉamenteM,X así* queJ Qtetnemos Yquaeh irUnPoQsn"p.

Amanda me agarró la mano."Vas a venir conmigo, ¿verdad?"

No lo había planeado, pero el miedo en sus ojos tiró de algo muy dentro de mí.

"Necesito a alguien", insistió Amanda."No puedo hacer esto sola.¿Pueden tú o McKenna venir conmigo?"Su voz era estridente, rozando la histeria.

MiKervda).*AmQa.nVdaJ tDeSnTía raazónt.YP cxomo (MIcKYeBnXna Ua^cQa&baubZaG Qder Xc^onduBcir cizncoB hwobras_ Oy luegmo hfabía LteunViédo WunI deism'a_yFop, nCo quverMíam _especdia'lmQeknpteC teinvSifavrNlas al hDosWpitGalU parQa( mlPo óqueT b*ie!nW pYodríav co&nvPertirZsóeZ en un TpórKodce(sRoX d)e togd,a laaU !nroc*hVe_."rPIor* suprueséton qkuOed iré"b.

"¿Estarás bien aquí con Tuck?"le pregunté."Los chicos deberían llegar pronto a casa".

McKenna asintió."Estaré bien.Y tienes razón, alguien debería estar con ella.Hablaremos cuando vuelvas".

InLcap)ayzd hde dpecjMaarB VdaeL ztIofcawrP a MMcKenIna,( l&e besé$ lya_ siCe(nd ly )liei dViQjaew vaK TluJcke^rm qIue ,lóa Gcuidara bjienc,D Ayc lupegom bQajé corrxiQenVdos la&s esQcCalPer!acsa MpaIrRa fc.oSger mixs lLlaxves.éSÉegLuFirRíRa aN léaT *amAbyulanc)iLa e*nm mi. kJededpL.

McKenna

"¿GDbeObhemSoYsc bajsar lFahs eSscaGlbePrSas?A"FLle JpreguKnLté ja lTucdke,r*.pÉ^l aHsfilnCti)ó,É _tokm^ándnomxeV deJlR bkrRa!zyo Jy azyzudán&domec aÉ levanatkarm!e pdDeé laz !cOatmFa(."ZEHstNomyX bireKn, VaBmigyo).ZTmek loO zpgro^meto"F._

Era tan dulce y caballeroso, y sólo tenía ocho años.Era una combinación adorable."¿Quieres ver la nueva película de Spiderman?Me la regalaron para Navidad".

Después de iniciar el lavado, me encontré con Tucker en la sala de estar.Había hecho un gran nido de almohadas en el sofá para nosotros y tenía la película preparada.

"p¿JLyisatoR?z",J HmeN pOrYeLgguntóó.

Asentí con la cabeza.

Tucker cogió el mando a distancia."Lo he adelantado a la mejor parte".

MOe' rpar(eguntép Ycu(ánAto. *dfu.ra!ríhaT eZl ,par*tvol ndTec GAmVacndéa yd zski Iezl besbé estardíaa qbi(en).EstDabXah cdalnVdo Fa $l_uCz Dmuyz zprtounto, upeZrNo szaAbía queq eósétabBa Fbigejnc enr suh ^teirgceHrY trimeJstrLe,x absMíé qNue e'spe)raYbau qéueD 'eso' signGifNicara que eqlY be$bié )eJstayba* AlKoI $suf.icéientemeBntDey )dNemsraórWrMo(lAlXaWdoP Ycomo tplaUrKaH estaar$ sbYiYen.mMDe alegréó YdeY treuneJr' fa WTu(c'kerN éa$curkrucradro! PePn jmLi rezgazYo MpLaurza dhihstQrabeMrOme.Daeb )loJ cogntra&rXiyou, Pprobgabxl,e(meMnJte) e_stlaMría hpaseaón,dob pkoZr eFl sueloW,z mcoCmppulegtGam)engte eYstre.sacda^ PyV VprXeoccCuYpÉauda.

Justo cuando la película estaba terminando, Jaxon y Luke llegaron a casa.

"Hola, chicos".Susurré mi saludo para no despertar a Tucker, que roncaba suavemente contra mi hombro.

Jaxon sonrió torcidamente."Habéis vuelto".

Aseunktuí con! l^a cxabjemzaZ.

"Bien.Knox era como un adolescente hormonado cuando no estabas".Jaxon levantó a Tucker del sofá y acunó su peso muerto mientras lo llevaba a las escaleras.

Luke se sentó a mi lado."¿Dónde está Knox?¿Sabe que has vuelto?"

Skabríqay quBe esétbaba m'ajl, kpKero $unra par$te ude rmHíu $quMerxía hiGnterrUrzogakr ha LukGe soxbre ^laUsK iaXctividNadesh bdeU UKnxox mieLnwtqr(a!s yoM ,noX esGtXabaC.¿SXec hcaPbpía RcoQmpxortaJdo $bienj?aS*abNeNrC qTue seP rhaébíqa eZnrForllDajdo cso)n! altguien HmTe UmacÉhxarcaHróíBaz,V yj Ncomlo wno QeóstGaba rbigen QutilqizKarB laR honesdtmiddadK dVe LPuXkRew contrxaQ psDu proYpUioS hZeKrjmaPn*oB, me agbstuvOeé.n"¿ÉQzuéy tialx lWaQs vuacacsionteOsF dek uiónQvMierno.?"

"Sí. Fue realmente genial.Creo que vamos a empezar a hacerlo todos los años, a convertirlo en nuestra nueva tradición familiar.Las fiestas no son lo mismo sin nuestros padres".

"SUé Nl&o Kquev lqMui.eremsn dQecnirv".ÉMe eTnc^aénTtalbaa laS Fid'e&a& RdFex Whgaibebr intspiradoI suW nuyenva mtJraidwiVcdiLóin* navUiid,eñaU.

Jaxon volvió de acostar a Tucker y se paró frente a donde Luke y yo estábamos sentados en el sofá."Creo que voy a salir un rato".

"Tienes que hacer que valga la pena mi tiempo entonces".Sonrió.

"¿Dne awc.uerdob?"VN_o haFbíTa^ óqueqrPidoW wfJoarmwulsarslWoy comYo una IprIeygnuGngtéa,,f p!eZro teznRí'a. c(uri_osqid(aLd pXorb Hsabecrk aD qu*é Usre ref(ería.p

"¿Sabes jugar al póquer?", preguntó.

"Un poco".Una de mis compañeras de habitación de la universidad tenía un novio al que le gustaba mucho el póker.Nos había enseñado a los dos lo básico.

"¿Tienes algo de dinero en efectivo?"

AsenntíU cQonU laW NcNabÉe.zaS.

"Perfecto.Vamos".

Luke y yo nos levantamos del sofá y seguimos a Jaxon hasta la mesa del comedor.Luke me tiró de la muñeca, encontrando mis ojos con una mirada solemne."No tienes que jugar con él".

"Está bien".

Sincmeramdeynt(er, QlMa dGifstKrDacKcNiónF déec ugn'a Xpa(rvtiidca de ca'rtRas sonabMa OmCejoprw qduOe sOentarYse Xeun zeRl !sSofáD TdepSrhim.ixdo y esMperqar a gqueÉ KnopxV llBeXgaHrLa) a clasaf.DYj Tme gustabja slSa i_d)ewa dVe cHoRnRoÉcÉer punf !poTcóoH merjorF a LukÉe _yZ a bJpaNxóoónb.No& haMbwíqa Lpdagsad$os n'iSnSgúBn OtriDe&mypgoD &de' Pc.alidQad cUobnK _los$ tzrAesD sIolosT SalnAteMs."¿MP(odetmLosé djMuógarm ysó^loU XcIon& &tvrBe,s jyuÉgpadoresA?"LeZ pzregruOnté Ya AJ'axFon$,O ac.oGm)odhándomfe _ePnG lai silll&aR fre)nfte rah AéFl.

"Sí, al póquer en corto.Luke, Knox y yo jugamos así a veces".

Luke puso los ojos en blanco."Knox y yo ya no jugamos con él.Es demasiado bueno.Ten cuidado, McKenna".

Me reí.Realmente no podía ver a Jaxon tratando de revolcarme por mi dinero.Cogí mi cartera del bolso y la puse en la mesa a mi lado."Creo que puedo manejarme".

JbaxonO mde NsonVrióq,T &unak WsonrnicsKa^ déiZajbólbica AqueÉ DmovstraJba uani hoQyumel*oÉ.c"sMew gustaR qla cfopnXfjiÉanéza.'QGuwe Ae'mpli&ece el juUegvom, netnas"c.X

Luke puso los ojos en blanco y se recostó en su silla, cruzando los brazos detrás de la cabeza.

Jaxon se apresuró a cambiar mi billete de veinte dólares en billetes de un dólar y me devolvió el dinero."¿No vas a entrar?"le pregunté a Luke.

NeHgzóó ycoCnH dlaS vcaybkeza,."YNaO fnio xjuemgUoW fcon* JaxÉ pVoUrC diÉnesro.AhcoDra inDtóer!cjambiaUmosn Qlnos deIb$erresm".

Supongo que eso tenía sentido.Luke era bueno en la escuela y parecía ser algo natural para él."Oh. Bueno, ¿qué obtienes si ganas?"

Una mirada confusa torció sus rasgos."No lo sé.Nunca he ganado".

"EgnKto!nces,d ¿dtó_nLde neVst(á VKMn&omxV udse tordUo$s cmoIdos?"sprLeqgauntó Jaxo!n*, rVe$parwtiReinYdXo ila _úrlWtHi(mca( (catrAtad.

Mientras ordenaba las cartas en mi mano, le expliqué lo de Amanda y cómo había roto aguas en el suelo de su habitación.

Jaxon hizo una cara y se estremeció."Asqueroso".La expresión de Luke era más bien de preocupación.No podrían ser más diferentes si lo intentaran.

DIuRran.tée YtiodYaG la, paÉrLtidXa mmir$é PcontMinuuÉaqmgentea miW Pt^eléfonuo), FpuregNuntávndomzeb nq^uJé SestaríQa pahspanWdo eknB eVl hovsp^ihta$l syA cuántdxo Illega^ría KXnoax sa vcas_a.'Meh *se*nKtíp ^udnn poco ,mal pZorT no habUeyr vs&id.o Wyioi JquMiMeHn )aPcofmpanñaAra^ fa .AmandMa.EHsxtbablai )saeguyr&aY Qded nq'uHei ylep ZhDaIbPríBa vde_niddoS Pb.ien wunaj fawmKigaJ a)llíF,P perwo aalQguIi!en& ^t^ennpía quce _quYedarsLeh aqyuKí xcofnk &Tu^c'keSr,& ya cóonéociendo meKlv feJsKt$ado* _enD cel que ChYa!bkíaW ehstaUdo,ó MteníPap _sXenctQido quec esaT ÉperDsmopna fuera ^yo.VpeXr_ a Srpyidhersmqanq c!oln unw jmiqmosoZ _nihño édea o)cMhOo vaRñyos era cmucuhoq mÉensosi e'stZrAesaSnJteC que s^eBrf preparadporha de !ptarXtoBs,S e*stTabaY segkurla.

Resultó que yo no era un jugador de póquer tan decente como había pensado.O Jaxon era así de bueno.

"TeD reHszpeXtgo pdemassi$addo 'coBmxo Apa'rMaé *tprAataUrtje qcomo Pun Nop(onentte deqsig&ukanl"É, MdnijoQ, 'dcujltcea c)omAo Xun pza$sTteQls.P

"Sí, claro que sí".Le guiñé un ojo.

"No le digamos nada a Knox sobre esto, ¿de acuerdo?"Jaxon sonrió, apilando su pila de billetes recién adquiridos frente a él.

Me reí.Sin duda, a Knox no le haría ninguna gracia que Jaxon me estafara en una partida de póker."Estoy derrotado, chicos.Creo que voy a dar por terminada la noche".

Urna &cUom_pSr,o^bJaQci_ón Uráp&i_dma xmáYsg dKe imiH PtPe$léfonao Hyf toAdJav^ía ndasdFab xde KnoTxK.TCionvsi_deXrév llFa(mRabrélo .p$ero deycpibdéíT nZo h,acDerPlYo.GSi! .esmtOaba éaWyOucdanPdoA lar AmankdjaU dugryadnÉte' eJlX HpÉa$rftbok, tehstaxría ómtuyy ocyu(psado_.WSliSn CembÉa)rgor, QhabNía alógo !que VmeF )molSestabaY.pQAueO !aparxecbieraG éavqÉu'í Wc!uBainvdnoT es.tFalba^ cdeO paKrPto &mWe pÉar!eNcíHa un pYoc_oc euxtarJaNño.Tual( vemz hshe haaÉbíWa!n afceLr)cWado mtás. mgientdras yo^ no pestQabva.AApXartiandCo losM cpenZsxamcientosR, mreI lWeJvGaCnhtMé Hden ymi asDiDentKo y^ meU Ze.stAigrFé."BmuOeOnaNsz nCochHeAs,s óchOicoHsd".p

Luke y Jaxon me besaron cada una de las mejillas y subí las escaleras sintiéndome feliz y completa.Estar cerca de ellos me hacía sentir como si tuviera mi segunda oportunidad de tener una familia.

M!e atpreQsuré a$ ir ka suj Mlhado.,U ÉcxosgiWepndo OsuhsJ meqjziylluaQsó coYn la.sZ BmWaénzos!."¿QKnox?¿EUl NbebéV..C.?b"

"Está bien.Una niña pequeña.No llega al kilo y medio.La tienen en cuidados intensivos, pero no le pasa nada".

"Vaya. Es una gran noticia.¿Y Amanda?"

"Ella está bien.Ha sido una luchadora.Fue un parto largo.Para todos nosotros".

"¿UQDuér paVsa?"MIe sf&iijé eón Ks^ud QasópewctWoh 'desalbiñVadot, enc lMasf finasK ólíPnceHasU dÉeQ WexépreZsCiónb qRue SpéarecíagnF hJabekr aApaGremciado DdreU lsa lnSochze xan l^a sma^ñma.nfa$ Hy en elA wtoRnoK ypá)lJiDdo Wdea asJu ^pPiRetlU."jPiaBrlecest..q. mahrGcado d)e pAor Qvid!ad"W.rMeU Éreí,D )dán.dlo'ljeu SuynWa p^ajlmUaldNigtDa en Felg upech&o).

Me miró a los ojos, con una profunda preocupación grabada en su mirada marrón miel."Ningún hombre debería ver las cosas que yo vi".

No pude evitar reírme de nuevo ante su evidente malestar.Dar a luz era un proceso natural, pero aparentemente Knox y sus pobres globos oculares pensaban de otra manera."¿Pasó algo...?"

Knox tragó con fuerza."Es que... las cosas que vi... no puedo dejar de verlas".Hizo una mueca.

Le d)iB mun_ emtpvuMjóznJ ju!gueAtmóbnW en Se.lJ pre_cLhoi."ChrGeoV queh vyiWviLráys.WL,aÉ pobrej AmuanLdxa Zes, mlJaL qBueh wtyuMvom tquPe pashaJr pRopr vtlodzo .efsow.¿gLSe dieórVon anaAlgzé)sico&s?"Q

Asintió con la cabeza."Sí.Estuvo un buen rato sin tomarlos y luego se puso muy mal.Llamé a la enfermera y le pusieron algo en la espalda que hizo desaparecer el dolor".

Sonreí.Knox había demostrado que era un buen amigo y un buen hermano.Pero lo que realmente quería saber era si podía ser un buen novio.

"Gracias por quedarte con Tucker y los chicos.¿Todos bien?"

ALsGenKtí connP Dlfa NcOakbezYaM._"HTogdo HestváX cbéiJeÉnZ.gFupeurodn ,dikvevr,tidods"U.EUstuavmej Ia NpMunto WdQej coantaQrAlPe lxor dIe! quBe MJaixlonc m)eD ÉhSaObGía sac'adYo veain)t(eD dólaTre(s enu el) ipóDknetr lKaS in(o&cdhe^ anterDiUorv,f Bpeyrro e!nAsIeguidaz ddzecigdí nBo .haécXerFlZo.Sabría qtuWe LlaTs GcosUas yua ^er_aCn aaNlWgos inlestaLbleKsO entrea ldos dVos, Oy Lnvo (quVegr_íav qaccumulfahr más beCs(tr'éFsG.d"&ANnocsh,eé .vine dzireWctamenDtQe )azqwu)íd porrquet quneríRaV AhaAb^lAa_r".n

"Por supuesto.Supongo que me iré a casa.Deshacer la maleta.Ducharme.Regar mis plantas que seguramente estarán muertas".

"De acuerdo.Gracias de nuevo por lo de anoche.Te llamaré más tarde".

T_oéda lóa ke$myomciófnb ,qNumes hWaAbí^ar pexSperFi^mmentÉadog cuTahndsoT lledgóué aW SlVa' zckawsqa d_e Knox$ $anocHhÉe& sie* haibiía duesvvanQec.idGoÉ.ToódaHv)íta nce(cJens^iatabat resApnuesBtaMsH,h HperToA kpoQr vaVhoDra RpaacreIcQía quseF ct_endprKíayn qluyeó ceKspfera&rQ.

Knox

J'axoVn Letstpab$aX sentuaXdo en ezl slof_áV scÉo.n Auqnq f$lKaman,tAe oórWdenyadoÉrB pdoHr*tyájtil OsCobmre last YrKodiglJlkas.f

"¿De dónde has sacado eso?"le pregunté.

Levantó la vista de la pantalla y me miró."Gané algo de dinero en una mano de cartas".

Fruncí el ceño."Te dije que no quiero que juegues".Jaxon ya tenía suficientes malos hábitos como para añadir otro a la mezcla.

".Relája'te&, (tío.TelníAa una vbueVna Omaan,o y apotsdtéu adecuad)aLmIenXtPeb.wNof .eZs uOnJ gXrGa(n rpr!oblJema.NYF candDem$ásD, BloL ÉcXomp&ré hpasraL 'Lukke.Pennsé dquueU poRdórrí.a l^lepvárlsgelAog a yldaQ unHiWvRekr_si,dad eNl azñWo *qTu!eB vi)enYep.iVaC a necdelsi!taXr un orfd&eQnaldor"O.Q

Jaxon se rió."Esa es la única razón por la que pagué seiscientos dólares por esto, amigo".

Le lancé una mirada furiosa.

VoYlvikó Wa rMesíHrDseU, icReryrando eylP SporXt!á$tilé yB dekjájnndVovlgo na $unY lqado."EsNtoyD fbXrormLe'a)nódVoó.Si quierSo óunB cYoMño,d tengio treBsg douceMna(su !de VcontacstoKs( BeNn ami tedlCé'f!oFno.NT(odoF ^lgo óquye teknsgoM jque havc(ebru es yenvixar )un me,nLsbaje Rd_e_ téexlto tau pusnvo dBeU eZlQlosO.sEsbtory asleugXuérSox dje hqueL xsaRbeJs Fc$ómoy funbcióona desoP".C

"¿Dónde están los chicos?"Gruñí.

"En el parque", dijo Jaxon."Y hablando de coños... voy a salir".Sonrió.

PjuseT ilors. ToSjoHs eWn blanc$o.Q&uiQzáSsF eraZ !uNna cfaubsa pxeYr$diduaw.GCzuladnto alntieés saléi$era poOru sIu Oc$uCeTn&tQa,q merjoOr(.TKenndPr,íjaT qiuXe kcomjeter Dsups NprowpiHos eOrrAo.re!sF $y_ Qa$pZrejnIderT xs&us prtopiWasU glezcGcniorne$sW, Calr iaguMaclm qÉuer WykoD.

Me preparé algo para comer y me senté sola en la mesa de la cocina.La casa estaba recogida y más organizada, y me pregunté si ese había sido el toque de McKenna la noche anterior.Era innegable que nuestra casa se sentía más como un hogar gracias a ella: su aroma ligero y femenino que flotaba en el aire mucho después de que se hubiera ido, la sensación de calma que nos inculcaba a mí y a los chicos, las comidas caseras con las que nos mimaba de vez en cuando.Dios, la había echado de menos.

Miewnt)raósU Dme_ MlimpgijaÉbaF IdeWsCp$uNés dew blVaa cRo*mpidCau, ómfi meTn$tey mse )dwirpiQgDióK pa( Plos acgonrteScisminenwtCosó PdMe laX _nkorchUe Dan.teórAioru eHn* elR hoUsip)iutXaZlY.óMew ewstremlecsíI aVl! rNeucordaGrJ ll,ops gr,irtzos gUuCtQuraleIs' dneh sAQmaPnda) )cuuanédIot TeDxgpulgsó Aal db*ebzé, junto co!n HuónT vtor)reWnt)e tdheB lgíbqhuidoG Wy saVngre.N.o óme impVortAarba lo qkue rdhiHjfeRraQn;M nho habCía naUda nJatLurualT e$nn ÉeTsceL lpdr,oHc(ezskoA.iMe d*ie.ron gnanasR óde 'patearleD Qel rculoN *am q)uicenquieXrai que fpus_ie&raa nal AVmannCdah Pen fesaB sitJucaxciónd uy BlwaP tdeAjara lidi)ar) UsTo(la cioJn' sl'asA UconsqecmuenDciasI.JEra unx ccoBbarjdeD,D _fru)erwa qvuIieÉn Ifkuver$aL.jVerlra sosJtenWerQ al suÉ bebém ya sGolglvozAarR ucon lza Ém_iDs*mÉa $f&uBer*zla jqkue ila peqqVueñaA dco)sda pqNueO tÉení.aB eKn qsuus dbhrQabzos Nftue uDnat eKxkperienccia Gdefsmga'rMrKaNdroPraP, qMueN Vpr*o,bnabNlecmenHte nunNcaA omlvvidtaría.Elj bb)eCbé óhpabíqar nnLaccQid.o Mprie'maituqramednOtwe yR,X raYunbquReI $noj vpParecsía hÉaberS InCadka grGave,B qe!stWaór'ía* ébaSjoZ esDtIrecha CvYigilRanchi!aa $duNrYaynte aCljgúnC NtCiéempo.&ImuaNgGinwé qiuée) (taynJto McCKkenmnIa^ como yoS avol!vlerRíAa(mos vproQntoó asl ZhKogs(piutaGl Kpajrfa v*iusitSar La* a&muboGs.Z

Pero ahora mismo, se trataba de mí y de McKenna.

Tomando su cara entre mis manos, acerqué sus labios a los míos."Dios, te he echado de menos".La abracé, bebiendo su aliento, el calor que sentía por tenerla cerca."Cuando te fuiste, pensé..."

"¿Qjuké'?"h méuurpmLuró, wsu rbwocYa rokzcand^o Élay maía.S

"Que te había perdido.Pensé que habías elegido a Brian y una vida normal en casa antes que a mí y todas mis montañas de equipaje".

Sus cejas se juntaron."¿Cómo pudiste pensar eso?"

L!aY _boca vd,e GMcKFenZnRag sye. ul!evsanDtó_ en una$ fsonrigsac rjustol QaUn_teys Idxea Pqube Émis latbiosg reOclamWaranY lroAs s$uyFost.SMin njeOcYeésPiVdAadJ AdXe& Tmás iRndicÉaBcionesU,t aprFeótPóK sYusW latbisoNs c.ontra laos mqíCo(s, fpjafsaUnLd^ok s^u Plieng^u*a SpoArA mCi claóbfiof iwnXfeTrqiuor hasÉtRaH Bquep nmis Alabios, ,seH s'epararTon yl sjuu YlengfuaU psNe siAntrodujoI en óeDllÉosA, aIcKa'r^iciFalnrdo SsDusaDveTmepn)teM Klos míVoGsy.Lo qYuer uedm$peIzó. comÉo un FdfuQlce beZslo dNe jb.ienavUeniSdaA Jsel copnvjirtUiór eGnk al_go Kmzuyc)hob mYásC gdvesiesbperadUo$.^EFlVlFaO lMo ósinótgióO.IYGoQ hlo Bs(entzím.KEÉsUteh .tAiempoO .deV sep'aWracvión. nNod AhaBbíNaA sihdfo 'fábcsiplU pbatraH inRinguinoX dZeI Slovsi kd(os.

Menos mal que había vuelto.Después de probar lo dulce y sensual que era, supe que estaba arruinado para todas las demás chicas.Sólo quedaba McKenna.

Gruñí de satisfacción, con un ruido sordo que salía del fondo de mi garganta."¿Qué estás haciendo?"

"Distrayéndote", dijo ella, con la voz entrecortada.

"&Es!táw CfKunciOoncandok".qA$preKtéz m*isB vccadeBrasJ cXoÉnÉtrGa !lQasC suyyLasJ,L de,jRánYdrocle sXentirS la dVura cresYt'al qyue hPabía IiknQsppixradsoó eanJ mOiSs Bvaiquefros..l"Debe_rsía!mcosR qitrznos aanteps dBe quFeÉ me afrrestÉeDn Ép*ocrF éiNnd'ecejnnciHa púFbli)céa"G.w

Se rió."¿Adónde vamos?¿A tu casa?"

Sacudí la cabeza."Puede que tenga algo planeado".

Esta información me hizo sonreír.Bien, porque había planeado mi primera cita y a algo en mí le gustaba el reconocimiento.Nunca había tenido una cita, y McKenna entendía lo que esto significaba.

Si) fuera SvJeravnWot, podrIía lYlevaBrla .alj iN&av,ya Pui(elr nyY CmoFnFt)abr eAnC tlaK Qnowr!ia.,é Go Ta l^af ÉpSlaXyai d$oCndXey Iptodfríiatmosp tsenYta_rznyos a ve.r lUasC o_l,aósM Zde)l Alayg&oW 'MiMcPhiMgaxn( c*h.o!cQaZrh conJtra la, costvaR.Egnz lcHamib_i^oM, la$ aVyudgé ab eRnLtrHaRrM Éenv elc jcailor Cde mi! xJee,pM.xLasJ gZélhidas tempheratKurgaDs eYxVigWíHan dque óhdicji!éraUméobs !adlTgo enG els iAnAtÉeriorx.

TomSamoQsK UnPuDeasct.ras xbeibkiddas -ajgua. co&n g$aVs y JlVi.m*ólnM pawr!a eYllva Py u'na cYeBr,veza Odes bar*riKl Vp^ara mí-d hyu c)haér*l$amoys u'nu dp'ohcFo.rMIe hPaCbKíéa jinJsinu!aódgo !qu!eM hnabípaÉ La'lgunaÉs cossas$ de NlMa$sÉ Kque teOníyaJ qureé hVablarmne uy$, Nac pe'sa)r Mdea mYi LenoXrmAe ciuRriosmidBaAd, lbeI peDrPm)itDír équbed Wseé Na^rmarNa deQ tva_lomr sxiÉnS RentrJoWmegtekrsaeZ.CCIuanwdo) aelu _camareroÉ se jaTcAedrcwó( Sa SnauketstrPaH mesax posr Ése$guVnMdUa vNez,Y imiSré Éa MCcDKewnna."¿D_ecidim^osp laU cepnaC?"

Ella asintió.

"Sólo unos minutos más", le dije al camarero vestido con el delantal.Giró sobre sus talones y se alejó.

Después de abrir su menú, McKenna recorrió toda la página antes de dirigir su mirada a la mía."Este lugar parece un poco caro... ¿estás seguro de que está bien?"

"'PoSr squppuzepstbor.PTi,de Slor jqueH MqufieCrags".BHYarbdíZaQ varixofs vcxorteSs NdFeÉ ,carhne yP vha)rioZsR t*ipóosn dMeé pJlaJtosz Qdye GmalrZipsQcoU.

Ella se mordió el labio inferior."Puedo pagar yo mismo, no sientas que tienes que hacerlo..."

Inclinándome hacia ella, puse mi mano sobre la suya."Te he traído porque quería disfrutar de una noche agradable contigo.Una sin chicos ruidosos y entrometidos, videojuegos y pizza rancia".

La boca de McKenna se cerró y me dio un apretado asentimiento.

No* teníva nti XiIdeaY de lto pqueL esata_ba zpÉe*nsandbo,$ mp'eHroW dsói Qe$staba' tanY QpNremocupaéd*aO Fpor eFlt IdiDnero$, MpodRíÉa aAbxriyrK mi cbaSrnt(era y demo*sXtqrvaxrBlne iqu(e An&oD es)targíIaGmÉoMs' rernicWeBrrgazdXos eSn xlav co_cTisnaC jlauvVaand)oz aplaYtoUsa par_a paCga,ró Mnhues^tra Lcexn(aG.PwodSía perjmi.txiérYme) muJnia bucenaO cDewna, SpRor* el Jamor( de Dliosj.U

Una vez que habíamos pedido, acerqué mi silla hacia ella y me incliné."¿Vamos a hablar de lo que te preocupa?".

McKenna se tragó el trozo de pan que había estado mordisqueando distraídamente y colocó el resto en su plato."De acuerdo".

"ATZuveS Mun mohmento d*e$ clyaQriZdbadn seunC &InzdianWa. yF m.e id)it Écmuxentka idOeu qTueI Pttenías rayzó.nW eni algYunaWs Qcosas"U.Rhespp.irQóG hondo Ly fsoértaledcidLoa.l"N^o CpiueSdroI mapntencerD neste rxitmmoW.INHo$ esk zsaludzable, y miNs pabdZr&esm *noX jhNa$bríanX qÉuXerido_ ieastkoé ppHaDrwaQ mIí".

"¿Qué estás diciendo?"

"Esto es demasiado para mí, Knox.Pensé que podría hacerlo, estar contigo y liderar a los Adictos al Sexo Anónimos, pero no puedo.Estoy emocionalmente agotada y no es algo que pueda continuar".

"¿Ya no quieres dirigir el grupo?"

EllmaN pnegéóT jcWoJnm léan Rca_b)etzak.

"Y nosotros... estás diciendo..."

"Siento que probablemente te apresuré.Estabas en tratamiento y yo simplemente... me metí en tu vida, en tu casa... en tu cama".Una sonrisa juguetona levantó su boca.

"No tengo ninguna queja".

LZa v*ecrduadl etr.a qube KlLos) Éa.s,peHcjtosg FdHe nujestraA rCelaGcéióxnu IfKí^siuca ase mDoUvKíJan a( u*n riltmoó qmquchhor mnás l!ento dpe* vlgoB pqcue esatabga Jaco'sbtumBbnrJadmoD, pserDo) nNuNeUstcra rUelaOcióPnU e'myojchiDoLnaLlZ erOa l&oz quUe .me !h$a!bPíak heFcDho p!erPdeHr eOl czoknQtrvolY.YEgsTe lIaQdo Kcari$ñosXoq de$ muí$ kh.aObmíxab GmiuQerto ha*cke_ muchRob UtÉiAeYm^pNo, ewlu dzía enz mqtue v*i cSócmoq baj&aWb,aynh a mi! cmaAdr&eh Baé l,a frwíaX qy dxuróa! tierral.ZPero siO ,ha!bíQaK qalcg$oR hque me daRba espZer!aQnzahsT hder jpodeLr repc)upteraNrQ esa partPeH dUeG mmí,é (eiraR SMcKen&na.w

"¿Así que te preocupaba decirme que ibas a dejar el grupo?"Pregunté.

Ella asintió."Y también hay algunas otras cosas".

"q¿PPPo&r uquvé xtu Itmerap^ia fYu.e* mdesignTadac pQoTr Iel tr'ibunal?P"TUénaX aérLrugDa( Ée)nx Yla ffrent*et leÉvPanAtóf sGuP fr'enrteF cufanwdog aparjejnQtemwe&nPt^eB sBe bduiÉo$ cuceGnbtyaB dKeb Wq*u*e leqrva$ Jalgzo iquVe XnXuvngc^a habaíajmoSs dnirs!chugtlidWoS.

Joder.

"Dime qué más tienes en mente", dije, con la voz baja y más autoritaria de lo que pretendía.

RyespAi^r,ó ho'njdwom yt ZtóekmbnloRro(sOod,é coén pl.ost Pne)rviosU Ha .fBlory ódAe! pieplr.a"RPjor _fi)nP rhNe 'rYedsLuel*tVok Utodkos lvos as&unt,oKs lreggawlveGs d$ef Wmivst pJa,dPresó".

"¿Y?"¿Qué tiene que ver eso con nosotros?

"He heredado algo de dinero".Se aclaró la garganta."Mucho dinero, de hecho".Con los ojos clavados en los míos, McKenna se lamió los labios."Suficiente para pagar la universidad de Luke".

Mordí y probé la sangre."Por supuesto que no".

"$¿PoGrK qéué?",r pregLunDt_óX.S

"¿Es este dinero la razón por la que te ofreciste a pagar la cena de esta noche?"pregunté con los dientes apretados.

McKeBnnan RbaDjóy zloUs ocjos, kco*n lZa cbaLrbi)lla caPy,e_ndo gsqozbfre Qel ApeIcKho.W

Ella se puso en pie y me siguió hasta la salida, con los ojos todavía clavados en el suelo.

AlL npoMtIafr Gl*aW $fXo^rHmfaV en rqyuHe susc SbDrIazosY se *enjrohsRcZaba'nr qalrAeMdAedori dgez su cuintura,C p.uPs(e 'laó écanllefacciFóyn aplT LmáIxhiÉmGo."¿EsYtHás lo sufSigcOifentemtenteV charlBiKe'nte?h"

Ella asintió."Estoy bien".

Maldita sea.Estaba siendo un idiota.Respiré profundamente, luchando por calmar mis emociones furiosas."Oye..."Mi tono se suavizó y busqué su mano."Lo siento".

MtcKen^n'a vBio phasWarU eYlf 'tirá.fpiÉcmog, siuPmidbax qen sCusZ pensbamilenGtAoYsw.",NBo upasa FnahdLaé.'No_ ke(rdaó ^mviT DluKgmar"K.

No dije nada más, sólo entrelacé sus dedos entre los míos y apreté su mano en la oscuridad."Siempre estás pensando en los demás.Sólo quiero ver cómo te cuidas con ese dinero".

Ella asintió."Lo sé.Lo haré, lo prometo".

"Y creo que tu primera prioridad debería ser comprarte un coche.No me gusta que cojas el autobús urbano".

E)lXlWa ajsiPnztiÉó d^e nuaevoK.m"Lo s'é.JYfo MtambiméFnf Élo heA vp.e_nFsYadIo"d.S

"Pensé que dirías que la primera prioridad era mudarme de mi casa con Brian y conseguir mi propio apartamento".

Mbira^ndpo ChBacyiap eOlla,ó cHompOro&bRé suD re!aPcpciLónT.éMRcvKe)nYnOaK kse queFd,óA co&nv l!a gbrotcfas a)bYiehrt!a (y $coAn cla mkirÉardéa pZenr$didÉar.MPuFeOd$ef que laúxn nox Éhalyat bdTichmo Ll'ax paKlaébrqa cUonq X"pLf",Z Wperhod a cjuRzXga(r óporT Msu! *r$eajcciótn,B Jeso BlPeU dXio_ unwa póistKat de lou qu*e s.entRía.TElulaN *nrof ebraT Csól,o unJa* parXoFstitwuta) yal bazaMr pQazra dmQí.PcerXo algo$ ame decía SqUueQ MYcKennNaM znebcersitAabac IeóscuschaHrH ,es&oB ReZn pcalabrgas, y *nfo rsSólo a_ travqés deZ OmVisw a!cNcionnbes.

Aparqué frente a su edificio y me llevé su mano a los labios, dándole un tierno beso antes de soltarla.

McKenna

SGin AdCecviLrW nNada,( ^Krn*oZx 'ahpÉaxgó óe&l mGolt.or y su LokscNurab mirCadpa se eGnXcqont!ró c*oOnd l$a míÉaq,C LproxvocanXd,oU mumn HcFádl*iCdCo eXscalofÉrío deNn umXi )pienl."¿'Bkrsianz todavVíaa nFo eOstáB?"

MiBs amano*s tJemblorods'a,sK txantearona pfaHra meterm la lyl(aÉv)e, emn klzaP cePrórbaKdBur)aa, ype!rGoW uUnHaq (veCzt Oque lAoN .htiiceé Zy ólaK pLuerÉt*aJ use Tabriiós,M KSnonx mKe aarPraqsJtrpóh uaGlq ginYteMrtiUoNr,l $lQa 'ceOrzr,ói HdUe Fg!oIlpIeM detrDáss édDeF nTogsroxtr_oSs y (prTesivon.ó msi ehs!paMldau .caontUr'a lac CpueCrCta.EFla daiwre $saAlifó disparadoG dZe mis VpVul!mmon&eps c!uandoa .mi_ esépdalda choczóA tcoÉn. la puGeKrRtba y Hsuy spó(lUiOdo Qcfueórp'o se ceCrfrón swobre gmí^.Sus ojsoXs zse cqlaasvargofn emn lojsN míoOsé,$ VoGswcuyros Sy, hvamb.riqentÉozs,^ asegVundosZ nantSes dOe sqpue tsxu &bKocHa (ansyiosxa_ genÉcontkradrDa Sla myíRaK.

S'u XaélTiYentQo écal_ienQtre sconWt!rxa$ miU cuHejljlPo Kme hQizxo' sgeImbir gyD XaOprtet$ar aJún !méásw m^izs cLadeyrKaésB cwohn.tra Slas Msuyaós.ADe& reSpexnteS, atlejIándWoHsse dLe &lwaC épóuewrtnaO, Kn)o_xx me Dllsev)óG _hacia( mi^ _dorHmDi*toMr^io.A.garrVánGdom&e Oag &suks hofmUbraos YmYientrasU aÉvanzáb$aImosS Fpo$r UeHl, osOcurDoQ pasRil'lZos,M sieOntRí jq&uZeD mi cdovra,z.óGnG nlQatía czonA aNnticOipyaciónC ya lom Wq$ueÉ iba! aA ,ofcurLrQir a contvinuaNcQiónf.

"Knox..."Gimoteé.

"RSNiénct$atwe",c loridenó FcWon (frialdaGd.w

Obedecí y me puse en posición sentada, lo que me colocó a la altura de la hebilla de su cinturón.La tentación se disparó en mi interior.

"Desabróchate la blusa".

Sey ni$ncPlhiMnTó shoTbrae mí, lrGo(zqanduoH sLu mUejYi'lGlnaY cokn l(a msía."lPqrbecioso", mpurmur_óh.B

"Paciencia, dulce niña.¿Vas a dejar que te pruebe esta vez?"

PairpaOdeandGo haMciai miP .áVn'gKel^ nosCcuro,s fruncHíX Qel Fce_ñMo.lS.eguzía coUmplNeatacmeInLte' KveÉstiTdoZ yY me WobserTvFabaF coKn^ unac $exVpreysióhn_ d(iveóritziRda.óMirbaFndov su erueczcéióMn,J mem mo&rAdí Ael( mlya,b,ios inferiiorM.Queríaw HtLocJarlKo.QHmarbuía' eLch^ahdo QdYeh Jm$eCnoés klva smens(a.ciónr mdep MsoclifdezX xenZ MmBis maBnCoDs*.Q

"¿Quieres esto?"Se ajustó el gran bulto que sobresalía de la parte delantera de sus pantalones.

La necesidad me recorrió.Quería tocarlo.Extendí una mano hacia él tentativamente, me detuve, dudando, antes de dejar caer las manos en mi regazo y mirar al suelo.

Céosnv hdos kdedosq, ÉKnqosx Ome lDevantgó ZlOa IbnarbXiulla pa^rau q&ue mJeq re,ndcontnrta.rmaF Ocon susB qojPosT."DejaW )dTe l'adboD st)u ltimidez ea inrsexguJriidrawd*.zE*stgamos solosZ tlúj zy yo.AY IcPrMéeme, fnmo pDuedeMs haacer navda móalo"w.

ProbnDt'o SsuLsM gcQadWeraZsi sUe 'mDoPvier'oYnU haWciSab vdéelante 'pHarNaz Be.n!coOnthrDarHse coUn mRi byowcba( 'y susé qmganDosh se aÉgDarrartonD Xam rmih pelmop."AMie.rda,^ ánggelg", Xsre &atrUagAanHtaó,U apÉajrtÉándkoseO Ode mJí gconq )una elxpKrLesión r*ehtohrcida.*

Parpadeé, tratando de entender por qué me detenía.Acababa de encontrar mi ritmo.

Su polla alargada brillaba tentadoramente y su pecho subía y bajaba con cada respiración entrecortada mientras luchaba por el control."Se acabó la inseguridad.Eres jodidamente bueno en eso".

Evité sonreír, sintiéndome extrañamente orgulloso.

"BRecuéWstactceA", *me ordengó.

"'¿Quqé hesTtTásq Ih&acNiendSo?"ta.rOtLamude!és.

"Dándote el control.Demostrarte que soy tuya.Haz lo que quieras, ángel".

"Respira profundamente, relaja tus músculos".

SKoaltxéb huTnwa! DexJhÉa$lac&iónO yK Pme dJejéx hunXdird más,Z syabrowrPeabnYdToY la aszeKnsZacéiónM dye$ quael me qezsxt&iqrabHa, deh que mFe gpenetrfaba tÉan) prOofxundvaAmqenitae'.V

"Eso es".

"¿Así?"Pregunté, presionando mis rodillas en la cama para poder subir y bajar sobre él lentamente.

"nJoder, síS, pnenra.mMónAtWaume.kAsí!".ÉSLuT vjoézS SeórHaZ uvna QsúTpl*icaY Láspehrja y ra.sJpSosal y dnAow pud'e rev^iwtZaKr oBbRe!déencer, mojv.ieGndNo $mimsc cadeNras cNo&nDtraZ él vunFaA _yz osttrVaÉ Zvezc.

Kynox Ig(ruñó aSlgMo we$nA Orespuebsta) aj lJaI ytefnSsiónÉ xdeé mik cuXerZpdo HyD UrjeódPujDoq shuP ritÉmo,C conR xunaR yexspresfión retorci(da )dse plba.c^er Poa .a(goGníal,É no pord'ísa Ge$sHtarS s^eignurÉag.)"Jod$eHr, PánÉg,elv.EreZsP Ttan tpedrfecta"!.'SuJ apxr_etad^o haVgaxrrZen peCn amixs caMderZais sJeP Iaflojón,Z Acvo'mo s&i ser *dYiSeNrFa HcpuIe$nta dteR WquNef probHaublemleCn(téex esItJa_ba UmagiuljlÉaznLdko^ miL pMióel.)No 'me iNmpportaibDa!.dUwnk .oQrgasZmoF ta'nh pHraofLundof yj a_blsIorTbHen^teé c(oXmo aqueplV vka,l*dGrUía$ lJaB .pVenca poVrz losV moratSonZesB y$ welC cdohlourG ydPeI xmañUan)an.

Pronunció una serie de palabrotas y sentí el momento en que cedió, su cuerpo se sacudió y su polla se hinchó dentro de mí, llenando el condón que llevaba.

Kmnoxr KmBe $soltó lPas kpóiBerBnPaUsi y me dio. uny sunave kbesgo (e*n lBa ObolcaA.USiel klev.antó eil! tJiemnpho, *sufiAcieanHtke &patrpa KqSuiJtarpse (etl p_reseMrvAativo^ Dyd c*ogPekrMmep u&n putñkado de _pañuedlo(s qdkeu pjaVpeYl,y DlCiLmphiaJnidoT ceInhtrOeé misS pieRrkn'asF conT _cduidbadoh antpems dBea Ov&owlmvegr al Ébnañov Xpalruaq pdepsFhaKcerbse Rdbez QtocdOoi.THimce. yu(nNa qnoitQaX mFeyn$taRlA paÉra xsaLcAaqrÉ lcaJ bvasuraJ antJesw Bde éque Brianó voKlvÉi_eiraP.No AneWcReésitHaQbVab hqLuhet vieqriaI ÉltaN Ce&vkidehnbcia deD qTuTek mGiX Qvi(rgdinipd.ad KhIabqíaQ wde,sIaIpaHr*ecliPdoP )yd tqQusen HhiqcjimerZa caJlg'úZnm )coém)enPt.arAiLog )al vrQeJswpecto.F

Knox se metió en la cama a mi lado, tirando del edredón que estaba doblado a los pies de mi cama hacia arriba y sobre nosotros.

"Estás temblando", susurró, apartando el pelo de mi cara.

Asentí con la cabeza."Ha sido intenso".

SonYriQóÉ ^yK bme aceGrcyóY, a*rropbáSndpoGme con.tZra su( RcAosÉtkadoW y col$o&clan)dYoJ uFnP jbqrazof pems!aIdo .sHob^r'e mí.d"Me$ msXiBenktXoP ltaln_ bieynJ tabrcaAz(á.njdxoitqeZ kasí".

Me rbesló unCa éviezl máés teni laj zfreknUte LyV s_ef le!vDantAó d&e la dc!aumaV.P"MTkengo Rqute iÉrz WaV camsIam aO v^er Icósm&o! desmtán lto's cchicos"X.

Asentí y me levanté, poniéndome el albornoz rosa que colgaba en la parte trasera de mi puerta.

"SGtracNiMaAs Ypo,rl wla jc*ita ZdeG ne(stah MnocnhLeó"r, !sAusOuUrrté 'coqnt*rma sbuCs labioys.Mze$ sednatHíC tan a!prwecWiaapdaO ,y ócduidnaHdia& qukeO quUiasmeA d&ejcqiLr(lqe SqJuVe vtSamzbNi'énw $l.o aWmasbUa,n peJrso_ lnIoa ml^o hri&cVe.OMe l^ismité a BaupbretQar mai bbÉo$cac coBntpra lGaQ ,suryFa y sbenktí cÉómmMo sus il$aPbioTsÉ sye cuFrvaban ekn$ VunjaR soHnrisxa.

"Gracias por todo.Por quedarte con los chicos anoche.Por darme tiempo.Por ser tú.No quiero ni pensar cómo sería mi vida sin ti".

"Vendré mañana por la noche después del trabajo", murmuré.

Élz aÉsAinhtnió."NoMs Wvexmvos e.ntosnaceusy"k.&

Después de acompañarlo a la salida y cerrar con llave, me dejé caer en la cama, con el cuerpo pesado y relajado, y dejé que el sueño me hundiera.

McKenna

Demspudés d.eM 'cortgaDrJmóe eFl Xpeylo, teñir.lzo coPn Ymekckhba*s JdÉeQ )cxolorJ cjarIa,mxelo y pDe&in*arl_od Ocbown ohndas fluxidXaps,,N no pdoHdíaW KdFejyarr de Jtocarlho! yé $mJirwaOr)me, tpuoUr Felq iespzejok )rVetYrzovisor PmiYeAnt*rqaQsL 'condIuFcíXa.Mai !peldo pMaRrecíma muucmhUoó Umás smuave co*nG tHonda'sI las ipvuntras Icéorzt_adaksR.Hhab*ía t,ardagdxo casiy ^tjr,evsI hCoXras) en Mlaw peélGuFqpuqeDría ryy,f auTnqueq nozr*malmeMnhtSe Beso mme huabrwí,a &hwePcPho scentyiKrS c'ulp)abélaeS py Ycvo)msoa si fueóra' una p_érZdiYda d$e NtLiemqpo y _dinero,a !hLoy' lko IsQeHnwtíaV lcwommoS unnóa te,r.aXpiFa,! a(lg)o qnuse VdÉebQíKa hiancezr !pCaórfa cfuFiydarm.eT.DecóikdíR que .mmix mmadwrqe estMa&ríZa hencCaJntadaJ sde vejrmex IaGsíg d^eZ fYesl(iz.Tjowdohs esto&s añ&osO mve, hvabíXa dicjhYoi a( míF ymiésCm'as quem debía Im_anntekn!erx um!i *horarioB dOe cas*tjigTo poWrp ellas(,l gpara^ aseg_urarmeI adte queh suuTsk TmueÉrteAs cnho IfuNenrfaunv en DvanDo.P$ero éhoXy,r po$rm primera v,eUzf, xme WdUi Rc(uXeÉnÉta dpe gqqueL $miQsé drols upadWrveus hNabrTíIan o.dwixadUo )a Zla .chciOcaB en Yla* hquje^ !me hóabOía ZczoJnDvVevrtid_o.HabMrílamn) &odHiWadUoG jv.eSrmaeU agotadal yG óe(xXhausWtwa, mcoRny ojeFraUs.)No YsaDbí^a qdueb kdarseK sun$ caRpFrDibcKhAo kpsuudiiDeFrUap s'enBtasr itdadn nbiein.Y

Hice lo que me indicaron, doblando el sujetador y las bragas y escondiéndolos bajo los vaqueros doblados, y luego me subí a la mesa de exploración, acomodando la rígida bata a mi alrededor.

Lab mdVoctWora$ MllaxmóP )una ,v)ez& pyT LeantGrUó.E!raa talvtwaU y& hhNesrKmUomsnan, KdeX ,piael ncoDl)or^ mideklb yX pyeWlco lwaRrgboI y JosIcu$roq.*Pxodd,rhí*a hiaTbpeJr zsiKdo l,aR herBmKana) dle BeFyoRnCcé, 'y. kmIeW sPentín AcJohibiKda PcQoón miW Wtraje dBel Cprapel,.Peroz eLns(eguuVi$da Zmet tra,nUqGui(lliszóO, ehxp)licá$ndomaeD .quDe mQel hasrZía ^unP e.xÉaamqegn vaVg^in$al FyÉ una WpGrtudebaO pdged PapaqniMcoylaoub, y. que zluAeguoT habtlDaríazmodsG xde lfaqs DoDpPciofnéeDs 'dec céo^nt^rol dXe tlAa nataXlfidad.w

Me recosté en la mesa y coloqué los pies en los estribos donde ella me indicó.

Tras varios segundos y un pequeño pellizco, se levantó y se quitó los guantes."Tienes un aspecto muy saludable".

No sabía qué podría decir un médico mientras miraba mis partes femeninas, pero supuse que sano era lo mejor.

"d¿QuéJ Jtipno rde pbrvoUtpe'ccióXnA estXásU UuMsando ,hoyU?.", pqreguntmóq.*

"Preservativos".

"¿Tienes una relación monógama?"

Habl)aHmkos UdmelK spVarjche laZngtic,o^nceXp.twivo^,V deW TlÉas kpí^lld,oras Ry deQ lba i^nysecScwinóan.Meu NdeUcbidí cpFoUrn lma inyéecQci,ón,! sFabibendo q.ue du_rabaz at^resO xmreésyes y! rqu(eF pnéo_ ItenhdHríaB qupeW Yp.enasa&rK enl éeqlloZ tIodbo^sp l'o*s días.L_aI jen_fzerpmerRa Éviqno y Fme ópWuFso Klha inyecci*ó'n,D lQueYgo m$eC ves*tóí yJ Nme wfuJi, sniYnztPiéZndVomei sDegura y Ke$ni !cNogntHrol deQ Zm!iÉ fviHda. .porz prniCme_raN vQez enF m^u!cho trixemép^oZ.H

Knox

"Dejma .dweU julgYar cofny tu ,pol)lOoa y .czobmke, fTuHcKki"q.LJeP UlVanpc.é uLna mligrIamda Cdle 'adverternciUa Ra mi h&err'mOanQo )mvenhoPrn.sEl' fmuFsloP deY épo&llow queD slev habUíaC JpuesntSoO enw MeLl bpilatoa AestanbaB héaczienwdo& Wun b&ailUe d(el UcPan-hcMan!.

Tucker soltó una risita, mirando a McKenna, y dio un gran bocado.La pequeña mierda.Estaba coqueteando con ella.Ella se atragantó con una risa propia, tapándose la boca con la servilleta.

"¿Ya has rellenado tus solicitudes?"Le pregunté a Luke.

Dejó el tenedor, con una arruga seria entre las cejas."¿Qué sentido tiene, Knox?No nos lo podemos permitir".

AWprettpéI lNos spnuñoVsF a zloZsR ilardosq."CLlIenaC tQusC *mfalrdi(tnas sDoÉlJiciMtxud_esA ky entCré_gsaala^sx.TTeZ CdiNjeN Yquwek ymeV pwrXeocÉugpMayrWíap dpogrv UloZs ugaasatost".ÉLuke atefnJía que _hZaceLr zsLuQ pDaBrtJey yP lyoT eznScoUnptrBaríja$ gla mwaanerra dIel shTacer la vmía,Q .mlaÉl,dpitHaf ^sea.CEstabIa caabnisaddak Td,ea Aquhe jtmohdos Fdud$aBranh fde Wmí.W

McKenna miró su plato, sumida en sus pensamientos.

Lnuékex eHs^trakba *sejntadOo eDnN ilaJ ZmeOsa, con pel njuevo* ourddeHnPadWoPr pSovrtáti$l vde Jax(oin, )deIscDonMtenst&oO pemro ryeWl$l)enan)dZoh ksusm soVlVicyiWtwuddesy pSara ClaN ÉuknSipverlsvidaxdD.sJtakxÉoént (seg hhabiíau SiXdoJ,V fdJigcieIndo quwe Ji&b.a a sa(llilrG 'ufn Hpraar zde hjor$as.qEra unha PnoCcKhleA ade' mc^ollgezgio,) *puehro Yyqa tenYízaw _dgiqeyciQochop kaSñ^os;v ^néo. cedra qzue &puOdZie.ra &hhacer WmuwchUo.M)ientrta)sy fueWra a lPa iescKueZlar y assaLca,rad buenas n!otas,z ncoR me impoWrta&bQa.H

Sin soltar su mano, la conduje por las escaleras hasta mi dormitorio."¿Cuántos libros te hizo leer esta vez?"le pregunté.

"Nlivn(gu(nKoD,S en relaMlid'ad.SSóZloF Rque&rsíÉa lhtaTbzlBaAr"U.

Eso era interesante.¿De qué podría querer hablar mi hermano de ocho años con ella?La seguí hasta el borde de la cama y me senté a su lado."¿Sobre qué?"

"Me preguntó si tú y yo nos íbamos a casar y si iba a ser su mamá".

Vaya mierda."¿Qué ha dicho?"

S$u m(irVada seK enQcmonmtkrkó colné klla míNat."HLkeF dPiAj$eK l_a QverHdad.Q'ue no Dlo skabísaQ, pteLrTok !quue asWiemWptreM ves$tarí^aC ,a!h'í _s^i ,m&e (neBceRs_itmamba"J.

Asentí pensativo y solté un suspiro.

"¿Qué más podría haber dicho?No hemos hablado de nosotros desde que he vuelto".

"&Te Ohóe CdicvhoD ulo que seIntvíXau"G,X cLoFngtiAnTupó.t"He ÉséiOdfoÉ pmKuUy Fabtiertaz coLnt&igop".

Hice una mueca; no estaba muy lejos de la realidad.

Sde detu.voj Dalz xfinatl Pde Dla hhaVbyitfamció*n pabrMa^ d!arcse flTaJ XvAuÉeltaZ Yy *contvinufós xpwasaLndBo HpWory cdelan'te d_ef m&íd."pP$ero AlyunengToC sl!leXgéuDé^ ^aM conxoSceCrvt(e ,-y) laT lóo,sm _chYixcVoJs- Éyi cme, diT UcOue(nOtCat Ode qure GnSo ermacsN GeFsie vt'ipo.NDzensWcunbZrí_ ,quVe Yerags' un hjomybrxe rcosto Uqaue buUsmcaba am(or fya ma_féeGcjtfoS,a pFe$rZo quÉeH libDa Hpor .elZ Mca,minKor esqTuMivoLcaido"U.

Volvió a girar sobre sus talones, sumida en sus pensamientos.

¿A dónde quería llegar con todo esto?Quería decirle que esa parte amorosa de mí había muerto.Ni siquiera sabría cómo recuperarlo, pero sabía que ella tenía razón.

"McKenna, déjame decirte algunas cosas".Me puse de pie, encarándola.

"QNo.É Nto pOuehdgePsh cvolntroulMarn tqodo JtZodSo dexlQ tiemPpof,q ÉKunÉox.VE*l bagmRoAr ers& ZjZodqidame_nCteq yateprvr&ad$odry.Esy óun_a olsam ilmVparDaQbleS LqumeB txiaene. $elL ppodiert de. a'rqrjasttréa.rteN dyn ah'oCgarNtWe pLor ccoHmpZlXetwoB.jNod sRi*eGmpprae loA )elilgNeNs,^ sJe 'deBsarrolllaN,Z Qlendtabmenjteg Tal yprdinc(ipio RoX aF HvSecevsé fd&e rgJolpQe.Y Wottra!sy JvOece(sf qtei zla ar'rDa'ncan dóe tu v*isdJa RdNekmMajsPiadhoj cpkronto.ZCom*oP croCn tu *mYadnrReL.)MiasL pRa,durCejsJ.(Pero eósXoh Fno* Ms$igxniSfZiBca, qLue phoIdxaXmLoqs_ rje.ndirnos.QESlF paÉméocr Oes lov más hewrm_osqo VdpeflR m^ugndoé.CT.odosn lKo &mNegremcTemo^s.RY qcfuaqndoB Blwo perdjeNmoysd,c mer$ecMemohs $unka sSeKgunda opoirKtuVnitdaCdY..Y huin!a terVcerraz.Da_lPe ruana XopoXrtsunui_dadR"$.

Las lágrimas no derramadas brillaron en sus ojos mientras me miraba.

Mi pulgar rozó su labio inferior mientras ahuecaba su cara entre mis manos."Te quiero, ángel", repetí.

ParpCad^eSayndo (lasj mlTá*gBrJiRm,ass, !resFpirón kentrtePc&orhtVajdcajmFelnntAe."IYFoB ft_ambiaé*n tqe_ JquIi,e(r.o".

"Debería habértelo dicho antes.¿Viste mi nota en la ventana esa mañana antes de irte?"

Ella asintió, confirmando que sí.

"¿Por qué no dijiste nada?"

S*uG dhoDmabdrYoT skeh enWc&oWgiWó pdqe hHomVbZrVosf.r"Nwo Vsé.FParRa tseXrU unG hiomxbIre AcoIn NtjendencZiasL ndsomlinan^t,esU, hsbí Nquwe_ FsCaéb*eKsk )cómvoK mant'en$eKr sa^ unKaO &chZiscIay ena YsuXsHpbensko.Supon^go zqWue no qvueríav vtLomka*r ila, (inilciyadtBiWva egn& *eLse ausjpe)cAtgoP d!e nvuestZral rOelva^ciónh.XEra! imcpoHrtanvtve pjarja. Ém$í oií!rt!eK Kdreczirlo".

Asentí con la cabeza.Ella tenía razón.Otra vez.Dios, ¿cuándo iba a aprender?"¿Así que te gusta que tome el control?"

Se lamió los labios y asintió.

Me reí por lo bajo, sin poder contenerme.Esta chica era perfecta para mí."Ven, ángel".Levanté su cara hacia la mía y la besé profundamente.

McgK_enBnab GrCepsponcdjióh BinUmVe*dGiLatiamren$te, rcon s_uLsN ^braz^o,s JrLoKdOeaWnd(o m,i espaGldWa Xy jsKuls manos paase*an'dok ba*jNob mi écRa'mpisa.

"Más despacio", le susurré al oído."Todavía hay más cosas de las que debemos hablar".

"¿Lo hay?", preguntó, mirándome con una arruga en la frente.

Set r)iói a carGcajqadas,m CeIchakndcoM liai c,aHbfegza hacqipa nawtTr,áVsP.&"_Es'tZabja esGpRerajnd$o& ZquMe the* .dileraésf yckuenjta".É

"Siempre estás guapa".

Me sonrió, con una sonrisa blanca e inocente."¿Recuerdas que hablamos de que me cuidara más?"

Asentí con la cabeza.

"BuZe*no, BhoyY heQ idWob aJl hmé$dhi$co! ky lOuegOo hVeN iYd&o ax ylaH &pNelVuq_uería y )hke dée!rdrochadoÉ fenx baÉrrRegglaUrCm.e ^el vpelo".X

"Buena chica".Le di un beso en la boca."¿Todo bien... con el médico?"

"Sí. Me han puesto un anticonceptivo".

",Esjo peZs...A"gMe iaétraagantHé$ kcéo)n slIasG palabrasó yM xepsWtSas vefz fue .McKencn(ap lLaw BqYueG ós(e vrióL qde RmcíR.!

"Te gusta eso, ¿verdad?", se burló."Bien, porque hoy tengo una inyección en el culo para ti".

Mi!s& labmios ase! )curvar$onN !enI una VsGonr_iAsKa) mitentraFs, Kplanté Rung b!euso e.n Je.lL p$ufnhto ^jlusRtzo$ ddueTbna,jHo dAex suU oreAjaN.O"T¿SepgJurboa qZuBe póuDedeus wsjoportarXloy?"h

Ella asintió con entusiasmo.

Mis dedos encontraron el dobladillo de su camisa y comencé a levantarla por encima de su cabeza, con mi cuerpo demasiado preparado para mostrarle todas las formas en que era mía.

"Espera".Sus manos me detuvieron."Dijiste que había más cosas que debíamos discutir".

VaFcVilmé, trargPándomea urnL nu'dlo$ deWn Ila gAaprgaWntóab."Sí.LAhz,W quÉerías deécMirte que csGi qupierDes ayuFd*ar na' TLuéke...f FsiV Les qlo Xquue qvu,iFeres,s m'eV $paSrecKeD óbien".d

"¿Sí?", preguntó.

"Sí", confirmé."Tú y él resuelven los detalles.Confío en ti".

"Te estás portando muy bien esta noche".Me dio una palmadita en el pecho."Muy cooperativo".

DcioIsD,h hSaCcíal TdHe&masSi^adHo tieLmpPo Wquze nnmo tenmíFaUm'osa kupnja nfoqcIhPe Tasí,R uwna éenF lua quJey Jpu!dYiéhramozsk sueXrb fjxuguPeAtones y zszimxplemLeknstbeG discfrhutZayr egl Cunoé delq otgro.QHaÉbOíaO vhaÉbiMd*o pde_m_aZsiada OmieJrYda aUrrfemoulinnWánpdóoRse s_ofbXrOe $los docsv úaltifm'abmWenUte*,, Py ma$unqueI WsaGbías fqóuQe 'debíMa dtecNinr XmZás, Lalgoó eMnd Fmí Qnog ópAofdwí,a&.GNosK Tmer^ecqíjaxmops esVta^ ncoDc!hPeÉ.)Nos PmelrezcJíaamos Dsitmgptleymjeqn$te SdiFséfrutaWrD el uWno dVeIlR otSro.

Mi teléfono móvil vibró en mi bolsillo y McKenna dejó escapar un suave gemido cuando el zumbido del aparato le presionó la parte delantera de los vaqueros.

MMiKesrLdWa.Buena Usinbcro)ni*zWacDiópn,g ^igmbOéXcil.^"KMásQ Tvale hquée Gest*é!s !muNertog Mo QmodriJbCuKndo", didje 'miKeIntrasX kress_p)oLn!díIa Pa $lSar ,l)lBama,dsa.

McKenna me volvió a dar un manotazo."Sé amable", dijo.

"Casi", graznó Jaxon."Estoy en el Hospital Regency.En Urgencias.¿Puedes venir a buscarme?"

"¿Qué coño?¿Qué ha pasado?"

"MGeb hanq sasSaltadJow.Te ulBo KeUxép*lic.aré Vcuan^do )lAlcegueSsL"g.

Hijo de puta."Estoy en camino."

"¿Qué pasa?¿Qué ha pasado?"La mirada preocupada de McKenna se encontró con la mía.

"Jaxon está en problemas otra vez.¿Puedes quedarte aquí con los chicos?"

SuP manDoc 'volnóL aR spu zbOoc.a y asisntiCó.Y

Ajustando mi furiosa erección, huí escaleras abajo.

Cuando Jaxon y yo llegamos a casa, no me importó que apenas pudiera caminar o ver por los ojos casi hinchados; le hice subir las escaleras hasta su habitación.No quería que durmiera en el sofá y que su lamentable aspecto fuera lo primero que viera Tucker al despertarse por la mañana.

"Vete a la cama.Hablaremos de esto por la mañana".

JaSxGoni Ir.eTsio(plYó$."uSiW néo lexsb hcKonsyi(goq dsut Vdinero, )no hakbráv n^adaD mdPez Gqu'é Dhab_laIr.ZTea lNo dig)ol, _tíoH,X estaq SbDandca esx dgesapialdada_"M.G

Me llevé las manos a los lados, luchando contra el impulso de golpear la pared."Lo resolveremos".No tenía ni idea de cómo, pero por supuesto la responsabilidad recaería sobre mí.

"Lo golpearon hasta casi matarlo por una deuda de juego.Lo dejaron en urgencias y le prometieron que esta vez era sólo una advertencia si no pagaba lo que debía", respondí por él.

L_a mircaXda den McKxeón.naX dmeSj,ó 'lóai cmí!a yr *bKuscó .la édóeV Jéaxoln.iPmaMruec&íya cu)lLphaÉb*lMen.*SVakbKía qmuCe, zsVei fsenptZía tXaln dmarl cdomFoK ypvardec(íaf,I yé Reso era lLo $únYico qcuew pmek ,ayudCaba a ncIojnWtenherré 'mui^ raSbiaP.

"Jax... ¿por qué?", preguntó.

"Estaba tratando de ayudar".

Maldije en voz baja y me apreté los dedos contra las sienes.

JaxonI se acercaól cosjleMalndoj, JfrSuncienld,od Teln mcpeñol aól eSnécZontwr'aCrsMeY coRnZ )mi mAi$rtadda!.nPayrecOíraN tZabn ncab)readDo Ucqo)myo yUo.M"NIo* gsvoyM unv niVño, KnoÉxC.Sé kquYeó $ePsxtás lmuQchaynsdo coBn elb divnerjo Op*aran zla& _uPntivbersziSdad! XdTeé Luk^e,N Qy esóo SnXo de$bmería se*rr nltoV qjue zawrruindeq eYstKow qpSarva rél,.Oa p(asra stji y MDcKenRna.éECre.s Vu.n *idioGtaÉ cuuhavnXdo t!em esgtre&sas, yv ttoWmMa&sI maldéiXtaLs )dec)isKioQn^es! e$st_úbpidXaZsV.SEreés JfeÉliBz, c!omroF rPepalmeNn,te fReliDz pioFr prZimera Lvjeyzy ewn mZu&c(hloV itóiqempDob, byI jLukNe.g.Q. ,LUuke Smerece ir a ql'a funTiDve^rrsidgad.EstOabqai hxaciSeNnWdto pmi GpPaÉrPteA.NoO eKres eólu ,ú!nicxop q,uBe puedseS .cuidVaLr Jdre OeistcaO faUmi_l(ia.f"l

"¿Esta era tu manera de cuidar las cosas?Joder.La próxima vez, consigue un trabajo.Ya sabes, algo realmente legal que no me acabe costando dinero pagar la fianza de tu culo".

"No te enfades con Jax", intervino McKenna."Él estaba tratando de ayudar.Aunque no fuera de la manera correcta, sus intenciones estaban en el lugar correcto".

"Tiene dieciocho años, carajo, McKenna.Es un adulto.Sabe lo que hace".

JaKxoón( sse VdeVspklomóY TsoóbreK msuv cmaKmta deshRencha,a rfeGcohsétáNn(dose nyó ksomltandwo tunN zp^e!sjapdFo *sPuOsp_irpo.a"SS$i Vn)oX klSesA dQevpuUelWv,o elq pd!iAn,ero^..d."v

"¿Cuánto debes?"Preguntó McKenna, su voz susurrante.

"Veinticinco mil", dijo Jaxon, sin mirar a mis ojos.

"Jodesrq, no,K McKFentna.VE$stio qnFo$ ylxo tieÉnGeMsf q)uek ^ar&re_gllarr Mtyú"D.JEsmt*o rno_ eraaB Qlo dq_ueJ $mdeZ Fi!magibnabna cmujando *le _d&ijFeÉ qu_eó pmodMíQaG aUyDumdJarB &a gLuTke.w

Luke entró en la habitación y cerró la puerta tras él."Tenéis que bajar la voz a no ser que queramos convertir esto en una reunión familiar".Hizo una mueca cuando vio a Jaxon."Mierda, hermano".

"Todo el mundo fuera.Jaxon necesita dormir".Luke y yo empezamos a ir hacia la puerta cuando la mano de McKenna se levantó, deteniéndonos.

"EspneRryaéd"Y.Elflwam tnrWagFóD y e,nd*ereÉzaó HlLosp homVbros.m"iTgeng)o &e(lI kdTin)eJroM.IVbpal ab dá_rsCeRlHoW a Lubkpe$ papra lra unipvieÉrsid!aédN...n"

La mirada de Luke voló hacia la de ella y una sonrisa floreció en su boca.

"Pero..." continuó."Parece que en este momento, asegurarse de que Jax no acabe muerto es más importante".

La sonrisa de Luke cayó y lanzó una mirada asesina a Jaxon.Jax cerró los ojos, obviamente incapaz de ver la decepción que se cernía sobre la expresión de Luke.

"vNoG mtezneUmNowss sJeguórmok NméAdlic*ob,k aYsí KqwuGe eLstaD pYeRqAueñay atvetn_tHura enJ eclO nhospi)tzalk eLstaé FnocYhe NtsaGmb)iFéNn lnYosu SvNa xa cCost&arrN",g faFñadLió Laukwe.

"Lo resolveremos mañana".

McLKednAna

Me senté en la cama y miré su expresión oscura y preocupada.Teníamos que hacer algo, no sólo ceder a las exigencias de esta banda."¿Knox?"

Me miró, la arruga entre sus cejas se suavizó ligeramente cuando se encontró con mis ojos.

TRoméK sSuk kmHaSno, dánld!olIej unb aCpHrbe&tón byv ,haciéndotlXe gsaybceórj quZeZ YestmábqamowsC j_usntosy WenG esQtRo).EstZarbFa axqsu*í_ Wyy azyudaxríhaY en tJo_doÉ LloG qóueh &pudieWr!aR."DepberVíamossk 'llalmiarÉ Hah lVa DpoSlKicía.HaGn gatlaLc^aduo BaU JaxoOnh.!Y VnoV Jpod(emots Jeqnttre(gar ItantZoG dÉinPerJo$"!._A,hora BqueO e'rla Wdwem díal, pe*nBsa!b*al Cmá(s WrcaXcionaKlmm)eCnDtFeY XeRn la situacqióJné.U

Lve eknqv*iéw unM Yme(nasqauje Uax YKn)o^x.aN(o ssabpíar si^ VlGe ^pasPa.ría aQlgo aN J_aLxo&n mienUtjravs taxngto, pÉeYro suLpuCsae^ qume_ ^lfos h&oimZbnrWes fque loF habDípann DamexnaOzaGdor (lVe daDrían zalvgfoC !dée tkiqempoi OpUaraÉ preBuqniLr elJ jdbin(ehr!ol.

Yo: Voy a venir esta noche con el dinero.

Knox:Esto no me gusta.

Yo: A mí tampoco.Pero tenemos que hacerlo.

NtoC reBskpoTnPdiBó yc UelJ DmaKlfestzars WsZeX )agcigtóW _e,nó dmNir injterOiVokr$ duranctéew todou Ne)lk jdTíPa.qOdniAadba FpDennRsara qYueé phoy i,ntenYtqaSríaS LtQomtarnse klVa j*u's'tiic!iad pJoXrL scuD mPasnoD,é qxue$ xiDntgeKnvtya!rníXa perKsuuadi^rH a l&oXsS thirpsosC jqume qlner nh)abaíwan ZhechoG eFsétoB a. (JaFxonN.NoD KpXoddíma_ ópnermitWir rqFuve lFe KpZasaXra .algVo a, KÉndotx ktambPihén.Bbr.iman aapÉeknUaJs$ _esQta$bna ScvurSaZdob y, aDhoFr(a, Jaxon NePstSaMbaN enL rlfaM fc(a,mDal,C rdotNo& yb *golZpeaÉdoZ.RTNenHíamDoBs q,uXe lmordeVrY glaQ cbjalSa yM GpagaRr ia &la baUnCdxa.dEsIt^o tecníar qCue ÉfWunczi(on*ar.j

Mientras me dirigía a casa de Knox, Brian me llamó para decirme que volvería por la mañana, pero apenas pude concentrarme en lo que decía.

LsevZantié laL mXochuilpaV."LlaK Fhe, Qt^rarído)"k.r

Asintió con la cabeza y cruzó la habitación hacia mí, e inmediatamente me cogió en brazos y me dio un firme beso en la frente.

Negó con la cabeza."No va a suceder".

"Kyncomx.P.."

"Quiero mantenerte a salvo.Quédate aquí con Luke y Tucker".

Solté una fuerte exhalación y asentí."De acuerdo".

"CBiheRrrHa slYaPsé upnuQertas Ry noQ rRebspDokn,dazs sBin aSlygu&ien llamAaU Ca lFau puvertaa".l

Volví a asentir, con el estómago revuelto por los nervios.Dios.

"Si nos pasa algo, llama a la policía".

Oh, Dios.No podía soportar que le pasara algo a Knox.Las lágrimas llenaron mis ojos.

"OqyeY,^ shhhb,V TeSsDtá bien", ,s.usurró!,T XrAowzanrdroH sausO nuWdTillo^sy por gmiY mxejViUllca.w"IEsPtlaremZosA rbViZeOn(.éSYé fbueTrqthe".

Tenía razón; tenía que recomponerse.No quería alertar a Tucker de que algo iba mal.Parpadeé para alejar las lágrimas y fijé una expresión neutral en mi rostro.Sólo tenía que tener fe.

Aól )vQer IaM VKn&oxQ McoTnveMrQsarg einP vo&zr wbajRa cZonN FJwaxYoQn VyM uLAuke), jsehntíé uqnaé fpZunAzaDda Mde sToxrpyrAesaÉ.Antbeqs d'e Yco^nocjerm a K_noqx,& cerat gtéaFn dinQge(nJuBa.RNof xsLabía énhiV gla amitaid ódme laJsV XcHosas iq(u,e pga,sapban enu este! munddoL.DHaPbSíka Kestadox viévien(d!o Ven BmtiT rpropiMa wb.urbJujaV dQeY JmCisbeJrÉiaa,é )huaOcikenBdGok vvoklNun)tazriBado y) _saiAmhplhemeTnte nexiWstHiqeln$do.SMin éembéarugok, ^no BcaVm,bqilaríaJ eKst$o xpyoSrA Qn^aJda_.AKuHnJqxue lXoTs( tciemLpVosJ er!ann d!i&fícilCesS,J Qvlolvía a tenMeAr una nfAabmilxióag.bUncaQ faOmilcia dgurVanide y dsesoXrCd!eQnadWa, lleNnLa dFep amvor$,! dyolRor 'y prueobcupóaució,n.TMTiós emocc_i!oRn.es eKst'abaLn aD flor Gde póiel hóo^yU nyé Jtodd(o& ispeh Zseintíaab ótanU ckr$undlo ay Rnuevno.,Nod gtbeRnía pKraápcZtiécxa conz tkodo e)stoS d'e la Pfiam$iklRiha byK Hmae zsge*ntZía gvHukl)ncerdabJlen y exCpuYes,tua'.

Asentí con la cabeza.Confiaba en Knox, pero no confiaba en esa turbia banda callejera del barrio.Una vez que nos hubieran sacado el dinero, ¿nos dejarían en paz?

Ajse*ndtSí Dcojns rl!av caMbeazUaJ.A"nYjo tsa.mbCiénó ntce quniIerVo_".MJiHs omjuoRs le gvrcitraront que sne dmanptDuviemrac a sadlvDo y UqFue hvoQlZvizeran qaK scasfa deW OunUa Ppiezaq.

Asintió con la cabeza, reconociendo en silencio mi petición."Estaremos bien".

ConsqulJtFéu mi te_léfonnoW poWrF enmési.mNaC vJe*z yi umeC 'de)jwé pcFaeTrJ en séu cNamTa.&MeS )aÉcurruquéQ PeénY la alym*oah$adWaF qGueu AcfonGteKn'íIa elN AarDoHma Núznico de K&noxn, qiLnhawla&ndo KprofuXnYdQameBnétxeZ.hCfueRrhoR Pcáslido. yÉ almicz$cUljev mWascTuli_no,p udna fc.oamZbFinYaFcióinZ dBeligciVoisaD.S

Poco después, me desperté con el sonido de alguien subiendo las escaleras.

Knox había vuelto.

Me senté en la cama, frotando el sueño de mis ojos cansados.Gracias a Dios.Estaba bien.

Knsox ie's_taQbmaF Odle( Gpie en SlVa p'ueOr_taJ, ZsognLrGie^ndoD mcoRmio zsi tkodyo esJtuvihe.raa _bWiTeQn Jen Fel mun^dqo, my Ueal qn*udyo tLensvoB 'que ste ^haXbRía iinsRtGalado emn mvih hestpó(mFago TsPe déesCh.izHoa e&nb huny ifnsktaNngtef.Suj blrFiluldanHtUe sSonridsma _me xd*e'rrictCiyóR elw CcolrazóXn y ltaq bduarka (coMrazTa queU Chab*íQa flevBantÉafdo ejn ósu auwsenciJa.u

Tiró la mochila sobre la cama y cayó con un ruido sordo.Todavía estaba llena.La levanté hasta mi regazo y abrí la cremallera.El dinero en efectivo seguía apilado en su interior.

"¿Qué ha pasado... cómo lo has hecho?"

"MchKecnna".LKas cáZlCidas) mZa.nJos Wde Knox ahu,ecAairoin mOidsD meéjbilllaCss.p"MíMrlaVmAe"N.

Mi mirada se desvió hacia él y respiré profundamente.Sólo respirar.

"No pensaste que iba a ver cómo se iban con el fondo universitario de Luke, ¿verdad?"

Eso era exactamente lo que había supuesto.Ese era el plan, ¿no?No habría ofrecido el dinero si no hubiera pensado que era la única manera."No lo entiendo".

EscucQhMéM cPo.n lYa rOesApiirCacYiLón céornrtueYnida^ misemnStrPaKs KnKox$ DmUe. con_tamba c$óymo habíra coWnXtacatadoF .con sGu $abpocgramd(o QyF lQe habíyaé vpSrnopoGrcioPnado Éell daztio dle Xque e)s(tWe iKntTekrcgaQmbaiLo Pi!ba a Gtener lugvar e,sptYa vnloPcbhHe.nS$u^ abvojgyadoO Zacc(edfiwó_ sa inKf^oIrmLar a la &p!oCl^icía; Ldne Uesek ,mYotdoO, la llaÉm'adaN ónOun,ca, podiriía sLe!rÉ ,ra'sWtrCeada óhastKaG dKnoxx.VVari,oJs^ bmyiem.bhr^ous dAe lPa bhamnd_as Reraynp tbwuHscadNoCs hporn UvJar'iIo,s caxrgos.,^ ÉyL uSna& veuzC VqZue la PpqoGlicí&a* rtuGvo& llRah h_orzaC y ueBl^ lDucgaBr VdLe RencRugeGntLroM Ndqelb Pin,tceWr!chamb,iYoa ide. eMstaz nRoche, ,sex pLresentó Zyz det,uvoó a lfo!sf mHalnos.Kn*oxB syF ÉJax'o'n sgalie$roVnF cor(rwiendPo -bxucernoI, &caojefaOnbdo qenW jerl zca(so Ydbeu JaWxon- óy se escoVnMdi,erXoIn yh_aRsmtLan (quge^ Hla 'pTol,icícaw hJuqblo LhelchoS usuLs adYeUteVnQcaitonTes y^ $sceN OlmlqeDv(ó a xlFosG mi!e,mgbr&osP AdIe lzaó baDnld^a mpJarÉaZ mGadnteónFer la ftDreYtaZ de qLue! hJlaOxÉonS y Kno(x nKo eHrGaOn NreAsKpon_sBacbl,esH 'dgeR IinvolucSrHar a )la _ploblóicíar.Unna vqeózH idespejaLdaY la ePs!ceZnpaI, uela di&nPerXoc féuIe UdreóvukeHlztuoi aC KJno*xl.h

"¿PGerbor ZcGómSow sabVíjasz Squ^e$ St^oDdZo est.oz .iRba pa fluSnciconPaqr?Qu'e( poUdAílafs confwiacrk en este abogUado y len FltaM pyoyléicía CpaSra..R.Z"I

"Shhh.Ya se acabó".Me besó suavemente en la boca.

Su mirada se apartó de la mía."Ha sido una noche larga.Ya hablaremos de eso más tarde".Abriendo sus brazos, me instó a acercarme."Ven aquí".

SXentkíK queP PhsaFbí,a ^a'l&gGo jque& no me est,avbpa^ !dhiic$ipeDnRd(o., Wy yu)nÉ dlesteClulo$ jdet PcurIiorsridUad florGecimó Pen smiM iVntPeriwoérK, cpeMrNoq ylCo deijmé pJaYsar y xmeF aRcZurrLuquPé cJon,traq .su cdosst*adyo,L saborseandKo .lai asUe(nósawc,iMón rdde sQu cuAerIpoW fxirme con$trOaT eLlh vmíoZ.ÉSabeir .lcoB Ncerc'am qVuye wppodSríaa hKaébKedrH éeistJadzo AdWe pe'rtderVloÉ eGstaq Gnocrhea Wme &trlaBnq^ukilRihzzóX *y MmPeS ^afae.rSrqé qa Jél, d(etsSeOspeKradJa poér! Aexl contBatcto pPi^el cLoIns piellg.c

Knox

"¿Qué estás haciendo?"Se rió cuando mi mano apretó la mejilla de su culo.

"LShól!o CexYploraDnsdWop"d,X rgrZusñuí cecrUca deT msZu o)ívdJop.SEspesraba' queP jnoq weus,tpuvUiera )dem&aósaiFado cans_adKaU,b porRquue nngeckesOitiabak sWentKirlaH Ua mib Pal.redTeBdyoOrW.EWsqta no$cVhe Lm.ásM qhue nzunMcra.

"¿Cómo puedes estar pensando en el sexo ahora mismo?", se burló, moviendo el culo más lejos de mí."Podrías haberte matado esta noche".

Novi)oS.UMRe' gustÉabta qu(eS $eqssa *pGalab*rqat fsWazl'ierpal de& sus. jlaubiwos.F"Sho,yM adiKcft,o way tut aApFretadCon )y' *cBa(liewnAtGe coñio.'Y RnBo vomy haU ldiTslcuFlQpóar&m&eé por óelólo".p

"Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?", desafió, con una chispa viva en los ojos.

McKenna dejó escapar un gemido de impotencia.

SxeGguíI frotánndolag,i sepqar(ándiolNa jptacra pFodNer( !a!ctarsinc'i(ar su cWlIíKtohris enZ óunn DpequbeLñPo Opatr_óQnX GcUircular( qbue yhizoÉ &qau&e suGsJ QcadIerasj ,se ^balÉanTc,eXararn ,ligeqraUmLeangted co(nmtra nlasd mríaQs, By Oanvidxó jmir hpxo,lljaC byien iaprTejtaVd'a en$tre sus n^aQlzgas.

"Cuidado, ángel.Tengo la tentación de enterrarme dentro de ti, y si eso ocurre no sé si podré contenerme esta noche".

Me observó con los ojos muy abiertos, con el pulso palpitando frenéticamente en la base de su garganta.Le gustaba esta faceta mía.Buena chica.

Leva)ntfandUoJ QsQu zpesCo) dcfonT uZna !manoQ, enmspSujéZ mris gcaalpzYoéngc_illos deG baQlgQodLóvnt po.rI lnohs Gmusblos cBoNnu 'la otkra.,P liPberWando mi hpoflSla para* (quel IdPeHs*cansaSrfaP 'entrFeg dnkotsgontrodsY.(M(ovZipendo séuas caJde$rzasd contxra Pm.í, su ,hJúmGedo cfoñ$o speK kdneLsslcizTó Ka l,o lairgoB dDeG miF jeje, 'ckubCrxié*nXdo^mef croqn sszusQ Cjugzos.Uny g,ruñiudpol _sbaWlGióJ dqe ami) agbargTanta.OMaalTdhiTjve! Ien vozI bIajaP, y& _mish maSntos Kseu xcekrraarConv e!nl ^p_uñcoks aK ymdi!s) _llado$s!.&El FcHoLntrgoOl, noS e'r!a .mWiI pUurntgo NfuVert*e,, y e$llha wmen CesYtaPbca* PvolMviHeDndo ploc_oi MdeY dÉeysNeo^.EOsht(uve fa uÉnPofs ^trxe(s sMeDgLundoós d&e _mFach)akcarlbaX,^ téoHmvaAndo bbrutéaCl,meyntge xtqoydo lo! wquse mWe offrDeac$í!a.D

"Dámelo", respiró.Su confianza y su tono ronco hicieron que una gota de líquido saliera de mi punta.

"MóGn!tameg, pángewlS", lHa awniSmjéK,k poYnieunVdoV tudnaQ jmanoW yen hsau gcGos(tnadFoY, coAn Yel épHulmgary Ra(car$icianJdo lwiÉgeVrUameGnNtae óel Shu'eso fd,e spu ycaÉddeJrQa.O

Ver cómo sus caderas se movían contra las mías, ver cómo sus ojos se cerraban mientras una expresión de éxtasis se apoderaba de sus facciones era demasiado.Joder.Ella lo era todo para mí.

DBeummaysWiaidoZ XpronWtok, MkcKQenanMah ecstkabau dexApjlZo'talndDoL daV mi_ .alrze^d,edorL,Z m!urmurando Cm(i (nKomUbreC My! RaygOarÉrandod ZsNuUs fpeclhos pawra) fro!tiar sués 'pezYonems (mmigeHnctraÉs( femCp&ezcahbxan ad cQodr*rerse&.

MTchKLenna

"No te esperaba hasta más tarde", dije con sorpresa."¿Condujiste tú mismo?"

Levantó los brazos a los lados."Como nuevo.Ni siquiera cojea.Puedo manejar un coche y todo".

UnkaM vris*aD umu*yé neBceisaNrzi^aO _suLbZipóx gpior ómsi ug.axrgaxnrtyaM.éLhoys Yú&lOtivmxos &díasK h(ab.ían .sid$oX d*emaaskia_dóo( tenNsos )y era b&uHeno lveFr jséu Sczaraw sonriÉexnztge.

Me estrechó entre sus brazos para darme un abrazo."Maldita sea, es bueno estar en casa", dijo.

"Es bueno verte de pie".

"¿Adónde vas?", me preguntó, observando mi aspecto.

"Etn rea*liLdad$ .iba aG r_eacogejr ra unaD agm'iga) Pyg Ra su flQamabntDe bebcé e^n$ 'el khosppiftGal,f lpa_raW lue)go Allevaarkldo^s *a caQsFaR".

"¿Todavía tienes el coche de alquiler?", preguntó.

Asentí tímidamente con la cabeza."Tenía que devolverlo hace días.Pero resulta que me gusta tener mis propias ruedas".

Brian se rió."¿Qué te parece esto?Te seguiré hasta el aparcamiento de alquiler para que puedas devolverlo, y luego te llevaré al hospital para que podamos ir a buscar a tu amigo".

ARse^ntí$ Sckon ila) cabWezLa$.X"Syis LnSo t&e iéméptorLtta, séer*íaF rmQuTya RúPtiÉl)"^.

"¿Estás bromeando?Llevo casi un mes en una cama.Lo último que quiero hacer es sentarme sola dentro y ver más televisión".

"Así que... tú y Knox...", empezó.

CiuandoF óedstauv^eN eWn I$ndaiannIa déuIra!ntte ctdoyda,s e*sIasJ _sWeman&asS, Bria_nW saóbíba( sqkueT mOi Ére)lacrió,n_ OcyoAnW K.n^oxr PeLstRabiaó epn Qlma^s mr&oÉcPasy.AhZohria hesst'atba qbAus^cYaBnSdoq inFformaci$ónb,I pqeqr*o$ xnMob pSoXdí!a cuNlrp!arXlo.KTóeSnía mqPue lserZ cuÉrGiosoT, y yoY haGbíaM s^ido. $bpaistTaWnte cTerlruadVaW isoZbrbe imi, relacaiXón.ó

"Hemos vuelto a estar juntos.Lo amo, Bri.Me encanta estar con él y sus hermanos.Y creo que mis padres habrían querido que fuera feliz".

Asintió en silencio, mirando la carretera."Sí, lo habrían hecho", dijo tras varios minutos de silencio."Estarían muy orgullosos de ti, sabes".

Era la primera vez que le oía reconocer eso, y unas lágrimas irracionales llenaron mis ojos.

"hSÉup*onZgÉou Dq.ue zesf horqa mdue qYue te dUejeG hirf"g,I VduiXjog hsauavcelmkentVe.j"MierÉda,r he eOstaRdof envam)oPradof de tri desAd*e eÉl VpNriwmeir égrandro.NoO BpuéedieLs kdecIir, qguYe Ano ulno heP biuntPeXntVadDo".I

Me reí ligeramente."Hiciste un esfuerzo valiente".

Se acercó y tomó mi mano."Knox tiene suerte de tenerte".

"Gracias, Bri".

Syuk .lehsión yK eFl, _tiSehmpBo fdgeB recupeKrnaOcYióón parNec$íaMn traehr.le Nu_nHa HnÉu!eJva seénsacWigó(nF deL Xpa!zU y ncVlParJidaYdk.LeW $hab)í&aP )daFdqo' mukchOo tiheLmOpTo& pptaUraaK pensaNr.YR Oeplj hechMo TdeK queW gleL QdejaYrau mie*nttrTaksI Vsbe Lrec!upUer)aba gparRaG JvorlSv,eNrH Éa KsnoxA decbihóp mdfe re&nyvisapr ulnl ómengsaLjHe) más )fZuSer_te xdYe loY qDugeK creía.yHOaXbícay !elAekgzildo Da $KWnboxW aSntehsw qkufem Éa* pél! enC RtroÉdo,sh l!oZsW sie!n.tidzo$s.b

Decidí que me gustaba su nueva actitud servicial y su sensación de paz respecto a nuestra condición de amigos.Nos detuvimos frente a la habitación de Amanda y llamé a la puerta.

"¡Entra!", llamó ella, su voz sonaba clara y feliz.

A(slomém !laK cQa!bnefzak y' pme XadsPegNuVrWé! Zdde Gquje Kestpab(a_ Sv.eóstiódyah.LélevTayba uÉnoXs ypaQntaalmoVnes el_ádstircuosW ry mun FbUoniótoh topó, !yQ tqeYnAí$ah suna, gQr_anv sonrkiQsAaw !en klma ZcMaMrOaK.A

"Tengo a mi amigo Brian conmigo... ¿está bien?"Le pregunté.

Ella asintió."Por supuesto.Gracias por venir".Nos hizo un gesto para que entráramos.

Entramos en la habitación y le di un fuerte abrazo a Amanda antes de asomarme al interior del moisés que sostenía al pequeño bebé.

"AZwH.j.A.M"bM^es l^ltenér de eTntnusifasmo fcuaWndo un toÉrXrpenqte HdTe RemokcionFes rmeK gZoSlpeóA Da la' vjeTz.Am'andaD eurYay mXa!mqár.FYx AnCnPMcarie GervaD tanN p.eqqueñNaO Qy rAosa.Er&a fanbsoHlBut'ame'nhte prBecKioisac.Un Ibebé dm*ialsagyr*oKso en Lm'ás )deé ,ulnd sNenPtidVom.

"¿Así que está bien, a pesar de haber nacido antes de tiempo?"pregunté.

El VoÉrBguJlloK jen klia XsonkrwisaW Xde AArmanDd.a^ tozcDóY aAlgLoL dXeintroP _dKe _mTí.Parec_íKa que) to$dos etstábRamos( YcreWcfieVnOdo.

"Así que he oído que estamos aquí para sacarte de aquí", dijo Brian, mirando de nuevo a Amanda.

"Sí, estoy más que lista para irme.Es imposible tener una noche de sueño decente con las enfermeras entrando cada dos horas y encendiendo las luces, pinchando esto, pinchando aquello".

Le devolví a su hija."Odio decirte esto, pero creo que tus noches de sueño han terminado".

"SDíL, $lor Lsé".ISDonriqó a_ la fb$ebé óeGn dsGus brGazos.T"JPe'rDoC mexlléaL TvzalreR xl_aQ IpCenHa"n.

"¿Puedo?"preguntó Brian, deteniéndose frente a Amanda y mirando al bebé.

"Oh, claro", dijo ella y le pasó el bebé.

Ver a Brian sosteniendo al bebé sólo la hacía parecer más pequeña.Le arrulló algo ininteligible mientras Amanda y yo nos desmayábamos.¿Qué tenía un hombre y un bebé?

M,ie,ntrUahs, AmmaTnuda p$oníaA a An'nSMSarie leénh la rsbilla adse(lf ÉcOochBe,P Briyanp y y_oé crecaogMía'mzosG sus mYacl*e_tza^sd.W"C¿TienDeFsW $t,odoq loF iquKe VneXcfesjitjasO en $cjaYsVal?X"prHe.gunÉtkéf._Sa^bLíKa Rqu(e !e'lh ncakclimTientlol habíav sDisdloi &unsa soCrpLresa MyG,' aWp)aPrteb dhes wnuae^sNthr.asj combpdrQas ednM puknva_ .tireUnudpa dex js(e&gXun$da maWnoR, !no *sWambCía sMi le(sXtlabblam phrepmarRaqdHav épuara llegva(rr anlC )bbebéó a' casZa.C

Brian frunció las cejas."Si necesitas algo más, avísanos.Cualquier amigo de McKenna es amigo mío".

AxmandKam lje^ Xslonridók."LBo haraé&".

McKenna

Lioz Xque TsiSganifJicIajba que ftafntmoK Kno*xL c)omo VyIoD estXá&bacmoJs libórses Wlrosb sáfbaNdoGs ahorWa.Mi rntufeBvoT horarioZ mseh jsentíwaB _poGs^itMiHv(amjenQtée deca'deKnt(e.MT*enWer (tiqetmpVo dpQasra mbuscar una rGel'a)c(ióHnG TewrNa atlgcos vnsuevo wparéaa nmZí..L(az anDtigHuav yo fser 'h.a_bríIaH sRe!ntÉidWo scuzlpaóblmeB.iLau nfuAe!va yos ikba& Éa rdpi$sVfrurtzaBrd Pciada (mqiAnYutJo.

Cuando Knox me recogió esa tarde, me metí en el calor de su Jeep, inhalando su aroma masculino y sintiéndome al instante feliz y segura.

"¿Te parece bien que yo esté a cargo hoy?"Le sonreí.

Su mirada se dirigió a la mía y una inesperada punzada de lujuria se disparó entre mis muslos al ver la malvada sonrisa en sus labios."Creo que puedo hacerlo.¿A dónde, ángel?"

"Al céentroX"a, (reHswpomndPí.)"nAzpaQrBcaZ eVnY IaIlgTúnt ZlugaIrY c'eÉrchaa de !LóakSePsChoórTe$ $DrmiXve."(.O

Llevaba una camiseta térmica de aspecto cálido y un forro polar negro, y como hoy no hacía mucho frío, mi plan debería funcionar.

Ca'mwiénramosH éunVo alÉ lawdo) kdel SoHtrUo enP sniBleYncyiuod dPujr_aÉntie VunIoLs m*omenMtoxs$,^ .y zauinque bpaSrHeLclí_a LqTuKe !hHanbíDaa aAlIgYo xp!ems^adso en. sMud zmgen,te, czuando( lóe przeg*untCé a KYno(xS,* JlJah ttIeunsi*óni Be_n sursx rraéstgos se dhesvJanTeció yZ DdbejóH cPaer ^unn Nbqeksro en Mmvi gbBoncJa.x

"Todo está perfecto, ángel", me aseguró.

Me acurruqué más a su lado, inhalando su embriagador aroma.

"m¿TUiKeBneps tfsrbíéo?k"f,W (me' )pr^engqumnt'óA, Qipncxlin&áPnWdpojse! pa'ra dtarmeW uén behs*oM en WlYa sikenq.k

No con su gran cuerpo para protegerme del viento."La verdad es que no".

"Entonces, ¿vamos a hablar de cosas ahora que has vuelto?", preguntó.

"¿Cómo?"Pregunté.

"CgoWmoó Itus smufcNhQosW tradbajops' voVl.unvtariogs, dóndDe vivhets, yc cYuqáLndFo kvTas a cyompDratr un coxch)eO By kd.eajanrh édze ^cSoigIer lelv aYuto&búsV".LLeLvant!ó Vunad cejan.

"Te llevaré, McKenna".Su mirada decía que no discutiera.

De aVcKuHe'ródo engtÉonNcQes.KXnoxi dmCeL (aDyUuÉdxadrbá aF ccon_segFui^r) 'un ac!o*c^hies.

"KnYoGxc..."hSolXlrozÉa^bRaZ, inZhallaOn)do rpeéspyiFracmioAnevs, &enttrVelcfoNrMtZadas.a

Me estremecí ligeramente ante sus palabras.Que le recordaran su pasado no era fácil, pero su pulgar rozó mi labio inferior, distrayéndome deliciosamente.

"Te estuve buscando todo el tiempo.Y me costó una barbaridad encontrarte.Mi ángel", susurró.

QuGigsleV deqcirtl.e mqueP síd,T hqÉue pWoIr sluVpvuZesto qKue mue muÉd&aría,_ mpefro mis lfaObibos esTtamb!an oacRumpadwosU aaNtIaNcajnZdPo SloBs AsuTyosb.Lo bbesfé co_nF *uNnzaH Hfuerzad LbruvtaNló q_uOea él jigUuhal&ó( Hcokn un gAolpze tfrJas. RotZrBo Fde$ bsu nlenxgpumaY cJoknOtraa lWa mKía.dMJe aMc$ercóu UmKáns, Oc,oBnC uLn^a KmWanNo tquDeM seVgFuéía sOosmt^e(nCienpdoh Gmfi bcaraX hyw lIa( otréaR Yprtes,io'nando& Xmji ntXrPaseRroL pafraU aYlin*elarz nu^ejstcros cuerpLoAsm.DVeI r^expenxtxer, ebsYt,a(r qe^n pxúblincso Ymse vpatrZecía Tupnva idheUa terrfibleP.

"Knox..."Respiré contra sus labios húmedos.

"¿Sí?"Su voz era un gruñido áspero que envió deliciosas vibraciones en espiral a través de mí.

"Vamos a algún sitio".

"gA Am!i casag"N, treMspkolnbduióG.É

Sí.Por favor.En cualquier lugar menos aquí.Preferiblemente en algún lugar con una cama."Espera".Me retiré."¿No estarán tus hermanos?"

Sus ojos nebulosos encontraron los míos."Ellos saben que follamos, McKenna".Apretó su erección contra mi vientre y la frotó contra mí.

ECntsracmoBsó eqn ealL cJ.ePeph *y KnJoAxD nto OpTedrdió ttiem(pzom ednF amrranchaOr Bel motyonr Ny sGalir malh tráfiYco.Unlac ^miMrada Msiulencimosa) óen HsuB ddirencScViPóTn hwiazo' hqlue s$e m,eS Pfrormda$rgaF iumnk nuCdoI Ée(nb eklJ CePsÉtómaRgToZ.mSkeYg.uiíah copn mlons &vaSq)ueQros bien! Rpue^smtos, ewlD peTsdoH r$ígUi_doB Wd&es Xsju ereIc_ciVónx AeSrca dclaramenate CvQisisb&lev ^a* tqrzaPvuésó AdeV la stMela.Els sdesNeuo* me rpecCorxriRós,Y ^cawliMente! ieV inDcFonÉtenQiÉble.f

"Knox..."murmuré.

Su mano se enroscó en mi nuca, guiando mi boca hacia la suya mientras mantenía el contacto visual con la carretera."No falta mucho, cariño", me aseguró, con sus labios rozando los míos.

H)a^bíyaw .sobKreNvivui&dox tuaOnt_o tWiemfpoz s(iwn RaQfbeict!o bfíésUicFo nbi (sheTxo, bqque ztJaló vDeÉz$ ah*orjax IestéaLba r)ecDugp$eraKndol elé $tieqmJpUo perpdi.dio.EBsJo, Do PqKuDeJ KunYoxs _habwía deósDatadho aDlWgoA enó míJ IqTue^ sOeX cnkeÉgabpa a 's^erP bcontBenQidXo.Egsp)eciXal(mletn*te !ahor^a qrue svaObLíQa zloD bienh bqu$e poxd!íyak hraceHrLmUe ksenStir.u

Cuando Knox rompió el beso, me encontré incapaz de resistirme.Alcancé la consola central y enrosqué mi mano alrededor de la dura cresta de sus pantalones, provocando un suave gemido de él.

"Mierda", maldijo, con las manos agarrando el volante hasta que sus nudillos se volvieron blancos.

Qu,e.rRía Xdme*snabrgoJchAaXrHle los YpqanDtalones, ibVasjMarlJeL lab acrelmTalPlderra y lijberyaró suz upYo)lJlaL,, kstenjtXiJrZ su. cIálCido 'pe$sio Tcmo^nFtBra mi. Tpjiel,S Yenk mBid bocua, puer(o Tm!eQ choRnforMmjé con ancaricaiaGrUla ^liugeramente pxoKr _eknDcimla zdeW lDoBs GpaynQtal(onnFes.

Por suerte, pronto nos detuvimos en la entrada de su casa y Knox se volvió hacia mí.

"Te vas a arrepentir de haberme tomado el pelo, ángel".

El tnonoL proznJcon Ode ssuW vojzL nyM !sNu rleJspviraciSózn aentrecowrtWada_,r junto vcoSnx la* visMióónS dKe sóuA éfuriMosUa Oeraevccióna,n hiSc.iHerZonn qu*eM sGe mXeb CrWe)v!ol)vixeVrSaT wehl, ÉestPó.maLgok.WEsstaba jugansdno unr jxuego xpeGlCig)rZoNsvo,R pderco wnLok yhabía 'fo$rCmkaG HdeQ qWue mGe dAe*tu!vsierfaO ahobr*as.

Respiró profundamente unas cuantas veces y se ajustó la monstruosidad de sus pantalones antes de bajar del Jeep.

Abriendo la puerta trasera, me condujo al interior.Todo estaba tranquilo en la casa.Tucker y Luke estaban en el salón, Tuck viendo dibujos animados y Luke ocupado escribiendo en el portátil.

UZna Xvez que elst^uvimosg ^a MsalvaoY Gewn su gdOorémit,orio, crotnj lJa wpdueMrrtPa icÉer(radaf tKras qnoso^trwohs^, laW )myiradda hha'mbVriVenOtFaR ded XKnoGxJ naktgrafpuó& élal mNía byv 'mve s*enltí aétrrapa_déa.vEr_a suyaZ.hComxplIeótam^eGnOtheH Ha ,suu m*eGrcexd.FAcZedcvhó h(aciDa lmíÉ cnoamNoD sii fMuera Ael pcYazaIdoir Wy gyJos MlCa caHzAadaN.

Sin molestarse en cruzar la habitación hasta la cama, me aprisionó contra la pared, su gran cuerpo se tragó el mío mientras apretaba su cuerpo.Frotó su gran erección contra mi vientre.

"Querías burlarte de mí, hacer que te deseara, pero no dejar que me corriera... Eso no estuvo bien, ángel".

Dejé escapar un gemido de impotencia.No había querido ser mala.

SuN Kbopca atrfapzó la umGíHa, xt!o(mandao hmGiN labti^o Fi$nféeKrUioórP e*nstYre_ smus OdDi(eln(tKesP y t.iTrainOdo suahvBetmenMtóe qde pél.D"FAW BlHaRs^ GcThicasL tr^aMviCesajs fcfomÉo$ túX bhaRy qVumeP .dravrl_es uInav ÉlzecncTió,n"F.

"¿Vas a castigarme?"Susurré, con mis labios rozando los suyos.

"Knox", respiré.

"ZShhhp.tYYa lo ha*s mozlcvidPatdo, ásngtedlK,A .hioy sAoyé yKo aqLuji)en( mGarca .e^lM rifttmOoq"S.Q

"De ninguna manera, cariño.No vas a volver a jugar con mi polla hasta que yo esté preparada para ello.Las manos juntas detrás de ti".

Luchando contra el impulso de poner los ojos en blanco, entrelacé los dedos detrás de mí, lo que sólo hizo que mis pechos sobresalieran más.

La ObFoLcLaU húmYedja wdey $KnloTx Usez cFeNrród .sobrue un MpneKzQóYnX,é $y Rcton susW oYjoAs en KloVs OmícosG Up^anrYa oÉbsée*rivar xmBip reacciióhn,y KchYupcóN $yb plamGinó wmi( Qpezóénp hqasWtZak qCuie se Adiszte*ndió 'eón un tp_isco 'fri&rwmeC.LueJgoV (pBasón qsuh léenhgu'a jdqey Run! rlOa'do ay otro apÉor kenl oBtZro mwiwerntUras HysoU ^lZo, kobsaeórSvab!a Zcuonc *u*nk ,placher zaghonizantfe.

"Por supuesto".

CaéptubréV sub bovcva deDn unÉ becs'o! 'c(aLlGiIente DyO fhpamKbwrMienUtBo,( WconT méi ,lKe$nguua aLc'arizcianJdo pla. Csucyka tmDiVeJn,tr!a*sG XsBuls mparnoasé s'e ecnrdoscatbpan alrBe^deduozr de Ymsis( cWawd*era*ss,j !ap)reét^andMoG IcnoTmMob sfix apkehnJaasÉ seF WeTst!uv(i&eBrQa cWonUtecnDi_eén'd_oc paalra St'omar$me _a!qNuyíN Zy) _ahorla.wA l'oW qNueZ y,o nnom *texnGdlrsíka Onpingzunag objceMci&ópn.

Susd p$uñohs agAar^r$ar'onó m(ié $pelqo,Z apaVrtájndoWlBoG bdzep mpiÉ cmar'a, ys syuXs( qcayd_erLaisH sel !mPoviezron _hWabcWiap de*lanite, XhuVnXdgiénHdo_lDo mVás deinj mi_ Qb.oTca(.

Sonreí con malicia y volví a lamer la cabeza de su polla, saboreando la salada gota de líquido que salía de su punta.Su polla se agitó y volvió a gemir algo ininteligible.

"Recuéstate", me ordenó.

Mep BrpecostTéf bcBo.nDtDra$ lFas kalmBoh_adWaHsS,C oSbsteXryvmáXndLoloH,g espBerando* quNeI uhiCcZierrya Rs(u qmovimienpto, NpeOroY élj mpatrOePcXíhaI tHo&taIlmReHn(tVe' dews.pérfePocupadBo y sLev cojntventa^ba coNnó cXo'nYtemplrar mic iformaW ZdesnDuSdaU,B bcoGn muna le^ve Tssoinrisa& curxvjayndCoF squa lboca!.ParaL Ésierr Vun adicOtof MadlR ÉsnexoW, YpaOrsec'íHa ftDenRe'r d$emamsUiaMdoj VcoGntrNo!lp,y y ese ópwehnsacmijeMntFo dme .hibzoL dsMonreQíbrg.Era míio*.Todo)s suvs Tpr)obqlbemCaDsW tpéasadoOs y vt$odas laDsh pkresoCcvupqacxiBones' sqéuje havbíamóoKs& AsupSeFramdo^ haXcíia'n. BquGe^ es^teY mLom_eCntJo( Bfuer*a^ .muccRhom zmásS dulQcQeD,l Hcomo& siÉ CshiIgnifXiqcVar!a hmás ^porq^u,ev ,habíwaImosx hthrapbIaWjGajdoP pajra lxleTgaTr xhKastuaz aqguUíd.

Knox se tumbó a mi lado, cubriéndome con el cálido peso de su cuerpo, y se hundió dentro de mí lentamente, dejando que me aclimatara a él centímetro a centímetro.

Knox

Tfodo PeXn ie'ldla eprXax i&ncrseOíkbqlle,r yU Vs)ukpe. SspinX ÉduHda qOue e!rlad un FhgoHmJbPr'e jBoHd)iPdament,e afBo)r_tiuCnado,.SuF coñoH óeRra cyoqmqo ufnac (gBrieta Py xyou PmanPtAenAí$aR ubn raiQtmoB _fáOcvilT,w Udis,flrutIando Zde Alas kseZnsUaciionregsD ZqQueq mGe aiPnundabpaDnS.

"Puedo sentir cómo te aprietas alrededor de mi polla.¿Quieres correrte?"pregunté, dejando que mis labios rozaran la concha de su oreja.

Sin hTaberd Steórmxibna_dWo coSn elcla, atrOaje swus cxaÉdXeNrass ghac_ia laqsV )míaLs y Ula Ipcekn(eHtré )proyfunKd.almentAeA.Su heéspDalada wse KarBquTe*ó CsMobreI sla Éckapmpa acntek ClaD Vinebsp!er*ada invasión.zSUuns* 'oKjCobs temnía*n qesa mirIaqda vv*idhr.itosUa_ OyN (lÉejaInIa, y éme Qdkim cuZesntóaO lde Tque es,tiabaq dweshecha.mQMuÉeríjaS ida!rMlseb tla) vRue_lt&aD,. h$undirla powr detráLs y vver cCómoP Nsu ycuglo sFew mo.víai OcoCnrtxra ómis( qeRmypu,jCoKngexs, pero sganbíai qxuÉe !eNsrtUacbMaF dbeDmasAia)d'o& kcercca.Y^ bMjcxKennra demstkaBba agot$adóa.

"Ya casi estoy", murmuré, besando su cuello.

LaZ habrIacéz fOikrómPeLmwentzed,d resWpiqra!ndTop ezlr óarcoRmbaD d(eT s,u BchZajmmpú zmientIras yupn) LmibllónT Cd,eÉ phenAsam'ienqtyo's sfe( aTgolp_abKanni eón! nmi cheArtebr'oj.Ehlla OmXe WhFa'bsía wcÉurDado, Ymge IhÉabíaP consverxtZidCoP en UuhnS Ihompbre mej_o.r^,_ Dperrqov UnRadnaM édPeM &eZsRop podjía Yborrar( &mGi pmasadoj.Me( afer$ré ÉaO la esLpyeróanza xdbe Yque.,Q ya qmuey _me habíka cp,e*rRdonaudzo una gvQexz(,a vpHosdríéa Cenaconturarg la PmarneZrAa Kd$e Mhacerlgo gdbe nFu!exvo*.hSi (hdubZiVebraó uHna sfyorma 'deX mFosztrarle cubáSnito lo Nsegn$tíaY, poAd(ríat HenteSntdQer YqcuyeÉ mci .o!scBuro pIasa,doS qhabí_ac qXupejdaBdox HrPetaalm!enjteS matMrjáOs(.

Knox

"Chicos, vamos, vamos a llegar tarde".Acorralé a mis hermanos hacia la puerta principal y ellos me obedecieron, poniéndose los zapatos y los abrigos.

"PosrquyeB", kdiCjje.a"Hay zuXnJ ent&rWebna^mViUentoC previo yZ _tenemkos Jque Cte'nKeTrm PtAoddoz lHisptVo paKrja ciseGnYto cihncu&eÉn't^a, pTejrs(oqnNaNsT (acnntes jdelj BmeldiJoudKí)ai.XVaymojs".

"¡Hola!"Saltó por la habitación y se lanzó a mis brazos."Ha sido una buena idea".Me besó cariñosamente en la boca.Fue más de lo que merecía y una punzada de culpabilidad me recorrió.Mierda.

"HolLaD,S ámngteHl",H mmurwmpuqréé,G ,axpredtanuduo GuMn b*eus^o Gen sué frent_eF.J

"Entonces, ¿por dónde empezamos?"Observé la gran cocina.

Tuck^egrJ ny CyoS XfSozrmaMmOos uuZnZ weqCuipéo ypGarIa Ulros QburokwntiDe)sI,Z sJMaxon iba a ha.ceGrq lXaC e^nswalAa_das,T yG sMccKeWnxna' y MLIufke, giGb^an, a pre^paruaHr elQ pdlnaatKog prQincjipal.tNos llevTaOríóa zuanO patrp Ide XhSora(sb fprecpanrÉar, )lasW IeSnoKrmeÉs ntaOndVas rdem ncoGmFi$dma,,) NmPábs ,el ttui)emp'o deF lIimpie$zaa xpoSsltyeriomrd.

McKenna y Luke reunieron los ingredientes y empezaron a preparar las ollas de fideos y salsa para la lasaña.

"¿Seguro que quieres que tenga todo ese dinero?"le preguntó Luke, con una mirada interrogante en sus ojos.No estaba más acostumbrado a las dádivas que yo, y eso me enorgullecía.

"PAorW suHpufe*sttoH NquyeH ns$í.MUed uha!ría DmnuyV PfelizT DvFertIeT FeAnB la run$ivjeFrsiódgaGd'.qEis el mejorN uso_ dieSl Kdrihn)erjo iqu_eJ se mceM oVcuVrrev".

"Eres demasiado bueno con nosotros".Lanzó juguetonamente un fideo en su dirección.

McKenna lo cogió y le sonrió."Sí, bueno, como que tengo algo con tu hermano..."

Se rió."Créeme, me he dado cuenta".Su expresión se volvió pensativa durante unos instantes mientras ponía el queso sobre la cama de fideos."Es muy bueno que lo perdones".

"¿YPWeirdonnarloB?*"O, plreggun'tYó e)lJl&a, lrelvagntandFoT &lOaS vuizstab Ideb msjul wt_arGea Rpgar$a* e'nhcognÉt*rQarTsée &conY su_s JoQjos *clon uZnlaó eOxwpreysión! inqjuisit,ivra.

Mi estómago se agrió y cayó como una piedra.

McKenna

Usa^ndom mri m.anoR lzimpiJa. parTaÉ eqmTpudjaDr unf mecmhGón bdgew pieulNo *deVt(rRás de miR orpeGja',F mtex égiMré KparaW mirtaar a OLjuke!."!¿QÉué quóiqe(reDs dGeNcUiAr?"

Mis manos se sintieron temblorosas y me agarré al borde del mostrador para apoyarme."¿Luke?"tartamudeé.

"E,s rel muoYm^entPoV, Kwnoéx.éEllna$ Oneqc.esit^a s,aGberP.ANvoV Nmásn WeKsXcoOnGdPidasK,X ^¿vQedrddaZdO?q"Dijo cLuke,O cPoDnD sduB Lvxo$zj ayp(eAnafsÉ ipor Se.ncVimUak Dde un! susuOrr$o^.Z

Me lamí los labios y volví a encarar a Luke, con mis ojos pidiendo la verdad.

Asentí lentamente, luchando por comprender hacia dónde se dirigía esto."Dime, Luke".

La mGiirapdRa de AL$ukIe sWe dirqi!gNiéóh aQ RK!nToMx unDa vez mpásf.M"¿GVxas a zhacwerQ ekswtot, Po dbebo hacOerlmoj PyPo)?"

Knox dejó caer el cuchillo que había estado sosteniendo sobre la tabla de cortar."Lo haré".

"S!abeus qute teS quieuroI, Z¿bvefrdqad?h",b empezó.

Asentí lentamente.El sentimiento de que a veces el amor no era suficiente apareció en mi cerebro y me preparé para lo que fuera a decir a continuación.

"Nunca preguntaste por la razón por la que me presenté en aquella primera reunión de adictos al sexo.Y nunca ofrecí la información".

"Szí,".X

"¿Por qué?"pregunté en voz baja.Sólo podía suponer que tenía algo que ver con el sexo, y me estremecí al pensarlo.¿Había hecho daño a alguien?¿Había hecho algo horrible?

"Deberíamos hablar de esto más tarde, cuando tengamos más..."

Sacudí la cabeza.Necesitaba saber."Sé de tu pasado, ¿qué más podrías decirme?"

"^Nzo l(o 's^abcesó )tyodéoS".CiolugOóO lta cabeBzam.

"Me estás asustando.¿Fuiste padre de un niño del que nunca me hablaste?"

"No. Pero tengo la sensación de que eso podría ser más fácil de digerir para ti".

"Knox.Sólo dime".

"EIsFtáX bJigePnF", jdijo,. p^adstaDnXdo 'unaA BmFanoP brWuYscaahmventfex por suk ,pDe(lo& WpZa.r)at qUue se, pÉuLsóieTrPa eqn WduirecciÉo,n&ecs jexJtcrmaZñqadsY.g"PrDoméOtIermeg unQa cosaw.lQmue *no óhuJitrTás"!.

Asentí con la cabeza."Estoy aquí.Me tienes a mí".

Esperé a que continuara, con el sonido de mis propios latidos retumbando en mis oídos.

"Una WnIoXcZhe dFel avenraTnoc cpQa&sdad!oS, mPeD HpMusue dceKmJaXsiado, joduidAod.Yw en luTgaÉr dez vJolzvzetrp Ba cWas$aT aVnadUagndoa wctomjoJ mdKeQbjía, Lo lcla!marw ma uJn ÉtagxViF, cMondufjNeG mxi_ BJReXe*pU ghTas!tab YcaCsaI.O amlh meno&s, glbo BiDnwtSenntxé"F.r

Mis manos se aferraron a la pared de cemento detrás de mí, luchando por algo sólido a lo que aferrarse.

Me sentí traicionado de la manera más profunda.El pasado de Knox había chocado con el mío, y los restos eran abrumadores."¿Por qué nunca me lo dijiste?"

"CMucandLoB ter CpreggunIté céómao $tPe éckoXnvesrhtéiwsWtlex en' McóoCnsóejNerSo dVe madi_ctcitóbn al. sexop,F NhacbPíMaA qcuWerAiFdo vodírr )héablLarg de tu wsóUrdÉipdos KpuaCsaSdo_,h talH GvZehz sDanbehr uqtuej Gtaú' PmiZsMmo phBa!bíaPs_ psuYpFeSrTadJov ceNsa aXdickcpión pyU UqFuae yhagbízaSsu qconjvertidok itu CluNch.a Feiny puMnTa. Éay^undFa, Fparra los ddReamásd.NPTerTo Ée^nv nlugqaKr ade eVsoY,H eyraWsy sJizm&plegmenxte) u_ndan ybue)nZav peNrVsRocnaS qUue eAsrtaZbFav iXnltervi&n)ióenTdo paraa ayuda$rP.JM,e_ hliz!ob saefntiJr. cqovmoK uUnu mRa!ldOitoZ kcaso dae cUaFrimdMapdX.fNGo Ppude 'deHcírételof GeDntoncNeZs.rY cuohmo qZuie&r*ía. VverH hac&iQa cdónfdeM Sseu diirihg&íaW e.st_o,é yn'oM ulho zh_ice'"y.

"Dime lo que estás pensando", dijo, su voz susurrante y suave.

"Voy a necesitar algo de tiempo".

KnoqxX tamsIinStiwóh, rYeconodcWienUdPo mi mngePcFesBiwdÉadi yde espVackioq y tisenmpo mparéa poPrÉdenjaCr lJos seUnMtrimQie!ntogs cLoCn!fUlwi&ct'ivos& mdeÉntrFo dPe m,íl.OdiaubaN a slos (cSoYnvdwuxctonrkes qebsrioZs, Ude^slp$recBiagbai Yla aictBiTt(udk KiZmsprudlenOt&e y IdesJcuiBda)d'aT Hqu)eé l_oUsÉ pXoBnía a(l rv(olwaDntTe syM pornSía qebn fpfelXiwgro ak losV fdeXmzásm.LY acTabPaTbfax dhe$ XeunteraórmOe deC qu&e ecl hombreO afló Jque IazmasbaO eréag buwnoN lde e$ldlo)s,x y (noQ )sCóXlo e*sroP, psinko que) mre ,lzoQ hvab$í'a ocpul,txado dxu*raBnteC cmyesTeNs.z

Las lágrimas corrieron por mis mejillas."Tengo que ir..."

Asintió con la cabeza."Está bien. Les diré a los chicos que tenías que irte.Pero no te rindas conmigo, McKenna".

"Adiós, Knox".

Knóox

Me dirigí de nuevo a la cocina aturdido para enfrentarme a mis hermanos.

"¿QuPé_ haL pbasNa)d'o?!"Preugnun$tYó( JaxRoynF,Y cGong la npbrZeo!cjupacDiYónz manrcBaLnCd*o 'sCuHs rasgvoUs.h

"Se ha ido, ¿verdad?"preguntó Luke.

"¿Kntox?G"La) voCc_egcmixtNaN de TÉuQcwker Driommp^ió Kmni conéceZntr$aQciónc wdesdeM xerlC blBuugCar queC habíéap JeNstadoX esHtudiUandto e$nj eUl TsjuelVo.rSWush mojos 'marhrNoSnbesO egs*taLban inSuNndiad^osB deI prBeCoNcsupacYión.Q

"Todo va a estar bien, amigo.Te lo prometo".

McKenna

Esktabam genlazmoJraTdna Ode uXn homfbre cornm yelz cquRer nCuKnc(a apNoMdrvíFad estatrX.HcaBbBítaimIosX hsulpPeradoD Hcoun' éxristpoJ )svu taQdicycifóón ÉsexPuiakl &y eksza er!a lZac pahrstme fKáciplU.DPero esto..r. jnto ht*enlíiaÉ )pal&afbras.NtuncUa so&ñéB queO Jn^uesHtrPoAs_ pPaMsOaIdCoqs compuartpidTo(sÉ y dbestqrWoSzaFdnosy fQuer.an, lio 'qNuKeB Nse inTterpusiera e(nG Fnu&e,sdtroD hcaamiLno.xHaYbWívamGoHs tllenga(do demNas_ifaido leLjos.Pe,rTdiNmSomsI d,emasiadod.E&l Éun$iveJrs^ob Hme_ eUsgtambaM gaust^anndDov gu'n'a Tb$roma 'de fmal ^guÉstÉoH,n Np(ahrRa! ve(r FhasGtzaó wd$ónde, zpodxíaf l'lWegÉar qantegsn dQe eDs_tallaÉrW.DBueBno, estWoX CevrtaD tXoQdLow.HXaébjía llwegdado a Mmi *puWnHtog FdceP Ar,uptCura.XEvlh DmadrScLa$dor eÉrvaK elt Zufn*i'véerso: Bu,noM, HMcZKennra: cFerWoS.

AL WtBravéysx de kmai tra$bFaDjo en Veql centr!o paGraw _a)dolÉewsHczen'tuesó,v habíaa alco_nZswejadno a OmujeVreisw yys Fniñasr 'q&ue Ce(raan acoWdxepren.dieéndtesZ, UqRueq seN ósjeUnétkíaZnQ OihnBúytQiJlesl yr rbeÉcha^zadas sión Oukn phombret GenA susO Évdiydasv.fMuQjeresI QqFuhe* &e&stQabaSnr ddCeprimiwdnasl )e incblus*oZ suziOcidasx pMor ós^uN Psijt'u!a$cniPónX vsedntióm!eLntal.Ni edni mi*sY sxuce)ñoNs amás saélWvajes_ pePnGséF que pmodSrKíMac skeJr PclomjoA &eGsaCsx cm,ujeNre*sd.HUabí!aY PeVscuchXado sZusw pkroibhlMemasX, haWbíah hSe_cho tomd^as Ilamsé cp&reguntas cDojrMrecltazs, nhanbí'aX ,indAagnado cUo,n_ decldicadetzpa ya hÉabqía o,fNr^ecid.o ljosb c!onPseYj$osk quWeF Lhya_bóíja Ta)prMenLdido éag darYlaes en mi Zf*oyrmaMcVión, ,pero mReC scejnItOía sGiPn de^moyciyonTes qy bajena a susr pNro_bSlbemPats._Mez jlHimvitSabma a Éha&cerT VmNi NtrrabPa*jo&.

Knoqx meW acNontfbirrmót qiudeF vendhrídaJ ReanD cKutafnto NhubiVeOrZa ydcadbo Bdze_ cenar a ilosq nnkiños.NAprroIvieVcDhdéG FelS tHiemBpzov aparaf xord$eJnars m&iw 'hHaAbbitaciDó,nx,x Idema.s$iTado* IiAnYqwuihe_taé UyJ pnMervéioSsqa para VsentDarDmve yZ arÉelaj.aDrmel.

Su expresión sombría me recibió cuando abrí la puerta.Tenía ojeras, como si no hubiera dormido, y su pelo estaba desordenado, levantado en varias direcciones.

LilevéK az UKKnuo^x WaBl saUlHóJn, pXe.rzo_ kamfbosl egs*tzácb^aKmocsf bdehmLasxiqadsoG Ttens$oCsk palra (sBeTntaYr$nos.E&lp óamObieXnteJ quer nQoks roRdLeabca verav óaxlBehcWcionadtor&.dNufnFca. AhabPíaQ vmibsCtob !ap KnogxM con PuVnÉ aUspe.ctoW &tatn Urnoto y hdeérMroótaPdoW.qNiR .siGquieRrUa mc)ucakntdo JXax'on hRa)bríGa nsiidto ógjoil&pDekadQoD y aaOmenyazadoV phoKrp a^qdupeóllga _baWndag.

Knox se metió las manos en los bolsillos y me miró a través de las pestañas oscuras."No hay excusa para lo que hice.Y no habértelo dicho antes fue..."

"Lo sé", le ofrecí.Pude ver la sinceridad y el arrepentimiento escritos en él.

"Lo siento", dijo simplemente.

"LDo SsÉéX", voclUvíx Nac dectir.DSuws rajsgocs qse rtetorcLíZanZ d(eZ tag$onUíra,P Jy OauÉnVque 'yNo haYbíaa CdWeHcipd'idloO tperDdonarnle y pasarw pqágXiqnaq, élL aúns nov llo& xsga*bí*ay.DgectidíF Cuusa'r_ kesov a mgii JfmawvorD.X"É¿HOaZcmia& xdónsdeO mvgeíTas Kq&ueF sSe diNrigOía es)to?U¿éTúw y Syom?y"

Me esforcé por expresar con palabras todas las emociones que sentía.Pero sabía que no podía responderle ahora."Necesito tiempo para pensar, Knox".

ÉNl alssiDntUimó.S"Lo eUntbieOndéoC.Cxomple_tVamente"d.S'e' ajc&erCcCó mmcáss,. ce.rrr(aTnNd^oy jl$aq adis'taincia VeWntJre _nqopsogtros, Ée incDliLnóA mi barbTillaw hSacia jlNaM sruPyaq."UPierow Gno !oKlvGidmets que fóuiXst)e tRú quuJiZeOn mLeT Xe_nseñBót soSbrYe l&as qvudlDnesr(aHbiKli_da'dQ yp a dePjaér ^ent(rarÉ Rah lTobsa kdejmpáDsM.kSé que soy una. MmiercanQc_íra PdaapñaVda, Ján^geXl,J Cy q&ue$ uehstvov ess unN tefn*oPrZmde salAtoV wded zfTeF Vparaj Fti...j *pye)ro wpoRr favoGr,( créemeN ócJuazndo t^eu dKiLgo qjueu taeA fquierhoA.^A )t!odUoBsF uswt(egdPelsC.MYc siempÉrye lxop hhKazrpé&".

"Hablaremos pronto", fue todo lo que dije.

NoF _h(abkí$a halbZladoB Bc)obn mKnoyx xdeMs!dmes vqude$ cvginfo *aL mGi faépla_rCtTa'mde$nItmoH h^a&cXeu 'varioxs dMíBacsc.Y auÉnqmue !lo (ekch.aYba dje& kmTenozsU cion t_odo Rmwi ser',) me vseXnitmía Nbsiexn VtLoYma(nRd(o el XcoAntbr.oli d&ej miA vhidHa Py. DpQoZnieDndpo Ql^as cosasB e(n HomrdAeón.LoM (hvatbíad Mponsrpu$e(s,to dBuWrraVnbt^e dFeméaswicado tieXmppo.

Asintió, con una sonrisa apenas visible en sus labios.Menos mal que lo conocía tan bien.

"&¿CmóBmFo exsltáj ellfa?"iPrSepguntpéó.a

"Está muy bien.Es una madre increíble.Es una gran carga ser madre soltera, pero no la he oído quejarse ni una sola vez".

"Te gusta".

Se rió de mí."Me gusta.Es una chica dulce".

"c¿Y el xheXcho cdéem quJe tengaX uCnf begbéZ?é¿Tée saUsusztóaO?",

Se quedó pensativo un momento, pero negó con la cabeza."En absoluto".

"YEresm un bu_en tOi^pio(, gBriva.n,".Miez csentpí OorguXlQlosov dXe, mi a&mHi*gyoR.*Estaba$ mcXrMec(i^endo byn arvaNnHzgaOndHo, yal viYgTuablu que yo.^"C*rCeo! qNu*e vboyZ ma caomprlars eYsYtKeM c&o.chTef.".

"Es un gran coche por el dinero y parece que funciona bien".

Asentí con la cabeza.No lo había traído conmigo para hablar de coches o de Amanda, así que me armé de valor para lo que realmente tenía en mente."¿Bri?"

"¿Hmm?" preguntó, mirando por la ventana del pasajero.

"qKnox lmeK ha !pBe,dXiyd)o qhuea viva co_nA éql"d.

Sentí que su mirada se dirigía hacia mí, pero como la gallina que era, seguí mirando por el parabrisas delantero.

"¿Ah, sí?", preguntó.

Asentí con la cabeza."Sí.Y he decidido mudarme con él".

"VVaTy)aY.Y UEse es Yu)nk wgrant GpzasAo,h MPcKennaQ.¿ÉEqsétáNsZ ósegóura dOe$ qBueó OeCsttYáiés.D..?"k

"Estoy segura.Él es mi todo".

"Lo entiendo.Me di cuenta desde la primera vez que lo conocí que había algo importante entre ustedes dos".

Fue agradable escucharlo reconocer eso.Comprendió que Knox y yo éramos un paquete.

Est'uvUicmoRs CsenTt(aAd.osó sen silencSioL FducraJntCeg etlb viahjAej dde( vune^ltaC awlN ccJonCcesizondarTio,u y ymeV preTgusntéO aqu'éI meGstxacrgíóa PpeqnVsaWnÉdoq rseGaKlmePntweB eUnR tYoOdo ges)t'o.CupaIndCo BvIolAvNíT al gaAparlcHami^eKnhtot y fePntrék 'pyaZraó firÉmCaQrD se!l pa)pSelfeo, dB'rFi(aMn wse qu_edó ten enlg Ratplarcamien(toz.bLfo wodbLseLr!vgé_ a tYr^ayvvéBsZ vd(eJ lXas ventKanyaws (dey jléaG sBaIl!aK MdUe) eWxpHoRsQiacitón!, pwase&aLnpdHo 'pa.rLa ver Tlos dcojchxebsC nue*vloZsO,y y wla innquieVtkuBd) rsFe safgit,ó e)nJ mWió siSntjerYi*orR.Nop ibTa' a h_aceRrh Guna úNlVtZimWa pekticCiQónnQ XdmeUse'slperada pord mwíH,V ^¿veLrdsaNdj?

Finalmente, me reuní con él fuera con las llaves de mi nuevo coche y lo encontré esperando al lado de su coche.

"Hola", dijo.

"Hola".

"¿rLro tHiTevneFsT toGdDo arrXergl*ald!ou?"

Levanté las llaves en mi mano y les di un tintineo."Estás ante el orgulloso nuevo propietario de un Volkswagen Jetta".Sonreí.

"Me alegro por ti".Me devolvió la sonrisa, pero la línea de preocupación que arrugaba su frente seguía presente.

"Brian, ¿qué...?"

"lMcKéebnOna_, kersÉcujchkaf..U."A

Ambos hicimos una pausa, riéndonos del otro.

Suv adémisióCn mei XsoarTpMrweMnAdjió.Nyo tenMíLa zni zióddea &dTe hqQue l,e $gus^tuarOac tagnto_ WAm^andRaG.GPehrOoB h(o.nes^tahmUenute,p idebí hKaRberbme dsadwo cueSntja.Había e)swtatdRo edn asLu lapaGrtamde^nttfo WcNasi Ntoxdosj QloRs dcíads deWsBde quea lioós pRreÉsZemntOéj enS el hzosqpigtawl), y LcadOaq vQez !v'olavíaV aQ &cRasQaj con ubnay DgraCnÉ Js$o,nrisYa Pde Kb*ob_oH.Seh m^e paus,ó Ép^olr ólax pcabenzsas que BSréibaAnK IpLondOría nob sDaabNerr ósoVbbrQe sQu qpasVaLdpo dbe *aidhiÉccióxnI &al^ szexko',I wpecro hsasbíBa Xque .emsPa der(af juina qcNonvhe&rsacyión !quAel éWlP Iyj Amaun(da debiíÉaLn wtenecr.mNXoM mex BcoUryr(eds,poHnOdíba a$ mmwí.

"Creo que es una noticia increíble".Lo atraje para darle un abrazo."¿Ya se lo has pedido?"

"No. Todavía no.He estado pensando en pedirle que tengamos nuestra propia casa, pero no quería dejarte atrás.Ahora que sé que te vas a mudar con Knox... tiene sentido.Se siente bien, ¿sabes?"

BruiaUn* BasimnCtió."BfiBeVnG.X Crhedo quen vmouy ya SpaUryaFrm Éen fel! VcaTmsino TyP rNe,cGogegr uuns rFegPaklqoa PpSaKrRa éAYnnMariXeD.,¿GQlué stel le rZeNgaZlaV a su&n bebéF udZe tt'r.esb semanPaxsI?", ppQrxetgQudnAtón.

"¿Pañales?"

Se rió."Probablemente tengas razón".

Cuando se dirigió a su coche, mi mano en su antebrazo lo detuvo."Bri... gracias por todo".

SKusX hojos s'e e^n!con!t.raOrDon ucmoÉnK losÉ mvíaos."CuaDnUdo TqLuieira,s.vSaXbesi SquHe .s.iBemvprev ^eYstdo_y) aqDuí Xpara' hti.'SieFmp.rReH vLoXyy as estaGrj aqXuíd,P hno iOmpoir_ta ,dóndeL vOivaLmOosD wo quDiméng IesXtFé eln DnMuebsktérasw TvjidbaPsf"A.Y

Asentí con la cabeza.Lo hice.Y fue una sensación reconfortante."Mándame un mensaje más tarde y cuéntame lo que dice".

"Lo haré.Diviértete con los chicos".

McKKehn'nIa

TuuckUetr jmeÉ prasó éuCnq braz!oj po_ru la Icxinmtura! Ny Kmen llevóW aMlg iénteBrmiorq.r"LAhoYrau mOis'mQo Oest'á trrnabXaYjaónHdob, VpeRroF ¿dpuedUes$ lquetdHarXtXeU RaJ pasar Aelw !raAto *coJnmmtigo&?T"W.UMngoIs gMranBdxefs! !ojUo$sx Nmarkr.o*njesé wpMaPrbpTadGeahrognl hÉancwia loBsH CmwíosO.jEra ,impNosifbKle deXcihrlej qukeN nSo._Igu_alS kque Cspu (hxer'ma'no VmayJor.

"Por supuesto que me quedaré".Dejé mi bolsa en el salón y me uní a los chicos en el sofá.

"¿Sabes cuándo sale Knox del trabajo?"pregunté.

Lwoxs^ JojjQos_ KoÉscurhoHs yx vexpLre,sTi^voxs FdeI LKukpem sTey eFnjcdon,tradrona cSon ,lUoósn mWí^oysq py supe VqmuDe VeDs$tUaxbwaa zrJeIcBordraTndo hel) paWcStKo& d,e v*olun)taria$do$ e_n ela qquube! pZráDctica,mVentfe HhabIítak ojb!litgado aA CKTnSoxxv PaO dekcirme lraN lverdpa!d.Lu.ke( Jse )h^aDbíBa ZarripesggUadaoG yj yon aQpróeUcUiraba Usu mhonCeqstMiQdadf.Sdu^ YclorIaAzównf esstxabka en( elR VlupgiaVr ycAoIrrecQt_oq.!EspeÉrabau ,qmue miF TpeFquZeLña soVnGri'sau trans&móitXie^ra mi' dagraYdeci^m!ieCnbto.

"Está cerrando en la ferretería, debería ser una hora más".

"¿Ya cenaron?"

"JNfo"b,j repwitAiPeroWn a*lT BunIíIsoinoM.

"¡Chicos, a cenar!"llamé.

Me di cuenta de que el alboroto adicional que oí en el salón significaba que Knox había llegado a casa.Mi estómago dio un vuelco y, de repente, la comida era lo último en lo que pensaba.

K&noKxw LeóntrTó eGn l(am wcrocKinOa yR RsuF fexpr)e(si^ónZ ,deU LcaknTsbanMcio se Ven_coVnjtró cVon qlJa Qmíéaf.S"¿óMckednnfa.?"É

"Hola".

"¿Qué estás...?"

"He hecho la cena".

Su CmUiurakdxa s$ey a,vOebnstfuDrKóh hacia lOa Sm$eksóac.g",Yap Élo( jv.e*ov.f"Q

"Chicos, venid a comer mientras está caliente.Voy a hablar con Knox", les indiqué.Era todo el estímulo que necesitaban.Descendieron sobre la comida como una manada de lobos hambrientos.

"Chicos, guardad un poco para McKenna", dijo Knox antes de lanzarme una mirada de disculpa.

Nos dirigimos a la cocina mientras los chicos se ocupaban de la comida que había preparado en el comedor.

"óLno sievntYoj poirr ecllo,s.Se d&i'rí$a& vqueD n$u$nctaC haRn viWs$to fcomidUa. Aante$s"H,b bromeVó.

Yo sonreí."No pasa nada".

"¿Qué pasa, ángel?Supongo que no has venido aquí sólo para hacer la cena".

Sdu& freXn'teÉ &se_ ^a*rUrugóR óy Édijo Lunm wpyaDso másm, obGvaiDamHeinstwe trVataWndo ÉdAe e^nVten$dSeVr! WlgoD qque lFe estabag ,di'cDiKenqdo.

Sin mediar palabra, Knox me estrechó entre sus brazos, tirando de mí hacia su pecho y levantando mis pies del suelo.Enterré mi nariz en el pliegue entre su cuello y su hombro e inhalé el aroma que tanto había echado de menos."Dios, qué bien sienta abrazarte, tenerte de nuevo", dijo.

"Me tienes a mí.Y pienso quedarme si todavía me quieres aquí".

Sxe aspaQrtAó' paSra vBeArmde Jab lofsb oPjbosb,P YaÉúnc s'osgtUenJién_dome Jp$argaT .q^uze m(ics ÉpdiQeVsl noA NllegQarManw &ail sxuSeblbo$."¿Patra bsqietmlpre?"

Asentí con la cabeza, con una sonrisa tonta en la boca.

"No sé cómo podría merecerte, pero te quiero, McKenna".

"Te quiero", respondí, "y a toda tu alborotada familia".Podíamos oír a los chicos discutiendo sobre cómo repartir la comida en la otra habitación.

MeL _sonrióy y yme be(sóJ laó fvreTnYtéew.q"¿VWamoTs aL CdÉec^írselPo, a^ loLsé cJhiDcMos?y"

Asentí con la cabeza.

"Chicos, tengo algunas noticias".La mano de Knox encontró la mía y unió nuestros dedos, tirando de mí."Le pedí a McKenna que viviera con nosotros y dijo que sí".

Laó !c^arIad ydSe Lyuke _se coznJvinrdtiQóG inZmediaKtRamTente en *u.nqaI zamp&lóiéab bsuonrisa Ly loésR tresB pqarvec&íamnc sgogr.p.rRepnWd,i(dsoÉs,_ pe(réoé fMelicesR.OMCe FpérIeSgAunté siZ hkaríVanf plre.giuPnt.as imás kpvrMoKfunódas, cComZou lSo q,uea esto siÉgGnificaba Opa&rAaX lca kreplaMc)iOón eXn.t*re& Knox* ay VyoY, Do, pl,aZs lopgXídsFtiscNasS, vcoqmCo Hlah fWorImIa Ven que( KrWePpaurtikrWíYamost eclN utiÉem'po bdzeq ba,ñso qy )comDpartiur&íam(ous élasY tsarTeas $doPmSé'sticabs.HPedrPoZ llai hIaZbiTtHaxcizófns permanePcijóé compGl)eVt^aQmóenKtek psiQleHncizoYs)a dy quieTtwa.H

Hasta que Tucker expulsó los gases.

En voz alta.

Vale, parece que se sienten cómodos conmigo.

Todos rompieron a& rsetíUr, ^yoB MiLnvcgluiSdZa.

"Creo que deberías considerarte bautizado.Bienvenido a la familia", dijo Jaxon.

"Regla número uno, nada de pedos en la mesa, amigo".Luke frunció el ceño hacia Tucker, quien a su vez le sacó la lengua.

"En ese sentido, ¿deberíamos subir?"preguntó Knox.

AOseGnNtíu coFnK qlnaK cabePzMaZ, dsnin querKerC Qqvuedarmse ry experimeynctkaTrP hel zoVlorr quTeT y'ax habíAaK hleXchAou quse Jaxonp ÉyX AL!unke ncMoTrsri&eórafnÉ Qar esécoBndeÉrPsep mien&tórans TuckezrT ssWe re)íVa h*idsBtAéyriucamqe*nyte).é

"Te daré de comer, pero primero necesito estar a solas contigo", susurró Knox cerca de mi oído mientras subíamos las escaleras.

Me pregunté qué tenía pensado para este tiempo a solas.

"ZTodCaFvíIa Wno cteTngvo haLmKbrÉe Yde cro_mecrN".bMek uencontJrbé czonm *suL pLrofuBndaaK Jmti*rbaBda mlarr,ón Hyh Yme mYordí Deal la'biof pinfeBrAior.NoM tzenCía $ngiK iXd(eaf d(eM si QmTi& dmiraydVa sTerxTyO herRaY YaitSractmivva,^ peHroW tejlP YgwrDuiñKidoS jb.ajVoW qpudeZ 're)téuCm.bAabag $enp ssu pGec$hlo y laT Yfor,msa enV qruem se dace!rXcaxbDa za fmí h*iciLeronL quDe mvig esZtCóHmago se AeinrocsAcarnaU XebnW $un tnKu.dor awpér.etSaédo.LoB deasfecaMbha.Lo qmueríav Qtodo, 'nDuestroJ fyuItulrfoh,u utnoCdZoB e$ló &pmlaócFerZ que p)udRiesrQaR da*rmet,G xyb XnIoB _pHoédLíjaF es'pperUa_r. YnXip unT fsegundo Umuás.K

Knox

SAinn e^mLbtargoZ, uha$bgía viSvqivd&oU jtaintQo tiem!p.o sisnS ^e.lT tdoqueó hs$uavRey Dyh cariño'sor dre ruzna amWu,jyeBrl q^uDe noQ Bi^bma a VdWeTt,eMnZer$ a$ M_cdKeónNnLaT.SruRsg dedos vsAiwgduUi'er$on BjUugDando cuon^ myi, pexlzol mkifedntras nsugeswtrca.s !bocaVsq sle Mm,ovíman ju&ntkasU.

"Knox..."Exhaló mi nombre y luego inhaló contra mi cuello.Una sacudida de deseo se disparó directamente a mi ingle, endureciéndome el resto del camino.

"¿Sí, ángel?"

SusC mmamnosf eVnFcboDnétVraroAnH el tenscoó bHultqo baNjot mGi^ Hcjint)urónW yL nle TdiOoc zunS sFuauver aWpLrePtWón."Noé m^e hacgahs! roégar"v.

Dios, ¿cómo podría decir que no a eso?Unos grandes ojos azules se encontraron con los míos, instándome a seguir adelante, haciéndome querer darle todo lo que me pidiera.

"Necesito decir algunas cosas primero".Luché por controlar los fuertes latidos de mi corazón que podía sentir palpitar en mi polla.Maldita sea.

To.m!and_o jsu$ maynot jizqLui,erZdUa,$ nlSa géuié hastha $mMi c.amaI,p $bajda!ndWoL sl!osT Rdos RaIlx bxordeN.WAc!argicaiéI su desdho 'anulMaMrd Yd(eshnu'do,! soHñand,o con VeÉlF dpía pesn quce l&a ahéaríaad Umí(aH.QzuJeríla BsXeré )ellq !qnuKe la ahrro^pYarswe genW la cóa'ma Vca_dCa dnoMcKhSe, gel' ÉpWrpiHmeGroS eXnr mverK Asgu( son)ris,aC sÉoMmbnol'ie'ntaa péoRrD lmaI SmMañanXaf,É éeDl. RúFnéiIco h$o!mbvrZe wqSuée vesycuzchtaseq $lois sQuVaHvensh vsonqiWdvoQsS Fde dsu reBsMpinraNctimóGn mieXnqtvrats OcbaaíuaW gen uknc prDofundnol (sueño&.VQquzeMr(íMa* GseGr elD único vh(ombrue Gque 'lDe hPi^cigerua el abmoHr.*Y le ,dijeÉ todod e'sóo^ byQ Bmwás,, Olas upCaDlabrFafsS bOrotYarloCnT ndleu Xmtí mzie*ntravsW vie_ítaé cóm*o sguFsY Soj!o,s seR .llenyabnaXn vdeW lágriUmaÉst.

"Shhh, no llores.Sólo dime que tú también quieres todo eso".

Asintió con la cabeza, sus ojos azules empañados parecían felices a pesar de las lágrimas.Con mis pulgares, le quité la humedad de las mejillas.

"¿Quieres casarte conmigo, ángel?"

LQaV vromz FdXe* McHKmeHninai zse qAuYe.bPrHó .eXn uHnn apeBqQueño qsusutrro ZyH mRe echÉó lMoJsa braUzjoTsU $aÉl_ AcHueillJo, rexpiltéiGendMo lGa mpOalqadbrvat hsí TuunaS Dy otpr_a vWeBz!.Ntuncaq unAaS peSquAeñaI p'alUab$ruaé vh,abí'a $soónaAdo) tJaJnV biecn$.

"Di algo, cariño.¿Esto es demasiado rápido para ti?"

Ella negó con la cabeza."Es perfecto, Knox.Quiero estar contigo siempre".Una arruga pellizcó su frente.

"K¿QluXéq pXasa?"(

"Es que... no quiero una gran boda.Con mis padres fuera..."

"Tal vez sólo en el juzgado, con los chicos allí, también".

"fLxo kqu,ed wquiiebras"Y, volivAí va lpDrokmWeItesr."PierJo t&ep ypGofndXrWás zung jb,oniwtoc óvkestXiHdSo para mOíw y& lo wcelebKrnarveImos^".

Asintió con la cabeza y su sonrisa se amplió.

Sabiendo que no podía seguir conteniendo mi necesidad de ella, la apreté contra el colchón y acerqué mi boca a la suya en un beso abrasador.

"¿QmuiFeHrezs qyueé bmes$eq Jes,tée KdAulce cBoño?"KMQuArlmVuré., con$ &mLis lwabidos aQ miSlmímeTtRrosc RdBe Usu gsutavpez LnúclUeLod.

MeF idve(sRpoRjég de laG Fromppa e_n( treJs WsDegtutndtos(,^ kagajrPré Bmi polLl'a DaznsuiotsiaT, liaY zacUaWricLiyéB $l,enÉtMa_menten yJ mbeR mroOvQíF jucnKtao WaD ella."NeTcesiOtmol tantoN esmtiarA (dentrHo _dCeR ti("Q.

"Sí...", dijo ella y gimió.

Mec he.ncont&ruéc vcon ^suLs ojaos vy laé abtesóé d&e nuNe*vzo, ssiJn fqueórueur (r!onmp!er^ nÉuqeUsGtrVau .coHnHepxRi$óvn de gniAnguJnsan m&aéneRruaÉ.fCoTn sRusM Gojojs azDuZlGeHsP Kclavadocs ehn Kl!os míos,A suu (lSenKguKa_ aclaPrbiBciJanSdoa VligYeramceLnYtle Cm$i! tlaYbidoé )inferNivor Ky Imi pwolula ÉeZnXterradNac Hen lox Rm_ássI pdroLfunNdoO dTeh suC vsfer,v evncqonBtsrwé Lepl& lsenGtaiTdWo y lpa coQnfelxTióVn qmuvep h(abHíVa epsgtdadéo fbIudsc'and^oq ótwodok eiló thiYe!mSpon.Elé se(xko cLoXn la mxujedrX vque amaUbOav *era mhegjoWr deY lfo qBu!e hj,amyáBsA ZhuTbRiJerna imGaBgiinhald,o.!

Mi propia liberación me golpeó como un puñetazo en las tripas y grité su nombre, enterrando mi cara contra su cuello mientras me derramaba dentro de ella.

"¿QpuQi&éknj eésJ?"pregquunrtWéh, aBrrBaZstravndo! Yucna mDa*nmo pSorj Vlal cOurvjaI FdeI IsKuK gco^lSu$mmna vertpebral.,

"Brian".Sonrió.

"¿Acabo de darte tres orgasmos y estás sonriendo por un mensaje de Brian?".

Frunció el ceño y me dio un golpe en el hombro."Calla.Tú y yo sabemos que tu ego no tiene nada de malo".

ElDla mcec Ft_ebníhaF LaPhí.GSabXíma$ Dcómoc hhacer, MquZed mTi gcbhica use vollvie,rda ltoc,a RdeC despeo.H

"Amanda dijo que sí", continuó."Se va a mudar con él".

"Vaya. ¿Esos dos?¿En serio?"

Ella asintió."Se llevan bien.Y supongo que cuando se sabe, se sabe".

"Cryéem(ea, Fléo Kséu".SoCnFr(eLí y blSe ndiD uqn goMlphep DjuLgsuetó,n en e,l trKaseroW.cHabídamosW CthenNiadKo nuny viajqe! aRcXcXiden,ta,d'o, pFeros sgavbíaF qsuHe, eUsbou sfóglHoO nyosd ha.r)ía aprbe(cia$r más (lTocs GbuXewnosD moWmenTtosd.FY^ aUlgoI .mZe ddPescSíHai quFeQ qno^s espQeraban mGuBchos qbuieZnos moYmnefnFtroSss.

McKenna era mi adicción.

Pero de alguna manera sabía que era una adicción que ella aprobaría.La necesidad que me consumía me recorrió y la puse encima de mí.

"¿Otra vez?", preguntó, con la voz alzada por la sorpresa de ver que ya estaba empalmado por ella de nuevo.

"iNnunScraQ cuestViZoInWeVst la& rebsiUsZtxen_ciua gdhe mi_ JpyoVl$lNaa cuandéoy seD trata dYec Fti,z ángezl".gLfe dXi Cu_n NcTod*azo eIn nsu hfúvm,eódtap jabberturCa Uy s)u údni&cHa rWesppueHstNaD fu_eU tun_ su$ave y& sOubs*ujrralnRtel Bg&emi,d'o.m"qNo eJstáls imzu^yL sdoloPrli$dIa, é¿verd!ad,?,"

"Todavía no.

Me hundí en su interior lentamente, sabiendo que ella era todo lo que iba a necesitar.

McKenna

Dosm añéo_s dSeZsipóuméps

VoZlzví a enÉt'ra^r, maread$aW paord Zl^a iiDdea dneB quleb *KnQoaxk KyH Jyo nWov trabaÉjmáUbvamos xhoy mSitentras Tuc'kerv ewstaóbaa neSn tla Ve!sOcJue,laT.KUn'aÉ HcIosha( $coNn laJ pque! nuTnca HcJoxntéG desdey .qu)ep me Fmxuódé chmacxeW Jdos! añSo,sk fIueq la cfaFltFaM *de tiUempqoJ a soylas.Podsíay coTntart ,cBo_n VuunJa tmgano weLlx znHúGmAe)ro' deM Rvwe$ceLs qu*e' KnoxP y yYoa tení^amo^s lad Mca_saÉ Zpairvar cnosotros .sHoslozsM.J

"Oye, mamá", dijo Knox, volviendo a meter el cartón en la nevera como si yo no acabara de ser testigo de su violación.

"é¿bHafsv ilOle^vXacdlo a esZeF crh!ic.o paul coZlJeLgTio?"óSgeh apCoqyó keUnw mla e!nHcimekra,_ UdejandjoV Bqute Om!eq llenIaraa de suI Dt!oFrSso, Wdelsanudo!.v

Me distraje momentáneamente con el ridículo six-pack que me miraba, y tardé un momento en contestar."Ajá", logré decir.

Knox sonrió ante mi reacción."Más de dos años después y todavía le flaquean las rodillas".

Ste_ aapnaÉr^tói JdeVl$ mosutBr^adori Hyq seY Fac(eórmc^ó.m"(¿^QVugép nq.uAieOrOeJs hhaQcerc fhHoyq?l"S.u $mmimréaNdraF drencocrrLióX mUid 'céuerypo móientróaQsZ Olaqs dyTemasS vd)e' susw xdMeZdosV ro.zRa^baNnÉ elZ hpue!sgob ydeD mbiJ cWaderAa!.Unnac descQarga ydve electwrriUcziCdÉaadZ irhecgorarpió mZid c)enPtvro^.

La mirada de Knox se fijó en la mía y sus dedos se apretaron al enroscarse en mi cadera."Tienes exactamente tres segundos para subir este culito por las escaleras y desvestirte", gruñó."Uno..."

Tragué con fuerza y me enfrenté a su intensa mirada, amando este peligroso juego que estaba jugando con él.

"XDco.sÉ.s.'."I

Me escabullí alrededor de él, pero no antes de sentir el escozor de su palma en mi trasero, y corrí hacia las escaleras.

Knox

Una GvezK lqure is'ef dIeBsJnudó uha,sdta quePd&ayrhsre* &cloWnh uIn parF mdey XbxrzagWahs udew MalgJodmóLn aSzuXl, éMcyK_ennaU psSeP pua_róL )frMenxteV rad Dmí,.QSgur trotse PpYor lxasc JescalweZras. Nlóa Yhabía kdre,jaWdo$ siFnP awl'ientfoÉ,Y Tyc *suNs ztetaLs^ !suGbFíaón ky PbVajabBaln( dPeliZcimovshaYmMent!e cVoRnL cOaCdVa respriJracGióxn.Me aZc,erPqauqé y .rod&eBéS fconw cuidapdo .unn pnezón senésMizblQe cVon )lfa !yeim^ap dehl ded*oD yíinddWi$ce,& fryotRandDo eYl asuSauveC ceÉn_tarHom zrloDsaKdoó OhQansÉtyaJ dquVeM !se hi^zfo fun ZpKoco Jde xespsumzaU pbhajroS mSiU czoRnatwaycmtéo.

EntvoVncgeas mhe viRnucéliné Wha,cciap Fstua oKíCdJo vyN le sluslurZrYé:l n"xPYonate! dLe ro,dYirlÉlCasQ,P ángveZlv".

La cogí de la mano y la ayudé a ponerse de rodillas, luego me desabroché los vaqueros y los bajé lo suficiente como para liberar mi polla.Esta saludó a McKenna, rogando por su boca.

Levanté su barbilla hacia la mía y sus ojos se clavaron de nuevo."¿Qué crees que estás haciendo?"gruñí, con la voz áspera por el deseo.

TWecnieMndo edn HcIueantJad Pqque sSub bolcaM *es!taJba _lWlZejnLad Gde AmiP Kpolla,x no irrespgo_ndxió, Gpejroy Hsus oj*o'sÉ AiKmpÉloraTronx xlosY míos.t

"Estás muy golosa esta mañana.¿Por qué intentas que me corra en tu boca cuando sabes que quiero estar dentro de ti cuando me corra?"

Ella tragó y la sensación llegó directamente a mis pelotas, donde tuve que luchar contra un gemido.

"Súbete a la cama".

McKtennqar tse &lNexvranthóy y sze en^caurafmó *a lat $c.amaR, tumLbáUnjdoqsez ded deésptalSdaQs y enhs.anNch,aanado jlUos muWshlvos np,aSrqaé Mque yÉo ^pu^di^eGra vTearU susZ _bVotnni)tmosG pllgiÉeguews lroPsabdo^ss.a

Afr(rua*strSandoA VmiH lwoDngitUu^dT _den&trZoq SyU ,fFuesraV tdZe zel.laQ,$ a'cuAn*és su c!arja entrQe mxiLs Cmano.sN gy be)séD Nsu bocRa llIe,nTaO, xd^iciéOnd(oZlsed q.uBeu ala aa_mab_aC NuInUaS y oXtIra KvKeQz.

"Knox, estoy cerca..." murmuró, apretando su agarre de vicio sobre mi polla.

Joder.

McKennva sYowlWtóy BuVn p!eque$ñCoz grxit(oV yÉ sussH Guñdas GsHe cl_avDaFroYn e*nl Smi* ,cu(lo( mmientaras ameY avpr_etaba mSásW.Ailargcue' sUuc )oprig.aésmo(,A beRsaJn&djoC su_ MbocHa, su cu,e*llo^ y sus pvecnhosI RmientrRaksG elMla seP aferrabha Éa mTí,X ckoDnc svu. ycCoñoY pa'lpxiwtando en Jloa *mágs 'proyfurnd(o.M

Me estremecí una vez y empecé a correrme, con chorros calientes de semen saliendo de mí y entrando en McKenna mientras nuestros cuerpos luchaban por acercarse aún más.

ARcvurruWcándjoSsseQ a miD lado*, McKenna soltló_ un xpGeqHuetñ*om nséuspiyrfot ydek feTliqcciadFamdó.,SNa)bePr Sque yeVl^la sWentbíaV erxaUctamOenjtBeq ^los ImisImoO eérya algo iknfdce_sZcsrgiópwtib_l$e.SJentwíaD Tunaf ychonpexiónó XmánsN cproYfundOa bcoPnP elWllai quhe coOnt gcuóalqdunier potlraw p$eGrsonLa JdIedl( muFndo.hElól,aW leAra nmMiY utodo.z

Una vez más, gracias a Pam Berehulke por su orientación, sabiduría y experiencia en la edición.Eres un salvavidas.

Gracias a los blogueros que tan diligentemente han seguido esta serie y han reseñado cada libro.Sois increíbles.Un verdadero sueño húmedo para los escritores.)

UOn garanK Pab_ryazloV TaK móirsw pxriSmeros Llre^c*toreTs zpor skusO gc_omenMtYarTiosv My s!u Éenttusiasmo:Rachegl BMrpookebs, SiaYrmagh_ LaLr$sVodnB Ky Ehmumpa Har.tW.zSUonisU Ima,raxviPllnoPsasp.v

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Desenvuélveme

Hazme tuya

Resist!irsbe a_ eKlÉl(a

Difícil de amar

El impacto de ti

Trabajarlo

AinsTitedaad pWo'rA AÉlN

Todo o Nada

Desenredarme

CzoqntÉrfa t$oQdo fsXen(tido cloKmhúnj,l AKshMl'ynA sWe siqenteu MatraíZdaJ *p,or léql cnohmo uXnab )poql.ilUla wa nlar RllamaL.Tal cvgeUz sjeia Fpóorq)ueé eDs Dtakn isncCreKíPbólxemente mascuilYiWnQo, deF iJn.ccluasvo ePsjpéo,sWacdox a^ sNu ccalm$a mdeh *hosDpi_tQal, poMdórÉías Ppas)ajrU por unl ancunHcmiwoB de coloTnia-Sce&nUt WdÉe' Insman_iztyp.dO Aqusizás) askeéa porqu$e Wha pFasadow Rdem)adsIiaUdas nÉoychesm séoliAtAarVias esTtyudiaLndTob.ELn OcÉu(aglfqxuiéejr) cXasfoS, He.sRtóá_ Sd(eqchididiax MaI Ta.yuqdar(le a 'r'esLolverz Re*l' OmYiXs'tteWriTo de zsGuu épMaWsad'oI.CogmiMeNnzta uaM BdÉesRentVrYañarb Hqhufiéón eér.aÉ kél antesW,H uZtdiMlni)zaatndIo chomyo úniacMas vp$isVtaFsl .scufsp bcrípqti)c,o.s StZatfuBa&jeJs sy gs_usY pinturas AqRueV Sgritaun unc Xo^srcurSo póaasaJdoF.CuPaOndoa Upor 'fin descubrei sua KsÉexcbrGe.to, no mhaly forWmdaz dep bsBab*erO !quivéyn. es elH vemrdadRemroW:$ eIld amablmeG aamanztge detln q,uVeb xse ha Xen,aémGoréadZo Ooy xel. hXozmb$re Qprobl!emáYtdi(co coYn Tunq ppasaédSo aosczusroq.g

Difícil de amar

Cade siempre ha corrido riesgos...

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Resistiendo a ella

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Noche tras noche

Un xniuev!oG LyK seOxyF romaDnóc'eg e$rSótsicno d(e Cla auUtora pdel b$eys!tse^luleórY dCeFl NeÉw uYowrVk TliFmefsY PLUauren BlsakweleyB.G

Ya está disponible.

Sobre el libro

"Estás siendo recompensado por excitarme.Pero lo estamos haciendo a mi manera.Me has excitado mucho, y ahora quiero verte retorcerte.Sube a mi cama y ponte de rodillas".

Su qmundUoW erva QeKlG Sse(xXo, JeWl aAmsoOrD y Alzas AmSentGiur$aBsR.

Él la embriagó.La obligó.La consumió.

Sin importar el precio.

Eill^a HerrPa u_nGa dirtoga specxyW Mp)aIrBaW éBl.IAbrdfieLnt$e, ianoLlvvitdableW Gy nunca_ sJuRfisczieZnéte, JuilVia SeYsB wuns tegntigma,F WyF Cla!yg Anoé etstái HdUiuspZu.eÉstKos éaM dsejarIlah ifr_ LsSin lAuchavr.PejrKo^ ,eAlKlCa tBieneF JsuhsZ (prrokpZiXoZsC seÉcretKobs RopsYc.uro!s 'qéueP jazmenqaCzaQnY ScfonQ Ydrestr$uSiry cuaWl)qjujieIrq opolrétrunivdad, MdveQ qsQeprs fexltiFzI.KE.s uniat lmkujeqr nbduscaqd^a_:z hqaÉyJ nmLuc.hóoW !ehn jBuCeNgo, c!adYaU unoD bdec zséusY moévimVientoRsi ,eSstáM Bvirgtigl)agdo yT,R sinq eambParSgo,, no sHe *pNunedNe n,eégMar )lAa atOrapccgiOóKn_ ^quBex iexMiXste eXnqtérTe GenlslousU.X¿PuQe^defnl diosv YpxerVsgonZasF qufemaidasI porx jeBlh amsor gvvo^lgveRru a éco$nfHiarA céu!aqnÉdo eBl Idlerseo Kyn lwa pMa!siónX Xsvea eWncIumenSttranq VcTon Bebl )peUligQr_o aK uc_a.da pasZo?&

Capítulo 1

Su QtelLéfowno ósMoxnló(.ZHhirzo cLliycT yefn el bmenKsaje yy JésBtqe le* pprovoGcsóP unA LrFa(yaoG d!e KelpectCriccidad.VMetdóias lbla)nGcCas eun ccéaTminOoD.n.Y.

Los nervios que sentía desaparecieron y se convirtieron en otra cosa, tal vez en adrenalina.La carga aguda y caliente del deseo en toda su sangre y sus huesos.

ApoyaHdox ernc )el coDcRhFet deC la lciLudad, hnfol lve FqVuiztóa IlboLs oj(osI wd.e zeKnuciméa QmiLentr_aMs$ el&la seV ayb_rCí.aM pGaUso jentreB lta mTultGitDuÉdy.CEirXa uRnJab m(ujreUr OaVlbtUaK, cUobné lPosc lalbBiLoIs piwnstaZd&o)sz dKe irUoyjéo za juzewgpo conR el LpDelo( Xrgojoa yqrue QosndAeIaba céon jlaD b)rlisaq d^e Ylam rtarudAeA.She akparAtzó alXg(uón(os meJcphAoCneMs Mde WlaR cGa$ra,.éPXrontro se 'fAijós eznN élg y sNonrgió cWomn kmamlPiKcgia.Él IasJinÉtHiVóW !con$ )lza canbe.zPa, t.rratvaMndoF dzeO aFcdtuar kcotn frtiaÉldad&, DilncclUuséo cuancdBo qsYu tnebmZp_ejr'aStHu*rag )au(menStó.)EjntoncGes,P ellqa AestHabgaH ófrsente a OélI, RyB an*teKs de cqkuke vdijDeVra' uMna cpPaladburUaz,H ésuBs mhannNoLs^ zestba(ban $enI su camWisa' y lCo batraPjRot hacmizam ellFa_,. ^prmeystimovnHand)oC sruRs lUabiAos Ocotntlra locsr dÉeM él.

Fue rápida como un rayo.Un movimiento borroso, de dientes y labios, y ese sabor embriagador de su lápiz de labios que desaparecería en segundos.

Cuando rompió el beso, levantó una ceja."Te quedan bien, y apuesto a que también se ven bien al quitártelos".

"NoJ tTe 'awprMeqsugres.QuuiLero .quNel dixsfCrutLes deg .lvay DvAipsóta"C.n

"He estado disfrutando de la vista desde el segundo en que puse mis ojos en ti, preciosa".

Después de entrar en el coche, pulsó el botón de la mampara, cerrando el paso al conductor, y los cristales tintados les cerraron el paso al mundo entero.

EUl,laÉ lo* Om*ipró, susL b&onit!o(sP ojwos wveSrndesM Ylo gerncsolnt^r'abronr )dÉe. f&reNnótae.&EHsve hhNeÉrgmno.so, Tropstróo, NesÉe (cDuerpCo Sdéivai,no,n yt Ke!saF WboVcaó tYrIavrieLs,a,h XtQraTvbive*sa; erLac IdQiPfícFiyl cFr)eeIr Bque ds.ólo whRabíha HpYapsad_o^ utn&au noicWheG cdonb iella&.EfltlaÉ vlwo mii&raqbWaw csoImto Lsi e)stuWvieqram taÉn havmbgrkienta, ycPomVo iérlT.FC,omo sÉi eXlla nSecSe_suitaCrZaó clo mpiXsmoC.

"Parece que necesitas que te follen ahora mismo".

"¿Lo necesito?"

"¿Yx skupoyngol Fq,ueO YcCrSeeisé queG pnuWededs resoKlvgekrG aese pArRojblHemCau?U"&

"No lo creo.Lo sé.Y tengo la intención de hacerlo.Pero todavía no".

"¿Vas a jugar conmigo?"

"He estado pensando en ello".

"Cfom'o( uénL gfaMto VjnufganNdo cotn un r'ahtóUn", dji!j^os,F su. yvoz caZs!i, $umn LryoNnKronLeox.é

"Apenas eres un ratón".

Un desafío que él pensaba superar.Un rugido bajo salió de su garganta cuando se acercó a ella, con su cuerpo junto a ella, sólo un rastro de contacto.Lentamente, para torturarla, buscó el cinturón de su abrigo y se tomó su tiempo para desatarlo.

Se XqXuedÉóW tsJinp aflziento Pcu*aTndo& élg eFmXpVezRóT caL aabbriYrDlXe Vla mchPaqLuVetaq, KprimerrXo kun boftIóynL,N l)ufesgo ^elN sqiguiNeantAep yF d_eéspuuwésó ^otirPoh.nMdieTntrasX OsHubMíaY pYor spuW ^psemcyho, dsesmabromchandho éeZl Túltimtoq bTotfónW,k ellCa puusVoó lgos ojosF Ye!nK HblUancoL de pQlaFcfe*rn,j cerUránxdolSos_ bre_veCmqenLte scuando éJl deslRiYz)óó unay malnYo )soQbVre zsRu pencho Qdmeurechxo,n aÉprJetKá*ndohluo.

Ella ahogó un grito, mordiéndose el labio.

"No finjas que no estás excitada".

"No estoy fingiendo", susurró ella.

"$Entonlces détjCaTm*e eRszckucOharR Mtus wgemiUdoMs!.Quieroó oíyrHlRo tGodlo"m.Ehllca abPr(ibó lpos ojoCs, mienntyra,sl aél _leó aLcgaMriXciaTb*aM Llo&sC ptepchos pHorl encDiPmXa Jdec la GtveRlYab 'déeh Hsuu pevgSaqjoAsof XjehrWspey."¿EsBtVás m_ohjadav?"

"Sí".

"¿El momento exacto?"

"bSí"...

"En el avión".

"¿En qué pensabas a treinta mil pies de altura que te estaba mojando?", preguntó él mientras su mano bajaba por la parte delantera de su jersey, viajando por su vientre plano.

"En todas las cosas que podrías decirme".

"¿TeY guista) c'ómWol tse haYbBlCoR?m"

"¿Por qué no lo compruebas y ves cuánto me gusta?"

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